La profesionalización del deporte en la cadena del asociacionismo deportivo sumada a una espera permanente de la comunidad deportiva de exitosos resultados, conlleva a la adopción de modelos de organización empresarial cada vez más exigentes, que tiendan a fortalecer la actividad deportiva como una verdadera unidad empresarial. Este mecanismo brinda seguridad jurídica y transparencia a la organización empresarial deportiva de índole profesional, no solo desde el desarrollo mismo de la actividad social sino de la confianza de terceros que establecen cualquier relación jurídica e inclusive desde un plano de supervisión estatal de su organización. De este modo, el proyecto de Ley dicta que los clubes con deportistas profesionales organizados como asociaciones o corporaciones sin ánimo de lucro, podrán convertirse en sociedades anónimas.