Fuente Oficina Prensa HR. Carlos Rojas
Pitalito, 14 de Marzo de 2013.-Los recientes hechos protagonizados por los campesinos productores de café del país no solamente sirvieron para que el gobierno decidiera un precio de sustentación del grano y la creación de programa de Protección al Ingreso Cafetero, sino para el surgimiento de un nuevo liderazgo cafetero en el país y demostrar lo que todo el mundo sabía pero que el gobierno no quería reconocer: la llamada Institucionalidad Cafetera actual no representa los intereses del sector.
Lo anterior, quedó evidenciado luego de la reunión del Presidente Santos y sus Ministros con los flamantes Directivos de la Federación Nacional de Cafeteros para tratar de conjurar el movimiento que en ese momento mantenían por lo menos 40 mil campesinos en buena parte de los departamentos productores de café enColombia.
Los campesinos, con sobrada razón, no solamente no reconocieron el “acuerdo”, que para ellos era unilateral, sino que exigieron el dialogo directo con los funcionarios nacionales para exponer su problemática y definir los acuerdos a que se debía llegar para levantar el paro que se prolongó por doce días.
El gobierno no tuvo más remedio que reconocer que la Institucionalidad Cafetera perdió su norte, desconoció su misión y se quedó sin base social, por lo tanto tenía que cambiar de interlocutor; uno con real representatividad y con intereses más cercanos al querer de los miles de agricultores que exigían el mejoramiento de las condiciones para desarrollar su actividad productiva.
La movilización nacional demostró igualmente que el mapa cafetero ha cambiado y que de igual manera el liderazgo del sector también se ha trasladado hacia el sur de la región andina, lo cual demuestra que el Huila es “el nuevo eje de la calidad del café”, y el génesis del relevo generacional de la dirigencia cafetera del país.
No será tarea fácil la recuperación de un sector que hasta hace algunos años era el principal renglón económico nacional, con grandes fortalezas como su propio sistema financiero, (Banco Cafetero y Concasa) medio de transporte marítimo y aéreo (Flota Mercante Grancolombiana y Avianca), la hegemonía del mercado mundial junto con Brasil, un boyante Fondo Nacional del Café, y tantas otras ventajas que poco a poco fueron desapareciendo, unas vendidas al mejor postor, sin que los cafeteros se beneficiaran; otras dilapidadas sin compasión por las directivas de la Fedecafé.
Pero es necesario que el nuevo liderazgo surgido asuma la responsabilidad depositada por los campesinos durante la movilización pasada y se inicie un proceso de reestructuración de los organismos de representatividad, a fin de que quienes lleven la vocería de las bases, sean intérpretes del sentir de los productores y su compromiso permanente sea en de defender sus intereses por encima de cualquier otra consideración.
La otra necesidad urgente es que el gobierno, quien quiera que sea el presidente o los ministros, se ponga de lado de los colombianos y no de las multinacionales extranjeras o nacionales que viven del negocio de la exportación de café y la importación de los insumos agrícolas, pues de nada nos va a servir que se eleve un poco el precio de la carga si se aumenta en la misma o mayor proporción el valor de un bulto de fertilizante. Es necesario que el gobierno sienta lo que le duele a los campesinos colombianos sin necesidad de que éstos tengan que salir a las carreteras a protestar y poner en jaque al resto del país para poder ser escuchados y atendidos por los funcionarios del Estado.
No estoy de acuerdo con los paros y demás vías de hecho, pero nadie puede desconocer que el realizado de los campesinos cafeteros fue absolutamente justo y además necesario.