"Hay que reconocer la coherencia ideológica, política y el gran liderazgo de Fidel Castro": senador Rodrigo Villalba Mosquera.

Antier falleció Fidel Castro, padre de la revolución cubana, quien llega al poder en 1959 al derrotar la dictadura de Fulgencio Batista, adoptando el marxismo y constituyendo el primer Estado socialista de América. En 2008 cede el poder a su hermano Raúl y de alguna manera facilita una transición aperturista, conllevando al restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, con un gana-gana, donde la isla se desbloquea, se apresta a desarrollar su vocación turística y de negocios, donde sus principales inversionistas serían los empresarios norteamericanos, poniéndose a tono con la tendencia del siglo XXI donde cada estado tiene su propio régimen político, pero abierto a sus relaciones comerciales dentro de una economía global.



El legado de Castro para los cubanos tiene un balance favorable en lo social, especialmente, en educación y salud. No hay analfabetismo, tienen buen nivel educativo. Hay salud preventiva, familiar y científica. Hay alto grado de nacionalismo y dignidad patria. En lo económico a Cuba no le fue bien, es un pueblo con carencias y limitaciones.


La revolución cubana generó movimientos insurgentes en América Latina, como el de las Farc en Colombia, que nos generó un conflicto interno lleno de violencia, etapa que por fortuna estamos tratando de cerrar.



La caída del muro de Berlín que separaba la Alemania comunista de la occidental, la Perestroika de Gorbachov que hace una reestructuración de la Unión Soviética destinada a desarrollar una nueva estructura económica, y la apertura de China en lo económico pone en dificultades el modelo cubano, lo que hace que a Fidel se le viera en el mundo como el último comunista.



Solamente, Hugo Chávez sin ver esa tendencia en la geopolítica mundial, trata de instaurar el modelo de la isla en Venezuela, sin tener en cuenta el contexto de épocas, cultura y la tendencia de la globalización económica, con las consecuencias que hoy estamos viendo.



Hay que reconocer la coherencia ideológica, política y el gran liderazgo de Fidel Castro, quien fue admirado y acatado por su pueblo, y hoy lo lloran con devoción patriótica. La experiencia de Venezuela nos da la gran lección que el castrismo termina en Cuba y no es exportable.