La ley 974 de 2005, más conocida como la Ley de Bancadas también introdujo transformaciones estructurales en el sistema de partidos colombiano.

La ley de Bancadas estableció que los miembros de las corporaciones públicas elegidos por un mismo partido o movimiento político deben actuar en bancada, esto es de forma coordinada y en bloque. Las bancadas deben votar en bloque los proyectos de acto legislativo, de ley, de ordenanza o de acuerdo que sean debatidos al interior de las corporaciones públicas. Los estatutos de cada colectividad –y no la ley- deben definir las sanciones para los congresistas, diputados, concejales y ediles que violen la disciplina de su bancada. No obstante, la bancada puede otorgar a sus miembros la libertad de votar de acuerdo a su criterio individual únicamente cuando se trate de asuntos de conciencia.

Las bancadas también pueden citar a debates de control político. Antes de la implementación de la ley de bancadas, este derecho sólo podía ser ejercido por los parlamentarios a título individual.

Por otro lado, las bancadas pueden participar con voz en las decisiones plenarias de las corporaciones públicas, intervenir de manera preferente en los debates de proyectos, presentar mociones de cualquier tipo, postular candidatos, hacer interpelaciones y solicitar votaciones nominales.

Además, las bancadas parlamentarias pueden presentar proyectos de ley, designar a uno de los ponentes cuando se trate de iniciativas de su autoría, e incluir un proyecto de su interés en los órdenes del día de plenarias y comisiones constitucionales.