Un millón de ciudadanos respaldan el proceso

'Enfrentamos a la clase política tradicional'

El senador Camilo Romero promueve una iniciativa para incluir un artículo en la Constitución que permita revocar el Congreso.

Por: Camila Zuluaga / Especial para El Espectador

El senador Camilo Romero, del Polo Democrático, asegura que por razones de tiempo ya no se podrá revocar al actual Congreso, pero sí debe quedar un artículo en la Constitución que permita hacerlo.  / Camila Zuluaga

El senador Camilo Romero del Polo Democrático, asegura que por razones de tiempo ya no se podrá revocar al actual Congreso, pero sí debe quedar un artículo en la Constitución que permita hacerlo. / Camila Zuluaga

El senador Camilo Romaro, promotor de la iniciativa Revoquemos el Congreso, que ha tomado fuerza a través de las redes sociales, habló con El Espectador desde su oficina completamente renovada, con cámaras y micrófonos para que cualquier ciudadano pueda ver y saber, a través de una página web, lo que allí sucede.

¿Cuánto tiempo llevan en el proyecto de revocatoria del Congreso?

Llevamos casi cinco meses y tenemos casi un millón de firmas. Ese es el último reporte. Nos quedan un poco más de dos meses para seguir recogiendo. El 11 de julio es la fecha límite.

¿Por qué esa fecha?

Son seis meses a partir de la entrega del texto del referendo. Aunque es absurdo que a la participación ciudadana se le exijan 1’600.000 firmas válidas. La gente dice: mejor no participemos. Ya habíamos entregado antes 201.000 firmas, que fueron para avalar el comité promotor de nueve colombianos, del que soy vocero.

¿Cómo fueron escogidos esos nueve colombianos?

Con lo de la reforma a la justicia, que fue la gota que rebosó la copa. Un grupo de ciudadanos salió a tumbar esta ley con un mecanismo de participación y el Congreso la aprobó; entonces yo salí a acompañar esa iniciativa, me fui a la calle a recoger firmas y recibí el mandato ciudadano. Decidimos meternos en esta dinámica y empezamos a averiguar con expertos constitucionalistas, como José Gregorio Hernández, quien fue vital en este proceso.

¿De quién es esta iniciativa?

Es una iniciativa ciudadana, no tiene nada que ver con un partido o con un color político. No estamos solos, nos acompañan la CGT, la Organización Manos Limpias, Viva la Ciudadanía, los de la marcha de los antifaces y otros movimientos.

¿Por qué se están recogiendo firmas si no existe la revocatoria del Congreso en la Constitución?

Para crear la figura en la Constitución, para agregar un artículo que la permita. Este es un referendo constitucional para agregar un nuevo artículo, para modificar la Constitución y permitir de aquí en adelante tener la posibilidad de revocar a los congresistas.

Entonces, ¿la intención no es revocar el Congreso actual, porque en términos de tiempos no les da?

No, con este Congreso no hay nada que hacer, pero este nos da la indignación suficiente, es el causante de todo. Es decir, por este Congreso nos dimos cuenta de la importancia de tener y crear un mecanismo para revocarlo, porque ya sabemos de lo que son capaces. Nadie nos garantiza que el Congreso elegido el 9 de marzo de 2014 tenga mejores condiciones que el actual.

¿Para qué eran las primeras firmas?

Para decir: “este grupo de ciudadanos respalda a estos nueve colombianos para que sean el comité promotor de la iniciativa”. Nos demoramos dos meses en esa tarea. Nos pedían 160.000 firmas válidas; entregamos 201.000 y nos validaron 191.000. Entonces la Registraduría nos dijo: “Ahora traigan el texto del referendo”.

¿Qué tan difícil fue cuadrar ese texto?

Tuvimos todos los inconvenientes. Nos demoramos más creando el texto que recogiendo las firmas. Poner de acuerdo a los constitucionalistas fue muy difícil. Todo el mundo adicionaba algo. Se planteó: ¿por qué no incluir la revocatoria del presidente de una vez? ¿Por qué no la revocatoria de diputados y concejales? Argumentos válidos, pero nosotros teníamos claro que lo fundamental era la revocatoria del Congreso. Después de tener el texto fuimos a la Registraduría; nos entregaron el formato y nos dijeron que teníamos que recoger un poco más de un 1’500.000 firmas.

¿El artículo concibe que la revocatoria sea de todo el Congreso o sólo de un congresista?

Eso está por definirse, porque la Constitución no puede definirlo todo. Después tendrá que delimitarse el mecanismo con la ley estatutaria para establecer cómo se va a hacer. Pero surgen varios interrogantes, porque lo lógico sería que el que no cumpla debería ser revocado. Pero piense en la pugnacidad de esta política menor que tenemos en Colombia, que es la del todo a mil, la política al detal en la que se juntan varios para acabar a uno. En cualquier región de Colombia intentan, con plata, revocar a alguien que estaba haciendo bien la tarea. Tenemos una idea, y es que haya una responsabilidad institucional, pero falta ver cómo se define.

¿Qué tan importantes han sido las redes sociales para esta convocatoria?

Tienen toda la importancia. En Colombia se está gestando una nueva ciudadanía que empieza a poner en aprietos reales a la clase política tradicional, que empieza a reversar decisiones de gobierno tan fuertes como la reforma a la educación superior. Es una nueva fuerza ciudadana por encima de la estrechez de los partidos.

¿Cómo se está financiando la recolección de las firmas?

Hay organizaciones ciudadanas e importantes personalidades que nos están acompañando. Creamos una página de internet que se llama www.revoquemoselcongreso.co, que logra lo más importante: el apoyo de la ciudadanía. Hoy tenemos ya 3.000 promotores voluntarios inscritos en esa página.

¿Todavía no me ha respondido de dónde sale la plata?

Las redes sociales han ayudado mucho, también hay 3.000 personas voluntarias recogiendo firmas. Hemos logrado activar un voluntariado, porque nos acompañan concejales de todas las vertientes políticas, cada uno de los cuales se encarga de una meta desde su equipo de trabajo. Desde la lógica elemental de la clase política, las firmas sólo son posibles con el dinero. Sólo hay dos criterios, chequera y calculadora, pero no para nosotros. Sin embargo, ahora vamos a lanzar una campaña de financiación en esta segunda etapa, para así poder conseguir 900.000 firmas más.

Si la reglamentación tiene que pasar por el Congreso, sabiendo que sus compañeros están en contra de la iniciativa, esta no tiene mucho futuro. ¿O sí?

No hay que ir tan lejos. Si recaudamos las firmas tenemos que llegar al Congreso. La Constitución del 91 determinó que los referendos sólo pueden ser aprobados mediante ley por el Legislativo. Si este referendo tiene que ser aprobado por el Congreso, va a llegar un momento en el que, para muchos, nos fregamos. Pero yo creo en la fuerza de la nueva ciudadanía, como le explicaba. Vamos a meternos en la Comisión Primera del Senado. Ahí será el primer debate, y yo quiero saber cómo van a responder esos senadores ante este mandato popular.

http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo-419208-enfrentamos-clase-politica-tradicional