"Delegación de las víctimas debe estar en la Habana"

 

Esto afirmó el senador Luis Carlos Avellaneda al ser elegido presidente de la Comisión de Seguimiento a la Ley de víctimas y Restitución de Tierras.

El senador Luis Carlos Avellaneda, como nuevo presidente de la Comisión de Seguimiento a la Ley de víctimas y Restitución de Tierras, ha expresado que "las víctimas vienen reclamando un espacio en la Habana y que como quiera que se han venido organizando en el marco de la Ley 1448, que ya eligieron las mesas de participación en 33 departamentos y que los días 1, 2 y 3, de octubre van a conformar la mesa nacional de víctimas, ellas deben estar en la Habana".

"Las víctimas deben tener una participación real y efectiva, por tanto la comisión que viaje a la Habana, debe delegarse en la conformación de la mesa nacional de víctimas. Ellas quieren en la mesa, expresar su dolor, hacer aportes a la construcción de un proceso de memoria, a la reparación y a la reconciliación. Puede faltar mucha gente, menos las víctimas", advitió el senador Avellaneda.

Prensa senador Luis Carlos Avellaneda

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Foro: "Reforma Estructural o Maquillaje al Sistema de Salud"

 

El próximo 18 abril, a partir de las 8 de la mañana, en el Auditorio Luis Guillermo Vélez, el senador Luis Carlos Avellaneda invita a la participación de los diferentes actores.

En la búsqueda de la defensa del Estado Social de Derecho, consagrado en la Constitución Política, el senador Luis Carlos Avellaneda, realizará el foro de salud "Reforma Estructural o Maquillaje al Sistema de Salud.", el próximo 18 abril, a partir de las 8 de la mañana, en el auditorio Luis Guillermo Vélez en el Edificio nuevo del Congreso de la República.

El congresista busca generar un espacio en el cual los diferentes actores den su apreciación sobre los proyectos de ley en curso y sus propuestas para solucionar la crisis del sistema de salud colombiano.

Los interesados en asistir, pueden comunicarse a los teléfonos: 3823315, 3823753, o enviar listas de asistentes con nombre y cédula a los correos electrónicos ricardo.umbarila@gmail.com o avellanedalc@yahoo.es

Prensa senador Luis Carlos Avellaneda

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Represiones al Internet sin excepciones coherentes

 

"La aprobación de esta ley abre un amplio camino a la violación de derechos fundamentales como la libertad de expresión, el acceso a la cultura y el acceso libre al conocimiento", senador Luis Carlos Avellaneda (PDA).

En el Proyecto de Ley de Implementación del TLC presentado por el Gobierno, se incluyó el espinoso tema de protección a los derechos de autor en internet, por eso los internautas, preocupados por sus efectos, la denominaron «Ley Lleras 2.0» en alusión a un proyecto similar, formulado por el ministro Vargas Lleras y que ya había fracasado en el Congreso.

En sesiones conjuntas del Congreso se aprobó el proyecto en tiempo record, el cual debía estar listo para el encuentro de los presidentes Santos y Obama en la VI Cumbre de las Américas, y así cumplir con los compromisos políticos. La aprobación de esta ley desató la ira de miles de usuarios de internet, pues omitió el debate público, ignoró las peticiones de los ciudadanos interesados en participar y desconoció los argumentos de académicos y expertos en el diseño de la ley.

Algunos de los temas que han generado mayor controversia por falta de claridad están relacionados con los derechos de los contenidos televisivos, contemplados en el artículo 13, el cual señala que:
"no se permite la retransmisión a través de Internet de señales de televisión, sean terrestres, por cable o por satélite sin la autorización del titular o titulares del derecho del contenido de la señal y, si es del caso, de la señal".

Asimismo, en el artículo 14 se dispone que incurre en responsabilidad civil, quien entre otras causales:

"Sin autorización eluda las medidas tecnológicas efectivas impuestas para controlar el acceso o los usos no autorizados de las obras, interpretaciones artísticas o ejecuciones, fonogramas o emisiones radiodifundidas".

Al considerarse delitos acciones como retransmitir una señal televisiva en la red o reproducir contenidos como canciones, fotografías y obras protegidas por derechos de autor (prácticas muy comunes en la web) o incluso, realizar copias para uso privado de alguno de estos productos, se coarta de manera grave la libertad de expresión, así como el libre acceso a la cultura y al conocimiento.

Por su parte, el artículo 15, que determina el "régimen de excepciones", se quedó corto al definir en qué casos se permite el uso libre de los contenidos. No aclaró que los "usos justos" o "incidentales" de una obra (cuando una persona la comparte con otra, o cuando alguien la usa para hacer una crítica o una parodia), están permitidos.

Tampoco consideró que las entidades educativas podían prestar copias de películas, videogramas u otros elementos protegidos, con fines educativos sin que eso sea ilegal. Y es por eso que hay quienes creen que se avecina una cacería de brujas contra los que hacen esos usos de los contenidos protegidos por derecho de autor.

Finalmente, el artículo 16 determina responsabilidad en materia penal a quienes, entre otras causales:

"Por cualquier medio o procedimiento, reproduzca una obra de carácter literario, científico, artístico o cinematográfico, fonograma, videograma, soporte lógico o programa de ordenador, o, quien transporte, almacene, conserve, distribuya, importe, exporte, venda, ofrezca, adquiera para la venta o distribución, o suministre a cualquier título dichas reproducciones".

El artículo pre transcrito al incluir la proposición disyuntiva "o" separa a quienes por cualquier medio reproduzcan una obra, de quienes transporten, almacenen, vendan, etc., material protegido por derechos de autor; de manera que incurre en la misma responsabilidad el estudiante que saque fotocopias de un libro, respecto a quien distribuya piratería, lo cual no solo es restrictivo del acceso a la cultura y al conocimiento, sino que incluso lo eleva a delito penal.

De esta manera, la aprobación apresurada e incluso antidemocrática de esta ley, so pretexto de proteger los intereses de las compañías estadounidenses en el marco del TLC, abre un amplio camino a la violación de derechos fundamentales como la libertad de expresión, el acceso a la cultura y el acceso libre al conocimiento, violaciones que en lugar de impulsar se constituyen en barreras al desarrollo económico y social del país.

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Senador Avellaneda expone su propuesta alternativa de Reforma a la Justicia

 

El debate continuará en la sesión del próximo martes, en la cual el senador Avellaneda terminará de exponer los argumentos que motivan la ponencia alternativa.

Ayer en la sesión de la Comisión Primera se inició el primer debate para la segunda vuelta del proyecto de Acto Legislativo de Reforma a la Justicia.

El senador Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático) presentó ponencia alternativa, argumentando que tiene serías diferencias de fondo respecto a la ponencia de "mayorías" que han presentado los demás ponentes, entre estos, la manera apresurada y sin el estudio suficiente con que se quiere aprobar esta reforma a la Constitución, actitud que calificó como "esquizofrenia legislativa.", con la que viene funcionando el Congreso, que pareciera asimilar efectividad en la gestión con la cantidad de normas aprobadas y no en consideración a su calidad y sobre todo a su conveniencia para la sociedad Colombiana.

Sobre las diferencias que alcanzó a plantear el senador Avellaneda en la primera parte de su presentación que continuará la próxima semana, se refirió, a las detenciones mediante orden de autoridad policiva; a la figura del Habeas Iuris; a la desjudicialización de la justicia y a los distintos fueros constitucionales, entre estos el fuero militar, quedando pendiente aún su disertación sobre otros importantes temas como la silla vacía y la política criminal del Estado.

Entre las ideas más importantes que planteó el senador se encuentra el retroceso que significaría en materia de libertades democráticas, admitir detenciones con orden de autoridad policiva, ante lo cual retó a los senadores "filosóficamente liberales" a votar desfavorablemente ésta norma altamente restrictiva de la libertad.

Así mismo, se refirió al papel del Ministerio de Justicia, que debería estar promoviendo el fortalecimiento de la Justicia, y en cambio, con esta reforma lo que se busca es debilitar la justicia y cercenar la autonomía del poder judicial, pues no se entiende de otra manera el propósito de trasladar funciones jurisdiccionales a particulares y a funcionarios administrativos, esto es "quitarle a la justicia lo que le es propio", es decir, "avanzar hacia la privatización de la justicia".

El senador Avellaneda destacó la conveniencia de retirar de la reforma el tema del fuero militar, para que este no sea fuente de impunidad, y en consecuencia, el fuero termine convertido en un desafuero, así como también planteó sobre los demás aforados Constitucionales, que no se tiene todavía el estudio suficiente para presentar una reforma adecuada que respete integralmente la división de poderes y el sistema de controles y de pesos y contrapesos, luego, las dos propuestas en discusión, continúan teniendo una gran carga de improvisación, esto, afirma el senador, producto de la mencionada "esquizofrenia legislativa".

Prensa senador Luis Carlos Avellaneda

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¿Qué se puede esperar de la nueva reforma tributaria?

 

"Aunque se ha mantenido en absoluta reserva el contenido del proyecto de ley y hoy solo es posible especular acerca de este": senador Luis Carlos Avellaneda.

Se ha generado gran expectativa por lo que será la nueva reforma tributaria que va a presentar el Gobierno al inicio del semestre legislativo. Aunque se ha mantenido en absoluta reserva el contenido del proyecto de ley y hoy solo es posible especular acerca de este, vale la pena plantear algunas reflexiones sobre lo que podría ser la nueva propuesta, a partir de las pocas declaraciones que se han conocido y a la luz de la experiencia de la ultima reforma aprobada en 2006, que entonces se presentó básicamente bajo las mismas consideraciones que la actual. En efecto EN 2006 la propuesta inicial de reforma tributaria estaba sustentada sobre la base de cuatro principios:

SIMPLICIDAD: se trataba de simplificar el estatuto tributario en menos de 300 artículos, para hacer la normatividad tributaria más clara y sencilla y de ésta manera disminuir la evasión.

EQUIDAD: principalmente eliminar exenciones y tratamientos especiales.

COMPETITIVIDAD: básicamente se trataba de incentivar la inversión.

ESTABILIDAD: mantener el recaudo de manera que no se generen costos fiscales.

En ese entonces planteamos que se trataba de una reforma tributaria regresiva, que beneficiaba a las clases altas con la disminución de la tarifa al impuesto de renta, las deducciones de activos fijos y la disminución de la tarifa del IVA a bienes suntuarios, y a la vez aumentaba la carga tributaria a las clases medias y pobres al aumentar la base y las tarifas del IVA.

Curiosamente, además de los principios la próxima reforma comparte con la de 2006 dos argumentos más: que la propuesta está dirigida a incentivar la inversión, es decir, reducir la carga tributaria a las empresas y que no tiene como objetivo aumentar el recaudo, pero tampoco disminuirlo, lo que significa que al final son las familias las que terminarán cubriendo los impuestos que dejen de pagar las empresas.

No es posible hoy discutir el contenido de la nueva propuesta porque aún no se conoce, pero las expectativas apuntan hacia que nuevamente se va a disminuir la tarifa del impuesto de renta para las empresas, así como también se espera que se amplíe la base del IVA, esto es gravar productos que hoy no se gravan y probablemente unificar tarifas, con lo cual podrían aumentar las tarifas de algunos bienes básicos.

En este orden de ideas retoma vigencia la discusión acerca de cómo se entiende la progresividad de la estructura tributaria y la relación que ésta tiene con las condiciones de desigualdad de la sociedad. De acuerdo con la filosofía de justicia distributiva del gobierno, es más equitativo cobrar impuestos al consumo, puesto que quienes tienen mayores ingresos consumen más y de ésta manera pagan más impuestos, y en cambio, resulta injusto gravar la renta o el patrimonio de las personas puesto que ello no solo afecta de manera directa la riqueza sino que desestimula la inversión y con ello se afecta el crecimiento económico y el empleo. Esta es la razón por la cual siempre se plantea disminuir los impuestos directos y aumentar los impuestos indirectos.

Es difícil aceptar la progresividad de los impuestos indirectos, como los impuestos al consumo, pues, en teoría ni siquiera la economía política neoliberal defiende tal tesis, a lo sumo, se argumenta que este tipo de impuestos son neutros, a nuestro juicio en cambio, tales impuestos resultan siendo altamente regresivos, puesto que las familias de menos ingresos son quienes gastan una mayor proporción de su ingreso en bienes de consumo, principalmente de consumo básico, luego con los impuestos sobre estos bienes, las familias pobres terminan gastando una proporción importante de su ingreso familiar en el pago de impuestos, así en términos absolutos paguen menos que las familias de mayores ingresos. Así mismo, disminuir la carga tributaria a las empresas tiene como contrapartida un incremento en el ingreso disponible de las familias más ricas y en consecuencia una mayor desigualdad.

La experiencia de la reforma tributaria de 2006 muestra qué no solo no se verificó el efecto sobre el empleo que se esperaría de una mayor inversión, sino que además los niveles de desigualdad antes de disminuir han tendido a crecer, ahora, si se implementa una nueva reforma sustentada sobre los mismos principios y las mismas propuestas dirigidas a incrementar los impuestos indirectos y disminuir los directos, se tendrá como resultado una mayor ampliación en la brecha de ingreso entre las familias pobres y las familias ricas, es decir, un mayor incremento en los ya insoportables niveles de desigualdad que caracterizan a nuestra sociedad.

Hay que esperar cual es el contenido real de la nueva propuesta de reforma tributaria, pero a juzgar por lo que se discute en los círculos académicos y lo poco que se puede leer de las declaraciones de los funcionarios del gobierno, no hay muchas razones para la esperanza.

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Período del Fiscal: ¿personal o institucional?

 

"Quien resulte electo como nuevo Fiscal lo será por un período de 4 años, contados a partir de su posesión": senador Luis Carlos Avellaneda.

Con motivo de la declaratoria de nulidad del acto administrativo de elección de la Fiscal General de la Nación, Dra. Viviane Morales Hoyos, y su ulterior renuncia irrevocable a dicho cargo, se ha planteado un interrogante: ¿El nuevo Fiscal General de la Nación, que se elija, lo será para un periodo institucional o personal?

En relación con el interrogante, se ha dicho que éste puede ser resuelto por el Consejo de Estado en la Sentencia de declaratoria de nulidad del acto de elección de la Fiscal General; otros señalan que la Corte Suprema de Justicia lo podrá hacer en el momento de la nueva elección del Fiscal General de la Nación, que reemplace a la Dra. Morales; otros manifiestan la necesidad de formular una consulta a la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado; y otros indican que habría que esperar una nueva y eventual decisión del Consejo de Estado, ante una posible nueva demanda contra el nombramiento de quien reemplace a la Dra. Viviane Morales Hoyos.

Empero, ninguno de los caminos indicados hasta ahora es el adecuado, en razón a que el interrogante primario de este escrito, ya está resuelto institucionalmente. En efecto, la Honorable Corte Constitucional, al declarar inexequible el inciso 3, del artículo 29, de la Ley Estatutaria 270 de 1996, indicó que el periodo del Fiscal General de la Nación, es personal y no institucional. Significa que quien resulte electo como nuevo Fiscal General de la Nación, para reemplazar a la Dra. Viviane Morales Hoyos, lo será por un período de 4 años, contados a partir de su posesión.

Lo anterior resulta imperativo, dados los efectos de las sentencias de constitucionalidad que profiere la Honorable Corte Constitucional, que son erga omnes.

Lo anterior quedó muy bien descrito, en un derecho de petición que formuló el 6 de marzo el Doctor Jesús María España Vergara, ante la Honorable Corte Suprema de Justicia.

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"Congreso está en deuda con la expedición de un Nuevo Estatuto del Trabajo": senador Avellaneda

Durante el foro sobre trabajo decente, el congresista manifestó su preocupación por la tercerización laboral, las pensiones y los derechos laborales, a los que llamó "fallas de la política de empleo".

Con la reevaluación del objetivo de la Constitución de 1991, en donde los derechos de los seres humanos priman por encima de todo, el senador Luis Carlos Avellaneda denunció la indignidad en la que ejercen sus labores los trabajadores Colombianos.

Expresó el senador Avellaneda que en el sector privado priman las ganancias del dueño o la empresa, a costa de la baja remuneración de los trabajadores; y en el sector público la deslaborización ha hecho que el trabajo sea un foco de clientelismo.

"Se evidencia una indignidad del ser humano cuando debe andar detrás del padrino político para que se le renueve el contrato y en otras ocasiones le quiten parte del salario devengado", sostuvo el senador Avellaneda.

Como retos, el congresista recomendó la conquista de la convención colectiva en el sector público, la negociación de un salario bajo el concepto de mínimo vital y que todos los trabajadores estén asegurados contra los riesgos de salud.

Así como el rediseño de un nuevo modelo de salud que no esté basado en el ánimo de lucro, sino que cobije a todos los colombianos por igual. Acabar con la dicotomía en materia pensional, donde coexisten règimen de prima media, basada en la asistencia mutua, y el ahorro individual, basado en el egoísmo.

Finalmente, propuso la creación de un nuevo sistema pensional en el país, basado en el derecho a la universalidad.

"Hoy existe tan solo un 27 % de personas en edad de pensión con este beneficio y un 73% que, estando en edad de pensión, no cuentan con ningún seguro de vejez. Si aplicamos el principio de igualdad ayudaremos a conseguir la paz que tanto anhelamos los colombianos".

Para Tarsicio Mora, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores – CUT, el modelo neoliberal que se aplica en el país ha degenerado el movimiento sindical y la lucha por los derechos de los trabajadores.

Mora propuso erradicar de fondo la tercerización del empleo, sin embargo quedó en evidencia el respaldo de muchos políticos a esta práctica, "a través de la cual buscan conservar su caudal electoral", sostuvo.

"El problema no sólo es la calidad y el pago del trabajo, sino también las prestaciones y la tercerización que impiden que un trabajador llegue a cotizar las semanas necesarias para lograr una pensión digna para su vejez. Debemos buscar no solamente un trabajo decente, sino un país decente", puntualizó Mora.

Según Italo Cardona, representante en Colombia de la Organización Internacional del Trabajo – OIT, "Colombia tiene la segunda tasa más alta de desempleo en jóvenes en América Latina", e insistió en cuatro puntos indispensables para conquistar una política de trabajo decente:

Primero ampliar el acceso de las personas a un trabajo y a posibilidades laborales sin ningún tipo de discriminación como raza, edad, sexo, entre otros.

Segundo, que este trabajo venga acompañado de una protección social relacionada con la pensión y la salud, tanto para el trabajador como para su familia, así como de buenas condiciones laborales.

Como tercer requisito, no sólo la ratificación de convenios con la OIT, sino su aplicación de manera efectiva, principalmente en el tema de la libertad sindical y la negociación colectiva.

Y finalmente, la promoción del diálogo social, la apertura de espacios donde se puedan escuchar diferentes voces que bajo el principio de superación puedan construir y avanzar en la consecución de una política de trabajo decente.


A su turno, el viceministro de Empleo y Pensiones, Mauricio Olivera, sostuvo que desde el pasado noviembre se le pidió a los entes territoriales que dimensionen el fenómeno, en cuanto al número de contratos que tienen, el número de funcionarios de planta y monto de los recursos que se invierten en este tema.

A febrero, manifestó el funcionario, existen en los entes territoriales más de 100 mil vinculaciones de planta y cerca de 170 mil por prestación de servicios.

"Lo que busca el Gobierno nacional es que la inversión sea para inversión y que el trabajo sea un trabajo decente", resaltó.

El senador Luis Carlos Avellaneda, escuchó varias observaciones de los trabajadores presentes y se comprometió a respaldar desde el legislativo cualquier proyecto que el Gobierno nacional presente, con el fin de mejorar las condiciones laborales de los colombianos.

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A sanción presidencial Proyecto en memoria de Jaime Garzón

 

Doce años después de su asesinato, el Congreso de Colombia quiere hacerle un reconocimiento por su labor en beneficio de la vida, la libertad, la paz y la dignidad para la sociedad Colombiana.

A sanción presidencial pasó el proyecto de ley que honra y exalta la memoria del abogado, pedagogo, periodista y analista político, Jaime Hernando Garzón Forero; iniciativa del senador Luis Carlos Avellaneda.

De esta manera, la plenaria del Senado, aprobó el informe de conciliación presentado por el senador Guillermo García Realpe (Partido Liberal), en cuyo articulado se resalta el incansable trabajo adelantado por Garzón en pro de la libertad, de la ética pública, del respeto por la vida, los derechos fundamentales y la búsqueda de la paz y la dignidad para la sociedad Colombiana.

Igualmente autoriza al Gobierno Nacional, para que a través de Señal Colombia se realice la recopilación, selección y publicación de la vida y obra de Jaime Hernando Garzón Forero, así como la construcción de un busto de Jaime en el campus de la Universidad Nacional de Colombia, siempre y cuando el Consejo Superior lo autorice.

 

 

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El nuevo pos preserva el perverso enfoque curativo

 

"No es claro el método utilizado para tomar tan trascendental decisión, puesto que no hay evidencia de un estudio técnico que la respalde": senador Luis Carlos Avellaneda (PDA).

El sistema General de Seguridad social en salud, establecido por medio de la Ley 100 de 1993, determinó como herramienta para materializar el derecho fundamental a la salud un plan de beneficios denominado Plan Obligatorio de Salud – POS, en el cual se incluyen una serie de procedimientos, tratamientos, insumos y medicamentos.

Desde el principio este método de materialización del derecho, ha recibido muchas críticas por ser de carácter restrictivo, no acorde con las realidades de salud de la población y por limitar a los pacientes a un determinado listado que en muchas ocasiones no permite una recuperación integral de la salud.

De otro lado, las quejas frente al listado del POS han venido de todos los actores del sistema por no ser claro, por dejar muchos vacíos y por ser una herramienta que puede ser interpretada al antojo y beneficio de cada quien.

En este orden de ideas, el sistema determinado en el POS ha permitido abusos por parte de EPS, tanto en la negación de servicios incluidos, como en un crecimiento inusitado de recobros al FOSYGA, que tienen en un serio riesgo el sostenimiento financiero del modelo de aseguramiento. Sustentamos esta afirmación a partir de dos hechos trascendentales: primero, que el 65.4% de las Tutelas son por servicios incluidos en el POS, de acuerdo al estudio de la Defensoría del Pueblo; y segundo, que el Fosyga gira millonarios recursos por cuenta de los recobros de las EPS, los cuales solo en 2010 significaron más de 2 billones de pesos.

Estos hechos y otros de mayor gravedad, que han venido siendo recurrentes en los últimos años, obligaron al Congreso a expedir dos leyes y a la honorable Corte Constitucional a proferir la sentencia T-760, conminando al Gobierno Nacional y en particular a la comisión de Regulación en salud, para que busquen una solución de fondo a la indefinición del POS y a la grave situación que acarrea para el sistema ésta problemática.

Es de anotar, que los diferentes gobiernos no han solucionado esta situación y por el contrario han dado largas, permitiendo que la crisis del sistema se acrecente a niveles inmanejables que tiene al borde del colapso a todo el sector.

En este orden de ideas, la Comisión de Regulación en Salud ha dado a conocer la inclusión y actualización del denominado POS de más de 350 nuevas tecnologías en salud, con el objeto de superar la indefinición, garantizar el derecho a la salud y eliminar las "zonas grises".

Como era de esperarse, esta medida ha ocasionado una serie de críticas de parte de los profesionales de la salud, los hospitales, las clínicas y hasta de los pacientes. Lo que sí está claro frente a esta actualización, es que se insiste en un listado de beneficios, se rompe el principio de integralidad y se sigue pensando en el modelo curativo y no preventivo que haga más eficiente y genere un verdadero impacto en el estado de salud de la población.

Asimismo, no es claro el método utilizado para tomar tan trascendental decisión, puesto que no hay evidencia de un estudio técnico que la respalde y se contradice lo enunciado por el Presidente de la República, que en días pasados anunció por todos los medios de comunicación, que el sistema de salud en Colombia cubriría todas las enfermedades, que no habría exclusiones y que la salud es un derecho humano fundamental, lástima que las palabras del presidente no tuvieran eco en los señores comisionados, que se mantienen desconectados de los colombianos y colombianas.

Lo anterior, amerita que se piense en un sistema de salud nuevo, donde se garantice de manera efectiva el derecho fundamental a la salud para todos y todas en igualdad de condiciones, mínimo bajo los principios de calidad, calidez e integralidad.

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Los retos del cambio climático

 

"Si los países no se ponen de acuerdo respecto de una nueva regulación, la temperatura del planeta podría aumentar en más de tres grados": senador Luis Carlos Avellaneda (PDA).

 Del 28 de noviembre al 9 de diciembre de 2011, se realizará en Durban, Sudáfrica, la decimoséptima Conferencia de las Partes (COP 17), a la que acudirán representantes de 190 países, caracterizados por formar parte de los territorios más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático.

El certamen coincide con la finalización de la vigencia del Protocolo de Kioto, que implica la creación de un nuevo acuerdo para la reducción de emisiones de gases que incluya a los dos principales países contaminantes: China y Estados Unidos.

Las discusiones sobre la continuidad del Protocolo no han sido claras, ni han contado con el compromiso real de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, ni de plantear soluciones que eviten los graves impactos del calentamiento global.

Centroamérica pedirá en la cumbre ser reconocida como región altamente vulnerable al cambio climático que necesita recursos para mitigar sus efectos. Por su parte, Japón, Rusia y Canadá ya señalaron que no contemplan la posibilidad de firmar un compromiso antes de 2018.

De hecho, es muy incierto que se llegue a un acuerdo en Durban. Un miembro de la delegación de la Unión Europea dijo en Bruselas que esta cumbre climática es la más compleja de todas las que se han llevado a cabo.

Expertos alemanes alertan, entre otras cosas, acerca del calentamiento global en caso de que fracasara la conferencia internacional. Si los países no se ponen de acuerdo respecto de una nueva regulación luego de finalizado el Protocolo de Kioto, la temperatura del planeta podría aumentar en más de tres grados.

Colombia, que ha sido sacudida en lo que va corrido de este Gobierno por los efectos devastadores de la ausencia de una política ambiental, debería tomar una posición sobre la materia, aprovechar para adoptar políticas claras, que eviten afectar los páramos, que nos proveen el 50% de agua, la tala indiscriminada de bosques y la asignación de licencias para la construcción de complejos turísticos en zonas de reserva natural como el parque Tayrona.

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¿Trabajará el Ministro Rafael Pardo en el cambio de la política laboral colombiana?

 

 

El pasado martes 15 de noviembre, tomó posesión como Ministro de Trabajo el doctor Rafael Pardo. En entrevista con el diario el Tiempo habló de los retos que le esperan en la cartera e hizo un diagnóstico de la situación actual del mercado laboral: más de 2 millones de desempleados, 14 millones de trabajadores en condición de precariedad, solo 6 millones con empleo formal y elevados niveles de desempleo entre los jóvenes y las mujeres.

 Aunque el doctor Pardo fue enfático en resaltar la necesidad de dignificar el trabajo y respetar las libertades sindicales, hizo muy pocas menciones acerca del carácter de la política que piensa adoptar, pues acerca del salario mínimo próximo a negociarse, se limitó a decir que fijará su posición en la mesa de concertación de políticas laborales y salariales; sobre el seguro de desempleo dijo que había que estudiarlo; no mencionó nada acerca del estatuto del trabajo, ni de las leyes que se necesitan para avanzar en materia de libertad sindical, aunque habló de revisar la contratación del Estado para evitar las nominas paralelas y reducir la contratación a través de prestación de servicios,  finalmente, mostró su aprobación a la intención del presidente de impulsar una nueva reforma pensional.

En este orden de ideas, la llegada del liberalismo a la cartera de trabajo, hasta ahora no muestra indicios de querer atacar las causas reales de la precariedad del mercado de trabajo en Colombia, caracterizado por bajos ingresos y alta inestabilidad a partir de las reformas de flexibilización laboral y el carácter restrictivo de las políticas salariales; bajos niveles de organización, debido en parte a la falta de desarrollo legal de las libertades sindicales, y en parte al conflicto interno y un sistema pensional de baja cobertura que transita cada vez más a brindar menor seguridad en la vejez.

El problema del trabajo en Colombia es de carácter estructural y su solución debe pasar por un cambio profundo en la legislación y en la voluntad política del Gobierno  para ponerse de lado de los trabajadores. Consideramos que la nueva creación del Ministerio del trabajo es acertada, pero las posibilidades de producir mejoras reales en el mundo del trabajo, dependerá del compromiso para producir cambios estructurales. Sin embargo hasta ahora la política del Gobierno Santos ha estado dirigida  a profundizar las condiciones que hacen el trabajo precario, ¿querrá Rafael Pardo cambiar la lógica de la política laboral?,  o mejor ¿podría hacerlo si quisiera?.

 

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Reforma Pensional o Dignidad en el Trabajo “una corta reflexión acerca de la crisis del sistema pensional Colombiano”

 

Se viene escuchando cada vez con más fuerza desde distintos sectores de la opinión y la institucionalidad Colombiana, la necesidad de una nueva reforma pensional. Desde el Gobierno, a partir de la discusión del PND 2010-2014, se ha conocido la intención de aumentar las edades y de disminuir el monto de la pensión mínima, y desde el sector privado,  (colfondos, fedesarrollo, Anif, entre otras) se ha planteado que además de ello, es necesario aumentar el requisito de semanas cotizadas e incrementar la tasa de cotización.

 

La nueva oleada reformista obedece al reconocimiento implícito de una verdad muy poco reconocida pero cada vez más evidente: el sistema pensional Colombiano padece una falla estructural, que la reforma implementada a través de la ley 100 de 1993, lejos de aportar una solución, ha contribuido a profundizar.

 

La falla consiste en que financieramente el sistema cada vez es menos sostenible, lo que implica un costo creciente para las finanzas públicas, que deben sufragar el déficit pensional. La solución propuesta por la ley 100 de 1993, centrada en el ahorro individual, (es decir, que cada individuo es responsable por su seguridad en la vejez, para lo cual debe ahorrar en una cuenta administrada por un fondo privado una parte de sus ingresos durante su vida laboral), no ofrece hoy una expectativa cierta de acceso a la pensión a la mayoría de los trabajadores Colombianos, pues, los altos niveles de desempleo, la alta rotación laboral, la informalidad y el bajo nivel general de salarios, hace que apenas una tercera parte de los afiliados (los de mayores ingresos y empleos más estables) pueda alcanzar el ahorro necesario para acceder auna pensión de jubilación, y que además, apenas el 60% alcancen a completar el número de semanas cotizadas necesarias para acceder a la Garantía de Pensión Mínima[1].Por su parte en el Régimen de Prima Media, apenas el 50% de los hombres y el 40% de las mujeres alcanzaría a cotizar las 1300 semanas. Esto es muy grave, si se tiene en cuenta que solo una tercera parte de los trabajadores cotiza a algún régimen de pensiones, luego, dos terceras partes de los trabajadores ya de entrada se encuentran sin protección para la vejez, y de la tercera parte restante, cuando menos el 40% se quedaría excluido por no cumplir los requisitos mínimos necesarios.

 

La otra cara de la moneda, la constituye el costo fiscal que hoy significa el Régimen de Prima Media, pero que a largo plazo, lo será también el Régimen de Ahorro Individual. En el primer caso, la principal causa del déficit, lo constituye el masivo traslado de afiliados que sufrió el Régimen de Prima Media, con la entrada en vigencia del Régimen de Ahorro Individual, que mediante publicidad ofrecía mayores beneficios y seguridad, de manera qué siendo la prima media un sistema que se soporta en la masa de afiliados, la “huida” de éstos no podía hacer más que volver el sistema insostenible. Hemos demostrado que, sin la competencia del ahorro individual, el régimen de prima media estaría arrojando resultados positivos y el costo fiscal no sería mayor que las obligaciones que tiene el Estado como patrono.

 

En el segundo caso, es claro que, con la situación descrita del mercado laboral, al menos una tercera parte de los afiliados al Régimen de Ahorro Individual[2] solo podrán acceder a la pensión haciendo uso de la Garantía de pensión mínima, es decir, a través del auxilio estatal, con lo cual se configura una fuente creciente de gasto para el fisco Nacional. La reciente reforma financiera (ley 1328 de 2009) en materia de pensiones creó dos fuentes adicionales de costo fiscal por cuenta del régimen de ahorro individual: “la cobertura de incremento del salario mínimo en rentas vitalicias” y “la garantía para mantener el poder adquisitivo constante de los aportes” que se constituyen en un mecanismo de seguridad financiera para el capital privado ante los riesgos de inflación y/o crecimiento del salario mínimo, a costa de las finanza públicas.

 

Ante este panorama, reconociendo tácitamente la incapacidad del Régimen de Ahorro Individual de corregir las fallas del sistema, con la expectativa de un costo creciente para las finanzas públicas, pero lejos de querer renunciar a las políticas de flexibilización y deslaboralizaciónque deprimen el mercado laboral, es que el Gobierno ha planteado la necesidad de aumentar la edad para pensión (que en el marco de una reforma pensional, de seguro vendrá acompañada del aumento de las semanas cotizadas, e incluso, de la tasa de cotización), lo cual nos obliga a examinar aunque sea de manera somera la situación del sistema ante una reforma de tales características.

 

Los datos aportados en este artículo se extraen  de un estudio realizado por el Banco de la República[3], el cual calcula a partir de datos del Departamento nacional de Planeación, el número de semanas que en promedio alcanzarán a cotizar los trabajadores por deciles de ingreso[4], para períodos laborales de 40 años y 35 años de hombres y mujeres respectivamente, si a partir de allí ampliamos los periodos laborales, por ejemplo a 55 y 50 años para hombres y mujeres, que correspondería a una edad de jubilación de 75 y 70 años, (en el caso de los hombres equivaldría a la expectativa de vida), tendríamos que aún así, cerca del 30% más pobre de la población afiliada no alcanzaría a cumplir el requisito actual de semanas de cotización, situación que sería mucho más grave, si la reforma también aumenta el requisito de semanas cotizadas.

 

En este orden de ideas, es evidente que cualquier reforma que no contemple un cambio radical en las condiciones del mercado laboral, solo podría estar dirigida a hacer cada vez más difícil el acceso de los trabajadores a seguridad en su vejez y a materializar la renuncia del Estado a garantizar a la sociedad las condiciones mínimas necesarias para llevar una vida digna, o lo que es lo mismo, a su propia legitimidad.

 



[1] La Garantía de Pensión Mínima, es el auxilio que ofrece el estado a los afiliados al Régimen de Ahorro Individual, que no alcancen a acumular el ahorro suficiente para financiar una mesada pensional equivalente a un salario mínimo, donde el auxilio consiste en completar el capital necesario. Para acceder a este beneficio, se requiere haber cotizado 1150 semanas y además, haber cumplido la edad de jubilación.

[2] que resultan de comparar el 60% que alcanzan el número de semanas descontando los que alcanzan el ahorro necesario y no necesitan la garantía de pensión mínima.

[3] Cuadernos de Economía No. 553.

[4] Es decir se divide la población en 10 deciles, de donde cada uno corresponde al 10% de la población, y se clasifica de ingresos bajos a ingresos altos, con lo cual, el decil 1 por ejemplo, corresponde al 10% de la población que tiene los ingresos más bajos, y el decíl 10, corresponde al 10% de la población que tiene los ingresos más altos..

 

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Y de nuevo la negociación del salario mínimo

 

 

"Para que un trabajador pueda ubicarse por encima de la línea de pobreza, necesitaría devengar un salario cercano a los $800.000": senador Luis Carlos Avellaneda (PDA).

Tal vez la primera responsabilidad de importancia que tendrá el nuevo Ministro de Trabajo, Rafael Pardo, será la negociación del salario mínimo para el año 2012, lo que se constituye en un buen indicador del talante que caracterizará su administración en relación con las Centrales Obreras, el respeto a los derechos laborales y sobretodo, con el carácter de la política en materia laboral que va a impulsar desde el Ministerio.

Al respecto ya el Gobierno se ha pronunciado a través del Ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, quien, como era de esperarse recomienda prudencia para la fijación del mínimo salarial, puesto que un alza "desmedida" podría afectar los avances que parece estar teniendo la generación de empleo en Colombia, argumento este que conocemos de memoria tras décadas de escucharlo cada vez que se presenta la coyuntura de negociación, de acuerdo al cual, el salario mínimo ni siquiera debería existir, pero si existe, como en efecto sucede en Colombia, debería ser bajo en época de alto desempleo, y en época de recuperación, también.

La recomendación del ministro Echeverry replica la fórmula que invariablemente han usado sus antecesores para fijar los salarios, correspondiente al reconocimiento de la inflación más la productividad, usando la inflación esperada que siempre es más baja que la causada y la productividad total de factores, que no corresponde a la productividad del trabajo y que además, la fija con criterio político Planeación Nacional.

Además del pronunciamiento de Hacienda, se encuentra también sobre la mesa la propuesta de Anif, que, aunque usa una fórmula similar, llega a la conclusión de que el alza del mínimo debería ser del 5% y en cualquier caso no superar el 5,2%. La fórmula de Anif considera una estimación de la inflación causada en 2011 de 3,3%, más la productividad del trabajo, equivalente al 1,9%. Consideramos que la propuesta de Anif, siendo sumamente restrictiva del ingreso de los trabajadores, está elaborada sobre criterios técnicos más serios que los de Hacienda, pues no solo usa la inflación causada en oposición a la inflación esperada, sino que también, reconoce la productividad que debe ser considerada es la productividad del trabajo, y no la productividad total de factores, que ellos estiman en 0,5%.

De otro lado se encuentra la postura de las centrales obreras que han planteado iniciar la negociación con una propuesta de alza entre el 6% y el 8%, es decir, entre el máximo de lo propuesto por Anif, y el mínimo de las centrales obreras, solo hay 0,8 puntos de diferencia, de donde se generan expectativas de que por primera vez en varios años podría llegarse a un acuerdo en materia de fijación del salario mínimo.

Sin embargo, aun con la expectativa de acuerdo nos parece que la propuesta de entrada de las centrales obreras resulta aún insuficiente si se considera un horizonte de ingreso para los trabajadores más ajustado a una política de superación de la pobreza y la desigualdad en Colombia. En años anteriores hemos mostrado que para que un trabajador pueda ubicarse por encima de la línea de pobreza, necesitaría devengar un salario cercano a los $800.000, sin embargo, en esta ocasión la comparación resulta afectada por el cambio de la metodología para la medición de la pobreza, que disminuyó sensiblemente el valor de la canasta, lo cual sin duda, se constituye en una dificultad técnica para la defensa de un incremento salarial significativo.

Es evidente que en el plano institucional existen cada vez más dificultades objetivas para la reivindicación del trabajo, como resultado de décadas de implementación de políticas de flexibilización y deslaboralización, y las consecuencias que de ellas se derivan en materia de (des)organización y (des)politización de los trabajadores.

De acuerdo con esto resulta imperativo centrar la disputa en el terreno de la consciencia de los trabajadores, solo a partir de una amplia y profunda comprensión de la realidad del trabajo y del papel activo que pueden jugar los trabajadores en su transformación, es posible pensar en conseguir un cambio sustantivo en las posibilidades de dignificación del mundo del trabajo.

 

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Si falla la justicia, calificamos al Estado como fallido

 

El senador Luis Carlos Avellaneda, en la plenaria del Senado en que se discutió la Reforma a la Justicia, sustentó las propuestas planteadas en la ponencia alternativa, que radicó en la Secretaría General de esa corporación. 

El congresista afirmó que no se puede privatizar la justicia, otorgándoles funciones jurisdiccionales a los particulares a notarios y centros de arbitramento, pues esto desnaturaliza la administración de justicia.

Para superar el grave problema de la congestión judicial que genera desesperanza e incredibilidad en el ciudadano de a pie, que no ve respuesta a sus demandas puestas en conocimiento de las autoridades judiciales, se requiere fortalecer presupuestalmente a la rama judicial, otorgándole un monto del 2,5 del monto total del presupuesto general de la Nación, más 200.000 millones anuales, para programas de descongestión judicial.

Se mostró partidario de eliminar la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes, puesto que esta no ha dado los resultados esperados frente al juzgamiento de los altos funcionarios del Estado, convirtiéndose en un organismo de impunidad, para sustituirla por una comisión de instrucción especial conformada por 10 profesionales del derecho con las mismas calidades exigidas para ser magistrado de las altas Cortes.

Defendió el principio garantista de nuestro ordenamiento constitucional y se mostró contrario a otorgar facultades a las autoridades administrativas para ordenar arrestos y registros de domicilios, puesto que estos vulnerarían flagrantemente el derecho a la libertad e intimidad de los ciudadanos, derechos que solo pueden ser afectados por mandato de autoridad judicial.

En cuanto al fuero militar, advirtió que de aprobarse la propuesta gubernamental de establecer una presunción de orden constitucional, consistente en “la relación con el servicio en las operaciones y procedimientos de la fuerza pública” para adelantar el respectivo proceso por parte de la justicia penal militar, se estaría generando impunidad y hasta delitos de lesa humanidad podrían ser procesados por esta justicia.

Finalmente, se refirió a la acción de tutela, la cual calificó como el instrumento más valioso consagrado en la Constitución para materializar los derechos fundamentales de los y las colombianas, especialmente en materia de derechos laborales, de salud, vivienda y educación, entre otros. Para superar el denominado choque de trenes, propuso que la Corte Constitucional fuera órgano de cierre cuando se trate de derechos humanos fundamentales.

 

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SE ELIMINA COMISIÓN DE ACUSACIONES DE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES.

 

En la discusión de la Reforma a la Justicia, adelantada en la Plenaria del Senado del día de ayer, por propuesta del Senador Luis Carlos Avellaneda, se eliminó la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, y en su lugar se creó una comisión especial de instrucción, integrada por diez profesionales del derecho, que deben contar con los mismos requisitos para ser magistrados de la Corte Suprema de Justicia y serán elegidos por la Cámara de Representantes de listas provenientes de la Sala de Gobierno del Consejo Superior de  la Judicatura previo concurso público. Dicha Comisión estará conformada por dos salas, una se encargará de las investigaciones de carácter penal y la otra de los asuntos de carácter disciplinario.

La propuesta contó con el apoyo del Gobierno y las bancadas de los partidos políticos que tienen representación en el Senado de la República, por considerar que esta propuesta supera las deficiencias que se han presentado históricamente en las investigaciones adelantadas por la comisión de Acusaciones contra los funcionarios aforados.

 


 

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Senador Avellaneda presenta ponencia independiente al Proyecto de Reforma a la Justicia

 

El senador Luis Carlos Avellaneda, se apartó de la ponencia mayoritaria de la Reforma a la Justicia, por encontrarse en desacuerdo con  propuestas que pretenden privatizar la justicia en cuanto buscan facultar a los particulares para ejercer funciones jurisdiccionales.

Avellaneda, se manifestó en contra que se les de a las autoridades administrativas la posibilidad de ordenar arrestos o registros de domicilios, este debe ser por mandato de orden judicial, puesto que por mandato superior esto corresponde a las autoridades judiciales. De igual manera, no está de acuerdo que se establezca un sistema cruzado entre las altas cortes para ejercer la función disciplinaria  y propone que se cree un organismo especial para que cumpla dicha función.

Se mostró partidario de fortalecer la Rama Judicial y propuso asignar  una partida del   2.5 % del monto total del presupuesto general de la nación.

Afirmó que es inconveniente reformar la institución del fuero militar pues tal como está concebida la propuesta, genera impunidad.

Finalmente se mostró a  favor de implementar concursos públicos para la elección de los magistrados de las altas cortes y consolidar la carrera judicial como mecanismos idóneos que permiten seleccionar las personas  más competentes  para desempeñar los cargos.

En contra que se establezca un sistema cruzado entre las altas cortes para ejercer la función disciplinaria  y propone que se cree un organismo especial para que cumpla dicha función.

 

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Sobre la semana del desarme

La semana del 24 al 30 de octubre fue designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como la Semana del Desarme, cuya fecha coincide con el nacimiento de las Naciones Unidas el 24 de octubre de 1945. La implementación de esta semana surge, en principio, con el objetivo de invitar a los Estados a  reflexionar sobre el peligro que representa la carrera armamentista para la estabilidad del orden mundial, así como para reflexionar sobre la urgencia de hacer tareas que conlleven al desarme.


La conmemoración de esta fecha en nuestro país exige cuando menos la reflexión en torno al quehacer que, el Gobierno y la Sociedad Civil, están desarrollando en la materia, especialmente para que adopten medidas encaminadas a establecer programas de educación para el desarme y estudios sobre la paz en todos los niveles como lo ha sugerido la ONU. 

Asimismo, implica dar continuidad a todos los procesos que de cara a la consolidación de la paz se desarrollan en Colombia, así como hacer un llamado a los actores armados al margen de la Ley para que cesen el uso armas, por lo que extendemos la invitación a participar activamente de los actos que con este objetivo se van a realizar, así como solidarizarnos con todos los esfuerzos que desde la sociedad civil se vienen generando para el desarme físico y mental.
 

En lo particular, queremos resaltar la centralidad de avanzar en un proceso de negociación que permita la salida negociada al conflicto y la reincorporación a la vida civil de los hombres y mujeres de la guerra, por lo que nos sumamos a las justas reclamaciones al Gobierno y las guerrillas para que prontamente tomen esa decisión.
 
Luis Carlos Avellaneda T
Senador de la Repùblica

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Educación Superior: una reforma con ánimo de lucro

 

"El proyecto de ley es una reforma en la que el Estado pasa de ser financiador de la educación superior, a policía educativa": senador Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático).

El problema de reforma puede tener dos vías de acción en términos de propuesta, de un lado, la profundización de lo que se viene dando o de otro lado, una transformación radical en la estructura que la sustenta.

Para el caso de la ley 30 de 1992 el Gobierno Nacional ha decido optar por la primera vía, en el sentido de la profundización de la lógica mercantil en el sistema de educación superior en Colombia, pero esta vez de manera más agresiva a tal punto que manifestó su voluntad política de implementar el ánimo de lucro en la educación superior, propuesta que retiró el presidente Santos, cuando llega de Chile donde presenció las protestas que ha generado el modelo que aquí quiere implementar.

En este artículo quisiéramos indicar algunas pistas sobre el fondo del proyecto de ley, partiendo de la idea que el ánimo de lucro es una realidad que ya ha venido consolidándose desde el mismo escenario de desarrollo de la Ley 30 de 1992, que en sus primeros años de aplicación produjo una explosión del crecimiento de instituciones privadas de educación superior de baja calidad, que ha convertido en un negocio muy lucrativo la compra y venta de esas instituciones y que se mantiene intacto en el espíritu de la reforma planteada por el Gobierno, pesar de su retiro en el articulado del proyecto.

Así, lo que ha dicho el Presidente Santos, a su llegada de Chile, país en el que tuvo la oportunidad de ver las protestas que se generan por el modelo que quiere imponer, es que "por ahora" se retira de la propuesta de reforma el ánimo de lucro. Ese condicionante deja entrever que en el espíritu de la política educativa sí está el componente de mercantilización y entrega al sector privado de la educación superior en Colombia.

En efecto, en el proyecto 112 de 2011 Cámara, "por el cual se organiza el sistema de educación superior y se regula la prestación del servicio público de la educación superior", también encontramos ese espíritu mercantilizador, a pesar que reconoce la educación superior como un derecho y un bien público, pues el contenido del mismo contradice ese postulado desde el hecho de basarlo en el "mérito y la vocación" (artículo 1), principios que define en términos de la competencia propia de un mercado de servicios, ligados a incentivos y mecanismos financieros que allí se necesitan, hasta la pérdida de peso relativo de la inversión en educación de las finanzas públicas.

Es decir, con un poco más de recursos, ligados al crecimiento real del PIB (artículo 145), muchas más obligaciones, centradas, además de los gastos de funcionamiento, en criterios de nuevos cupos, productividad académica de los docentes, formación docente y el fortalecimiento de la capacidad de investigación e innovación, situación que exige, de suyo, a las Instituciones de Educación Superior Estatales, como las denomina el gobierno, a buscar cada vez más recursos propios, cuyos contratos estarán regidos por el derecho privado (artículo 32) y que obedecerá al concepto rentístico derivado del numeral d. del artículo 142 y del artículo 144 del proyecto de ley, entre los que se encuentra por supuesto la matrícula que según lo dispuesto por el artículo 151 se podrá incrementar "... por encima del índice de precios al consumidor", si así lo justifica la IES, bien sea privada, pública o mixta, ante el MEN, lo cual es de suyo aumento indefinido del valor de la matrícula.

La educación para el gobierno no es una inversión sino un costo como taxativamente lo reconoce en el artículo 151, costo que es transferido a la sociedad, profundizando la tendencia a la configuración de un grupo pequeño de instituciones de calidad para el que las pueda pagar y uno muy amplio de instituciones de educación superior, de garaje, para quienes no lo puedan hacer, que es el grueso de la población que estará en el entramado institucional que busca para 2014 "alcanzar el 50% de cobertura en educación superior, mediante la generación de 646.000 nuevos cupos", que pagarán los y las estudiantes y los padres de familia a través de los créditos educativos que ofrecerán el ICETEX, cuya tasa de interés real igual a cero o condonación de la deuda, como lo ha anunciado la ministra, es una falacia cuando están sujetos a disponibilidad presupuestal, como se anuncia en el artículo 158 del proyecto de ley.

El proyecto de ley 112 de 2011 Cámara, es una reforma en la que el papel del Estado pasa de ser el financiador de la educación superior, a ser la policía educativa[i] que vela por unos mínimos de calidad, autoriza el funcionamiento de las instituciones, regula la libertad de competencia y mercantiliza la educación superior, como se puede deducir del análisis del título II, V y VI del proyecto de ley. Huelga decir, de otro lado, que esta es una reforma que se puede entender exclusivamente para el aumento de la cobertura y que discusiones como las relacionadas con la internacionalización, la transnacionalización del conocimiento, el uso de las TICS y la virtualización de la educación, el bilingüismo, la calidad educativa, la soberanía nacional, la pertinencia de la educación, la calidad docente, las garantías laborales para los docentes, el compromiso social de la universidad, la extensión, los mecanismos de evaluación, la dificultad del acceso a la universidad pública, la reproducción de la inequidad, la integración de las IES con la sociedad y el mercado laboral, la participación de la comunidad académica en los órganos de gobierno, los costos asociados a una mayor planta docente, las estrategias para aumentar la cobertura en maestrías y doctorados y la inclusión de los grupos étnicos, entre otros, brillan por su ausencia, cuando no se hacen muy opacos por su planteamiento y reflejo en el articulado como es el caso de la internacionalización muy mal tratada en el capítulo III del Título VI.

Finalmente, saludar la conformación de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil y la consolidación de un programa mínimo, lo cual es un hecho histórico para el movimiento estudiantil y de cuya capacidad de movilización va a depender el curso que tome la implementación de la propuesta de reforma a la educación superior. La acción del poder constituyente de este movimiento tendrá que verse reflejado en los procesos asamblearios, de discusión y de proyección que surjan de este escenario, así como los derivados de propuestas alternativas que allí se desarrollen, para lo cual es menester que el movimiento estudiantil se logré desmarcar de las acciones violentas y de la estigmatización que desde distintos frentes se le quiere hacer, utilizando toda su creatividad para el ejercicio de nuevas formas de protesta social y de resistencia civil, de las que movimientos como el chileno, anonymus y los indignados nos dan algunas lecciones.

 

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A propósito del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

 

En 1992, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en su Resolución 47/196, con el objeto de crear conciencia en la importancia de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo.

No han sido pocos los escenarios en los cuales a lo largo de los últimos años en los diversos debates y foros realizados sobre la política salarial y de empleo, hemos llamado la atención acerca del equívoco en que incurre el Gobierno Nacional en su política de combate a la pobreza y la desigualdad, pues de un lado la estrategia es equivocada y del otro, se adoptan medidas de política económica que marchan en contravía del combate a la pobreza.

Hemos demostrado por ejemplo que la estrategia de combate a la pobreza no reviste un carácter estructural y se limita a esperar los beneficios “automáticos” del crecimiento económico y por ende basta con “asistir” a aquellos que se encuentran en posición de debilidad para competir en el mercado de trabajo, bajo tal lógica se diseñan los programas de asistencia directa como familias en acción, se emplean estrategias de autoempleo como la “banca de oportunidades”  y se piensa un esquema de educación en competencias laborales y formación para el trabajo, que poco aporta al desarrollo de una plataforma de ciencia y tecnología para el país, todo ello, bajo la lógica de ver al ser humano simplemente como0 un factor de producción.

De la misma manera, a la par de estrategias equivocadas de combate a la pobreza, se implementan medidas de política económica que profundizan las condiciones de vulnerabilidad de la población frente al riesgo de pobreza, pues sin decir que el ingreso es el único factor determinante de la pobreza, sí es el más importante, y en este sentido este Gobierno ha adoptado de manera sistemática medidas encaminadas a disminuir el ingreso de los trabajadores, así, tenemos toda la política de flexibilización laboral que disminuyó el ingreso laboral, aumento la inestabilidad en el empleo y ha contribuido a la ampliación de la brecha entre ricos y pobres; tenemos, las reformas tributarias que cada vez más se concentran en impuestos indirectos, los cuales son más gravosos para los pobres puesto que gravan buena parte de la canasta familiar en la cual ellos gastan todo su ingreso, mientras que disminuyen los impuestos a la renta; la privatización de los servicios públicos junto con el ajuste automático de las tarifas, hace que cada vez más los pobres deban destinar una proporción mayor de su ingreso a pagarlos; la restricción sistemática de los incrementos salariales hace que los trabajadores no vean incrementado su ya escaso poder adquisitivo e incluso, en ocasiones, produce perdida del mismo; y así podríamos continuar citando ejemplos de lo que hemos llamado una política económica plutocrática que se oculta detrás del velo de la confianza inversionista.

Pues bien, recientemente en un contexto de recesión económica ya comprobada a través de todos los indicadores, se comienzan a escuchar voces de diversos sectores de la opinión pública y de la academia que expresan el temor que hemos tenido desde hace ya varios años: Colombia no ha podido conseguir ni siquiera los resultados mínimos esperados del crecimiento económico, en lo referente a la disminución de la pobreza y la desigualdad y ahora, no solo no va a poder alcanzar niveles medianamente aceptables de disminución de la pobreza, sino que ésta se va a ver incrementada con ocasión de la crisis económica y la precariedad y  el desempleo que la subyace.

En este sentido, sentamos nuestra protesta por la improvisación en materia de política económica que ha caracterizado al Gobierno de Avaro Uribe, por el desprecio con el que ha tratado las voces de la oposición que de alguna manera hemos tratado de advertir sobre esta materia en todo sentido: mostrando la falta de coherencia de la política de combate a la pobreza, oponiéndonos a la flexibilización laboral, a las reformas tributarias y a la privatización de servicios públicos, denunciando las consecuencias que conllevan las restricciones permanentes al ingreso de los trabajadores, etc, y hacemos un llamado a la sociedad Colombiana a reflexionar acerca de la conveniencia de continuar con un modelo de Gobierno oligárquico, del cual cada vez está más claro su interés exclusivo en defender intereses particulares de la oligarquía, aunque para ello deba renunciar a los postulados más elementales de la democracia e incluso de la ética.

 

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A propósito del TLC entre Colombia y Estados Unidos

 

"El TLC no solo va a beneficiar a unos pocos en Colombia, sino que además, va a perjudicar seriamente la economía de nuestro país": senador Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático).

JUSTIFICACIÓN GENÉRICA DEL LIBRE COMERCIO. La apertura comercial, de acuerdo a la teoría económica convencional tiene justificación económica en la medida que los países poseen distintas dotaciones de recursos de acuerdo a su ubicación geográfica, condiciones climáticas y agroecológicas, dotación de capital, desarrollo tecnológico, calificación de la mano de obra, entre otras, por lo cual unos países son más eficientes que otros en la producción de ciertos tipos de bienes.

En este orden de ideas el país más eficiente en la producción de un bien, tiene una ventaja comparativa frente al resto del mundo, o al menos frente a sus socios comerciales, entendiendo la ventaja comparativa como la capacidad de producir un bien con la menor utilización de recursos posible, o lo que es lo mismo, a un menor costo en términos de recursos.

De esta manera, el libre comercio se justifica en la medida que los países intercambian bienes en los cuales poseen una ventaja comparativa, por otros bienes en los cuales otros países poseen también una ventaja comparativa, de esta manera un país puede obtener bienes a precios (relativos) más bajos respecto a los que obtendría si tuviera que movilizar recursos para su producción interna, dado que por sus condiciones solo podría producirlos a un alto costo. Así, el comercio internacional potencia la eficiencia en la producción mundial, debido a que en últimas cada país debería especializarse en la producción de bienes en los cuales posee ventajas comparativas.

Finalmente, de acuerdo al análisis anterior si un país quita las barreras al comercio, entonces puede esperarse que se de una reestructuración de su aparato productivo a favor de los sectores competitivos y en detrimento de los sectores comparativamente "ineficientes".

POSICIÓN COMPETITIVA DE COLOMBIA FRENTE A ESTADOS UNIDOS

En el desarrollo del juego de las ventajas comparativas, es claro en principio que al abrir las fronteras al libre comercio se inicia un proceso de reordenamiento del aparato productivo de manera que se crean y fortalecen algunos sectores y empresas y se destruyen otros sectores y empresas. El resultado final de este juego depende de la capacidad competitiva de los distintos sectores, de su capacidad para cambiar las condiciones del mercado y de mantenerse en el mismo.

Ahora bien, si se realiza una observación somera de las condiciones competitivas de Colombia frente a Estados Unidos, se pueden hacer algunas apreciaciones sin necesidad de entrar en el detalle de sectores específicos.

La primera consideración a que hay lugar, trata del tamaño de los mercados, las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos son ínfimas en comparación con el total de importaciones de ese país, y más aun, con respecto al tamaño de su mercado interno, las importaciones totales de Estados Unidos son casi 200 veces superiores a las exportaciones de Colombia hacia ese país, a la vez que la economía estadounidense a pesar del tamaño de sus transacciones internacionales, se fundamenta principalmente en su gigantesco mercado interno.

En cuanto a Colombia, el 40% de las exportaciones y el 30% de las importaciones las negocia con Estados Unidos, mientras que su PIB es una cincuentava parte del de este. Adicionalmente, el mercado interno Colombiano es restringido, con altos índices de desempleo y un ingreso per capita significativamente inferior al estadounidense.

En este orden de ideas es posible pensar que en el escenario de libre comercio las asimetrías de mercado existentes entre Colombia y Estados Unidos seguramente repercutirán en la variación de los precios relativos a favor de éste último, máxime si se tiene en cuenta que las barreras arancelarias que se desmontarían son mayores en Colombia que en Estados Unidos. Distintos estudios sugieren que con la implementación del TLC, en el mediano plazo el crecimiento de las importaciones superará el crecimiento de las exportaciones entre Colombia y Estados Unidos, situación que tenderá a agravarse en la medida que se venzan los plazos de desgravación de los productos para los cuales se logro desprotección gradual. En síntesis, para empezar en términos de balanza comercial, Colombia se proyecta como perdedor neto.

Ahora, si se revisa la situación competitiva más allá del tamaño del mercado, atendiendo exclusivamente a las "ventajas comparativas" tenemos que:

En el sector industrial Colombia es importador neto respecto a Estados Unidos, puesto que por su alto grado de desarrollo tecnológico, ese país posee enormes ventajas. El grueso de las importaciones de Colombia provenientes de estados unidos son bienes de capital, los bienes de capital son fundamentales para el desarrollo del sector industrial de un país, por lo tanto, al quitar las restricción de acceso a este tipo de bienes, se termina de renunciar de una vez por todas a la generación interna de un sector productor de bienes de capital, con esto se profundiza más la dependencia y se generan mejores condiciones para continuar ampliando la brecha existente en cuanto a grados de desarrollo.

En el sector manufacturero, Colombia ya posee balanza deficitaria frente Estados Unidos, la cual solo se profundizaría en el escenario de libre comercio, agravado por el hecho mencionado sobre la mayor desgravación relativa de Colombia.

En cuanto al sector primario (principalmente alimentos y materias primas de origen agropecuario) representa el grueso de las exportaciones Colombianas a Estados Unidos y es en gran medida el generador del balance comercial positivo de los últimos trece años, en este sector Colombia tendría ventajas comparativas producto en parte de un mayor rendimiento del suelo y en parte del diferencial de salarios, no obstante, Estados Unidos posee en la practica ventajas comparativas artificiales, producto de las ayudas internas que otorga al sector agropecuario (subsidios) las cuales en algunos sectores estratégicos (por ejemplo los cereales) no son objeto de negociación y en otros la negociación permite que en el futuro las ayudas desmontadas puedan ser reestablecidas.

A propósito de esto, Colombia ha logrado implementar como salvaguarda periodos largos de desgravación y la posibilidad de implementar ayudas como el programa "Agro Ingreso Seguro", cuyos resultados de implementación arrojan un nefasto precedente. Así, ni las salvaguardas ni los subsidios se constituyen en un seguro real para el sector, pues la desgravación a largo plazo solo logra aplazar el problema y el sistema de ayudas internas es débil frente al poder económico de los competidores estadounidenses, máxime, cuando se ha permeado por la corrupción.

Ahora, si se observa el sector de los servicios la situación no es mejor, pues es innegable el mayor poder absoluto de los Estados Unidos otorgado por la magnitud de su dotación de capital en sectores como el financiero, transporte, educación, entre otros.

En sentido agregado como se puede observar el panorama no es muy alentador, el resultado podrá beneficiar algunos sectores muy específicos, que coinciden con quienes presionan y promueven la implementación del tratado, pero para el conjunto de la economía, o mejor, para el conjunto de la sociedad, la implementación del TLC es absolutamente inconveniente.

Los promotores no dan cuenta de la magnitud del impacto de la entrada en vigencia del tratado, no dicen que sectores van a tener que desaparecer ni lo que ello significa en términos de pérdida de empleos y de ingresos de los hogares, solo se limitan a repetir el gastado argumento teórico que explica como la apertura permite maximizar los excedentes, sin mencionar que se trata de los excedentes de los pocos sectores beneficiados, ni la mayor inequidad en la distribución del ingreso que ello conlleva.

Finalmente, tampoco se menciona que los sectores que realmente tienen posibilidades de beneficiarse de la apertura comercial, producen bienes que son muy sensibles a los cambios de los patrones de consumo y de las fluctuaciones del ciclo económico, por ejemplo, ante una caída del ciclo, el consumidor estándar estadounidense seguramente no disminuirá su demanda de arroz o maíz, pero sí de flores o de especies exóticas, mientras tanto a nivel interno se cede terreno y se apuesta a la perdida de la producción de alimentos esenciales de la dieta de un consumidor estándar, en una clara violación al principio de seguridad alimentaría y de soberanía e incrementando también por esta vía los niveles de dependencia del país.

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EPS se convierten en asociaciones para delinquir

"Persuadir al Gobierno y a la bancada de la Unidad Nacional, para transformar este modelo de negocios, hacia un modelo sin ánimo de lucro regulado públicamente": Luis C. Avellaneda (Polo Democrático).

El actual modelo de aseguramiento en salud, caracterizado fundamentalmente por el ánimo de lucro de las EPS, no solo ha demostrado su total ineficacia para garantizar este derecho humano fundamental, sino que además, lo que se evidencia con la decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio , es que es una alianza para la creación de verdaderas empresas criminales, pues no se puede caracterizar de otra manera el nefasto comportamiento de las 14 EPS sancionadas por realizar acuerdos para negar de manera concertada y deliberada servicios de salud; intercambiar información con el fin de fijar de manera indirecta el precio de la UPC y para falsear la información suministrada al Ministerio de Protección Social.

De esta manera, las actuaciones de las mencionadas EPS, más allá de ser simples 'restricciones a la competencia', se pueden caracterizar como un típico concierto para delinquir agravado, al poner en peligro la vida de sus afiliados, constituido con el objeto de obtener beneficios extraordinarios sobre la base de defraudar al Estado. A nuestro juicio, la pena por este comportamiento criminal, debería incluir además de la sanción económica, la revocatoria de la licencia de operación y el procesamiento penal a todos los involucrados.

Este episodio no es más que la confirmación de lo que hemos venido denunciando como incentivos perversos propios de un modelo, pensado para asegurar el lucro de particulares, sobre la base de negar el derecho a la salud de la población colombiana.

Tales acontecimientos que se suman a un largo cúmulo de situaciones oprobiosas que se vienen evidenciando desde épocas recientes a la aprobación de la ley 100 de 1993, deberían ya ser suficientes para persuadir al Gobierno y a la bancada de la Unidad Nacional, para transformar este modelo de negocios, hacia un modelo sin ánimo de lucro regulado públicamente, pues está demostrado hasta la saciedad que el problema de la salud en Colombia no es un problema de recursos financieros, sino de la irracionalidad que subyace a la intermediación que realizan las EPS, el desvío de recursos hacia el bolsillo de particulares y la conveniente 'ceguera' del poder Ejecutivo que se ha empeñado en no reconocer tan evidente realidad.

 

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Se necesitan hechos de paz

“El Gobierno debe cambiar el libreto de la confrontación y privilegiar la vía del diálogo, sobre la vía de la guerra, que es la vía de los sepulcros”: Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático)

Resulta ya innecesario aportar elementos de análisis que permitan concluir que el conflicto armado interno que padece Colombia es la mayor fuente de violación a los derechos humanos y una de las principales causas de las precarias condiciones de vida que padece una parte significativa de la población, principalmente, en el campo. 

 

De tal estado de cosas tienen plena responsabilidad los actores del conflicto, incluido el Estado, pero también en parte nuestra sociedad civil que con frecuencia y seguramente producto del desgaste de una guerra prolongada y degradada, se muestra indiferente ante tan oprobioso flagelo, salvo situaciones que por su barbarismo obligan al repudio y al rechazo.

 

Sin embargo, recientemente, se han podido verificar nuevos pasos hacia la construcción de un clima favorable para la paz, a partir de las expresiones de distintos estamentos de la sociedad civil, entre los que se cuentan diversos pronunciamientos de las organizaciones sociales, de los cuales el más reciente lo constituye la declaración del encuentro en barranca de “comunidades campesinas, indígenas y afro descendientes por la Tierra y la Paz”; las palabras del presidente Juan Manuel Santos acerca de la necesidad del diálogo, e incluso, los pronunciamientos de las guerrillas de las FARC y el ELN en similar sentido.

 

De esta manera, es imperativo considerar ya sin ambages la necesidad de que cada una de las partes, incluida la sociedad civil, transite de las palabras a hechos que constituyan verdaderas muestras de interés y de esfuerzo por avanzar en una solución política de este conflicto, sobre el reconocimiento de la imposibilidad y la indeseabilidad de la solución militar y sobre la aceptación del carácter político y social que lo originó y, en parte, lo continúa sustentando.

 

El Gobierno debe cambiar el libreto de la confrontación y privilegiar la vía del diálogo, sobre la vía de la guerra, que es la vía de los sepulcros, debido a su comprobada ineficacia para conducir la “victoria” por el camino de la paz, durante los ocho años de gobierno del expresidente Uribe, quien privilegió el camino de la guerra, se escucharon una tras otra, las promesas de terminar militarmente la guerra en determinados plazos, los cuales, vencidos unos sobre otros, fueron terminando cada vez con la ilusión de tal posibilidad.

 

Ahora, de manera similar, se escuchan cada semana a los generales de las Fuerzas Militares, anunciando la cercanía de un fin, que con cada anuncio se revela más lejano. Mientras tanto, se acrecienta de manera nefasta el costo incalculable en términos humanos, de las muertes, desapariciones, desplazamientos  y otras violaciones a los derechos humanos, de ciudadanos inocentes, sin mencionar los altos costos materiales en términos de destrucción de recursos, que podrían utilizarse para satisfacer las necesidades de una proporción significativa de la población que se encuentra carente de posibilidades de realización. Tal situación contribuye cada día más a la idea de que este camino conduce a Colombia hacia convertirse en una sociedad inviable.

 

De la misma manera, las guerrillas deben mostrar una verdadera voluntad política, que haga coherentes sus manifestaciones de interés en el diálogo. Un comienzo contundente en este sentido, sería aceptar la condición  de liberar a todos los secuestrados y de excluir a los niños de sus filas, pues ello, pondría en el terreno del Gobierno nacional, el balón de la búsqueda de la paz a través del diálogo, permitiendo a su vez verificar la realidad o no, de la intención de construir la paz, que ha manifestado el presidente Santos en algunas ocasiones, empezando por su discurso de posesión presidencial, y ante hechos como la propuesta de la ley de víctimas y restitución de tierras.

 

Finalmente, todos los estamentos de la sociedad civil estamos obligados a ser parte activa y comprometida con la búsqueda del diálogo para la paz, como bien han empezado ya las comunidades campesinas, indígenas y afro descendientes, superando la situación de indiferencia y de convivencia con el conflicto, para asumir un rol de mediación, de construcción, de contundente exigencia, de seguimiento y acompañamiento a las partes en la consolidación de tan necesario proceso.

 

 

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Jaime Garzón, 12 años de ausencia

"Ningún acto de desagravio ni acción de reparación podría ser suficiente para remediar el vacío que ha quedado con este lamentable deceso", senador Luis Carlos Avellaneda (PDA).

Nuevamente conmemoramos un año más del triste y absolutamente repudiable asesinato del periodista, pedagogo y analista político Jaime Garzón Forero, como ejemplo cruel de la amenaza que representa para la sociedad y para la democracia, la ausencia de garantías y de respeto por las libertades como la libertad de expresión.

Ningún acto de desagravio ni acción de reparación podría ser suficiente para remediar el vacio que ha quedado con este lamentable deceso, puesto que no remite exclusivamente a la desaparición violenta de un ser humano, hecho ya inconcebible en una sociedad decente, sino que significa el acallamiento y la censura a toda una forma transformadora de educación y concientización política de la sociedad, desde la critica sencilla y profunda, desde la denuncia pacifica y valiente, desde la opinión libre y clara.

Hacia este mismo tiempo un año atrás realizábamos en el Congreso de la República un acto público para recordar la memoria de garzón, en compañía de sus amigos, compañeros y colegas más cercanos, en el cual presentamos una propuesta legislativa para honrar la memoria de tan amado personaje y comprometido compatriota, la cual hoy se encuentra en la comisión segunda de la Cámara de Representantes en espera de recibir su tercer debate. Como de seguro todas y todos los miembros de la Cámara de Representantes, comparten nuestras apreciaciones acerca de las calidades de Jaime Garzón, pero además del gran legado que ha dejado en términos de lo que significa el respeto, inmortalizado en la traducción de la cultura Wayuu de nuestro artículo 12 Constitucional: "Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie, ni hacerle mal en su persona, aunque piense y diga diferente", estamos convencidos de que el proyecto recibirá un pronto y adecuado trámite.

De esta manera esperamos que el Congreso de la República pueda contribuir a la preservación de la memoria histórica, marcada por hechos que como este, nos debe recordar el peligro que significa limitar las libertades y las garantías democráticas, no solamente para la convivencia de la sociedad, sino fundamentalmente para las posibilidades de concientización, humanización y realización de los ciudadanos y las ciudadanas en un país plagado de necesidades y limitaciones como el nuestro.

 

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Corte Constitucional deja en manos del Congreso, legislar sobre uniones de parejas del mismo sexo

El pasado 26 de junio,  a través de un comunicado, la Corte Constitucional anunció la sentencia C-577 de 2011, declarando la exequibilidad del artículo 113 del Código Civil que define el matrimonio civil en Colombia. "Para la Corte, las uniones entre parejas del mismo sexo sí pueden constituir familia," dijo el alto tribunal, que le dió plazo al Congreso para legislar sobre el tema.
 
La Corte decidió declarar exequible la expresión “un hombre y una mujer” contenida en el artículo 113 del Código Civil, pero se declaró inhibida para pronunciarse de fondo respecto de la expresión “de procrear” contenida en el mismo artículo, por ineptitud sustantiva de las demandas; y para pronunciarse de fondo respecto de la expresión “de un hombre y una mujer” contenida en los otros dos artículos mencionados, “por cuanto estas normas legales reproducen preceptos constitucionales”.
 
Con base en esas decisiones, es que la Corte exhortó  al Congreso “para que antes del 20 de junio de 2013 legisle, de manera sistemática y organizada, sobre los derechos de las parejas del mismo sexo con la finalidad de eliminar el déficit de protección que, según los términos de esta sentencia, afecta a las mencionadas parejas” y advirtió que si en ese plazo el Congreso “no ha expedido la legislación correspondiente, las parejas del mismo sexo podrán acudir ante notario o juez competente a formalizar y solemnizar su vínculo contractual".
 
Las principales razones que alientan a la Corte a tomar esta decisión remiten a que la Constitución no concibió una sola forma de familia y además que, entre las parejas del mismo sexo: “hay un componente afectivo y emocional que alienta su convivencia y que se traduce en solidaridad, manifestaciones de afecto, socorro y ayuda mutua, componente personal que se encuentra en las uniones heterosexuales o en cualquier otra unión que, pese a no estar caracterizada por la heterosexualidad de quienes la conforman, constituye familia”. 
 
El presidente de la Corte Constitucional, Juan Carlos Henao, explicó que " las obligaciones que hoy tienen las uniones de hecho, que legalizan ante notarias, no se pueden equiparar con las que tendría una unión formal entre homosexuales".
 
En todo caso, el tribunal remitió la discusión al Congreso porque consideró que el debate sobre el tema debe ser lo más amplio    posible, siempre y cuando termine en una "legislación integral y sistemática para que las parejas del mismo sexo se constituyan en familia".
 
La tarea del Congreso en esta materia no tendrá el camino fácil, diferentes sectores se han pronunciado al respecto, unos a favor y otros en contra.  El Senador Luis Carlos Avellaneda, del Polo Democrático Alternativo, presentará  un Proyecto de Acto Legislativo, que busca  el reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo, respecto al matrimonio.
 
Es satisfactoria la manera como nuestra sociedad avanza hacia el reconocimiento y profundización de las libertades, de manera de las personas puedan abrirse el camino de la realización personal y humana, sin restricciones en consideración a sus preferencias, tendencias, opiniones o condiciones de vida individual, es imperativo continuar el camino del reconocimiento de la diferencia y de la humanización de la sociedad.

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A propósito del saqueo de recursos públicos en la DIAN

"Es necesario reconocer que la corrupción data de tiempo atrás y que, no en pocas oportunidades, ha sido auspiciado por la clase dirigente con fines de perpetuarse en el poder": senador Avellaneda (PDA).

Es evidente que el fenómeno de la corrupción en nuestro país se constituye en un problema central para la sociedad, por lo tanto se hace necesario adoptar una política de Estado que erradique este mal endémico que viene afectando en materia grave el erario público.

Se calcula que las pérdidas anuales del presupuesto público asociadas a la corrupción pueden ascender a $10 billones, pero esta cifra no es concluyente debido a que es difícil de cuantificar por las características propias de este fenómeno. Así mismo, la Fiscalía reporta que en 2010 el cúmulo de posibles delitos en esta materia asciende a 38.545 procesos, mientras que la Procuraduría reveló que de las 36.000 investigaciones que en el momento cursan en la entidad el 70% son por corrupción.

En consideración a lo anterior, es menester saludar las acciones que el Gobierno emprenda en pro de combatir tan nefasto flagelo, máxime si se considera el elevado costo de oportunidad que representa la pérdida de estos recursos, si estos se hubieran podido utilizar en aumentos de cobertura en la población vulnerable de la sociedad, en planes y programas de educación, salud, saneamiento básico y agua potable.

Es necesario reconocer que el fenómeno de la corrupción data de tiempo atrás y que, no en pocas oportunidades, ha sido auspiciado por la clase dirigente con fines de perpetuarse en el poder a través de los procesos eleccionarios, los cuales se han convertido en verdaderas subastas de quién da más.

Parte del problema radica en la lógica neoliberal de achicar el Estado, que en la práctica ha llevado a reducidas plantas de personal en entidades como la DIAN, que tienen la misión institucional de inspección, vigilancia y control de sectores neurálgicos de la administración pública. Por lo demás, tal lógica reduccionista no solo resulta útil sino también necesaria para el desarrollo y enquistamiento de las estructuras corruptas que desangran los recursos públicos.

Para que el caso de corrupción de la DIAN no sea más que otro penúltimo escándalo, se requieren medidas que combatan estructuralmente este delito y, en primera instancia, se debe admitir que este ha permeado las instituciones estatales, seducidas por los ofrecimientos antiéticos del sector privado.

 

 

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Que Ley de Víctimas no se quede en el papel

En el mismo sentido se manifestaron las organizaciones y líderes políticos de Estados Unidos con los que se entrevistaron los senadores colombianos

La Ley de víctimas fue recibida de manera positiva por los líderes de la Cámara  y el Senado de Estados Unidos, por los voceros de organizaciones internacionales como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), con quienes los senadores Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático), Juan Fernando Cristo (Partido Liberal) y Hernán Andrade (Partido Conservador), dialogaron sobre el contenido de la iniciativa.

En su calidad de delegados de la Comisión Primera, Avellaneda, Cristo y Andrade, socializaron los contenidos, avances, retos y limitaciones que presenta la aprobación y futura implementación de la norma en la agenda de Derechos Humanos de Colombia.

La necesidad de una adecuada implementación de la Ley de Víctimas, para que esta no se constituya en una norma meramente formal, útil para presentar ante los organismos internacionales,  sino que en realidad se logre su materialización y se convierta en una herramienta de reparación a las víctimas, fue la posición del senador Luis Carlos Avellaneda como miembro de la delegación. 

Los interlocutores norteamericanos del grupo de congresistas colombianos consideraron que debe haber un pronto y adecuado desarrollo de las medidas propuestas en la ley, principalmente en la creación de la institucionalidad y los procedimientos previstos, para ello se requiere del seguimiento, acompañamiento y control a la reglamentación, la asignación presupuestal y la garantía de participación de las víctimas.

Así mismo, se expresó preocupación y dudas relacionadas con las incógnitas que genera la implementación de la ley como tal. En su momento, José Miguel Vivanco, director para América Latina de Human Rights Watch, dijo: “A pesar de la oportunidad que esta ley representa, Colombia debe implementar una política efectiva para proteger a las comunidades cuyas tierras van a ser restituidas”, ya que los actores armados están prestos a continuar con la violencia.

Esta llamada socialización de la Ley de Víctimas en Washington apunta a  generar expectativas frente a la comunidad internacional de las perspectivas y la necesidad de avanzar de manera comprometida en la solución del conflicto interno, que tiene profundas raíces sociales, lo cual pasa por un compromiso real de todos los actores e integrantes de la sociedad civil principalmente del Estado Colombiano.

 

Prensa senador Luis Carlos Avellaneda 

 

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Los dineros de la salud, entre el ánimo de lucro y la corrupción

 

"Ahora nuevamente el país se enfrenta a un escándalo de corrupción en el sector de la salud, que deja en evidencia la pérdida incalculable de miles de millones de pesos,..." 

 

Los dineros del Sistema de Salud en Colombia, ascienden actualmente a más de 24 billones de pesos, sin incluir los cerca de 8 billones de gasto de bolsillo. Si se realiza el ejercicio de dividir el monto del gasto total en salud sobre el número total de población colombiana para el año 2010, la cual era de 44.977.758, se observa que el per cápita resultante es de $545.000, valor superior a la Unidad de Pago por Capitación - UPC del régimen contributivo establecida para el mismo año, la cual ascendió a $505.627. Lo anterior demuestra que los recursos de la salud alcanzan para brindar cobertura universal con equidad en los planes de beneficio; sin embargo, dichos preceptos no se cumplen, puesto que más de 3 millones de colombianos no tienen acceso a ningún régimen de salud y se persiste en la diferenciación de planes de beneficios.

 

En consecuencia, los dineros del sistema son apropiados indebidamente por EPS, generando un enriquecimiento ilícito que de contera vulneran el derecho a la salud. Por otra parte, la corrupción en el sistema se evidencia en todos los niveles. Las EPS realizan recobros por servicios y procedimientos que no prestan o que se encuentran incluidos en los planes obligatorios de salud. Diversas EPS invierten los recursos que deben estar orientados a la atención de los usuarios en infraestructura propia, canchas de golf y otra serie de inversiones que para nada corresponden con su destino.

 

Ahora nuevamente el país se enfrenta a un escándalo de corrupción en el sector de la salud, que deja en evidencia la pérdida incalculable de miles de millones de pesos, que se destinan a llenar las arcas de unos pocos particulares, en lugar de cumplir su finalidad de garantizar el derecho a la salud de nuestros compatriotas.  Se requiere que las investigaciones en curso, presenten resultados a la mayor brevedad, a fin de garantizar que quienes están involucrados en estos hechos de corrupción, sean castigados ejemplarmente y que dichas determinaciones conlleven a disuadir a los servidores públicos, de no incurrir en estas graves conductas, que ponen en riesgo planes y programas de atención en salud  de la población más vulnerable.

 

Es inaplazable que el Gobierno Nacional, adopte las medidas conducentes, con el objetivo de eliminar el ánimo de lucro y la intermediación financiera del Sistema General de Seguridad Social en Salud, cuya orientación se ha guiado a la obtención de excesivas ganancias, en contravía con los principios del Estado Social de Derecho. De igual forma, se tiene que atacar el flagelo de la corrupción, que día a día, carcome a la sociedad colombiana y destruye el país que heredarán  nuestras futuras generaciones. 

 

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Víctimas, Tierras y Conflicto Armado en Colombia

"Para los 90 el dominio territorial pasó a ser el factor de poderío narcotraficante en disputa tanto de las guerrillas como de los grupos paramilitares", senador Luis Carlos Avellaneda.

En el conflicto armado Colombiano se destacan dos constantes: el uso de la violencia ilegal y la problemática de la tierra (siendo está última causa y consecuencia del conflicto al mismo tiempo), cuyos efectos han sido nefastos desde el punto de vista humanitario y del desarrollo nacional.

La violencia interpartidista de mediados del siglo pasado reportaba 14.000 muertes para 1.947, a causa de una estrategia gamonal de control territorial. El Asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1.948, impune en sus móviles políticos, produjo algo más de 3.000 muertes. Entre 1.948 y 1.958 se calculan 2 millones de campesinos desplazados y 200 mil muertes, principalmente en el campo.

Por otro lado la Reforma Agraria de 1.961 (Ley 135/61), sobre la que solo hasta 1.968 se adoptaron medidas adicionales, fue detenida por el Pacto de Chicoral de contrarreforma materializado en las  Leyes 4 y 5 de 1.973, pero además de las involuciones normativas, en la práctica se llevó a cabo un plan de despojo, encarcelamiento y persecución al movimiento campesino, en auge para la época por la constitución de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC, que con más de un millón de afiliados realizaban expropiaciones de facto, invadiendo cerca de 2.000 haciendas entre 1.971 y 1.975. El tratamiento represivo contra el movimiento social y los grupos de izquierda, evidenció la predilección de la fuerza sobre la razón para la resolución de conflictos y provocó un crecimiento de las guerrillas durante los 80, llevándolos a tener presencia en más de 600 municipios al final de la década.

Según cifras del Proyecto "Colombia Nunca Más" y sin contar los hechos Guerrilleros, entre 1966 y 1979 se reportaron sumando muertes, torturas y desapariciones forzosas 4.423 actos criminales,  entre 1981 y 1990 16.618 y en el período 1991-1998 ascendieron a 20.366, todas estas atribuibles a miembros de la fuerza pública y estructuras paramilitares.

Para los 90 el dominio territorial pasó a ser el factor de poderío narcotraficante en disputa tanto de las guerrillas como de los grupos paramilitares. El paramilitarismo ha sido más eficiente en este aspecto, dado que se encargó de lavar dinero en tierras baratas afectadas por presencia guerrillera,  instaurar ejércitos privados y cobrar cuotas a los ganaderos y terratenientes para su sostenibilidad, asegurando así respaldo social, político e institucional.

Iniciado el siglo XXI las cifras eran ilustrativas. 56% de pobreza, bajo esta línea se encontraba el 47,2% de la población urbana y el 79,6% de la población rural. 12.000 propietarios, el 0,6% del total, eran dueños de 10 millones de hectáreas que representaban el 20% del total de tierra agropecuaria. El 82,4% del territorio agrícola era minifundio y equivalía solamente al 15,6% del área rural del país.

A pesar de todo esto, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, prefirió darle prelación a los victimarios sobre las víctimas y puso en marcha la denominada ley de justicia y paz tendiente a desmovilizar al paramilitarismo. En términos generales, los procesos de desmovilización de los grupos al margen de la ley, incentivados por la ley 975 de 2005, en especial la de los grupos paramilitares, han omitido los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y la reparación con garantías de no repetición. “Menos del 54 por ciento de los procesados, que constituyen el 4,5 por ciento de todos los desmovilizados, ha contribuido al derecho a la verdad por medio de versiones libres.” (Informe OACNUDH 2010).

Las falencias de esta ley van en detrimento de las víctimas, pues no se ofrecen suficientes mecanismos para una efectiva reparación a las víctimas. Frente a este tema la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló que la ley “No garantiza que el Estado y sus instituciones presten el apoyo pro-activo que las víctimas tienen derecho a tener y a esperar, siendo las más vulnerables, expuestas y, muchas veces, justamente las más débiles por su condición de víctimas o familiares de estas. Tampoco aborda adecuadamente la situación específica de ciertas víctimas (niños y niñas, mujeres, pueblos indígenas y miembros de comunidades afro-colombianas)”.

Es importante hacer énfasis que en la ley 975, la reparación consiste en la entrega de los bienes que quieran declarar y entregar los victimarios y no se establece claramente la responsabilidad del Estado frente a los casos en los cuales el victimario no cumpla o no pueda cumplir con las reparaciones, dejando a las víctimas sin protección estatal y sin reparación. 

Así las cosas y luego de un aparente proceso de desmovilización del Paramilitarismo, la permanencia de sus estructuras sociales, económicas y políticas han producido una nueva generación que replica su funcionamiento y  esquema organizativo. Al respecto, llama la atención el Informe del 2010 de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, cuando señala que “Miembros de estos grupos [Bacrim] cometieron homicidios, amenazas, extorsiones y actos de violencia sexual, y provocaron desplazamientos forzados individuales y colectivos. Particularmente preocupante es el fuerte aumento de masacres (40%) en el contexto de disputas violentas entre estos grupos y entre facciones de un mismo grupo. En Córdoba, se registraron 10 masacres en ocho meses, de las cuales cinco ocurrieron en octubre y noviembre. Hasta noviembre, el Programa Presidencial de Derechos Humanos había registrado 38 masacres con 179 víctimas. En 2009 se habían registrado 27 masacres con 139 víctimas.”

Según este mismo informe el 50% de los líderes de esta nueva expresión de la violencia, hacían parte de las estructuras paramilitares. Así mismo, reporta que las ejecuciones extrajudiciales a manos del ejército, principalmente, se elevó a 3.000 en los últimos años, en donde el 89% de estas se cometieron entre 2004 y 2008, precisamente durante el gobierno de Uribe Vélez.

Todos estos factores han convertido a Colombia en el país más desigual de América. De 15 millones de hectáreas solo 4 se dedican a la producción agrícola. Las cifras de concentración de tierras en 2009 publicadas por el Proyecto de Protección de Tierras y Patrimonio de la Población Desplazada, muestran que “mientras el 10,5% del total de hectáreas están en la categoría de microfundio y corresponden al 80,5% de los predios y al 78,3% de los titulares de derechos, el 52,2% de hectáreas están en la gran propiedad y se distribuyen en el 0,9% de los predios y el 1,1% de los propietarios poseedores.”. Al comparar esta situación con la reportada en el 2000, se corrobora el aumento de la concentración de la propiedad sobre la tierra.

Por todas estas consideraciones, entre otras, el Proyecto de Ley de reparación y restitución de tierras a las víctimas significa una corrección acertada en la búsqueda de la reconciliación nacional, porque a diferencia del anterior, este gobierno está dándole prelación a las víctimas sobre los victimarios y con esto reconociendo el conflicto armado que ha azotado a nuestro país por décadas, y porque el texto viene siendo enriquecido con la participación de la sociedad civil organizada, a través de la realización de foros y sesiones de trabajo.

Además, la iniciativa que se tramita en el Congreso en la actualidad, es la acumulación de dos proyectos presentados originalmente por separado (restitución de tierras y reparación de víctimas) facilitando la integralidad de las medidas asistenciales, restaurativas y reparativas, y favoreciendo a las víctimas, indistintamente de los perpetradores de las violaciones de los derechos humanos o de las infracciones al derecho internacional humanitario, complementándose con la inversión de la carga de la prueba y el establecimiento de un esquema de justicia transicional dotando de mecanismos que permitan superar el conflicto interno. Para tal efecto es de destacar la figura jurídica de las presunciones legales y de derecho contenidas en el artículo 78 del pliego de modificaciones.

Respecto a la institucionalidad, al crear una nueva agencia para la atención exclusiva a las víctimas del conflicto, la propuesta actual  responde a un reiterativo reclamo de las víctimas de desplazamiento, respecto de la atención humanitaria suministrada por la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, cuyo tratamiento a la población desplazada lo califican como deficiente, impertinente e irrespetuoso.

Por otro lado, pese a que algunos sectores políticos insistieron en la incorporación de la llamada  “transacción prejudicial” o el “finiquito”, mecanismo bajo el cual se pretendía prohibirle a una víctima reparada por vía administrativa, acudir a la vía judicial, esta disposición no fue respaldada por buena parte de los ponentes, garantizando el cumplimiento del principio de reparación integral.

Sin embargo, la construcción de una política pública integral y que garantice de manera progresiva y sostenida el goce de los derechos trasgredidos a las víctimas del conflicto interno, exige mucho más de lo que está plantado en el proyecto de ley en trámite en la comisión primera del Senado de la República. Los siguientes son los aspectos problemáticos más relevantes:

Fecha. Dos fechas diferentes para el reconocimiento y reparación de las víctimas, por un lado, y para la restitución de tierras por el otro, no es consecuente con la integralidad pretendida al acumular estas dos iniciativas desde su trámite en la Cámara de Representantes. La fecha inicial para la reparación a las víctimas de 1º de enero de 1986, no es satisfactoria a la luz de los derechos de verdad, justicia y reparación, por facilitar la impunidad sobre innumerables actos criminales además de los mencionados en las líneas anteriores, por ejemplo: 330.012 Ha. despojadas o forzadas a abandonar entre 1980 y 1992, (III Encuesta Nacional de Verificación de la Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado); la toma y retoma del palacio de justicia que dejó 55 muertos, entre ellos 11 magistrados, y 11 desaparecidos; el fortalecimiento de las estructuras paramilitares en la década de los 80, de Magdalena Medio y Puerto Boyacá, estas últimas, financiadas por Gonzalo Rodríguez Gacha  y entrenados por Yair Klein, perpetradores de múltiples crímenes.

Concepto de Victimas. La definición de víctima establecido en el artículo 3º del pliego de modificaciones, es excluyente y contraría las disposiciones del Derecho internacional Humanitario, dado que imposibilita la reparación de los niños, las niñas y adolescentes reclutados forzosamente y a quienes se les ha arrebatado la posibilidad de un desarrollo libre de su infancia. De la misma manera, esa  definición  no contribuye a evitar los excesos que eventualmente se puedan presentar por los actores armados inmersos en el conflicto, dado que el DIH establece la protección de los miembros de los grupos armados ilegales o miembros de la fuerza pública,  en un episodio de exceso injustificado del uso de la fuerza, como en situaciones de tortura o muerte por sevicia, casos en los cuales, un victimario pasa automáticamente  a ser considerado víctima y por ende ser sujeto de protección por parte del Estado.

Proceso Administrativo. Para casos fácilmente comprobables a través de inspección judicial tales como tierras abandonas no ocupadas y en los que no se presente oposición, se  requiere establecer un proceso de carácter administrativo de restitución de tierras despojadas o abandonadas forzosamente, en el que  sus etapas serían más breves y sumarias a favor de las víctimas, contribuyendo así, al logro de justicia y celeridad, sin menoscabo de atender a plenitud los derechos de defensa y debido proceso.

Restitución de Bienes y Patrimonio. Se avanza hacia la restitución de tierras, pero no desarrolla lo referente a bienes, posesiones, pertenencias y tenencias abandonadas o despojadas, como viviendas, semovientes, vehículos, entre otros, haciendo el proceso de restitución insuficiente, y al mismo tiempo hace irrealizable la rehabilitación socioeconómica de las víctimas, en condiciones de dignidad y permanencia. 

Distinción entre Reparación y Medidas de Asistencia Humanitaria. Existe una estricta diferenciación conceptual entre atención, ayuda humanitaria, servicios sociales y medidas de reparación señaladas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, pero esta diferenciación se diluye a lo largo del articulado propuesto.

Bienes de Utilidad Pública e Interés Social. Una de las disposiciones más sensibles, desde nuestro punto de vista, y que quizá haga nugatoria la posibilidad real de la restitución de tierras a las víctimas de despojo y abandono forzado, es la que se desarrolla en el artículo 98, literal f, puesto que reviste de imposibilidad de restitución material del bien cuando éste se encuentre “afectado por proyectos considerados como de utilidad pública e interés social”, sin que se desarrolle en ninguno de los artículos del pliego de modificaciones lo que se entiende por estos conceptos, posibilitando interpretaciones subjetivas en la aplicación de la norma que impliquen atentar contra los derechos legítimos de los despojados.

No Repetición y Neo-paramilitarísmo. Tal vez el punto de mayor importancia para la superación de los factores de revictimización, lo representan las estructuras económicas, políticas y sociales de los grupos al margen de la ley que permiten la reproducción de sus nuevas generaciones. Es así como subsisten las estructuras paramilitares, ahora bajo el nombre de Bandas Criminales o Bacrim. Sobre la desestructuración de estos esquemas, el articulado propuesto aporta muy poco, y peor aún, en el texto se establece que no son reconocidas víctimas quienes hayan sufrido menoscabo de sus derechos a causa de la “delincuencia común”, pero no se desarrolla dicho concepto, permitiendo que bajo este rotulo se definan a las Bacrim  y consecuentemente, la norma terminaría siendo proclive con la impunidad y la revictimización.

Derecho de superficie. Este tema, debe desarrollarse de manera tal, que no contribuya a la legitimación del despojo y de la contrarreforma agraria, o en su defecto, a la vulneración de derechos de terceros de buena fe, que hayan adquirido el inmueble, exenta de culpa y en el mismo, haya edificado, plantado o sembrado mejoras. Se debe priorizar el derecho de los despojados, de retornar y volver a realizar las mismas actividades productivas, que otrora efectuaban. Lo anterior, tiene un efecto que garantiza prosperidad, tranquilidad y seguridad alimentaria, sin menoscabo de las garantías constitucionales y legales, que nuestro ordenamiento jurídico le otorga a los terceros de buena fe.

Son estos ocho puntos, principalmente, los que no permitirían la efectividad de los derechos de justicia, verdad, reparación y garantía de no repetición para las víctimas del conflicto, y con ello se afectaría la integralidad requerida en las medidas de asistencia, atención y restitución de tierras, por esto trabajaremos decididamente para que la ley desarrolle unos mínimos necesarios que la convierta en un instrumento útil para la paz de Colombia, porque estamos en oposición al gobierno, no en oposición a las víctimas.

 

Luís Carlos Avellaneda

Senador de la República

 

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Los ocho vacíos del proyecto de ley de víctimas

 

El legislador dice que como se encuentra el texto del articulado las víctimas que han producido y generarán las llamadas "Bacrim" (bandas criminales), no serán reconocidas como tal.

 

El senador Luis Carlos Avellaneda (Polo Democrático Alternativo), ponente del proyecto de Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, aunque suscribió la ponencia que fue radicada en la Comisión Primera de Senado, llamó la atención sobre ocho puntos estructurales que, desde su posición, no contribuyen al restablecimiento de los derechos de las victimas. 

 

A saber: 

 

1. Consideramos que la vigencia de la aplicación de la ley debe hacerse a partir de 1980 para todos los efectos.

 

2. Concepto de víctima: lo contenido en la ponencia excluye y contraría las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH). 

 

3. Proceso administrativo: no contempla un procedimiento administrativo que contribuya a la restitución de tierras despojadas o abandonadas forzosamente de manera pronta y efectiva frente al reconocimiento de los derechos de las víctimas.

 

4. Restitución de bienes y patrimonio: además de la restitución de la tierra, se deben restituir otros bienes como vivienda, muebles y semovientes, que permitan la rehabilitación socio económica de las víctimas en condiciones de dignidad y permanencia.

5. Distinción entre reparación y medidas de asistencia humanitaria: atendiendo la   jurisprudencia y el ordenamiento internacional en esta   materia, existen profundas diferencias entre atención, ayuda humanitaria, servicios sociales y medidas de reparación, desatendidas en la ponencia.

 

6. Derecho de superficie: se establece más como una figura de legitimización de despojo, de contrareforma agraria, que como un derecho de los despojados de retornar a sus actividades productivas cotidianas.

 

7. Bienes de utilidad pública e interés social: estos preceptos no son definidos en el texto de la ponencia, pero comportan, según el texto, imposibilidad material de restitución y por lo tanto pueden ser interpretados y aplicados de manera tal que vulneren los derechos de las victimas.

8. No repetición y neoparamilitarismo: no son claras las disposiciones en el pliego de modificaciones, tendientes a desarticular las estructuras sociales, políticas y económicas del paramilitarismo. Además, que advierten que no son sujetos de reconocimiento las víctimas de delincuencia común, en vía de ejemplo las Bacrim (bandas criminales), que hoy se constituyen en el principal factor de actos criminales que conduce a la revictimización.


 

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