Ley de regiones: una deuda histórica

Hablar de regiones no es nuevo. En la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, varios ponentes defendieron el reconocimiento constitucional de las regiones dado que eran un anhelo y realidad nacional. Sin embargo, Colombia no logra descentralizarse, acabar con la monarquía presidencial que nos caracteriza y definirse por un modelo de ordenamiento territorial que le otorgue a las regiones la capacidad de planear y definir su destino con instituciones fuertes y presupuesto.

Aunque se propuso que las regiones tuvieran órganos legislativos propios y no solo administrativos, esto no quedó plasmado en la nueva Constitución. El gran avance fue que nuestra carta magna, le dio facultades a los departamentos para que se constituyan en Regiones Administrativas de Planeación Administrativa (RAP) y las facultó para que se convirtieran en Regiones Entidad Territorial (RET). Las RAP y RET son el vehículo para consolidar alianzas regionales que permitan generar sinergias y formular macro proyectos de alto impacto social y económico.

A pesar de la viabilidad que le dio el marco constitucional, el proceso de conversión de las RAP y las RET estuvo frenado durante mucho tiempo, porque la Ley Orgánica que la reglamentó fue expedida 20 años después de promulgada la Constitución. Sin embargo, cuando se expidió, el legislador omitió otorgarles viabilidad financiera sin que estos nuevos esquemas de asociación territorial pudieran participar del Presupuesto General de la Nación o de cualquier otra forma de financiación por parte del Estado.

Esa situación ha limitado y desincentivado la asociatividad en el territorio, pues su presupuesto se limita a lo que aporten los departamentos que opten por integrarse como región. Es evidente entonces, que a pesar de que en nuestro país se consagran diferentes maneras de descentralización, hacen falta incentivos para promoverlas. 

El Congreso de la República, consciente de esta realidad, se ha unido para avanzar en una propuesta legislativa que permita ampliar los recursos de inversión de las RAP e incluir aportes de recursos provenientes del crédito público y posibilidades de cofinanciación dentro del Presupuesto General de la Nación.  Promover las RAP y las RET, se convierte así en una manera de incentivar también el desarrollo regional que muchas veces está contaminado por una alta concentración de las decisiones de interés general en pocas manos.

Además, los mecanismos de participación ciudadana son ineficientes, situación que aprovechan algunos mandatarios corruptos con intereses particulares que priman sobre su función pública. Todas esas razones validan esta iniciativa legislativa que espera promover la descentralización y garantizar la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones a través de veedurías ciudadanas y el acompañamiento y vigilancia de todos los organismos de control. Sin descentralización real, Colombia no tendrá paz.

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Víctimas y educación pública

La Unidad de Investigación Periodística de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano lanzó el proyecto La guerra va a la escuela, que muestra el terrible impacto del conflicto armado en la educación colombiana. Es ineludible preguntarse entonces, como evitar que esto nos vuelva a pasar. Y una de las respuestas posibles es, asegurar la continuidad de los esfuerzos y las políticas sociales, fortalecer la institucionalidad y empoderar a las comunidades. Con ese norte en la mira, culminamos esta semana legislativa.

 

Por un lado, buscamos darle continuidad al órgano encargado dentro del Congreso de la República de atender a las víctimas del conflicto armado, y por otro, fortalecer la oferta pública educativa en el país. Efectivamente, el pasado 9 de abril, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, tuvimos la oportunidad de visibilizar el ejercicio de monitoreo a la gestión pública, que hacen las más de 1.100 mesas municipales, 33 departamentales y la Mesa Nacional de Víctimas frente al Gobierno y al propio Congreso.

 

Durante el 2016 y el 2017, procuramos esta tarea a través de 7 foros regionales descentralizados que contaron con la presencia de más de 3.000 asistentes, en los territorios del Huila, Nariño, Santander, Norte de Santander, Bolívar y Cesar. Esperamos que esta institucionalidad que hoy funciona, continúe y garantice su labor de control a la implementación de la ley 1448 de 2011. Se trata de permitir que las próximas decisiones sobre el futuro de la paz en Colombia, se tomen con base en informes y estudios sobre la realidad del país y no simplemente en opiniones o llamadas telefónicas ajenas a lo que pasa con las víctimas.

 

En la misma línea de fortalecer la institucionalidad, esta semana logramos aprobar en último debate, el proyecto de ley que permitirá la sostenibilidad fiscal y económica de un emblemático centro de educación que cumple 90 años. Al declarar Patrimonio Pedagógico de la Nación, escuela laboratorio y centro de práctica de la Universidad Pedagógica Nacional al Instituto Pedagógico Nacional, el Gobierno puede ofrecer una educación accesible para la mayor parte de los colombianos; una reivindicación de la educación pública de calidad. Le ruego a Dios, para que nos ayude a sacar adelante a Colombia y a los colombianos, para que entendamos que la mejor manera de salir de la guerra y de la violencia, es empezar por las víctimas y sanar esa gran cicatriz que la guerra le ha dejado a nuestra educación.La Unidad de Investigación Periodística de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano lanzó el proyecto La guerra va a la escuela, que muestra el terrible impacto del conflicto armado en la educación colombiana. Es ineludible preguntarse entonces, como evitar que esto nos vuelva a pasar. Y una de las respuestas posibles es, asegurar la continuidad de los esfuerzos y las políticas sociales, fortalecer la institucionalidad y empoderar a las comunidades. Con ese norte en la mira, culminamos esta semana legislativa.

 

Por un lado, buscamos darle continuidad al órgano encargado dentro del Congreso de la República de atender a las víctimas del conflicto armado, y por otro, fortalecer la oferta pública educativa en el país. Efectivamente, el pasado 9 de abril, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, tuvimos la oportunidad de visibilizar el ejercicio de monitoreo a la gestión pública, que hacen las más de 1.100 mesas municipales, 33 departamentales y la Mesa Nacional de Víctimas frente al Gobierno y al propio Congreso.

 

Durante el 2016 y el 2017, procuramos esta tarea a través de 7 foros regionales descentralizados que contaron con la presencia de más de 3.000 asistentes, en los territorios del Huila, Nariño, Santander, Norte de Santander, Bolívar y Cesar. Esperamos que esta institucionalidad que hoy funciona, continúe y garantice su labor de control a la implementación de la ley 1448 de 2011. Se trata de permitir que las próximas decisiones sobre el futuro de la paz en Colombia, se tomen con base en informes y estudios sobre la realidad del país y no simplemente en opiniones o llamadas telefónicas ajenas a lo que pasa con las víctimas.

 

En la misma línea de fortalecer la institucionalidad, esta semana logramos aprobar en último debate, el proyecto de ley que permitirá la sostenibilidad fiscal y económica de un emblemático centro de educación que cumple 90 años. Al declarar Patrimonio Pedagógico de la Nación, escuela laboratorio y centro de práctica de la Universidad Pedagógica Nacional al Instituto Pedagógico Nacional, el Gobierno puede ofrecer una educación accesible para la mayor parte de los colombianos; una reivindicación de la educación pública de calidad. Le ruego a Dios, para que nos ayude a sacar adelante a Colombia y a los colombianos, para que entendamos que la mejor manera de salir de la guerra y de la violencia, es empezar por las víctimas y sanar esa gran cicatriz que la guerra le ha dejado a nuestra educación.

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Ley de primera empresa

El Congreso de la República inició el debate de la ley de Primera Empresa. Esta iniciativa es una apuesta al emprendimiento como sector estratégico de la economía, que apunta hacia la innovación y la apertura a nuevos mercados. 

 

Esto a pesar del contexto que impone el modelo económico vigente en Colombia, lleno de posiciones dominantes, donde priman sectores que bloquean la libre competencia, que cierran la puerta a la innovación y frustran las iniciativas empresariales de miles de colombianos que todos los días se atreven a emprender. 

 

Cuando nace una idea de negocio, los nuevos empresarios chocan con barreras culturales propias de nuestra mentalidad latina, complicadas de superar porque son cortoplacistas, buscan resultados de la noche a la mañana y no premian el esfuerzo sino el triunfo. Cuando un emprendedor se enfrenta al fracaso propio de estas iniciativas, debe lidiar con un imaginario colectivo discriminatorio que lo castiga en lugar de reconocerlo como experiencia y una lección aprendida.  

 

No obstante, en otras latitudes el fracaso, más que descalificar al individuo, es visto como una fortaleza, un indicador de que algo no estuvo bien, un mensaje de que lo que hicimos no funcionó y debemos modificar el método para alcanzar los objetivos propuestos. En resumen, el fracaso es visto como una ganancia personal para el emprendedor porque de él, saca lecciones aprendidas y valor agregado para el siguiente proyecto. 

 

La iniciativa de ley que radicamos, define positivamente el fracaso y busca facilitarle a los emprendedores transitar por el “valle de la muerte”; es decir, atravesar ese periodo en el que de cada diez emprendimientos ocho fracasan, entre otras cosas, porque no acceden a créditos, o a condiciones mínimas para consolidar su proyecto emprendedor. 

 

En concreto con la ley de primera empresa, esperamos tres resultados: En primer lugar, consolidar un cambio de mentalidad en el sector financiero, para facilitar el acceso a créditos y a la financiación de nuevos proyectos. Esto es, promover entre las entidades del sector bancario, el diseño de políticas y metodologías de evaluación de riesgo crediticio, dirigidas a incluir a empresas en etapas tempranas en sus portafolios de servicios. 

 

En segundo lugar, buscamos abrirle la puerta a los emprendedores para que participen en la contratación pública en Colombia, aún monopolizada por posiciones dominantes. 

 

Finalmente, esta ley busca minimizar los excesivos trámites a los que se enfrentan los emprendedores en el país; como el tiempo de largas filas y las entrevistas con funcionarios públicos que se requieren para obtener los permisos legales; por servicios de virtualización. En ultimas, queremos promover el e-gobierno, porque creemos que la transformación digital debe ser el reto del próximo mandatario del país.

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Traición al espíritu liberal

Este fin de semana se llevará a cabo la consulta liberal o el funeral de la vocación de poder del Partido más importante en la historia de Colombia. Los electores no van a elegir este domingo un candidato sino un negociador que buscará el acomodamiento de una de las facciones en que se divide hoy el Partido. 

El Partido que dice ser el campeón de la paz hace una consulta en el marco de una grave violación del derecho al voto. La restricción presupuestal le impidió a campesinos, indígenas, comunidades negras y habitantes de áreas rurales, la posibilidad de ejercer este derecho.  El voto ha sido un logro de los movimientos ciudadanos de mujeres, de minorías étnicas y culturales que han logrado convertirlo en un derecho universal. El sufragio no es un privilegio de un estamento social o lugar geográfico. La importancia del voto en Colombia es su universalidad, es un mecanismo mediante el cual los individuos inciden en el poder político, para ejercerlo o controlarlo.

La participación electoral constituye una parte fundamental del ejercicio de la ciudadanía. Para ejercerlo, es indispensable tener a disposición la infraestructura y la logística necesaria para que toda la ciudadanía pueda votar en los lugares designados, razonablemente cercanos a los lugares donde vive, en condiciones de seguridad y con la suficiente información que se requiere para ello.

Si el Estado no dispone la infraestructura, si la logística es deficiente, o si los ciudadanos no tienen mesas de votación cercanas a sus moradas, los individuos no pueden ejercer su derecho como ciudadanos. La gran perdedora es la democracia y un ejercicio legítimo termina desfigurado, restringido y distorsionado, una farsa, un engaño para beneficio de las maquinarias.

Pese a lo anterior, la Registraduría y el director del Partido Liberal desconociendo la universalidad del derecho al voto, decidieron seguir adelante con este ejercicio estéril. El acuerdo entre el Registrador y el Dr. Gaviria es para una pseudo-consulta, únicamente en las cabeceras municipales, eliminando herramientas electorales como la biometría, el aplicativo de información a los votantes y el pre conteo.

Solo por hablar de la gravedad de eliminar algunas de ellas, quiero mencionar que al dejar de poner en práctica medidas biométricas, no se garantiza la seguridad del derecho al voto. Medidas cuyo espíritu es asegurar que el voto de cada persona cuente efectivamente e impedir, por ejemplo, que se utilicen cédulas de personas fallecidas para votar, o que una misma persona vote más de una vez.

Los derechos de los liberales como ciudadanos – y los de los colombianos en general que hacen parte del censo electoral – no pueden quedar supeditados a la disciplina interna de un partido o a acuerdos entre élites políticas. La consulta liberal que se aproxima es una disputa de egos entre maquinarias, un mecanismo democrático hoy desfigurado y desprestigiado que ha sido legítimo y por el que incluso grandes héroes entregaron su vida. No solo un engaño y una farsa sino una traición a la memoria de nuestros ancestros liberales.

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Justicia especial para las víctimas

La participación política de sancionados por la JEP, es uno de los puntos más delicados del proyecto de justicia transicional que se debate en el Congreso de la República. Yo mantengo con coherencia, la posición que he sostenido desde la firma de los acuerdos: los candidatos a cargos de elección popular que hubieren sido acreditados por el Gobierno Nacional como miembros de las FARC-EP, y que sean sujetos de la Justicia Transicional, deberán aportar verdad plena ante la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición antes de ejercer el cargo para el que fueron elegidos. Para cambiar las armas por las palabras, lo primero que tenemos que hacer es encararnos, decirnos la verdad y oírnos.

 

Creo firmemente que de todas las instituciones creadas en el acuerdo de paz, la más importante es la  Comisión de la Verdad, porque es la herramienta que ayudará a entender qué pasó durante la violencia política en el país, y a evitar su repetición.

 

Por esa razón, ahora que nos vemos enfrentados a la posibilidad que excombatientes participen en política sin haber comparecido ante la justicia, debemos ser firmes en exigir que, antes de ocupar una curul en el Congreso, se comprometan a contar toda la verdad.

 

Tener un  compromiso ético con la verdad, no significa imponer obligaciones adicionales a las acordadas con los guerrilleros en la mesa de La Habana. Se trata de que las dos partes del conflicto escuchen las diversas versiones de lo ocurrido en el país y se comprometan a garantizar la solución de los problemas estructurales que la provocaron.

 

Cada parte tiene su historia, los motivos de cada quien son legítimos y todos los sectores están dispuestos a escuchar a las víctimas. No podemos seguir dilatando la construcción de una narrativa que satisfaga la sed de verdad que tiene la sociedad, especialmente las víctimas.

 

No olvidemos que el paso definitivo para la reconciliación es el conocimiento de lo ocurrido, eso es la Comisión de la Verdad. No se trata de una verdad judicial, para condenar o absolver a los responsables de esos hechos; se trata de una verdad que permitirá comprender lo sucedido, una verdad que aunque no exija perdón; podrá generar nuevas condiciones para la reconciliación. Desde el Congreso, seguiremos apoyando el liderazgo de las víctimas en la implementación del acuerdo de paz y en la construcción de los escenarios de posacuerdo.

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Misericordia es dar el primer paso

Antes de tomar el avión que lo trajo a Bogotá, el Papa Francisco envió su primer mensaje a los colombianos. Dijo que muchos de nosotros seguramente nos preguntamos qué pretende él con este viaje. Frente a esa pregunta, sostuvo que quiere encontrarse con Colombia para compartir una verdad profunda: sin importar nuestros méritos, fuimos creados para amar. Por eso, una de las aspiraciones más profundas de los seres humanos es entregarse a los demás.

Esta no es la primera vez que recibimos a un Sumo Pontífice, pero el mensaje de ahora es diferente a los de visitas anteriores. Fue en 1968, cuando por primera vez el Vaticano envió al máximo jerarca de la iglesia católica a Latinoamérica. En esa oportunidad el Papa Pablo VI ofreció una misa en lo que hoy es el parque Simón Bolívar, y envió un saludo a la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.

En aquella conferencia la iglesia afirmó la opción por los pobres, sembrando la semilla de la teología de la liberación. Su mensaje fue claro al afirmar que ciertas grandes crisis de la historia podrían haberse evitado si se asumieran las reformas que la gente pide con desesperación y termina obteniendo a través de revoluciones violentas.

Varios años después, en 1986, nos visitó el Papa Juan Pablo II luego de dos grandes tragedias en nuestro país: la avalancha de Armero y la toma del Palacio de Justicia. El mensaje de Karol Voytiwa reivindicó la necesidad de hacer frente a obstáculos como las crisis económicas y a promover un desarrollo integral del ser humano.

Ahora viene a nuestro país Francisco, Jorge Mario Bergaglio, primer Papa latinoamericano. Un hombre sencillo y austero que evitó el lujo del palacio Vaticano para ocupar una sencilla habitación en la casa de huéspedes Santa Martha. Un verdadero Pastor que habla de misericordia cuando el mundo exige justicia, y que prefiere ser llamado Francisco, como un hombre común, y no “su santidad”.

Aún así, el mensaje de este hombre es contundente: el amor ha sido sembrado en nuestros corazones y el amor como toda semilla tiende a crecer. Sin embargo, a menudo esto no ocurre. El egoísmo, el orgullo y la desesperanza marchitan el amor. Un amor que requiere voluntad constante, decisión, pues no es una emoción pasajera.  Esperamos que esta visita, nos permita atrevernos a "dar el primer paso" para ser personas de paz, para no quedarnos esperando a que los demás den ese primer paso y vivir en armonía. En Colombia, el corazón se nos ha endurecido, la guerra y la violencia cotidiana han sembrado frustración y resentimiento. Esperamos que la bendición del Papa sobre nuestra tierra, nos permita decidir vivir en paz.

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Lo que cada uno representa

En está agitada época en que empiezan a moverse las campañas electorales a la Presidencia de la Republica, me ha sorprendido observar la gran cantidad de precandidatos con deseos y posibilidades de llegar a la Casa de Nariño en 2018. Tantos, que puede resultar incluso confuso para la prensa que organiza foros de pre candidatos por todo el país, saber a quién invitar a debatir con quien. 

Por ello, muchas veces escogen invitar al Dr. Humberto De la Calle o a mi, como si representáramos lo mismo. Y no.

Lo único que tenemos en común es que pertenecemos a las filas del Partido Liberal, pero ni siquiera eso pareciera estar uniéndonos: el Dr. De La Calle ni siquiera ha definido si será precandidato del partido o si irá respaldado por un movimiento de recolección de firmas. Yo por el contrario, he dicho con claridad que iré como PRE candidato oficial del Partido Liberal a una consulta popular abierta que deberá escoger al candidato único de centro en los próximos comicios de marzo 2018. 

Como si lo anterior fuera poco, yo además represento la renovación política del liberalismo; yo no he sido parte ni de este ni de anteriores gobiernos. Todas mis ideas y mis propuestas están enfocadas en renovar las viejas prácticas políticas del país.

Yo construiré desde el Gobierno, de tener el honor de llegar a la Presidencia, un país de oportunidades para todos los colombianos a partir del post conflicto: es decir, para mí el acuerdo de paz no es el punto de llegada sino el punto de partida para un país más justo y equitativo. 

Respeto profundamente al Dr. Humberto De la Calle y sus aportes históricos al proceso de paz y a nuestra Colombia; pero en esta contienda electoral ni somos lo mismo, ni representamos lo mismo

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Sin emprendimiento no hay crecimiento

La OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, afirma que los países latinoamericanos deben promover la productividad a través de la innovación y del dinamismo emprendedor. El crecimiento y la productividad de una nación están estrechamente ligados con la actividad emprendedora, la cual es un factor imprescindible del jalonamiento económico de cualquier país.
 

Gracias a los desafíos que enfrenta la región se han fortalecido cambios normativos como en Chile y Argentina, que han incluido incentivos para facilitar la creación de empresas o en México que por medio de leyes se han disminuido los trámites y abaratado los costos para formalizar sociedades, siendo el emprendimiento la herramienta propicia para responder a las nuevas agendas latinoamericanas.

En el caso colombiano, desde hace varios años los gobiernos de turno han realizado esfuerzos para fomentar el apoyo a emprendedores y el financiamiento de iniciativas productivas. Estos esfuerzos, se han visto reflejados en los resultados obtenidos en estudios e investigaciones internacionales sobre emprendimiento, competitividad y negocios, como el Índice Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial (WEF), en el que Colombia pasó del puesto 63 entre 122 países en 2006 al puesto 61 entre 138 en 2016.

Así mismo, en el ranking del Doing Business del Banco Mundial pasó del puesto 76 en 2006 al 54 en 2016. Pese a las posiciones adquiridas los retos a los que se enfrenta Colombia en términos de crecimiento y desarrollo siguen siendo difíciles.

Colombia en 2006 definió su visión para 2032; se trata de que nuestro país sea el "tercero más competitivo de América Latina, con un ingreso per cápita equivalente al de un país de ingreso medio-alto, soportado en una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación, [...] con una mayor calidad de vida e igualdad." Por esas razones, el país de las oportunidades que propongo le apuesta al emprendimiento como motor que aumente la productividad, la generación de empleo y la competitividad.

El mayor lastre que arrastra Colombia para ser competitiva, es el clientelismo. El yugo clientelista nos cuesta 5% del PIB anualmente. Como Presidente de los Colombianos, me dedicaré a la tarea de desmontar el régimen clientelista que todos los días le roba las oportunidades a millones de compatriotas. Solo así seremos competitivos y más productivos.

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Mi propuesta económica para un país de oportunidades

n el marco del 2do. Congreso Empresarial Colombiano – CEC, organizado por la ANDI pude plantear a 1.500 empresarios mis ideas para reactivar la economía del país. Existen dos caminos para hacerlo: el primero, seguir por donde vamos, medidas coyunturales para apagar incendios y resolver el problema del momento resultado de la dependencia en materias primas, la tasa de cambio y la economía extractiva.

El otro camino es buscar un cambio estructural, una política de desarrollo empresarial con un proceso que le apueste a la productividad. La productividad nos va a garantizar la sostenibilidad de un crecimiento de más del 5% para reducir la inequidad y que generar oportunidades para todos.

Para garantizar el crecimiento es necesario que todos los jugadores tengan las misma reglas de juego y no un campo desnivelado como el que tenemos hoy.  En otras palabras, hay empresarios que al oír el silbato, comienzan su carrera en la línea de partida, otros arrancan 50 metros adelante, otros desde 5 metros atrás y la gran mayoría, ni siquiera puede participar.  

Lo  que haré como Presidente de Colombia es generar una economía donde todos participen y arranquen desde la línea de partida, que todos tengan las mismas garantías en la carrera y todos, además,  tengan las mismas oportunidades de ganar. El Estado con su modelo profundamente clientelista escoge los ganadores y los perdedores de la economía, define a quien le pone obstáculos y trabas para competir. El clientelismo nos cuesta entre el 3 y 5% del PIB cada año, recursos perdidos para lograr que la economía crezca de manera sostenida y sosteniblemente.  

Para lograrlo, tendremos en primer lugar que bajarles los impuestos a las empresas micro, pequeñas y medianas y estimularlas a ser más productivas, a innovar y a exportar para insertar nuestra oferta exportadora en las cadenas de valor.  Segundo, eliminar las exenciones ineficientes que nos cuestan a los colombianos 30 billones de pesos y que podríamos estar invirtiendo en estimular a estas empresas que representan el 99% del total de empresas del país.

Mi apuesta es por la productividad y reversar así las estadísticas de decrecimiento del 0.53 que hemos padecido los últimos 4 gobiernos en esta materia. En el País de las Oportunidades que lideraré, voy a buscar un modelo orientado a la productividad, la innovación, la exportación y la movilidad social en la economía. Ya es hora de cambiar.

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Colombia, país de oportunidades

Hoy quiero hablar de nuevo sobre los emprendimientos en Colombia y las dificultades que frustran a un sector que debe ser estratégico en nuestra economía. Esta es la apuesta para que Colombia crezca a más del 5%. Los mayores obstáculos que encuentran jóvenes y nuevos emprendedores, son barreras de financiamiento y tramitomanía para lograr su formalización.  

Elsa María Bueno, una de las mujeres que le apuesta a sacar adelante su empresa en Bogotá, me ha dicho que le falta respaldo, financiación y apoyo en todas las etapas por las que ha transitado con su emprendimiento. Por emprendedores como Elsa María, le apuesto a una nueva visión de este sector, que logre aumentar los mecanismos de financiación de proyectos disponibles.

Es notorio que las entidades que existen en Colombia como iNNpulsa y el Fondo Emprender, no cuentan con un presupuesto suficiente para cubrir la totalidad de las iniciativas existentes. Las políticas de crédito del sistema bancario no evalúan sus solicitudes de acuerdo con el potencial del negocio propuesto. La cultura del sector financiero solo tiene en cuenta la capacidad de pago real de emprendedores nacientes y sus garantías.

Es necesario simplificar los trámites, acabar con filas inútiles y superar la cultura del sello y la autenticación si queremos que todos los negocios que despegan, por fuera del radar del Estado colombiano, se formalicen y consoliden con ayuda pública y estructuras empresariales solidas en el marco de las leyes actuales.

Voy a promover una nueva cultura alrededor de los emprendedores y su papel en la economía colombiana. Para lograr ese propósito, el sistema educativo será mi principal arma. La educación tradicional, autoritaria, rígida, impertinente y convencional, se ha convertido en el principal verdugo para la creatividad. Innovación es la nueva clave en la formación de valor para la economía colombiana.

Un proceso que de la mano de nuevos actores en el sector real, alce su voz para decir qué necesita el mercado laboral desde la formación técnica y tecnológica. Promoveré en Colombia una integración entre el sector empresarial, el Estado y la academia para desarrollar el talento emprendedor de la gente. El emprendimiento es el camino más rápido y sostenible hacia el desarrollo. En el país de las oportunidades, ¡Todos podrán emprender!  Los invito para que me acompañen con sus ideas y participación. Vamos a construir juntos una iniciativa legislativa que resuelva los retos del emprendimiento para hacer de Colombia el país de las oportunidades.

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Educación media: eslabón perdido

Llegó la hora del examen para los que están a punto de graduarse. El ICFES acaba de anunciar que el próximo mes de agosto se llevara a cabo la prueba Saber 11. Es un examen que no solo selecciona los estudiantes que pueden ingresar a la educación superior, sino que evalúa la calidad de la formación de los colegios en el país.

 

Los números nos muestran bajas tasas de cobertura neta en educación media, pobres resultados educativos de instituciones oficiales, ausencia de bilingüismo, amplias brechas económicas y sociales en las regiones, y un especial déficit de educación en las poblaciones rurales, indígenas y afrocolombianas.

 

La crisis es aún mayor: se trata de la insatisfacción de los jóvenes con la educación recibida, que es en buena parte, la razón por la que muchos de ellos abandonan el sistema educativo. La educación media en Colombia, necesita que decididamente nos comprometamos a que aprendan lo que necesitan aprender.

 

Para esto, es necesario que la sociedad, la familia y el Gobierno Nacional, fortalezcan su relación con los docentes, que las entidades públicas en todos los niveles, trabajen de manera coordinada con los establecimientos educativos para mejorar su gestión y superar el caos administrativo actual. Pero sobre todo, que exista un activo involucramiento del sector real con el sistema educativo.

 

Expertos afirman que la población egresada de la educación media, entra al mundo laboral y generalmente se ocupa en oficios de baja calificación y baja remuneración. Esa es una tendencia que debemos reversar y así vincular las necesidades del sector productivo con la formación de capital humano en el país.

 

La nueva arquitectura de la educación, debe plantear una renovada comprensión del sentido y el propósito de la media, de los actores que participan en la definición de los contenidos de formación, y de los perfiles docentes. La educación media hoy en el mundo, asume la tarea de preparar a los jóvenes para la realización de sus proyectos de vida productiva. Por esa razón, debe desarrollar no solamente competencias cognitivas y habilidades para los oficios, sino también fortalezas socio afectivas y actitudes asertivas.

 

Otra función de la educación media es permitir a los jóvenes relacionarse sanamente con sus pares, explorar sus intereses, descubrir su vocación, sus talentos y desarrollar un pensamiento crítico. Estoy seguro de que estas 3 propuestas en materia de educación, permitirán a muchos jóvenes que hoy no llegan a la media, hacerlo sin desertar y encontrar pertinencia frente a la demanda en habilidades y destrezas que reclama el mundo empresarial. Finalmente pero no menos importante, propongo una política que valorice socialmente en Colombia la educación técnica y tecnológica, donde están hoy las oportunidades reales de empleo.

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Colombia en el Pacífico

La pasada cumbre de la Alianza del Pacifico, concentró en Cali, no solo a dignatarios públicos sino académicos y empresarios, interesados en este nuevo proceso de integración. Muchos de ellos, imaginaban su plan de vida a partir de las oportunidades que pudieran salir de esta alianza, otros llevaban nuevas ilusiones de expansión comercial y algunos, también traían frustraciones al conocer a fondo, las dificultades del emprendimiento en Colombia. 

Estos sentimientos y pensamientos encontrados son un llamado de atención. La nueva Alianza, no puede verse meramente como una plataforma de integración entre países, sino como una verdadera oportunidad de asociación que nos permita lograr un desarrollo sostenible en la actual coyuntura que nos impone el posconflicto.  Para eso, este tipo de alianzas deben partir de la identificación real de fortalezas y debilidades internas con el fin de que el libre comercio y la integración regional, promuevan un crecimiento sostenido e inclusivo.

En esta misma línea, es fundamental mantener canales de comunicación abiertos con empresarios líderes de la región que generen oportunidades para las empresas de todos los tamaños, sobre todo, para las MIPYMES que representan el 99% de las empresas en Colombia.

Dicho de otra manera y de forma concreta, es necesario que esfuerzos como los de la Alianza del Pacifico, se traduzcan, por ejemplo, en el establecimiento de un fondo común para financiar MIPYMES o en acuerdos de intercambio de conocimiento y personal dirigidos a mejorar la productividad de estas empresas, o en reducciones a barreras del comercio intra-regional (aranceles, tramites).

Mejor aún, es necesario que, desde el más alto nivel, se tomen decisiones dirigidas a apoyar la creación de centros de información y clúster comunes entre países para resolver problemas de coordinación y generar cadenas de valor regionales de MIPYMES. De esa manera, se puede incrementar el comercio entre sus miembros y con el mundo.

En Colombia hemos tenido buena voluntad para apoyar a nuevas empresas, sin embargo, no contamos con resultados efectivos en esta materia: muy pocas logran crecer, volverse productivas y exportar.

Por eso, los acuerdos multilaterales no pueden seguir quedándose en el aire, o en una buena foto para darle a los medios de comunicación. es necesario promover soluciones concretas como abaratar costos para pequeñas empresas, mejorar capacidades de nuevos emprendedores, proveer bienes públicos y reducir tiempos y trámites para verdaderamente facilitar el comercio en la región. No dejemos que esta nueva alianza, se convierta en “un canto a la bandera”.

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Duele Tumaco

Juan Manuel Galán | Senador Partido Liberal

 

Tumaco y su gente nos deberían doler a todos los Colombianos. Estamos hablando del segundo puerto más importante del Pacífico y,  ¡qué rabia! Una ciudad sitiada entre la pobreza y los criminales que se lucran del narcotráfico. Hace unos días aterricé en la llamada Perla del Pacífico, para conocer de primera mano los desafíos a los que nos enfrentamos si queremos rescatar este territorio y a su comunidad. Me encontré con un municipio con cifras dramáticas, no solo de cultivos ilícitos, sino de cocaína exportada hacia Ecuador, Centro América y México; cifras que superan las 300 toneladas de cocaína al año, en manos del cartel del golfo, disidencias de las Farc, ELN, bandas criminales. Todos en guerra por el control de la economía narcotraficante y la minería ilegal. 

 

Alrededor de esta preciosa bahía, existen aproximadamente 10 estructuras armadas, entre las que se encuentra la llamada Gente del Orden, un grupo denominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia y por supuesto, hombres del ELN y sectores disidentes de las Farc, que no entraron en el proceso de paz. El negocio de la cocaína ya no está en manos de grandes capos o de un cartel poderoso, sino de pequeños grupos que dominan operaciones que van desde el cultivo, el procesamiento de la hoja de coca, el transporte de la base y la carga de toneladas de cocaína. Esta segmentación del negocio, les permite a los delincuentes controlar zonas geográficas, pobladores y la industria del narcotráfico en general, pues comparten un interés común de lucro.

 

Sin embargo, las numerosas guerras internas por el control mafioso de la zona, muestran una situación humanitaria dramática. Así, vemos que la tasa de homicidios en Tumaco es de 70 por cada 100 mil habitantes, una cifra muy preocupante si se tiene en cuenta que el promedio nacional es de 25 por 100 mil habitantes. Es claro que la población está sometida al imperio de estos criminales, que se están disputando el negocio del narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión, la corrupción y otros delitos que los alimentan financieramente. Por eso, es necesario imponer la fuerza de la ley en el territorio; llevar presencia estatal con oferta diferenciada para campesinos y concertar con la comunidad.; y planes alternativos de economía familiar fundamentados en actividades tradicionales como la pesca artesanal, el fortalecimiento de la infraestructura hotelera para posicionar lugares como las playas de El Morro, Bocagrande y El Bajito entre los viajeros. Así mismo, resaltar expresiones culturales regionales autóctonas, como los Carnavales del Fuego y el Festival del Currulao. 

 

Aunque Tumaco parece solo un punto geográfico en el mapa, es en realidad lo que se juega Colombia en el posconflicto, la cara de lo que en la práctica puede significar el triunfo de la paz sobre la guerra.

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El secuestro de Herledy López

El Frente Primero ‘Armando Ríos’ de las FARC anunció que no acataba las directrices del Secretariado. De acuerdo con información publicada, a la cabeza de este frente está el comandante Gentil Duarte, quien hace presencia en el área de Guaviare. Este individuo, lidera un sector de la guerrilla que inició desde hace más de 40 años el cobro de gramaje a los cultivos de hoja de coca en los territorios del Guaviare, Guanía y Vaupés.

Hoy la disidencia anunciada de ese frente, tiene impactos que quiero denunciar.  Se trata del secuestro de Herledy López, un funcionario colombiano, miembro de las Naciones Unidas ONU, que trabajaba en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito en Guaviare y que desde el pasado 3 de mayo, fue privado de su libertad mientras se encontraba en el corregimiento de Barranquillita.

Nos enfrentamos al primer secuestro de un funcionario encargado de implementar el acuerdo de paz, sin que a la fecha tengamos alguna prueba de vida. Al parecer, la disidencia ha pedido que a cambio de su entrega, las Naciones Unidas contribuyan a la liberación de alias ‘Simón Trinidad’ y el Gobierno Nacional, lleve a cabo un plan de desarrollo integral para los campesinos, distinto a la estrategia de erradicación de cultivos en la zona. Grupos disidentes de las FARC, se suman a los nuevos retos de seguridad en el posconflicto, por lo que es necesario utilizar toda la fuerza del Estado colombiano para capturar a estos delincuentes.

Sin embargo, al mismo tiempo, es útil abrir espacios para que se sometan voluntariamente a la justicia. Por esto, le exijo al Frente Primero de la disidencia de las FARC que libere inmediatamente al señor Herledy López Hernández y que le informe al país sobre su estado de salud, condiciones de cautiverio y motivos por los cuales se encuentra secuestrado.

Igualmente, le solicito al Gobierno Nacional y a las Naciones Unidas que expliquen si han llevado a cabo algún tipo de acción para lograr su liberación. Desde hace más de un mes no se sabe nada de su paradero y es alarmante que el Gobierno Nacional aún no ha hecho un pronunciamiento contundente sobre este hecho y los nuevos retos en materia de seguridad. Es claro que estos secuestradores no pueden ser tratados como simples bandidos comunes.

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NUEVO LIBERALISMO

Ni candidato del Gobierno, ni candidato de maquinarias, ni un delfín. Por si aún existe alguna duda, vamos a dejarlo claro, no soy el candidato oficial del continuismo. Soy un liberal independiente que ha defendido posturas renovadoras dentro del Liberalismo. Es por eso que hablo del Nuevo Liberalismo, un movimiento que convertirá a Colombia en el país de las oportunidades para todos. Invito a los liberales y a quienes se niegan a entregarle el país a extremos populistas, para que hagamos una consulta popular el día de las elecciones parlamentarias. Que sea la gente, los ciudadanos, quienes tengan el poder de decisión sobre el candidato que defenderá una propuesta de centro en las elecciones presidenciales. Con esta iniciativa, busco el apoyo no solo de los Liberales, sino de todos los precandidatos que tienen el legado liberal en el corazón. Vamos a hacer una revolución pacífica, electoral, que libere a Colombia del yugo clientelista, un cáncer que se ha devorado a nuestro país y que nos cuesta entre 3 y 5% del PIB. Una revolución que construya igualdad a través del crecimiento inclusivo en uno de los países mas desiguales del mundo. Una revolución que permita superar definitivamente el flagelo del narcotráfico, fuente de corrupción e inseguridad.
 
La consulta popular, debe tener Y garantías, unas reglas claras, bajo un escenario neutral que, desde el más alto nivel, ofrezca garantías suficientes a todos los precandidatos. Solo así, lograremos un consenso alrededor de una propuesta que responde con claridad a las demandas de seguridad y justicia y que, bajo una visión democrática, le apuesta a la distribución de la riqueza con políticas fiscales novedosas y progresivas. Necesitamos propuestas que no estén casadas, ni con la extrema derecha del Centro Democrático que quiere hacer trizas los acuerdos, ni con la extrema izquierda, que pretende entronizar en Colombia el modelo venezolano Chavista. Se trata más bien, de reunir a todos aquellos candidatos interesados en propuestas que rescaten el proceso de paz y que avancen en las reformas que el país necesita para construir igualdad, y hacer de Colombia el país de las oportunidades. 
 
Convoco entonces a un Nuevo Liberalismo, como opción renovadora, rebelde y en contra de las maquinarias electorales, como oportunidad de transformación social, que nos lleve a una nueva forma de hacer política en Colombia. Una política cuyo principio y objetivo es garantizar derechos, no hacer favores ni negocios particulares desde el poder.
 
Es la hora de la renovación!

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Pandillas y abuso de sustancias: qué hacer?

"Yo prefiero atacar las causas del pandillismo y no los síntomas": senador Juan Manuel Galán.

 

Bogotá D.C., abril 24 de 2017.- Esta semana se conoció el número de pandillas en Colombia. Los registros indican que en Bogotá hay 107, en Medellín 90 y en Cali 105. Se trata de una problemática que afecta primordialmente a los jóvenes de nuestro país, sobre la que hay registros confusos de información y en la que el alcohol y otras sustancias psicoactivas son de uso generalizado. Por eso, mas allá de caer en lugares comunes sobre la necesidad de reprimir el uso de sustancias, es necesario abordar este fenómeno desde los problemas de seguridad y convivencia que generan.

 

En particular, el Instituto Nacional de Medicina Legal, afirmó que en la última década se han registrado 873 muertes por pandillas y 2.516 lesionados. El abuso de sustancias es uno de los detonantes en la violencia que generan las pandillas. Se requiere entonces una atención inmediata, pero pertinente. Los miembros de estos grupos juveniles no son necesariamente delincuentes, pero si son jóvenes que han crecido en ambientes de vulnerabilidad y son presas de la invitación de grupos criminales que les aseguran dinero, protección o sentido de pertenencia.

 

La tentación colectiva es recurrir al populismo punitivo, la cárcel no como última opción sino como primer recurso. Yo prefiero atacar las causas del pandillismo y no los síntomas. Es necesario responder con firmeza a los daños causados por este fenómeno pero al mismo tiempo, buscar caminos de inclusión. Aunque muchas voces se levantarán pidiendo recurrir a medidas populistas, efectistas e inmediatistas.

 

Una política de seguridad debe ser integral e incorporar a todos los actores responsables en la sociedad para una intervención a corto, mediano y largo plazo. La impunidad sin duda es otro detonante evidente en las conductas criminales y por eso antes de pensar en más leyes, lo lógico es cumplir las que ya existen. La institucionalidad debe recuperar autoridad y legitimidad pero también invertir decididamente en nuevos formatos de prevención y de educación, que mitiguen los riesgos de esta población, que garanticen permanencia en el sistema educativo y que atiendan el consumo problemático de sustancias.

 

http://prensa.senado.gov.co:8081/index.php/noticias/1192-pandillas-y-abuso-de-sustancias-que-hacer

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Día Nacional de las Víctimas

“La tarea es descubrir de nuevo la solidaridad entre nosotros y porque no, recuperar las ilusiones y la esperanza”: senador Juan Manuel Galán.

 

Bogotá D.C:, abril 9 de 2017.- El 9 de abril se conmemora  en el Congreso de la República el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado. Es el  día de más de 8 millones de colombianos que tienen mucho que decir sobre la paz. A la fecha, las cifras nos muestran 8.376.463 registradas, de las cuales más de  1.722.729 son víctimas directas de desaparición forzada o de homicidio.

 

Por la memoria de estas víctimas, por la de los líderes sociales que siguen sufriendo los rezagos de la violencia en las zonas rurales y en los cascos urbanos, necesitamos oír su relato. Saber la verdad sobre lo que nos dejó este conflicto armado, no solo es importante como un elemento de justicia individual sino una condición para el ejercicio de otros derechos y libertades y para que todos, como sociedad, construyamos nuestro pasado a través del mecanismo de Memoria Histórica.

 

Esa memoria, será pieza fundamental del proceso de reconciliación que Colombia comienza a recorrer. Las narrativas de las víctimas y de la sociedad civil, y no solo la de los actores armados y el gobierno, son las que nos van a permitir recordar lo que pasó. Se trata de reconciliarnos con la indiferencia en que se sumergió este país por tantos años y reparar los lazos comunitarios que se rompieron con las armas.

 

La tarea es descubrir de nuevo la solidaridad entre nosotros y porque no, recuperar las ilusiones y la esperanza. El Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado es un día de solidaridad y de memoria, un día para apoyar incondicionalmente causas ajenas, para extender nuestro agradecimiento a todos los colombianos que ponen su grano de arena en la construcción de la paz de Colombia.

 

Es el día para avivar la voz de los líderes sociales que, a pesar de estos momentos de transición, tan difíciles, siguen trabajando por la garantía y el goce efectivo de los derechos de las víctimas del conflicto. Así, la memoria no es solo un derecho, es un deber que tenemos con la verdad y con la necesidad de que la próxima vez que las víctimas reciban una amenaza, ya no se sientan solas.

 


http://prensa.senado.gov.co:8081/index.php/noticias/1103-dia-nacional-de-las-victimas

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La verdadera reforma política

La propuesta de reforma política apenas esbozada por el Gobierno Nacional desconoce abiertamente el trabajo que expertos, universidades, organizaciones sociales y partidos políticos hemos venimos haciendo desde hace muchos años.

 

Es cierto que el proceso electoral en Colombia está regido por una legislación incompleta, anacrónica y que sufre de amplios problemas técnicos derivados de reformas parciales y coyunturales. Sin embargo, eso no puede llamarnos a la premura; por el contrario, necesitamos una reforma de fondo, que ataque los problemas ya identificados y que contribuya de manera significativa a un cambio político, alentando la participación popular y evitando caer en graves amenazas a la estabilidad de nuestro país.

 

Por eso, es necesario, por ejemplo, abordar la importancia de llevar a cabo consultas internas para definir listas a corporaciones públicas en remplazo del voto preferente. Las consultas son el mecanismo por excelencia de la participación democrática para tomar decisiones y elegir candidatos propios en los partidos. Así, no solo debe implantarse este mecanismo, sino que sus resultados deben hacerse de obligatorio cumplimiento so pena de que los partidos o movimientos deban reintegrar todos los gastos en que hubiere incurrido la organización electoral, para llevar a cabo este proceso.

 

Por su parte, en relación con la financiación de las campañas electorales, son necesarias varias modificaciones dirigidas por ejemplo a que el sistema financiero cuente con garantías aportadas por el Estado, que faciliten la aprobación de créditos y el desembolso de préstamos, para la financiación legal de partidos y campañas. Es urgente fortalecer los mecanismos crediticios necesarios para satisfacer las necesidades de liquidez de los candidatos y que las instituciones financieras abran líneas especiales de crédito para los partidos, movimientos, agrupaciones políticas o campañas que lo requieran.

 

Esta, será una herramienta clave para evitar, detectar y sancionar la entrada de financiación prohibida a las campañas electorales; es decir, para acabar de una vez por todas, con la aceptación de dineros provenientes de actividades ilícitas o de personas naturales con procesos judiciales vigentes por delitos relacionados con la financiación o pertenencia a grupos armados ilegales; al narcotráfico o a la explotación ilícita de yacimientos mineros, entre otros. Esta reforma, puede ser una oportunidad única para cambiar viejas prácticas y resolver problemas que están sobre diagnosticados. Ojalá que el afán de visibilidad política, no obstruya la necesidad de lograr un adecuado diseño de nuestro sistema electoral.

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Cómo enfrentar la corrupción

“Si entendemos que lo público es sagrado, Colombia será más justa y con mayores oportunidades para todos”.

 

Bogotá D.C:, febrero 13 de 2017.- ¿Es la corrupción un fenómeno que esta fuera de nuestro control? Desde hace varios años somos testigos de un desfile de empresarios, alcaldes, congresistas, y gobernadores que abusan del poder público en busca de una ganancia personal. La indignación crece y busca una interpretación. Casos como Agro Ingreso Seguro, el carrusel de la contratación, Interbolsa, Saludcoop, Reficar y ahora Odebrech son algunos síntomas de una enfermedad capaz de infectar todos los sectores de la sociedad. Así, se va generando una parálisis social en donde creemos que no hay nada por hacer para cambiar, porque todo parece fuera de nuestro control.

 

Esta sensación ha sido llamada por escuelas de psicología como indefensión aprendida, una condición en la que según la literatura disponible, los seres humanos aprendemos a creer que nos encontramos en un constante estado de vulnerabilidad, en el que perdemos cualquier control de la situación y en donde cualquier cosa que hagamos, es inútil. Esta percepción se convierte en el mejor caldo de cultivo para la corrupción pues genera pasividad y apatía política generalizada.

 

Somos una sociedad de ciudadanos que busca una democracia menos imperfecta, con más libertad, una comunidad de hombres y mujeres que sea capaz de elegir y de buscar las mejores condiciones para su desarrollo. Por eso, es necesaria una transformación cultural que cambie las rutinas de pensamiento y los hábitos cotidianos que están reforzando conductas de ilegalidad. Salir de ese supuesto estado de desamparo y activar la creencia de que nuestras acciones si pueden producir un cambio en nuestro entorno, que es posible relacionarnos bajo la observancia de la ley. Tener claro que cuando existen conflictos, son las instituciones los cauces adecuados para resolverlos. Es lo que Roy Godson llama cultura de la legalidad, donde los ciudadanos de manera decidida enfrentan sus problemas sin limitarse a la solución que el gobierno entregue.  Una cultura en la que los ciudadanos se informan sobre las leyes que los regulan y conocen las instituciones para modificarlas cuando sea necesario. En resumen, una sociedad que fomenta, promueve, premia, individual y colectivamente la cultura de la legalidad.

 

La tarea es colectiva, donde cada ciudadano por humilde que sea aporta en un proceso que no es milagroso ni se da de la noche a la mañana. Es cierto que se requiere de una acción oportuna de la justicia para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables. También de la decidida voluntad de líderes y partidos políticos en la promoción de transparencia y rendición de cuentas en sus movimientos.

Sin embargo la contribución a esta causa se construye desde un cambio en la manera de pensar, un cambio de conciencia individual que se refleja en la conciencia colectiva. Si entendemos que lo público es sagrado, Colombia será más justa y con mayores oportunidades para todos.

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Salvemos al Pedagógico!

"Su impronta histórica lo convierte en un bastión de la formación de antiguas y futuras generaciones".

Bogotá D.C., noviembre 15 de 2016.- El Instituto Pedagógico Nacional (IPN) de Bogotá no es solamente un colegio o una escuela de formación. Se trata de un verdadero laboratorio de innovación en pedagogía y de un centro de práctica universitario. Además, fue la institución pionera en la educación de la mujer en Colombia.



Históricamente, el IPN inauguró la educación de la mujer como maestra. Fue semillero y cuna de la educación superior para la profesión magisterial, consolidando en 1934 la primera Facultad de Educación para Mujeres y posteriormente en 1955 convirtiéndola en la Universidad Pedagógica Femenina.



Se trató de un gran avance para la época; si hacemos memoria, durante la década de los 30, el país apenas estaba consagrando los derechos de la mujer a la libre disposición de sus bienes, cuando continuaba bajo el dominio del hombre como persona y aun no conseguía el reconocimiento ni siquiera, de sus derechos políticos.
 


Además de la innegable herencia en temas de desarrollo para la mujer, el instituto ha dejado un legado cultural importante para el país, forjado por músicos, literatos, historiadores y artistas entre los que se encuentran Gerardo Arrubla, Tomas Rueda Vargas, Darío Garzón, Hena Rodríguez, entre otros. La diversidad socio-económica y cultural de los estudiantes que han pasado por sus aulas, le ha permitido al Instituto tener un diálogo productivo y hacer aportes a la construcción de la paz desde un marco democrático, intercultural e incluyente.



Así, el camino que el IPN ha abierto en la historia de Colombia y la trascendencia de sus programas en Educación Especial, Preescolar, Educación Básica, así como la Media, Extensión, Pedagogía y Práctica Docente, lo ubican hoy en un lugar privilegiado para el desarrollo de proyectos de innovación e investigación en materia educativa, ratificando su carácter especial y su alto nivel académico.



Su acción está impregnada de humanismo, de reconocimiento del otro y de creatividad, para llevar a cabo proyectos en beneficio de las comunidades a las que pertenece. Sin lugar a dudas, el IPN es un baluarte pedagógico que se ha materializado en metodologías de enseñanza sobre temas como la formación musical, educación física, formación en valores y formas alternativas de práctica docente, entre otros. Su impronta histórica lo convierte en un bastión de la formación de antiguas y futuras generaciones, y en merecedor innegable del título de ser Patrimonio Pedagógico de la Nación

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El congreso de Estados Unidos como prioridad

“La continuidad de una relación estrecha de Colombia con los Estados Unidos pasa hoy más que nunca por el Congreso norteamericano”.

Bogotá D.C., febrero 6 de 2017.- El Presidente de los Estados Unidos Donald Trump ha decidido acabar con las líneas de política exterior de supredecesor Barack Obama. Solo por mencionar algunos hitos de sus primeros días de gobierno, reorganizó el Consejo de Seguridad Nacional, reemplazando a los principales funcionarios de inteligencia del comité por asesores políticos y, al mismo tiempo, marginalizó de los temas de seguridad, al Director de Inteligencia Nacional y a los Jefes de Estado Mayor Conjunto.

 

Por otro lado, anunció la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México con una inversión de millones de dólares como estrategia de seguridad fronteriza, mientras que suspendió la firma de una orden ejecutiva para fortalecer asuntos de ciberseguridad y programas de contrainteligencia.

 

Como si esto fuera poco y en tan solo un par semanas, el presidente Trump decretó la prohibición de entrada a inmigrantes de países de mayoríamusulmana y a refugiados.

 

En este contexto, necesitamos pensar cómo reaccionará Colombia en el nuevo escenario internacional. Así, es importante entender que a lo largo de la historia de los Estados Unidos su política exterior se ha debatido entre dos tendencias: la de intervenir o la de aislarse de los asuntos del mundo. Estamos entrando en una era de aislamiento por parte del gobierno y la administración de Donald Trump.

 

Por eso, nuestro país debe comenzar a fortalecer las relaciones con otras ramas del poder en el país. Me refiero a fortalecer la relación con republicanos y demócratas en el Congreso de los Estados Unidos, así como los lazos de cooperación y de diálogo bipartidistas, con miras a mantener los apoyos internacionales para el proceso de implementación del acuerdo de paz. 

 

Tradicionalmente, nuestras relaciones bilaterales, aunque han sido fluidas y de cooperación; han privilegiado al Gobierno de los Estados Unidos, más allá del Congreso de ese país. Es hora de cambiar nuestra política exterior.

 

El Congreso de Estados Unidos no es solamente el principal órgano legislativo del país, sino que tiene el llamado "poder de la billetera". Así, en el sistema democrático norteamericano el legislativo puede autorizar o no el gasto presupuestal al Ejecutivo. En ese marco, es necesario que el Gobierno Nacional y el Congreso de la República fortalezcan su diálogo de cooperación con el Congreso de los Estados Unidos en una estrategiabipartidista. La continuidad de una relación estrecha de Colombia con los Estados Unidos pasa hoy más que nunca por el Congresonorteamericano.

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Víctimas al Congreso

"Si en realidad las víctimas son el eje central de la paz en Colombia, sus representantes tienen que tener garantizados las condiciones para su desplazamiento a Bogotá".

Bogotá D.C., enero 30 de 2017.- La paz ya no será un diálogo de sordos ajeno a la realidad de las víctimas en nuestro país. Durante el pasado debate de comisiones conjuntas, logramos incluir una proposición para que quien representa a las víctimas a nivel nacional, tenga vocería permanente en los debates sobre la implementación de los acuerdos de paz. Así, estos debates tendrán a partir de la vigencia de la ley, un nuevo actor en el Capitolio. En otras palabras; además del Gobierno y la guerrilla, podrá participar en todos los debates, la Mesa Nacional de Participación Efectiva de Víctimas del Conflicto Armado.



Gracias a nuestra proposición, el presidente de esta Mesa Nacional, deberá ser invitado a todas las sesiones en las que se discutan proyectos relacionados con los derechos de las víctimas, dentro del procedimiento de fast track. Así queremos abrir la puerta para que las intervenciones de las víctimas impacten el proceso de formación de la voluntad democrática en el Congreso de la República. Su presencia es la materialización del principio de participación democrática y, como lo ha dicho la Corte Constitucional, promueve un modelo de comportamiento social y político en el que los ciudadanos participan directamente de la definición de su destino colectivo.


Esa misma corte y nosotros, creemos que las víctimas pueden y deben incidir en el rumbo de sus propias vidas a través de escenarios de participación distintos del electoral. Deben tener voz como individuos y al mismo tiempo alimentar en la sociedad colombiana la preocupación y el interés por los problemas colectivos. Las víctimas se deben resocializar como ciudadanos capaces de interesarse de manera sostenida en procesos estatales y gubernamentales. Son llamadas además a materializar el ideal de que cada ciudadano tenga las mismas oportunidades de lograr el desarrollo personal al que tiene derecho.



Si en realidad las víctimas son el centro, el corazón, el eje central de la paz en Colombia, sus representantes tienen que tener garantizados por parte del Gobierno Nacional las condiciones para su desplazamiento a Bogotá, específicamente al Capitolio Nacional. En el Congreso de la República contarán con la atención y oportunidad para sus intervenciones. Ya hay mucha tinta escrita sobre este tema, ahora lo que necesitamos son verdaderos gestos a favor de las víctimas.

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El ahora o nunca de las víctimas

"Es necesario que se ofrezca seguridad y se garantice que los crímenes cometidos no se repitan".

Bogotá D.C., enero 23 de 2017.- Llegamos a una fase crítica en el proceso de paz. Mucha gente se siente saturada del tema de la negociación y de los acuerdos y creen que es hora de pasar la página y mirar lo que viene. Sin embargo, comienza lo más difícil de la paz.



Es decir, pensar en el proceso de implementación de los acuerdos, explorar cómo será el día a día en las zonas de concentración y en los territorios, y pensar en cómo les cambiará la vida a las víctimas, se convierte en la tarea más delicada de este año.


Estamos de acuerdo, como lo ha dicho el Gobierno Nacional, que el 2017 debe significar un escalamiento positivo de los esfuerzos realizados y que no podemos echar por la borda lo que hemos alcanzado. Sin embargo, para lograr una paz que sea duradera, es necesario garantizar que a la gente se le devuelvan las tierras usurpadas, que la reparación sea integral y que vaya más allá de la monetización de la muerte; que se promuevan pactos de perdón y convivencia. Pero, sobre todo, es necesario que se ofrezca seguridad y se garantice que los crímenes cometidos no se repitan.



En relación con el resarcimiento a las víctimas, el acuerdo de paz estableció en dos partes distintas, que las FARC deberán contribuir a su reparación material y dijo que el acuerdo final definirá la forma en que se hará esa contribución. A pesar de eso, no encontramos en ninguna parte del texto final, el desarrollo de este compromiso; es decir, el cómo se hará esa reparación.


Ante tal vacío, en los próximos debates legislativos vigilaremos que no se reduzcan en ningún sentido las garantías del sistema integral de la Ley 1448 de 2011. También que se garanticen financieramente los compromisos entre otros de restitución de vivienda y creación del programa de generación de empleo rural y urbano exclusivamente para las víctimas, la implementación de programas locales de exoneración de la cartera morosa del impuesto predial y de los servicios públicos domiciliarios para las víctimas y de la creación de líneas preferenciales de acceso a créditos de educación. Esto por mencionar solo algunos de los temas pendientes, que hoy luego de 5 años de vigencia legal, aún están crudos.



Finalmente creemos que, para abordar los próximos debates legislativos de implementación del acuerdo final, es necesario incluir vocerías y representaciones de las víctimas y garantizar en esa participación, la equidad de género y el enfoque diferencial. Si el terror y la violencia fueron utilizados como dijo mi padre para acallar al pueblo colombiano, es necesario que hoy, ese mismo conflicto les devuelva la voz y la fuerza que les arrebató.

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Héroes anónimos

“¿Podrán los agentes de inteligencia en el 2017 contar con un régimen que les retribuya su labor?“ :senador Juan Manuel Galán.


 

Uno de los oficios más importantes para la seguridad nacional es la de los agentes de inteligencia. Su labor es recolectar información que será usada por las fuerzas del Estado contra el crimen y para ello, exponen la vida y trabajan durante  lapsos indeterminados en condiciones extremadamente riesgosas.



Estos agentes, luego de entrar en vigencia la ley 100 de 1993, fueron excluido del régimen especial que le brindaba las mismas garantías en temas de salud y pensión que tienen los miembros de las fuerzas militares. Es tan intangible, silenciosa e ingrata su labor que a pesar de ser parte fundamental de todos los golpes en contra de los grupos armados al margen de la ley, hoy día son tratados por el ordenamiento jurídico como un colombiano regular aunque su horario y el riesgo del trabajo y tiempo de descanso sean completamente diferentes.


Dentro de las operaciones que han llegado a feliz término gracias a los agentes de inteligencia podemos recordar la llamada “Jaque” (julio 2008) en donde se logró el rescate de 15 secuestrados retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. En esta operación, los agentes de inteligencia persuadieron a parte del grupo armado para que diera traslado de los secuestrados mientras se activó la operación de rescate. Recordemos también la operación “Sodoma” (septiembre 2010) en la que gracias a la inteligencia militar se confirmó la necesidad médica del “mono jojoy” de usar unas botas especiales, que iban con un dispositivo GPS que, fue fundamental para el golpe.



Como vemos, estamos hablando de personas que por su trabajo, no pueden disfrutar de un solo día de descanso  a la semana, que cumplen misiones en la mitad de la selva colombiana y que realizan su labor a través de la infiltración, por lo que deben mantenerse aislados de su familia o seres queridos. Esta labor, dada su complejidad y peligrosidad no puede circunscribirse a un horario laboral, pues serían necesarios semanas o meses continuos de trabajo para el cumplimiento de la misión asignada. Por eso, pretendemos devolver las garantías pérdidas a estos héroes de guerra, a través de una propuesta legislativa que cursa en el Congreso. ¿Podrán los agentes de inteligencia en el 2017 contar con un régimen que les retribuya su labor?

 

 


http://www.senado.gov.co/sala-de-prensa/opinion-de-senadores/item/26435-heroes-anonimos

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Por las víctimas en el territorio

 

La Comisión de Victimas del Congreso de la República, decidió salir del capitolio para hacer presencia en los territorios. Esta comisión, creada para seguir de cerca la aplicación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, y para lograr que las acciones del Gobierno y de los demás entes estatales, le respondan efectivamente a las víctimas, se trasladó a los llanos orientales, a la región andina, y viajó hasta la frontera con Ecuador, para escuchar atentamente como han sido los primeros 5 años de aplicación de la ley.

 

El resultado de este ejercicio fue lograr la intervención de más de 3.000 víctimas, quienes tuvieron la oportunidad de presentar sus quejas, inquietudes, y propuestas a las autoridades del nivel nacional y local. Contamos con la presencia de Gobernadores y Alcaldes, de directivos de la Unidad para la Víctimas, la Unidad de Restitución, la Unidad de Protección, el Ministerio del Interior, Ministerio del Trabajo, el Departamento para la Prosperidad Social, la Agencia Colombiana para la Reintegración, el Ministerio para el Posconflicto, la Alta Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, la Cancillería, el ICETEX, el Fondo Nacional del Ahorro, COLCIENCIAS, la Defensoría Pública, y de representantes de la cooperación internacional como la Embajada de Suecia, la OIM, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, PNUD, ACNUR, CODHES, OEA.

 

Fueron foros regionales muy concurridos en más de 50 municipios de 12 departamentos (Meta, Arauca, Casanare, Guaviare, Vichada, Guainía, Bolívar, Sucre, Nariño, Huila, Santander, Norte de Santander, Magdalena y Cesar). La principal solicitud en estos foros, fue la de de ampliar la vigencia de la Ley de víctimas y gestionar un aumento presupuestal por parte del Gobierno Nacional, para cumplir las metas en materia de asistencia, atención, reparación y restitución.

 

Adicionalmente, se levantó la voz sobre las amenazas y asesinatos sistemáticos de líderes sociales y comunitarios en las regiones. Particularmente, se solicitó la formulación de planes de prevención, protección y garantías de no repetición, y la constitución de Subcomités de evaluación del nivel de riesgo para las víctimas. Estos temas son prioritarios, por lo que estaremos atentos a seguir de cerca el cumplimiento de los compromisos. En el 2017, llevaremos la comisión a otras regiones del país afectadas por el conflicto: estaremos en Caquetá, Cauca, Chocó, Putumayo, Antioquia, Apartado y Medellín. Invitamos a todos los que quieran acompañarnos en este esfuerzo.

 

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Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas realizó balance del año 2016

 

 

La Comisión de Seguimiento a la ley de Víctimas y Restitución de Tierras del Senado de la República,  realizó el pasado martes 8 de noviembre  el balance general al año 2016 a la aplicación de la norma.
 

La cita tuvo lugar en el recinto de la Comisión Primera del Senado de la República a la que asistieron el presidente de la Comisión - Senador Juan Manuel Galán; la Representante a la Cámara Clara Rojas;  Alán Jara director de la Unidad de Reparación de Víctimas; Ricardo Sabogal  director de la Unidad de Restitución de Tierras Ricardo; Álvaro Rojas presidente de la Asociación de Notarios y los delegados de la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General, la Procuraduría, la Policía Nacional  y demás miembros de la célula legislativa.
 

A lo largo de la reunión cada uno de los asistentes expuso sus puntos de vista sobre lo que ha sido la aplicación de la norma a lo largo del año 2016, junto con las dificultades que se han presentado en la ejecución de la tarea.
 

El director de la Unidad de Reparación Alán Jara por ejemplo, aseguró que en  la entidad se impuso la meta para el 2017 de cerrar los  casos de reparación colectiva y superar los obstáculos que por cuestiones de seguridad en los distintos departamentos del país, se han presentado en los procesos de retorno, como los indígenas Embera por ejemplo.
 

Según el funcionario, la implementación de los Acuerdos de Paz facilitará la reparación en municipios y veredas,  donde hasta el momento ha sido imposible llevarla a cabo por la presencia de la guerrilla en estos territorios. “Con la entrega de armas y la desmovilización de sus miembros, no habrá peligro ni para las personas que reclaman sus derechos, ni para los funcionarios que cumplen su tarea”, aseguró Alan Jara quien se manifestó preocupado por el alto número de tutelas que deben dar cumplimiento en la entidad.
 

Para el director de la Unidad de Víctimas esto sucede porque en algunas ocasiones  las funciones al interior de la entidad, no son ejercidas por personal idóneo, razón por la que aseguró estar trabajando en el seguimiento a las labores de los funcionarios para evitar al máximo este tipo de procesos que según él, “generan altos costos al Estado”
 

Ricardo Sabogal director de la Unidad de Restitución de Tierras en medio de su intervención,  manifestó su preocupación por que muchos de los problemas que se han presentado al interior de la entidad para cumplir con su trabajo, tienen que ver con la sucesión de bienes y la no actualización del titular, sin embargo aseguró que es posible que al finalizar el año 2016 casos que según él, “son bastante delicados”, sean cerrados.
 

Al finalizar la reunión el presidente de la Comisión y  senador  Juan Manuel Galán, agradeció la participación de los asistentes e invitó para que en  febrero de 2017, se dé inicio a los primeros encuentros regionales que lleva a cabo esta célula legislativa.

  

 
 

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Comisión de Víctimas del Congreso acoge propuesta de notarios para evitar suplantación y fraude a la ley

 

La Unión Colegiada del Notariado anunció su disposición de trabajar en el posconflicto a favor de las víctimas.

En el marco de la sesión de la Comisión de Victimas del Congreso que hoy presentó su balance de gestión de 2016, la Unión Colegiada del Notariado Colombiano, puso a disposición su moderno sistema biométrico para adelantar el proceso de verificación, y así impedir la suplantación de las víctimas y desvío de beneficios.



En el balance de gestión de la Comisión que presidió el Senador Juan Manuel Galán, el Presidente del Notariado Colombiano, Álvaro Rojas Charry, explicó que se busca garantizar que quienes van a recibir subsidios y beneficios sean los que realmente se lo merecen, para que no aparezcan, como en varias ocasiones, padres de hogar con cuatro esposas y hasta 20 hijos.



"Ofrecemos una unidad móvil por todo el país, con identificación biométrica para hacer el primer censo. Podemos además elaborar un acta previa gratis para que la gente se confiese ante el notario y diga si es víctima y por qué quiere acceder a los servicios y a los beneficios en el posconflicto" afirmó el señor Rojas Charry.



A su turno, el Senador Galán aseguró que la propuesta de los notarios es importante porque además ellos ofrecen: tecnología biométrica que ya tiene cubierto el 70% del país, y con su unidad móvil hacen presencia donde no hay notarías, para que las victimas puedan realizar sus trámites con lo cual los beneficios son múltiples.



El Director de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Victimas, Alan Jara, quien también rindió un informe sobre la entidad, expresó que dentro de los grandes retos para el 2017 está el de cerrar más de 500 procesos de reparación colectiva para las víctimas y ampliar los beneficios a los connacionales que debieron abandonar el país.



Annika Ottertedt, Jefe de Cooperación de la Embajada de Suecia, expresó que las acciones deben estar enfocadas a lo territorial porque allí se construye el tejido social, y reiteró que su país continuará acompañando el proceso de reparación de las víctimas, y por eso la cooperación se prolongará por cinco años más.



En el balance de gestión participaron, Clara Rojas, coordinadora de la Comisión de Víctimas por la Cámara, Ricardo Sabogal, director de la Unidad de Restitución de Tierras, Hugo Guerra, representante del Ministerio del Interior, Coronel, Álvaro López, subdirector de la Unidad Nacional de Protección, Andrés Bernal, delegado de la Contraloría General y representante de la Comisión de Monitoreo a la Ley de Victimas.



La Comisión de Victimas del Congreso después de sus deliberaciones regionales que adelantó en el 2016 en Villavicencio, Ipiales, Carmen de Bolívar, Barrancabermeja y Rivera, Huila, tiene previsto comenzar el 2017 visitando otras zonas afectadas por el conflicto como: Caquetá, Cauca, Putumayo, Catatumbo, , Apartadó y Medellín y varios municipios del Chocó.

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Conejo a las víctimas

 

"No refrendar los acuerdos, hubiera significado "ponerles conejo" a las víctimas del conflicto armado en Colombia": senador Juan Manuel Galán.

Esta semana se llevó a cabo en el Congreso de la República una citación al equipo negociador del Gobierno Nacional, para discutir el acuerdo final de paz. Durante el debate, la bancada del Centro Democrático expuso carteles en los que se leía ''No al conejo''.



Yo comparto plenamente esos carteles. Los comparto porque son un recordatorio histórico, de lo que han sido los procesos de paz en nuestro el país. Procesos plagados de "conejos", de incumplimientos y de faltas a los acuerdos logrados, que han generado desconfianza entre las partes negociadoras.



Durante los 50 años de esta guerra, siempre se han sostenido diálogos con las FARC. Hoy, por primera vez hemos logrado una negociación efectiva y un entendimiento común de que la vía de la lucha armada no es la ruta para llegar al poder, y que en las urnas, con los instrumentos de la razón y de la democracia, es como se legitima el cambio de rumbo en nuestra sociedad.



Ese día en el Congreso, hicimos un ejercicio de control político para verificar que los acuerdos negociados con las FARC no contrariaban los principios democráticos y del estado de derecho en nuestro país. En otras palabras, estábamos actuando como institución garante de los principios democráticos, de la constitución política y, ante todo, como garante de la no repetición.



La refrendación de los acuerdos de paz, no es un instante, no es un voto, no es una proposición ni un debate que se agote en 13 horas en un parlamento. La refrendación es un proceso. Un proceso que se extiende a la implementación y que incluye el debate de reformas sociales, la definición de prioridades de gasto público y sobre todo, la materialización de la garantía de no repetición.



No refrendar los acuerdos, hubiera significado "ponerles conejo" a las víctimas del conflicto armado en Colombia y a esas voces que se expresaron desde el Chocó y el Cauca. A ellas les estaríamos "poniendo conejo", si no refrendamos los acuerdos de paz y no avanzamos en su implementación.



Las cifras que tenemos en Colombia, solo son comparables con la tragedia que ha vivido la humanidad en la primera y la segunda guerra mundial. Ocho millones de víctimas, 250 mil directas, 35 mil desaparecidos. Estamos hablando de una tragedia humana que no tiene punto de comparación en el continente americano. Si no contribuimos con la refrendación y la implementación, tendremos como Congreso que asumir una responsabilidad histórica, por la muerte de tantos colombianos, porque teniendo nosotros un mandato y la posibilidad de salvar vidas, los habremos condenado.

 

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Para un nuevo acuerdo, una nueva refrendación

 

"El Congreso de la República cuenta con la legitimidad democrática y la representación de todos los sectores sociales": senador Juan Manual Galán.

 

Muchos han querido confundir a los ciudadanos sobre el mecanismo de refrendación del nuevo acuerdo de paz. En esta materia, es fundamental comprender que existen dos acuerdos. El primero de ellos, fue firmado en Cartagena el 26 de septiembre, como resultado de una negociación de 4 años entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC.



En aquel documento, las partes acordaron llevar a cabo un plebiscito para aprobar los acuerdos logrados. La votación del plebiscito fue muy apretada y al final triunfó el 'No'. Posteriormente, un mes y 10 días después del resultado en las urnas, se anunció un nuevo acuerdo que modificaba 56 de los 57 artículos originales, con base en las propuestas presentadas por el "No".



En esa nueva negociación, las partes acordaron un mecanismo diferente de refrendación que consiste en aprobar su texto a través del Congreso de la República. Esto, no desconoce la voluntad de los colombianos expresada en el plebiscito, sino que establece un nuevo mecanismo de participación para la aprobación de los acuerdos, que entre otras cosas, cobra especial significado, pues confirma que un grupo que ha estado históricamente al margen de la ley como las FARC, reconoce al Congreso, como una institución legitima.


En este marco, es importante aclarar que nuestro modelo de democracia es tanto participativo como representativo y que aunque el carácter participativo de la democracia se puede materializar a través de un mecanismo como el plebiscito, otros, no pierden validez o legitimidad.



En otras palabras, de acuerdo con nuestra democracia, las decisiones que tome el Congreso de la República sobre el acuerdo de paz, son tan válidas como las que tome una porción de los ciudadanos en las urnas.



Me refiero a una porción de los ciudadanos porque en realidad, si miramos los resultados electorales, son más los colombianos representados en el Congreso, que los que votaron en las pasadas elecciones del plebiscito.



No podemos olvidar que aquella jornada electoral, registró la abstención más alta de los últimos 22 años en el país. En conclusión, el Congreso de la República cuenta con la legitimidad democrática y la representación de todos los sectores sociales, para asumir el debate de la paz y definir temas cruciales para el futuro de nuestro país, como las prioridades sociales de su implementación, las capacidades institucionales y los recursos disponibles para hacerla efectiva.

 

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El No uribista pidió sacrificar la justicia

 

Esta semana se hizo público el acuerdo de paz definitivo. El nuevo documento es el resultado de una renegociación de lo pactado originalmente entre el Gobierno Nacional y las Farc, para incluir las propuestas presentadas por los promotores del "No" en las pasadas elecciones. Así, en 310 páginas se acogieron más de 250 propuestas de diversos sectores sociales. Me detendré en esta oportunidad en los cambios claves que se produjeron en el componente de justicia.

 

Todos sabemos que una de las principales preocupaciones del "No" tiene que ver con el sistema que juzga los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado y aunque su propuesta de eliminarlo no se acogió, el mecanismo si sufrió cambios importantes. Por ejemplo, el nuevo acuerdo establece que no habrá magistrados extranjeros en el tribunal de paz, permite que se presenten tutelas contra sus decisiones, las cuales serán resueltas por la Corte Constitucional.

 

Así mismo fijó un límite de funcionamiento a la Jurisdicción de 10 años, de los cuales solamente durante los dos primeros, se recibirán las solicitudes de investigación. Gran parte de las propuestas de cambio estaban dirigidas a reducir e incluso eliminar la autonomía de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y hacerla una extensión de la justicia ordinaria.

 

Esto es, sin considerar que ese marco jurídico no es suficiente para actuar en contextos tan excepcionales como el de una guerra. Por tal motivo, se mantuvo la independencia de la JEP con la aclaración de que esto no implica, la sustitución de la jurisdicción ordinaria.

 

Otro de los cambios incluidos en el nuevo acuerdo y que mayor asombro causó, fue el de quitarle dientes a la justicia transicional para perseguir a financiadoras de paramilitares y guerrilleros. El nuevo texto, afirma que los empresarios que no sean responsables de crímenes graves, tendrán la posibilidad de obtener la terminación de sus procesos. Limita además la capacidad de persecución de la JEP, pues no se podrá perseguir a quienes tuvieron una participación habitual pero menor en la comisión de delitos durante el conflicto armado.

 

La JEP será competente únicamente para juzgar a quienes tuvieron una participación activa o determinante en los hechos delictivos. Esto, probablemente calmará las angustias de quienes financiaron o colaboraron con grupos paramilitares o con las Farc y también, de quienes tengan temor de ser procesados (de forma justificada o no) por la justicia transicional. Esperemos que ahora si podamos empezar a construir la paz.

 

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¡Salvemos al pedagógico!

 

 

El Instituto Pedagógico Nacional (IPN) de Bogotá no es solamente un colegio o una escuela de formación. Se trata de un verdadero laboratorio de innovación en pedagogía y de un centro de práctica universitario. Además, fue la institución pionera en la educación de la mujer en Colombia.

 

Históricamente, el IPN inauguró la educación de la mujer como maestra. Fue semillero y cuna de la educación superior para la profesión magisterial, consolidando en 1934 la primera Facultad de Educación para Mujeres y posteriormente en 1955 convirtiéndola en la Universidad Pedagógica Femenina.

 

Se trató de un gran avance para la época; si hacemos memoria, durante la década de los 30, el país apenas estaba consagrando los derechos de la mujer a la libre disposición de sus bienes, cuando continuaba bajo el dominio del hombre como persona y aun no conseguía el reconocimiento ni siquiera, de sus derechos políticos.

 

Además de la innegable herencia en temas de desarrollo para la mujer, el instituto ha dejado un legado cultural importante para el país, forjado por músicos, literatos, historiadores y artistas entre los que se encuentran Gerardo Arrubla, Tomas Rueda Vargas, Darío Garzón, Hena Rodríguez, entre otros. La diversidad socio-económica y cultural de los estudiantes que han pasado por sus aulas, le ha permitido al Instituto tener un diálogo productivo y hacer aportes a la construcción de la paz desde un marco democrático, intercultural e incluyente.

 

Así, el camino que el IPN ha abierto en la historia de Colombia y la trascendencia de sus programas en Educación Especial, Preescolar, Educación Básica, así como la Media, Extensión, Pedagogía y Práctica Docente, lo ubican hoy en un lugar privilegiado para el desarrollo de proyectos de innovación e investigación en materia educativa, ratificando su carácter especial y su alto nivel académico.

 

Su acción está impregnada de humanismo, de reconocimiento del otro y de creatividad, para llevar a cabo proyectos en beneficio de las comunidades a las que pertenece. Sin lugar a dudas, el IPN es un baluarte pedagógico que se ha materializado en metodologías de enseñanza sobre temas como la formación musical, educación física, formación en valores y formas alternativas de práctica docente, entre otros. Su impronta histórica lo convierte en un bastión de la formación de antiguas y futuras generaciones, y en merecedor innegable del título de ser Patrimonio Pedagógico de la Nación.

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Radicarán Proyecto para declarar Patrimonio Pedagógico al Instituto Pedagógico Nacional

 

La iniciativa se presenta ante una alerta sobre la posibilidad de cierre del emblemático centro de educación superior que el próximo año cumple 90 años.

Con la autoría del Congresista Juan Manuel Galán este miércoles será radicado ante la Comisión Sexta del Senado de la República, un proyecto de ley que busca no solo exaltar al Instituto Pedagógico sino declararlo Patrimonio Pedagógico Nacional.



Dicho Instituto además de ser una escuela de formación de alrededor de 1.600 estudiantes, es un laboratorio de innovación en metodologías de enseñanza y el centro de práctica de la Universidad Pedagógica Nacional, en el Distrito Capital de Bogotá.



Se entiende por Patrimonio Pedagógico de la Nación, las metodologías de enseñanza y las innovaciones que la Institución ha desarrollado desde su fundación, referidas a la formación musical, la educación física, formación de valores para la convivencia pacífica y formas alternativas de práctica docente que se utilizan para la formación de maestros.



Con esta declaración, el proyecto busca autorizar al Gobierno Nacional para que a través del Ministerio de Hacienda asigne el presupuesto necesario para el funcionamiento del Instituto a la Universidad Pedagógica Nacional, asi como lo requerido para el fomento, promoción, protección, conservación, divulgación desarrollo y financiación de la heredad pedagógica del Instituto.



Hora 2.30 pm



Lugar: Secretaria Senado de la República Primer Pisos Capitolio Nacional.

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Duro con los duros, suave con los débiles

 

Aunque la suerte de nuestro proceso de paz  se encuentre en suspenso, hay una realidad que permanece en Colombia: el narcotráfico. Por eso, es necesario reorientar la política de drogas a partir de información sobre lo que funciona y lo que no funciona, dirigiendo recursos hacia estrategias efectivas que den resultados.

 

Hace apenas un mes, hicimos un debate en el Senado de la República y asistimos a un foro en la Universidad de los Andes, para hablar sobre la inconveniencia de reanudar las fumigaciones aéreas, pues amplios estudios prueban su baja efectividad y el alto costo que demandan para combatir los cultivos ilícitos.

 

Encontramos por ejemplo, que para reducir el cultivo de coca de 1 hectárea, se deben asperjar aproximadamente 33 hectáreas adicionales cada año.  Como si esto fuera poco, la  Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre los efectos del glifosato en seres humanos, afirmando que puede provocar un tipo de cáncer del tejido linfático, tumores en piel, enfermedades dermatológicas y hasta perdidas no deseadas de embarazos.

 

Ecológicamente, sus efectos no son menos agresivos. Expertos indican que los procedimientos necesarios para transformar una hectárea de coca,  en pasta o base de coca, desechan 150 Kg de precursores químicos sólidos y 57 galones de líquidos,  generando graves consecuencias negativas en el medio ambiente.

 

Por todas estas razones, reiteramos que el éxito de una política contra las drogas no puede estar medido en resultados como la existencia o no de matas de coca o en estrategias que golpeen a los más débiles en esta cadena, es decir a los campesinos. Es urgente desarrollar nuevas tácticas, dirigidas específicamente contra quienes se lucran de este negocio ilegal.

 

Los verdaderos criminales y narcotraficantes son los dueños de los laboratorios y cristalizadores en Colombia, no son los campesinos cultivadores. Por eso, debemos redoblar los esfuerzos para combatir la infraestructura de este negocio que es su verdadero ‘talón de Aquiles’. Atacar los cristalizaderos de manera decidida, es una salida efectiva a este flagelo.

 

Los miembros del Consejo Nacional de Estupefacientes debían presentar el pasado 25 de octubre la nueva estrategia del país, para combatir la presencia de hoja de coca y evitar que se sigan incrementando las hectáreas de este cultivo. Esperamos que utilicen la evidencia científica, las cifras y los estudios que están sobre la mesa, pues solo así, acabaremos con el mayor dinamizador de la guerra que tiene nuestro país.

 

 
 

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Reforma Tributaria debe incluir a las víctimas

 

 

Horizonte presupuestal de Ley de Víctimas, no puede ir hasta el 2021, cuando se cumple vigencia de la ley.

Durante el quinto Foro "Encuentro Víctimas, Paz y Posconflicto", el senador Juan Manuel Galán, Presidente de la Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas del Senado, advirtió que la Reforma Tributaria debe tener en cuenta que el universo de víctimas a reparar se ha incrementado exponencialmente desde la implementación de la ley, alcanzado más de 8 millones.



"En este sentido, desde el Congreso de la República, debemos hacer proposiciones con el ánimo que puedan ser beneficiadas y se garantice su reparación integral", afirmó Galán.



El Registro Único de Víctimas, relaciona alrededor de 300 mil víctimas de los departamentos que conforman la zona del Magdalena Medio, por eso la importancia de darles visibilidad y reconocimiento de sus derechos a la reparación, a la justicia, a la verdad y a la no repetición.



Galán hizo un llamado a las autoridades locales y territoriales para que se comprometan a realizar seguimiento a la Ley de Víctimas, las incluyan dentro de los planes de desarrollo y ejerzan control político al sistema de víctimas territorial.



En este sentido, tanto Manuel Sorzano, Secretario de la Gobernación de Santander, como Mayerly Ulloque Secretaria Gobierno de Barrancabermeja, reiteraron el compromiso que existe para que las víctimas tengan una atención integral.



Por su parte, voceros de la Mesa Departamental de Santander, Mesa Municipal de Barrancabermeja y víctimas de la región, coincidieron en la necesidad de solucionar el déficit presupuestal, mayor seguridad y en la importancia de implementar lo antes posible la renegociación de los Acuerdos de Paz.



La Embajadora de Suecia, Marie Anderson de Frutos, hizo un reconocimiento a las víctimas que por años han trabajado para que se le reconozcan sus derechos y reiteró que su Gobierno aprobó una estrategia de cooperación para Colombia por 120 millones de dólares para los próximos 5 años.



Ricardo Sabogal, Director de la Unidad de Restitución de Tierras, informó que en Santander se han radicado cerca de 3.000 solicitudes sobre restitución de tierras, de las cuales 2.100 han sido resultas, pero se requieren más jueces para agilizar los procesos.



El Director Unidad Nacional de Protección, Diego Mora, explicó que se trabaja en programas de prevención y protección para ser implementados cuando los riesgos son inminentes, especialmente en procesos de restitución de tierras que representan el 20 por ciento del total de víctimas protegidas.



La Unidad de Víctimas, reportó en Barrancabermeja 62 mil víctimas por desplazamiento forzado y anunció el proceso de entrega de libretas militares que viene adelantando, con una meta de 24.152 para el próximo año, de las cuales a la fecha lleva cerca de 17.000.



Finalizando el Foro, Gloria Cuartas, delegada del Ministerio de Trabajo anunció que dicha cartera está adelantando con el Icetex, en Bucaramanga y Barrancabermeja ,un proceso de preparación de 600 jóvenes entre 17 años y 21 en formación y emprendimiento colectivo.

 

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Hacia una nueva economía campesina

 

Una de las certezas alcanzadas en La Habana y que debe ser inamovible en esta nueva etapa de renegociación, es la de que los campesinos no solo llevan la carga más pesada de este conflicto armado, sino también, que, únicamente invirtiendo en ellos, podremos lograr una verdadera ruta de paz. 

Para hablar en términos más concretos, es urgente promover la economía solidaria en el sector rural.  Por ejemplo, creo que a través de cooperativas los campesinos podrían aumentar colectivamente su poder de negociación con quienes venden los insumos agrícolas, o que serían capaces de eliminar a los intermediarios que hacen su ganancia de la venta de productos, sin hacer un reconocimiento justo al trabajo de estos hombres y mujeres que por vivir aislados entre ellos, sin carreteras terciarias, ni vías de comunicación, terminan siendo presa fácil de quienes buscan hacer negocio con su trabajo.

 

En el marco de esta certeza, propuse durante el reciente debate del proyecto de Reforma Constitucional del Campesinado, una adición en relación con las cooperativas campesinas. Mi propuesta busca que el Estado asuma la obligación de financiar, promover, y apoyar realmente las cooperativas, así como cualquier otra forma de asociación campesina, asegurando la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento de las mismas, e impulsando programas de comercio justo de bienes y servicios.

 

Esta iniciativa, busca convertirse en un estímulo no solo a la economía solidaria y cooperativa sino principalmente a la autonomía económica y la capacidad organizativa como medio para mejorar las condiciones de vida, de trabajo y de producción de millones de personas.

 

Este tema, fue incluido en los acuerdos de La Habana, bajo el título de Plan Nacional de Fomento a la Economía Solidaria y Cooperativa Rural que básicamente creaba medidas de fortalecimiento de asociaciones y organizaciones vinculadas con la producción y el abastecimiento alimentario y de fomento de las cooperativas, como medio para canalizar recursos y servicios a la población rural.

 

Invertir en el campesinado colombiano, nos permitirá no solo deshacer la equivocada percepción de que somos un país moderno e industrializado, sino acentuar la evidencia de que somos una sociedad principalmente rural y que solo resolviendo las iniquidades que viven nuestros campesinos, podremos comenzar un verdadero proceso de modernización.

 

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Este viernes gran encuentro de víctimas del Magdalena Medio en Barrancabermeja

Gobierno, Congreso y autoridades departamentales y municipales se reunirán con víctimas de la región.

 

La Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas del Congreso, continúa su labor de servir de puente entre la institucionalidad y las Víctimas. El turno para el 5to Foro “Encuentro Víctimas, Paz y Posconflicto” es para la Mesa Departamental de Santander, Mesa Municipal de Barrancabermeja  y víctimas de la región.

 


El Senador Juan Manuel Galán, quien coordina con el Representante Jaime Buenahora, la Comisión,  resaltó que el Magdalena Medio, es una región azotada desde los años sesenta por los principales actores armados del país y en la década de los 80 por los grupos paramilitares. Incluso, el mercenario israelí Yahir Klein usó este territorio como centro de sus entrenamientos y Ramón Isaza Arango  consolidó cinco frentes, con más de 900 hombres.

 


“Además el importante anuncio del Gobierno de iniciar un proceso de paz con el ELN, llena de optimismo a sus habitantes, ya que este grupo armado ilegal tiene amplia influencia en la región y esperan acciones concretas, como el cese al fuego”. Afirma el Senador Juan Manuel Galán.

 


Las inquietudes y recomendaciones de las víctimas serán escuchadas por la Embajadora de Suecia, el Director de la Unidad de Víctimas, Alan Jara, el Director Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, Ministerio del Interior y autoridades locales y departamentales.


El encuentro se llevará a cabo en la Universidad Industrial de Santander, en la sede de Barrancabermeja, a partir de las nueves de la mañana. 

 

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El no saber qué hacer

 

En los últimos días se han visto fracturas entre los votantes del NO y quienes dicen llamarse sus legítimos voceros. Recientemente, Tania Parra representante de la Fundación Fuimos Héroes, afirmó que las propuestas del Centro Democrático no los representan. Esta fundación, que agrupa a más de 6.000 uniformados, muchos de los cuales han sido condenados o procesados por ejecuciones extrajudiciales, explicó que el llamado “alivio judicial” propuesto por el expresidente Uribe, no brinda las mismas garantías que la justicia transicional contemplada en los acuerdos de La Habana.

 

En particular, Parra cuenta cómo la negación de la existencia de un conflicto interno armado durante muchos años en Colombia, provocó que la mayoría de los procesos de los militares fueran investigados y juzgados en el marco de los derechos humanos y no del derecho internacional humanitario (DIH).

 

Así, por ejemplo, muchas muertes ocurridas en combate o como consecuencia de la acción del enemigo, fueron investigadas como homicidio simple a la luz del Código Penal y no de las normas del DIH. Esta situación demanda un tratamiento diferenciado que incluya temas como presunción de legalidad, seguridad jurídica, reclusión en cárceles militares, revisión de sentencias, esclarecimiento de los hechos y responsabilidad en la cadena de mando, entre otros.

 

La propuesta de Uribe, según Parra, priva a los agentes del Estado de estos puntos que si están contenidos en los acuerdos de justicia transicional. Sumado a esto, el sociólogo y antropólogo Francisco Gutiérrez Sanín, ha denunciado que en el tema agrario, algunos miembros del Centro Democrático quieren reemplazar el cuidadoso resultado obtenido en La Habana por temas como la legitimación del despojo. Frente a esta propuesta, también encontramos serias fracturas en los partidarios del NO.

 

En conclusión, podemos ver que los autodenominados representantes del NO, no solo se han dedicado a presentar objeciones al acuerdo sin propuestas concretas para superar sus vacíos, sino que ahora, aparecen con una numerosa bolsa de soluciones que no son aceptadas por el electorado. Estas guerras internas, fracturan coaliciones y retrasan consensos entre los equipos.

 

Por eso, es necesario estar atentos a contrarrestar los egos desmedidos y la competición interna, para fortalecer en contraste, una línea de trabajo en la que prime el altruismo colectivo sobre la realización individual. La guerra no deja sino odio, dolor y muertos y estoy seguro que todos queremos acabar prontamente con esa película de horror. Por tanto, debemos encontrar un ideal superior que permita transcender las divisiones internas entre partidos y la desconexión con su electorado. Ese ideal es la paz.

 

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Sin las víctimas, la paz es efímera

 

Ese domingo frío y lluvioso, que todos recordamos, nos dejó ver con claridad una realidad que no podemos evadir; Colombia está sumergida en una profunda polarización política. Sin embargo, las victimas están unidas.

 

Hace pocos días, tuvimos en el Congreso de la República, una audiencia extraordinaria de la Comisión de Víctimas, solicitada por ellas mismas. Acudieron más de 300 víctimas, con participación de una gran parte de las sesenta (60) víctimas que estuvieron presentes en La Habana, algunas que defendieron el SI en el plebiscito, otras que defendieron el NO, la Mesa Nacional, Mesas Departamentales y Municipales de Víctimas, y, exiliados en el exterior desde lugares como Canadá, Inglaterra, Suecia y Chile.

 

En esta audiencia, por más de 6 horas, las víctimas expresaron la incertidumbre que sufren por no saber qué va a pasar con el proceso de paz. Ellas sienten miedo y quieren ser parte de esta nueva etapa, urgiendo que haya soluciones sin demoras innecesarias. Lo más importante de la sesión, fue que le reclamaron a la dirigencia política, al Gobierno Nacional y a los delegados de las FARC que se pongan de acuerdo y saquen adelante el proceso.

 

Por ese motivo, elevamos al Presidente de la República una comunicación transmitiendo la solicitud de la gran mayoría de los asistentes a la audiencia, de realizar una sesión de trabajo en Colombia con una delegación del Gobierno Nacional y de las FARC, para presentar propuestas concretas frente a cada uno de los puntos del acuerdo de paz.

 

Las voces fueron unánimes en respaldar una solución negociada a este conflicto pero firmes en reclamar una respuesta ya! Por este motivo es de gran importancia dar respuesta a estas voces que guardan la esperanza en un nuevo acuerdo para Colombia, pero sin dejar de ser el centro y el corazón de este proceso. Es necesario, no perder de vista el horizonte sobre el que se construyó esta iniciativa, que fue, el de resarcir a las víctimas, y reconocerles su condición de ciudadanos con plenos derechos. 

 

Podemos renegociar muchos puntos, pero los derechos de las víctimas no son negociables. No tenemos mucho tiempo, los procesos de paz, siempre tienen como principal enemigo el paso del tiempo. Necesitamos una silla mas, en esa mesa de renegociación

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Desde el Congreso de la República Víctimas exigen al Gobierno y a las Farc definir acuerdo de paz y mantener cese bilateral al fuego

 

“Cuando las víctimas se ponen de pie la paz puede esperar algo grande”: Senador Juan Manuel Galán.

 

En el marco de una emotiva sesión cumplida en el Senado de la República más de 400 víctimas del conflicto armado procedentes de distintas regiones del país y del exterior, hicieron sentir su voces para pedir a la Mesa de Negociaciones de la Habana finiquitar un Acuerdo de Paz Ya y  mantener el cese bilateral al fuego.

 

El Senador Juan Manuel Galán, en su calidad de Presidente de la Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas, presidió una sesión extraordinaria donde  expresó que el Acuerdo de Paz merece ser salvado, ya  que nunca en el mundo unas negociaciones de esa naturaleza habían tenido como centro de gravedad las víctimas.

 

“Siento que estamos ante un momento difícil, los oigo y recupero la esperanza de que podemos salvar el Acuerdo. Nos merecemos esa paz, ese abrazo. No podemos desfallecer y debemos defenderlo por el componente de justicia que permitirá reconciliarnos” expresó el Senador Galán.

 

Para el Director de la Unidad Nacional para la Atención y Reparación de Víctimas, Alan Jara, el cese al fuego es fundamental, así como crear sesiones de  trabajo que puedan transmitir propuestas de las víctimas y lograr  una firma del Acuerdo lo antes posible.

 

El Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, reiteró que el cese al fuego ha sido fundamental para  que Colombia no vuelva a tener una víctima más por cuenta del conflicto armado.

 

La Embajadora de Suecia, Marie Andersson de Frutos,  expresó que las víctimas colombianas han demostrado valentía y coraje, confrontando su situación para construir un país en paz.

 

Por su parte Odorico Guerra, Presidente de la Mesa Nacional de V{ictimas, pidió acuerdos sin más dilaciones y mantener el cese al fuego, e invitó a las víctimas del No y de Si a edificar una Colombia sin guerra.

 

Juan Carlos Villamizar, Representante de las Victimas en el Exterior, propuso la creación de una Mesa de Trabajo conjunta donde estén el Gobierno, las Farc y las Victimas.

 

A su turno la Presidenta de la Unión Patriótica, Aida Avella, manifestó su disposición a reconciliarse con los autores del genocidio de ese partido político. “No se pueden  dilatar los acuerdos, se necesita generosidad  y un país  sin odios ni envidias, en el que mujeres, hombres y niños puedan vivir tranquilos” agregó.

 

Herbyn Hoyos, Director del Programa las Voces del Secuestro, dijo que el Estado debe dar razón de todos los desaparecidos y advirtió que se necesita llegar a un proceso incluyente que no estigmatice a nadie.

 

Fueron más de 6 horas, donde víctimas que participaron durante el 2014 en La Habana, integrantes de las mesas departamentales y municipales, voces de víctimas en el exterior y organizaciones de víctimas de todos los territorios, reiteraron su llamado para un Acuerdo de Paz Ya y que se mantenga el cese al fuego.

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Nobel para las víctimas

 

 

El Presidente Juan Manuel Santos ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz para el 2016. El Comité del Nobel de Noruega decidió otorgar este premio porque considera que los esfuerzos del Primer Mandatario para promover la paz, cumplen los criterios y el espíritu de la voluntad de Alfred Nobel. 

 

Este premio, no solo es el resultado de que el presidente Santos hubiera iniciado negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sino sobre todo, es un reconocimiento al esfuerzo enorme que ha hecho el país entero y su población, para sacar adelante el proceso de paz y terminar con una guerra que nos ha traído víctimas y sufrimiento.

 

Precisamente por esa razón, la declaración hecha desde Oslo el pasado 7 de octubre, afirma que  este premio debe ser visto como un tributo a los colombianos que, a pesar de grandes dificultades y abusos, no han perdido la esperanza de una paz justa. 

 

Al conceder este galardón, el comité no desconoce que en estos momentos,  el acuerdo de paz es controversial para nuestro país, no obstante, reconoce que fueron los votantes colombianos quienes tuvieron la última palabra frente al  acuerdo y que su voto no fue en favor o en contra de la paz, sino sobre el contenido de los mismos. Por esa razón, alienta a todas las partes,  a  encontrar la manera de salvar el proceso y específicamente al presidente Santos y al líder de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, a que sigan respetando el alto al fuego. 

 

Este premio, es también un mensaje al mundo entero de que si la paz es posible en países como Colombia que han sufrido tanto, que han pasado por tantas dificultades para consolidar la convivencia, también es posible, en otras regiones del mundo como por ejemplo en Siria.

 

La guerra en Colombia es una de las más largas guerras internas en tiempos modernos y el único conflicto armado que queda en las Américas; por eso, si nuestro proceso se consolida, hay esperanza de que se promueva la reconciliación en otras latitudes.

 

Celebramos la invitación que el comité noruego hace con este premio para avanzar en un diálogo nacional amplio y continuar adelante para buscar una solución. Estamos ante un obstáculo más al proceso de paz que podremos resolver si abandonamos la soberbia y los mezquinos cálculos electorales y partidistas. Es hora de ser humanos y Colombianos. Hora de participar de manera constructiva y de asumir cada uno su responsabilidad en esta hora histórica.

 

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En el Senado se fijan posturas en contra de la aspersión aérea

 

A un día de la reunión del Consejo Nacional de Estupefacientes, donde se evaluará la pertinencia de regresar a la aspersión aérea como política de erradicación de cultivos ilícitos, en debate de control político citado por el Senador Juan Manuel Galán, el Congreso, Gobierno, Fiscalía y Gobernadores fijaron su posición frente a este polémico tema.
 

"Esperamos que las posturas expresadas por los asistentes al debate, sustentadas en el impacto negativo que trae la aspersión aérea para la salud y el medio ambiente, se consideren como un aporte para no permitir que esta política se reactive, expresó Galán.
 

A su vez, el Senador Galán consideró que la lucha del Gobierno debe concentrarse no en el eslabón más débil que son los campesinos cultivadores, sino en reorientar la política contra el narcotráfico atacando a los laboratorios y cristalizaderos que son el "talón de Aquiles" de la cadena de las mafias. Y sostuvo que la rentabilidad del negocio de producción y tráfico de cocaína es tan exorbitante, que un kilogramo de coca puesto en un puerto de Colombia vale Us$2.200 y en Estados Unidos se puede llegar a vender hasta en Us$27.000, mientras que en Australia asciende a Us$200.000.


El ministro de Justicia, Jorge Eduardo Londoño, respaldó las tesis expuestas por el Senador Juan Manuel Galán, al sostener que la aspersión no es la solución al problema y menos cuando los campesinos cultivadores apenas reciben el 1.4 por ciento de los ingresos totales de la cadena del narcotráfico.


Por su parte, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, expuso evidencia científica que demuestra los daños irreparables que el glifosato causa en la salud y el medio ambiente, más aún cuando para erradicar una hectárea hay que fumigar 30 y es el campesino quien queda en una posición inerme expuesto a que este veneno caiga sobre sus familias y cultivos.


Para escuchar de primera mano la problemática que se vive en los departamentos con más hectáreas de cultivos de coca, intervino el Gobernador de Nariño, Camilo Romero quien reconoció que Tumaco es el municipio con más cultivos ilícitos con 17.960 hectáreas y necesita de una presencia institucional que lleve soluciones de fondo concertadas con la comunidad. "No podemos criminalizar a la población cultivadora. Fumigación aérea, atenta contra la vida, no la aprobamos",acotó.


El Gobernador de Norte de Santander, William Villamizar Laguado, reiteró que la solución no es la aspersión y erradicación, sino que lo que campesinos requieren es mayor inversión social y así evitar un escenario apropiado para la siembra y cultivo de la coca, que aprovechan los grupos al margen de la ley y que tienen a Tibú y El Tarra entre los 10 municipios con mayores cultivos de coca.


De otro lado, el Gobernador de Caquetá, Álvaro Pacheco, afirmó que la solución para acabar cultivos no es fumigar, es terminar con la pobreza absoluta de las regiones, que lleva al campesino a sembrar hoja de coca, ya que si siembra plátano, no tiene ni vías ni a quien venderlo.


Ante el panorama expuesto por los gobernadores, Eduardo Diaz, Director de la Agencia para la Sustitución de Cultivos Ilícitos, presentó un balance y evidenció que en el 68% de los municipios donde hay cultivos de coca, nunca han llegado programas de desarrollo alternativo, debido entre otros factores al conflicto armado que vive el país. Dijo que al respecto se están construyendo acuerdos con las comunidades para que se comprometan con la sustitución voluntaria y la no resiembra a cambio de planes integrales que ofrece el Gobierno y que incluyen pagos por erradicar y mano de obra reorientada a preparación de tierras para otros cultivos y construcción de vías públicas.
 

En su intervención, el Fiscal General, Néstor Humberto Martínez consideró indispensable una política integral que incluya aspersión aérea, erradicación manual y sustitución de cultivos. "La llave de la estrategia integral es la aspersión aérea".

 

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Comisión Primera debatió impacto de erradicación de cultivos ilícitos mediante aspersión aérea con glifosato

 

 

“Esta no es la política conveniente, son más los costos, que los beneficios que trae para las comunidades y los campesinos, quienes son el eslabón débil, de la cadena del narcotráfico”, señaló el Senador Juan Manuel Galán.

 

El senador Juan Manuel Galán –Partido Liberal-, citó este miércoles a un debate de control político sobre las implicaciones y consecuencias en el territorio colombiano, del Programa de erradicación de Cultivos Ilícitos mediante aspersión aérea con el herbicida Glifosato.

 

Entre los citados se encontraban los inistros de justicia y Derecho, Jorge Eduardo Londoño; de salud y protección social, Alejandro Gaviria; Viceministro de defensa, Aníbal Fernández; el fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez; el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, entre otros delgados concernientes al tema en cuestión.

 

El senador Galán, expresó que el objetivo del debate era presentar un balance costo-eficacia sobre la política de fumigación, para analizar qué funciona y hacer las propuestas pertinentes. “La fumigación aérea es muy costosa y poco eficaz en la erradicación de cultivos de coca, en cambio, la estrategia de atacar cristalizaderos es más eficiente, es allí donde se debe golpear el narcotráfico; es necesario recuperar actividades como recompensas por información para acabar con los laboratorios”.

 

Adicionalmente resaltó el alto costó de eliminar tan sólo una hectárea de siembra de hoja de coca, lo cual equivale a 72.000 dólares, y el costo de crear un cristalizador puede llegar a un millón de dólares.

 

“La disminución del número de hectáreas de cultivos, no implica disminución potencial en la producción de cocaína, el verdadero talón del narcotráfico son los laboratorios”, sostuvo el congresista del Partido Liberal.

 

Asimismo, el senador citante advirtió los peligros para la salud humana y animal, que provoca la aspersión aérea con glifosato, citó un estudio de la Universidad de los Andes que demuestra que el uso de dicho herbicida genera problemas dermatológicos y respiratorios, así como abortos.

 

A su turno el senador Alfredo Rangel –Centro Democrático-, indicó un aumento en siembra de cultivos ilícitos, “la siembra de coca se ha duplicado según fuentes de Naciones Unidas, y eso ocurrió en este Gobierno; estudios de la OEA señalan además que el glifosato no representa un riesgo apreciable para los humanos”.

 

Por su parte, el senador Hernán Andrade –Partido Conservador-, señaló: “no podemos negar que en el Gobierno del presidente Santos aumentó dramáticamente la siembra de coca, si no trabajamos el tema del narcotráfico, nada se gana con la paz”.

 

Entretanto, el senador Horacio Serpa –Partido Liberal-, indicó que los cultivos ilícitos no dependen necesariamente del gobierno, sino de diversos factores como clima, demanda, economía; también resaltó que la aspersión con glifosato ha sido ineficaz, “la mejor actuación que ha hecho el gobierno para combatir el narcotráfico, ha sido el proceso de paz, tenemos que luchar para que siga este proceso, las FARC quieren desmovilizarse, y se van a retirar del negocio de la coca”.

 

El senador Armando Benedetti –Partido de la U-, expresó: “se debe atacar los altos eslabones, y no los débiles, que son los campesinos y cultivadores”.

 

La senadora Claudia López –Alianza Verde-, señaló que estaba comprobado por estudios nacionales que la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato no han sido útiles, además de anotar que hay certeza de que la aspersión aérea con glifosato, tiene efectos negativos sobre la salud. “Hay que concentrar esfuerzos donde está la cadena de valor, que es en los cristalizaderos y lavadores de plata”, puntualizó.

 

Intervención de los citados

 

El ministro de Justicia, Jorge Eduardo Londoño, expuso que quienes menos perciben lucro del negocio del narcotráfico son los cultivadores, quienes reciben 1.4% de los ingresos totales.

 

“No es posible lograr una solución sin enfoque territorial, deben ayudar los gobernadores y alcaldes, quienes administran estos territorios”, señaló Londoño.

 

El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, resaltó los graves problemas que trae la fumigación con glifosato, tal como lo indicó el senador citante, especialmente en la piel, en embarazos y en el sistema respiratorio.

 

Gobernadores de Nariño y Caquetá, expusieron la falta de intervención por parte del Estado en estas zonas, por lo cual los cultivos ilícitos aumentan y traen devastadoras consecuencias en sus respectivas regiones, y específicamente en la salud delos habitantes.

 

El debate culminó con la intervención del senador Galán: “creemos que esta no es la política conveniente, son más los costos, que los beneficios que trae para las comunidades y los campesinos, quienes son el eslabón débil, de la cadena del narcotráfico. Hay que concentrar la fuerza donde está el negocio, donde más les duele a los narcotraficantes, es decir, en los cristalizaderos y grandes laboratorios, allí debemos concentrar las acciones del estado. A las comunidades debemos responderles con desarrollo alternativo, acceso a crédito y presencia territorial del estado”.

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Encuentro entre Presidente Santos y Expresidente Alvaro Uribe para salvar Acuerdo de Paz, propone Senador Juan Manuel Galán

 

Ante los resultados del Plebiscito donde el No se impuso al Si, el Senador Juan Manuel Galán, afirmó que el país está en un momento de incertidumbre al cual hay que ponerle fin rápidamente,  para saber hacia donde va el proceso.
 

El legislador liberal dijo que con humildad y despojados de soberbia se deben llegar a unos acuerdos porque eso es lo que esperan los colombianos, especialmente las víctimas que votaron por el SI y le apostaron a la paz.
 

"Invito a al señor Presidente Juan Manuel Santos, y al Señor Expresidente Alvaro Uribe, a un diálogo directo y personal que le permita al proceso encontrar un camino para resolver los problemas :sostuvo Galán.

 

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Comisión de Víctimas del Congreso presente en Rivera, Huila

 

Gobierno, Congreso y autoridades departamentales y municipales rendirán homenaje a las más de 170 mil víctimas del conflicto armado en el departamento del Huila.

 

El Cuarto foro regional "Encuentro Víctimas, Paz y Posconflicto" tendrá como escenario el Municipio de Rivera Huila, único municipio del mundo, en donde en un solo hecho de violencia colectiva se silenció todo un cabildo democrático de elección popular como es el "Concejo Municipal".


Como una acción y un instrumento de construcción ciudadana alrededor de la memoria histórica y la importancia de no olvidar los horrores del conflicto armado, la Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas del Congreso de la República, realiza este evento en ejercicio del derecho a la verdad del que son titulares las víctimas y la sociedad en su conjunto, así como el deber de memoria del Estado y la garantía de no repetición, en un horizonte de construcción de paz, democratización y reconciliación.


El evento tendrá lugar en el Hotel Campestre los Gabrieles el viernes 30 de Septiembre a partir de las 9 a.m. y contará con laparticipación de los Coordinadores de la Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas H.S Juan Manuel Galán Pachón y H.R Jaime Buenahora Febres, las mesas de Víctimas del Huila y de Rivera, el Gobernador Carlos Julio González Villa, La Embajadora de Suecia Marie Anderson de Frutos, el Alcalde de Rivera Néstor Barreiro, La Unidad de Atención a las Víctimas Doctor Alan Jara, la Unidad de Restitución de Tierras Doctor Ricardo Sabogal, Organismos de Cooperación Internacional, el Ministerio del Interior, Instituciones Gubernamentales y algunos miembros de la comisión.


La delegación se trasladará para la clausura del Foro a la ciudad de Neiva donde participará en la inauguración del Museo de la Memoria Histórica de las Víctimas del Conflicto Armado en el Departamento del Huila y la Conmemoración del Día de las Víctimas de Desaparición Forzada.
 

La Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas del Congreso fue creada por el Art. 202 de la Ley 1448 de 2011 "Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones", conformada por 19 Congresistas, 9 Senadores y 10 Representantes.

 

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Los agentes de inteligencia

 

Frente a las nuevas amenazas de seguridad, los seres humanos como  instrumento de inteligencia, son irremplazables. Sin duda, la ley debe garantizar su protección. En el 2013, aprobamos una ley marco de inteligencia y contrainteligencia que por primera vez, señaló  el ámbito de actuación, las funciones y los límites de la actividad que realizan en Colombia los agentes de inteligencia y contrainteligencia.

 

En esa comunidad hay diferentes actores, entre los que se encuentran las Fuerza Militares,  la Policía Nacional, la  Dirección Nacional de Inteligencia y también, personal civil o no uniformado que realiza labores de infiltración, penetración y de recolección de información sensible para la protección de los derechos humanos. Ellos son conocidos como agentes de seguridad.

 

Aunque estas personas, están expuestas  a riesgos permanentes contra su vida, su integridad física, la seguridad de su familia, y deben actuar bajo una fachada o identidad encubierta, no hacen parte de las fuerzas armadas ni gozan de su régimen de protección social.

 

Por esta razón, y considerando los  riesgos a los que están expuestos, presentamos un proyecto de ley para otorgarles un régimen prestacional que reconozca el peligro del oficio que realizan, para mantener la seguridad de todos los colombianos. En las democracias avanzadas del mundo, por ejemplo en los Estados Unidos y en Inglaterra,  hay un sistema de protección especial para que los hombres y mujeres que realizan labores de inteligencia y contrainteligencia, no solo cuenten con el apoyo de los más altos desarrollos tecnológicos como satélites y mecanismos para interceptar comunicaciones, sino también con políticas públicas destinadas a disminuir su vulnerabilidad y a mejorar su calidad de vida.

 

Ser agente de inteligencia es un oficio muy ingrato, hasta el punto que en el momento en que uno de ellos fallece en alguna misión, no pueden ser reconocidos por nadie. En estos casos, la CIA por ejemplo, pone una estrella en la pared por cada baja, pero nadie sabe esa estrella que nombre tiene, ni a quien perteneció, solo sabe que se trató de un agente que dio su vida por proteger la seguridad y la democracia de la Nación.

 

Colombia está en mora de incluir en su agenda de seguridad, no solo el tráfico de drogas, armas y personas, y la inseguridad pública, sino también la protección de los agentes de inteligencia y contrainteligencia. Queremos hacer de ellos, un tema prioritario.

 

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¿Qué dice el Partido Liberal?

 
 

Esta semana se aprobó en primer debate la iniciativa de la senadora Vivian Morales, que busca promover un referendo que permita la adopción de menores de edad sólo a parejas heterosexuales y prohíbe que las parejas del mismo sexo o las personas solteras, puedan convertirse en adoptantes.

 

Durante el debate, el argumento de fondo giró alrededor de la idea de que en una democracia, las mayorías son las que imponen su voluntad. En otras palabras, que el "estado de opinión" debe imperar sobre el Estado de Derecho, cuando las mayorías lo respaldan.

 

Nada más distante del espíritu de nuestra Constitución. La razón por la cual la Constitución de 1991 declaró a Colombia como un Estado Social de Derecho y puso normas rígidas a la elaboración de referendos, fue porque a través de ellas, se impedía la utilización de mecanismos de participación ciudadana para recortar libertades individuales o para profundizar desigualdades sociales.

 

En otras palabras, la racionalidad detrás de un Estado Social de Derecho, a diferencia de la de un estado de opinión, no es el principio de las mayorías sino por el contrario, es la idea de que los derechos fundamentales son una limitación al principio de las mayorías y que el juez constitucional está obligado a asumir la vocería de las minorías olvidadas para garantizar sus derechos.

 

Lo que sucedió en este debate legislativo, es un hecho frente al que no puede quedarse callado el Partido Liberal. Las banderas del liberalismo han sido siempre la tolerancia, la inclusión de la diferencia y el respeto a la disidencia, aquí torcemos esos principios fundadores para atacar los derechos de las minorías. Nada más anti-liberal.

 

Y es precisamente porque la defensa de las minorías ha sido causa liberal, desde la época Republicana de Colombia, que no podemos permanecer en silencio, ni pasar de agache.

 

Hoy reclamo de mi partido que haya un pronunciamiento institucional sobre este proyecto de referendo, porque está en juego el que pueda imperar sobre el estado de derecho, el llamado estado de opinión. Yo, voté negativamente el proyecto de referendo porque creo que mi papel en el Congreso es velar por el respeto y las garantías de las minorías.  Esas mismas razones, me llevarán a seguir movilizando ideas para que solteros no pierdan su derecho a adoptar, para que le hagamos justicia a la realidad de la familia extensa en Colombia y no discriminemos a la población LGBTI

 

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Justicia para Barrancabermeja

 

Barrancabermeja podrá convertirse en Distrito. En días pasados entregamos al Congreso de la República, un Proyecto de Ley para elevar a Distrito Petroquímico, Portuario y Turístico al municipio de Barrancabermeja.

 

Esta iniciativa, surge de la comunidad Barrameja que en el mes de febrero, en la sesión especial de la Asamblea de Santander, manifestó la urgencia de que se reconocieran  sus características particulares a través de la declaración de distrito para que se le diera impulso a nuevos proyectos de desarrollo territorial y así enfrentar la crisis económica por la que atraviesa la región.

 

Esta crisis no es nueva. Recordemos que los precios del petróleo se han ido desplomando a nivel mundial desde junio de 2014, pasando de $112 dólares el barril de petróleo a un mínimo de $31.9 en enero de 2016 y que la caída del precio de los hidrocarburos ha ajustado hacia abajo los ingresos provenientes de la renta petrolera, fenómeno que ha afectado especialmente la situación de Barrancabermeja.

 

Sin embargo, aunque esta situación demanda acciones inmediatas, el  Ministerio de Hacienda y Crédito Público se negó a declarar el estado de emergencia económica en ese municipio, al considerar que existe una falta de sobreviniencia,  y que Colombia puede adaptarse a esta situación con medidas ordinarias. Como parlamentarios, no podemos ser ajenos a la problemática de una región que es tan importante, está ubicada en el corazón del Magdalena Medio y que tiene todo el potencial para convertirse en motor económico del país.

 

La categoría de distrito, le permitirá al municipio acceder a  los beneficios de la Ley 1617 de 2013, consolidar su proceso de descentralización, incrementar su autonomía como ente territorial; y afianzar los procesos de participación democrática de los ciudadanos, en los asuntos que les conciernen. Sabemos que el proyecto de ley, no es una solución mágica a la crisis descrita.

 

Sin embargo, puede convertirse en un instrumento que combinado con otros establecidos desde el Gobierno Nacional, contribuya al desarrollo urbano y territorial del municipio; y que de la mano de la voluntad política del Gobierno Nacional, la bancada parlamentaria, el Gobernador de Santander y el Alcalde de Barranca logre mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.

 

Ahora, esperamos lograr un consenso en el Congreso de la República para darle una oportunidad a Barrancabermeja, de mejorar sus relaciones comerciales tanto nacionales como internacionales, proyectar su infraestructura portuaria y promocionar el desarrollo de nuevas industrias, como la del turismo en la región.

 

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Debate a Programa de erradicación de Cultivos Ilícitos

 

 

Ante la polse necesita una estrategia integral a Naci Nacigerencia la sesircotraficantes han sido r es una cosntruccio sololamente fugimanémica que desató la propuesta del Fiscal General de La Nación, Humberto Martínez de reanudar la aspersión aérea con glifosato para la erradicación de los cultivos ilícitos, el Senador liberal Juan Manuel Galán, citó en la Comisión Primera del Senado a debate de control político al Gobierno Nacional, para que explique cuáles han sido los impactos y consecuencias en el territorio colombiano, del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante aspersión aérea con el herbicida Glifosato.
 

"Es importante realizar este debate antes de la celebración de la reunión del Consejo Nacional de Estupefacientes, para hacerle un llamado de atención al Gobierno Nacional y mirar cómo direccionamos de una manera más inteligente la fuerza del Estado hacia los laboratorios que son el eslabón fuerte del narcotráfico y no al más débil que son los campesinos cultivadores". Afirmó Galán.
 

Para el Senador Juan Manuel Galán, se necesita una estrategia integral de intervención del Estado encaminada a la persecución y castigo a los criminales y narcotraficantes y a la destrucción de sus cristalizaderos, que son los que producen las 800 toneladas que Colombia exporta anualmente.
 

De igual forma, considera un fracaso la erradicación manual y la fumigación, pues causan de acuerdo a las encuestas del Observatorio de Drogas de la Universidad de Los Andes, una ruptura entre la población civil y la fuerza pública, en momentos donde para el posconflicto lo que se necesita es buscar la construcción de una relación de confianza.
 

También es importante conocer los planes de presencia social, sustitución de cultivos y de inversión que tiene el Gobierno para ayudar a las familias que viven de manera directa e indirecta de los cultivos de coca y que son alrededor de 700 mil.
 

"El Estado tiene que darle la mano con desarrollo y oportunidades y no solamente fugimarlas. Por eso la estrategia hay que llevarla hacia los cristalizaderos". Concluye el Senador Galán.
 

El debate está citado para el próximo martes 13 de septiembre en el recinto de Comisión Primera de Senado. Los funcionarios citados son, entre otros: Ministro de Justicia y del Derecho, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, Ministro de Defensa Nacional, Luis Carlos Villegas, Ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria Uribe, Alto Consejero para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, Rafael Pardo Rueda, Director de la Agencia para la Sustitución de Cultivos Ilícitos, Eduardo Díaz Uribe, al Comandante de la Brigada Especial contra el Narcotráfico, Teniente Coronel Walther Adrian Giraldo Jiménez, al director de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional, Mayor General José Ángel Mendoza Guzmán y como invitados al Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, al Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado y al Contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón.

 

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Agentes civiles de inteligencia y contrainteligencia, serán cubiertos por el sistema de seguridad de las Fuerzas Armadas

 

El senador Juan Manuel Galán, en compañía del Director General de la Dirección Nacional de Inteligencia, Almirante Álvaro Echandía, radicó proyecto de ley que les permitirá regresar al régimen que los cubría.

 

Hasta el 23 de diciembre de 1993 los agentes de inteligencia y contrainteligencia adscritos al Ministerio de Defensa estaban cubiertos por el régimen especial de las Fuerzas Armadas, lo que en su momento les permitía acceder a pensión a cualquier edad, siempre y cuando cumplieran 20 años de servicio continuo.


Con la sanción de la Ley 100 de 1993, este personal quedó excluido del régimen especial, haciendo que hoy su sistema sea como el de cualquier otro colombiano, sin tener en cuenta las actividades de alto riesgo y de vital importancia para salvaguardar la seguridad nacional y la protección de los derechos humanos.
 

"El propósito de este proyecto es darle beneficios especiales en el régimen prestacional a estas personas que cumplen con una función de altísimo riesgo y que perdieron esos beneficios a partir de la ley 100. En Colombia estamos tratando de ponernos la día y de reconocerles el trabajo que hacen y la importancia crucial para la seguridad nacional" Enfatizó Galán.
 

Misiones como la ubicación del hijo de la Representante liberal Clara Rojas, del carro del Congreso con más de 600 millones pertenecientes a dineros de bandas criminales, infiltraciones en la temida calle del Bronx y en grupos al margen de la ley, son algunas de las labores que llevan a cabo por meses e incluso años.
 

Como coautor de la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, el Senador liberal Juan Manuel Galán, propone una reforma al sistema integral de seguridad social que incluya al personal civil, que realiza labores de inteligencia y contrainteligencia, y al personal del Departamento Administrativo Dirección Nacional de Inteligencia, en el régimen prestacional especial de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.
 

Esta iniciativa legislativa busca protegerlos considerando el alto riesgo de su actividad, y los requerimientos especiales de su trabajo como por ejemplo reservar su identidad y tener protocolos de seguridad para evitar que personas involucradas en sus investigaciones, tomen represalias contra ellos o sus familias.
 

Es necesario equipararlos al régimen que hoy ampara las Fuerzas Militares, para garantizarles un régimen prestacional especial que les permita jubilarse por 20 años de servicio continuo y tener derecho a asistencia médica, quirúrgica, odontológica, servicios farmacéuticos para ellos, sus conyugues e hijos menores de 21 años a través de la entidades adscritas a las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional.
 

"Debemos darles protección a estos agentes que asumen un riesgo en nombre de su país y de los conciudadanos, quedando desprotegidos no solamente ellos sino sus familias, que arriesgan sus vidas para tener una mejor colombia", mencionó el Almirante Echandía.
 

El Proyecto de Ley No. 140/2016 Senado, tendrá que hacer trámite en 4 debates para convertirse en Ley de La República.

 

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Nuestro ejército y el proceso de paz

 

Esta semana el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Juan Manuel Santos, dio la orden a sus tropas, de iniciar el cese al fuego bilateral, como resultado  del acuerdo final en la Habana. Esto, ha generado un clima de zozobra e incertidumbre, que algunos han aprovechado para desinformar y para generar intranquilidad entre los colombianos.

 

En ese contexto, llegué a la reciente entrevista que concedió el General Alberto Mejía, Comandante del Ejército Nacional, sobre lo que nos espera en los próximos 30 días antes de la votación del plebiscito. Sus palabras me dejaron varias lecciones.

 

El General Mejía, quien dirige a los 82 mil soldados profesionales y 120 mil regulares del Ejército Nacional, será el responsable de liderar a la Fuerza Armada en el posconflicto y de enfrentar las posibles disidencias de la guerrilla de las FARC después de la firma de los acuerdos. Con esa responsabilidad bajo sus hombros, concedió una entrevista en donde no solo demostró serenidad y amplio conocimiento del proceso y de los acuerdos, sino también lucidez e inteligencia, para abordar los miedos y las dudas de los colombianos en este momento.

 

Ante todo, creo que nos dio a los políticos una gran lección de grandeza, sobre la manera como debemos enfrentar esta campaña por el plebiscito. Es en este momento y no en otro, que tenemos que demostrarle al pueblo colombiano que somos capaces de respetarnos en la diferencia, que cada uno tiene posiciones distintas, pero que son respetables en la medida en que estén argumentadas y sean serias, responsables y verdaderas.

 

En 1982, cuando el expresidente Belisario Betancur inició el primer proceso de paz con grupos guerrilleros, mi padre hizo un llamado a que todos los colombianos apoyáramos esa iniciativa y a que no permitiéramos que prosperaran las tendencias autoritarias de quienes creían que la única estrategia posible es la del exterminio o la definición violenta de las contradicciones.

 

Hoy, yo reitero ese llamado. Los colombianos están cansados y hastiados de disputas personales, agresiones, e insultos por redes sociales o por otros medios. Estoy seguro que lo que la gran mayoría quiere de nosotros, es ver conversaciones tranquilas y serenas sobre una decisión histórica y trascendental que va cambiar el país para las próximas generaciones.  Al final, como lo dijo el General Mejía, será el pueblo colombiano quien, actuando como una antorcha, señale el camino que el Ejército Nacional y nosotros, debemos seguir para definir el destino de Colombia.

 

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Nuestros Héroes paralímpicos

 

“Cada uno de los medallistas colombianos en estos juegos paralímpicos, es ejemplo de vida y superación”: senador Juan Manuel Galán.
 

Maritza Arango no correrá sola, necesita a su guía. Esta mujer, subcampeona mundial de atletismo e invidente por enfermedad degenerativa, será la representación de Colombia en los juegos paralímpicos Rio 2016. Como todos los deportistas con discapacidad visual, Martiza correrá con un guía, Jonathan Sánchez quien debe practicar tanto como ella, compartiendo entrenamientos diarios y con una complicidad admirable que les permite coordinar el ritmo del trote durante toda la competencia.La historia de Moisés Fuentes es también una historia de sufrimiento, frustración y superación.
 

Llegó al deporte como resultado de una tragedia y la perdida de ganas de vivir. Cuando tenía tan solo 17 años, pasó por el momento más duro de su vida, al perder a su hermano en un atentado en la ciudad de Santa Marta. Moisés, quedó con vida pero sin posibilidad de recuperar el movimiento de sus piernas pues quedo parapléjico. La vida, ligada a una silla de ruedas, no fue fácil y cuando se quiso dar por vencido lanzándose  a una quebrada para acabar con su dolor, encontró que era capaz de flotar y avanzar en el agua. Así, este Santandereano  que hoy día es el deportista con más participación en unas paralimpiadas internacionales, tomó la decisión de dedicarse a la natación y será nuestra representación el próximo 7 de septiembre.

Otro de los motivos para acompañar a nuestra selección, es que contaremos por primera vez con un militar herido en combate que representará a Colombia en levantamiento de pesas. Se trata de Fabio Torres, Cabo primero del Ejército Nacional que fue víctima de una mina antipersona del ELN, en la zona del Catatumbo, Norte de Santander. Torres, cuenta con un récord que ha concentrado las miradas de los conocedores del deporte. En enero participó en la Copa Mundo en Brasil y logro la medalla de oro tras levantar 212 kilogramos. Esta vez, la meta es soportar los 235 kilogramos en Rio. Desde aquí lo apoyamos.

Cada uno de los medallistas colombianos en estos juegos paralímpicos, es ejemplo de vida y superación. Este año llevaremos a Río la delegación más numerosa en la historia del deporte paralímpico en Colombia por lo que desde aquí, enviamos un mensaje de apoyo y motivación a los 37 atletas que nos representarán en atletismo, arquería, ciclismo de pista y ruta, levantamiento de potencia, natación y tenis en silla de ruedas.

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Gran encuentro binacional de víctimas este viernes en Ipiales Nariño

Como un hecho histórico, por primera vez connacionales que por el conflicto armando debieron desplazarse a países vecinos como el Ecuador, harán presencia en el Tercer Foro Regional, Encuentro de Victimas, Paz y Posconflicto, que se realizará este viernes 26 de agosto en Ipiales.

El Senador Juan Manuel Galán, quien coordina con el Representante Jaime Buenahora, la Comisión de Seguimiento a la Ley de Victimas del Congreso,  expresó que en Ipiales lo más importante es hacer  un puente entre la institucionalidad y  los colombianos que ha sufrido los efectos de la guerra con actos que han dejado una huella muy profunda  en el espíritu de numerosas familias.

"Vamos a contar con la participación activa del Dr. Camilo Romero, Gobernador de Nariño y el Alcalde de Ipiales, Dr. Ricardo Romero, que han sido piezas fundamentales en la organización de esta sesión. Gracias a ellos los entes regionales y locales se apropian de la Ley de Víctimas,  para fortalecer la institucionalidad", afirmó el senador Galán.

En Ipiales se espera la asistencia y participación del Ministerio del Interior, Vicecanciller, Francisco Echeverry, Director Unidad para la Atención de Victimas, Alan Jara ,Departamento Nacional de Planeación, Directora  Departamento Para la Prosperidad Social Tatyana Orozco de la Cruz, Gobernador de Nariño, Camilo Romero, Alcalde de Ipiales, Ricardo Romero, Coordinador  de la Mesa Nacional de Victimas, Odorico Guerra, Coordinador Mesa Departamental, Coordinador Mesa Municipal de Ipiales,  Delegados  Victimas del Exterior, Comisión de Exilio y Reconciliación, Director Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, Organización Internacional  para las Migraciones, Embajada de Suecia, Acnur, Manuel Nucamendi, Defensoría del Pueblo Ecuador, Yolanda Galarza, Congresistas y Organizaciones de Víctimas en el exterior.

 

Datos del Evento.

Lugar: Ipiales Nariño.

Dirección: Centro de Eventos Autopanamericano- Av Panamericana No-1-A-100

Hora 9.am.   

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Cartillas en la era de Google y YouTube

 

“Necesitamos ir más allá de las cartillas y hablar de políticas públicas, que enfrenten la violencia, la exclusión y el matoneo”: senador Juan Manuel Galán.
 

Celebro que el Congreso de la República asuma el reto de debatir temas que interesan a los colombianos. Me refiero al reciente debate a la Ministra de Educación. Como liberal, lo primero que quiero resaltar, es la intervención argumentada y contundente de la ministra Parody.No puedo pasar por alto, el acto valiente de un funcionario que habla públicamente de su sexualidad y se declara homosexual en medio de una sociedad machista y agresiva, fruto de años de violencia y de iniciativas de exterminio hacia muchas minorías.
 

En segundo lugar, debo concluir que lo que quedó en evidencia con este debate, fue un gran vacío en Colombia para abordar temas de salud sexual y reproductiva así como la falta de una política pública clara, dirigida a los  menores, pero concertada con maestros, autoridades locales y padres de familia. Aún  recuerdo la lección de educación sexual de mi padre, hace ya casi 35 años, cuando en una frase lapidaria me dijo: viejo, esa es una energía muy poderosa que uno tiene, que en cualquier momento se puede voltear contra uno.
 

En aquella época, no existían internet, ni YouTube, facebook, instagram o snapshot, ni nada de lo que hoy los jóvenes conocen dentro del mundo de las TIC. Por eso hoy me pregunto, como padre de un hijo preadolescente, como debo enfrentar el reto de la educación sexual de un niño rodeado por estos mecanismos de información y desinformación? Cómo puedo lograr que mi hijo desarrolle criterio propio, capacidad analítica y crítica para tomar decisiones, para enfrentarse a los contenidos que le presentan las redes sociales?Si google parece ser, para bien y para mal, el educador sexual más poderoso del  mundo, cual es la mejor manera de enfrentarlo: restringiendo? Prohibiendo? Acompañando? O  asesorando? El debate de la Ministra Parody, no es solamente un debate sobre cartillas, es sobre la ausencia de una  política pública de fondo que permita abordar los cuestionamientos de padres y la comunidad educativa en conjunto.


No es esto una mirada que se limita al lenguaje de cuadernillos, o a los afiches, talleres que esporádicamente dan los colegios, se trata de una discusión sobre cuál debe ser la política de formación de docentes, o la estrategia para capacitar a los padres en alternativas frente al contenido de las nuevas tecnologías,  o sobre cómo vincular a los niños y jóvenes en la construcción de los materiales educativos para hacerlos pertinentes. Necesitamos ir más allá de las cartillas y hablar de políticas públicas, que enfrenten la violencia, la exclusión y el matoneo.

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El dolor hecho oro

Reconocer a las víctimas de este país, no es solo saber que existen; es tener la humildad de aprender de ellas y de lo que se puede lograr, encauzando el dolor de la guerra. Oscar  Figueroa es el primer colombiano en conseguir una medalla de oro para nuestro país en los juegos 2016. Este Antioqueño de 33 años,  logró sumar 318 kilos en levantamiento de pesas y quedarse con la medalla de oro en su categoría, en los juegos olímpicos de Río.

 

Oscar Figueroa es una víctima del conflicto armado, su historia no ha sido fácil. En 1993 cuando apenas cumplía 10 años de edad, las Farc y las AUC devastaron Zaragoza su pueblo natal, convirtiéndolo a él y a su familia, en desplazados de la violencia. Ahí, comienza una historia de terror que, como la de muchos otros, los obliga a abandonar su lugar de origen, dejando atrás sueños y proyectos de vida; que está repleta de noches largas, oscuras y frías; y que en la mayoría de casos esta signada por el hambre y la pobreza.

 

Pese a todo esto, también hay muchos colombianos que, como Oscar, han sido capaces de mirar de frente el dolor de la guerra, sobrevivir al trauma del desplazamiento y convertirse en ejemplo para otros. Este trauma sobrepasa la capacidad natural de cualquier persona de asimilar dificultades, pero cuando se supera, deja ver seres humanos capaces de convertir el sinsentido de la guerra en fuente de fuerza y valor y en la oportunidad de descubrir capacidades que no sabían que tenían.

 

Hoy Figueroa es el mejor pesista, que se ha conocido en la historia de Colombia. Por eso, escribo para él, para las víctimas y para los sobrevivientes. La reparación emocional es un tema que debemos poner sobre la mesa, pues será pieza clave en la superación del dolor que ha marcado este país y en la posibilidad de rehacer proyectos de vida desde lo inimaginable.

 

Esto, fue lo que nos llevó hace unos días al Segundo Foro Regional "Encuentro, Paz y Posconflicto”, que se llevó a cabo en el auditorio Lucho Bermúdez, del municipio de Carmen de Bolívar. Allí, como lo dijo una de sus asistentes, el Congreso de la República le dio reposo a la carreta para darle paso al testimonio. Seguiremos recorriendo el país buscando estos testimonios. Nuestro próximo destino será Nariño, en donde esperamos encontrar a las víctimas de fronteras conocer su proceso y reclamar por sus necesidades.

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Aun son grandes los retos para el proceso de reparación de víctimas

 

El presupuesto, la seguridad y al acceso a programas sociales constituyen entre otros los grandes retos para continuar desarrollando  e implementando la  Ley de Seguimiento a las Víctimas. 

Así se desprende del Segundo Foro Regional "Encuentro, Paz y Posconflicto, que se cumplió con una nutrida asistencia en el auditorio" Lucho  Bermúdez, del municipio El Carmen de Bolívar, a instancias de la Comisión de Víctimas del Congreso.

"Hemos venido para escuchar de primera mano y sobre el terreno cuáles son las dificultades que existen con la ley de restitución de Tierras, ley de  Víctimas y poder reclamar a la institucionalidad  respuestas para las víctimas en materia presupuestal en el nuevo enfoque de la reparación colectiva "afirmó  el Presidente de dicha Comisión, Senador Juan Manuel Galán. 

Expresó  que son grandes los retos que le esperan al Estado: el  presupuesto, las sentencias  sobre restitución de tierras que en algunas regiones deben  ser más ágiles  y la Verdad, como herramienta reparadora. 

De otro lado Nallivis Mercado, coordinadora de la Mesa Nacional de Víctimas, pidió al Presidente Juan Manuel Santos, que se siente con ellos para evaluar aspectos como la vivienda, la rehabilitación y la restitución de tierras.

Para Misael Payares, coordinador de la Mesa Departamental de Bolívar, las víctimas requieren seguridad , porque ahí es donde está la garantía de respeto y derecho a la vida. 

Lauris Banquet Clemente, coordinadora de  la Mesa Departamental de  Sucre expresó que el de  hoy fue un espacio importante para dar a conocer las inmensas necesidades de las víctimas de su departamento que ascienden a 327.000

“Que se aumente  el pie de fuerza en el municipio porque hay amenazas contra las víctimas que reclaman restitución de tierras” sostuvo Edgardo Flórez Martínez, coordinador Mesa Municipal de El Carmen de Bolívar. 

Según el Gobernador  de Bolívar  Dumek José Turbay, en esa región se han presentado varias circunstancias lamentables para la población: Farc, Autodefensas, abandono del Estado, corrupción y gobiernos mediocres pero advirtió que  en Bolívar habrá paz con reparación y oportunidades para la gente. 

En su intervención el alcalde de El Carmen de Bolívar Rafael Gallo, expresó que su municipio pasó  de ser un pueblo muy rico a uno muy pobre, como resultado de la  marginalidad, y reclamó apoyo para hacer frente a la ola delincuencial ya que por un lado están las personas que se dedican al delito y al narcotráfico, pero también un grupo de jóvenes están siendo utilizados para vender drogas en las calles. 

El Foro contó también con la presencia de la embajadora de Suecia Marie Andersson De Frutos, quien  expresó que cuando el Senador Galán la  llamó para acompañar el seguimiento a la ley de víctimas, no dudo en hacerlo  porque Suecia respalda la paz en Colombia. 

“La Paz es prerrequisito para la reconciliación. Ratificamos apoyo y acompañamiento a la Paz de Colombia y no nos quedaremos a la mitad de camino sino que iremos hasta el final” enfatizó.

Por su parte la Directora Departamento para la Prosperidad Social, Tatyana Orozco De La Cruz, señaló que con las víctimas hay grandes retos: reformular la política de reparación colectiva e individual mejorar el sistema de comunicación entre todos. 

La Comisión de Seguimiento a la Ley de Victimas realizó su primer Foro en el primer trimestre de este año en la ciudad de Villavicencio, hoy en el Carmen de Bolívar y el próximo será el 26 de agosto en Ipiales Nariño.

Nuestras historias

Colombia no se puede convertir en una maquila de marihuana

En el marco del debate de control político realizado en la Comisión Primera del Senado, se cuestionó la forma en que el Gobierno expidió tres licencias a empresas para la transformación del Cannabis con  fines  medicinales luego de sancionada la ley. El Senador Juan Manuel Galán dijo “Colombia no puede ser una maquila de marihuana”.

Los senadores Juan Manuel Galán y Armando Benedetti citaron al Ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria, para el debate de control político Ley Cannabis Medicinal: ¿Asunto de salud pública o negocio?. Al respecto, Galan   expresó que se trata de un negocio que ha generado un enorme interés a nivel mundial ya que nuestro país es estratégico desde el punto de vista climático y por las variedades de marihuana que se producen.


“Lo más preocupante es que las empresas multinacionales tienen a Colombia en la mira ya que las condiciones climáticas permiten mayores cosechas y una disminución de costos sustancial frente a los demás países que permiten su cultivo y producción expresó el legislador liberal.

La polémica se desató luego que el Ministro de Salud expidiera el Decreto 2467 el 22 de diciembre de 2015 a través del cual se regulan  las licencias de  posesión, cultivo,  exportación, producción y fabricación de cannabis y sus derivados. Es decir, luego de aprobada la ponencia para segundo debate en el Senado.

Por lo tanto, como se concibió el decreto de cannabis medicinal, las empresas producirán en el territorio nacional y la exportarán a sus países de origen. Con la expedición de este decreto no se beneficia el país ni los pacientes  que sufren enfermedades crónicas  que son a quienes está dirigida la ley.

El pasado 1 de junio el Congreso de la República aprobó en Senado y Cámara la conciliación del proyecto de ley que regula el uso cannabis medicinal y solo faltando la sanción presidencial el Ministerio de Salud expide la primera licencia de cannabis el 27 de junio a la Empresa Pharmacielo Colombia S.A.S.

El 6 de julio el Presidente de la República, Juan Manuel Santos sancionó la ley 1787 de 2016 y 24 horas después de entrar en vigencia la misma el Ministerio de Salud otorga dos licencias más a las empresas a Cannavida S.A:S y Ecomedics S.A.S.

El Senador Galán expreso que la reglamentación de la ley sobre el uso medicinal del cannabis que saldrá a finales de este mes, debe recuperar su espíritu principal y original que es la salud pública y los derechos humanos de los pacientes.

Agregó que el Congreso ve con preocupación que el decreto del Gobierno sobre expedición de licencias, no haya tenido costo, que es vitalicia y no garantice la posibilidad de revocarlas eventualmente. La ley 1787 tenía como fin que el cobro de las tarifas se destinara para financiar investigación científica y prevención.

Por su parte el Senador Armando Benedetti expresó que con esas licencias Colombia no ha ganado nada, en materia de investigación  ni se han beneficiado los pacientes.

“Estas licencias son para que las multinacionales puedan exportar. ¿Cómo hacemos para que paguen los impuestos de un negocio multimillonario?. Nuevamente vamos a quedar presos de los gringos en el negocio de ellos: nosotros ponemos los muertos y ellos ganan la plata” expresó  el Senador del Partido de la U.

A su turno el Ministro Alejandro Gaviria expresó que en el desarrollo del debate quedo claro que su despacho no tenía otra alternativa que otorgar las licencias y que el Gobierno reglamentó la marihuana medicinal seis meses antes que la ley fuera aprobada. Además, manifestó que de esa forma se establecieron reglas claras sobre la expedición de licencia y que mientras se aprobaba la ley se presentaron al Ministerio desde marzo y abril de este año, solicitudes de licencias, las cuales fueron otorgadas según lo dispuesto en el mencionado decreto.

“El Estado Colombiano no podía interrumpir ese proceso, cambiando las reglas de juego antes que se aprobara la ley .No apruebo la licencia porque tengo la expectativa ya que de pronto voy a cobra unas tarifas más adelante: Eso sería que el mismo Estado desconoce las normas” aseguró.


Por último, agregó que ahora el reto es hacer un nuevo reglamento que se ajuste a la nueva ley.

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Las víctimas y la paz

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán.

La primera comisión que sesionó en el Congreso de la República al iniciar la nueva legislatura, fue la comisión de víctimas. Es un mensaje contundente: Hay que posicionar a las víctimas en el centro del proceso de paz y al margen.

Por eso, y reconociendo que el principal reto es lograr garantías presupuestales para cumplir sus derechos, se creó una Comisión Accidental que hará seguimiento al presupuesto asignado al proceso de reparación de las víctimas del conflicto armado. 

La realidad no da espera, mientras en los últimos años vemos que se ha reducido el espacio fiscal para cumplir las promesas con las víctimas, su universo en el país, ha crecido más de lo previsto.  La cifra actual de victimas supera los 8 millones de colombianos, de los cuales solo se han reparado alrededor de 600 mil.

Por su parte, la información de la Contraloría General de la República sobre los recursos económicos destinados a ellas, es alarmante. En el 2015 esta entidad denunció un faltante de aproximadamente 36.6 billones de pesos para garantizar derechos de indemnización y vivienda. Además, la Contraloría encontró, que en materia de atención psicosocial y en salud a las víctimas, hubo un recorte presupuestal del 40%, es decir, la asignación de estos programas pasó de 25,000 millones de pesos en el año 2014 a 15,000 millones de pesos en el año 2015.

El recorte afecta cobertura y continuidad en el tratamiento. Estas mismas denuncias fueron reiteradas por el Presidente de la Mesa Nacional de Víctimas, Odorico Guerra, quien afirmó que el presupuesto es actualmente insuficiente y que la población de víctimas se siente ausente del diseño y la aprobación de normas de implementación de su ley en los planes de desarrollo a nivel territorial.

Para atender esa realidad, la comisión de victimas busca ser un escenario de control político que asegure su participación en el proceso de paz, la transparencia en la toma de decisiones y la integralidad institucional en la respuesta efectiva a sus necesidades. 

Las victimas de nuestro país no solamente han sufrido los vejámenes más atroces de este conflicto; también han construido aprendizajes sobre el dolor y alternativas poderosas sobre cómo podemos reparar el daño causado y reconstruir los lazos de confianza como colombianos.

Escucharlas no es una meta, es una condición para seguir en este proceso. Por eso este viernes 5 de agosto estaremos en El Carmen de Bolívar, donde abriremos el espacio a las víctimas del conflicto de Los Montes de María.

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Envigado entra y da paso histórico

Más de 40.000 envigadeños nos muestran una nueva forma de gobernar. Me gusta pensar que progresivamente, vamos pasando de un modelo de gobierno tradicional en donde los poderes estatales están concentrados en la capital hacia un modelo más abierto y horizontal.

Se trata de que los ciudadanos jueguen un papel central en la  identificación de las prioridades de su territorio, la prestación de servicios públicos y el control de  la inversión presupuestal. Un ejemplo de este nuevo modelo, es la forma como se acaba de anexar el municipio de Envigado al Área Metropolitana del Valle de Aburra.

Gracias a una consulta popular, 24.507 habitantes dijeron si a la integración territorial y dieron un voto de confianza al área metropolitana más antigua del país. Esta asociación territorial permitirá darle fuerza a proyectos en materia de educación, movilidad e integración de transporte multimodal. Iniciativas que han sido pensadas para los próximos 10 años y que no podrían llevarse a cabo por los municipios, si lo hacen de forma aislada e individual. 

El Valle de Aburrá, se convierte así en un modelo de desarrollo para replicar en otras áreas del país. Sin embargo, pese a los beneficios de este nuevo modelo de gobierno, en Colombia contamos con un déficit en áreas metropolitanas. Aunque hay espacios territoriales que ya se han consolidado en esa forma de integración, aún no han sido reconocidos formalmente.

Me refiero por ejemplo al área metropolitana de Armenia, que junto con Calarcá, Circasia, La Tebaida, Montenegro y Salento generan flujos continuos de bienes y pobladores. También el área metropolitana de Bogotá, que por no estar constituida, sigue sufriendo cuellos de botella en la solución de problemas de seguridad que aquejan por igual a los habitantes de Soacha, Mosquera, Funza, Madrid, Chía, Cajicá, Cota, La Calera, Tenjo, Tabio, Sibaté, Zipaquirá y Facatativá.

Por eso, necesitamos mayores liderazgos en los gobiernos locales, así como una visión a futuro que permita establecer un diseño institucional que trascienda un periodo de gobierno. Se requiere asumir de manera conjunta la prestación de servicios públicos y diseñar obras de impacto local con ejecución regional, que resulten más eficientes y generen menos costos.

Pero sobre todo, necesitamos que los municipios promuevan agendas comunes en sus territorios, para sumar esfuerzos, superar intereses individuales, y lograr acercar  las políticas públicas a los ciudadanos. Ojalá que el ejercicio de Envigado, se convierta en un detonante y genere efecto dominó para estas formas de gobierno en todo el país.

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BREXIT

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

La decisión británica de abandonar la Unión Europea 43 años después, constituye un fuerte golpe al proyecto europeo de integración entre las naciones.

Y no es para menos si se tiene en cuenta que el Reino Unido (Gran Bretaña, Irlanda, Escocia, Gibraltar) representa la novena mayor economía de exportación en el mundo. Sus relaciones comerciales con Estados Unidos,  China,  Alemania, Países Bajos, Suiza  y Francia, le representó  -en 2014- $472 mil millones de dólares en exportación y $663 mil millones en importaciones.

En días pasados, de la misma manera que el 5 de junio de 1975, el Gobierno británico realizó un referendo en el que le preguntó a los ingleses si querían permanecer o no como miembros de la Unión Europea. En su momento el 67,2% de los consultados votaron por el sí y 32,8% por el no, pero hace dos semanas, los resultados no fueron los esperados por el Primer Ministro David Cameron pues el 51,9 % de ciudadanos votó por abandonar la Unión Europea o “brexit”y el 48,1 % votó por permanecer en ella.

Aunque la decisión que surgió del referendo no es de obligatorio cumplimiento, el Estado tiene la obligación moral de acatar la voluntad del pueblo; y con ello surgen algunas reflexiones: ¿Qué sucedió para que los ingleses decidieran salir?, ¿Cuál fue el discurso que logró convencerlos?

De un lado están los que querían permanecer en la UE confiados en que ello sería un impulso a la fuerza laboral y a la seguridad; y un fortalecimiento de su economía. En la otra orilla se ubican los conservadores -que respaldaron el brexit- convencidos de que para el crecimiento efectivo del país es necesaria más independencia de la comunidad europea, y una  reducción drástica de la inmigración -que a su vez  aumentará las plazas laborales para los nacionales-.

Esta última propuesta fue la que ganó y hoy el Reino Unido se enfrenta a un turbio panorama: varios estudios reportan impactos económicos, financieros, laborales, fiscales y exteriores negativos para el Reino Unido. El Departamento del Tesoro británico analizó las posibles consecuencias y llegó a la conclusión de que cualquiera de los dos escenarios provocará una recesión a corto plazo.

En un mundo globalizado como el nuestro, resulta preocupante que la decisión de salirse de la Unión pareciera más una respuesta nacionalista, demagógica y populista a una realidad transnacional que además desconoce los sueños y aspiraciones de los jóvenes –entre 18 y 24 años- que en un 75% votaron por más oportunidades, más integración, más tolerancia, más solidaridad y el pasado 23 de junio perdieron.

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Un compromiso mayor

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán.

El reciente acuerdo entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las FARC sobre el fin del conflicto es el punto de partida para la verdadera construcción de paz. Luego de 9 intentos por parar la guerra, el país jamás había llegado tan lejos.

El pasado 23 de junio, el Gobierno nacional y las FARC anunciaron, en tres puntos, el acuerdo sobre el fin del conflicto.

El primero de ellos, sobre el “cese al fuego y de hostilidad bilateral y definitiva y dejación de las armas”, contempla un mecanismo de monitoreo y verificación que implementará la ONU, 6 meses después de que las FARC hayan dejado las armas.

Pese a que el acuerdo establece 23 zonas y 8 campamentos para la concentración de los desmovilizados y que contarán con un sistema de monitoreo permanente, me preocupa ubicación de los lugares, el alcance de su transitoriedad y su autonomía.

“Garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales” es el segundo punto del acuerdo en el que se propone la creación de una unidad especial de investigación dentro de la Fiscalía General de la Nación y una Comisión Nacional de Garantía de Seguridad para el diseño de políticas públicas y el desmantelamiento de todas las organizaciones criminales.

El tercero y último es el “acuerdo sobre refrendación” en el que las FARC se comprometen a acoger la decisión que profiera la Corte Constitucional sobre el plebiscito en los términos y requisitos que ella misma señale. Y con él queda en el ambiente la sensación de que las FARC quieren -por fin- hacer parte de un Estado y acogerse a sus normas. Y la verdad, de eso se trata todo esto, de ponerle término a una guerra tan sangrienta y tan costosa.

Los colombianos tenemos ahora un compromiso mayor: apoyar a través del plebiscito el esfuerzo que ha representado para el país y las instituciones un proceso que ya cumple 4 años. Respaldar con el SÍ la paz que tanto hemos buscado y tanto nos merecemos.

El gobierno, por su parte, deberá emplear todas las herramientas y recursos necesarios para que el 100% de los ciudadanos conozcamos el alcance de los acuerdos y con ello se puedan esclarecer aquellas versiones que pretenden confundir.

El último día de la guerra, y el primero en camino de la paz no conoce partidos, nombres, estratos, religión o credo alguno.

El último día de la guerra, como el primero de la paz nos pertenece a todos, pero sobre todo a las nuevas generaciones.

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Repensar el desarme

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán.

El 2 de octubre del año pasado, un día después de la tragedia ocurrida en un centro de enseñanza en Roseburg, Oregón, en el que al menos diez personas perdieron la vida a manos de  Chris Harper, la BBC publicó la noticia con un titular alarmante: «En los últimos 10 años hubo más muertos por tiroteos que por ataques calificados de “terroristas” en EE.UU». Tan sólo 8 meses después y con varios casos de por medio, la historia se repitió en Orlando. Un hecho que ha sido denominado como el peor tiroteo masivo en la historia de los Estados Unidos.

Este lamentable hecho abrió nuevamente un intenso debate sobre prohibirle a la población civil la tenencia de armas de fuego. Aunque parece una medida sensata, divide a los estadounidenses, entre quienes reivindican su derecho a la posesión y tenencia de armas para la defensa de sus intereses y quienes la ven como un riesgo adicional para su seguridad.

Trasladando el debate a Colombia, y sin desconocer las diferencias con el caso estadounidense, nuestra realidad no es menos preocupante. Y es que si bien la legislación colombiana es más estricta en cuanto a quién puede adquirir, tener o portar legalmente un arma de fuego, la situación social es mucho más complicada.

Reconozco los logros alcanzados por la política prohibicionista que se empezó a aplicar en el país a partir del 23 de diciembre del año pasado y que, de acuerdo con la Policía, ha dado resultados favorables. Tan sólo en los primeros días de aplicación de la medida, decretada por el Gobierno nacional, hubo una reducción al final en el 2015 de 13% en casos de homicidio y se pronostica que la reducción de los homicidios al final de este año alcanzará el 20%.

Sin embargo, no se pueden subestimar otros indicadores: según cifras del Ministerio de Defensa y del CERAC, cerca de 2,5 millones de armas son ilegales en el territorio nacional y se reportan 25 homicidios por cada 100.000 habitantes, es decir, el 82% de las víctimas mueren por armas de fuego. Una cantidad alarmante que puede agravar la situación si se tienen en cuenta la presencia y actuar de los grupos armados ilegales y las bandas criminales.

Estos hechos deben provocar un debate nacional sobre los posibles riesgos y beneficios de tener una sociedad desarmada, más ahora que nos aproximamos a un nuevo capítulo en nuestra historia que exigirá de cada colombiano, confianza en las instituciones y en el otro.

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Entre rejas

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

La situación carcelaria en nuestro país exige pasar del simple debate a la acción.

Una de las razones de ser de los congresos es ejercer control sobre la gestión del Gobierno, es decir, vigilar el actuar de los funcionarios del Estado en el cumplimiento de las leyes y de la Constitución.

Semanalmente hay citaciones y debates de control político, pero su efectividad no deja de preocuparme porque además de que los ejercicios de fiscalización se repiten, no pasa nada más y la problemática perdura. Un ejemplo de ello ha sido el recurrente debate para analizar la situación penitenciaria y carcelaria en Colombia.

Según reporte de la sección de relatoría del Senado, el primer debate que se hizo sobre el tema carcelario fue el 5 de mayo de 1998 y a la fecha la situación no ha mejorado. El Congreso lleva citando a funcionarios sin resultados aparentes. Nada ha cambiado y todo está peor.

La situación es siempre la misma: el hacinamiento, las enfermedades y la deficiente atención primaria de salud a los presos no sólo se mantienen, sino que se agravan. De hecho, de los 16.045 internos que están recluidos en las cárceles en la Costa, 524 sufren de varicela, tuberculosis, SIDA y enfermedades psiquiátricas. En la cárcel La Vega de Sincelejo, por ejemplo, hasta el 7 de marzo de este año se reportaban 180 casos reportados de varicela por contagio.

La delincuencia en las cárceles aumenta y de igual manera la necesidad de reestructurar el INPEC y acabar con la corrupción de sus funcionarios. La función resocializadora de la pena no existe, parece función "criminalizadora".

Todos estos problemas suficientemente diagnosticados, a lo largo del tiempo, no han tenido remedio alguno. Algunas cifras: entre enero de 2014 y marzo de 2016, el índice de hacinamiento de la población privada de la libertad, en los 136 establecimientos de reclusión, pasó de 52,9 % en 2014 a 53,9% en 2015, y en lo que va corrido de 2016 el promedio es de 55,5%.

Es momento de trazar políticas claras que ofrezcan una solución pronta y eficaz al problema carcelario. Empezando por la política criminal y la cárcel como última ratio. Los colombianos necesitamos que a nuestros presos se les garanticen condiciones dignas de reclusión, que se invierta en la infraestructura de todas las cárceles del país, que se promueva la profesionalización de los guardas penitenciarios, y que se procuren para ellos mejores salarios. Las cárceles no pueden convertirse en el vehículo de la impunidad y de violación sistemática de los derechos humanos.

Nuestras historias

¿Si no es ahora, cuándo?

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro encarna, como ninguno otro, las peores características que puede tener un jefe de Estado.  Basta dar una mirada a la “Ley del Plan de la Patria (2013-2019)”, un plan de gobierno en el que plantea 5 grandes objetivos "históricos".

Defender, expandir y consolidar la independencia nacional, el primero de sus propósitos, no tiene –desde mi punto de vista- ningún asidero, pues nuestro hermano país nunca ha estado en riesgo de perder su independencia.

En su segundo objetivo planea asegurar más seguridad social, más estabilidad política y más felicidad. Todo ello en el papel porque nunca antes Venezuela había padecido tal desigualdad y por tanto, tal polarización. Hoy la mayoría del pueblo venezolano se pregunta ¿dónde está la seguridad social, la estabilidad política y su felicidad, si no les alcanza ni para un rollo de papel higiénico?

El mandatario atribuye la crisis económica y social de los países desarrollados a “los desequilibrios y contradicciones intrínsecas al sistema capitalista”, como si el problema, fuera ser capitalista y desde su propia casa nos evidencia que el problema no es el sistema, sino los desequilibrios y contradicciones de él como dirigente.

Como si fuera poco, en su tercera meta plantea “convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político”, cuando la realidad muestra que ha convertido a su país en potencial de violencia, con una desinstitucionalización insuperable y con cifras económicas insostenibles como la reportada por el FMI que en abril de 2016 pronosticó una inflación del 700% para lo que queda de 2016 y de 2200% para el próximo año.

En el cuarto punto el “gobierno bolivariano y socialista”, propone avanzar en la imprescindible tarea de garantizar “la paz del mundo, la paz en Venezuela”. Cómo puede concebir el mandatario, paz en Venezuela cuando persigue y oprime a la oposición, coarta la libertad de expresión, usurpa la propiedad privada, limita a sus ciudadanos en el uso de su propio dinero y, peor aún, los priva del abastecimiento mínimo de los productos básicos de la canasta familiar.

En el último punto sostiene “la defensa de un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista, como la única alternativa planetaria para garantizar la vida”. Olvida el presidente Maduro que no puede existir desarrollo integral si descuida a su pueblo. Hoy los venezolanos no tienen acceso a medicamentos y su derecho fundamental a la salud es sistemáticamente violado debido al cierre de frontera y las deudas con los proveedores.

Si no es ahora, ¿cuándo será el momento para que la comunidad internacional reaccione a favor del pueblo venezolano?

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¡Ganaron los pacientes!

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

“Esta ley logrará aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de millones de pacientes colombianos”: senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., mayo 31 de 2016.- Con la regulación de la marihuana medicinal, Colombia marcó un hito en la salud pública y afianza el camino para iniciar un cambio en la política prohibicionista. ¡Ganaron los pacientes! El pasado 25 de mayo, la Cámara de Representantes aprobó en último debate, el proyecto de ley que regula el cannabis con uso y fines medicinales, con fundamento en tres pilares: lo terapéutico, lo medicinal y la investigación científica.

Esta ley logrará aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de millones de pacientes colombianos con enfermedades como el cáncer, VIH/ SIDA, esclerosis múltiple, alzhéimer, trastorno de estrés postraumático, epilepsia, enfermedad de Crohn y glaucoma. Además, varios estudios indican que personas con adicción al alcohol y otras drogas más fuertes, pueden ser tratadas con marihuana, reduciendo así su nivel de adicción.

Así, se establece una arquitectura institucional que garantizará que el uso del cannabis sea estrictamente médico y científico. Respondiendo a dos necesidades básicas: la salud de los pacientes y la erradicación de cadenas de micro tráfico en nuestro país.

Dentro de las particularidades del proyecto cabe mencionar, en primer lugar, la auto sostenibilidad de las licencias. Es decir, no incrementar los impuestos de los colombianos. Quien esté interesado en solicitarlas es quien asumirá los costos por los servicios de evaluación y seguimiento para su expedición. También, de manera coordinada con el Ministerio de Educación se desarrollarán estrategias, programas o proyectos para la promoción de estilos de vida saludables que contribuyan a la prevención del consumo de sustancias psicoactivas, en niños, niñas y adolescentes. En la misma línea, el proyecto establece un consentimiento informado cuando el paciente sea menor de edad; serán los padres o tutores quienes luego de ser informados sobre los riesgos o beneficios del uso medicinal del cannabis autorizarán o no la utilización de productos terapéuticos con componentes psicoactivos.

Ahora bien, las modificaciones acogidas por la Cámara de Representantes están encaminadas a: la posibilidad de que el cannabis medicinal sea tenido en cuenta en los programas de sustitución de cultivos; la protección y fortalecimiento a cargo del Estado a los pequeños, medianos productores y comercializadores de cannabis y por último en materia de vinculación laboral, las empresas extranjeras que soliciten licencia, deberán proteger la mano de obra local.

Es nuestro deber como sociedad y Estado un despliegue institucional que permita dejar a un lado el estigma hacia las familias que han encontrado en el cannabis medicinal una solución que la medicina tradicional no les pudo dar y que los pacientes de enfermedades crónicas y terminales puedan acceder a estos productos para su tratamiento en condiciones de igualdad, seguridad y calidad.

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En decisión histórica Congreso aprobó ley del Senador Juan Manuel Galán que regula el uso de cannabis medicinal

Colombia cuarto país de América Latina con  legislación sobre ésta sustancia para fines terapéuticos y paliativos después de Chile, Uruguay y Puerto Rico.

Bogotá. D.C. 25 de mayo de 2016. "Colombia tras  la aprobación en último debate de la ley que regula el cannabis con fines medicinales, marca un hito en el establecimiento de una  política de salud pública y afianza el camino para iniciar un cambio en la política prohibicionista" aseguró el autor de la iniciativa, Senador Juan Manuel Galán.

Con  84 votos a favor y con el respaldo de los distintos partidos políticos, la Plenaria de la Cámara de Representantes aprobó la nueva norma que pasa a conciliación con el Senado y luego a sanción presidencial.

"Hoy es un día histórico para el país ya que el Congreso de la República  de manera soberana ha tomado una decisión para aliviar el dolor y mejorar la calidad  de vida de millones de pacientes colombianos" afirmó el senador liberal y recordó que en  Estados Unidos, ya 24 estados legalizaron la marihuana para uso medicinal.

Destacó la importancia de la ley,  que permitirá a miles de pacientes que sufren de enfermedades  como epilepsia refractaria, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, cáncer, VIH sida, diabetes, migraña, entre otras, acceder a un medicamento seguro, de calidad y a un precio justo, regulado por el Estado y no por los criminales.

Ante la disyuntiva que genera la expedición del Decreto del Gobierno, Galán mencionó los aspectos que el mismo deja por fuera y que la ley si contempla como  el cobro de licencias cuyos recursos estarán dirigidos a programas de prevención escolar;  sanciones a quienes violen el régimen de licencias; vigilancia a las licencias utilizadas exclusivamente  a fines medicinales y terapéuticos y establece que menores de edad sólo podrán usarla bajo el consentimiento de sus padres, entre otros.

Así mismo destacó que con la norma se garantiza y se blinda el proceso de regulación, cerrando la posibilidad que el Gobierno de turno, derogue el Decreto.

En los últimos dos debates de la Cámara fueron incluidas varias propuestas que hacen parte ya de la ley por ejemplo:

Se promoverá una política de sustitución de cultivos ilícitos por cannabis medicinal como una opción para el campo colombiano.

El Gobierno nacional a través del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias) promoverá la transferencia tecnológica necesaria para la producción nacional de Cannabis y sus derivados con fines médicos y científicos, en el marco del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Se promoverá la contratación de mano de obra local. El Estado protegerá a los pequeños y medianos cultivadores y productores.

ABC. Ley Cannabis Medicinal

Los beneficiarios de la ley serán los pacientes con enfermedades crónicas y/o terminales, que quieran acceder a los medicamentos extraídos del cannabis.

Los pacientes tendrán acceso a los medicamentos extraídos del cannabis, en condiciones de igualdad, calidad   y seguridad.

Los pacientes van a acceder a un medicamento desarrollado científicamente, avalado por especialistas de la salud, rompiendo así el lazo con la ilegalidad.

Las instituciones del Estado que harán parte del proceso de regulación son: Ministerio de Justicia  y del Derecho; Ministerio de Salud y Protección Social, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Los medicamentos extraídos del cannabis no generarán ningún impuesto a los ciudadanos.

En coordinación con el Ministerio de Educación se desarrollará  un programa nacional de prevención del consumo de sustancias psicoactivas en la comunidad educativa.

Se reglamenta el acceso del medicamento para menores de edad siempre que haya consentimiento de los padres de familia.

El Estado protegerá a los pequeños y medianos productores y cultivadores.

Se promoverá una política de sustitución de cultivos ilícitos por cannabis medicinal como una opción  para el campo colombiano.

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Los niños fuera de la guerra

Columna de opinión del senador Juan Manuel

La desvinculación de los menores de 15 años que están en los campamentos de las Farc y la introducción de un nuevo artículo en el Acto Legislativo que cursa sus últimos debates en la Cámara, son trascendentales en plena recta final de los acuerdos.

Entre 1999 y 2015, el ICBF atendió a 5.708 víctimas de reclutamiento que escaparon o fueron recuperados por el Ejército Nacional, de los cuales aproximadamente el 60% eran niños.

El reclutamiento de menores en los grupos armados ilegales, no solamente es inhumano, sino que ha sido un propósito que no había podido acordarse en la Habana. De hecho, lograr la salida inmediata de los menores de 15 años y trazar la hoja de ruta para la salida progresiva de los demás menores de edad, es un logro internacional. Jamás, un proceso de paz había alcanzado esto, previa firma del acuerdo final. Por esta razón, reconocer la existencia de los menores de edad por parte de las FARC y acceder a su desvinculación ANTES de la firma del acuerdo, nos pone más cerca de alcanzarlo.

Ahora bien, el Proyecto de Acto Legislativo, consagra los requisitos para el Legislativo, Ejecutivo y las garantías jurídicas para los colombianos, después de la firma del acuerdo.

Cabe mencionar, la naturaleza de una constitución no es la de acabar guerras ni conflictos, es la de mantener un orden jurídico justo. Entonces, la constitución nunca será un obstáculo para alcanzar una paz con garantías. Más bien, la paz requiere funcionarios y organismos que cumplan fielmente con la Constitución y las leyes. Es decir, el Acto Legislativo solo será efectivo, toda vez que las ramas del poder público colaboren armónicamente para la materialización de lo que en la Habana y en el Congreso se apruebe.

Considero muy importante que el Gobierno Nacional haya hecho énfasis en que se trata de un camino institucional. Luego, las leyes que sean expedidas por el Congreso de la República en materia de paz, contarán con el control automático de la Corte Constitucional. Además, el pueblo colombiano vía plebiscito refrendará popularmente los acuerdos aprobados y negociados en la Habana.

Lo anterior, no solo le da legitimidad democrática en el país sino internacional al proceso de paz. Suiza como país garante y la ONU como organización internacional, permanecerán vinculados a la verificación de lo acordado entre el Gobierno y el grupo armado.

Razón por la cual, este esfuerzo por alcanzar la paz, por la vía negociada, por terminar el conflicto y lograr la reconciliación requerirá el compromiso de cada organismo del Estado y de todos los colombianos.

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¿Resistir para qué?

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán.

"Necesitamos una paz con verdad, una paz con las víctimas".

Bogotá D.C., mayo 13 de 2016.- Hoy más que nunca los colombianos debemos resistir. Sí! resistir por la paz. Debemos unir todos nuestros esfuerzos para el buen término del acuerdo que pondrá fin al conflicto armado en Colombia.

Sabemos que después de más de cinco décadas de guerra, víctimas, muertes, huérfanos, viudas, y desplazados es momento de vivir en paz. No solamente porque uno de los fines principales del Estado Colombiano es garantizar la paz en el territorio nacional. No, no se trata de paz con impunidad. Hablamos de paz con garantías. Por eso, no son negociables el cese al fuego por parte de las FARC y los mecanismos de participación ciudadana que permitan legitimar los acuerdos por todos los colombianos.

Los procesos de paz que se han intentado adelantar con la guerrilla de las FARC fracasaron, no sólo por la decisión de otorgar una zona de desmilitarización sino por la falta de exigibilidad para un cese al fuego generalizado y verificable. Cabe mencionar que nunca se le consultó a la ciudadanía si estaban o no de acuerdo con las negociaciones. De hecho, en los procesos de paz en el mundo, no existe registro sobre consultas que se hayan realizado para que la gente autentificara con el sufragio los acuerdos.

Luego, no hay que tenerle miedo a la democracia. Todos los colombianos tenemos la oportunidad histórica y única de decidir.

Por esta razón, el actual proceso de paz tiene dos enfoques fundamentales: las víctimas y los ciudadanos. Las víctimas, como pilar esencial de la negociación, es decir, garantizar el proceso de justicia transicional. La verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, no son transables. Así como tampoco lo es, el mecanismo de refrendación para que todos los colombianos tengamos la oportunidad de votar en las urnas si estamos de acuerdo con el proceso de paz adelantado por el Gobierno Nacional.

Necesitamos una paz con verdad, una paz con las víctimas, una paz que permita que los campesinos despojados de sus tierras recuperen lo que les fue arrebatado. Una paz que se reivindique con los seres humanos víctimas del conflicto. Una paz que nos permita a los colombianos reconciliarnos y superar esta historia de guerra que tanta sangre y dolor nos ha traído.
Nuestro país se merece la paz. La obligación de resistir es hacia quienes pretenden devolvernos el pasado de violencia permanente. No debe haber nada más importante que reemplazar el estado de violencia por el estado de la paz. Debemos aportar, resistir y persistir, en favor de la paz.

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"Colombia debe resistir civilmente pero por la Paz"

Bogotá. D.C. 10 de mayo de 2016. (Prensa J.M.Galan) El Senador Liberal, Juan Manuel Galán, aseguró que el País debe resistir civilmente pero por la paz ya que "hemos aguantado lo más y debemos aguantar lo menos para la terminación de la guerra".

Agregó que después de más de 50 años de conflicto le llegó la hora a Colombia.

 

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Quo vadis Partido Liberal?

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

Salirse de la Unidad Nacional es oportunista. La popularidad del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, ha caído, lo cual no es un secreto para nadie. Su lucha incansable, empeño y esfuerzo monumental-no expresados en las encuestas-,   de sacar adelante el acuerdo con la guerrilla de las FARC, refleja una voluntad verdadera para poner fin a un conflicto de más de 5 décadas.

El gobierno de Santos ha sido coherente con las ideas liberales, de hecho, no ha habido un gobierno más progresista que este. Impulsó la Ley de víctimas, la de restitución de tierras y un cambio en la política de drogas, solo por nombrar algunas.

La idea de una Unidad Nacional, es la de apoyar al Gobierno, aun cuando seamos de distintas tendencias políticas. Esta coalición ha tenido como objetivo único  garantizar y desarrollar programas y políticas que permitan la prosperidad y seguridad humanas, transparencia y anticorrupción, justicia, relaciones internacionales, trabajo en condiciones dignas y una verdadera institucionalidad democrática. Por eso, decir que el Gobierno no nos representa por temas burocráticos, no solo se queda corto, sino que es irresponsable. Debemos estar preocupados por ideas,  principios y no por puestos. Así que, claudicar por peleas partidistas y clientelistas, es un espectáculo lamentable que le estamos dando al pueblo colombiano.

Además, en plena recta final de los acuerdos de la Habana, la postura de algunos partidos de salirse de la Unidad Nacional nos llevaría a salirnos del Proceso de Paz. Desde mi condición de Senador Liberal, puedo decir no solamente que la Unidad Nacional tiene sentido en relación con el proceso de paz, sino que es necesaria una coalición lo suficientemente amplia que respalde esos proyectos de ley y los tramite para que se puedan convertir en realidad. Así el proceso de paz no se vería frustrado por la falta de la aprobación de esta histórica agenda legislativa.

No debemos poner en riesgo algo tan trascendental para el país. Ya llevamos mucho tiempo invertido para que la paz se pueda convertir en una realidad  y no por unas rencillas partidistas  y de mesas directivas vamos a terminar obstaculizando estos cambios tan anhelados por los Colombianos.

Por esta razón, considero que tenemos que encontrar una manera pronta de resolver esta crisis y buscar cómo se retomarán los acuerdos que se realizaron al inicio del cuatrenio para que no vaya a haber ningún problema o tropiezo en la agenda legislativa del acuerdo. El país necesita una renovación: LA PAZ.

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Senador Juan Manuel Galán, invita a liberales a no salir de La Unidad Nacional

Estos y otros temas serán de profunda disertación que hará Galán en la Asamblea Nacional Liberal durante los días 13,14 y 15 de mayo en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada en la capital del país.

Bogotá D.C., 05 de mayo de 2016. Frente al revuelo político que despertó el anuncio del Codirector del Partido Liberal, Horacio Serpa, para que la colectividad se retire de la Unidad Nacional, El Senador Juan Manuel Galán invitó a los liberales, continuar apoyando al Gobierno en su empeño por firmar la paz y acabar con un conflicto de más de 50 años.

Recordó que el Ejecutivo ha sido coherente con los principios liberales, como es el cambio en la visión de la lucha contra las drogas, la aprobación de la Ley de Víctimas y la Ley de Restitución de Tierras.

"No es responsable con el país salir corriendo cuando el Gobierno tiene un bajo nivel en las encuestas. Ni tampoco, hacer creer a la opinión pública que no nos sentimos representados porque no nos dan puestos".

Así mismo, espera que sean las bases del Partido en la Convención quienes expresen su mandato de seguir respaldando al presidente Santos en su meta por sacar adelante el proceso de paz.

"El verdadero mensaje del Partido debe salir de la Convención, que estatutariamente es la máxima autoridad, y es quien debe otorgar un mandato claro y definir cuál será la postura política del liberalismo".
Con relación al pronunciamiento de Cambio Radical, manifestó su preocupación por que se da en un momento crítico para el proceso de paz, que necesita la aprobación de varios proyectos de ley que van a permitir poner en práctica rápidamente los acuerdos.

"Si se llega en medio de una crisis de mesas directivas, de pugnas y rompimiento de acuerdos, va a ser muy traumático para la agenda legislativa y para el proceso de paz".

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"Con gestos de guerra del ELN es imposible un proceso de Paz"

 

Bogotá. D.C.04 de mayo de 2016. El Senador liberal Juan Manuel Galán,  aseguró hoy que el ELN con sus secuestros y acciones violentas sigue dando muestras de guerra y no de paz.

"De esta forma será imposible comenzar un proceso de paz con ese grupo":afirmó Galán

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Política de drogas a la carta

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

UNGASS le sigue apostando a la guerra contra las drogas y el prohibicionismo sigue siendo la norma. En la tercera sesión especial de la Asamblea General de la ONU fueron discutidas políticas de reducción del daño y regulación de sustancias estupefacientes.

El objetivo principal de esta reunión era realizar un llamado a la comunidad internacional a fin de analizar las medidas frente al consumo de sustancias psicoactivas. Sobre el particular, su regulación y mercado para evolucionar en la política de drogas que sigue el mundo y visibilizar una reforma  a las tres convenciones de Naciones Unidas que rigen la materia.

Es decir, desde Latinoamérica se pidió que fueran abandonadas las políticas punitivas y se abordara este flagelo como un asunto de salud pública. Sin embargo, estas expectativas se vieron completamente frustradas por dos razones fundamentales. En primer lugar, porque Argentina, Rusia, Irán y China se oponen a dar por terminado el prohibicionismo. En segundo lugar, porque la Asamblea no se pronunció contra los países que penalizan  a las personas que sean encontradas traficando drogas o traficando micro estupefacientes con cadena perpetua o pena de muerte, como lo son China, Irán, Singapur, Arabia Saudita, Tailandia, Indonesia, Malasia y Taiwán.  Y de ñapa, tampoco fue abordada la regulación como tema central.

Es evidente que la política de drogas no despierta mayor interés en países que serían fundamentales para lograr consenso y acuerdo en una evolución de la política. Sí, cada país avanza a su propio ritmo, sin embargo, la violación sistemática de derechos humanos tiene que detenerse. Amnistía Internacional reportó que en el 2014, 2.466 personas fueron sentenciadas a la pena de muerte en el mundo, y en el 2015, se incrementó esa cifra en un 54%. De todas las ejecuciones registradas en 2015, el 89 % se llevaron a cabo solamente en Arabia Saudí, Irán y Pakistán.

Lo sorprendente, es la falta de voluntad de los países en reconocer la importancia de este tema para adelantar una agenda de propuestas que permitan superar la mal llamada guerra contra las drogas que tantas víctimas ha cobrado en el mundo. Por su parte, Colombia seguirá evolucionando hacia el cambio de paradigma, hacia el tratamiento de los consumidores y la investigación científica como Estado Social de Derecho que somos y como garantes de los derechos humanos. No podemos prologar políticas diseñadas para una utopía: un mundo libre de drogas. Lo que si podemos es trabajar por un mundo libre de abuso de drogas.

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Un Fiscal políticamente agnóstico

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

Si, definitivamente, la historia siempre se repite. La Colombia de la década de los noventa marcó los inicios de un país que se encontraba convulsionando ante los problemas sociales, económicos y políticos que atravesaba. Todas eran grandes dificultades, increíblemente coyunturales y de naturaleza bien particular.

Esto significaba adoptar infinitas estrategias que permitieran contrarrestar los daños. La primera de ellas, fue sin más ni menos la Carta Política de 1991. Este instrumento jurídico cuenta con una parte dogmática – los derechos de primera, segunda y tercera generación- y una orgánica – la estructura del Estado Colombiano-.

Dentro de esas grandes reformas, la Asamblea Nacional Constituyente creó y modificó  instituciones que estuvieran a la altura de los grandes retos que debería asumir en ese entonces. Hoy, aunque no estamos frente a los carteles de narcotráfico y de violencia, sí es necesario que los altos funcionarios del Estado asuman el compromiso y la responsabilidad de servirle al país.

Esta semana estamos frente a un nuevo desafío: LA ELECCIÓN DEL FISCAL GENERAL DE LA NACIÓN. La Corte Suprema de Justicia tendrá la importante labor de evaluar el mérito, la eficiencia, el conocimiento, la moralidad y la experiencia, para la elección de uno de los candidatos ternados.

De la terna enviada por el Presidente Juan Manuel Sanos, - compuesta por la Abogada, Mónica Cifuentes, el Ministro de Justicia, Yesid Reyes, y el exministro Néstor Humberto Martínez- considero que los candidatos son buenos, tienen trayectoria y credenciales adecuadas. Sin embargo, lo fundamental es que posesionados logren demostrar su talante profesional y saquen adelante la justicia transicional para que el proceso de paz sea exitoso.

Será trascendental, que el nuevo fiscal en el ejercicio de sus funciones, no olvide los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, publicidad, y la imparcialidad con los que debe realizar sus investigaciones. Esto, para que la institucionalidad de la entidad tenga credibilidad y así poder desarrollar un proceso de justicia transicional que logre llegar a las regiones donde no ha tenido presencia.

El momento coyuntural del país hace de esta elección, una histórica. Además de tener la obligación de disminuir la sensación de inseguridad de los colombianos; de hacer valer la vida y los derechos inalienables a la persona humana; tendrá como fin último, esclarecer la verdad, hacer justicia y reparar a los ciudadanos enmarcados en el posconflicto.

Por esta razón, el Fiscal debe estar por encima de los partidos, que no haga liberalismo, conservatismo ni ningún partidismo, debe ser neutral, imparcial y trabajar incansablemente por la justicia de todos los colombianos.

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"Es entendible decepción de Expresidente Gaviria ante resultados de Asamblea Onu sobre drogas "

Bogotá. D.C. 22 de abril de 2016. De acuerdo con las críticas que formuló el Expresidente César Gaviria Trujillo por los resultados  de la Asamblea de la ONU sobre la política antidrogas se declaró el Senador Liberal Juan Manuel Galán.

Expresó que es lamentable que paises como Rusia, China y Naciones de los bloques asiáticos y africanos  no quieran que la reforma a la política antidrogas avance.
 

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Política de drogas para la salud pública y los Derechos Humanos

La salud pública y los derechos humanos serán el nuevo enfoque de Colombia en Naciones Unidas. Durante décadas la lucha contra las drogas genera el encarcelamiento en masa, la corrupción, la violencia, el mercado negro y crisis en la salud pública.

La estrategia de lucha contra las drogas en Colombia fue diseñada para preservar la integridad institucional, que estuvo amenazada por las fuertes economías criminales del narcotráfico. Sin embargo, estamos frente a una nueva realidad, que debe ajustarse a las complejidades de cada país, como el consumo de drogas y la política para su regulación.

Este mes tenemos dos acontecimientos históricos: la tercera Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre Política de Drogas –UNGASS 2016- y la aprobación por unanimidad en tercer debate en la Cámara de Representantes del Proyecto de Ley que regula el Cannabis Medicinal.

La primera sesión de la Asamblea General se llevó a cabo en 1998, donde fue pactada una Declaración Política sobre el Control Mundial de las Drogas con el objetivo de unir esfuerzos para la fiscalización internacional de sustancias estupefacientes. Casi diez años después, en Viena se acordó una nueva Declaración Política y Plan de Acción sobre la cooperación internacional. En esta tercera oportunidad, se dedicará a mejorar el marco institucional y jurídico de la ONU teniendo en cuenta que las políticas desarrolladas han pretendido enfrentar el narcotráfico y las organizaciones criminales, basados en  la total prohibición de su producción y comercialización.

Por su parte, la política nacional de drogas de Colombia deberá estar enfocada en desarrollar regulaciones para el consumo –Proyecto de Ley sobre el uso médico de la marihuana- y herramientas para la prevención del consumo problemático, a través de la atención y tratamiento de los consumidores –la Ley 1566 de 2012-. También, deberá dar prioridad a las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, acompañada de una visión territorial que permita articular con los gobiernos locales las estrategias en materia de drogas de acuerdo a las necesidades y capacidades de cada uno.

Por todo lo anterior, la aprobación del Proyecto de Ley es muy importante porque se da justo para UNGASS 2016. Colombia podrá mostrar de manera significativa los pasos adelantados en la regulación del cannabis para uso medicinal, que genera un hito en el cambio y en la transformación de la política de drogas en nuestro país.

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Con aprobación de Proyecto que regula uso de Cannabis Medicinal, Colombia mostrará resultados en la ONU

A cinco días de  celebrarse la Asamblea General de la ONU sobre problemática de drogas, fue aprobado en tercer debate.

Bogota.D.C.13 de abril de 2016. (Prensa Senador J.M Galán) Por unanimidad y con el respaldo de los distintos partidos políticos con asiento en la Comisión Primera de la Cámara, se aprobó en penúltimo debate el proyecto de ley de autoría del Senador liberal Juan Manuel Galán, que reglamenta el uso de la marihuana para uso medicinal. Solo resta su discusión final en la Plenaria de Cámara de Representantes, para que se convierta en Ley de la República.

“La  aprobación se da en una coyuntura muy importante porque la próxima semana entre el 19 y 21 de abril,  por primera vez en 15 años,  la Organización de las Naciones Unidas las Naciones Unidas (ONU) celebrará  en New York  una sesión especial de la Asamblea General sobre la problemática mundial antidrogas” aseguró el senador Galán.

Expresó que Colombia participará en esa Asamblea y podrá mostrar como avance significativo los pasos adelantados en la regulación del cannabis para uso medicinal,  que genera un hito en el cambio y en la transformación de la política de drogas en nuestro país.

El Senador, reiteró el espíritu del Proyecto, que permitirá a miles de pacientes  de pacientes que sufren de enfermedades  como epilepsia refractaria, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, cáncer, VIH sida, diabetes, migraña, entre otras, acceder a un medicamento seguro, de calidad y a un precio justo, regulado por el Estado y no por los criminales.  

Ante la disyuntiva que genera la expedición del Decreto del Gobierno, Galán mencionó los aspectos que el mismo deja por fuera y el Proyecto contempla. Tales como: el cobro de licencias cuyos recursos estarán dirigidos a programas de prevención escolar;  sanciones a quienes violen el régimen de licencias; vigilancia a las licencias utilizadas exclusivamente  a fines medicinales y terapéuticos y establece que menores de edad sólo podrán usarla bajo el consentimiento de sus padres, entre otras. Así mismo destacó que con el Proyecto se garantiza y se blinda el proceso de regulación, cerrando la posibilidad que el Gobierno de turno, derogue el Decreto.

Por su parte, Representantes de los diferentes partidos, expresaron sus argumentos para votar a favor.  Harry González, Coordinador Ponente, resaltó que el cannabis de uso medicinal,  debe ser un incentivo para la sustitución de cultivos ilícitos. Por su parte, Rodrigo Lara Restrepo, de Cambio Radical, dijo: “oponerse al Proyecto es inhumano, solamente quien vive en una caverna o en profunda doble moral, puede hacerlo”. Germán Navas Talero, del Polo Democrático, fue más allá: “he usado marihuana medicinal para la esclerosis y no me arrepiento, como dicen las viejitas santo remedio” y Samuel Hoyos, del Centro Democrático, expresó el acompañamiento de su partido y calificó que si el cannabis se puede usar en beneficio de la salud, sería un crimen no hacerlo.

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Participación en sesión de la Comisión de Ordenamiento Territorial en Medellín

Bogotá. D.C. 12 de abril de 2016. (Prensa Senador J.M. Galán.-) Atendiendo una citación formulada por el senadores Juan Manuel Galán, Carlos Enrique Soto y Susana Correa, este jueves 14 de abril sesionará en la ciudad de Medellín, la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado.

El Congresista Galán consideró ese encuentro como uno de los de mayor importancia para evaluar los avances de las aéreas metropolitanas y los beneficios que han traído para los municipios que las conforman.

Se hará especial énfasis sobre área metropolitana del Valle de Aburrá integrada por  Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Caldas, Sabaneta, La  Estrella y Medellín, en temas relacionados con transporte, reglamentación, servicios públicos, desarrollo e integración.

Se contará con la participación de Los Ministerios del Interior, Transporte, Departamento de Planeación Nacional, Desarrollo Territorial, Alcalde de Medellín y  los mandatarios del Área Metropolitana de la Zona del Valle de Aburra, Gobernador de Antioquia, miembros de la Asamblea Departamental, concejales, órganos de control, la Cámara de Comercio, la Academia y los gremios.

 

Datos del evento.

 

Lugar: Medellín- Área Metropolitana del Valle de Aburrá

Dirección: Auditorio Guayacanes carrera 53- No 40-31

Hora: 9.30 am.

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Ciudadanos de primera

Columna del senador Juan Manuél Galán.

Bogotá D.C., abril 9 de 2016. Las personas en condición de discapacidad, son ciudadanos de primera categoría. En pleno Siglo XXI, - uno supone- que es obvio. Sin embargo, aún hay personas que consideran la discapacidad como un estado anormal y les imponen la obligación de asumirse como personas enfermas, dependientes o como ciudadanos sin derechos.

El porcentaje de personas con discapacidad en situación de pobreza en el mundo está en el 80% según la ONU. Colombia no se queda atrás con 1’240.619 de personas de las cuales, el 45.47% es mayor de 60 años; el 61% no tienen fuente de ingresos para su subsistencia. Y, por si fuera poco, 143.750 son víctimas del conflicto armado.

La discapacidad no puede ser tratada como un defecto o problema personal, es una circunstancia social, donde la sociedad y el Estado, estamos comprometidos en la garantía de sus derechos y su inclusión. Los discapacitados, deben acceder a la formación académica, técnica o tecnológica  y ser los motores de productividad para el país.

Por muchos años, las personas en condición de discapacidad han enfrentado barreras de todo tipo, como, por ejemplo, barreras de orden físico, comunicativas, que dificultan las relaciones y el acceso a la información y a los medios de comunicación; barreras actitudinales y socioeconómicas. Todo como consecuencia de los prejuicios de varios grupos sociales, que generan una gran limitación en el acceso a las oportunidades y anulan el goce de sus derechos.

Necesitamos que la sociedad los reconozca, que no los mire como enfermos o ciudadanos de segunda, son sujetos de derechos que tienen plena capacidad para producir y para actuar.

El pasado 6 de abril, Congresistas de varios partidos políticos, estuvimos en el lanzamiento de “Bancada In”, que busca la urgente promoción de los derechos de las personas en situación de discapacidad. Se trata de abrir un canal de comunicación y de apoyo técnico con el Consejo Nacional de Discapacidad. Iniciativa que apoyo decididamente, porque es muy importante que exista un grupo de Parlamentarios organizado en bancada, que se dedique a avanzar en la agenda pública relacionada con la legislación y los temas de interés para una población tradicionalmente marginada, excluida y sin oportunidades.

Este es un reto y un desafío prioritario para el Congreso. Queremos y necesitamos ciudadanos libres, independientes, con acceso a educación y trabajo. Por esto, debemos seguir adoptando medidas orientadas a combatir la discriminación de la población en situación de discapacidad.

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Congreso y Gobierno escucharán a víctimas en Villavicencio

Bogotá. D.C Abril 06/16. La Comisión de Víctimas del Congreso,  que preside el Senador Juan Manuel Galán y el Representante Jaime Buenahora con el auspicio del Gobierno Nacional adelantará,  este viernes 8 de abril en Villavicencio el Primer Gran Foro para escuchar a las familias afectadas por la violencia.

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ELN y proceso de paz

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

El anuncio del comienzo de negociaciones formales entre el Gobierno y el ELN, abre una esperanza para poner fin al conflicto armado en el país, pues llega a la mesa de diálogo con 2.000 combatientes y con 5 frentes operando en Norte de Santander, Bolívar, Arauca, Chocó y Nariño. Que   por fin haya aceptado su participación en conversaciones de paz, es una señal positiva. Aún más cuando han sido uno de los grupos más radicales de la insurgencia y de los más renuentes a explorar una solución negociada.

Sin embargo, necesitamos hechos de paz concretos. Primero un cese al fuego unilateral. Segundo, el cese de actividades criminales. No puede haber secuestro, minería ilegal, ni ataques a los oleoductos, tampoco extorsión ni ningún tipo de delito. Se trata de una muestra de buena fe del ELN en una apuesta seria y real a un proceso de paz y negociación con el Gobierno Nacional.

Por ejemplo, un gesto real de paz es, la liberación de todos los secuestrados, como condición para la apertura formal de negociaciones. Sólo por citar un caso aberrante, el secuestro de un niño de 2 años –hijo de una desmovilizada– que, según la Defensoría, estaría en manos del frente Cacique Calarcá.

El anuncio, también permite pensar en un desbloqueo de los diálogos en La Habana con las FARC, porque los dos procesos tienen destinos ligados. Incluso nos da una ventaja pues no habrá dos modelos de dejación de armas, ni dos procesos de refrendación, ni dos ejercicios de esclarecimiento de la verdad. Los mismos lineamientos generales tendrán que repetirse con el único objeto de acabar la guerra e iniciar la construcción del postconflicto.

Otro punto que me hace ver con esperanza el anuncio, es que  las víctimas van a ser el centro de gravedad del proceso. Según registros del observatorio del Centro de Memoria Histórica durante los últimos 37 años, hemos tenido 9.221 víctimas por los delitos de secuestro, asesinato selectivo, masacres y daño a bienes civiles.

Es hora de fijar condiciones claras desde el principio para el inicio de las negociaciones: Cese unilateral del fuego; fecha de entrega de armas; cese al fuego bilateral con ELN si y solo si firman acuerdo final de terminación del conflicto y como ya lo mencioné entrega de todos los secuestrados. Solo así los colombianos creeremos que este proceso realmente puede desembocar en una paz verdadera.

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"Pronunciamiento del Presidente Santos sobre fecha de dejación de las armas de las Farc, es preciso y contundente"

Bogotá .D.C marzo 28 de 2016. Complacido con la solicitud que formuló el Presidente Juan Manuel Santos a las Farc, para que fijen una fecha sobre la dejación de las armas se declaró el Senador Juan Manuel Galán, al indicar que eso implica que no se va a firmar un mal acuerdo.

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Ahora o nunca

He dicho en varias oportunidades que no podemos anticipar los tiempos del proceso de paz.

Bogotá D.C., marzo 23 de 2016 (Columna senador Juan Manuel Galán).- Colombia se prepara para afrontar los cambios de mayor trascendencia desde el proceso constitucional de 1991. Y aunque esos cambios se proyectan hoy como excepcionales, de alcanzar un acuerdo definitivo que sea ratificado por la ciudadanía, constituirán una nueva realidad.

Durante este mes, dos acontecimientos concentraron la atención de los medios de comunicación: la falta de presencia de la Fuerza Pública en el Corregimiento El Conejo en la Guajira y la posible firma del cese bilateral al fuego con las FARC. Respecto al primero, se criticó a las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional por no estar presentes durante la toma armada del Corregimiento El Conejo por parte de las FARC y por utilizar instalaciones de una institución educativa.

Antes que todo, es importante no olvidar la historia de muerte y sangre a la que hemos estado sometidos, durante varias décadas. La Fuerza Pública no puede ser deliberante,  ni estar politizada, debe responder exclusivamente a las instituciones y a quienes los colombianos han designado como su mandatario legítimo. Este es un valor  y un principio fundamental de nuestro Estado de Derecho, de nuestra democracia y nuestro régimen constitucional.

Por otro lado, anticiparnos a darle a las FARC  un cese al fuego bilateral sin que se haya firmado el acuerdo final de la terminación del conflicto sería un error mortal para el proceso de paz. Si el grupo armado no siente presión militar en el terreno, no tendrá la necesidad de dejar el narcotráfico, la extorsión  y la minería ilegal. Esto, generaría una política de dilación para el pueblo colombiano en la mesa de negociaciones, que sería trágica después de todo el esfuerzo y paciencia que hemos invertido.

He dicho en varias oportunidades que no podemos anticipar los tiempos del proceso de paz. Los colombianos están impacientes porque ven que la negociación se ha prolongado en el tiempo, que los diálogos han sido largos  y que no se da la firma final para la terminación del conflicto. Esa es una impaciencia lógica, razonable y justa. Pero tenemos a Nicaragua como ejemplo, aunque fue uno de los procesos con más acompañamiento internacional, los compromisos adquiridos en el acuerdo no se cumplieron, ya que las aspiraciones fueron demasiado ambiciosas y poco realistas. Por eso, invito a todos los partidos, a todos mis colegas y la ciudadanía, a que respaldemos el proceso de paz con responsabilidad. Sin prisa y sin prolongaciones eternas. No dejemos pasar esta última oportunidad.

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Senador J.M. Galán se opone a cese bilateral del fuego con Farc sin que se firme fin del conflicto

Propuesta del senador Juan Mnuél Galán.

De otro lado expresó la urgencia de iniciar un proceso con el ELN.

Bogotá D.C., marzo 15 de 2016. (Prensa Senador J.M Galán).- En contra de decretar un ceso bilateral del fuego con la guerrilla de las Farc, mientras no se firme el acuerdo final del conflicto, porque sería un error garrafal para el propio proceso de paz, se declaró el Senado Juan Manuel Galán.

El pronunciamiento fue hecho por el Congresista liberal, en la Comisión Primera del Senado donde asistieron los Ministros de Defensa; del Interior, Comandante del Ejército y Director Nacional de la Policía Nacional para atender una citación por la presencia de las Farc en el Corregimiento del Conejo, Fonseca Guajira el pasado mes de febrero.

"Si las Farc no sienten presión militar y nos anticipamos a los tiempos ahí si empezarían un política de dilación, de prolongación, de tomadera de pelo para el pueblo colombiano en la mesa de negociaciones, eso sería trágico después de todo el esfuerzo invertido" aseguró.

Sobre el incidente del Conejo en la Guajira, sostuvo que los procesos tienen dificultades, crisis y recordó la forma como han sufrido israelíes y palestinos con muertes, terrorismo, toda clase de problemas y no han podido llegar a la paz.

"Nosotros la tenemos más fácil sin fanatismos religiosos. No podemos dejar pasar esta oportunidad. Le doy la mano al Centro Democrático para que podamos llegar a un acuerdo sobre lo fundamental, como decía Álvaro Gómez, que permita llegar al final del proceso de paz.

De otro lado expresó la urgencia de iniciar un proceso con el ELN y anotó "Realmente si no somos capaces de lograr que el ELN entre las negociaciones será difícil que las conversiones con las FARC tengan éxito, ya que los dos procesos van ligados".

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Mujer

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

"Debemos cerrar todas las brechas de género": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., marzo 14 de 2016.- Hace 38 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó un día para celebrar los derechos de la mujer y la paz internacional. Así, cada 8 de Marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer, el cual tiene como objetivo hacer una reflexión sobre los avances alcanzados por las mujeres - y de la sociedad en pro de ellas- y en llamar la atención sobre la necesidad de un verdadero cambio en las políticas de género en todos los países.

Sin embargo, es increíble pensar que luego de 71 años de la firma de la Carta de las Naciones Unidas, -siendo este el primer acuerdo internacional que consagra el principio de igualdad de género-, las mujeres sigan luchando para alcanzar esa igualdad efectiva en todos los aspectos de su vida; la desigualdad salarial y el acceso a oportunidades, solo por citar algunos ejemplos. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las mujeres ganan un 20,2 por ciento menos que los hombres, incluso si desempeñan funciones similares.

De acuerdo a las últimas cifras del Fondo de Población de la Naciones Unidas, 1 de cada 3 mujeres es víctima de violencia, 45,7% de las mujeres jóvenes, se encuentran en un alto grado de pobreza y de cada 100.000 mujeres, 71,7 son abusadas.

Es importante resaltar, que la mitad de la población en Colombia y las principales víctimas del conflicto armado, son las mujeres. De las cuales, 3.928.650 han sido víctimas del conflicto armado interno, y solo 348.809 han sido reparadas e indemnizadas. Y por si fuera poco, el 97% de los delitos de violencia sexual en medio del conflicto armado están en la impunidad.

Por todo lo anterior, quiero hacer un llamado muy especial, para que atendamos de manera prioritaria la reparación total de las mujeres víctimas que son las más afectadas y las más atrasadas en la reparación. Ya la Unidad de Víctimas manifestó esta semana, en los medios de comunicación, que las mujeres que hayan sufrido desplazamiento, homicidio, amenazas, desaparición forzada y pérdida de bienes, serán objeto de priorización en la entrega de la indemnización administrativa.

Como sociedad y Estado, debemos cerrar todas las brechas de género. Es momento de exigir sus derechos y no permitir más impunidad.

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Éxito del posconflicto se garantiza con profundas transformaciones al sector de la salud

El encuentro realizado en la Comisión Séptima del Senado contó con representantes de asociaciones y organizaciones médicas del país.

Bogotá D.C., marzo 10 de 2016. Partidario de adelantar rigurosos cambios al sector de la salud para garantizar el posconflicto y una paz duradera, se declaró el Senador Juan Manuel Galán en el marco del Primer Foro sobre el proyecto de ley del Nuevo Código de Ética Médica, del cual el legislador es su autor.

Galán afirmó que ha habido una evolución en las técnicas, en los procedimientos y en la concepción bioética de la profesión médica y en Colombia desde hace 34 años no se reforma la legislación sobre estos temas.

"Todas estas modificaciones deben ser incluidas en una reglamentación nueva que esté más acorde con las necesidades de un sector que es el de la salud, tal vez el más importante en Colombia para lograr una reconciliación duradera entre los colombianos", expresó.

Aseguró el Senador Liberal, que el proyecto pretende actualizar la concepción de la ética fundamentándose en principios de eficiencia, universabilidad y solidaridad para facilitar una relación más fluida entre el paciente, el médico y el Estado.

"Escuchamos las diferentes opiniones de las personas que han participado en la redacción y elaboración del proyecto y que incluye a la Academia Nacional de Medicina, Federación Médica Colombiana, Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, Colegio Médico Colombiano, Ascofame, Tribunal Nacional de Ética Médica y el ICEB. También hemos recogido todos los comentarios críticos de la iniciativa y en ese sentido nos parece que este es un espacio muy enriquecedor para todos" manifestó.

Sostuvo que a lo largo del trámite del proyecto, es decir cuatro debates, para enriquecer la discusión quienes quieran pueden hacer llegar sus comentarios en inquietudes y los legisladores estarán abiertos a tenerlas en cuenta a estudiarlas en la medida de lo posible para fortalecer la iniciativa.

En la Comisión Séptima que preside el senador Antonio José Correa participaron con sus puntos de vista: Ana Isabel Gómez, representante de ASCOFAME, Fernando Sánchez miembro Academia Nacional de Medicina; Juan Mendoza Vega, Presidente Academia Nacional de Medicina; Francisco Pardo Vargas, magistrado del Tribunal Nacional de Ética Médica; Jorge Diego Acosta .Junta Directiva Sociedades Científicas; Roberto Baquero, presidente del Colegio Médico Colombiano; Fernando Guzmán, Federación Medica Nacional; Oswaldo Barrera, delegado del Ministerio de Salud,; Germán Redondo, delegado de la Defensoría del Pueblo.

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Concentración si y solo si con reparación

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

"Esas zonas sean el espacio para la verdad, justicia y no repetición": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C. - Esta semana aprobamos en Primer Debate de las Comisiones Primeras Conjuntas –de Senado y Cámara- el Proyecto de Ley de Orden Público. Este proyecto modifica la Ley 418 de 1997 de justicia y paz para la dejación de armas, el tránsito a la legalidad y reincorporación a la vida civil de los miembros de las FARC.

Esta iniciativa busca revivir la autorización que tenía el ejecutivo, para determinar las zonas específicas de ubicación temporal y suspender las órdenes de captura vigentes proferidas contra los miembros del grupo armado organizado. También, será necesario acreditar la calidad de miembro del grupo armado, mediante una lista suscrita por los voceros o representantes, la cual, será recibida y aceptada por el Alto Comisionado para la Paz de buena fe.

En el transcurso de este debate, presenté ante las Comisiones Conjuntas una constancia para que las verificaciones del Alto Comisionado para la Paz sean ampliadas a Entidades del Estado Colombiano que cuentan con información relevante, como la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional y las Agencias de Inteligencia del Estado Colombiano.

Sin embargo, la opinión pública percibe este proyecto como un renacimiento de la antigua y fallida zona de distensión del Caguán. Zona que en vez de desarrollar actividades para velar por el bienestar y desarrollo de los habitantes, generó un detrimento de los aspectos políticos, económicos y sociales de la región.

Por lo tanto, en aras de evitar un "déjà vu", las instituciones colombianas, los países verificadores y la ONU, deben estar presentes con el fin de prevenir la manipulación, las presiones a la población por parte de la guerrilla y todo aquello que permita recordar las épocas amargas de San Vicente del Caguán.

Estas zonas de concentración vigiladas de manera efectiva, serán claves para garantizar la paz en el Estado Social de Derecho Colombiano, porque permitirán que las FARC realicen actividades de reparación integral prioritarias para las víctimas. Me refiero a que esas zonas sean el espacio para la verdad, la justicia y las garantías de no repetición que tanto anhelamos.

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"En zonas de concentracion debe primar reparación de víctimas"

El Congresista del Partido Liberal, Juan Manuel Galán ratificó su respaldo al proceso de paz de La Habana, pero llamó la atención para que las zonas de ubicación queden plenamente clarificadas siempre y cuando las protagonistas sean las víctimas.

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Conejo a Barrancabermeja

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

Bogotá D.C., febrero 29 de 2016.- El escándalo de REFICAR no solamente afecta la Refinería de Cartagena y al presupuesto de la Nación. También, tiene consecuencias colaterales que aún no han sido dimensionadas. Una de ellas está ligada al anuncio del presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, de suspender indefinidamente el Proyecto de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja. Esta noticia ha traído desconcierto, ansiedad y rabia entre los pobladores del Magdalena Medio y al parecer,  está fuertemente ligada con el derroche de recursos en la empresa de petróleos.


Efectivamente el caso de REFICAR, que ha sido objeto de más de 3 auditorías por parte de la Contraloría General de la República, muestra falta de planeación, incumplimiento en el cronograma de entregas,  aumento de costos de la obra y sobre todo, errores e inconsistencias en los estados financieros del proyecto.

Estos hallazgos hacen necesario que los particulares involucrados con el escándalo, le den la cara a los colombianos. Por eso, logramos aprobar esta semana en el Congreso de la República, la conformación de una Comisión de Investigación para indagar a todos los que tuvieron responsabilidad por los sobrecostos y decisiones de ese proyecto. Entre ellos, citaremos al  presidente actual y al presidente anterior de Ecopetrol, a los ministros de Hacienda y Crédito Público involucrados y a funcionarios de REFICAR.  Es necesario establecer la responsabilidad de cada uno de ellos, en un proyecto cuyos  efectos van más allá de la vía a Mamonal, para entrar en las orillas del río magdalena.

Barrancabermeja puede ser un efecto colateral de REFICAR, no medido. Durante la sesión especial que llevó a cabo la Asamblea de Santander sobre la problemática del Proyecto de la Refinería de Barrancabermeja, conocí la grave situación de constructores, hoteleros, comerciantes y restauranteros de la región que se endeudaron ante el anuncio de la ampliación de la refinería y que ahora, han tenido que insolventarse. 

Necesitamos un análisis a fondo: El argumento de la falta de recursos de Ecopetrol para cumplir lo prometido, debe conectarse no solamente con el caso de REFICAR sino también con las demás decisiones que ha tomado la junta directiva de la empresa, como por ejemplo las inversiones en Angola,  en Perú,  en México y hasta  la venta de su participación accionaria en Propilco S.A. Esas decisiones, han malgastado recursos que podrían haber conjurado la situación actual de los barramejos; que hoy es de verdadera emergencia económica.

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“Centro de gravedad en zonas de concentración deben ser las víctimas”

Agregó que es importante que las Farc en lo queda del proceso, cuyas  fases son las más difíciles y complejas, se comprometan a dejar la extorsión.

Bogotá D.C., 24 de febrero de 2016 (Prensa S. Juan Manuel Galán).El Senador del Partido Liberal Juan Manuel Galán aseguró hoy que el éxito de las zonas de concentración para la guerrilla de las Farc serán las victimas ya que ellas constituyen el centro de gravedad en esos  lugares acordados en  desarrollo del proceso de paz.

En la sesión de las Comisiones Primeras de Senado y Cámara donde se discute el proyecto que modifica la ley de orden público, Galán expresó que la reparación de las víctimas de las Farc en esas zonas donde estará concentrada la guerrilla tiene que ser una condición, sine quanon.


“Si tenemos víctimas de las Farc No reparadas, realmente  va a ser imposible que la población y con toda la razón acepte, tolere y le apueste  a estos sitios de concentración en las distintas regiones del país”, manifestó.

El legislador  dijo que ha habido retrasos en  la reparación  de las víctimas de las Farc en general, pero especialmente en los espacios donde se ubicará esa guerrilla  y el Estado se debe poner al día con esa deuda histórica que hay  con miles de familias.

Expresó que no solamente la carga de la reparación debe estar en cabeza del Estado y del Gobierno Nacional sino también de las Farc , que se han comprometido con las víctimas a la reparación a través de la verdad y a contribuir   con sus propios recursos para resarcir los daños morales y materiales.

Agregó que es importante que las Farc en lo queda del proceso, cuyas  fases son las más difíciles y complejas, se comprometan a dejar la extorsión, a no ejercer presión sobre la población, y abandonar  de manera definitivita  el narcotráfico.

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El interés público está en el agua

Los últimos meses han producido tres noticias que generan alerta e incertidumbre. Sin embargo, no se ha conectado la causalidad que hay entre ellas. Me refiero a las alarmas sobre el fenómeno del niño con las que comenzó el 2016, la tragedia de las víctimas en las comunidades Wayúu por la falta de agua en la Guajira y, el reciente fallo de la Corte Constitucional que prohíbe la actividad minera en los páramos de Colombia.

Las tres, se conectan en una situación de crisis que ha sido provocada por el silencio del Gobierno Nacional frente a la  apropiación invasiva de nuestros recursos naturales. Este desbalance entre protección del medio ambiente y ganancia financiera, necesita un cambio. Recordemos que el nuevo año comenzó con alarmas sobre el largo periodo de sequía que afecta al país.

Esta situación tocó de manera especial a los indígenas Wayúu,  que sufrieron la muerte de personas y animales por la falta de agua en la región y por las altas temperaturas que vive el departamento. En concreto, nada se habría hecho para mitigar la situación. Recientemente, el silencio se rompió  por un fallo de la Corte Constitucional que decidió tumbar la norma que permitía a las concesiones mineras en Colombia, operar en los páramos. La decisión de proteger estas zonas del país, constituye un primer avance en la resolución de la crisis.

Los páramos, aunque  solamente ocupan el 3 por ciento de nuestro territorio, proporcionan el 70 por ciento del agua que necesitamos los colombianos. Nuestros páramos constituyen el 50 por ciento de los existentes en el planeta. Así como son de importantes para cubrir las necesidades de vida humana, son frágiles y susceptibles al deterioro. Esto, principalmente por actividades extractivas mineras y de hidrocarburos, especialmente las criminales.

Sin embargo, nos siguen diciendo  que la sequía del país es consecuencia únicamente del  fenómeno del Niño y del cambio climático. Hay que reconocer las causas profundas que nos han llevado a esta situación: por ejemplo, permitir  la  contaminación sin límites y el despojo de nuestras  principales fuentes de agua, por parte de la minería criminal, la industria minera y de hidrocarburos. Es urgente una regulación estricta de nuestros recursos naturales bajo principios que no solo busquen la ganancia del sector extractivo,  sino que garanticen las necesidades concretas de agua y alimento de nuestros pueblos. A la Corte Constitucional debe seguirle una nueva política pública regulatoria. No más silencio.

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La trampa de la Constituyente

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

Decirle NO a una Asamblea Constituyente no es un capricho. Es una decisión que obedece a razones jurídicas y políticas para avanzar en el fin del conflicto, sin poner en riesgo las garantías constitucionales que logramos desde 1991. Sabemos que desde el tercer ciclo de los diálogos de paz, las FARC insisten en convocar una Asamblea Nacional Constituyente, curiosamente al unísono con Álvaro Uribe Vélez.

En realidad, se trata de una iniciativa inconveniente. En primer lugar porque jurídicamente, la actual Constitución contempla mecanismos de reforma o de refrendación popular que de manera ágil, democrática y participativa puede darle estatus constitucional a los acuerdos del proceso de paz, sin dilatar la implementación de los mismos. En segundo lugar, porque políticamente los colombianos logramos desde 1991, una Constitución que le apuesta a una sociedad igualitaria y que promueve ampliamente espacios de deliberación y movilización democrática. Abrirle la puerta a una Asamblea Constituyente, pondría en riesgo los avances en sus más de 20 años de vigencia.

Recordemos que la Constitución de 1991 desde sus inicios, se fundó en la democracia participativa como eje central de la nueva organización del Estado y le otorgó a la participación ciudadana el carácter de derecho fundamental. Contempla mecanismos para adelantar reformas que el país necesita, a través de la iniciativa del Congreso o directamente del pueblo mediante referendo. Contamos entonces hoy día, con herramientas ágiles para lograr la legitimación que demanda el grupo guerrillero.

Por otro lado, los colombianos tenemos una Constitución que por primera vez, le dio vida jurídica a derechos fundamentales y a sus mecanismos de protección; para las mujeres, las comunidades indígenas, los grupos afrodescendientes, las personas de la tercera edad, personas con discapacidad y la población LGBTI. No podemos soslayar esos avances por querer incluir algunos cambios en ella para luego, terminar recortando libertades obtenidas.

Por todas estas razones, es una trampa la propuesta de las FARC y del senador Uribe Vélez. Una vez elegida, esta constituyente se daría su propio mandato sin límites para cambiar el orden constitucional. Si lo que se quiere es darle seguridad jurídica a los acuerdos, el plebiscito aprobado por el Congreso reconocerá, no solamente la manifestación de los colombianos, sino que nos permitirá a todos ser parte del proceso pedagógico sobre el contenido del acuerdo, para asegurar que esa manifestación esté fundada en la información y no solo en la pasión.

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Paz para Colombia

La mejor forma de luchar contra el narcotráfico, es la regulación. Sin embargo, sabemos que lo que hace atractivo este negocio es la demanda del mercado, sus usuarios. Las estrategias desarrolladas a la fecha, se han dirigido exclusivamente a la oferta, es decir, a combatir las mafias. Así, el Plan Colombia implementado desde el año 2000, intentó abordar la lucha contra las drogas desde un componente principalmente militar, desconociendo a los usuarios, sus necesidades y sus expectativas.

No sería preciso afirmar que el Plan Colombia fue un fracaso desde su diseño. En realidad lo que podemos concluir después de 15 años es que esa política falló al abordar un problema tan complejo como el de las drogas, desde una perspectiva individual: la de la seguridad. Todos los demás frentes se desconocieron o menospreciaron. Efectivamente, desde el año 2000, Estados Unidos otorgó 9.94 billones de dólares como parte del Plan Colombia, de los cuales el 71% fue destinado a la fuerza pública. Este porcentaje entre 2000 y 2016, se dirigió a la asistencia militar y policial, y a estrategias como la del Plan Patriota, consolidación territorial, reformas militares y fumigación con glifosato.  Pese a todos esos esfuerzos, la estrategia de represión ha consolidado mercados negros en los centros urbanos del país y le ha permitido a las mafias, no solo desplazar la producción y el comercio de drogas hacia otros países, sino también diversificar su mercado y ampliar la demanda interna.

Por todo eso, es necesario replantear  la alianza entre Colombia y Estados Unidos para la lucha antidrogas. Reconocer que nos enfrentamos a una nueva realidad y que por lo tanto, la estrategia que se utilice, sin debilitar el componente militar, debe estar dirigida a atender el creciente problema del consumo de estupefacientes desde un enfoque de salud pública y derechos humanos.

Es necesario hacerle frente a los costos sociales, económicos y de salud de las drogas, por lo que el objetivo final de la nueva respuesta a este flagelo, debe ser no solo eliminar la disponibilidad de las mismas. Principalmente atender el consumo de sustancias, con el fin de garantizar la salud y el bienestar de las personas. Necesitamos un Estado local fuerte, capaz de resolver problemas en el nivel local con una oferta integral, con intervenciones sociales en nuestras familias y escuelas. Sin duda una gran herramienta para debilitar el mayor incentivo que tiene este negocio para crecer, la demanda de sus consumidores.

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Senador Juan Manuel Galán ratifica su compromiso de planificación con el Eje Cafetero

Tomado de www.senado.gov.co

 

Garantiza que desde el Congreso  respaldará la creación de la  Región Administrativa de Planificación, RAP para esa zona del país.

Dispuesto a impulsar desde el Congreso de la República la creación de la Región Administrativa de Planificación, RAP para el Eje Cafetero que estaría integrada  por los departamentos de Risaralda, Quindío, Caldas y Valle del Cauca se declaró el Senador Juan Manuel Galán.

"La  constitución  de esa Región, cuyo punto o centro de gravedad  debe ser el paisaje  cultural cafetero, puede ser un buen pretexto en el gran sentido de la palabra, para lograr que esta zona  planifique, y se proyecte en las próximas dos décadas" afirmó el Senador del Partido Liberal.

El pronunciamiento fue hecho por el Congresista en el marco del Foro: "Integración Regional, Planificación, Gestión y Paisaje Cultural Cafetero" promovido por la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado  y que reunió en la capital de Risaralda, a Gobernadores, Alcaldes, Ministros y empresarios.

La RAP del Eje Cafetero debe diseñar  la especialidad o prioridad  de cada uno de los departamentos, por ejemplo la infraestructura en materia aeroportuaria. En este sentido se refirió  al aeropuerto Matecaña de Pereira, que se quedó atrás en materia de inversión y actualización, así como sucede en otras regiones.

"Solo a través de esa integración regional, con ese  ejercicio de planificación podemos llegar a formular  proyectos, o megraproyectos  que  generen   todo el desarrollo de las regiones  del Paisaje Cultural Cafetero" sostuvo.

En concordancia con la Ministra de Cultura, reiteró que se debe  remar en una dirección, para que las Secretarías de  Planeación, tanto municipales como departamentales sean una instancia técnica muy poderosa, llenas de liderazgo para poder generar ese proceso de planeación de esta región.

Recalcó que esta sería la segunda, porque ya existe la Región Administrativa de Planificación Especial, RAPE  que conforman Bogotá, Tolima, Boyacá, Cundinamarca y Meta.

Concluyó que son los mandatarios locales y departamentales los encargados de elevar la propuesta de la Región Administrativa de Planificación, RAP a las Comisiones de Ordenamiento Territorial del Congreso y que él,  comprometido con el desarrollo de la región, acompañará  esa  iniciativa en pro de la zona cafetera.

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Por una nueva política de drogas

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

Colombia necesita enfrentar el narcotráfico como país productor de drogas y también como consumidor. Estos dos componentes nos obligan a hacernos nuevas preguntas y a desarrollar una política integral, sistemática, evaluable, flexible,  descentralizada, que consulte  las expectativas y necesidades de los usuarios de drogas y sobre todo que ofrezca respuestas diferenciadas para cada uno de los actores, de este problema.

Mucho se ha hecho en Colombia para acabar con la producción de sustancias ilícitas: desde la incautación de grandes toneladas de droga hasta la identificación y bloqueo de rutas y corredores de tráfico y la erradicación de grandes extensiones de tierra con cultivos ilegales. Sin embargo, a la fecha el narcotráfico sigue siendo un negocio lucrativo que ha logrado adaptarse no solo a las estrategias para contrarrestarlo, sino que ha diversificado y ampliado su mercado entre usuarios cada vez más jóvenes en nuestro país.

Así, vemos que la  estrategia de criminalización y fuerza, no solo ha tenido bajos resultados sino que le ha dejado poco espacio a estrategias para atender la creciente demanda del mercado de las drogas, y los factores de riesgo que permiten que el negocio se mantenga. El narcotráfico más allá de ser un simple problema de rutas y cultivos, es un fenómeno que ronda nuestros colegios, recluta nuestros jóvenes y estigmatiza a quienes padecen un consumo problemático.

Por eso, debemos hacernos nuevas preguntas: ¿Cómo garantizar la eficacia de los programas de prevención del consumo? ¿Cuál es la edad de ese primer consumo?¿Vamos a prevenir consumo en medio escolar? ¿Cuáles serán las estrategias? ¿Cómo vamos a incluir a los padres de familia?¿Vamos a hacer prevención en medio comunitario?

Las respuestas a estas inquietudes nos permitirán cambiar la forma como medimos el éxito de la política contra las drogas, e incluir una nueva métrica como por ejemplo, el número de territorios recuperados del espiral de violencia o de jóvenes beneficiados con oportunidades de estudio y trabajo en áreas controladas por bandas y pandillas, etc..

Es urgente un enfoque que vaya más allá de la fuerza y que consolide una política integral, resistente a la corrupción, que persiga a las organizaciones de narcotraficantes pero que al mismo tiempo, se ocupe de los  eslabones más débiles con medidas de prevención, salud pública y derechos humanos.  Este problema tiene una nueva dimensión. Nuestro peor escenario sería seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes para solucionarlo.

 

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Colombia, sin políticas de prevención efectivas frente a consumo de drogas.

Comunicado del senador Juan Manuél Galán.

 

Durante el foro "Nuevos retos de la política antidrogas de Colombia".

Bogotá D.C., enero 28 de 2016. Al iniciar su participación en el Panel ¿Cómo enfrentar el incremento del consumo de drogas en Colombia?, Galán mencionó como a raíz de sus posturas frente a los temas de prohibición y a su proyecto de ley que regula el uso de la marihuana con fines medicinales; en redes sociales le endilgan la memoria de su padre: "Me dicen, su papá en este momento estaría levantándose de la tumba al verlo a usted proponiendo la legalización de la droga, cuando a su papá eso fue lo que lo mató".

Al respecto el senador Galán, recordó que Luis Carlos Galán luchaba en contra las mafias del narcotráfico y los eslabones duros, pero no desde un punto de vista radical y prohibicionista, sino planteándose una pregunta de fondo: ¿Qué lleva a el ser humano a consumir sustancias sicoactivas?. En este marco, Galán recalcó la importancia de trazar una nueva ruta hacia las políticas de prevención direccionadas al origen del problema, sin caer en soluciones simplistas.

En ese sentido citó la estrategia de los contenidos en internet, que se focalizan en el consumidor, en su perfil, sus necesidades, carencias, expectativas, comportamientos, para diseñar una oferta de contenido, desde la perspectiva de la demanda. "En Colombia no hemos estudiado la demanda lo suficiente, y no la hemos incluido en el diseño de programa de prevención".

Para el Senador liberal, son varias las preguntas por hacer y responder: ¿Vamos a hacer prevención sobre el primer consumo? ¿Cuál es la edad de ese primer consumo?¿Vamos a prevenir consumo en medio escolar? ¿Cuáles van a ser las estrategias para medio escolar? ¿Cómo vamos a incluir a los padres de familia?¿Vamos a hacer prevención en medio comunitario?.

Una de las alarmas que prendió Galán se refiere a consumo laboral en el país: "En Colombia el consumo en medio laboral, es una tierra desconocida, no hay estudios, ni evaluaciones, ni monitoreo sobre el impacto que tiene sobre la productividad del país".

Frente al consumo de alcohol, afirmó que está subregulado e invitó al Congreso de la República, al Ministerio de Salud y al Ministerio de Justicia a legislar para regularlo y así mitigar el daño que causa no solo en la salud, sino disminuir los índices de violencia que causa.

Con relación a las posturas expuestas por el Presidente de la República, Juan Manuel Santos y del Ministro de Salud, Alejandro Gaviria sobre tratar al adicto como un paciente y al consumo como un asunto de salud pública, el Senador Juan Manuel Galán reiteró la urgencia de implementar la Ley 1566 de 2012, de su autoría, que reconoce la adicción como una enfermedad en Colombia y le envía un mensaje al sistema de salud de brindar ofertas de tratamiento.

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Los medios y la paz

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

 

"Pensar que la libertad de prensa está por encima todo, es equivocado": senador Juan Manuel Galán.

Los medios de comunicación son herramientas de construcción de los imaginarios de paz. Esto, les impone el deber de hacer un cubrimiento noticioso veraz, bajo el convencimiento de que su narrativa frente a la guerra o a la paz, será guía poderosa de las opiniones y actitudes ciudadanas.

Sabemos que el ejercicio del poder político es un escenario cada vez más abierto a la mirada de los medios de comunicación; los mandatarios y sus acciones son constantemente registrados a través de videos, reportajes o fotografías, que permiten conocer detalles sobre la toma de sus decisiones y formar opiniones en favor o en contra de ellas. Esto, convierte a los medios de comunicación en protagonistas de decisiones colectivas y consensos, y les da la posibilidad de incidir en el rumbo de un país.

Ahora, en un contexto de transición hacia la paz, estos puntos se vuelven cada vez más relevantes. Como lo cita el modelo de análisis del profesor Gadi Wolsfeld, sobre la influencia de los medios de comunicación en los procesos de paz en Israel-Palestina, Suráfrica, e Irlanda del Norte, hay cuatro aspectos en los que los medios de comunicación dentro de un proceso de paz, tienen gran influencia: En la definición de la atmósfera política; la naturaleza del debate, el impacto sobre el comportamiento de los participantes y la visibilidad pública de los actores de la negociación. Colombia, gracias al reciente proyecto de ley sobre el plebiscito, se enfrentara en pocos meses a masivas campañas de comunicación, en favor o en contra de la refrendación de los acuerdos de paz, alcanzados en Cuba.

Este escenario por el SI y por el NO, se desarrollara a través de programas de radio, debates televisivos y análisis de prensa que esperamos asuman su papel pedagógico, para brindarle a la ciudadanía un panorama completo del acuerdo final para la terminación del conflicto, más allá de convertirse en instrumentos dirigidos por el afán de aumentar el rating, situación que puede causar serios problemas a una sociedad.

Pensar que la libertad de prensa está por encima de cualquier consideración, es equivocado. Este principio de libertad no es un principio absoluto, sino que esta mediado por la responsabilidad social en la función de comunicar y formar opinión y limitado por la obligación de no incentivar la violencia, el delito, o hacer apología de la discriminación y el odio. Esperamos que estas sean siempre las coordenadas que guíen el trabajo de los medios de comunicación en este momento histórico para Colombia.

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Isagen: preguntas sin respuesta

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

 

Frente a la venta de ISAGEN surgen nuevas preguntas. De un lado quienes están a favor, hablan de la energía como un recurso económico cuya venta, traerá impactos positivos a largo plazo en materia de desarrollo y competitividad. En la orilla contraria, encontramos argumentos que ven en la empresa de energía, un recurso estratégico de seguridad nacional y un elemento de soberanía que podría ponerse en riesgo.

Con más detalle, el Gobierno Nacional dijo que necesitaba vender su participación accionaria en ISAGEN para conseguir recursos y financiar la construcción de nuevas y modernas vías. Dicho de otra manera, para entregar el aporte necesario a las asociaciones que estarán a cargo de las concesiones viales de cuarta generación. En esta línea, se argumenta que invertir los recursos públicos en infraestructura vial más que en ISAGEN, lograría un retorno más alto de la inversión y un impacto directo, en el aumento del comercio exterior y del turismo en Colombia.

En el otro extremo nos encontramos con sindicatos, expertos en la materia, políticos y organismos de control, que han dicho que ISAGEN es un recurso estratégico de seguridad nacional, que de subastarse pondría en riesgo la soberanía energética del país. La venta según ellos creará una situación de incertidumbre frente a los precios del servicio, la cobertura nacional, el control de mercado y la oferta nacional.

Lo cierto es que con o sin vías de última generación, o cambios en las tarifas a mediano plazo, el resultado directo de la venta de ISAGEN será un déficit de utilidades netas cercanas a los 437.000 millones de pesos anuales (de acuerdo con lo reportado en el 2014). Por esta razón, es necesario cambiar las preguntas que hacemos por otras que nos muestren por ejemplo, ¿Cómo será la regulación del mercado de la energía sin la participación accionaria del Estado? ¿Quién responderá por la cobertura del servicio en áreas rurales poco rentables? y ¿Se mantendrán los recursos destinados a la búsqueda de formas alternativas de energía, que se están desarrollando?

Si el Gobierno Nacional deja de ser actor dentro del mercado energético; la pregunta clave es ¿A qué costo vamos a hacerlo? Por eso, las nuevas preguntas deben ser respondidas para saber cómo aseguramos la estabilidad de tarifas para el usuario, la cobertura rural y la calidad en la prestación del servicio. Que la venta beneficie a todos, no a unos pocos.

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Desafíos para la transición de poder regional

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán.

 

Desde el Congreso, estaremos muy atentos a denunciar procesos de empalme inconclusos, uso indebido de bienes, y actos de corrupción que comprometan a funcionarios públicos.

Bogotá D.C., enero 8 de 2016 - Comenzó el 2016! Luego de los brindis y festejos que acompañaron la despedida del 2015, viene la bienvenida a lo que nos depara el nuevo año. El 1º de enero, trajo para todos los territorios del país, nuevos mandatarios locales. Por eso, hacemos un llamado para que el primer paso que se dé en el 2016, este guiado por los intereses de los colombianos, y por un empalme exitoso entre administraciones entrantes y salientes, libre de egos y de enemistades, obras inconclusas y en general de polémicas que debilitan nuestras instituciones, afectando directamente a los colombianos y su sistema democrático.
La campaña electoral del 2015 se caracterizó por una gran controversia alrededor del otorgamiento de avales dentro de los partidos políticos.

Este proceso, que pretendía crear mecanismos para garantizar la transparencia en la elección de los candidatos, tuvo un efecto contrario: Si una persona no recibía un aval en un partido, acudía a otro que sí se lo daba; dos directores de partidos renunciaron por no estar de acuerdo con el manejo de los avales, y en algunas regiones del país, las contiendas electorales estuvieron empañadas por el origen de la financiación de sus campañas o los antecedentes penales del candidato.

Este escenario, obliga la presencia de veedurías ciudadanas desde los primeros días del 2016, con el fin de garantizar una efectiva transición de poder entre mandatarios locales y departamentales, asegurar la correcta administración de recursos territoriales y garantizar la participación social para hacer seguimiento al cumplimiento de los compromisos y funciones de las entidades públicas. No podemos permitir, la continuación de obras inconclusas que para el día de hoy suman 83 entre acueductos, centros educativos, complejos deportivos, hospitales, infraestructura vial, casas de justicia, plazas de mercado y comandos de policía y ascienden en su totalidad a 1.3 billones de pesos en todo el país, tampoco la malversación de recursos o el desconocimiento de obligaciones impuestas a los entes territoriales.

El control de la transparencia en la gestión pública de los gobiernos regionales o locales, es el mecanismo más idóneo para fiscalizar la gestión administrativa de los bienes y recursos públicos. Por eso, desde el Congreso de la República, estaremos muy atentos a denunciar procesos de empalme inconclusos, uso indebido de bienes, o irregularidades y actos de corrupción que comprometan a funcionarios públicos. El 2016 apenas está empezando, que sea un nuevo año de cambio y de transparencia.

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De la mata que mata a la mata que cura

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

 

El Senado de la República, aprobó el proyecto que regula el cannabis medicinal. Un proyecto que ha sido respaldado no solamente por una porción significativa de la opinión pública sino por la Academia Nacional de Medicina e incluso por representantes de la Iglesia en Colombia.

Se trata de un proyecto que busca permitir que los productos terapéuticos a base de cannabis, sean asequibles a todos los colombianos en condiciones de igualdad. Que se garanticen las condiciones de higiene y seguridad en los procesos de fabricación, comercialización y utilización de estos medicamentos. Que los nuevos productos  respondan a los estándares de calidad aceptados por la comunidad científica y finalmente, que controlemos el mercado para que el precio no sea un obstáculo para los pacientes de enfermedades crónicas y terminales, que quieran acceder a ellos como tratamiento.

Más allá de la desinformación que algunos han pretendido ronde este proyecto, lo único que se quiere garantizar es el acceso a un medicamento seguro, de alta calidad y que permita aliviar una situación de dolor para más de un millón de pacientes en Colombia.

Para lograr este propósito, el proyecto define una arquitectura institucional muy sencilla: el Ministerio de Salud, le dirá a los médicos como usar el cannabis  y a las universidades, como hacer investigación y promover el uso científico para fines exclusivamente médicos. El Ministerio de Justicia,  otorgará las licencias para producir o transformar el cannabis medicinal.

Este, no actuará solo; se apoyará en el  Instituto Colombiano Agropecuario-ICA para verificar el cumplimiento de los requisitos de los solicitantes y en el  Ministerio de Defensa, quien por intermedio de las fuerzas militares y la  Policía Nacional, llevará a cabo las actividades de inspección y vigilancia que sean necesarias.

Para terminar, debemos hacer una precisión. Aunque este proyecto de ley no creará ningún impuesto nuevo para el colombiano, si garantizará los recursos necesarios para las actividades de prevención y atención a los efectos no deseados de esta regulación; es decir,  para atender programas de prevención del consumo en menores y de atención a la adicción de consumidores problemáticos.

Estos recursos, serán recaudados a través de la solicitud de licencias de producción de medicamentos y del cobro de tarifas y contribuciones. En otras palabras, quien esté interesado en lucrarse, pagará de su bolsillo, los daños o las afectaciones que se puedan generar. Creo que no hay una forma más sencilla de presentarlo.

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Cannabis medicinal, evidencia científica e institucionalidad

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

 

"Las preguntas quedan sujetas al debate": 

Bogotá D.C., diciembre 7 de 2015.- El proyecto de ley que busca regular la producción de cannabis medicinal en Colombia, tiene opositores. El Centro Democrático es uno de ellos. Su argumento es la carencia de evidencia científica que permita al Congreso de la República decidir sobre el uso medicinal del cannabis. Este alegato, ignora de tajo la institucionalidad colombiana facultada para garantizar la seguridad y la eficacia de medicamentos en el país, y atribuye a los congresistas facultades para las que ni fuimos elegidos, ni estamos capacitados. Me refiero a la evaluación de la evidencia científica que respalda un nuevo medicamento.

En Colombia, es la Comisión Revisora del INVIMA, la que define si hay o no evidencia científica suficiente para un nuevo medicamento. Son ellos los que por su perfil y entrenamiento, deben garantizar a todos los colombianos la calidad de los medicamentos que pueden encontrarse en el mercado.

Pregunto al Centro Democrático si considera que los miembros de su bancada tienen una preparación más específica o precisa, para decidir sobre la seguridad y eficacia de un medicamento? Esto, teniendo en cuenta que en ninguna parte del mundo se abordan este tipo de discusiones a través de partidos políticos o de algún parlamento pues aquellas, son cuestiones que se delegan a las agencias sanitarias creadas por Ley.

Un ejemplo lo refiere la Agencia de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) sobre el Tapentadol; un analgésico para el tratamiento del dolor, elaborado por Grünenthal. En los documentos de la FDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS), queda comprobada la efectividad y el riesgo de adicción. Por esa razón, en Colombia, aunque la Comisión Revisora avaló el medicamento y el INVIMA otorgó registro sanitario, el Ministerio de Salud determinó que en virtud de su riesgo de abuso y de crear adicción debía clasificarse como medicamento de control especial, bajo estricta fiscalización del Fondo Nacional de Estupefacientes.

Este ejemplo me hace volver a mi pregunta inicial: ¿Acaso hay alguna justificación para que en el caso del cannabis se abandone la institucionalidad y normatividad del país en materia sanitaria, y se creen nuevos regímenes de fiscalización de usos médicos de las drogas? No hay acaso sustancias muchos más riesgosas y adictivas que el cannabis que actualmente se comercializan en el país, sin la mitad de restricciones que esta tendría? Las preguntas quedan sujetas al debate, que esperamos dar esta semana.

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Cooperación Internacional para nuestras víctimas

La comunidad internacional ha jugado un papel importante en el establecimiento de los diálogos entre las partes en conflicto. Ahora, es necesario volver la mirada de los países amigos a las víctimas.

Indudablemente el apoyo de la cooperación internacional a la política de asistencia y reparación integral a las víctimas, es pieza clave para el proceso de construcción de una paz sostenible e inclusiva; por eso el Congreso de la República celebró  el  "PRIMER FORO DE COOPERACIÓN PARA LA REPARACIÓN A LAS VÍCTIMAS EN EL MARCO DE LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ".

Este espacio, promovió el reconocimiento de la cooperación internacional como actor-fuente de conocimiento, experticia y recursos para el país. También resaltó al Gobierno Nacional como ejecutor de esa experiencia y socio encargado de orientar los esfuerzos hacia las prioridades nacionales; y del Congreso de la República, como actor garante de que esos roles se traduzcan en la materialización de la paz territorial.

La coyuntura que rodea nuestro proceso de paz, lo hace particular: Mientras se suceden las conversaciones, el conflicto armado subsiste generando un aumento en la población víctima. Además, persisten brechas territoriales y poblacionales en desarrollo.  La institucionalidad local y departamental es frágil para asumir los retos que trae el posconflicto.

Por todas estas razones, el Congreso de la República, a través de la  Comisión de Seguimiento a Ley de Víctimas, decidió supervisar la aplicación de esta Ley, con el fin de contribuir para que las acciones del Gobierno y los entes cooperantes, respondan de manera efectiva al reconocimiento de los derechos de las víctimas.

Creemos que debe existir una  sincronía real entre el Estado y los cooperantes internacionales. Se deben mejorar los niveles de articulación y coordinación temática y operativa entre entidades nacionales y locales, y que el Congreso de la República, dentro de su nuevo rol de paz, promueva escenarios de diálogo y articulación en el territorio, para facilitar la llegada de la oferta pública a las zonas de más difícil acceso en el país.

El caso de Colombia es particular. No hay camino andado. Por eso, es necesario construir ese camino en conjunto con los cooperantes, aprovechar sus experiencias, alineándolas con las expectativas nacionales y  asegurar la voz de los débiles en este proceso: las víctimas.

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Marihuana medicinal: Seguridad jurídica no se improvisa

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

 

"Es necesario pensar en cambios a largo plazo": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., noviembre 23 de 20015.- Se acaba de presentar un borrador de decreto sobre el uso medicinal de la marihuana. Este decreto, está escrito en el marco del Estatuto Nacional de Estupefacientes; una ley promulgada en la década de los 80s cuando la guerra contra el narcotráfico y la respuesta estatal represiva, eran las únicas formas de atender el caos y la barbarie de la época. ¿Acaso esa ley 30 de 1986, refleja hoy día las realidades del siglo XXI y permite una regulación integral del uso medicinal del cannabis?.

Este decreto presenta serios cuestionamientos legales que pueden traer consigo demandas de inconstitucionalidad por extralimitación de funciones. Sin embargo, déjenme en esta ocasión mostrarles porque es indispensable que el cambio en la política de drogas, se de a partir de una Ley de la República, más allá de un decreto fruto de la decisión de un gobernante o de un acto presidencial. Existen tres razones fundamentales por las que Colombia necesita una ley de la República para regular el uso medicinal del cannabis.

En primer lugar, porque solo el Congreso de la República puede crear los recursos financieros que necesitara el Estado para poner en marcha el nuevo modelo de regulación y para atender los problemas de consumo interno que tiene hoy el país. En segundo lugar, porque para que el nuevo modelo pueda ser controlado y supervisado por el Estado colombiano, se necesita un régimen de sanciones que solo puede ser creado por ley. Finalmente, porque para materializar el nuevo modelo y evitar lo que sucedió con la ley 30 del 86 que se quedó en el papel, es necesario hacer una reingeniería institucional que defina funciones y responsabilidades, en la rama ejecutiva para que su desarrollo no se retrase.

Así, al decreto presentado por el Gobierno Nacional, aunque bien intencionado, le hacen falta mecanismos para la financiación de programas y política pública en salud dirigida a la prevención, la reducción del daño y al tratamiento que se requiera, carece de un sistema de faltas y sanciones para quienes contravengan sus disposiciones y también, una nueva arquitectura institucional con roles y responsabilidades específicas que permitan poner en práctica el modelo diseñado. Por todo esto, es necesario pensar en cambios a largo plazo y no en soluciones transitorias e intrascendentes. No lo olvidemos: nada remplaza al debate democrático y legislativo.

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Código disciplinario y consumo de sustancias

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

 

"Son sus usos los que deben regularse": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C. noviembre 17 de 2015.- Si lo que el nuevo Código Disciplinario busca es castigar el uso indebido de ciertas drogas, lo que debe sancionarse es su uso sin prescripción médica o el uso recreativo de estas sustancias. No la sustancia misma. Hace poco se debatió el proyecto del nuevo Código General Disciplinario.

Este proyecto incluye sanciones para el funcionario público que consuma sustancias prohibidas que produzcan dependencia física o síquica en el sitio de trabajo o en lugares públicos. Al respecto, no solamente vemos con sorpresa que se sancione una conducta como el consumo en lugares públicos que en principio no está asociada a la jornada de trabajo, y que ha sido entendida como el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad; sino también, sorprende el mantener la idea de que son las sustancias y no sus usos indebidos, los que merece sanción y castigo de la ley.

Actualmente en el mercado y en la legislación colombiana existe una gran variedad de sustancias que aunque son catalogadas como drogas o estupefacientes, han sido prescritos por un profesional de la medicina para usos lícitos. Solo por citar algunos ejemplos, pensemos en un paciente que deba asistir a su lugar de trabajo bajo el efecto de una sustancia estupefaciente como la morfina debido a que su médico la ha prescrito como tratamiento para un diagnóstico de cálculos renales; o el caso de un médico que prescribe a un servidor público tranquilizantes para el manejo de problemas de sueño o de ansiedad; o un trabajador que deba consumir tabletas de fenobarbital para controlar sus convulsiones.

En todos estos casos, nos encontramos frente a sustancias que producen dependencia en el cuerpo humano pero que representan mayores beneficios que riesgos, en relación con la calidad de vida del paciente. Sin embargo, en el marco del nuevo Código Disciplinario, estos casos conllevarían sanciones como faltas graves o gravísimas para el trabajador.

No perdamos de vista lo esencial: NO SON las sustancias consideradas en sí mismas las que deban ser prohibidas o sancionadas por la ley, sino por el contrario, es el uso que a ellas se les dé, el que debe merecer la mirada del legislador. Una sustancia no por ser droga o estupefaciente se convierte en ilícita o prohibida, pues muchas de ellas son utilizadas por la ciencia médica. Son sus usos los que deben regularse a través de proyectos como el código disciplinario.

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"Los tiempos para la paz"

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

 

"Ahora, el Congreso debe hacer su aporte a esa paz": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., noviembre 9 de 2015.- La aprobación del Acto legislativo para la paz, permitirá garantizar el cumplimiento de los acuerdos que se realicen en la Habana. En otras palabras, el texto que aprobó en días pasados el Senado de la República crea el instrumento para un proceso legislativo ágil, efectivo y fiel a los principios constitucionales, que asegurará el desarrollo del acuerdo firmado.

Sabemos que el objetivo final de estar dialogando con las FARC por más de 3 años, no es lograr la firma de un acuerdo sino la construcción de una paz estable y duradera. Para eso, la firma del papel es solo el primer paso. Lo que queda, es construir confianza entre las partes para que se pongan en marcha los consensos logrados o lo que es lo mismo, atacar el mayor riesgo en un proceso de paz: el resurgimiento de la violencia por el incumplimiento de compromisos y la reapertura de negociaciones que se habían cerrado.

La tesis de que para asegurar la paz luego de la firma de un acuerdo, es necesario contar con un procedimiento ágil de reformas constitucionales y legales, no es nuevo. Esto, está ampliamente demostrado en experiencias internacionales que indican que la fase de implementación de los acuerdos es el componente más importante para lograr la estabilidad de la paz.

En ese marco, encontramos por ejemplo el proceso en Bosnia. Durante el primer año de vigencia de los acuerdos, el Estado logró ejecutar el 72% del acuerdo de paz y en el segundo año realizó por completo las reformas constitucionales que eran necesarias. El caso de Irlanda del Norte, también es un caso de éxito en la fase de práctica y consolidación de la paz pues durante el primer año se cumplió por completo el acuerdo y hoy día, este país es uno de los más avanzados en el proceso de implementación.

Es necesario resaltar que los ponentes de este proyecto, fuimos especialmente cuidadosos en la redacción del nuevo procedimiento legislativo y de las facultades extraordinarias para que aquellos se limitaran exclusivamente al desarrollo de los acuerdos de paz. Así, los organismos de control mantienen la posibilidad de intervenir para verificar el cumplimiento cabal de las facultades extraordinarias, y la Corte Constitucional queda plenamente facultada para hacer el control constitucional de las leyes expedidas. La relación directa entre la capacidad de poner en práctica acuerdos y la estabilidad de la paz, está más que demostrada. Ahora, el Congreso debe hacer su aporte a esa paz.

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Del mito al dato: nueva política de drogas

Opinión del senador Juan Manuél Galán

 

"El debate deja conclusiones alarmantes": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., mayo 20 de 2015.-El Senado de la República, dio esta semana un debate sobre aumentar la edad de consumo de alcohol en el país, e implementar medidas represivas para atender el uso de estupefacientes. El debate, convocó a las más importantes autoridades del Gobierno Nacional para abordar el problema del uso de sustancias licitas e ilícitas en Colombia y presentó preocupantes cifras de aumento de consumo en infancia y adolescencia.

Compartimos la preocupación por la salud de nuestros jóvenes y menores de edad, sin embargo, la implementación de medidas coercitivas o sancionadoras no resolverá el problema; por lo que se requiere abordar una regulación inteligente, enfocada, fundamentada en evidencia empírica y científica, privilegiando prevención y tratamiento. Es necesario promover espacios de discusión abierta, que provean información actualizada sobre la magnitud y las características del consumo de drogas y alcohol en Colombia, para re direccionar la política existente y construir un nuevo enfoque en derechos humanos y salud pública.

En este marco, el debate deja conclusiones alarmantes: Por ejemplo, que el mayor consumo de bebidas alcohólicas y de sustancias ilícitas se presenta entre jóvenes de 18 a 24 años; que la marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo en Colombia principalmente en departamentos como Antioquia, Quindío, Risaralda, y Meta; y finalmente, que alrededor de 2.6 millones de personas tiene un consumo que puede ser considerado problemático en el país. Los estudios presentados, no solo muestran que el consumo está creciendo y que hay un mercado de drogas emergentes entre los usuarios, sino que la edad de inicio esta descendiendo o lo que es lo mismo, que el consumo está creciendo entre los menores de edad.

Por todo esto, es necesario actuar. Si en algo estamos de acuerdo, es que ninguna droga es sana, todas causan algún tipo de daño según la dosis y frecuencia de consumo. Sin embargo, prohibirla o legalizarla como única alternativa, no es una solución real al problema. El Ministerio de salud ha dicho que de dos consumidores de drogas, uno tiene consumo problemático, ya sea físico, psíquico, familiar, laboral o social, eso nos da alrededor de 2.6 millones de personas que necesitan que estos debates transciendan las curules del Congreso. El punto de partida para una nueva política, es construir evidencia a través de investigación para pasar del mito al dato.

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Partidos: el eslabón perdido de la democracia

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

La jornada electoral finalizó y ya mucho se ha dicho sobre el nuevo mapa político, sus presuntos ganadores y perdedores. Sin embargo, en un análisis más histórico que coyuntural, más racional que emocional, es necesario reconocer que el gran perdedor de la jornada, siguen siendo los partidos políticos. Hace décadas sufren erosión como institución democrática, y se han convertido en meras maquinarias electorales que deben aliarse en coaliciones cada vez más incoherentes para mantener el poder.

Es representativa la oleada de inscripciones por firmas que se dio en las recientes elecciones; recordemos que 810 candidatos se inscribieron apoyados por firmas de los ciudadanos para participar por una curul en las elecciones de octubre. Esto, evidencia la incapacidad de interpretación en los partidos políticos. De hecho, la reciente encuesta de CIFRAS Y CONCEPTOS  de 2014 que entrevistó a 5.000 jóvenes entre 18 y 25 años, arrojó que el 41% de los encuestados no siente afinidad con ningún partido político; y la última encuesta de CULTURA POLÍTICA realizada por el DANE, encontró que el 37.7% de los entrevistados confiaba poco en los partidos políticos y el 27.3% no confiaba nada. Esto, sumado al hecho de que el 47,2% de la población entrevistada dice que nunca ha votado porque la política es corrupta y el 43,4% porque los candidatos prometen y no cumplen.

Así, elección tras elección uno ve un proceso de debilitamiento estructural de los partidos políticos. Esto, permanece como una constante histórica que nos obliga a preguntarnos qué podemos hacer para recuperar lo que Larry Diamond llama "el eslabón perdido de la democracia". Sigue en veremos un proceso de renovación, que traiga nuevas prácticas que recuperen el sentido ético en la política, con nuevos líderes así como crear una cultura de "uso de buen retiro" en la política colombiana por parte de algunos que en ocasiones taponan la necesaria renovación generacional. Deben surgir nuevas generaciones de jóvenes, con nuevas interpretaciones y formas de representar a sus electores, sintonizados con las causas sociales liberales modernas como la defensa de los derechos de los animales.

En conclusión, es necesario fortalecer los mecanismos de democracia interna y renovar los liderazgos públicos para así, lograr mayor sintonía con el electorado; ese electorado que se está sintiendo cada vez más ajeno a los intereses partidistas y cada vez más cercano a candidatos independientes que se presenten incluso como anti políticos.

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¿El poder para qué?

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

A lo largo de una carrera política, uno se encuentra con las aspiraciones de muchas  personas que luchan por cargos de elección popular y que quieren ser candidatos y llegar a una Alcaldía, un Concejo Municipal, al Congreso de la República e inclusive a la Presidencia. Sin embargo, no todos ellos cuentan con la determinación, el carácter y el propósito de llegar a un cargo público para servir a su ciudad o su departamento. Causa dolor recorrer la geográfica colombiana y ver que muchos tienen otros intereses, utilizan el intercambio de favores individuales y el derroche de dinero en las campañas, para convertir la contienda electoral en una mera estrategia publicitaria, propia de cualquier producto de consumo.

La libertad política de los electores debe ser defendida del condicionamiento, la manipulación que comprometen el sistema electoral y la legitimidad de nuestra democracia. Me refiero a que hay que protegerlos contra las amenazas de perder un empleo o un subsidio si no votan por determinadas listas o de perderse de un beneficio económico por no elegir determinado candidato. Estas conductas, como lo dijo Luis Carlos Galán, se convierten en verdaderas amenazas contra la auténtica libertad del pueblo, para escoger a sus gobernantes. Es necesario recuperar la fe perdida de los ciudadanos en la política y comenzar a reemplazar viejas prácticas electoreras por formas de hacer política con integridad, honestidad y con un sentido ético de servicio.

Devolverle la majestad a la política, es la mejor manera de proteger a los electores. Por eso ahora que atravesamos un proceso de paz, en el que estamos esperanzados y esperamos ponerle fin a 60 años de conflicto armado, yo preguntaría quienes son más violentos: los guerrilleros de las FARC? o los políticos corruptos que compran conciencias, que compran votos y que se apropian del presupuesto de la contratación para hacer negocios de lucro personal. El comienzo del proceso de paz está en que todos los ciudadanos tengan conciencia de sus derechos y de sus deberes. Le pondremos fin a la guerra en Colombia cuando se acaben las prácticas corruptas e ilegales en la contienda electoral y en el ejercicio de lo público.

Lo que se necesita, además del llamado de alerta al elector, es el compromiso de los partidos de cambiar la cultura política en la administración del estado y pasar de intereses burocráticos o contractuales a la interpretación de los ciudadanos. El poder para qué? El poder para servir el interés general de los colombianos.

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Los ausentes nunca tienen razón

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

Mi padre Luis Carlos Galán decía: "los que compran votos, atropellan la libertad política de los colombianos y generan violencia". Yo agregaría que el que vende su voto, se convierte en cómplice de los primeros y empeña su futuro y el de su familia. Los desafíos a los que nos enfrentamos en las próximas elecciones son muy grandes: Desde el uso de la fuerza y la intimidación contra los electores, pasando por graves denuncias de corrupción en los procesos de elección, hasta la apatía de ciudadanos que deciden vender su voto, a empresas políticas.

Empecemos por los primeros: el uso de la violencia, la intimidación y la corrupción se han convertido en  irregularidades electorales constantes en los procesos de elección. La Misión de Observación Electoral –MOE- acaba de publicar el mapa consolidado de riesgos electorales para las elecciones de 2015 y según el informe, alrededor de 204 municipios presentan algún nivel de riesgo electoral. Especial atención merecen 10 municipios del país que según el estudio de la MOE, se han mantenido durante 13 años en riesgo extremo. Entre ellos aparecen Ituango en Antioquia, La Montañita y San Vicente del Caguán en Caquetá, San José del Palmar en Chocó, Algeciras en el Huila, Uribe en el Meta, San Calixto y Tibú en Norte de Santander y Arauquita y Fortul en Arauca.

Frente a los riesgos de violencia y corrupción, el mejor antídoto es la participación electoral, la superación de la apatía y el aumento del nivel de exigencia de los ciudadanos a sus autoridades locales. Es urgente superar el sentimiento de impotencia que inunda a algunos electores que ven cada vez más distante la solución de sus problemas cotidianos a través de la administración pública. Es en los gobiernos locales y en la vida común, donde se construye la democracia, donde se combate la corrupción y  se obliga a que las autoridades públicas no sean  empresarios en busca de un interés particular. Sabemos que el punto más débil de una democracia es la apatía de sus ciudadanos y que esta, se convierte en una complicidad velada de  prácticas fraudulentas. Por eso, no solo hay que denunciar a quienes compran el voto, sino también hacer un llamado a no venderlo, por el contrario, a pedir el  tarjetón, marcarlo y depositarlo en las urnas, como signo de resistencia y oposición a la corrupción. Los ausentes nunca tienen razón.

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La verdad: El camino hacia el perdón

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán.

 

A Colombia le ha costado mucha sangre construir Estado. Su institucionalidad se ha levantado a través de los años, sacrificando generaciones enteras y en medio de la violencia más cruda que podamos recordar.

Hoy, esa institucionalidad es lo suficientemente sólida para soportar el estado excepcionalísimo de un proceso de paz que nos va a permitir ponerle fin a un conflicto que lleva más de seis décadas y que ha dejado, muchos muertos en el camino. Entre ellos a mi padre. Digo esto como víctima, pero no en representación de mi familia, ni mucho menos de las más de siete millones de víctimas que ha dejado el conflicto armado en este país.

Yo, estaría dispuesto a renunciar a cualquier acción judicial contra los asesinos de mi padre, a cambio de conocer la verdad de lo que sucedió, las razones sobre por qué lo asesinaron y los detalles de la participación de  narcotraficantes del cartel de Medellín y Cali; de los paramilitares del Magdalena Medio; de políticos colombianos cómplices y coautores, incluso de los organismos de seguridad del Estado, DAS, Policía y Ejército quienes tuvieron participación en su muerte.

Estamos entrando en uno de los debates más importantes de este proceso de paz: la definición de justicia. Por eso, necesitamos preguntarnos cuál es el grado de justicia que estamos dispuestos a sacrificar para acometer la paz y luego, debemos ponernos de acuerdo como pueblo colombiano en esa definición. Llegarán algunos que solo entiendan la justicia como pena tras una prisión, otros buscarán castigos en forma de penas alternativas a la cárcel y otros más, apelarán a encontrar sanciones que incluyan aportes a la verdad, la reparación y a la garantía de no repetición.

Yo creo que las experiencias de procesos de paz en otros países, muestran nociones de justicia amplias como la justicia restaurativa. Esta, aunque es dolorosa para las víctimas porque las obliga a revivir la experiencia de dolor y de trauma que sufrieron en medio del conflicto, es liberadora porque permite alcanzar la reconciliación, que debe ser el propósito final de este proceso.

Busquemos la manera de resolver los problemas históricos de este país, más allá de esconderlos tras la puerta. Que un victimario esté tras una cárcel realmente no sana las heridas de una víctima, lo que en realidad las cura, es conocer y alcanzar la verdad, que tanto hemos esperado.

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SIN LAS MUJERES: IMPOSIBLE GANAR LA PAZ

SIN LAS MUJERES: IMPOSIBLE GANAR LA PAZ

El Congreso de la República tiene en sus manos la reforma constitucional sobre el procedimiento legislativo especial, que permite cumplir los acuerdos de la Habana. Este es un momento histórico y por eso, deben evaluarse con cuidado los mecanismos transitorios que se quieran incluir en la norma y garantizar la participación de quienes de la mejor manera, pueden liderar el proceso de reconstrucción en nuestro país. 

Me refiero a las mujeres, a reforzar su presencia en la comisión legislativa para la paz, es decir, en el mecanismo transitorio que tramitara en un procedimiento abreviado, los proyectos de reforma constitucional y de ley que sean necesarios para el desarrollo de los acuerdos con las FARC. Ellas han sido pieza clave, incluso durante los momentos mas difíciles de las negociaciones. Recordemos que en uno de los momentos más críticos, el Presidente de la República incluyó a dos mujeres en el equipo negociador de la Habana: María Paulina Riveros y Nigeria Rentería quienes jugaron un papel definitivo en la planeación del proceso y la generación de consenso entre las partes. 

Es en este marco, que hemos querido introducir algunas modificaciones al llamado procedimiento legislativo especial para la paz, en relación con la participación de mujeres en el acuerdo final. Esto, se propone no solamente por su talento para la conducción de un proceso de reconciliación sino también, siguiendo los fallos de la Corte Constitucional que han reconocido el impacto desproporcionado del conflicto armado interno en las mujeres colombianas y los pronunciamientos de organismos internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU que a través de la Resolución 1325, se pronunció sobre el rol trascendental de las mujeres en los procesos de negociación y construcción de la paz. 

Si en realidad queremos ganar la paz, es necesario hacerlo de la mano de las mujeres quienes conservan no solo la memoria del dolor que han sufrido sino también  la fuerza de espíritu para superarlo. Por todo eso, aumentar el número de mujeres congresistas que integrarán la Comisión Legislativa para la Paz, se convierte en una medida de reconciliación, prevención de la violencia y búsqueda de reconstrucción del tejido social. Las mujeres son modelo de comportamiento en sociedades que hasta ahora empiezan a reconocerlas y valorarlas de manera justa. Este es el momento de fortalecer su papel como ciudadanas y hacerlas líderes del proceso de transición.

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Justicia Transicional y Restaurativa

Columna de opinión del senador Juan Manuél Galán

"Esta semana se dio un histórico paso en el proceso de paz": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., septiembre 28 de 2015.- La paz, ya comenzó en la Habana con un apretón de manos. Ahora viene el camino más largo y difícil, unir nuestras propias acciones en la búsqueda del mismo propósito.

Esta semana se dio un histórico paso en el proceso de paz, el presidente Santos se reunió con Rodrigo Londoño Echeverri, alias 'Timochenko', comandante máximo de las Farc para firmar el punto del acuerdo sobre justicia transicional y víctimas. También anunciaron que a más tardar en el mes de marzo de 2016, se firmaría el acuerdo final.

Estoy convencido de que hacernos la pregunta sobre nuestra contribución a la paz en Colombia, pasa por una mirada a las víctimas y hacia la manera como recomponemos la convivencia en una sociedad rota por la guerra. Por eso, más allá de los avances alcanzados en Cuba sobre desarrollo rural, la participación política e incluso el problema de las drogas ilícitas, es necesario centrar nuestros esfuerzos en el sufrimiento humano y en el diseño de las condiciones necesarias para la no repetición de esta cadena de violencia. Celebro que ese también haya sido el tono en los pronunciamientos de esta semana. De un lado, el presidente Santos al hablar del nuevo sistema de justicia transicional, hizo énfasis en que esta jurisdicción debe satisfacer ante todo los derechos de las víctimas.

Por su parte, Rodrigo Londoño afirmó que hará lo que esté a su alcance, para lograr la paz sobre cimientos de verdad y reparación. Es indispensable que la condición de víctima sea transitoria y no un estado permanente. Ese debe ser el marco sobre el que se construya el modelo de justicia transicional y restaurativa. Un modelo que evite que los sentimientos de impotencia sigan definiendo el destino de las víctimas. Un modelo que por el contrario, restaure y rehabilite a quienes más han sufrido y que este dirigido a buscar la verdad, abriendo espacios de control social en temas de reparación de víctimas y esclarecimiento de hechos de guerra.

Las cifras a la fecha son alarmantes, siete millones y medio de víctimas, más de doscientas veinte mil personas muertas durante 50 años de guerra y millones de personas desplazadas por la violencia. Hay que garantizar que esto no vuelva a pasar. Así, además de una paz sin impunidad, buscaremos una paz con garantías de no repetición.

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Reconocer a los animales

Columna de Opinión del Senador Juan Manuel Galán.

Históricamente, la sociedad ha evolucionado hacia la modernidad y el reconocimiento de derechos. La conquista de esos derechos ha sido fruto de movimientos sociales que desafían el statu quo y se atreven a proponer cambios sociales. Esto, ya sea porque buscan la reivindicación de derechos para las minorías o el reconocimiento de garantías que nunca han tenido. 

Así, encontramos por ejemplo que desde mediados de los años cincuenta la segregación racial en Estados Unidos se volvió intolerable, por las fuertes presiones que ejercieron grupos como el movimiento de los derechos civiles sobre el gobierno y la indignación del pueblo americano, frente al racismo y la segregación. 

En el avance en la protección de los derechos de la mujer, los movimientos feministas también han sido motor de cambio social. Gracias a sus demandas, el  logro del derecho a la igualdad, al voto, al trabajo, entre otros, han sacado de la oscuridad la problemática de las mujeres.  También, han logrado posicionar sus demandas sociales como algo que va más allá de un problema de género, para convertirse en una pregunta por la definición que le damos al ser humano y por el lugar que este tiene en nuestra sociedad. 

Los anteriores son claros ejemplos del impacto que la evolución cultural y tiene sobre las sensibilidades sociales. Ahora, somos testigos del trabajo que desde diferentes asociaciones de veterinarios, zootecnistas, animalistas y víctimas de maltrato animal, se viene realizando para lograr el reconocimiento de una nueva relación con estos seres vivos. Se trata de desarrollar una nueva sensibilidad que podría tener efectos directos en la relación que cada uno establezca con sus propios congéneres y que entendería a los animales como seres sintientes o emocionales, objeto de amor y cuidado, más allá de un bien o una propiedad dentro del ordenamiento jurídico.

Desde esta perspectiva, estamos avanzando en un nuevo proyecto de ley que busca actualizar los deberes, obligaciones y las sanciones que recaigan sobre el maltrato animal, creando  un nuevo tipo penal para difundir de manera solemne el respeto y el cuidado que merecen los animales. Somos conscientes que será un proceso cultural largo y dispendioso. Sin embargo, creemos que este nuevo cambio legislativo, se convierte en una herramienta más, para evitar la recurrencia de la violencia y el maltrato en el país.

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Marihuana para aliviar

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán

 

"No por ser una medicina, es inofensiva": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., septiembre 14 de 2015.- La ley en Colombia, permite el consumo de estupefacientes cuando existe prescripción médica. Sin embargo, no hay un marco regulatorio que desarrolle el precepto constitucional para el cannabis medicinal, que permita un acceso seguro a productos farmacéuticos de calidad, a precios controlados en todo el territorio nacional.

Los principios rectores en la nueva ponencia sobre cannabis medicinal son seguridad, acceso, calidad y precio cuando se trate del consumo de estos productos terapéuticos. En síntesis, lo que pretende el proyecto de ley es permitirle a todos los colombianos que sufren enfermedades crónicas o terminales, que en condiciones de igualdad, bajo un marco de no discriminación, accesibilidad física, y asequibilidad económica, puedan obtener gotas, ungüentos o vaporizadores terapéuticos a base de cannabis.

Resulta fundamental garantizar condiciones de higiene y seguridad en los procesos de fabricación, comercialización y utilización final de cualquiera de estas sustancias. Esto, dado que los medicamentos que se pretenden regular con esta ley, deben responder a estándares de calidad aceptados por las comunidades científicas.

Este proyecto, busca además regular los precios de las sustancias farmacéuticas a nivel nacional, es decir, garantizar un precio que les permita a los pacientes de enfermedades crónicas y terminales, acceder a estos medicamentos.

Este esfuerzo de regulación, que no es de legalización del uso recreativo de la marihuana, ofrece a los colombianos una herramienta compasiva para el manejo de los síntomas provocados por enfermedades crónicas como la diabetes, la epilepsia, el Alzheimer, el cáncer o la esclerosis. Al mismo tiempo, responde de forma eficaz a las consecuencias negativas que ha traído un enfoque prohibicionista de las drogas, pues incluye un componente pedagógico para concientizar y prevenir los riesgos para la salud del consumo problemático del cannabis.

No por ser una medicina, es inofensiva. Por eso, atenderemos de manera efectiva el consumo de esta sustancia en menores de edad, creando obligaciones para toda la comunidad educativa. Ahora, no solo los colegios y sus directivas deberán atender este asunto, sino también deberán hacerlo los educadores, padres de familia o acudientes de los estudiantes, egresados, directivos docentes y administradores escolares. En conclusión, el problema del consumo ahora será un asunto de todos, ya no habrá lugar a que las Instituciones o la familia se "tiren la pelota". Todos somos responsables de la prevención.

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El Interés Nacional

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán

Mientras escribo esta columna, más de 8.300 colombianos han salido de Venezuela, incluyendo a más de 1.380 deportados de los cuales más de 200 son menores de edad. Esto es infame. La violación de los derechos humanos de nuestros compatriotas no es un asunto únicamente de Colombia. De la misma manera, que las muertes de los refugiados en el mar Mediterráneo no es un asunto únicamente de Siria, ni cosa de Afganistán, ni exclusivamente un tema de los europeos.

 

Se trata de un asunto que le compete a toda la comunidad internacional. Si olvidamos eso, en realidad estamos olvidando parte de nuestra humanidad. Martin Luther King dijo alguna vez: “La injusticia en cualquier lado constituye una amenaza para la justicia en todos lados. Estamos atrapados en una red inescapable de mutualidad, atados por una única prenda del destino. Lo que afecta a una persona directamente nos afecta a todos indirectamente."

 

Por eso, al margen de nuestras nacionalidades o nuestros lugares de origen, las violaciones sucesivas a los derechos de cualquier ser humano, deben ser un llamado a nuestra solidaridad y a nuestra humanidad. Por esta razón, hoy día en el marco del Derecho Internacional, la obligación de respetar los Derechos Humanos se constituye en una responsabilidad que tiene cada estado no solo con las víctimas directamente, ni siquiera con el Estado del cual ellas son nacionales, sino con la comunidad internacional en su conjunto.

 

Así Colombia debe ir sin demora, ante la organización internacional de vocación universal, las Naciones Unidas y en particular al Consejo de Derechos Humanos, para discutir y  analizar la situación de los colombianos de frontera. Es urgente que Colombia haga una presentación formal de lo ocurrido con nuestros connacionales, para que la comunidad internacional en todo su conjunto fije una posición frente a los hechos causados por el régimen de Maduro.

 

No es hora entonces de hacer llamados oportunistas a la renuncia de la Canciller, ni de responsabilizar de manera personal al Gobierno por el manejo de esta crisis. Por el contrario, es la hora de demostrar que podemos unirnos en torno a la defensa del interés nacional, que es la defensa de nuestros connacionales, que es la defensa de todos nosotros, juntos.

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Víctimas del Presupuesto

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán

"Plan financiero que acompaña la ley de víctimas no incluye costos reales": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá. D.C. agosto 31 de 2015..-La Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas, ha dicho que no hay dinero para el cumplimiento de la ley. De manera más precisa, la comisión calcula que hay un faltante de 33,6 billones de pesos para garantizarles a las víctimas sus derechos de indemnización y vivienda y que los recursos destinados para la reparación integral, se han estancado en niveles cercanos al 2% del Presupuesto General de la Nación, desde hace 5 años. En respuesta, el Gobierno Nacional ha dicho que cuando se proyectó la ley 1448, en el 2011, había alrededor de 4 millones de víctimas y hoy esta cifra alcanza 7,3 millones de personas.

Sumado a esto, afirmó que al inicio de la implementación de la ley, sólo se permitían las indemnizaciones para afectados por hechos distintos al desplazamiento. Sin embargo, años después, a través de un fallo de la Corte Constitucional, se ordenó indemnizar también a todos aquellos que fueron expulsados de sus territorios, generando un costo adicional para su financiación.
Es necesario aclarar estas cifras y establecer cuál es el monto de las apropiaciones que está haciendo el Gobierno Nacional para cumplir con los objetivos de la reparación a las víctimas. Esto, no solo por la urgencia de atender la violación de sus derechos, especialmente los de la población desplazada, sino también, porque desde el 2004 por estos hechos y la insuficiencia de la respuesta del Estado Colombiano, la Corte Constitucional se vio obligada a declarar el Estado de cosas inconstitucional en materia de desplazamiento forzado. La situación, persiste.

Esta declaración le impone al Gobierno Nacional la obligación de materializar el goce de derechos de la población víctima de desplazamiento forzado a través de las apropiaciones presupuestales necesarias; so pena de sancionar el desacato de los funcionarios del alto gobierno al mandato judicial. En este marco, podría declararse la inconstitucionalidad del Plan Nacional de Desarrollo si se constata que no se han cumplido las órdenes dictadas en la sentencia T-025 y que el plan financiero que acompaña a la ley de víctimas no incluye los costos reales de las medidas en ella contenidas.

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Solución final y consumo adolescente

Columna del senador Juan Manuél Galán

 

"Estamos en mora de abrir un debate franco y sincero": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., agosto 24 de 2015.- Ni la solución final, ni campos de concentración para menores de edad que consumen sustancias psicoactivas. La Personería Distrital hace unos días, planteó la posibilidad de crear instituciones educativas exclusivas para menores que tuvieran problemas de consumo y adicción. Algo así como un lugar de concentración únicamente para jóvenes y niños estigmatizados por consumir sustancias. Otros centros educativos, han decidido abordar esta situación expulsando a los estudiantes durante el periodo académico o impidiendo la renovación de su matrícula para el año siguiente.

En cualquiera de los dos casos, la Corte Constitucional ya se ha pronunciado en favor del derecho a la educación, afirmando que medidas como las mencionadas solo pueden aplicarse al finalizar el año escolar y, siempre y cuando estén contempladas en el manual de convivencia. Además deben garantizar el debido proceso y el derecho de defensa del menor. Así, ni campos de concentración en forma de centros especializados de educación, ni políticas escolares de persecución y segregación deben seguir caracterizando las estrategias "preventivas" en los planteles educativos.

Ese tipo de medidas, aíslan sistemáticamente a los muchachos de la sociedad y están dirigidas a cerrarles todo tipo de oportunidades como una forma de castigo, impidiendo cualquier posibilidad de recuperación. De nuevo es un tratamiento delincuencial para los consumidores, no como enfermos.

En Colombia estamos en mora de abrir un debate franco y sincero sobre el consumo en menores de edad, sus causas, los factores que influyen en el consumo de sustancias y las responsabilidades compartidas entre padres, maestros, medios de comunicación y comunidad en la generación de hábitos de consumo, de estas sustancias. Es necesario abordar a fondo los hogares monoparentales, la falta de supervisión de los padres, relaciones de pareja conflictivas, ausencia de comunicación entre padres e hijos, baja capacidad para manejar la frustración, la soledad, o los problemas afectivos en nuestros adolescentes.

También, hay que revisar en detalle como los medios de comunicación, las redes sociales, y el entorno barrial, crean un clima de riesgo donde las sustancias pueden convertirse en una válvula de escape para evadir la realidad en la que están. La responsabilidad del problema, no es solo del consumidor.

Por eso, estoy a favor de nuevas fórmulas que de manera integral aborden una política de prevención. Es necesario acabar con la represión y empezar a explorar la regulación de estas sustancias, como una manera efectiva de proteger a nuestra infancia y adolescencia.

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Cómo Prevenir?

Columna de opinión del senador Juan Manuel Galán

​​"Es necesario que las intervenciones de la escuela sean focalizadas": senador Juan Manuel Galán.

Bogotá D.C., agosto 18 de 2015.- El Colegio Marco Fidel Suarez en Bogotá, está de luto y nosotros también. Veintiún menores de edad, que estudiaban en el plantel educativo al sur de la ciudad, sufrieron intoxicación masiva por una sustancia hecha a base del polvo de un extintor. Un estudiante falleció y los demás se encuentran bajo observación. Estos hechos prendieron las alarmas sobre el consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito escolar.

En Colombia, nuestros jóvenes están siendo presa de la calle y la presión por consumir drogas sin acceder a herramientas efectivas de información y prevención, sobre consumo temprano.

Prevenir no es fácil, sin embargo, podemos empezar por revisar cómo se está construyendo el currículo de formación de nuestros docentes en la escuela primaria, básica y secundaria; cuál es el enfoque de abordaje del consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito escolar, qué herramientas se están ofreciendo al maestro para el manejo con los padres de familia y con la comunidad.

En nuestro país, existe una tendencia natural a mirar el sistema educativo como un arbolito de navidad al que se le van colgando constantemente bolitas y adornos, me refiero a casos como el de la cátedra de paz, de derechos humanos, de educación sexual, etc...sin proveer al maestro de la información necesaria para abordar esas tareas. Es necesario que el maestro cuente con información clara y coherente, que aprenda a distinguir entre uso de drogas por única vez, el consumo ocasional atado a las fiestas y reuniones con amigos, el hábito que presenta cambios comportamentales observables, y la verdadera adicción o dependencia que debe ser diagnosticada por un especialista.

Es necesario que las intervenciones de la escuela sean focalizadas de acuerdo con el contexto y con el estadio de desarrollo de cada menor y que se identifiquen cuáles son los factores protectores y los factores de riesgo que padecen los jóvenes en cada salón de clase. Finalmente, y aquí entramos todos a apoyar a nuestros maestros, es necesario fortalecer las actitudes sociales de protección a los jóvenes frente al consumo temprano de drogas; pues más allá de un programa efectivo de prevención, lo que necesitamos en Colombia, es una extendida cultura de prevención.

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Senador Uribe: tiene la palabra

Parece que es más fácil lograr la paz en La Habana que entre las fuerzas políticas de Colombia. En el debate que se llevó a cabo en el Congreso de la República sobre el proceso de paz, los negociadores presentaron sus avances y la visión del Gobierno sobre el futuro de las negociaciones. También, hubo respuestas para quienes desde la oposición, se han encargado de difundir versiones falsas y mitos sobre los alcances de los diálogos de paz, en vez de jugar el papel serio y constructivo que este proceso demanda.

La paz solo será viable para los colombianos, en el momento en que se convierta en un propósito de Estado y no solo en un objetivo de gobierno. En otras palabras, el logro de la paz no puede ser simplemente el objetivo de una persona o de un grupo de funcionarios públicos; debe ser  un propósito de Estado que, como dijo el presidente Santos, nos convoque a todos a un sentimiento de unidad y a  recorrer ese camino, juntos.

En estos términos, quiero elevarle una pregunta al Senador Álvaro Uribe Vélez: No cree que para que los colombianos logremos la paz, necesitamos primero alcanzar la paz política? Es necesario hacerle un reconocimiento al Centro Democrático como la segunda fuerza política más importante del país, después de la que representa el Presidente en ejercicio. Pero también, es necesario hacer un llamado para que los dos representantes más importantes de esas fuerzas políticas, se sienten a dialogar y comiencen a construir un camino que les permita resolver sus diferencias a través de propuestas constructivas. 

Es urgente consolidar un clima de paz política alrededor del proceso de paz. No hay que perder de vista la experiencia de países vecinos en donde por algo que comenzó como una pelea entre ex-presidentes en Venezuela, terminó fracturando profundamente su democracia a través de un gobierno que hoy día, ha perdido legitimidad y apoyo social. Me preocupa recorrer ese camino y que por una confrontación retórica, perdamos la oportunidad histórica de alcanzar la paz.

Ofrezco mi casa como sitio neutral, para un encuentro entre el Presidente Santos y el Senador Uribe. Al calor de un buen café, podrían conversar, revisar las propuestas sobre una zona de concentración de la guerrilla con verificación internacional y probablemente llegar a consensos, que sean de utilidad para el país y contribuyan a la paz como interés nacional.

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Minas antipersona y paz

Bogotá D.C., julio 21 de 2015.- Preocupa la probabilidad de que se detenga el proceso de paz en Colombia. Preocupa por muchas razones, una de ellas son las minas antipersona. Artefactos explosivos que se encuentran plantados en más del 50% del territorio nacional y que constituyen una verdadera problemática pues no conocemos sus coordenadas de ubicación, sino que las detectamos con el estallido que acaba o lesiona la vida de algún colombiano.

Según la Dirección contra minas de la Presidencia de la República, hoy día tan solo 4 municipios del país están libres de sospecha de explosivos: San Carlos y San Francisco en Antioquia, El Dorado en el Meta y Zambrano en Bolívar. Colombia, lleva un liderazgo macabro. Según la revista Semana, en el 2013 Colombia ocupó el primer lugar en el listado de países víctimas de minas antipersonas con un promedio de 10 personas al día, heridas o muertas por estos artefactos explosivos y en el 2015, nuestro país recibió el título de ser el segundo, después de Afganistán.

Las víctimas, son hombres, mujeres, niños campesinos o soldados que cuando sobreviven, deben cargar con el peso de una interminable rehabilitación física, un sistema de apoyo psicosocial deficiente y la invisibilidad de su discapacidad dentro de las cifras oficiales del Gobierno Nacional. Estas limitaciones se suman al dramático cambio de vida por el que deben atravesar así como la afectación que padece todo su círculo familiar, situación que sigue siendo ajena a la oferta pública de asistencia del Gobierno.

Todos los días hay nuevas víctimas. Según las últimas cifras de la Presidencia de la República, desde el 1 de enero de este año hasta el 6 de julio, se registraban 119 colombianos víctimas de minas antipersonas de las cuales 76 pertenecen a la fuerza pública y 43 son civiles. Estas cifras no dan espera.

Hace 4 meses recibimos el anuncio del Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sobre un acuerdo histórico para retirar las minas antipersonas en todo el país. La comisión a cargo del desminado, ya está en Antioquia lista para comenzar a trabajar. Las metas son claras: un territorio libre de minas, efectiva ayuda psicosocial para los sobrevivientes y sus familias pero sobre todo, coordinación institucional para que estos compromisos dejen de estar en la tinta de un papel y lleguen pronto a los colombianos.

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Renovación ahora más que nunca

Bogotá D.C., julio 13 de 2015.- El Partido Liberal atraviesa por una crisis prolongada, que se remonta al Frente Nacional, pero que se agravó en los 80 y 90 cuando algunos de sus miembros se aliaron con el narcotráfico, el paramilitarismo y hasta se vieron involucrados en el crimen de mi padre. Lo que ocurre hoy, es una consecuencia de esa erosión paulatina de la confianza y la credibilidad que no hemos podido recuperar y que se refleja en la pérdida de apoyo en las urnas. La declaración de ilegalidad de sus estatutos por violar el principio de la moralidad administrativa, el cuestionamiento de los avales entregados en regiones y la renuncia de importantes líderes; envían un mensaje de urgencia para actuar, y corregir el rumbo. Es necesario iniciar un proceso de depuración en nuestra política regional y nacional. Para eso, el liberalismo no puede caer en la escogencia de candidatos tipo franquicia, que solo buscan un aval cualquiera sin ningún compromiso ético ni de ideología. Las élites regionales tampoco pueden aislarse y evadir la responsabilidad de contribuir en la formación de la vocación de nuevas generaciones que entiendan la actividad política local como un servicio público esencial.

El reciente fallo del Consejo de Estado en el que se revocaron los estatutos de la colectividad, deslegitimó a la dirección del partido y generó una inseguridad jurídica que provoca divisiones en la escogencia de candidatos para las elecciones de octubre. En el fallo, se afirma que los estatutos se hicieron sin consultar y que las bases sociales y las minorías, no influyeron en las deliberaciones del partido. Sumado a esto, la dirección nacional colegiada toma decisiones como juez y parte. Siempre he defendido la jefatura única como institución para actuar de acuerdo al interés nacional del liberalismo, con plena independencia y responsabilidad política.

La renuncia de Alejandro Galvis Ramírez al Partido Liberal y sus cuestionamientos por la entrega del aval a la Gobernación de Santander no deben ser descalificados ni desatendidos. Todo lo contrario, merecen por lo menos ser analizados por todos los liberales, no solo por el altísimo valor que tiene Alejandro Galvis para el liberalismo santandereano y nacional sino por los ideales que ha representado Vanguardia, y con los que el Partido debe contar si quiere tener futuro.

Las repuestas entregadas por la dirección del partido, dejan un sinsabor en sus miembros y generan divisiones internas entre quienes creemos que el liberalismo debe liderar un proceso de transformación de las costumbres políticas y aquellos que solo buscan el poder como un fin para servirse y no como un instrumento de servicio. Es urgente refundar el Partido Liberal, reconciliándolo con el liberalismo que cada vez encuentra menos espacio en su Partido natural. La única fórmula para que los partidos cumplan su papel como institución en la democracia e interpreten la demanda ciudadana, es a través de la renovación en el sentido más amplio de la palabra.

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Pax territorium

Los diálogos de La Habana atraviesan uno de sus momentos más críticos. Sin embargo, aunque la paz se quiera firmar fuera del país, su construcción real depende de la capacidad que tengamos los colombianos de construir un Estado social de derecho, especialmente en aquellos territorios donde no existe. Lo que necesitamos aquí es una paz regional, no solamente un acuerdo con impacto en la región.  

Un paso importante en la construcción de ese Estado social de derecho, lo constituye la implementación de la ley 1448  de 2011, paradigma de ley de regiones, que concentra su eficacia y sus resultados en un  ejercicio de descentralización territorial en donde las autoridades locales deben cumplir con unos compromisos preestablecidos.  

Esta, es una de la razones por las que las elecciones regionales del próximo 25 de octubre, para elegir 32 Gobernadores, 1099 alcaldes y cientos de diputados y concejales, se convierten en un elemento clave para hablar de paz territorial e identificar quienes serán  los nuevos responsables de su creación. Serán los nuevos alcaldes, gobernadores, diputados y concejales, quienes  deberán por ejemplo, definir las asignaciones presupuestales necesarias para la asistencia, atención y reparación integral a las víctimas, priorizar sus políticas sociales de acuerdo con el proceso de caracterización de la población que debieron adelantar los mandatarios salientes, incluir a grupos representativos de las víctimas  en el diseño de las medidas que garanticen el goce efectivo de sus derechos, implementar un enfoque diferenciado en las medidas de asistencia y garantizar la protección de quienes  hayan sufrido daños con ocasión del conflicto armado. 

Estas son solo algunas de las obligaciones de los nuevos mandatarios, sin mencionar a fondo su papel protagónico en los próximos comités de justicia transicional, la comisión de la verdad y su obligación de rendir cuentas sobre los avances en su gestión. Elegir a la persona indicada para esta tarea, es el primer paso para la construcción de la paz regional pues al terminar su mandato, estaremos muy cerca del fin de la vigencia de la ley 1448. No olvidemos que las decisiones que tomen las próximas autoridades locales tendrán un impacto histórico, no solo en la reparación del daño causado por el conflicto sino en la construcción de una mejor región para cada colombiano.

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Rendir cuentas

Bogotá D.C., julio 1 de 2015.- La rendición de cuentas es una forma responsable de hacer política que debe ir más allá de la simple acción individual. En el caso del Congreso de la República, es necesario transcender este ejercicio y convertirlo en una obligación colectiva que permita responder por el mandato ciudadano entregado y que muestre resultados de acuerdo con las expectativas de los electores. Así, podremos convertir la rendición de cuentas, en un espacio de interlocución con la gente que genere transparencia en los parlamentarios, confianza en el ejercicio público y herramientas de control social sobre los gobernantes.

Con este objetivo en mente, al finalizar la legislatura, les pedimos a los senadores de la Comisión Primera del Senado que públicamente entregaran un balance sobre la labor legislativa adelantada en el último año. Durante más de 5 horas, senadores de todos los partidos, presentaron sus proyectos de ley, los debates políticos que citaron y sus posturas frente a grandes discusiones como las de Plan Nacional de Desarrollo y Equilibrio de Poderes.

En relación con nuestra gestión, durante el último periodo logramos la sanción de la Ley 1752 del 3 de junio de 2015 (ley Antidiscriminación), que tipifica como delito, la discriminación y el hostigamiento contra personas en condición de discapacidad; presentamos un proyecto que busca aliviar el dolor de personas con enfermedades crónicas o terminales a través del uso medicinal del cannabis y avanzamos en una discusión dirigida a permitir el acceso seguro e informado a las propiedades terapéuticas de esta planta.

Adicionalmente, lideramos la presidencia de la Comisión de Seguimiento a la Ley de Víctimas y realizamos siete (7) sesiones dirigidas a que el Gobierno visibilice y atienda a las más de seis (6) millones de víctimas del conflicto armado, a través de leyes tan importantes como las de presupuesto, seguridad y Plan de Desarrollo. En este punto debo mencionar que por primera vez, abrimos el parlamento colombiano para darle voz a las víctimas que residen en el exterior.

Denuncias como las mencionadas, o aquellas relacionadas con la problemática de seguridad aérea, la contratación del Aeropuerto Eldorado, y cuestionamientos sobre el nuevo rol que asumirá la Fuerza Pública ante una eventual etapa de posconflicto, son solo algunas de las iniciativas de este último periodo. Lo más importante es que este trabajo no habría sido posible sin el respaldo y el diálogo constante con ustedes los ciudadanos; nuestros jefes.

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Seguridad en el transporte público

Bogotá D.C., junio 22 de 2015.- El proyecto del nuevo código de policía superó su primer debate, no sin discusiones y dejando muchas expectativas entre ciudadanos y miembros del Congreso. En particular, dimos una fuerte pelea para incluir estrategias de reducción del consumo de sustancias psicoactivas desde un enfoque de salud pública y derechos humanos. Además luchamos para insertar mecanismos efectivos que respondan a las demandas de seguridad de los colombianos. En nuestra columna pasada, profundizamos en los temas de prevención y atención al uso y abuso de drogas; permítanme ahora, abordar la necesidad de responder a los crecientes problemas de inseguridad y falta de cultura ciudadana, que a diario aquejan a los citadinos colombianos.

La encuesta de Percepción de Seguridad y Victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá encontró que el 89 % de los bogotanos, piensan que el sistema de transporte público es el lugar en donde se sienten más inseguros, refiriéndose específicamente a TransMilenio. Según la encuesta, las mayores preocupaciones son los atracos (38 %), las congestiones en estaciones y portales (18 %), la presencia de delincuentes (10 %), la falta de control de las autoridades (8 %), las ventas ambulantes y los limosneros (6 %) y los casos de 'manoseo' a mujeres (5 %). Del total de los encuestados, el 21 por ciento aseguraron haber sido víctimas de un delito en el transporte público. Esta situación demanda respuestas en el nuevo código de policía; por esa razón, incluimos en el primer debate, medidas efectivas para mejorar la calidad del servicio de transporte público, exigiendo a los operadores la implementación de un sistema de video vigilancia en sus vehículos, para prevenir y combatir la criminalidad que ocurre dentro de ellos.

Todo el tiempo recibimos quejas de los ciudadanos sobre atracos, robo del celular y manoseo en Transmilenio. Por eso, creemos que como en la mayoría de los sistemas de transporte público del mundo, Colombia debe imponer la obligación de dotar a los buses de cámaras de vigilancia que sean monitoreadas desde el Centro Automático de Despacho de la Policía Nacional, so pena de que los operadores que incumplan, incurran en sanciones como multas e inmovilización del vehículo. Asumir un compromiso serio con la seguridad de los ciudadanos que se transportan a diario en el sistema de transporte público, demanda la utilización de nuevas herramientas tecnológicas y el compromiso de privados, que prestan un servicio público.

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Adicción a la prohibición

Esta semana se debatió en el Congreso el nuevo Código de Policía. Aunque el proyecto dice tener un carácter preventivo, vemos con preocupación que en materia de atención al consumo de drogas, la propuesta del proyecto parece ser más nociva que las drogas mismas, pues viola derechos humanos, carece de base científica y muestra pocas probabilidades de efectividad, en su implementación.

El primer gran error que presenta el proyecto de ley, es su objetivo: Lograr una comunidad libre de drogas. Esta idea, difundida desde los años 70s, desconoce no solamente que el hombre, desde el principio de los tiempos, ha consumido drogas para alterar sus estados de conciencia y que lo seguirá haciendo, sino que presenta como deseable, un objetivo que no es realista y que por el contrario sigue cediendo el control de las drogas a los criminales. Es necesario superar la falacia de un mundo libre de drogas y comenzar a enfocarnos en la reducción de los daños que trae consigo su abuso, así como prevenir las conductas nocivas que producen estas sustancias. En otras palabras, y citando al presidente Santos en la pasada Conferencia Internacional de Control de Drogas que se llevó a cabo en Cartagena: “Un mundo libre de drogas simplemente, y digámonos la verdad, no es un objetivo, ni una ambición realista”; por eso, es necesario superar la estrategia represiva y sancionadora. Entender al consumidor como un paciente que demanda atención integral por parte del sistema de salud estatal. 

El problema del consumo no es menor, recordemos que el Ministerio de Salud en su última encuesta sobre sustancias psicoactivas encontró que la edad de inicio al consumo de sustancias como el alcohol se encuentra alrededor de los 12 años y de 14 años, para otras sustancias psicoactivas. Eso, sumado a que actualmente los indicadores de dependencia en materia de alcohol recaen sobre aproximadamente  4 millones de colombianos, de los cuales 1.100.000 son menores de edad y que adicionalmente, casi 500.000 presentan consumo problemático de drogas en el país. 

Colombia necesita con urgencia implementar la ley 1566, que desde el 2011 declaró que el consumo de drogas es un tema de salud pública. En contravía con estos avances, el actual Código de Policía cree que la participación obligada en programas de convivencia y la imposición de multas en dinero, pueden prevenir o reducir los alarmantes niveles de consumo interno. El Código de Policía parece más de lo mismo; adicción a la prohibición.

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No más discriminación

Históricamente la comunidad LGBTI (siglas que designan internacionalmente a hombres y mujeres homosexuales, bisexuales, transexuales e Intersexuales) ha sufrido tratos discriminatorios. El Congreso de la República no puede ser indiferente a esta realidad; por eso, esta semana radicamos una ponencia dirigida al reconocimiento de las garantías que la Constitución les ha dado. Nuestra tradición liberal y democrática en defensa de la igualdad de derechos y la libertad del ciudadano, nos impone una concepción que busque garantizar el bienestar de toda la población y mejorar su calidad de vida.

Como resultado de una discriminación que ha sido permanente, se han desencadenado mitos y falsos dilemas en torno a las parejas del mismo sexo que por ejemplo, consideran su orientación sexual como propia de seres patológicos o escatológicos o clasificarlos como ciudadanos de segunda categoría. Sin embargo, no hay evidencias que demuestren que la preferencia sexual es sinónimo de enfermedad o disminución de garantías constitucionales. Como respuesta a esto, la Corte Constitucional, reconoció la notable segregación entre unos ciudadanos y otros por su preferencia sexual. La Corte en su jurisprudencia exhortó al Congreso de la República a diseñar la debida regulación y protección de las personas que tienen una orientación diferente a la heterosexual. A pesar de ello, hasta la fecha, no se ha cumplido con lo estipulado, dejando un vacío jurídico y un campo de desprotección legal para esta comunidad.

Creemos que el Congreso de la República, no puede abandonar su función legislativa y por el contrario, debe avanzar en dar respuestas justas e inclusivas a los desafíos que las sociedades y los gobiernos enfrentan. Las políticas, leyes y programas de gobierno son la materialización de esas respuestas que deben estar dirigidas a mejorar el bienestar de los ciudadanos en lugar de disminuir o comprometer sus libertades.

Por todo esto, es importante iniciar un debate público sobre los dilemas políticos que enfrenta el Congreso de la República y ayudar a los ciudadanos a entender de manera mesurada, la controversia.  Esperamos que este nuevo proyecto, provoque un debate que supere las expectativas y trascienda hacia un ejercicio progresista para defender los principios de igualdad, equidad, y transformar desde ahí las realidades democráticas de los colombianos. Solo así, podremos mirar al futuro a través de reformas legislativas que nos permitan ser guardianes de las libertades y los derechos que gozamos, en el marco de una democracia auténtica.

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Mi hermano

Renunció el senador Carlos Fernando Galán a la dirección de Cambio Radical. Este hecho es un llamado de alerta a los partidos políticos que creen en su potencial para transformar al país, para que retomen su compromiso con el cambio de viejas prácticas políticas y ejerzan control estricto, sobre las calidades de los candidatos que se presentarán el próximo mes de octubre.

Los obstáculos para cumplir con transparencia la labor de entregar avales para los comicios electorales, fueron la principal causa de la renuncia presentada por el senador Galán. En particular, dijo que la falta de análisis y rigor a la hora de expedir el aval de la candidata a la Gobernación de la Guajira, Oneida Pinto, quien ha sido señalada de ser heredera de 'Kiko' Gómez, (actualmente en la cárcel por sus presuntos vínculos con grupos armado ilegales), fue el principal motivo de su decisión.

Cambio Radical, así como el Partido Liberal, ha llevado a cabo fuertes peleas internas para depurar su clase política dirigente. Sin embargo, estas son luchas en las que no siempre se gana. En el caso del senador Carlos Fernando, recordemos que justo en el momento de asumir la dirección de esa colectividad en el 2011, revocó 300 avales concedidos por su partido político, con base en investigaciones y cuestionamientos que pesaban sobre los candidatos avalados. Ahora en el 2015, su  partido decidió ignorar los señalamientos que serios periodistas han levantado sobre la candidata Pinto y otorgar el aval sin las formalidades establecidas.

Hechos como este, muestran las serias debilidades que tenemos para definir el apoyo a los candidatos a cargos públicos. No podemos convertirnos en mercaderes de avales ni mucho menos, poner en entre dicho los ideales que guían la labor pública, entre ellos, el ejercicio transparente de la política.

Celebro el campanazo del senador Carlos Fernando. No es con murmullos que se hace un cambio. Creo con firmeza, que nuestro silencio también envilece la política y por eso, invito a la inmensa mayoría de ciudadanos a que busquemos el cambio de viejas prácticas políticas y denunciemos candidatos que quieran hacer parte de ese mercado de avales, contra el que luchamos. Así, con liderazgo,  recuperaremos el prestigio de la actividad política que tan desmoralizado tiene a nuestro país.

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Del mito al dato: nueva política de drogas

El  Senado de la República, dio esta semana un debate sobre aumentar la edad de consumo de alcohol en el país, e implementar medidas represivas para atender el uso de estupefacientes. El debate, convocó a las más importantes autoridades del Gobierno Nacional para abordar el problema del uso de sustancias licitas e ilícitas en Colombia y presentó preocupantes cifras de aumento de consumo en infancia y adolescencia. 

Compartimos la preocupación por la salud de nuestros jóvenes y menores de edad, sin embargo, la implementación de medidas coercitivas o sancionadoras no resolverá el problema; por lo que se requiere abordar una regulación inteligente, enfocada, fundamentada en evidencia empírica y científica, privilegiando prevención y tratamiento. Es necesario promover espacios de discusión abierta, que provean información actualizada sobre la magnitud y las características del consumo de drogas y alcohol en Colombia, para re direccionar la política existente y construir un nuevo enfoque en derechos humanos y salud pública. 

En este marco, el debate deja conclusiones alarmantes: Por ejemplo, que el mayor consumo de bebidas alcohólicas y de sustancias ilícitas se presenta entre jóvenes de 18 a 24 años; que la marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo en Colombia principalmente en departamentos como Antioquia, Quindío, Risaralda, y Meta; y finalmente, que alrededor de 2.6 millones de personas tiene un consumo que puede ser considerado problemático en el país. Los estudios presentados, no solo muestran que el consumo está creciendo y que hay un mercado de drogas emergentes entre los usuarios, sino que la edad de inicio esta descendiendo o lo que es lo mismo, que el consumo está creciendo entre los menores de edad.

Por todo esto, es necesario actuar. Si en algo estamos de acuerdo, es que ninguna droga es sana, todas causan algún tipo de daño según la dosis y frecuencia de consumo. Sin embargo, prohibirla o legalizarla como única alternativa, no es una solución real al problema. El Ministerio de salud ha dicho que de dos consumidores de drogas, uno tiene consumo problemático, ya sea físico, psíquico, familiar, laboral o social, eso nos da alrededor de 2.6 millones de personas que necesitan que estos debates transciendan las curules del Congreso. El punto de partida para una nueva política, es construir evidencia a través de investigación para pasar del mito al dato.

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Caso Yahir Klein y la cooperación del Estado de Israel

La impunidad ha sido causa de violencia a lo largo de nuestra historia. Ahora, que estamos en un proceso de transición hacia la paz que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, el Estado Colombiano debe establecer mecanismos de colaboración binacionales dirigidos a erradicar la impunidad sobre crímenes de lesa humanidad, que permitan avanzar en el esclarecimiento de la verdad acerca de los hechos ocurridos en situaciones de guerra. Conocer la verdad sobre estos hechos será pieza clave para la reconstrucción del pasado no solo de las víctimas sino de toda la sociedad colombiana.

En esta búsqueda de la verdad, desde el año 2010, cuando se anunció la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de rechazar la extradición del ciudadano israelí Yahir Klein a Colombia, el Congreso de la República levantó su voz de rechazo y una denuncia  sobre la gravedad de esta decisión, que promovía la impunidad de los crímenes causados por grupos armados ilegales en Colombia, limitando los derechos a la verdad y a la justicia de las víctimas.

Vale la pena recordar, que el señor Klein, además de entrenar a los ejércitos del narcotráfico que se convirtieron luego en las llamadas autodefensas, impartió en este país cursos sobre tácticas que sirvieron para perpetrar atentados terroristas como el  del avión de Avianca, las masacres políticas que terminaron con la Unión Patriótica y el asesinato de Luis Carlos Galán.

Hoy, más de cuatro años después, seguimos buscando esclarecer los delitos cometidos por el señor Klein. Por esa razón,  esta semana el Congreso de la República aprobó una proposición para que el Gobierno de Colombia, eleve una solicitud formal al Gobierno de Israel solicitando su colaboración con nuestros órganos judiciales para que se permita a la Fiscalía General de la Nación tomar la declaración del señor Yahir Klein con el fin de conocer sus denuncias sobre el surgimiento paramilitar en Colombia, sus conexiones con altos funcionarios, la financiación de entrenamientos militares, y el suministro de armas y elementos para estos entrenamientos.

Estos mecanismos de colaboración binacionales, permitirán  el reconocimiento de las máximas responsabilidades en la ejecución de magnicidios y crímenes de lesa humanidad que causaron un daño profundo a la sociedad colombiana y serán aporte importante para garantizar la no repetición de una de las épocas más dolorosas, sangrientas y tristes que tuvimos que vivir millones de colombianos.

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Humanizar la aviación

El avión, es una maravilla moderna, no puede convertirse en un arma letal. En lo que va corrido del presente año, han muerto más de 200 personas  a causa de diferentes accidentes aéreos, entre los cuales el caso del Airbus A320 de Germanwings se convierte en el de mayor cantidad de víctimas fatales, con 148. Este es un tema que merece asumirse con prioridad. De hecho, un análisis publicado en  la Red de Seguridad Aérea y realizado por la Agencia consultivo-analítica "Flight Safety", encontró que desde enero de 1997 a junio de 2012 hubo 496 desastres reportados por accidentes o incidentes aéreos, que causaron la muerte de 12.799 personas. El estudio, afirma que las dos categorías más comunes relacionadas con la causa de estos desastres son errores humanos y fallas en los equipos.

Estos errores humanos, indican que es el momento de legislar para salvaguardar la seguridad aérea en Colombia y generar una política pública desde el Gobierno hacia el sector aeronáutico. Por todo esto,  el pasado 15 de abril radicamos un proyecto de ley que busca mejorar las condiciones de trabajo de los pilotos y auxiliares de vuelo, que contó con el apoyo del Gobierno Nacional y el respaldo como coautores, de representantes de varios partidos políticos en el Congreso de la República.

Reconocemos que en Colombia, las tripulaciones aéreas están sometidas a niveles de fatiga inaceptables, producto de jornadas que desde todo punto de vista exceden los límites de lo establecido en el Código del Trabajo. Fatiga, tensión y alteración fisiológica del organismo, son condiciones que pueden estar padeciendo nuestras tripulaciones, generando un gran riesgo no sólo para la seguridad aérea, sino para los casi 30 millones de pasajeros que se movilizan por todo el país.

Por estas razones, el avión de Germanwings que se estrelló contra los Alpes franceses y en el que se reportó la grave situación de salud en la que se encontraba su Copiloto, no es ajeno a nuestra realidad. Debemos responder ante estos riesgos. Por eso, el nuevo proyecto de ley, asume la responsabilidad de mejorar la situación laboral de pilotos y auxiliares de vuelo, consciente de que la seguridad aérea esta en sus manos y que estos trabajadores, son responsables de la vida de los pasajeros que día a día utilizan el avión como un medio de transporte.

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Nuestras víctimas exiliadas

La diáspora de las víctimas colombianas necesita ser escuchada. Según datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aproximadamente 500.000 víctimas colombianas se encuentran en el exterior, razón por la cual, el Congreso de la República decidió llevar a cabo una sesión a la que fueron citados los más altos representantes del Gobierno Nacional, para escuchar a las víctimas en Europa, Norte y Suramérica.

Nos encontramos con el dolor profundo que cargan los exiliados, por haber abandonado su lugar de procedencia, sus familias, sus tradiciones y por vivir entre personas que no son de su mismo origen e incluso no hablan su propia lengua.

Hasta la fecha, el debate sobre los colombianos en el exterior había girado en torno a la sub-representación política en que se encontraban en el Congreso de la República y al monto de las remesas con las que contribuyen al país. Así, se hablaba de una población de más de 4,5 millones de habitantes, que se encontraba principalmente en Estados Unidos y en España, y que realizaba aportes a la economía, a través de remesas que oscilaban entre los 4.000 y 5.000 millones de dólares anuales.

La pasada sesión en el Senado de la República, reveló que ellos no están buscando únicamente una curul. Los exiliados colombianos han decidido organizarse, para mostrar una necesidad urgente, la de hablar y ser escuchados. Todos ellos cargan con el peso de sufrir en silencio los horrores, desprecios y abusos que provocaron su salida del país y de no tener espacios serios de diálogo en donde puedan contar sus historias. Se trata de un duelo social, dijeron durante la sesión del pasado miércoles, que se debe asumir a través de la recuperación de la palabra y la construcción de una memoria colectiva.

Por eso, una de las banderas de este proceso de paz, debe ser romper con el silencio que queda después de la guerra y en ese marco, las víctimas de Suecia, Madrid, Barcelona, Nueva York, Miami, Montreal, Ciudad de Panamá, Quito, Costa Rica y Santiago de Chile, nos dejaron claro que dejarlos en el olvido es también una forma de violencia y que el Congreso de la República debe iniciar un camino en donde a través de la ley, se les ofrezca también una voz.

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Se fue un liberal

Esta semana estuvo marcada por diversos homenajes y reconocimientos a un hombre que logró penetrar el corazón de nuestro país. Me refiero al ex-Senador, ex-Magistrado, ex-candidato presidencial y jurista Carlos Gaviria Díaz.

Gaviria, fue un hombre de auténticos ideales liberales, que logró importantes avances sociales en favor de grupos minoritarios, más allá de cualquier filiación electoral, y que defendió las banderas de la libertad y la dignidad humana, elevando nuestra conciencia colectiva. A sus 77 años,  tuteló los más importantes principios liberales: Primero, desde la cátedra universitaria en su natal Antioquia y luego, como excelso magistrado de la Corte Constitucional y Honorable Congresista en el Senado de la República.  

Su trabajo estuvo guiado por el convencimiento de que los seres humanos somos fines en sí mismos y que lo que define nuestra humanidad, es aquella capacidad para elegir y para labrarnos el propio camino. Bajo esta premisa, lideró proyectos de alta controversia en el país como por ejemplo la despenalización del homicidio por piedad a través de la Sentencia C-239 de 1997 o la inconstitucionalidad de disposiciones que penalizaba el porte de dosis personal de sustancias psicoactivas, a través de la importante sentencia C-221 del  5 de mayo de 1994. Otros aportes destacados en su paso por el alto tribunal, fueron por ejemplo, aquellos en los que limitó las facultades conferidas a autoridades públicas bajo estados de excepción (Sentencia C-179/94) o cuando declaró como inconstitucional, la reglamentación del ejercicio del periodismo, por considerarla una limitación al acceso a este oficio para quienes no fueran comunicadores (Sentencia C-087/98).  

Su dedicación al servicio público, lo llevo en el año 2006 a las elecciones presidenciales, obteniendo  la segunda votación de la contienda, con 2.613.157 votos, que en su momento significaron el 22.02% del total electoral, y que se convirtió en el respaldo electoral más alto recibido por la izquierda colombiana en toda su historia. Que sea esta la oportunidad, para retomar las banderas liberales del Dr. Gaviria, un luchador incansable, que asumió su tarea con el convencimiento de que la sociedad colombiana está preparada para asumir grandes cambios sociales y que el Congreso de la República, es el primero obligado a escuchar esa voz.

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Fuerza pública para la paz

Bogotá, D.C., 6 de abril de 2015.- Los retos que asumirá el estado colombiano con un acuerdo de paz, demandan debates y cuestionamientos sobre una visión de país. Uno de los puntos más importantes, es el relativo a los nuevos roles y funciones que deberán asumir la fuerza pública de Colombia. Experiencias de procesos de paz en otros países, muestran que es un error disminuir el gasto militar, reducir el pie de fuerza, crear cuerpos de seguridad civiles inexpertos o desmejorar de cualquier forma la institución castrense como parte de los acuerdos firmados. Por eso, ahora que se está diseñando el país que tendremos en el 2018, es indispensable analizar el rol de la fuerza pública dentro de la sociedad del posconflicto y bajo tiempos de paz.

Dentro de este marco, el Ejército Nacional cuenta con un equipo altamente calificado para enfrentar los nuevos retos de la paz. Se trata de una Jefatura de Ingenieros, encargada del desarrollo y la ejecución de proyectos de infraestructura, trabajos de desminado humanitario, construcción de puentes y caminos y atención y prevención de desastres, en zonas afectadas directamente por el conflicto armado. El trabajo de este cuerpo, ha permitido conectar zonas aisladas del centro del país, generar infraestructura moderna y competitiva, llevar progreso a pueblos, veredas y corregimientos alejados de centros urbanos, y al mismo tiempo, ha logrado consolidar la autoridad del estado colombiano reduciendo la pobreza y abriendo espacio para la oferta institucional de servicios, que la población demanda. A pesar de estos logros, actualmente hay varios proyectos que antes de ser terminados, tuvieron que suspenderse por falta de recursos. Me refiero, entre otros, a casos como el de la Transversal de la Soberanía entre los Departamentos de Arauca y Norte de Santander, o la Transversal de la Macarena, que comprende 217 km, en los departamentos del Meta y Huila.

Es imperativo encontrar fórmulas adecuadas para equilibrar los objetivos de desarrollo social, económico y de seguridad, de manera que podamos aprovechar los medios, el entrenamiento y el capital humano de nuestra fuerza pública en tareas propias de los nuevos tiempos de paz. No se trata entonces de disminuir el gasto militar, sino de reasignar recursos para la construcción y mantenimiento de proyectos de Infraestructura, ubicados en zonas afectadas por el conflicto armado y para el fortalecimiento de las capacidades de nuestros Ingenieros Militares.

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Plan de Desarrollo, sin política de drogas

El Plan Nacional de Desarrollo, es un documento de trabajo, en donde se trazan los grandes objetivos de las políticas públicas en Colombia y se establecen acciones específicas para alcanzarlos. En materia de drogas, los colombianos esperamos un plan realista, viable y claro que refleje la situación del país y que priorice la prevención y el problema de las drogas, desde nuevos enfoques.

Como un avance en la búsqueda de enfoques alternativos, logramos la promulgación de la Ley 1566 que reconoce que el consumo, abuso y adicción, son un asunto de salud pública; sin embargo, pese a que han transcurrido dos años y medio desde su sanción, a la fecha, aún no ha sido posible lograr su reglamentación, ni plena implementación en el país.

De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, en Colombia cerca de un millón de personas serían consumidores activos de drogas ilícitas y aproximadamente quinientos mil tendrían un problema instaurado de abuso o dependencia. Asimismo, ha sido ampliamente diagnosticado que el mayor consumo de sustancias ilícitas en el último año, se presenta en el grupo de 18 a 24 años, con una tasa del 8.7%, seguido por los adolescentes con una tasa del 4.8% y las personas de 25 a 34 años (4.3%). Pese a este balance y a que en el papel, se ha fijado como uno de sus objetivos de los próximos 4 años, el enfrentar el problema de las drogas desde una perspectiva integral y equilibrada, no encontramos estrategias definidas, planes de acción o mecanismos de seguimiento coherentes para el logro de esa meta. Por el contrario, retando su propia coherencia, el Plan Nacional de Desarrollo  plantea más de 200 artículos, entre los que se mantienen, programas de reducción de cultivos ilícitos o de disminución de hectáreas cultivadas de coca, como única opción de política pública.

Es urgente una perspectiva coherente entre los discursos del Gobierno Nacional sobre nuevos enfoques de salud pública en drogas, y los ejercicios de planificación de gobierno. Un buen comienzo, puede ser la promulgación del decreto reglamentario de la Ley 1566 de 2012, en donde se vinculen a las entidades de la administración central en el desarrollo de políticas públicas en materia de drogas y se desarrollen  estrategias territoriales y planes de acción, para garantizar acceso a la atención integral y continua, de las personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas.

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Triunfa el derecho de los ciegos

Ahora, contamos con una ley para ver. La Corte Constitucional acaba de emitir uno de los fallos más importantes para las personas ciegas y con baja visión, al declarar conforme a derecho, la Ley 1680 de 2013 por medio de la cual se les garantiza acceso a la información, a las comunicaciones, al conocimiento, a internet y a otras aplicaciones de tecnología.

Esta fue una iniciativa que lideramos en el Congreso de la República luego de llevar a cabo un  proceso amplio y participativo de construcción de la ley, de la mano de organizaciones de la sociedad civil, personas ciegas y con baja visión, y de diversos colectivos, comprometidos con la urgencia de romper las barreras de acceso al conocimiento. Aunque la ley fue sancionada el año pasado, solo hasta el mes de enero de 2015, la Corte Constitucional resolvió las demandas interpuestas para declarar la constitucionalidad de la ley. Se trata de un fallo relevante para las personas ciegas y con baja visión, a través del cual, la Corte Constitucional declaró que en Colombia el derecho a la información y el acceso al conocimiento de las personas con discapacidad visual, prevalece sobre los derechos económicos y patrimoniales de los grupos empresariales.

Gracias a esta ley, alrededor de 130.000 personas con discapacidad visual han realizado descargas gratuitas de aplicaciones que les permiten acceso a la información y 60 de ellos han sido vinculados laboralmente. El gran avance, es que ahora las personas invidentes podrán adquirir un software lector de pantalla como herramienta de acceso al conocimiento. También estarán exentas del pago de derechos de autor por la reproducción de obras científicas y literarias en sistemas especiales para ellas, y serán protagonistas en la formulación y seguimiento de políticas públicas relacionadas con las tecnologías de la información y con su condición.

El valor del acceso al conocimiento y a la información, radica en ser pieza clave para las democracias del siglo XXI y para el ejercicio de ciudadanías responsables. Como ya lo ha dicho el profesor Dean Lermen: “sin información, las personas ciegas no tienen educación, sin educación, no tienen empleo, no son competitivos, y sin eso, no es posible el ejercicio responsable de su ciudadanía, ni el logro de la garantía de sus derechos”.

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Víctimas del Plan Nacional de Desarrollo

El reconocimiento de la existencia de un conflicto armado en Colombia en la Ley 1448 de 2011, marcó un hito importante en el proceso de construcción de paz. Esto, no solo porque permitió humanizar la guerra a través de la introducción  de principios mínimos de conducción de las hostilidades, sino principalmente porque se enfocó en la reparación integral de las víctimas, como eje central de este proceso. Por esta razón, es fundamental para el Congreso de la República velar durante el trámite legislativo del Plan Nacional de Desarrollo (PND), porque las necesidades de las víctimas cuenten con un respaldo presupuestal e institucional suficientes para su materialización, a lo largo de todo el territorio nacional.

En la Comisión de Seguimiento a la Ley de Victimas que se llevó a cabo en días pasados, el Gobierno Nacional presento un censo depurado y consolidado en donde se advierte que aunque el número de  víctimas registradas son en total 7.201.034 de las cuales 6.996.539 son víctimas del conflicto armado; el universo de sujeto de atención por parte del Estado asciende a 5.548.431.

Frente  a este número, las metas de los próximos 4 años en el PND parecen poco ambiciosas al consagrar que a 2018, tan solo 500.000 víctimas habrán superado su estado de vulnerabilidad y 920.000 avanzaran en la reparación integral. Esto, sin mencionar que los números sobre los que se construyó el plan, dejaron ver inconsistencias en comparación con otras cifras oficiales y problemas de financiación para su  ejecución durante los próximos 4 años.

Es necesario que la reparación integral cuente con rubros específicos y presupuesto suficiente para garantizar temas urgentes como por ejemplo, el desminado, la restitución de tierras y la asistencia humanitaria de emergencia. Por eso, aunque entendemos las limitaciones del marco fiscal del país, no creemos que se pueda diseñar la ruta hacia el 2018, desconociendo que las víctimas son su actor principal. Solo con metas más robustas, recursos disponibles y el compromiso de todas las entidades del Gobierno Nacional y no de unas pocas, que a nivel de apostolado, llevan a cuestas el compromiso con las víctimas, lograremos  la construcción de una paz sostenible.

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La orfandad de las huérfanas

Culmina la celebración en Colombia de la semana de las Enfermedades Raras o Huérfanas. Por eso, quiero dedicar esta columna a quienes en su condición de minoría, enfrentan el reto de la invisibilidad, la exclusión social y la discriminación por padecer estas enfermedades y al mismo tiempo, la falta de acciones decididas por parte del Estado para mejorar su calidad de vida.
 
Me refiero a los más de 13.000 pacientes crónicos que sufren estas enfermedades debilitantes,  que aunque amenazan la vida; por tener una prevalencia menor de 1 por cada 5.000 personas, están destinados a la sombra y al olvido. Esta situación de silencio, agrava profundamente las condiciones de salud física y psicológica de estos pacientes y sus familias que experimentan demoras en el diagnóstico o desconocimiento sobre el  tratamiento más adecuado, dificultades de acceso a medicamentos en el sistema de salud y digámoslo de frente, el desinterés por debatir su condición.
 
Hace alrededor de cinco años, en el 2010, el Congreso de la República aprobó la Ley 1392 que buscó reconocer que las Enfermedades Huérfanas, representan un problema de especial interés en salud por su baja prevalencia en la población, y su elevado costo de atención, que demandan un enfoque diferente al de las enfermedades generales, y procesos de atención altamente especializados. Sin embargo, a la fecha ni siquiera contamos con información suficiente sobre esta problemática. Piénselo de esta manera, si en este momento usted padece de una enfermedad que ha sido diagnosticada como grave, crónica y  degenerativa, que probablemente comenzó en la infancia; y que definitivamente debilita su calidad de vida, es probable que  aún no tenga un diagnóstico de qué es lo que le sucede, y que pueda estar enfrentando una enfermedad rara o huérfana, supremamente dolorosa.
 
Estas enfermedades, aunque en su gran mayoría se trasmiten genéticamente; pueden aparecer de manera espontánea, infecciosa, o por factores inmunológicos. Eso quiere decir, que todos estamos expuestos, por lo que es necesario contar con información suficiente, que los  profesionales de la salud cuenten con formación adecuada en relación con este tipo de enfermedades, con la tecnología necesaria para practicar pruebas que les permitan hacer diagnósticos ciertos, con protocolos especiales de atención a estas particularidades y sobre todo con suficientes elementos para una toma de decisión tan delicada. Seguiremos insistiendo ante el gobierno nacional sobre la urgente reglamentación que requiere la ley 1392 por el bien de los pacientes.

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Girardot estratégica

Invertir en la infraestructura aeronáutica de las regiones que se encuentran a nivel del mar, no sólo facilitaría nuestra conexión  con la económica mundial, sino también, la integración y conectividad con zonas apartadas del país. Por esta razón, reitero la necesidad de  considerar a las regiones, como parte esencial del crecimiento económico e incluirlas en la definición de futuras inversiones estratégicas, dentro del Plan Nacional de Desarrollo.

De acuerdo con el capitán Jaime Hernández, Presidente de la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles,  la visión de desarrollar los departamentos a través de inversiones aeroportuarias, no solo genera empleo y reduce la pobreza, sino que  equilibra las cargas de desigualdad entre el centro y la periferia del país.

La ciudad de Girardot debe ser considerada para las próximas inversiones 2014-2018.  La Ciudad Región de Girardot,  es un área metropolitana que ejerce influencia sobre los departamentos de Cundinamarca y Tolima, y que cuenta con una de las más altas proyecciones regionales y estratégicas en el país. Así, el informe de la Asociación de Aviadores indica que para el 2019 se proyecta que esta ciudad sea el polo de servicios comerciales y turísticos más importantes de la región Bogotá-Cundinamarca dada su posición  geoestratégica. Estas razones, sumadas a la proyección del valle del río Magdalena, y la capacidad de producción agrícola, industrial y turística de la región, convierten a Girardot, en el lugar perfecto  para tener un aeropuerto internacional de carga y pasajeros. Esta inversión, unida a las dobles calzadas, conectaría a los departamentos del Huila, Tolima y Cundinamarca, reduciendo los costos del transporte de carga y promoviendo la exportación de productos nacionales.

Es fundamental, como concluye el informe presentado por el Capitán Hernández, que los proyectos de infraestructura que se  adelanten en el país, sean capaces de potencializar la conectividad y el dinamismo de las regiones en Colombia. Para esto, una inversión planeada en el sector transporte, que considere necesidades y posibilidades reales de los municipios del país, es un imperativo en tiempos actuales, en donde se necesita optimizar costos pero al mismo tiempo, cumplir la meta de convertir a  Colombia en uno de los países más competitivos de América Latina en 2032.

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Santa Marta estratégica

Los motores de combustión interna, siempre funcionan mejor a nivel del mar. Las aeronaves no son la excepción. Por esta razón, y por la necesidad de invertir los recursos del sector aeronáutico de manera efectiva, debemos empezar a pensar en  las regiones a nivel del mar, como el mejor lugar para destinar futuras inversiones en infraestructura que además promuevan la descentralización.

Los aeropuertos son elementos cruciales para el desarrollo y el crecimiento económico de las regiones; por eso, someto a consideración del nuevo Plan Nacional de Desarrollo dos ciudades que aún no han logrado todo su potencial económico, pues carecen de una infraestructura aeroportuaria moderna y competitiva.  Me refiero a Santa Marta y Girardot, dos lugares que deben ser estratégicamente considerados para las próximas inversiones 2014-2018.

Santa Marta, es el tercer centro urbano más importante  de la región Caribe,  la ciudad más antigua de Colombia y la segunda más antigua de Sudamérica. De acuerdo con el informe presentado por la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles, esa ciudad cuenta con una posición geográfica muy especial en la región; no sólo  porque tiene gran potencial turístico sino porque puede convertirse en centro de acopio para las exportaciones de productos a lo largo de la troncal del Magdalena, dentro de los nuevos tratados de libre comercio. 

Sin embargo, en la actualidad la pista y la infraestructura de su aeropuerto son limitadas, e impiden la llegada  de aeronaves de gran envergadura y trocha ancha; adicionalmente, la ausencia de sistemas de aproximación de precisión, reducen el número de aeronaves que pudiesen aterrizar en condiciones meteorológicas  adversas. El diagnóstico presentado por el presidente de la Asociación de Aviadores, afirma que Santa Marta, dado su puerto marítimo, vías férreas  y carreteras de doble calzadas, cuenta con una infraestructura óptima, que puede ser complementada con un aeropuerto internacional que permita el intercambio comercial entre el departamento del Magdalena y el país.

En la próxima columna, abordare las condiciones que hacen de Girardot un lugar para futuros proyectos de inversión. Por ahora, cierro reiterando la importancia de que el desarrollo del sector aeronáutico en el país comience a ser el resultado de un ejercicio de planeación estratégica que dinamice y permita el crecimiento de ciudades como Santa Marta, y  no, una serie interminable de improvisaciones, como estamos acostumbrados.

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El autor intelectual

Los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla. Ha pasado una semana desde el regreso de María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS a Colombia, luego de permanecer durante más de cuatro años prófuga de la justicia por la investigación sobre interceptaciones ilegales en el gobierno del hoy Senador Álvaro Uribe Vélez. Espero que su entrega a la justicia colombiana signifique el esclarecimiento de la verdad sobre los seguimientos de los que fuimos víctimas miembros de la oposición al doctor Uribe, periodistas, defensores de derechos humanos y magistrados de las altas cortes.

El derecho a la verdad, hoy día, no es solo para quienes hemos sido víctimas. Es un derecho de todos y una manera de evitar su repetición. Por eso, los colombianos exigimos conocer los resultados de la investigación que adelanta la Fiscalía. Necesitamos saber, por ejemplo, cómo se tomaban las decisiones en el DAS, quien dio la orden de perseguir ilegalmente a magistrados de las Cortes que investigaban casos de parapolítica.
 
Así mismo por qué razón se interceptó a políticos de oposición al gobierno de Álvaro Uribe, quienes fueron beneficiarios directos del seguimiento a periodistas y a miembros de ONGs de derechos humanos y sobre todo, queremos saber quién le ordenó a Hurtado hacer esas interceptaciones. Sin lugar a dudas, ella fue solo una autora material, sin motivos personales para delinquir. Frente a todas estas preguntas, es lógico suponer que la señora Hurtado tenga las respuestas para que todos los colombianos entendamos cómo y por qué ocurrieron estos hechos para hacer justicia y guardarlos en la memoria. La memoria nos permitirá recordar las  causas, los autores, y las víctimas, y ello, quizás aunado al reproche legal y moral de las conductas, impida que vuelvan a suceder.
 
En el centro del gran silencio que ha mantenido  Hurtado hasta hoy, está la pregunta por el autor intelectual de estos hechos. Por esa razón, animamos al Estado a otorgarle todas las garantías que sean necesarias para que pueda decir la verdad. Esto, no lo pedimos para su beneficio personal, sino para que acabemos con un modelo de poder, que al estar fundado en el silencio, nos arroja al trágico destino de repetir los hechos más lamentables de nuestra historia. 

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No por madrugar...

 

A pocos días de iniciar el año, se desató una polémica con la propuesta de impulsar una "séptima papeleta" para refrendar el proceso de paz.

Convocar al pueblo para que decida sobre lo que se está negociando en La Habana, es fundamental para lograr una paz duradera; sin embargo,  la reciente polémica parece tener que ver más con las próximas elecciones que con un interés genuino en poner a consideración de todos los ciudadanos un tema de interés general.

No por madrugar amanece más temprano, y la razón fundamental es porque cuando se realice la consulta, no solamente se va a poner en consideración del pueblo un acuerdo general para que éste decida si lo aprueba o lo rechaza.  Se deberá consultar,  si cada uno de nosotros está dispuesto a recorrer un camino de transición política, en el que acordemos una nueva forma de resolver nuestras diferencias,  en el que se pueda hacer política sin armas, en el que el campo sea motor de desarrollo nacional y en donde todas las regiones, puedan integrarse en una sola institucionalidad.

Por eso es importante andar sin prisa, porque más allá de un si o un no, lo que está en juego es lo que va a pasar después de las negociaciones en La Habana. Por ejemplo, cómo las comunidades ejecutarán los cambios acordados, cómo los estudiantes vigilarán críticamente su implementación y las universidades serán espacios de reflexión y cambios sociales. En otras palabras, la refrendación debe servir para evitar que la paz en Colombia arranque deficitaria desde el punto de vista democrático.

Por todas estas razones, creo que la propuesta de una papeleta, es extemporánea e inconveniente. Aunque propuestas como esta, pueden generar réditos electorales en un país cansando, que no le cree a la guerrilla pero que está ansioso de paz, es fundamental ser prudentes y esperar a que llegue el momento de consultar y participar para que este proceso de paz sea una realidad para todos los colombianos.

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Proceso de paz y periodismo

 

Ante el contexto polarizado en el que se discuten temas relacionados con las negociaciones de paz y el postconflicto;  los medios de comunicación juegan un papel esencial en la construcción de imaginarios colectivos y de las condiciones sociales para poder trabajar, visibilizar y orientar los esfuerzos de paz.

Las conversaciones en La Habana con el grupo insurgente de las FARC y el posible fin, a cinco décadas de conflicto armado, enfrentan a los medios de comunicación con un escenario donde deben jugar un papel activo y propositivo para imaginar una Colombia capaz de existir entre la diferencia, en paz. En palabras sencillas, lo ideal sería cambiar el lenguaje de guerra por el lenguaje de postguerra y que las noticias resaltaran la importancia del capital social y económico que encontraría el país, en un escenario de  reconciliación pacífica.

Adicionalmente, los medios van a tener que ejercer una función educativa y pedagógica sobre el proceso de paz: es decir, ellos serán la principal herramienta para asumir desde la veracidad y la seriedad, debates tan importantes como el de diferenciar la impunidad de los mecanismos de justicia transicional, o el de entender procesos de entrega de armas y reintegración a la vida civil bajo un escenario de total respeto por los derechos de las víctimas del conflicto armado.

El intercambio de información y de reflexiones sobre estos temas, debe asumirse con plena  responsabilidad, sin presentar historias en blanco y negro sino mostrando los matices de vidas humanas, envueltas en procesos de reconciliación y de reparación. Sobre todo, asumiendo de manera consciente el papel que cada periodista tiene en la creación de narrativas colectivas que pueden construir, obstaculizar o destruir un proceso de paz.

El llamado a nivel nacional, es para que los medios no caigan en la tentación de generar espectáculo con algo tan serio como el proceso de paz o fomentar una polarización ideológica de miedos y desinformación.  A nivel regional, una voz de alerta para no caer en la “bogotanización” de las negociaciones de paz, ni en el sentir del proceso como algo ajeno sobre lo que solo se toman decisiones en el centro del  país. En todos los ámbitos, los medios de comunicación deben asumir su misión de transmitir información veraz, y su compromiso de romper falsos dilemas y oposiciones que solo crean sociedades divididas. Esos también, son HECHOS DE PAZ.

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Marihuana medicinal

La plenaria del Senado de la República inició el debate sobre nuestro proyecto de Marihuana Medicinal. El nuevo proyecto de ley, incluye importantes cambios en relación con su versión anterior, atendiendo las inquietudes de algunos ciudadanos. Una de las modificaciones más sobresalientes fue la relacionada con el monopolio del Estado. El nuevo proyecto, consagra que el Estado asumirá el control y la regulación de todas las actividades relacionadas con el cannabis y sus derivados y que para promover el conocimiento científico de esta planta nativa, realizara proyectos de investigación,  protección y tecnificación de las variedades de estas plantas.
 
Con esta medida, no solo se impide hacer de actividades como la plantación, un negocio lucrativo, sino también se establecen mecanismos estrictos de control para evitar el riesgo de desviación de insumos o recursos, hacia organizaciones criminales. Otro de los grandes cambios del nuevo documento, es el relacionado con la promoción del conocimiento ancestral de nuestros grupos indígenas y afrocolombianos. 
 
Así, desde una perspectiva de uso científico de la planta, la nueva propuesta le permite al Gobierno Nacional suscribir convenios con resguardos, territorios indígenas y consejos comunitarios para la plantación, cultivo y producción del cannabis con el fin de conocer, mejorar y promover las técnicas orgánicas de cultivo de especies varietales, como lo son la “Sierra Gold”, “Punto Rojo” y “Corinto”. Esta modificación, además de generar investigaciones sobre estas variedades, potencializara sus virtudes curativas, y permitirá producirlos a mayor escala de manera saludable y ambientalmente sostenible.
 
Finalmente, y teniendo en cuenta la necesidad de varios ciudadanos de incluir un componente pedagógico que permita educar, concientizar y prevenir sobre los riesgos para la salud del uso medicinal del cannabis, el nuevo proyecto de ley crea la obligación para el Ministerio de Educación Nacional de expedir una política de prevención en el ámbito escolar, con el objetivo de difundir y concientizar sobre los riesgos, efectos y daños potenciales de su uso.
 
No perdamos de vista el objetivo central de este proyecto, permitir el acceso seguro, informado y lícito del uso científico y medicinal del cannabis en Colombia, por eso, esperamos que este Congreso pueda superar sus prejuicios y los procesos legislativos basados en el miedo; para asumir el desafío de explorar las causas de fondo de nuestras preocupaciones, resolverlas desde  la ciencia, y aproximarse a este tema con madurez y desde un corazón compasivo. 

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Eldorado: inversión cosmética, ¿y la operación?

El 30 de octubre Colombia fue testigo de los problemas operacionales en el Aeropuerto El Dorado, por el retraso y cancelación de varios vuelos de la Aerolínea Avianca. Luego de casi 12 horas de espera, cerca de 300 usuarios no recibían solución alguna, por lo que algunos pasajeros decidieron pasar la noche dentro de las aeronaves hasta que la aerolínea resolviera el percance. El presidente de Avianca indicó que los retrasos y cancelaciones se debían a fallas meteorológicas, sin embargo, es de conocimiento público que se han invertido más de 1400 millones de dólares en infraestructura y mejoramiento del Aeropuerto El Dorado.

Estamos hablando de  un Aeropuerto que tiene cerca de 950 operaciones diarias y que es considerado el segundo aeropuerto más importante de Latinoamérica; por eso, sorprende que a pesar de semejante inversión, El Dorado maneje sus operaciones con equipos e instrumentos obsoletos, que imposibilitan el correcto funcionamiento del Aeropuerto, al punto que el Director de la Aeronáutica Civil ha dicho que: “hoy posee los mismos parámetros operacionales de hace 20 años cuando se tenía una sola pista.”
 
Sumado a esto, nos enfrentamos a  un problema mayor que pone en peligro la seguridad aérea en Colombia. Me refiero a la falta de una regulación laboral para las tripulaciones aéreas, que les evite caer en situaciones de fatiga extrema provocada por largas jornadas de trabajo que exceden las doce horas y desbordan los estándares internacionales. Estos temas perjudican seriamente a los más de 26 millones de usuarios que al año moviliza El Dorado, quienes en muchos casos, desconocen sus derechos y sufren lamentables sucesos como los ocurridos la semana pasada.
 
Esta no ha sido la única alerta que he hecho como Senador de la República. En anteriores ocasiones ya he realizado llamados de atención al Gobierno Nacional y al Congreso de la República, con debates de control político e iniciativas legislativas, que conduzcan a mejorar la calidad del servicio del transporte y de la seguridad aérea. Me pregunto dónde está el órgano de control que garantice el principio constitucional de  calidad del servicio aéreo ofrecido a la comunidad, y quienes son los responsables de operar  de una manera que pone en riesgo no solamente la salud sino la seguridad de los pasajeros aéreos del país. Necesitamos respuestas!

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Novedades en ponencia de proyecto sobre marihuana medicinal

Proyecto de Ley No. 80 de 2014

Novedades de la ponencia

Se debe hacer la aclaración que el cultivo, conservación o financiamiento  que está contemplado en el artículo 375 de la Ley 599 de 2000 del Código Penal continúa vigente en el ordenamiento jurídico colombiano. La ponencia propone que será el Gobierno Nacional el que establezca el límite de plantas que se pueden cultivar, conservar o financiar  para uso medicinal o terapéutico.

Dentro de los más de 400 componentes que contiene la marihuana hay 2 que se deben considerar importantes. Uno es el Tetrahidrocannabinol (THC) que es el principal componente psicoactivo que contiene la planta y el Cannabidiol (CDB), que es uno de los componentes de mayor aplicación en el campo medicinal y no es psicoactivo (usado para nauseas, anorexia, convulsiones, inflamaciones). Los  medicamentos a base de cannabis se elaboran con un bajo contenido  de THC, evitando así el componente psicoactivo. Las presentaciones de estos medicamentos en su mayoría son aceites, resinas, gotas, spray, cremas, ungüentos y pastillas.
 
Control y Seguimiento

Teniendo en cuenta las consideraciones y observaciones presentadas por el Ministerio de Salud y Protección Social, y  el Ministerio de Justicia y del Derecho, encontramos la necesidad de crear un mecanismo de seguimiento y monitoreo que permita apoyar la regulación en asuntos como las condiciones de comercialización de los productos terapéuticos a base de marihuana, las restricciones al consumo en diversos grupos poblacionales, conveniencia y oportunidad de modificar la regulación vigente sobre  productos fitoterapéuticos o  preparaciones farmacéuticas, la definición de  funciones de las entidades de control y el desarrollo de protocolos de investigación, entre otros.

Por esta razón, ponencia propone un pliego de modificaciones en el que se incluya dos nuevos artículos a partir de los cuales se crea una Comisión Técnica de Implementación del cannabis medicinal y una Comisión Legal de Seguimiento a esa implementación, para apoyar el proceso de diseño, implementación, ejecución y cumplimiento de la reglamentación sobre el cannabis con fines terapéuticos, medicinales o científicos.

La Comisión Técnica de Implementación, estará conformada por el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Justicia y del Derecho, la Superintendencia Nacional de Salud, la Dirección del Instituto Nacional de Salud y el INVIMA, y tendrá un mandato legal de reunirse por lo menos una vez cada seis (6) meses y rendir un informe al Congreso de la República sobre los avances en la implementación de la ley.

La Comisión Legal en la que tendrán asiento, parlamentarios de la Comisión Séptima Constitucional Permanente del Senado de la República, tendrá a su cargo el seguimiento de la aplicación de esta ley, recibir las quejas que se susciten en ocasión de su implementación y revisar los informes presentados por el  Gobierno Nacional.

Finalidad del Proyecto

Este Proyecto de Ley tiene como finalidad que el Gobierno Nacional reglamente el artículo 49 de la Constitución Política, es decir que se regule y controle el uso medicinal del cannabis, de manera responsable, cuidadosa, creando un modelo único para nuestro país y basándose en estudios científicos serios, de la más alta calidad que garanticen la idoneidad de las medidas tomadas.

Objetivo del Proyecto

Busca crear un marco para la regulación del cannabis con fines terapéuticos, medicinales o científicos en el territorio nacional.

Su objetivo es permitir el acceso a un mecanismo de uso compasivo para el manejo de enfermedades crónicas y terminales y al mismo tiempo, responder de forma eficaz a las graves consecuencias que trae la actual política de prohibición a través de un modelo de regulación basado en datos clínicos y científicos que permitan abordar el consumo abusivo de drogas en Colombia y los círculos de violencia y criminalidad que trae consigo.

Es fundamental reconocer las características particulares de nuestro país, el perfil epidemiológico de sus habitantes, las condiciones de cultivo y producción interna.
 
Argumentos

En los Estados Unidos, el Gobierno Federal desde el año de 1996, ha permitido que 23 estados y el Distrito de Columbia legalicen el uso medicinal de la marihuana. Debido a esto, han surgido diferentes e importantes estudios que han permitido demostrar la eficacia de esta planta como medicamento. Así, en cuanto a los beneficios para la salud, se ha demostrado que alivia síntomas de enfermedades como el cáncer, VIH Sida, esclerosis múltiple, Alzaheimer, trastorno de estrés post-traumático, epilepsia, enfermedad de Cronin, glaucoma e incluso presenta resultados positivos cuando se usa como alternativa a los opiácidos. También nuevos estudios en otras latitudes, indican que personas con adicción al alcohol y otras drogas más fuertes, pueden ser tratadas con marihuana, reduciendo así su nivel de adicción y en el caso de enfermedades mentales, reduciendo los efectos anti-psicóticos que se pueden presentar en tratamientos como el de la esquizofrenia y enfermedades mentales relacionadas.

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Senador por encima de la ley


Para proteger a un país de graves amenazas a la seguridad y la defensa nacional, es necesario amparar con reserva la información de inteligencia. Más de 5  años después del escándalo de las interceptaciones del DAS, los colombianos volvemos a presenciar actos dolosos en el manejo de información reservada.

Se trata de nuevo, del senador Álvaro Uribe, quien viene utilizando las redes sociales para filtrar información confidencial. No es la primera vez que lo hace, al parecer, al senador se le ha convertido en costumbre revelar datos sobre operativos militares y movimientos guerrilleros, sin cuidado alguno del impacto que esta filtración pueda tener en la seguridad nacional, la estabilidad del régimen democrático, los recursos públicos o en la vida de los agentes de inteligencia que se encuentran en medio de operaciones.

Este no es un comportamiento inocuo. La violación de la reserva esta taxativamente penalizada con prisión de 1 a 3 años,  para quien se entere indebidamente del contenido de una comunicación privada y con hasta 4 años de prisión si se revela el contenido de tal comunicación. Adicionalmente, el Código Penal establece que la pena de prisión podrá llegar a ser  hasta de 12 años, cuando se releven secretos militares relacionados con la seguridad del Estado. Estas sanciones penales, se apoyan en  la actual ley de inteligencia que establece que ninguna información de este tipo podrá ser obtenida con fines diferentes de mantener la vigencia del régimen democrático, la integridad territorial, la soberanía, la seguridad y la defensa de la Nación; entre otros. En este marco, tanto la persona que está  facilitando la información dentro de la fuerza pública o dentro de los organismos de inteligencia, como el propio  senador Uribe,  estarían violando el ordenamiento jurídico vigente.

Esta es una conducta gravísima no solo por los bienes jurídicos que se ponen en peligro, sino por la calidad de su protagonista. Me refiero a que el  senador Uribe no es un  ciudadano cualquiera, por el contrario,  ocupó durante 8 años la presidencia de este país y conoce en detalle lo delicado de revelar información de inteligencia o reservada. Por todo esto, hago un llamado a las autoridades competentes, para que investiguen estas conductas e impongan las sanciones a que haya lugar, con el fin de impedir que usos arbitrarios de las funciones de inteligencia, vuelvan a hacer carrera en el país.

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Alto Andágueda

 

El 25 de septiembre El Espectador publicó una importante noticia en materia de restitución de tierras. El Tribunal Superior de Antioquia ordenó la restitución de más de 50.000 hectáreas que benefician a más de 7000 indígenas Embera Katío del Alto Andágueda en el Chocó. Esta es una gran noticia, sobre todo porque los pueblos indígenas y las comunidades negras han sido afectadas desproporcionadamente por el conflicto armado de nuestro país.
 
Sin embargo, el reto que enfrenta la Unidad y los Jueces de Restitución es enorme. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la Ley 1448 de 2011 tiene vigencia por diez años, hay más de cuatro millones de personas desplazadas, y hasta ahora se han proferido apenas 500 sentencias de restitución. ¿Qué se debe hacer para enfrentar este reto y garantizar la restitución jurídica y material de sus tierras? Hemos escuchado distintas propuestas. Algunos sugieren permitir que las víctimas contraten a sus propios abogados. Pero, esta opción conlleva el riesgo de dejarlos a merced de abogados inescrupulosos que los estafen. Otros han propuesto añadir una restitución administrativa a la restitución judicial existente, en aquellos casos en que no haya oposición. Sin duda es una alternativa interesante, pero no resuelve el problema de fondo, pues en la mayoría de los casos sí hay oposición a la restitución.
 
El caso del Alto Andágueda nos ofrece una alternativa: la restitución colectiva. La Ley 1448 de 2011 no regula la restitución para comunidades étnicas, sino la individual. Sin embargo, en dicha ley el Congreso facultó al Presidente para regular los procesos de restitución para éstas comunidades. Así, el gobierno, elaboró los decretos 4633, 4634 y 4635 de 2011 en procesos de consulta previa con las comunidades étnicas, en los cuales se creó la figura de la restitución colectiva. Lo que permitió que se les restituyeran, en un solo proceso, las 50.000 hectáreas a los 7.000 indígenas Embera Katío del Alto Andágueda. Este proceso no estuvo exento de dificultades. Sin embargo, la acción colectiva facilita la labor de la Unidad y de los jueces. Hace más fácil la recolección de pruebas en torno al despojo y de los hechos de violencia que motivaron el abandono y facilita la reconstrucción de los linderos. Es una efectiva alternativa para cumplirle a todas las víctimas de este país.

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Reforma a la ONU

 

El Consejo de Seguridad es el órgano más importante  de la ONU, Su principal tarea es mantener la paz y la seguridad en el mundo. Este órgano surgió con la firma de la Carta de las Naciones Unidas en 1945 y para su creación, no solamente se tuvieron en cuenta  las sugerencias de los más poderosos sino también la de los países más pequeños, fruto de la descolonización.
 
Este consejo,  ha sido llamado el más poderoso porque sus resoluciones son obligatorias para los 192 países miembros,  a diferencia de las decisiones de otros órganos de la ONU que se consideran como meras recomendaciones. Adicionalmente, este consejo  puede adoptar medidas para investigar cualquier situación susceptible de amenazar la paz,  imponer sanciones para modificar la conducta de un Estado y disponer el envío a cualquier lugar, de fuerzas militares para el mantenimiento de la  paz.
 
El Consejo de Seguridad  ejerce una influencia importante en la manera como se conduce la  política mundial y la vida de los estados; por esa razón,  se discute la necesidad de otorgarle un puesto permanente a un país latinoamericano. Actualmente, sus miembros  suman un total de quince países compuestos por cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia) y diez miembros no permanentes elegidos  y reemplazados cada año para garantizar una adecuada distribución geopolítica.
 
Este no es un asunto meramente académico, el Consejo de Seguridad necesita legitimar sus decisiones ante la región, más aun, cuando las 23 agencias y organismos que conforman el Sistema de las Naciones Unidas intervienen actualmente no solo  en Colombia sino en la región. Apoyan las capacidades estatales  para afrontar los retos del desarrollo y para lograr la superación del conflicto armado. América Latina ha servido de laboratorio para implementar enfoques innovadores diseñados en las Naciones Unidas, combinando la reducción de la pobreza con la inclusión social y ha mostrado éxitos que le dan  credibilidad para hablar sobre desarrollo, paz y seguridad colectiva.
 
El mundo, no es el que teníamos en 1945 y por eso, el Sistema Internacional está obligado a incluir figuras emergentes dentro de los órganos más importantes de la ONU y hacerlos parte de la definición de estrategias sociales y políticas de seguridad y desarrollo. América Latina y el Caribe, necesitan influir de manera real, no simbólica, en el diseño de la paz mundial. Es necesario agregar una nueva silla permanente  al Consejo de Seguridad

 

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Regular marihuana disminuye crimen y violencia

En columnas anteriores hemos dado respuesta a las principales preguntas que resultan cuando pensamos en un marco regulatorio para la marihuana medicinal. Presentamos evidencia sobre las propiedades terapéuticas de la marihuana, casos documentados estudios que demuestran que no hay aumento de consumo en menores en estados de Estados Unidos que han aprobado leyes de uso medicinal de esta planta, hemos abordado los efectos colaterales de la marihuana y su peligrosidad relativamente menor frente al alcohol y el tabaco, y hemos señalado como mito pensar en la marihuana como puerta de entrada a drogas duras, porque no hay estudios científicos ni evidencia empírica que lo demuestren.

Déjenme ahora escribir sobre los vínculos entre marihuana crimen y violencia. Muchos se preguntan: ¿Será que regular la marihuana medicinal aumentará el crimen asociado al consumo de esta droga? Frente a este cuestionamiento, la evidencia científica recogida por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) indica que no hay estudios que asocien el consumo de marihuana con comportamientos violentos por parte de sus usuarios; de hecho, en estados como Colorado se encontró una disminución en la estadística de delitos luego de la entrada en vigencia de la regulación medicinal.  En realidad, los estudios sobre la conexión entre violencia y el consumo de marihuana y de alcohol indican que la agresión que provoca en usuarios el consumo de marihuana es casi inexistente cuando se compara con la tendencia al comportamiento violento que provoca el abuso de alcohol o de drogas duras. Como lo ha escrito con claridad la FIP, no hay evidencia sobre que el consumo de marihuana conduzca a más violencia.

Por este y los hallazgos conclusivos de las columnas anteriores , la meta de un marco regulatorio para la marihuana medicinal debe estar enfocada en la salud pública y dirigida a buscar alternativas de tratamiento para enfermedades que hasta la fecha no han podido curarse con el conocimiento tradicional, a desarrollar un  enfoque compasivo hacia pacientes terminales que les garantice calidad de vida durante sus últimos días y al mismo tiempo control de las consecuencias no deseadas, protegiendo a la niñez frente al consumo temprano, limitando el comercio excesivo de esta sustancia y sancionando no el consumo pero si la comercialización de esta planta en mercados no medicinales.

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¿Prohibir o legalizar? Regular


Cuando se plantea la necesidad de buscar una opción al enfoque prohibicionista de las drogas, siempre surge la pregunta sobre qué va a pasar con nuestros jóvenes y con el consumo de estas sustancias. En realidad, nuestro interés de abordar la regulación de la marihuana se concentra precisamente en ellos, pues necesitamos que sea el Estado quien tenga el control de estas sustancias y no las organizaciones criminales que son las responsables de que en los últimos años haya aumentado el consumo de drogas en Colombia. Este Proyecto de Ley no busca  liberar el consumo sino regularlo y controlarlo, como ocurre con el alcohol y el tabaco pero en este caso exclusivamente con fines médicos y terapéuticos. Por eso, hemos dicho que es urgente desarrollar programas para reducir la adulteración clandestina de las sustancias por parte de traficantes y distribuidores y realizar campañas dirigidas a aumentar la edad de consumo.

En relación con el uso terapéutico de la marihuana, emergen con frecuencia dos preocupaciones: la relacionada con que su uso pueda ser la puerta de entrada a otras drogas y aquella que se refiere a que permitir el uso terapéutico puede derivar en aumentar el consumo en los adolescentes. Al respecto, los estudios e investigaciones reunidos por  la Fundación ideas para la Paz FIP, demuestran que en la mayoría de los casos el consumo de marihuana no es una puerta para el consumo de otras drogas ilícitas, pues se ha probado que gran parte de los usuarios de drogas consideradas “suaves “nunca llegan a consumir drogas “más fuertes”. En el caso del uso del cannabis terapéutico, no hay que olvidar que el argumento de ser puerta de entrada es remoto, por cuanto su acceso seria restringido y de formulación bajo determinadas condiciones y dosificaciones.

En relación con que el uso de la marihuana medicinal podría aumentar la tasa de consumo en adolescentes, la FIP, a partir de la evidencia científica disponible, ha mostrado que no existe correlación entre el uso de marihuana medicinal y un aumento de la prevalencia en adolescentes, a partir de casos como el de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante resaltar que dado que el debate de la marihuana medicinal podría disminuir la percepción de riesgo que existe entre la población adolescente, es fundamental delimitar las condiciones en que se permitiría su uso, de manera que no se estimule el consumo y al mismo tiempo se construya una política pública en prevención.

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Del mito al dato: marihuana

Oficina de Prensa Senador Juan Manuel Galán. El proyecto relacionado con la regulación del uso medicinal de la marihuana, ha generado una polarización política inesperada. Digo inesperada, porque frente al escenario previsto  de visiones opuestas sobre cómo manejar el problema de las drogas o de estudios científicos que se contraponen a nuestros hallazgos, nos hemos encontrado con argumentos basados en mitos y prejuicios que buscan mantener las cosas como están, sin prever que los riesgos actuales pueden convertirse rápidamente en verdaderos desastres para nuestro país.

La polarización en el tema de la marihuana, ha llevado a algunos a asumir posiciones extremas que verdaderamente desinforman a los colombianos. Se ha dicho que la marihuana es altamente adictiva, que hoy es más potente de lo que fue en el pasado, que se usa para consumir drogas más fuertes y que provoca comportamientos delictivos entre quienes la consumen. Falso!

Esta radicalización, promueve escenarios de miedo y desinformación; y divergencias basadas en mitos y prejuicios, lo que me recuerda un artículo publicado por la BBC a comienzos de este año, titulado: A Point of View: See no Evil. En él, su autor analiza la percepción del ciudadano sobre la invasión a Irak y la crisis financiera norteamericana y hace una distinción entre lo que podríamos llamar grados de ignorancia. Es decir, distingue entre tres cosas: las cosas que sabemos que ignoramos, aquellas cosas que no sabemos que ignoramos y aquellas cosas que preferimos ignorar.

Quiero referirme a estas últimas: las cosas que elegimos no saber. En un tema tan delicado para este país como el de la lucha contra el narcotráfico, que le ha costado a Colombia una de las  tasas de homicidios más altas del continente, un creciente aumento del consumo interno que no hemos podido controlar a través de medidas prohibicionistas, y corrupción de funcionarios públicos, no podemos darnos el lujo de decidir permanecer en la ignorancia sobre las consecuencias de las decisiones de política pública.

Por eso, más allá de buscar la regulación de la marihuana medicinal, este proyecto busca ofrecerle  al país  la única posibilidad que tiene para lograr un cambio social en favor de sus ciudadanos, esto es, la reivindicación de las ideas y el retorno al debate público como forma de toma de decisiones en el país.

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Ya funciona la Comisión de seguimiento a la Ley de víctimas

Oficina de prensa del senador Juan Manuel Galán. Bajo el liderazgo del Presidente de la Comisión Primera del Senado, Juan Manuel Galán y con la asistencia de Paula Gaviria, Directora de la Unidad de Víctimas, el Viceministro de Defensa Jorge Enrique Bedoya, Ricardo Sabogal Director de la Unidad de Restitución de Tierras, la Representante Clara Rojas y el Representante Rodrigo Lara , se instaló la Comisión de seguimiento a la Ley de Víctimas, en el Salón Boyacá del Congreso de La República.

La primera sesión estuvo enmarcada por las declaraciones de rechazo y solidaridad al documento infame publicado por las FARC en el que desconocen la calidad de víctima de la Representante Clara Rojas.

El Senador Juan Manuel Galán, quien está coordinando la Comisión, resaltó la importancia de  reactivar el proceso de control político y de seguimiento conjunto desde Cámara y Senado a la implementación y  puesta en marcha de la Ley de Víctimas. En esta segunda fase cada sesión tendrá un tema específico y el primero corresponderá al presupuesto que se requiere para la implementación de la Ley para el año 2015.

Para el próximo miércoles 10 de septiembre están citados el Ministro de Hacienda y el Director del Departamento de Planeación Nacional para analizar sector por sector lo relacionado con la Ley de Víctimas y Reparación de Tierras y en qué rubros hay desfinanciación. Ya hay una preocupación de entrada por la Unidad Nacional de Protección, el Ministro del Interior Juan Fernando  Cristo ha manifestado que hay un déficit para cumplir con el mandato de proteger a las víctimas.

También se analizarán las proyecciones que tiene cada entidad. Por ejemplo, el Ministerio de Agricultura y la Unidad de Restitución de Tierras presentará sus proyecciones, lo propio el Ministerio del  Interior, el Ministerio de Justicia y el Ministerio de la Salud.

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Fuerzas militares: protagonistas de la paz

En la historia política de América latina, de la que Colombia no es ajena, siempre han existido  caudillos  que creen que sembrando odio y venganza pueden construir nación. Me pregunto: Cómo es posible que después del costo que ha tenido que pagar este país por el horror de más de 50 años de guerra, y después de un Frente Nacional que luego de mucha sangre logró desvincular a la policía de la violencia de los anos 50s, hoy día, haya ciudadanos que quieren reintroducir el germen de violencia en los miembros de la fuerza pública. Cómo es posible que un país cansado de décadas de conflicto que espera alcanzar un acuerdo de paz, deba sentir la amenaza de repetir esa historia bárbara y sangrienta que conoció en el pasado, cuando policías y soldados se involucraron en política, convirtiéndose algunos en verdaderos deliberantes ideológicos.

No podemos permitir que la fuerza pública, una institución fundamental para  nuestra democracia y para la seguridad del pueblo colombiano,  caiga en manos de quienes con un discurso de odio y rencor, buscan politizarlas y convertirlas en instrumento de violencia política.

Casos como el de las pasadas elecciones presidenciales, en donde al parecer,  algunos miembros de la Policía Nacional estuvieron  involucrados en actividades proselitistas a favor del candidato Zuluaga, o el de hace pocos días, en donde  el hacker Andrés Sepúlveda afirmó que recibió órdenes  de interceptar comunicaciones relacionadas con el proceso de paz, son el resultado de agentes generadores de violencia que quieren manchar con tintes políticos a nuestras fuerzas armadas.

Los colombianos no queremos tener que repetir el Frente Nacional y estoy seguro que la mayoría de nuestros policías  y de miembros de la fuerza pública, no lo quieren tampoco. Por eso, debemos protegerlos de incitaciones de odio y además incluirlos decididamente en la gran batalla por la paz. La historia, ya nos enseñó que ningún proceso de reconciliación llega a buen puerto dejando de lado a nuestros policías y militares. Nadie como ellos, que libran esta guerra todos los días, ha  ganado un asiento en la mesa donde se firme la paz. Ellos no solamente son los guardianes de Colombia, son los garantes de la paz.

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Bancada galanista

Me siento agradecido. Durante los últimos días, con ocasión del aniversario de su muerte, se ha recordado casi todo sobre mi padre. Quisiera subrayar una de sus ideas, que para mí es fundamental, y es como el cambio en nuestro país se puede lograr si todos cambiamos la manera de pensar sobre la política,  si todos asumimos nuestra responsabilidad como ciudadanos, en el ejercicio y en la práctica de la política. Ese, creo que es el mensaje más importante que mi papá nos dejó a sus hijos y el que con más fuerza le ha sobrevivido.

Porque más que preguntarme qué habría pasado con Colombia si Galán hubiera llegado a la Presidencia de la República, tengo la certeza de que el mensaje que dejó después de su muerte, fue mucho más profundo del que habría podido dejar como Presidente, porque logró tocar la conciencia colectiva de los colombianos y despertar un afecto que se mantiene, luego de 25 años de asesinado. Mi hermano Carlos Fernando y yo, hemos tenido la oportunidad de recorrer el país y hemos encontrado que no hay un solo rincón de Colombia en donde no se recuerde a mi padre y en donde la gente no sienta un profundo afecto por él.  Eso, lo convierte en un hombre poderoso. Porque para mí, el poder político no se mide en puestos, ni en contratos; se mide en los grados de cariño que el pueblo colombiano siente por un líder. En ese sentido, mi papá es tal vez el hombre político más poderoso que yo haya conocido.

El afecto de la gente, fue el motor de mi padre en el foro público. Como Concejal y Senador, tuvo la oportunidad de presentar sus ideas y de avanzar en debates de control político trascendentales como el Cerrejón sobre la minería y el medio ambiente. Ahora, Carlos Fernando y yo, somos Senadores de la República, por lo que creemos que más allá de ser parte de Cambio Radical y del Partido Liberal, somos senadores galanistas: una bancada pequeña que por ahora solo tiene dos miembros, pero que trabajará durante los próximos cuatro años para que las ideas de Luis Carlos Galán, lleguen con fuerza y hagan presencia en la agenda pública nacional. A todos, ¡gracias!

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Otra visión sobre las drogas

Tuve dos casos en mi familia de intenso dolor por una enfermedad terminal: el cáncer. Si ambos encontraron alivio en el cannabis medicinal, ¿por qué negarle esta posibilidad a otros colombianos que se encuentran en una fase de agonía o en el último estadio de su vida? Estudios científicos han demostrado que el cannabis medicinal no solo ayuda al manejo del dolor de enfermedades crónicas y terminales  sino también a lidiar con los efectos de sus tratamientos como por ejemplo las náuseas, vómitos, falta de sueño, entre otros.

Hoy día, ya no podemos hablar del dolor simplemente como un síntoma. El dolor se ha convertido en una enfermedad en sí mismo, y por eso, hay que tomarla en serio. Ese es el propósito de nuestro proyecto de ley. A diario nos escribe la gente animándonos a seguir adelante con este proyecto contándonos los terribles dolores que padecen por cáncer o lupus y como el uso del cannabis ha mejorado su calidad de vida.

Sin embargo, también escuchamos voces que descalifican nuestro trabajo con argumentos como el de porqué yo como hijo de Luis Carlos Galán asesinado por el narcotráfico,  estoy pidiendo  que se legalice la droga y la marihuana. Una claridad, nosotros no buscamos liberar el consumo de marihuana sino regularlo y empezar a resolver los problemas de consumo que han venido en aumento en nuestro sociedad. 

Lo que no entienden algunos, es que quienes asesinaron a mi padre, fueron las mafias del negocio ilegal del narcotráfico y todos sus aliados en el sector político y en los organismos de seguridad del estado. No fue la droga en sí misma. De hecho, si la droga no hubiera generado ese negocio ilícito, que hoy día produce al año alrededor de 9000 billones de pesos y le transfiere un poder económico, político y militar a esas mafias, tal vez a mi papá no lo hubieran asesinado.

En ultimas, este proyecto no solo busca ser una medida más humana para miles de colombianos en estado de agonía, sino  también proponer un cambio en la política de las drogas que efectivamente pueda derrotar las mafias que asesinaron a mi padre, dándoles por donde más les duele: el bolsillo.

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Menos armas, más paz

El mandato que recibimos de la gente fue luchar contra el delito y la violencia en Colombia. Por eso, quisimos abordar el rol que en este tema, juegan las armas de fuego en el país. En materia de armas, la Corte Constitucional ha dicho que el propósito de la carta política de 1991, fue hacer uso de ellas para fortalecer la paz y que solo de manera excepcional, está consagrada la entrega de armas a particulares. Por su parte, las Naciones Unidas han afirmado que en Colombia, según datos del Departamento de Control y Comercio de Armas, Municiones y Explosivos del Ministerio de Defensa, hay 1’234.630 armas de fuego registradas. De ellas, 634.261 están en manos de la Fuerza Pública y de otras entidades del Estado y 662.666, en poder de particulares y empresas de seguridad privada. El hecho de que alrededor del 53% de las armas de fuego registradas, se encuentren en manos de particulares, nos movió a explorar el estado en que aquellas se encuentran,  especialmente en el Congreso de la República.

Así, ante los cuestionamientos elevados frente a la mesa directiva del Congreso sobre estos temas, y luego de recibir el primer informe por parte de la Secretaria General, encontramos que la Unidad del Almacén del Senado de la República, tiene 238  armas en el inventario de su armamento. Sin embargo, 40 de ellas están reportadas como material perdido y 1 está pendiente de ser reintegrada. Sorprende que del total del material perdido, haya 27 armas (25 Revólveres Smith & Wesson y 2 Escopetas Winchester)  sobre las que  el Almacén de Senado dice que no tiene conocimiento, a pesar de que cuenta con la correspondiente denuncia. Este y otros temas, como el de que las armas con denuncia de hurto o pérdida aun no han sido dadas de baja oficialmente, generan varias inquietudes que esperamos sean resueltas en el segundo informe que sobre estos temas, he sido solicitado al Congreso de la República.

Todos debemos ser vigilantes del buen uso de las armas. Por eso, nos unimos a los esfuerzos de desarme que se dan en Colombia y hacemos un llamado para que estén acompañados de medidas de transparencia hacia la ciudadanía sobre el manejo de las armas en manos de particulares, con el fin de generar un clima de confianza, ahora que estamos tan cerca de la paz.

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Marihuana para el dolor

Revuelo ha causado en los últimos días el proyecto de ley que radiqué en nombre del liberalismo, y que busca permitir el uso medicinal del cannabis cuando las investigaciones científicas comprueben resultados eficaces en el tratamiento de enfermedades crónicas.

En realidad este proyecto no es novedoso. Estamos hablando de una planta (el cannabis) cuyo cultivo se conoce desde hace 8.000 años y que ha sido utilizada no solo por sus propiedades terapéuticas sino también por sus usos industriales. A pesar de esto, una extendida política prohibicionista sobre las drogas, dirigida principalmente a la penalización de los usuarios, ha demorado el inicio de un debate claro sobre los efectos y beneficios de la marihuana en la salud y sobre estrategias efectivas de prevención del consumo.

Es necesario reabrir el debate público. No se trata simplemente de importar un modelo extranjero sobre el uso medicinal de la marihuana; es fundamental reconocer las características particulares de nuestro país, el perfil epidemiológico de sus habitantes, las condiciones de cultivo y producción interna y las recientes estadísticas de consumo a edad temprana, para desarrollar un modelo propio a partir de datos clínicos y científicos obtenidos en el territorio nacional.

Esto no le resta importancia a los avances que ya se han dado sobre el tema: Sabemos que la comunidad internacional ha comprobado la eficacia del uso del cannabis en el mejoramiento de la calidad de vida de pacientes con padecimientos crónicos como el cáncer, la artritis, glaucoma, síndrome de Tourette, el SIDA, diabetes, epilepsia y otras enfermedades poco estudiadas como la fibromialgia.

Adicionalmente, el Instituto Nacional de Abuso en Drogas de los Estados Unidos, luego de realizar un estudio sobre la dependencia de sustancias como el cannabis, la cafeína, la cocaína, el alcohol, la heroína y la nicotina, concluyó que el cannabis era la sustancia menos adictiva, seguida por la cafeína y que la nicotina era la sustancia que causa mayor dependencia. Esta información, entre otras, puede ser utilizada a manera de consulta, pero el debate interno necesita iniciarse sin más demoras.

Colombia ha acumulado suficiente frustración frente a estrategias fallidas en el manejo de la marihuana, y ahora está preparada para hablar del tema y buscar nuevas formas de mejorar la calidad de vida de todos aquellos que sufren enfermadas terminales o crónicas.

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Política antidrogas: el cambio es ahora

Al principio, nos dijeron que esta guerra era contra las drogas, no contra las personas. Sin embargo, la evidencia muestra que el costo que hemos sufrido como sociedad en esta guerra es desproporcionado frente a los resultados positivos de la estrategia contra las drogas iniciada en Colombia en los años 70.

El tema regresa a la agenda política a propósito de la celebración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Esta fecha no solo muestra la voluntad política de la comunidad internacional de luchar contra esta amenaza, sino que reorienta el problema al entenderlo, más que como un peligro para los gobiernos, como un grave riesgo para la salud de la humanidad.

No podemos seguir acumulando víctimas en una guerra perdida. No podemos seguir militarizando este país, comprando armas y helicópteros para combatir a las mafias, creando nuevos sistemas de vigilancia sin seguimiento o entrenando perros antidrogas sin darnos cuenta de que, como resultado directo de estas medidas, lo único que ha bajado es el precio de las drogas. Su pureza, la capacidad de infiltrar al Estado y la rentabilidad de la operación van en aumento.

Negar que la estrategia de militarización ha debilitado al Estado y permitido altos niveles de corrupción en el gobierno; que los narcotraficantes, más allá de organizaciones criminales, se han convertido en una clase económica y social que contamina la identidad cultural de nuestro país; y que esta guerra se está librando contra las personas más que contra las drogas, impide darle una perspectiva nueva y más humana al problema.

En otras palabras, lo que quiero hacer es un llamado a recoger evidencia científica sobre los tipos de consumos en el país, a explorar nuevos usos terapéuticos de las drogas, a hacer un análisis crítico del enfoque que hemos tenido sobre el tratamiento de las drogas y, en general, a hacer un debate abierto sobre la mejor forma de regular su uso, explorando alternativas más eficaces para controlarlo.

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Mi voto por Santos

Los colombianos sabemos bien qué es la guerra, pero no la paz. Sin embargo, creemos que esta va más allá de la firma de un documento en La Habana o de las promesas de un candidato presidencial.

La paz, no es solo un acuerdo entre dos partes o una promesa de campaña. Se trata más bien de una estrategia en la que todos jugamos, una estrategia contra la trampa, contra el juego sucio, contra las mafias y la corrupción; es una táctica para acabar con el espíritu de ilegalidad que corrompió a este país y que permitió que bandidos aliados con fuerzas oscuras dirigieran su destino, una condición para que se respete la institucionalidad y para que la ley se convierta en una herramienta que garantice derechos.

La paz es jugar en el mismo equipo, salir al campo y ponerse la camiseta por Colombia. Es convertirnos en hinchas de una causa común: la de la infancia, enfrentando todo lo que permite que cada año mueran en Colombia cerca de 10.000 menores de 5 años; la de las víctimas, reconociendo a más de 5 millones de personas que soportaron el sacrificio de la guerra; la de los estudiantes, fortaleciendo la educación pública; la de los campesinos, ese 32% de la población colombiana que con su trabajo nos alimenta; y finalmente, la causa de más de 14 millones de colombianos que mientras escribo esta columna sufren la exclusión y la indiferencia de la pobreza.

Por todas estas razones, la política de hoy no necesita personas de conveniencia sino de convicciones, que conozcan la situación real del país y entiendan que ella no es  un medio de subsistencia ni una forma de enriquecerse, sino una vocación de servicio.

Para eso, necesitamos gente que quiera andar por el estrecho camino de la legalidad, que se oponga de frente a la continuación de la guerra, a la intolerancia y a la corrupción. El logro de la paz no es cosa de ingenuos ni cobardes, es cosa de gente valiente que decide tomar los riesgos que sean necesarios y asumir las dificultades que vengan, sin caer en el facilismo de la lucha armada. La firma en La Habana es solo el comienzo. Por eso respaldo al Presidente Santos.

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Narcotráfico y salud

Dos noticias han pasado inadvertidas en medio de la campaña electoral por la presidencia de la república. En primer lugar, el acuerdo sobre el tercer punto en las negociaciones de paz, que tiene un profundo impacto en el flagelo del narcotráfico. En segundo lugar, la decisión de la Corte Constitucional de declarar exequible la ley estatutaria de salud, que esperamos ponga fin al calvario que sufren millones de colombianos cuando recurren al sistema de salud colombiano.

El narcotráfico es el tercer acuerdo alcanzado. En este, las Farc se compromete a dejar este negocio ilícito que ha sido el principal combustible del conflicto armado en Colombia durante décadas.

El consumo de sustancias ilícitas es validado en el acuerdo como un asunto de salud pública, algo que ya habíamos logrado con la ley 1565 de 2012 que  reconoce la adicción en Colombia como una enfermedad; y por tanto los consumidores son pacientes y no criminales. Nos corresponde seguir garantizando tratamientos en el sistema de salud con mayor calidad y cobertura.

La segunda gran noticia es la decisión que tomó la Corte Constitucional que declaró exequible la ley estatutaria de salud aprobada por el Congreso de la República. Una vez el Presidente Santos la sancione, podrá entrar en vigencia y contribuir a resolver la crisis del sistema de salud que niega a millones de colombianos el acceso a un derecho fundamental.

Los medicamentos han venido bajando de precio para que toda la población acceda a tratamientos de calidad sin resignarse a tomar para todo acetaminofén e ibuprofeno. Queda pendiente el reto de la ley ordinaria que esperamos elimine definitivamente la integración vertical, caracterizada como la madre de la corrupción en el sector salud.

Otra decisión importante del Presidente Santos es convocar el Consejo Nacional de Paz que va a permitir abrir canales más amplios de participación para la sociedad civil en el proceso de paz. El anuncio de dividir el equipo negociador para acordar en paralelo el punto cuatro y cinco de la agenda sobre víctimas, justicia, desmovilización y dejación de las armas es una buena decisión para agilizar los tiempos del proceso.

DE PASO: Si Óscar Iván Zuluaga improvisa con el proceso de paz haciendo anuncios contradictorios como candidato, ¿qué podemos esperar de él como Presidente?

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Zuluagate

Intervenir encuestas, redes sociales, correos personales, hackeo y violaciones ilegales, echar a rodar mentiras se convierten hoy por hoy en las tácticas privilegiadas de campañas como la de Zuluaga-Uribe para obtener el poder a cualquier precio.

Es la única forma de desvirtuar los planteamientos y postulados de campañas serias que, como la de Juan Manuel Santos, defienden la paz.

Traficar con información de inteligencia con fines políticos y electorales no es simplemente una táctica de campaña sucia, es un delito por el cual los responsables en la campaña uribista de Zuluaga tendrán que responder acá y en Estados Unidos. 

Ante las evidencias de la conspiración contra el proceso de paz, la campaña de Zuluaga afirmó que el video del hacker Sepúlveda era un montaje. La Fiscalía confirmó que se trata de un video auténtico. Dicen que una de las maneras de conocer a alguien es entregándole poder. Zuluaga demostró quién es y de lo que es capaz en su búsqueda.

El clima político que se vive se asemeja al de Venezuela antes de que Chávez llegara al poder. Uribe quiere incendiarnos y regresarnos a la década de los cincuentas, cuando liberales y conservadores se mataron entre sí. La extrema derecha viene recargada, liderada por su Caudillo, con sed de venganza y dispuesta a todo con tal de tomarse el poder. La primera víctima sería la Corte Suprema de Justicia. Ya el Senador Uribe la insultó y dejó entrever lo que le esperaría si Zuluaga llega al poder.

Los colombianos no nos jugamos simplemente el nombre de quien habrá de gobernarnos en los próximos cuatro años. Nuestro país define su régimen político democrático, que hoy está amenazado por una embestida fascista. Todas las fuerzas republicanas y democráticas que le apostamos a la institucionalidad y al estado de derecho tenemos la obligación de actuar en defensa de nuestra democracia.

Solo hay una opción por la paz, la verdad, la reparación y la justicia. El proceso de paz está en juego y se encuentra amenazado por la extrema derecha. El Presidente Santos es la garantía para que este esfuerzo histórico que está a dos puntos de culminar en la negociación, no lo echemos por la borda. Nuestros hijos y nietos no lo perdonarían. Votemos por la paz.

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Del odio y otros demonios

Los enfrentamientos entre el Partido Liberal y el Conservador en los años 1946-1958 dejaron como consecuencia un periodo en la historia colombiana teñido de violencia, asesinatos, agresiones, persecuciones, violación y destrucción de la propiedad privada, terrorismo (tras el alineamiento político) entre otros.

Los Chulavitas de Boyacá y los Pájaros del Valle del Cauca, protagonizaron actos atroces de vandalismo público que generaron reacciones inmediatas como la migración forzosa de la población hacia las grandes ciudades, delincuencia y bandolerismo. Las guerrillas liberales se convierten en las FARC, aparece el ELN y otros movimientos de insurgencia.

El Frente Nacional pacificó a Colombia después de 300.000 personas sacrificadas por la violencia política. ¿Queremos los colombianos realmente volver a vivir esa tragedia?

Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. A pocos días de las elecciones presidenciales, la campaña sucia, las injurias, las calumnias, las mentiras, el odio y la agresión son los instrumentos que la extrema derecha, en un acto de extrema desesperación, utiliza para atraer votantes. Los colombianos queremos la paz y no la guerra política, hacia la que el Senador Uribe y su candidato presidencial nos quieren devolver.

Quedó expuesta la conspiración contra el proceso de paz, el deseo irrefrenable que algunos tienen de querer condenar indefinidamente el país al conflicto armado. Esperamos que la campaña de la Z vuelva a las propuestas, compita con ideas, interpretaciones de la realidad nacional y no persevere en la mentira, el odio, la agresión y la calumnia. 

En esta campaña no está en juego el futuro político de Juan Manuel Santos y el de los otros candidatos. La elección presidencial del 25 de mayo definirá el rumbo que Colombia tome en el próximo medio siglo. Tenemos una oportunidad histórica de avanzar hacia la paz, nuestros hijos y nietos nos juzgarán por haber sido inferiores a nuestra responsabilidad.

Joseph Goebels, Ministro de la Propaganda nazi, pregonaba que una mentira repetida cien veces se convierte en una verdad. Esa parece ser la política de la campaña uribista. Peligroso camino de odio que Colombia ya recorrió una vez y que quienes queremos la paz no estamos dispuestos a repetir.

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Peloteo entre instituciones en Eldorado beneficia a las mafias

(Oficina de comunicaciones senador Juan Manuel Galán). “En Eldorado pareciera que existiera una zona de distensión y  de despeje, donde no impera la ley y donde opera un gran concierto para delinquir”. Con esta afirmación inició su intervención el Senador Juan Manuel Galán, en el marco del debate sobre la crisis en materia de seguridad que se presenta en el Aeropuerto Eldorado.

Con la asistencia del nuevo Director de la Aerocivil, Gustavo Lennis; el Director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega; el Director y el Jefe de Seguridad de Opaín y el Viceministro de Hacienda, Andrés Restrepo, el Senador Juan Manuel Galán realizó el debate de Control Político sobre la grave situación que presenta el Aeropuerto Eldorado como puerta de entrada al contrabando y al riesgo de seguridad que representan las falencias en el sistema de control aduanero.

Después de una inversión de 900 millones de dólares en la modernización de Eldorado, existe un denominador común: la improvisación desde sus inicios, que se refleja hoy en la porosidad que presenta para que todo tipo de tráfico se esté dando en divisas, oro, contrabando, armas, mercancías y droga.

Uno de los puntos más graves en las denuncias del Presidente de la Comisión Primera es que un asunto de seguridad nacional no puede estar en manos de empresas de vigilancia privada, como hoy ocurre, y citó el caso del 11 de septiembre, que obligó a Estados Unidos a crear el Departamento de Seguridad Nacional.

Duros cuestionamientos para la DIAN ocuparon gran espacio del debate. Actualmente no se cuenta con un sistema robusto y confiable que tenga la capacidad de manejar el aeropuerto con mayor flujo de carga de Latinoamérica. El sistema existente presenta un gran riesgo de que toda la información tributaria pueda ser modificada e incluso, borrada. Las barreras de acceso, cortafuegos o firewall al sistema son fácilmente vulnerables. Adicionalmente, gran cantidad de registros aduaneros se realizan a través de tablas del programa Microsoft Excel, programa no idóneo, al tener restricciones de uso en la cantidad de datos manejados y la considerable demora en la búsqueda de registros e información.

Del 100% de mercancía que ingresa a Eldorado, aproximadamente solo el 19% es nacionalizado en el mismo aeropuerto (Importación Directa). El 81% de la mercancía restante sale con planillas de envío a otras ciudades, depósitos aduaneros o zonas francas. La POLFA no tiene competencia para verificar la mercancía y hay un riesgo importante de pérdida de mercancía en el tránsito aduanero del Aeropuerto hacia la Zona Franca.

El caso de los vuelos Charter mereció capítulo aparte. Los espacios para hangares de estos vuelos se encuentran en los extremos del Aeropuerto, punto con difícil visibilidad desde la torre de control y cuentan con puertas de acceso sin el debido control y vigilancia y sin verificación de la mercancía que ingresa y sale. Para suplir las fallas de información de vuelos privados, el Director de la Aeronáutica Civil anunció que en los primeros días de mayo entrará a operar una planilla que deberá ser diligenciada por las empresas que los operan y así habrá reciprocidad de información.

¨Es tan grave la situación con los vuelos privados que incluso muchos llegan con la mitad de su carga y el faltante se extrae en el carreteo de la pista. Son 30 los hangares con mínimas medidas de seguridad¨, afirmó el Senador Galán.

Para encontrar una salida viable a la grave crisis y la falta de corresponsabilidad entre la DIAN, la POLFA, la Aerocivil y OPAIN, el Senador plantea varios escenarios:

1. Designar un solo ente como responsable de la seguridad y de la totalidad de mercancías que ingresan y salen del país, acompañado de una mesa directiva interinstitucional.

2. Escindir la entidad recaudadora de impuestos y la encargada de las aduanas. Actualmente la DIAN en el nivel central, cuenta con una sola dirección compartida para impuestos y aduanas en áreas tan importantes como lo son la de gestión de ingresos y gestión jurídica.

3. Aprovechando la futura creación del Ministerio de Seguridad Ciudadana, que ha prometido el Presidente Santos, realizar una reforma para que de este Ministerio dependa la administración de aduanas, así como inmigración, fronteras, etc.

Nuestras historias

El Gabo que conocí, "en torno a una choucrute"

Presentí una ráfaga en forma de recio viento nostálgico tras los oficios religiosos característicos en un jueves santo de rigor, antesala de la nefasta noticia que daba la vuelta al mundo: "A las tres de la tarde Gabriel García Márquez ha muerto". Tal situación me envolvería en un manto de mil recuerdos, pues, inmediatamente, retrocedí al verano húmedo parisino de 1996. El Nobel promocionaba el manuscrito fundamentado en el secuestro de mi tía Maruja Pachón y otros periodistas a manos del infame Pablo Escobar.

Llegamos a la Estación de Montparnasse, donde nos encontraríamos los hermanos Galán Pachón con el hombre del Realismo Mágico macondiano.

Con afabilidad y amable saludo, nos introduce en su amena conversación. Aproximarse o simplemente verlo cercano nos permitía sentir una mezcla extraña entre su vanidad (usaba zapatos de tacón para verse más alto), sencillez, timidez y capacidad para de inmediato hacerte sentir su amigo íntimo, un miembro de su familia.

De paso por el Cementerio de Montparnasse nos cuenta que su amigo Julio Cortázar comparte un espacio con su mujer en el pasillo principal de ese camposanto. Afirmó que en minutos como ese, la nostalgia se despierta acuchillando la tranquila existencia cotidiana.

Nos recordó que por fortuna el tiempo pasa y castra la piel. Imagino que lo diría por la muerte de mi padre, los recuerdos y la nostalgia que trae la ausencia. “Les invité porque quería conocerlos”, dijo firme. Pedimos Choucrute (repollo con salchicha). Mientras tanto nos contaba que “un día del año 1953 volví a Colombia a un Festival de Cine en Cartagena y pregunte a el Maestro Escalona por novedades vallenatas, para actualizarme en la materia, me invita a mi pueblo Aracataca, donde escucharía todos los conjuntos que pudiese congregar en la provincia”.

Le hablé de mi proyecto de tesis sobre el nuevo liberalismo e interrumpió para sugerir: "no creo que puedas escribir una tesis que merezca atención alguna sin una extraordinaria disciplina”; nos recuerda que él escribía todas las mañanas de su vida por lo menos una cuartilla, aunque luego tuviera que botarla a la caneca. Abre el libro de su autoría, cercano a mis manos, y anota: “Para Juan Manuel, el día que empezó a escribir su tesis alrededor de una Choucrute”.

Ahora Gabo nos motiva a pensar que si él, siendo el hijo de un telegrafista, notario del Realismo Mágico, logró ganar un Nobel, podremos direccionar nuestro futuro y conducirnos en silencio a tan anhelada paz.

In Memoriam

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La marca de la infamia sobre la mujer

Mujeres de oriente, africanas y ahora colombianas engrosan la lista de las violentadas. Todas tienen en común un rostro desfigurado, pues alguien les arrojó ácido, cambiándoles la vida para siempre. Cada día aumentan más los ataques con ácido en contra de las mujeres: Colombia figura en quinto lugar después de países como Pakistán, Irán, Senegal, entre otros.

En nuestro país  la clase social, el nivel académico, la situación económica no determinan estadísticamente a las víctimas. Las mujeres quemadas con ácido no solo  deben enfrentarse a las marcas de su piel, en el alma y en la mente, sino también al miedo a ser atacadas nuevamente y a vivir junto a su familia un infierno que las condena a la soledad, a la depresión y al dolor.

Es asombroso ver que a pesar de la existencia de una ley que fija penas de cárcel entre ocho y veinte años a quienes cometan este tipo de ataques, y que además busca controlar la comercialización de ácidos en el país, no haya sido aplicada con rigor frente a los casos que hasta este momento la sociedad enfrenta.

Según datos de la Acid Survivors Trust International (ASTI), en el mundo, de las mil quinientas personas que son quemadas con ácido al año, el 80% son mujeres, el 90% de los atacantes son hombres, casi siempre conocido o con alguna relación con la agredida.

Este es un llamado para que la sociedad se una y combata este flagelo, se solidarice, se levanten campañas, fundaciones, buscando un fin común. Todos tenemos derecho a llevar una vida digna sin señas ni marcas que nos estigmaticen como mártires de una guerra sin sentido, donde los principios y los valores se han olvidado, donde las agresiones priman sobre el buen trato, donde la intolerancia es la vía para cobrar las deudas personales por parte de quien creemos no accedió a nuestros deseos. 

Es hora de que fundaciones pro mujer, ONG, comisarías de familia, la Fiscalía y el Gobierno Nacional aúnen esfuerzos para denunciar, para sacar a la luz la identidad de los agresores, y tomen partido frente a esta problemática.

No debemos acostumbrarnos a que esto sea pan diario en los titulares noticiosos de mayor importancia. Con repudio debemos mirar actos denigrantes contra las mujeres y cerrar juntos los eslabones de una gran cadena convertida en solidaridad.

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Lamento llanero - Catástrofe ambiental

Muy cerca de la Sierra Nevada del Cocuy, en la Cordillera Oriental colombiana, nacen grandes ríos como el Cravo Sur, Cusiana, Ariporo; y otros cuerpos de agua: las lagunas Tinije, Purare y Sacrificio. El despliegue del que fuese un fértil piedemonte llanero desde sabanas y esteros a inmensos plantíos de importantes cultivos agrícolas de arroz, palma, plátano, sirviendo de despensa al centro del país y su ganado vacuno de excelsa calidad, caracterizan al Casanare, su capital (Yopal) y 19 municipios.

 

En 1990, cuando descubrieron los campos petroleros de Cusiana y Cupiagua, el departamento se convirtió en el mayor explotador de petróleo colombiano.

 

Desde diciembre no llueve en Casanare y por una posible causa del calentamiento global la temperatura ha aumentado: ya llega a los casi 45° centígrados; los cultivos comienzan a sentir los efectos, el agua es escasa y los animales van muriendo lentamente.

 

La debacle actual del ecosistema nos lleva a perder más de 23 mil animales por la sequía que atraviesa la zona y los cambios climáticos que le afectan; han muerto especies como ganado vacuno, chigüiros, peces, zorros y reptiles, siendo estos últimos los más damnificados.

 

Se esperaba que  los ríos y lagunas evitaran la escasez de agua,  pero los recursos hídricos ¡brillan por su ausencia! Es una verdadera catástrofe. ¿Es más importante la explotación petrolera que las miles de especies animales muertas? ¿Al respecto, qué acción ha tomado la corporación autónoma de Orinoquia?

 

El verano extremo, representado en una sequía mortal, requiere la renovación de la llanura y de maquinaria para que los colonos del Casanare puedan construir abrevaderos donde los animales encuentren el líquido vital.

 

De igual forma, el Ministerio Público debe revisar el cumplimiento de las medidas tomadas para la región después de otorgar licencias para explotar petróleo; es decir: ¿se han implementado los planes para contrarrestar los efectos de la explotación del preciado mineral?

 

La administración inadecuada de los planes hidrográficos y la ardua explotación petrolera llevan al Casanare al estado comatoso en el que se encuentra. Requiriendo la intervención de todos, desde el gobierno central, el gobierno local y los entes nacionales de control público.

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Más que sensibilidad social


La Constitución de 1991 establece que el Estado garantizará el ejercicio de los derechos de las personas sin distinción alguna. En este entramado, las mujeres como sujetos de derechos reclaman ser protegidas tras la avalancha de abusos a las que diariamente se ven sometidas.


La simiente de la violencia que enfrentan muchas colombianas encuentra su fundamento en la antropogía cultural de un esquema rígido por medio del cual se explica un género como fuerte, macho, activo. Y otro género como débil, pasivo, receptor.
 Nuestras mujeres son violentadas en la calle, en los buses, en su trabajo y en sus relaciones interpersonales y de pareja.


En días pasados, una alarmante noticia estremecía la comunidad: "Miles de mujeres usuarias de transporte público son sometidas a manoseos, atracos, golpizas y vejaciones sexuales por parte de personal masculino desconocido".
 ¿Debe intervenir el Estado con una política que regule la alta incidencia de esta problemática? ¿Se debe castigar a quien se sorprenda violentando a una mujer? ¿Se deben establecer rutas de transporte femeninas y masculinas? ¿O exige este problema plantearnos un cambio de paradigmas socioculturales?


Necesitamos una sociedad que repudie el acecho violento a las mujeres, unos hombres formados en el respeto por la dignidad y vida de una mujer. ¿El pretender separar a hombres de mujeres implicaría un concepto segregacionista? ¿Deben las mujeres vestir de una determinada forma? ¿Desplazarse en buses diferentes a los de los hombres? ¿Son estas medidas suficientes para que nuestras mujeres sean protegidas como sujetos de especial protección constitucional? ¿Se necesita una acción rápida que vincule a las autoridades de policía, para hacer pública la información necesaria para saber a quien acudir y donde denunciar?


Debemos brindar acompañamiento  a mujeres que sospechen ser víctimas potenciales e invitar a la comunidad a solidarizarse con la mujer violentada. Las transformaciones sociales requieren la intervención de dos o tres generaciones para implementar cambios. Es en las instituciones académicas donde se deben difundir y replantear cambios comportamentales de reacción.


Si bien existe una necesidad para sensibilizar a muchos, se requiere el compromiso respetuoso sobre los derechos femeninos vulnerados e históricamente violentados.

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Por qué no sirve el voto en blanco

Los últimos recorridos por las regiones del país me permitieron confirmar con certeza que somos más los que queremos un cambio en las prácticas políticas que los que en silencio, indiferencia o "antipolítica" permiten que se mantengan modelos de politiquería y corrupción en Colombia.

No es un secreto que los partidos políticos cayeron en desprestigio por la incapacidad de interpretar de manera eficaz las necesidades de la población, por haberle apostado a la maquinaria, al clientelismo, la corrupción y a la compra de votos pensando en obtener a toda costa triunfos electorales. Sin embargo, la responsabilidad sobre la vigencia de esta realidad no está únicamente en cabeza de quienes compran los votos, sino también en cabeza de quienes los venden o aquellos que con su silencio e indiferencia permiten que todo siga igual.

Aunque comparto con ustedes la percepción de que existe un clima desalentador en la política actual, creo que hay cosas que podemos hacer juntos. Algunos me han dicho: “Juan Manuel, yo no pensaba votar o iba a votar en blanco, pero en usted sí creo”. Hay que decirle NO AL VOTO EN BLANCO y promover un voto consciente e informado en las próximas elecciones al Congreso.

Efectivamente, el voto en blanco es una opción válida y democrática para canalizar el descontento generalizado de la opinión pública hacia sus gobernantes; sin embargo, en el marco de nuestra Constitución es un mecanismo limitado, pues únicamente sirve para repetir las elecciones una sola vez. Esto quiere decir que si en la nueva elección gana por segunda vez el voto en blanco, necesariamente saldrán elegidos los que alcancen mayor votación. Incluso, para la segunda votación únicamente pueden inscribirse las listas que superen el umbral, lo que significa que los partidos pequeños, minoritarios y de oposición estarían excluidos del segundo proceso.

 

Desde esta perspectiva, el voto en blanco impacta directamente a los candidatos que salen elegidos gracias al “voto de opinión”. Es decir, a aquel voto que resulta de un análisis libre, legítimo y racional del elector, que se contrapone al “voto de maquinaria” o voto atado a prácticas de tráfico de influencias, compra de votos y constreñimiento al elector. Vote a conciencia.

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Atacar el bolsillo de los narcotraficantes

 

Durante los próximos días continuaremos en la plenaria del Senado el debate sobre el nuevo proyecto de ley de extinción de dominio. Este proyecto se enfrenta a dos grandes retos: Convertirse en pieza clave para combatir a las estructuras mafiosas y criminales del narcotráfico, afectándoles el bolsillo a los narcotraficantes, o correr la misma suerte de la extradición. Esta antes era vista como el mecanismo más temido por los narcotraficantes y hoy en día parece ser una opción bastante atractiva para muchos de ellos, que intercambian la información que tienen como contraprestación por vivir durante un tiempo en la cárcel y salir a gozar sus fortunas ilícitas. 

La extinción de dominio puede correr la misma suerte de la extradición. Recordemos que en los años 80s surgió la organización criminal "Los Extraditables", cuyo lema era "Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos," y que bajo el liderazgo de Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha, los hermanos Ochoa, y Carlos Lehder buscaban corromper e intimidar el aparato estatal para impedir la firma del tratado de extradición con los Estados Unidos. Este grupo le tenía verdadero pánico a terminar sus días en una cárcel por fuera de Colombia, como efectivamente les ocurrió a pocos de ellos. Hoy, al parecer, la extradición dejó de representar una amenaza para los narcotraficantes y empezó a convertirse en una opción atractiva a tal punto que algunos toman la iniciativa de contactar a la justicia de los Estados Unidos para negociar su condena, la preservación de sus bienes, y su participación en programas de protección de testigos, a cambio de la entrega de información sobre rutas del tráfico de estupefacientes.

 

Será que la extinción de dominio está representando una amenaza para los criminales? O por el contrario se estará convirtiendo en un negocio o una carga para el Estado que no afecta significativamente las finanzas de las organizaciones criminales, ni utiliza sus bienes para fortalecer los esfuerzos de persecución de sus cabecillas. Es fundamental garantizar que la extinción de dominio siga siendo un castigo efectivo y que los recursos obtenidos a través de ella le permitan a la justicia afrontar los desafíos de su labor. Lo que se espera de este nuevo proyecto de ley es que fortalezca a la rama encargada de la investigación y juzgamiento de delitos como el narcotráfico, con el fin de permitirle obtener más dinero para quitarles a los narcotraficantes los recursos mal habidos. En otras palabras, esperemos que la extinción de dominio sea, efectivamente, una manera de atacar a los narcos en donde más les duele: El bolsillo.

 

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Senador Juan Manuel Galán elegido Presidente de la Comisión de Ordenamiento Territorial

 

Con el liderazgo del Senador se tratarán varios temas de importancia para el territorio nacional, entre ellos el fallo de La Haya.

El senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal), fue elegido por unanimidad como Presidente de la Comisión de Ordenamiento Territorial, que entre sus principales funciones vigila el cumplimiento de las disposiciones constitucionales y legales sobre la organización y funcionamiento territorial de los municipios, departamentos y distritos de Colombia.

Entre los temas que se pretenden abordar se encuentran: el fallo de La Haya y su impacto en San Andrés; la erosión costera en el Caribe y Pacífico colombiano; el conflicto limítrofe entre Antioquia y Chocó por el municipio de Belén de Bajirà; y la expedición por decreto del POT de Bogotá.

Prensa senador Juan Manuel Galán

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Donación de órganos

 

La donación de órganos más allá de ser un acto de generosidad, se convierte en la posibilidad que tiene quien escribe esta columna y quienes la leen, de dar vida. Pienso en aquellos pacientes que no cuentan con otra alternativa para mantener su salud, que la de la voluntad de las personas para donar sus órganos. Este proceso, que busca reemplazar un órgano enfermo por uno sano, puede ser realizado en Colombia por cualquier persona viva o muerta. En el caso de quienes fallecen por muerte encefálica, encontramos que de un solo donante, pueden recibir ayuda hasta 84 personas, siempre que se obtenga el consentimiento de la familia.

Actualmente, la necesidad de los pacientes de trasplante de órganos es altísima. Sin embargo, debido a la desinformación, poco se ha podido hacer por ellos. Mientras usted lee esta columna, hay más de 1.220 personas esperando un trasplante de riñón, más de 72 personas requiriendo un nuevo hígado y más de 24 personas necesitando un corazón. Pese a esta larga fila de espera, existen en el imaginario social mitos que impiden una respuesta más ágil. Por ejemplo, algunas personas aún creen que en Colombia los  trasplantes se realizan principalmente para los extranjeros. Esta idea resulta equivocada frente a los números obtenidos: en el 2012, de los  1.111 procedimientos de trasplante que se realizaron, solo 3 fueron sobre pacientes extranjeros. Sumado a lo anterior, recientemente la Corte Constitucional emitió una sentencia en la que confirmó que el servicio de trasplante de órganos a extranjeros, se puede realizar únicamente cuando no existan receptores nacionales en lista de espera.

Sumado a eso, encontramos el mito más problemático en esta materia, el del robo o contrabando de órganos. Periódicamente se lanzan cadenas por internet que afirman cosas como que una mujer fue encontrada en un hotel dentro de tinas de hielo porque le robaron un riñón o sus ojos. Nada de esto es cierto; el Instituto de Medicina Legal ya se ha pronunciado,  diciendo que a la fecha, no se ha demostrado la ocurrencia de un solo caso de robo de órganos en Colombia. Reaccionemos, la desinformación no puede hacernos indolentes frente a esta grave problemática. 

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Referendo por la paz

 

En el 2012, el Gobierno Nacional confirmó los diálogos con la guerrilla de las FARC en Cuba. Hoy, un año después, nuestro papel de ciudadanos es protagónico en este proceso de negociación. El proyecto del referendo por la paz que cursa actualmente en el Congreso, contribuye a fortalecer este papel y a materializar la sostenibilidad de los acuerdos logrados.

Sobre el referendo por la paz hemos oído mucha desinformación; permítanme hacer algunas claridades: Por ejemplo, se ha dicho que es inconstitucional permitir que el referendo se lleve a cabo el mismo día de las elecciones parlamentarias presidenciales. Tal prohibición NO existe en nuestra Constitución de 1991; en cambio, el legislador en la Ley 34 de 1994 la consagró, por lo que se propone que esta norma sea modificada a través de una ley estatutaria. También se ha dicho que el actual proyecto será la oportunidad perfecta para que las FARC lleven a cabo una campaña armada en favor del referendo que constreñiría a los ciudadanos a través de la fuerza, para dar el SI. No lo vamos a negar, es un riesgo real. Precisamente por eso,  la ponencia del proyecto de ley busca dar claridad en que, de llevarse a cabo la votación, será indispensable la dejación de las armas y las hostilidades por parte de la guerrilla de las FARC, y además, contempla un nuevo artículo que reitera la prohibición de ley, de hacer uso del proselitismo armado.

Finalmente,  se ha dicho que el referendo por la paz niega el voto libre del ciudadano y que la propuesta tal como está planteada, hará que los colombianos se sientan constreñidos a votar a favor de un candidato y del referendo. Nada más alejado de la verdad. Es importante dar claridad sobre que este proyecto, apunta a garantizar el ejercicio político libre y sin presión armada, por lo que los electores podrán contar con cubículos separados, la expedición de una tarjeta electoral que será independiente de los tarjetones sobre el referendo y la libertad de señalarles a los jurados de votación que no desean recibir el tarjetón correspondiente al referendo. Así, buscamos garantizar que como lo ha dicho la ponencia, el sufragante pueda tomar una decisión de manera libre en relación con si vota o no el referendo, y a su vez si lo vota de forma positiva o negativa. 

 

 

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Paro agrario: propuesta de solución

 

Mientras se escribe esta columna, seguimos en paro nacional. Ha sido recurrente afirmar que la crisis del agro se debe alos Tratados de Libre Comercio (TLC). Estos acuerdos comerciales han afectado el campo y el aumento de importaciones ha deteriorado la productividad del agro, sin embargo, esta no es la principal causa de la ruina en que se encuentran los productores  campesinos colombianos.

La razón estructural de la ruina del campo, es que el sistema de producción y distribución de productos agrícolas tiene un sistema monopolístico y pre-moderno. Este sistema se caracteriza no solamente por una pésima distribución de la tierra, mal uso de la misma y porque las cadenas de distribución de productos e insumos, están controladas por unas pocas personas que le imponen un régimen mafioso a unos campesinos desorganizados y atomizados.

Bajo esta idea, se puede afirmar que el paro agrario no resuelve las condiciones estructurales que mantienen al campesinado en la pobreza. Tal y como ha sido planteado el paro está encaminado a ejercer presión sobre el Gobierno Nacional para obtener beneficios sectoriales. Sin embargo, hay un efecto quizá más importante que podría resultar del paro y es, que la parálisis y los bloqueos de los últimos días, les permitan a los campesinos productores, darse cuenta de que no son competidores en un mercado global ni en el actual mercado interno y que allí,todos tienen un interés común.

En esa medida el paro debe traer como resultado la organización colectiva de campesinos que más allá de presionar al gobierno, logre obtener una mejor posición de negociación frente a quienes controlan las cadenas de producción. La agenda con el Gobierno Nacional debe ir más allá de la obtención de subsidios agrícolas; es indispensable consolidarlas condiciones materiales necesarias que les permitan a los campesinos organizarse colectivamente como productores de alimentos y estructurar empresas agrícolas que les otorguen mayor poder de negociación en el intercambio de productos y la fijación de sus precios.

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Cien Años De Alfonso Lopez Michelsen

 

Por: Juan Manuel Galán

No existe en la historia colombiana otro ejemplo de una persona que haya tenido una constante influencia política durante setenta años. Es el caso de Alfonso López Michelsen. Sin embargo, su influencia pública fue tardía pues entró a la política electoral apenas a los 40 años.  En cambio su influencia privada en la política fue anterior y profunda pues su padre, el Presidente López Pumarejo, lo puso en el epicentro de la toma de decisiones durante la República Liberal.  López Michelsen fue para López Pumarejo lo que Robert Kennedy fue para John Kennedy, su consejero más cercano y de confianza.

López Michelsen fue también el Presidente del mandato claro. Primer Presidente post-Frente Nacional, con una victoria tan arrolladora que generó inmensas expectativas para el liberalismo. Los colombianos estaban cansados de la ausencia de competencia política y del cerramiento de los espacios de participación que dejaron sin interpretación política a la nueva Colombia profesional, urbana y de clases medias. El partido liberal estuvo 8 años en el poder y se desgastó creyéndose mayoría electoral automática que no necesitaba competir por el poder. Se olvidó de la nueva Colombia y pecó por no romper las prácticas clientelistas que germinaron durante el Frente Nacional. Vino la elección Presidencial de 1982 que fue un castigo al liberalismo.

Luis Carlos Galán propuso una interpretación para esa nueva Colombia desde el Nuevo Liberalismo y así nació el voto de opinión como fenómeno electoral urbano. No fueron pocos los que acusaron a Galán de haber dividido el liberalismo en el 82 causando la derrota del partido liberal. Hace poco encontré una entrevista que le hizo a mi padre el hoy Presidente de la República Juan Manuel Santos sobre aquel episodio. Santos le preguntó si no creía que de no haber sido disidente, López habría ganado la presidencial del 82. Galán le respondió que él lo único que había hecho era disminuirle la proporción de victoria a Belisario Betancur. Decía mi padre que de no haber participado en esa elección como candidato, Betancur habría ganado por medio millón de votos más.

Definitivamente López Michelsen ejerció como nadie una influencia política muy profunda en Colombia. La celebración de su centenario nos debe convocar a todos los liberales para tener muy presente la responsabilidad que tenemos de siempre interpretar la nueva Colombia en constante evolución. Ese es el camino que nos va a permitir reconciliar al liberalismo con el Partido Liberal y constituirnos no solamente como una mayoría política sino como mayoría electoral en las próximas elecciones.

http://blog.partidoliberal.org.co/?p=586

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Minería: agua y medio ambiente no son negociables

 

"Se vuelve a poner sobre la mesa la importancia de tener una política pública minera en Colombia": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El municipio de Piedras (Tolima) habló y dijo que no quería minería en su territorio. Efectivamente a través de una consulta popular, casi el 52% de la población total del municipio dijo "NO" al megaproyecto de extracción de oro de la empresa Anglo Gold Ashanti.

Este caso,. La comunidad de Piedras lo ha convertido en un tema de urgente solución. Si partimos del supuesto que el Estado, en todas sus decisiones, busca el bienestar de sus habitantes, lo primero que se debe discutir es qué quiere el Estado de la minería.

Quiere aumentar sus rentas para reinvertirlas en los colombianos? O quiere más bien, enfocarse en aumentar la competitividad de los sectores que dependen de la minería? Las respuestas a estas preguntas, van a determinar en gran medida la política minera sostenible que deba adoptar nuestro país. Si al Estado le interesa la primera opción, es decir, aumentar sus ingresos, debemos pensar entonces hacia donde dirigimos esos nuevos recursos, cual es la mejor tasa para calcular las regalías, cuál debe ser su destinación y cómo va a ser la participación de los entes territoriales en la administración de regalías e impuestos; en otras palabras, fijar una adecuada política impositiva para grabar a las empresas del sector. De otra parte, si lo que se busca es la promoción de industrias que dependen de la minería como la de construcción de campamentos mineros, la de administración alimentaria y de servicios de salud, la de construcción de infraestructura minera, entre otras, será fundamental fijar una política social de fomento empresarial.

Estas, son algunas preguntas que necesitamos responder. La política debe ser nacional y pública, de eso no cabe duda, sin embargo, es necesario abrir puentes de comunicación con lo local para el diseño de esa política pública, que no debe reducirse únicamente a si hay o no minería, sino también, hacia donde van los beneficios y quién asume los costos de la explotación. La relación costo-beneficio en la minería se debe sopesar para las futuras generaciones no solo para las actuales. Sin duda el agua y el medio ambiente no son negociables para esas próximas generaciones.

Nuestras historias

Minería, agua y medio ambiente no son negociables

 

El municipio de Piedras (Tolima) habló y dijo que no quería minería en su territorio. Efectivamente a través de una consulta popular, casi el 52% de la población total del municipio dijo "NO" al megaproyecto de extracción de oro de la empresa Anglo Gold Ashanti.

Este caso vuelve a poner sobre la mesa la importancia de tener una política pública minera en Colombia. La comunidad de Piedras lo ha convertido en un tema de urgente solución. Si partimos del supuesto que el Estado, en todas sus decisiones, busca el bienestar de sus habitantes, lo primero que se debe discutir es qué quiere el Estado de la minería.

¿Quiere aumentar sus rentas para reinvertirlas en los colombianos? ¿O quiere más bien, enfocarse en aumentar la competitividad de los sectores que dependen de la minería? Las respuestas a estas preguntas van a determinar en gran medida la política minera sostenible que deba adoptar nuestro país. Si al Estado le interesa la primera opción, es decir, aumentar sus ingresos, debemos pensar entonces hacia dónde dirigimos esos nuevos recursos, cuál es la mejor tasa para calcular las regalías, cuál debe ser su destinación y cómo va a ser la participación de los entes territoriales en la administración de regalías e impuestos; en otras palabras, fijar una adecuada política impositiva para grabar a las empresas del sector. De otra parte, si lo que se busca es la promoción de industrias que dependen de la minería como la de construcción de campamentos mineros, la de administración alimentaria y de servicios de salud, la de construcción de infraestructura minera, entre otras, será fundamental fijar una política social de fomento empresarial.

Estas, son algunas preguntas que necesitamos responder. La política debe ser nacional y pública, de eso no cabe duda, sin embargo, es necesario abrir puentes de comunicación con lo local para el diseño de esa política pública, que no debe reducirse únicamente a si hay o no minería, sino también, hacia donde van los beneficios y quién asume los costos de la explotación. La relación costo-beneficio en la minería se debe sopesar para las futuras generaciones no solo para las actuales. Sin duda el agua y el medio ambiente no son negociables para esas próximas generaciones.

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Inteligencia para la democracia

 

El propósito de la inteligencia y contrainteligencia es preventivo, debe contrarrestar las amenazas a los derechos humanos y la democracia. Sin embargo, aunque reconocemos la importancia de ellas, es fundamental establecer límites, controles y rendición de cuentas, además de garantizar su agnosticidad política. 

Efectivamente todos los colombianos tenemos recuerdos de espionaje ilegal a la Corte, por lo que fue necesario regular este tema a través de una ley, de la que fui coautor, y que fue sancionada el pasado mes de abril de 2013. La nueva ley de inteligencia, reconoce la importancia de los programas de vigilancia para contrarrestar los riesgos de seguridad sobre las instituciones democráticas pero al mismo tiempo, se enmarca sin cuestionamientos, en la dignidad del ser humano y en la garantía de sus derechos fundamentales a la libre expresión, a la privacidad y a la libertad de pensamiento.

Bajo este marco, la reglamentación responde a buenas prácticas presentadas por la ONU como la de exigir que el proceso de autorización de operaciones de inteligencia se modifique, según el nivel de impacto y de riesgo del servicio; o la de requerir la adecuación de los manuales de inteligencia y contrainteligencia vigentes de conformidad con las garantías establecidas en la nueva ley. Es fundamental resaltar que todas estas actividades exigen de una orden que cumpla con los principios de necesidad, proporcionalidad e idoneidad y que específicamente, cuando se trata de interceptaciones de comunicaciones, es necesario actuar bajo el marco de un proceso judicial. Sin titubeos, afirma la ley que la obediencia debida no será justificación para quien ejecuta una operación de inteligencia y esta suponga infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Sin embargo, mas allá del marco normativo vigente, será el desarrollo de estas actividades en la práctica lo que va a garantizar la legitimidad y transparencia de las mismas y lo que asegurará la confianza del ciudadano en el buen uso que el Estado haga de su información personal. Finalmente, subrayo con énfasis que por primera vez el Congreso asume plenamente su función de control político de la inteligencia en esta nueva ley a través de la Comisión Legal Parlamentaria de inteligencia con representación de la oposición. Una de sus funciones primordiales será cuidar la inversión de los gastos reservados y garantizar la rendición de cuentas.

Juan Manuel Galán

Senador

Nuestras historias

"Vamos a garantizar que fuero militar se tramite con responsabilidad y profundidad"

 

Así lo afirmó el legislador durante la audiencia desarrollada por las Comisiones Primeras de Senado y Cámara, para socializar las propuestas relacionadas con el proyecto que reforma la Justicia Penal Militar.

"Es necesario tener serenidad para debatir este proyecto de reforma a la Justicia Penal Militar que reglamenta el acto legislativo que aprobamos el año pasado, es un tema trascendental para el país, la justicia, los miembros de la fuerza pública, las víctimas y para la comunidad internacional que está muy vigilante a lo que hagamos en este Congreso", expresó el senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Durante el evento el senador Juan Carlos Vélez (Partido de la U), dijo: "quiero dejar constancia de la tardanza con la que se nombraron los ponentes y en lo personal, considero que es mejor llevar el proyecto a la siguiente legislatura y no trabajarlo con premura".

Sobre el tema el senador Galán afirmó: "estamos muy apretados en el tiempo, pero de todas maneras vamos a hacer el trabajo, el trámite, los debates, vamos a garantizar que este proyecto no se va a pupitrear, no se va aprobar a las carreras, se hará con toda tranquilidad, serenidad y la profundidad que amerite el debate".

A su turno el senador Juan Lozano (Partido de la U), destacó la importancia de aprobar el proyecto y "debemos mantener el espíritu esencial por preservar lo que defendió el constituyente, debe ser el norte en todos estos esfuerzos y es también un avance importante incorporar la extensión del fuero policial".

Entre los intervinientes se escuchó al ex director de Justicia Penal Militar, Luis Fernando Puentes quien explicó: "el Estado debe asumir la responsabilidad de las actuaciones de la fuerza pública en cumplimiento de la misión constitucional de defender la institucionalidad, la vida y honra de sus compatriotas".

"Hasta ahora no se cuenta con una defensa técnica digna ante los estrados judiciales y que ante su ingente necesidad debe costearse por el pecunio del sindicado, lo que por sana lógica debía ser asumida por el estado que le entrega las armas y lo pone en el campo de batalla" agregó Puentes.

Por su parte, el representante de la Federación Colombiana de Juristas, Gustavo Gallón, expresó su inconformidad sobre la iniciativa por el tratamiento indebido al que va a conducir "hay un conjunto de distorsiones de carácter jurídico que se profundizan con este proyecto de ley estatutaria, propugnamos porque haya una justicia verdaderamente justa, adecuada tanto en relación de los casos de la fuerza pública, como en relación con cualquier persona que afecte los derechos de las personas en nuestro territorio".

En la audiencia fueron escuchadas varias personas de la sociedad civil, miembros de la fuerza pública, voceros de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro y Abogados de fundaciones interesadas en el tema.

Prensa Senado

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El pueblo superior a sus dirigentes

 

"Aún estamos a tiempo de que el mensaje que el pueblo colombiano le envió al mundo y a su dirigencia, sea escuchado: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Durante todo el año, los parlamentarios hablamos en el Congreso. El pasado 9 de abril, fue la excepción. Ese era un día en el que cada uno de nosotros teníamos la obligación de escuchar; de escuchar la voz que tuvo eco en todo el país: el deseo contundente de los colombianos de alcanzar la paz.

En Bogotá, tuve la oportunidad de marchar desde el Monumento a los Héroes caídos en combate hasta el Cementerio Central. Durante ese trayecto presencié algo que nunca había visto en Colombia: personas diferentes, que piensan distinto, caminando juntas, pacíficamente, en un plano de igualdad. No importaba la tendencia ideológica o política de quienes marchaban, lo que importaba era la conciencia de que cada colombiano padece el problema de la violencia, que a todos nos ha tocado y que todos respaldamos la construcción de la paz.

Si el pueblo colombiano logró marchar unido, sin división, expresando un clamor único en favor de la paz; me pregunto ¿por qué nuestros dirigentes (me refiero también a los expresidentes) son incapaces de hacer lo mismo y de unir sus voces y sus ideologías en favor de la paz?.

Creo que aún estamos a tiempo de que el mensaje que el pueblo colombiano le envió al mundo y especialmente a su dirigencia, sea escuchado. Es un mensaje unísono, sin protagonistas individuales ni polos opuestos. Es un mensaje de paz.

Para alcanzarla, el punto de partida deben ser las víctimas. Únicamente, haciéndonos sensibles a su dolor, podremos conocer la historia de este país y garantizar una reparación moral y espiritual de sanación, que nos libere del dolor y el resentimiento y nos permita la convivencia.

Lamentablemente, el pasado martes, día de las víctimas, no todos mis colegas estuvieron presentes en el salón elíptico del Congreso. Como ya se dijo, es aberrante que hace algunos años cuando Salvatore Mancuso estuvo presente en ese recinto, el salón estaba a reventar, todo el mundo quería escuchar al criminal Mancuso, al criminal Jorge 40 y a otros que actualmente están extraditados. No entiendo como los victimarios pueden ser tan taquilleros y en contraste, las víctimas tienen tan poca audiencia, en un día en el que merecen el reconocimiento, el apoyo y el respaldo de todos los parlamentarios.

Nuestras historias

Por un nuevo tratado de extradición

 

"Es hora de que la justicia colombiana arme expedientes sólidos para que una vez concluyan sus condenas en Estados Unidos, paguen también en Colombia": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

La extradición de colombianos a los Estados Unidos se instauró para combatir el crimen organizado transnacional ante la debilidad de nuestro Estado para juzgar delincuentes con enorme poder intimidatorio y corruptor. Más de dos décadas después de que la administración Barco la aplicara por vía administrativa, el mecanismo de cooperación se ha venido erosionando para marchitar en Colombia el principio de justicia y reparación.

Tristemente la extradición para los narcotraficantes colombianos hacia Estados Unidos ha pasado de ser un disuasivo para convertirse en atractivo.

Actualmente, nos enfrentamos a un cartel de intermediarios que actúan entre los narcotraficantes y la justicia norteamericana, y cuya función es acordar entregas, ofrecer colaboración ante los jueces norteamericanos y finalmente, lograr condenas ridículas que de quince (15) a veinte (20) años, terminan en condenas que oscilan entre seis (6) años y seis (6) meses. Esto es indignante e insultante para todas las víctimas del narcotráfico en Colombia y para este país, que ha invertido buena parte de sus recursos en perseguir y enviar los delincuentes a la justicia norteamericana, en vez de destinar este dinero para otros rubros.

Aún hay más. Aquí no estamos hablando únicamente de rebajas inverosímiles en condenas a narcotraficantes. Muchos de ellos, después de que los liberan, salen con visas de Estados Unidos y hasta estatus de residentes. Así, es preocupantes que mientras a muchos colombianos se les niegan estos permisos sin importar sus motivos de viaje, a los narcotraficantes colombianos que saben negociar con la justicia norteamericana, después de haber pagado condenas ridículas y después de haber colaborado, les entregan visas para entrar y salir de ese país y junto con ellas, la posibilidad de tener negocios en Estados Unidos y toda clase de facilidades.

Ya es hora de negociar un nuevo tratado de extradición con Estados Unidos aprovechando que no tenemos ninguno vigente. Es hora de que la justicia colombiana arme expedientes sólidos contra estos delincuentes para que una vez concluyan sus condenas en Estados Unidos, paguen también los daños provocados en Colombia. Ya es hora también, de que estos narcotraficantes, lavadores de grandes sumas de dólares devuelvan sus ganancias a este país, respondan por los delitos imputados en estas tierras y aseguren un proceso real de verdad y reparación a todas sus víctimas.

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Miserando atque eligendo

 

 

Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco, se convirtió el pasado 13 de marzo en el primer jesuita no europeo y latinoamericano en ser elegido Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. En los primeros días de pontificado, Francisco ya parece reinventar la comunicación papal, interpretando a fieles que esperan de su iglesia  hechos y no sermones: austeridad, transparencia y capacidad de autocrítica.

La calidad de latinoamericano del Santo Padre nos es cercana, sin embargo, tal vez sea necesario profundizar el significado de ser jesuita o miembro de la compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola.

La historia de esta orden religiosa abarca más de cuatro siglos y cuenta con episodios gloriosos y atormentados que van desde una reconocida actividad intelectual que en ocasiones les ha dado influencia política, hasta cruentas persecuciones como resultado de su sentido crítico frente a la institucionalidad, de una búsqueda constante de diálogos con culturas y tradiciones religiosas diferentes a la propia y una sensibilidad especial hacia los pobres.

Efectivamente, la historia de los jesuitas narra profundos conflictos con la Inglaterra isabelina, numerosas expulsiones entre las que se cuentan la de Alemania, Portugal, Italia, Francia, España, Nicaragua, Colombia e incluso Cuba en donde los jesuitas del colegio de Belén, fueron enviados a España sin posibilidad de retorno. Particularmente en Centroamérica,  la Teología de la Liberación de los años 60 y 70 trajo como resultado el asesinato de varios jesuitas a manos de las fuerzas militares, por su  intensa actividad en defensa de los derechos humanos.

Ahora, el nuevo Papa y sus seguidores, tenemos el desafío de enfrentar los escándalos sobre abusos sexuales a niños y corrupción. El reto será promover un diálogo franco, abierto, a todo nivel en la jerarquía eclesiástica católica y con la sociedad, sobre el debilitamiento de valores humanos y sobre fenómenos sociales como el narcotráfico, la corrupción institucional, la impunidad gubernamental, entre otros. Este diálogo, debería tener como eje el Concilio Vaticano II, herencia para la Iglesia del Beato Juan XXIII, el Papa bueno. Francisco viene del continente más injusto y desigual del mundo. Hago una oración por el Santo Padre para que nuestro señor ilumine en él, la causa cristiana de la igualdad y la justicia para todos.

 

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Venezuela: ¿paz improbable, guerra imposible?

 

Muchos son los impactos de la muerte de Hugo Chávez en Colombia. En relación con el proceso de paz, algunos afirman que las FARC tendrán que acelerar la firma del acuerdo pues al quedarse sin padrino político, ya no

cuentan con el mismo santuario y retaguardia fronteriza que les permitía golpear en Colombia y refugiarse en Venezuela. Sin embargo,  lo único que parece seguro es que el periodo de conflicto interino en el chavismo

lamentablemente se anuncia cruel y prolongado. Ya se vislumbran al menos tres facciones disputándose la herencia de Hugo Chávez: Nicolás Maduro, Presidente interino, Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional

(aliado de las fuerzas militares) y Adán Chávez hermano del fallecido expresidente.  En relación con nuestro país, lo deseable es una transición venezolana democrática y pacífica.

En cuanto al proceso de paz, más allá de buscar respuestas en el tarot o en métodos de adivinación que nos digan si Capriles o Maduro serán los próximos mandatarios  o que nos permitan pronosticar sus posiciones en favor o en

contra del proceso, lo que más le conviene a los diálogos, es que las partes se comprometan con el proceso. Es decir, que se concentren en intereses compartidos más allá de posiciones ideológicas, definan opciones de arreglo

jurídico, consoliden un clima de confianza y de reconocimiento mutuo y, finalmente logren un acuerdo.

Un acuerdo que en abstracto versará sobre la paz, pero en concreto, no será otra cosa que la confirmación de que en Colombia se puede hacer política  sin violencia, que el conflicto en este país puede manejarse renunciando

al uso de las armas contra la población civil, a los asesinatos, secuestros, torturas y al narcotráfico. Con o sin Chávez, la base del acuerdo de paz entre los negociadores en Cuba, estará en el entendimiento de que en una

democracia los medios terminan legitimando o deslegitimando los fines.  Está claro que la violencia deslegitima  cualquier causa. 

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Cooperación el único camino para San Andrés

 

Uno de los mal sabores que dejó el 2012, fue el fallo de la Corte Internacional de la Haya, que ratificó la soberanía de Colombia sobre San Andrés, Providencia, Santa Catalina y sus siete callos. Colombia quedó con tierra pero sin mar, perdiendo aproximadamente el 40% de este recurso hídrico. Este hecho impone grandes retos al Congreso de la República como órgano designado por la Carta Constitucional para modificar las fronteras limítrofes del país.

Los retos son extensos. Es cercana para mí la problemática de los pescadores en todo el país, especialmente en la Isla de Andrés y su archipiélago, donde la principal fuente de recursos después del turismo es la actividad pesquera. Muchas familias verán comprometido su sustento ante un cambio limítrofe en el 2013, por lo que respuestas institucionales ágiles serán necesarias. Otro reto importante al que nos enfrentamos es el de salvaguardar la reserva Seaflower a través de la cual la UNESCO en el año 2.000, declaró cerca de 350 mil kilómetros cuadrados del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina Reserva Mundial de Biósfera.

Esto conlleva a asumir compromisos binacionales de conservación sobre recursos naturales que han sido declarados de interés para el planeta. Es urgente constituir una comisión binacional de frontera colombo-nicaragüense liderada en el gobierno nacional por la Cancillería, el gobierno departamental de San Andrés, con la participación activa de los ministerios de Defensa Nacional, Medio Ambiente, Comercio, Planeación Nacional y Hacienda cuya misión sea abrir canales de cooperación en beneficio de ambos países. Finalmente, ya es hora de pensar con seriedad en la creación de un ministerio para la pesca y los recursos hídricos en Colombia.

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Silencio cómplice

 

 

Mientras el mundo entero persigue la producción y consumo de drogas, un silencio cómplice impera sobre la producción y tráfico de pequeñas armas. El problema de la ausencia de control sobre las armas en Estados Unidos no afecta solo a sus nacionales; las armas estadounidenses inundan México y llegan a Colombia, lo que convierte esta amenaza en un asunto de política exterior.

Como consecuencia de la masacre en Newtown, Connecticut, en la que un hombre mató a tiros a 20 niños y 6 profesores, el vicepresidente de los Estados Unidos Joe Biden  presentó recomendaciones para reforzar el control de armas de fuego y limitar su venta en el país. Como resultado, la Asociación del Rifle, un grupo de presión en el Congreso aliado con las empresas productoras de armas, reaccionó afirmando que la manera de evitar que hechos similares ocurran, es teniendo un policía armado en cada escuela de la nación.

Estas estrategias armamentistas para abordar problemas sociales, no afectan solamente a los estadounidenses sino a otros países como nosotros. Sobre todo, teniendo en cuenta el papel dominante de los EE.UU. en la comercialización mundial de armas, su estrecha relación con empresas fabricantes y el interés en reducir los controles para su venta. Estas denuncias fueron presentadas por el diario estadounidense The New York Times, según el cual en el 2011 Estados Unidos batió su propio récord de venta de armas al extranjero alcanzando los $ 66,43 mil millones de dólares, monopolizando así el 78% del mercado mundial.

En Colombia, el año pasado, conocimos la noticia de que armas estadounidenses habían sido encontradas en manos de narcotraficantes. Al parecer, las armas fueron inicialmente destinadas a operaciones encubiertas e ilegalmente se introdujeron en Colombia como canjes por cargamentos de cocaína. En este marco, Colombia en primera instancia debe cerrar filas con México para que  las recomendaciones del vicepresidente incluyan refuerzos en controles a la exportación, para evitar que esas armas caigan en manos indebidas como las mafias mexicanas y colombianas.

 

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Traición al honor militar

 

 

En días pasados, los medios de comunicación denunciaron llamadas extorsivas que estaría realizando el coronel (r) Luis Fernando Borja desde su centro de reclusión a otros militares, amenazándolos con vincularlos a procesos de falsos positivos y cobrando altas sumas de dinero por su protección. Actualmente, el coronel se encuentra condenado y recluido, pero podría conseguir una rebaja de su pena actuando como testigo contra varios uniformados vinculados a ejecuciones extrajudiciales.

Comentarios de opinión generaron grandes confusiones al relacionar dichas denuncias con la reforma constitucional del fuero militar y con la posibilidad de que Borja, sea juzgado por la justicia castrense.

Aclaremos de una buena vez esta confusión: Para que la justicia penal militar pueda actuar, nuestro ordenamiento demanda dos requisitos: 1. Que la persona acusada sea miembro activo de la fuerza pública y 2. Que su acción u omisión, guarde relación con el servicio y sus funciones militares. Los hechos de extorsión conocidos, no guardan ninguna relación ni con la defensa de la soberanía nacional, o de la integralidad del territorio colombiano, ni buscan mantener el orden constitucional o defender derechos y libertades públicas reconocidas, es decir, con las finalidades propias de la fuerza pública.

Es imperioso, que distingamos entre el sujeto y su actividad. Esto, para mantener el carácter especial del derecho penal militar que como lo anota la Corte Constitucional es excepcional, y en ningún caso sustituye el Derecho Penal Común. Dicho de otra manera, el fuero al que tiene derecho un miembro de la fuerza pública se pierde cuando su actividad lo lleva a cometer delitos que nada tienen que ver con sus funciones castrenses. Así según la Corte, el hecho de ser militar o policía, no incluye la virtud de convertir un delito común en un acto relacionado con el servicio.

 

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Eldorado sin control

 

La nueva torre de control del Aeropuerto ElDorado de Bogotá, estará equipada y en completo funcionamiento, si tenemos suerte, en el 2015. Yo me pregunto, si la torre de control es la edificación más importante para la seguridad aérea, ¿Por qué su construcción se dejó para la etapa final?

La Contraloría General de la República acaba de concluir una investigación sobre irregularidades en el aeropuerto ElDorado, y afirmó que la construcción de la torre de control,  costó $23 mil millones más, por lo que abrirá proceso de responsabilidad fiscal a su actual Director Santiago Castro. Esto ratifica la veracidad de mis denuncias sobre lo que silenciosamente viene ocurriendo en este aeropuerto dado el incumplimiento en los tiempos de entrega de obras y la improvisación en el manejo de recursos públicos.

Aunque desde hace más de 10 años, la Aeronáutica Civil conoce las insuficiencias de la torre de control y la necesidad de reconstruirla, su improvisación ha generado serios traumatismos. En un comienzo, cuando adjudicó el contrato de concesión, se estipularon obras de remodelación sobre la torre. Posteriormente ajustó el contrato y encargó al concesionario su demolición, construcción y entrega antes del 29 de junio de 2012. Luego, contra todo pronóstico, la Aeronáutica Civil le comunicó al concesionario que ellos construirían la torre por su cuenta. Ahora, más de 6 meses después de la fecha de entrega inicialmente pactada, la Aerocivil adjudica las obras al consorcio colombo-español FCC por casi $45 mil millones y con características muy inferiores a las proyectadas.

En síntesis, en los próximos dos años ocurrirán tres cosas: 1. Los usuarios de ElDorado no tendremos torre de control fija durante 2 años. 2. Como consecuencia, las operaciones del aeropuerto entrarán en un caos que hemos advertido desde octubre de 2012. 3. OPAIN demandará a la Nación por perjuicios económicos, porque el retraso en la construcción de la torre perjudicará la operación. Ahí está el gravísimo detrimento patrimonial, resultado de la falta de gerencia y conocimiento en la administración de la Aeronáutica.

 

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Ganar la Paz

 

 

"No perdamos de vista que es mucho más difícil ganar la paz que ganar la guerra":senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Oficialmente nos encontramos en negociaciones de paz con el grupo guerrillero de las FARC y potencialmente con el ELN. Sabemos que la consecución de la paz no es un asunto fácil por lo que aunque celebramos y respaldamos esta iniciativa, somos consientes de que este es apenas el punto de partida en un camino largo y difícil, y que la expectativa de los colombianos de terminar el conflicto armado debe manejarse con paciencia sabiendo que probablemente a partir de ahora, tengamos que enfrentar escalonamiento en la violencia de las FARC, crisis y dificultades antes de la firma de los acuerdos en las mesas de negociación.

Una vez iniciadas las negociaciones en Oslo a partir del 8 de octubre, podemos anticipar que las FARC intentaran "medir el aceite" del Gobierno Nacional aumentando los ataques terroristas y amenazas contra la población civil para fortalecer su posición antes de llegar a un acuerdo para la terminación del conflicto armado. Es entonces claro, que los anuncios hechos desde el Palacio de Nariño no significan ni una tregua ni un cese al fuego, tampoco significan el repliegue de la guerrilla de las zonas en donde tienen presencia o la terminación de sus actividades ilegales. Por el contrario, nos enfrentamos a un grupo guerrillero que seguramente intentara acentuar la guerra para desgastar al país y lograr las mejores condiciones en el proceso de negociación desde una posición de debilidad frente al Estado. De otra parte, el gobierno que aunque ha abierto espacios de diálogo para lograr el desmantelamiento de la estructura militar de las FARC y su progresiva inclusión en la vida política, ha dejado claro que no desfallecerá en su deber constitucional de proteger a los colombianos a través de la acción de la fuerza pública y que no despejara el territorio nacional para el logro de la paz.

En este escenario, quisiera recordar a un líder conservador que jugó un papel muy importante en el primer proceso de paz que se llevo a cabo en Colombia. Me refiero a John Agudelo Ríos, gestor e impulsor del proceso de paz con la guerrilla de las FARC durante el gobierno del ex-presidente Belisario Betancur, y presidente de la llamada Comisión de Paz creada para adelantar los procesos de reconciliación en Colombia. Recuerdo que cuando le preguntaban a Agudelo Ríos sobre las razones del fracaso de ese primer intento de paz, él responsabilizaba a los "enemigos agazapados de la paz" que se movilizaron en ese momento. Sabemos que este proceso también va a tener muchos enemigos agazapados y no agazapados que agitarán los miedos y los temores de los colombianos para lograr a toda costa que el proceso fracase.

Sabemos también, que uno de estos enemigos es el ex-presidente Uribe quien a través de declaraciones públicas y de trinos guerreristas, se ha levantado contra el proceso de paz, contra el presidente Santos y contra toda salida negociada del conflicto a pesar del clamor de los colombianos de vivir en paz.

No perdamos de vista que es mucho más difícil ganar la paz que ganar la guerra. La paz significa un reto mucho más ambicioso y noble que el exterminio del enemigo porque demanda la capacidad de lograr acuerdos, de definir lo negociable y lo no negociable, de generar concensos sobre asuntos prioritarios pero sobre todo de verificar el cumplimiento de los compromisos alcanzados. Se trata de una apuesta grande y arriesgada, sin embargo apoyamos al Presidente Santos en esta iniciativa que antepone los intereses de la nación y el bienestar de los colombianos al interés personal y egoísta de la guerra sin fin.

 

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La paz necesita intimidad

 

Desde hace más de 30 años los gobiernos colombianos se debaten entre buscar la paz a través del diálogo o de la derrota militar. Así, podemos volver a los años 80s y recordar al gobierno de Julio César Turbay que buscó establecer contactos con la guerrilla a pesar del estatuto de seguridad; o a la administración del presidente Belisario Betancur que logró la firma del cese al fuego en 1984 con las Farc, el Epl, el M-19 y el Quintín Lame, entre otros.

Años más tarde, recordamos  al presidente Virgilio Barco iniciando un proceso de paz con las guerrillas, que terminó en la desmovilización de los miembros del M-19 en 1990. Luego, el presidente César Gaviria se concentró en la desmovilización de las guerrillas del Epl y el Quintín Lame y su sucesor Ernesto Samper, aunque inicialmente buscó establecer contactos con las Farc, tuvo que dedicar su periodo a defenderse del proceso 8.000. Después, bajo el gobierno de Andrés Pastrana  podemos recordar la costosa estrategia del despeje que resultó fallida en febrero de 2002. Por su parte Álvaro Uribe, avanzó en un cuestionado proceso de desmovilización con las autodefensas, pero en relación con la guerrilla priorizó la acción militar sobre el entendimiento político, aunque hoy venimos a descubrir sus contactos secretos con las Farc.

Ahora, bajo la administración del presidente Santos,  los colombianos somos testigos de una nueva fórmula para darle fin al conflicto armado. En días pasados, lamentablemente las Farc filtraron la noticia de los acercamientos exploratorios para un diálogo de paz. La Casa de Nariño tuvo que reaccionar afirmando que se dará inicio a conversaciones directas e ininterrumpidas con las Farc, con el fin de alcanzar un acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. Esta nueva fórmula girará en torno a tres principios rectores: recoger lecciones aprendidas de intentos pasados, darle fin al conflicto armado  y mantener presencia militar en todo el territorio colombiano.

Estos principios, se insertan en el  trabajo legislativo que el Congreso de la República viene desarrollando desde la pasada legislatura. Me refiero en primer lugar a la prórroga de la ley de orden público, que le prohíbe al Presidente despejar o desmilitarizar una zona del territorio y en consecuencia, lo obliga a establecer cualquier mesa de diálogo, en el exterior.  Adicionalmente, se trabaja en el Marco Jurídico para la Paz que fue aprobado por el Senado y que obliga a la liberación de los secuestrados y al fin del reclutamiento de menores para la guerra, como premisa para poner en funcionamiento la normatividad.

Finalmente y en relación con la presencia militar, se ha venido trabajando en el proyecto de Acto Legislativo sobre Fuero Militar, del cual soy Coordinador Ponente, que planteará una ruta de respeto al derecho internacional humanitario en el marco de los diálogos propuestos.

El logro de la paz, para no repetir errores del pasado, demanda total reserva en esta fase, voluntad política, mesas de negociación y un trabajo concertado y participativo en la creación del marco jurídico que refuerce la democracia y le de permanencia a los acuerdos de paz que se puedan lograr.  Jorge Orlando Melo, columnista de El Tiempo, afirmó recientemente que con la guerrilla se debe negociar porque tiene poder, no porque tenga legitimidad. Por tal motivo, creo que prontamente negociaciones y diálogos se convertirán en un tema electoral hacia la búsqueda de aquella legitimidad. Por eso, deberá atenderse con cuidado las regulaciones que sobre el escenario electoral se propongan, pues ese es el terreno que hace la diferencia entre ejercer el  poder de la ciudadanía con legitimidad, o mantener  el poder por la fuerza de las armas con el miedo de los ciudadanos.

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Nuevo magistrado constitucional: avance o retroceso

 

El próximo 14 de agosto, el Senado de la Republica elegirá a un nuevo miembro de la Corte Constitucional.  Este proceso surge como resultado de la renuncia del ex magistrado Juan Carlos Henao, y de la conformación de la terna por parte del Consejo de Estado para nombrar su remplazo. La elección no es de poca monta, todo lo contrario, el candidato elegido será el responsable de la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución y por tal motivo, tendrá un papel fundamental en el destino de Colombia y en la preservación o erosión de las garantías fundamentales y los principios que nos mueven hacia la consecución de un Estado Social de Derecho.

Sabemos que la Carta Constitucional, abre sus ojos y cobra vida a través de sus intérpretes. En este marco, será vital la corriente de pensamiento y la visión filosófica de Estado que cada uno de ellos profese. Alrededor de la Carta Magna hay pocos consensos, por lo que las opiniones que se levantan  generan diversas posiciones: por un lado, existen aquellos que vemos en la Carta Constitucional de 1991 el resultado de un movimiento estudiantil, social y político que logró la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para darle una nueva carta de navegación al país que lo llevara hacia un Estado Social de Derecho, democrático y participativo que superara el modelo centralista, presidencialista y  autoritario  de la carta de 1886.

Por otro lado, se levantan  voces que al no estar contentos con la Carta Constitucional quisieran cambiarla y que encuentran incómodos los principios generales y abstractos consignados en su preámbulo. La diversidad de estas perspectivas, convierten la elección del próximo magistrado a la Corte Constitucional en la decisión mas importante dentro de la Rama Judicial por su influencia definitiva en el destino del país en temas tan neurálgicos como por ejemplo, defender o reformar la constitución en asuntos relacionados con la Ley de Justicia y Paz, el Marco para la Paz, o el modelo de desarrollo mas apropiado para el agro en Colombia.

Además de estos temas álgidos, el acontecer nacional le entregará al nuevo magistrado la responsabilidad de decidir sobre las demandas de constitucionalidad que promuevan los ciudadanos contra las leyes, y sobre los decretos con fuerza de ley dictados por el Gobierno y los actos legislativos reformatorios de la Constitución. Igualmente, será el nuevo magistrado quien resuelva sobre la constitucionalidad de la convocatoria a un referendo o a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución; o decida sobre las objeciones por inconstitucionalidad que el Gobierno formule contra proyectos de ley.

En pocas palabras, la elección de los próximos días, significara no solamente el nombramiento de un candidato dentro de una terna enviada, sino la elección de un interprete constitucional que nos permitirá seguirle apostando al desarrollo de libertades dentro de un marco jurídico, democrático y participativo o, que avalara la reforma de una carta constitucional promovida por más de 2 millones de colombianos y aprobada por más del 86% de los votantes en las elecciones de 1990. 

 

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Habemus ley para adicción

 

"Hasta la fecha, la lucha contra las drogas no había abordado la problemática del consumo": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El tráfico de drogas le costó a nuestro país el 1% del PIB. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de recursos invertidos en la guerra contra el narcotráfico, los resultados no han sido los esperados y por el contrario, siguiendo el Informe Mundial sobre las Drogas 2011 (www.unodc.org/wdr), se observó un leve aumento en el consumo. Estas razones, nos llevaron a presentar ante el Congreso de la Republica un proyecto de ley que le diera un giro a esta política contra fracasada y planteara una nueva estrategia de lucha contra el narcotráfico que concentrara los esfuerzos en la demanda, la salud pública y la prevención del consumo de sustancias psicoactivas licitas e ilícitas. Nuestro trabajó fué exitoso pues el pasado 31 de julio de 2012 fue sancionado el proyecto convirtiéndose en ley 1566 de 2012.

Efectivamente, estudios como The War on Illegal Drug Production and Trafficking: An Economic Evaluation of Plan Colombia, muestran que a pesar de que el gobierno de Estados Unidos desembolsó cerca de $3.8 billones de dólares al gobierno colombiano para fortalecerlo en la guerra contra productores y traficantes de drogas ilegales, los resultados obtenidos no han sido los esperados. Así, los estudios indican que la cantidad de cocaína que llega a los consumidores desde nuestro país ha permanecido relativamente estable y que el precio de la cocaína no ha variado de manera significativa pues no se presentan cambios importantes en los patrones de demanda. A pesar de esto, el gasto conjunto entre EE.UU. y Colombia en el componente militar del Plan Colombia corresponde a $1.2 billones de dólares en promedio al año, entre 2000 y 2005, correspondientes a aproximadamente 1,5% del PIB de Colombia en estos años.

Hasta la fecha, la lucha contra las drogas no había abordado la problemática del consumo. El último Informe Mundial de Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas reveló que el número de consumidores de países en desarrollo aumenta significativamente y que son los jóvenes de edades entre 18 y 25 años, la población más sensible a esta problemática. Teniendo en cuenta este escenario, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sancionó en días pasados la primera ley que reconoce la adicción a sustancias psicoactivas como un asunto de salud pública, lo que supone un giro en la lucha contra las drogas y asume al consumidor problemático como un enfermo, prescribiendo para él, tratamiento a través de los servicios de salud.

Así, la ley 1566 de 2012 se aplicará en forma progresiva dando prioridad a los menores de edad y a poblaciones que presenten mayor grado de vulnerabilidad frente a las sustancias psicoactivas. En el 2016 ampliará su cobertura a todos los adictos de Colombia. Esta nueva legislación propone un giro importante en la mirada cultural a la problemática de las drogas. En este sentido, se requiere una pronta reglamentación de la nueva ley y que, como lo acaba de hacer Obama en Estados Unidos, en Colombia empecemos a darle cada vez más presupuesto a la salud pública y a la prevención restando recursos a la represión y al castigo.

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Réquiem por la radio comunitaria?

 

No podemos permitir que se muera esta herramienta democrática, ahogándose en esta grave crisis": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Las emisoras comunitarias son una alternativa de participación, a través de las cuales, los que antes sólo oían, ahora pueden hablar y construir el tejido social que forma su comunidad. Hoy, existen en Colombia cerca de 686 emisoras comunitarias que, ante la inexistencia de una red vial terciaria, se han convertido en vehículos de la democracia que alcanzan aproximadamente a 3 millones de oyentes-activos que los reconocen como medios legítimos para el fortalecimiento de la vida comunitaria, el desarrollo local y la comunicación entre veredas y cabeceras municipales.

La Radio Comunitaria, tiene sus inicios en el año 1947 conociendo su mayor esplendor en los años sesenta, gracias a la influencia de Radio Sutatenza y el liderazgo del Padre José Joaquín Salcedo Guarín, quien a través de una rudimentaria emisora llevó a los campesinos programas educativos y de doctrina cristiana. Por esa época, los programas radiales fueron un medio para enseñar a leer, a escribir, para enseñar matemáticas básicas, cultura general, mejoramiento de cultivos y catecismo, entre otros temas. Posteriormente, estas emisoras fueron combatidas y censuradas por el establecimiento hasta el año 1997, cuando finalmente se logró su reconocimiento oficial. Este reconocimiento surgió a partir del establecimiento de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, la cual, fundada en la necesidad de garantizar el tránsito de una democracia representativa hacia un modelo participativo, aprobó el derecho a la comunicación como una manera de promover procesos de articulación social que le dieran protagonismo al pueblo.

Bajo el modelo de emisoras comunitarias, la misma comunidad es quien asume su propiedad y dirección, promoviendo la organización ciudadana y acompañando las necesidades, los reclamos y los grandes acontecimientos sociales. Así, la radio comunitaria se convierte en una instancia de fortalecimiento de la participación y busca democratizar la palabra e incluir activamente a cada ciudadano. Sin embargo, este modelo se encuentra a punto de morir. Las dificultades económicas de los municipios más pequeños, la ola invernal, el recorte de presupuestos para publicidad, los altos costos de funcionamiento, la concentración de la pauta en los centros urbanos mayormente poblados, la escasa vinculación de los proyectos comunicativos de las diferentes entidades oficiales a emisoras comunitarias y la masiva contratación estatal a emisoras comerciales, hacen que cada día la crisis económica de la radio comunitaria sea mayor. Para julio de 2011, se encontraban en proceso de cobro y pérdida de licencia, más de 200 emisoras comunitarias.

No podemos permitir que se muera esta herramienta democrática, ahogándose en esta grave crisis. En otras palabras, es inaceptable y perjudicial que el derecho a la comunicación en Colombia se restrinja por asuntos económicos desconociendo su importancia para el desarrollo de las comunidades y el ejercicio de la democracia. Es necesario iniciar un debate sobre la responsabilidad económica de los entes públicos en relación con los medios de comunicación comunitarios entendiendo a estos, como instrumento indispensable para la construcción de nuestro futuro democrático y promoviendo un sistema que permita mantener la autonomía de las emisoras comunitarias pero asegurar al mismo tiempo, su sostenibilidad económica.

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Valle del cauca y el proyecto político del narcotráfico

 

"El Valle parece sometido no solo por la violencia, sino también, por la compra de votos, la presión sobre el electorado para votar por determinados candidatos", senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).  

La parapolítica en Colombia, que se hizo visible luego del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas, que reveló la existencia de vínculos entre políticos y grupos armados ilegales de extrema derecha y que conecto al narcotráfico como proyecto político, vuelve a tener otro representante, Juan Carlos Martínez Sinisterra.

Este ex congresista, presunto narcotraficante y promotor de grupos armados al margen de la ley, opera principalmente en el Valle del Cauca, lugar en donde desde la década de los 80 se concentro uno de los más grandes carteles del narcotráfico en Colombia. Martínez, a pesar de haber sido condenado por la Corte Suprema de Justicia por sus nexos con los paramilitares, y de estar investigado por la Fiscalía General de la Nación por narcotráfico, ejerce gran influencia sobre importantes entidades estatales del Valle del Cauca como la Corporación Autónoma del Valle, la Dian de Buenaventura y hasta hace poco, la gobernación de ese departamento. Como si fuera poco, se han revelado indicios de que Martínez trata de mantener su poder político, a través del Movimiento de Inclusión y Oportunidades, MIO.

Este movimiento político, ya cuenta con personería jurídica y avala candidatos al Concejo de Cali, la Asamblea del Valle y a otros cargos de elección popular en diversas regiones del país.

El proyecto político de narcotráfico, tiene en jaque el proceso democrático de la región. El Valle parece sometido no solo por la violencia, sino también, por la compra de votos, la presión sobre el electorado para votar por determinados candidatos. Un ejemplo del estado de sitio en que se encuentra el sistema democrático Vallecaucano, es la reciente confirmación por parte de las autoridades, del desmantelamiento de una red que buscaba hacer fraude para elegir nuevo gobernador en el departamento y los supuestos vínculos con el exsenador Juan Carlos Martínez y con favorecimientos a representantes del movimiento MIO.

La narcopolítica ya no es una amenaza, estamos frente a la evidencia de que la estrategia del paramilitarismo unido al narcotráfico como proyecto político es apoderarse de las instituciones públicas y del poder político en el país. Para luchar contra este fenómeno y frenar su expansión, necesitamos además de la acción judicial contra delincuentes locales; que las autoridades competentes investiguen a profundidad denuncias de fraude, constreñimiento al elector y compra de votos; que el ciudadano con poder electoral, revise las hojas de vida de sus candidatos a corporaciones públicas y a cargos de elección popular; y sobre todo, que el Estado a través de sus tres ramas del poder ejerza control no solo a través de la presencia militar y policía, sino en las vidas cotidianas de muchos colombianos que ante el abandono y el miedo, se convierten en instrumentos para que estas estructuras se mantengan y sus herederos las asuman.

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La indignación es de los ciudadanos, no puede ser del Congreso

 

 

"Hago parte de un colectivo que hoy quiere enmendar su acción": Galán.

Qué difícil escribir hoy esta columna. Aunque fui uno de los 26 parlamentarios que votaron negativamente la reforma a la justicia y que a lo largo de  ocho debates, elevé cuestionamientos sobre quién era el beneficiario final de las reformas y donde estaban los ciudadanos afectados; hago parte de un colectivo que hoy quiere enmendar su acción.

El Congreso de la República, consciente de sus responsabilidades y atento a la voz de quienes en zozobra han denunciado los peligros y las amenazas de la entrada en vigencia de la reforma a la justicia, ha decidido votar afirmativamente el archivo total y definitivo del proyecto de acto legislativo. Este no es un momento para la indignación de congresistas. Ahora, ya no importa quienes votaron a favor y quienes en contra, el Parlamento en pleno, se enfrenta al rechazo de la opinión de los ciudadanos, al rechazo de quienes nos han elegido. No podemos sustraernos al clamor popular. Ante todo, nos debemos  a quienes nos han entregado su confianza, nos debemos a quienes nos han designado como sus representantes, no a nuestros partidos, ni a intereses personales. 

Por esto, es necesario asumir la responsabilidad colectiva, y recuperar ese título honroso de ser “servidores públicos”, así como reconocer qué sucedió y enmendarlo, más allá de asumir posiciones de indignación frente al resultado final de la reforma. No podemos pasar de agache ni endilgar toda la responsabilidad a un gobierno que la asume con la renuncia de uno de sus ministros. Aunque es importante recordar que Germán Vargas Lleras ha dejado solo a Juan Carlos Esguerra. Finalmente él como Ministro  del Interior y de Justicia, radicó el proyecto inicial y lo discutió con los magistrados desde el principio. 

Lo que propongo, es hacer público el reconocimiento del error cometido. De esta manera, me acojo a la propuesta elevada por el Senador Luis Carlos Avellaneda, de conformar una comisión que redacte un comunicado institucional por parte del Congreso, en donde se reconozcan las acciones cometidas y se  ofrezca perdón a todos los colombianos. Como acto de reparación, sugiero que colectivamente nos declararemos impedidos para volver  a estudiar en este periodo, un proyecto de reforma a la justicia hasta tanto no recupere el Congreso, la confianza para legislar sobre esta materia y se renueve el mandato del constituyente primario. 

Adicionalmente, considero que es necesario enviar un mensaje a los colombianos de nuestro compromiso de rectificar los errores. Por tal razón, respaldo la iniciativa del Partido Liberal, de conformar una comisión de la verdad que investigue y aclare la conducta de sus miembros,  y que  lleve sus hallazgos, hasta las últimas consecuencias con el fin de que el país conozca lo sucedido y se asuma la responsabilidad política debida. Esta constancia que dejo ante ustedes a través de esta columna,  la he dejado frente a mis colegas, el pasado jueves 28 de junio cuando en mi calidad de miembro de la comisión accidental del congreso, propuse admitir las objeciones de inconveniencia general que presentó el gobierno a  la reforma de la administración de justicia.

 

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De pupilo a desconocido

 

En el año 2007 en mi calidad de miembro de la Comisión II del Senado de la Republica,  me correspondió el estudio de los ascensos de los oficiales que aspiraban al máximo grado de honor militar y policial.

Esta función que tiene el Senado de aprobar los ascensos de generales no es un acto protocolario sin trascendencia. Por el contrario, es una figura que permite controlar la responsabilidad política de los candidatos y es un voto de confianza que en nombre del pueblo, el Senado otorga a algunos funcionarios que por su valor y lealtad al país, resultan dignos. 

 Sin embargo, lamentablemente cuando llegué a la Comisión II, la aprobación de ascensos de generales se había convertido en una burla al Senado, por lo que me dediqué a hacer un estudio serio y riguroso de cada una de las hojas de vida de los oficiales que aspiraban a ser condecorados. Así, en el 2007, llegó un decreto firmado por el Presidente de la Republica Álvaro Uribe Vélez en donde presentaba el ascenso a General, del Coronel de la Policía Mauricio Santoyo quien a la fecha trabajaba como su jefe de seguridad.

El Coronel Santoyo, venía de ser director del Gaula de la ciudad de Medellín y había sido altamente cuestionado por interceptaciones con órdenes falsas realizadas a organizaciones de la sociedad civil. Por tal razón, decidimos enviarle un derecho de petición al Procurador General de la época, Edgardo Maya Villazón, preguntando si existía una investigación contra este funcionario. Como respuesta, el procurador contestó que el Coronel Santoyo había sido investigado por interceptaciones ilegales realizadas desde las oficinas del Gaula y afirmó que la sanción impuesta había sido la destitución por su conocimiento y liderazgo en estas interceptaciones. Esta destitución nunca se hizo efectiva.

Aunque presentamos esta prueba ante la Comisión Segunda y ante la Plenaria del Senado, se ratificó el ascenso del coronel Santoyo, sin considerar que había motivos suficientes para rechazarlo toda vez que existía una sanción impuesta por la máxima autoridad disciplinaria.

 Ahora, nos encontramos con el hecho mas grave en la historia de la policía: el jefe de Seguridad del expresidente Álvaro Uribe Vélez, es requerido por la justicia estadounidense acusado de narcotráfico y paramilitarismo. Ante esto, yo me pregunto, ¿será que nadie se dio cuenta de que, al parecer, el coronel Santoyo colaboró con las operaciones de narcotráfico de la ‘Oficina de Envigado’; interceptó comunicaciones de manera ilegal para favorecer a narcotraficantes, trasladó policías corruptos y entregó información de inteligencia recopilada por la policía? Todo desde su cargo en la Presidencia de la República?

El doctor Uribe Vélez no puede insultar la inteligencia de los colombianos desconociendo su papel como mentor del oficial Santoyo en su carrera policial.  Son 4 los decretos presidenciales que firmó favoreciéndolo. En el primero lo reintegró a la Policía echando mano de la decisión de suspensión provisional del Consejo de Estado, en el segundo lo nombró Secretario de Seguridad Presidencial, en el tercero lo ascendió a General y en el cuarto lo nombró en un cargo diplomático. Creen ustedes que no lo conocía?

Nuestras historias

Los símbolos importan y mucho

 

El ejercicio de recordar debe ser una oportunidad para afianzar los valores democráticos, de libertad y de justicia social que fundan nuestro proyecto de país. Por tanto, todo los discursos o símbolos que en nombre de la memoria, promuevan valores contrarios a los que queremos en nuestra sociedad, deben denunciarse con fuerza y vigor.

La manera de contar el pasado siempre esta en disputa, teniendo en cuenta las interpretaciones que cada quien haga de él. El ejercicio de recordar no es un acto desprovisto de impactos políticos y sicológicos en la vida de un país, por el contrario, es una práctica política en la que posicionamos determinadas narrativas, y voluntariamente entendemos quienes éramos y buscamos transformar las condiciones que hicieron posible hechos, que no queremos repetir.

En el marco de los hechos violentos sufridos en Colombia a partir de la época del terrorismo, la narrativa que debemos posicionar es la de las víctimas, las de los valores de justicia y honestidad que se mantuvieron inquebrantables frente a la fuerza de la violencia y la corrupción, la de hombres y mujeres que en su cotidianidad, se resistieron al dinero fácil y a la intimidación. Contar nuestra historia desde otro lugar, desde la posición de los victimarios, solo la convertirá en una celebración de conductas y valores que buscamos dejar atrás.

Me pregunto cual es la historia que cuenta la hacienda Nápoles. Actualmente, este predio que hasta 1993 pertenecía a la familia Escobar, se ha convertido en un parque temático con hotel, que ofrece planes de puente, noche de bodas y luna de miel. A partir del ano 2007, fue otorgado por el Gobierno Nacional en concesión, al operador Ayuda Técnica y de Servicios S.A que lo ofrece como una atracción turística a nacionales y extranjeros. Otros paseos turísticos incluyen conocer la primera avioneta y una motocicleta de propiedad de Pablo Escobar, así como la visita a los lugares donde vivió, a la casa donde fue asesinado a tiros por la policía y a su tumba.

La hacienda Nápoles de esta manera, se convierte en símbolo de un victimario generando un daño sicológico enorme en la sociedad colombiana, quien al encontrar discursos que buscan generar empatía con un delincuente, se siente en peligro y bajo el riesgo de extender sobre las víctimas un manto de duda por lo que hicieron, por lo que pensaron o por lo que dejaron de hacer.

El pasado no puede ser contado a través de símbolos de victimarios. La historia debe ser contada desde el lugar de todas aquellas personas que fueron perseguidas, humilladas, o asesinadas por su ideas políticas o su posicion social, por enfrentarse al miedo, por atreverse a denunciar la corrupcion del poder. De lo contrario conductas como la violencia y la ilicitud habrán triunfado. Es necesario recordar desde la posición de las víctimas, para decirles a los violentos que sus ideas fracasaron, que sus conductas son despreciadas por los colombianos y que nuestro proyecto de país, sigue vigente ahora con la fuerza, de haberlos sobrevivido.

 

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La Paz es ahora

 

"La justicia transicional requiere nuevas formas de abordar el conflicto que busquen la justicia y garanticen el reconocimiento de las víctimas": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El marco jurídico para la paz, puede ser visto a través de dos lentes diferentes: el primero, lo interpreta como una manera poco eficiente de criminalizar la conducta de actores armados a través de las instituciones de justicia ordinaria. El segundo, como un reconocimiento de que nos enfrentamos a problemas extraordinarios que demandan soluciones extraordinarias. Es decir, una solución política que transciende los mecanismos tradicionales de respuesta al delito y que permite transitar hacia un modelo de convivencia.

En el marco de esta dicotomía, la Cámara de Representantes debatió el pasado martes 15 de mayo, el llamado Marco Jurídico para la Paz, que en estricto sentido, es un acto legislativo que busca establecer instrumentos jurídicos de justicia transicional en Colombia.

La justicia transicional requiere nuevas formas de abordar el conflicto que además de buscar la justicia, garanticen el reconocimiento de las víctimas y la seguridad de que los hechos violentos no volverán a repetirse. En este sentido, el marco jurídico para la paz mantiene el deber de investigar y establecer responsabilidades en el Estado y al mismo tiempo, propone abordar la justicia no solo respondiendo a los delitos a través de la privación de la libertad, sino también, a través del refuerzo de la capacidad participativa de la sociedad civil y el esclarecimiento de la verdad como garantía de reparación. El principio básico es lograr desmantelar las estructuras sociales y económicas de grupos fuera y dentro del Estado, que promovieron violaciones sucesivas a los derechos humanos en Colombia. La justicia en estos nuevos marcos de transición, más que un castigo, busca garantizar seguridad, institucionalidad y plena participación ciudadana.

Volviendo al acto legislativo, para la aplicación de este marco para la paz son indispensables dos condiciones: la participación efectiva de la ciudadanía en los escenarios creados por la Ley y la decidida voluntad de individuos o grupos al margen de la ley, de desmovilizarse y realizar gestos que indiquen su decisión de manejar las disputas a través de mecanismos pacíficos de controversia. Los demás, es decir, aquellos que prefieran utilizar la violencia para enviar un mensaje o provocar confrontación, quedaran excluidos de la opción generosa de transitar hacia el camino de la paz y frente a ellos, deberá actuarse con firmeza y sin vacilación.

Quiero dejar un mensaje muy sentido de solidaridad con el Dr. Fernando Londoño, el Intendente de la policía Rosember Burbano, José Ricardo Rodríguez y todas las víctimas del atentado ocurrido el pasado 15 de mayo. Sus autores merecen toda nuestra condena y la confirmación de que no trabajamos por ellos, sino por todos los que han entendido que la única opción que tiene Colombia, es una salida pacífica a este largo conflicto.

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Fuero democrático

 

"Si quienes defienden los derechos humanos y quienes quieren respaldar a nuestros militares deben superar las verdades a medias": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El Senado debatirá el proyecto de reforma constitucional del mal llamado fuero militar. Esta iniciativa, que lleva dos debates en la Cámara de Representantes, se ha ido gestando como fórmula de equilibrio entre dos necesidades legítimas a pesar de la cantidad de ruido, discursos grandilocuentes e ideologizadas posturas.

Quienes ven en el fuero una fuente de impunidad alegan que el articulado propuesto amplía la competencia de la jurisdicción penal militar a nuevos casos que de alguna forma le serían arrebatados a la justicia ordinaria. El argumento amparado en un ropaje y una terminología de protección de los derechos humanos asume que la justicia ordinaria por principio es mejor, más eficaz, imparcial y transparente que la justicia penal militar. Tanto los supuestos como la conclusión son falaces.

En primer lugar el inciso primero del artículo constitucional que consagra el fuero no sufre ninguna modificación. Es decir, el fuero militar sólo aplica para aquellos casos cometidos por el personal de la Fuerza Pública que tengan relación con el servicio, función y en el estricto cumplimiento de sus fines. Esta es la regla general sobre el fuero y no sufre cambio o mengua de ninguna naturaleza. Más aún, en el articulado aprobado por la Cámara de Representantes se exceptúan del conocimiento de la justicia militar algunas conductas que revisten especial gravedad y cuyo conocimiento sólo puede tenerlo la justicia ordinaria de conformidad con los parámetros internacionales.

En el otro extremo del espectro ideológico no se admite ningún tipo de ajuste al articulado suponiendo que cualquier modificación es una degradación en la eficacia del fuero. Suponen de manera equivocada que el fuero es un instrumento de defensa personal cuando en realidad su razón de ser es constituir una garantía institucional. Otros sectores sugieren que la mejor protección es suponer que la sola presencia de un militar o un policía en la presunta comisión de un delito debe desembocar automáticamente en el conocimiento por parte de una justicia especializada. Finalmente se ha asumido como "caballito de batalla", el polémico convenio entre el Ministerio de Defensa Nacional y la Fiscalía General de la Nación.

Estos argumentos también parten de supuestos equivocados aunque amparados en argumentos genuinos y legítimos como el derecho al debido proceso y la necesidad de devolverle la confianza y la seguridad jurídica a la Fuerza Pública. Sin embargo, es evidente que cualquier modificación que desconozca que el fuero existe para la protección de las instituciones y no de los individuos, es contraria a la naturaleza misma de la figura y por lo tanto inadmisible. De igual forma con o sin convenio cualquier autoridad de policía judicial está obligada a recoger la evidencia necesaria y remitirla al Fiscal ordinario de quien depende funcionalmente.

Si quienes defienden los derechos humanos y quienes quieren respaldar a nuestros militares desean realmente ayudar a que salga una buena reforma deben superar las verdades a medias, aceptar y contribuir con fórmulas intermedias pero eficaces. De lo contrario debemos pedirles encarecidamente que por favor no nos ayuden tanto.

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FARC: banda de secuestradores

 

 

El periodista francés Romeo Langlois hace sin proponérselo el mejor documental sobre la banda criminal de las FARC. Su SECUESTRO permite ver la escala de valores que tiene este grupo ilegal y la estrategia del doble discurso. Siguen con su antiguo libreto. Seguramente al final de la jornada aparecerá la guerrilla alzando voces grandilocuentes sobre su actuación respecto a Langlois, señalando una presunta responsabilidad de la Fuerza Pública en el secuestro.

Si las reacciones son las habituales, el tema suscitará un debate en el país del cual sólo salen damnificados los soldados, policías y especialmente la víctima del secuestro. Los primeros serán objeto de señalamientos y el secuestrado pasará a un segundo plano.

Para evitar caer en ese juego estéril hay que observar lo ocurrido y destacar algunos aspectos. La  información que se tiene muestra la realización de una operación en contra del narcotráfico con el objetivo de destruir unos laboratorios. La reacción de las FARC, como la de cualquier mafia, fue responder violentamente a la presencia de la Fuerza Pública y evitar la destrucción de su infraestructura.

Este hecho se agrava por estar los guerrilleros vestidos de civil, empleando armas largas y explosivos en contra de la unidad militar. Esta conducta es un desconocimiento total de las normas jurídicas que enmarcan conflictos como el nuestro.

El uso que hacen las FARC de su capacidad para utilizar a la población civil en actuaciones ofensivas es un terreno fértil para falsas acusaciones sobre ejecuciones extrajudiciales. Este nuevo contexto, exige que las autoridades judiciales obren con el mayor cuidado para evitar que las apariencias no lleven a favorecer al delincuente o a incurrir en “falsos positivos judiciales”. Por otra parte, es preocupante que la ley de inteligencia complete nueve meses en la Corte Constitucional, haciendo vulnerable al Estado y a la ciudadanía frente a estos "guerrilleros" de civil.

En el próximo debate sobre el fuero militar trabajaré en mi calidad de coordinador ponente del acto legislativo, para construir un equilibrio que garantice los derechos de todas las persona involucradas en el conflicto, pero que responda a realidades como la que el caso Langlois pone en evidencia.

Finalmente, reitero que me uno a las voces de todos los colombianos que exigen la liberación inmediata e incondicional de Romeo Langlois y de todos los civiles que aún permanecen secuestrados por los grupos armados criminales.

 

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El yugo clientelista

 

El Senador John Sudarsky (Partido Verde) presentó una propuesta de reforma al sistema electoral colombiano que consiste en la introducción del llamado sistema mixto. Esta modalidad combina el régimen proporcional con la creación de distritos uni-nominales. Según la propuesta tales distritos corresponderían a una división territorial dentro de cada departamento. En cada distrito los partidos o movimientos políticos presentarán un único candidato y el que resulte vencedor será el elegido. El tamaño del distrito para la elección de los Representantes a la Cámara sería de 410.000 personas y para el Senado 820.000.

El principal reto que enfrentará la propuesta es evitar que sea sofocada por quienes encuentran en el actual modelo electoral la mejor forma de preservar su poder político, aislados del ciudadano, que no rinden cuentas y alimentan maquinarias a punta de clientelismo y favores. El modelo mixto sugerido amplía las posibilidades de éxito de partidos pequeños y especialmente de movimientos ciudadanos que con frecuencia constituyen formas de renovación de las costumbres políticas.

Sería una mejora en la representatividad que además trae incentivos para el fortalecimiento y democratización de la institución partidista. El esquema sugerido limita a que haya un único candidato por partido en cada distrito. En estas condiciones los partidos no tienen ningún criterio válido, distinto al resultado de unas elecciones internas, para proceder a la entrega del aval. No obstante, es evidente que los políticos avezados y los gamonales de siempre tratarán de adaptarse promoviendo consultas internas que sean más una competencia entre dos o más estructuras clientelares dentro de un mismo partido o movimiento, que una verdadera elección. En consecuencia la propuesta debería complementarse con la definición de los mecanismos para garantizar consultas periódicas, libres y competitivas.

No obstante lo anterior, se presenta un efecto equívoco que es la necesidad de preservar un pluripartidismo relativamente amplio para evitar la captura del distrito uni-nominal por parte de un partido o de un líder regional. El pluripartidismo es un ingrediente que genera mayores costos de transacción a cualquier negociación política y las hace prohibitivas. El mayor desafío será  el diseño específico para evitar usos estratégicos de las normas jurídicas.

La magnitud de esta empresa requiere que se socialice y desde ya considerar que una modificación como esta puede requerir del respaldo popular a través de un referendo, para superar la barrera del político tradicional y para disipar el riesgo de una sentencia de constitucionalidad que considere estos cambios como un intento de sustitución de la Constitución.

 

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Independencia presupuestal y Control Político

 

"Un control, para ser efectivo, debe ser capaz de influir en las decisiones actuales y futuras, para que la ejecución presupuestal sea eficiente y eficaz.", senador Juan Manuel Galán (Liberal).

 La Comisión Primera del Senado ha respaldado nuestra iniciativa de someter al control político la autoridad que sea responsable de la administración de la Rama Judicial, especialmente, en la formulación y ejecución de la política judicial. Esta proposición no deja de ser polémica en algunos sectores que consideran que es una especie de interferencia de una rama del poder público en el funcionamiento de otra.

El Congreso ha llegado a un acuerdo sobre la necesidad de establecer una partida mínima presupuestal para la rama judicial, que corresponda al crecimiento del IPC más un porcentaje del 2% del Presupuesto General de la Nación. Eso en números cotidianos es alrededor de 1.6 billones de pesos, lo que equivaldría más o menos a la mitad del presupuesto para la educación universitaria en Colombia y es equivalente al destinado para la atención a la población desplazada o a lo previsto por el Estado como pago de sentencias y conciliaciones.

Esta definición constitucional de la partida mínima necesaria para el funcionamiento de la justicia, es una inflexibilidad presupuestal y como tal es un riesgo que asume el país pues sin importar la coyuntura que viva Colombia y la forma cómo se gasten los recursos, la rama tendrá garantizado un presupuesto. Este riesgo lo asumimos dada la debilidad y dependencia histórica de la justicia colombiana que ha visto afectado su presupuesto a lo largo de los años.

Sin embargo, la inflexibilidad señalada hace que el Congreso no pueda tocar ese presupuesto. Es decir que el pueblo colombiano, a través de sus representantes, no puede cambiar la destinación de los mismos hacia otros aspectos que él considere prioritarios, por ejemplo, salud, vivienda, o seguridad. Semejante renuncia requiere un reequilibrio que le devuelva a la ciudadanía la decisión última sobre el gasto público. Esta opción es el control político sobre el gasto público de la rama judicial. No hacerlo es permitir que una parte del Estado quede libre del control ciudadano.

Este control, como se ve, sólo recae en la definición de la política y la ejecución del gasto y no en las decisiones judiciales propiamente dichas. En consecuencia no se puede considerar el control político como una forma de intromisión en la autonomía de la rama judicial.

Un control, para ser efectivo, debe ser capaz de influir en que las decisiones actuales y futuras para que la ejecución presupuestal sea eficiente y eficaz. Por lo anterior, he sugerido que se establezca la moción de censura para la autoridad que gerencie la Rama, pues implica la posibilidad de la separación del cargo. Este proceso, al ser colegiado, se constituye también en una garantía para el poder judicial.

Lo que resulta inadmisible es pensar que se puedan entregar recursos públicos y que la justicia obre como un hoyo negro o un barril sin fondo.

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Veto al tratamiento de adictos

 

"El primer paso para reorientar una política es cambiar las prioridades de inversión de los recursos públicos", senador Juan Manuel Galán (Liberal).

El Ministro de Hacienda y Crédito Público ha dado a conocer su posición sobre el proyecto de ley que presenté ante el Congreso por el cual se dictan normas para garantizar la atención integral a drogadictos. A juicio de esta entidad los costos totales de prestar atención a las personas que sufren de esta enfermedad, pueden oscilar entre $1.9 billones y $8 billones. La conclusión rápida y eficiente es que ni en el Presupuesto Nacional ni en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, están previstas las partidas necesarias para el efecto y sobrepasan los recursos destinados a la cuenta de alto costo. En consecuencia el Ministerio "se abstiene" de emitir concepto favorable.

En los últimos meses el Gobierno colombiano ha manifestado su convicción de la necesidad de abrir la discusión sobre la política mundial en contra de las drogas ilícitas y explorar nuevas opciones. El primer paso para reorientar una política es cambiar las prioridades de inversión de los recursos públicos. Por lo anterior, sorprende que esta iniciativa antes que encontrar el respaldo o la cooperación técnica del Ministerio para hacer los ajustes necesarios tenga, en cambio, que superar este tipo de veto.

Resulta aún más extraña esta reacción, cuando el Plan de Reducción del Consumo adoptado por el Gobierno anterior, preveía la inclusión de la atención de los adictos en el POS. Iniciativa bien intencionada que se quedó en la mitad del camino por las dificultades que enfrentó el sistema de salud. Los distanciamientos con Uribe parece que no sólo se dan en materia de seguridad, sino en puntos decisivos de la política social.

Así mismo no se tiene en cuenta la consideración de costo beneficio. No invertir decididamente en la prevención y la superación de la adicción genera inseguridad en nuestras calles. La falta de tratamiento afecta los recursos del sistema de salud en otras áreas como el tratamiento del SIDA (enfermedad de alto costo), la multiplicidad de atenciones en los servicios de urgencia. Y no se considera la forma cómo esta enfermedad impacta la estabilidad y la economía de las familias.

Los 6,766 millones de dólares de cooperación de los EE.UU. para la ejecución del componente militar del Plan Colombia, no han logrado desmantelar el negocio del narcotráfico ni frenar el consumo. Es evidente que hay que hacer cambios. La prevención y la superación requieren recursos para ello y este proyecto de ley pretende ser la fuente de ese compromiso social con las víctimas de una enfermedad que socialmente la rechaza pero que no hace nada por su rehabilitación.

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Concepto 15766 2005 Dian: hurto a Colombia

 

 

En los últimos meses se ha dado una discusión importante en el país sobre el precio de los combustibles, especialmente de la gasolina. Sin duda es un debate importante dado el impacto que tiene en la economía de las familias y de las empresas, pues sabemos que éste es uno de los detonantes anuales de las alzas generalizadas de precios en los diferentes bienes y servicios.

El debate ha tenido las características clásicas donde los mayores afectados, los usuarios, poco se movilizan y quienes ven peligrar sus ingresos rápidamente hacen manifestaciones y cierres. Así mismo, se esgrimen diversas teorías económicas, llenas de ideologías, para justificar o no el precio y se discute si el problema es de la Nación o es responsabilidad de las autoridades locales por cuenta de las llamadas sobretasas. También surge en la polémica el contrabando de combustibles y los beneficios que pueden obtener organizaciones al margen de la ley.

No obstante lo anterior, hay un aspecto del problema que aún permanece oculto. Y lo está porque no hace parte de la canasta de costos de la producción o distribución de combustibles y porque no impacta directamente el precio. Los consumidores pagamos ese otro costo vía impuestos generales: es el costo de proveer seguridad a la infraestructura petrolera. El Ministerio de Defensa anunció hace pocos días que se crearían seis batallones para proteger los oleoductos, etc., y agrega en su comunicado que incluso se movilizarán unidades desde Bogotá para el efecto.

Es evidente, que cualquier galón de combustible que se pague en Colombia tiene además el costo económico de financiar el personal militar adscrito a la protección de esta actividad y el costo difícil de cuantificar del impacto en la seguridad del retiro de unidades de una región a otra.

Es indudable que si los recursos naturales no renovables son propiedad de la Nación, el Estado debe intervenir en su protección para garantizar su uso adecuado y las regalías que percibe por la explotación de los mismos. Sin embargo, ¿compensa el monto de la regalías este tipo de inversiones? La respuesta intuitiva es que no, pues cada vez que el Estado tiene que destinar más recursos para hacer viable el negocio es una reducción de los recursos disponibles para la inversión social o el desarrollo.

Pero la historia no acaba ahí, pues hay jurisprudencia que restringe la noción de regalía a contraprestación por el daño ambiental ocasionado por la explotación del recurso, por lo que queda la pregunta de bajo qué concepto ve la Nación compensada su propiedad sobre aquel. Y para completar el escenario está aún vigente el polémico concepto 15766 de 2005 la DIAN que permite que las regalías sean deducibles del impuesto a la renta y que afecta evidentemente el recaudo.

Así que en conclusión la gasolina cuesta mucho, pero mucho más de lo que se piensa. 

 

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Un peligro para la sociedad

 

"¿La sociedad cree que el asociarse con grupos paramilitares es de menor gravedad que el narcotráfico?": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Al exsenador Juan Carlos Martínez Sinisterra, le han concedido el beneficio de la casa por cárcel en consideración a su condición de padre cabeza de hogar.

Esta es una tensión entre los derechos de los menores de edad a tener una familia y la necesidad de que las penas sean ejemplarizantes como reparación a la comisión del delito y para cumplir con la función de prevención general de la condena.

Recién publicada la noticia los medios de comunicación ironizaban al respecto. Resulta evidente que el primer impacto en la opinión es de desconfianza frente a la medida, su eficacia y de una profunda molestia sobre los "lujos" a los que tendrá acceso.

Lo anterior no es para menos. Todas las salidas de la cárcel del exsenador Martínez estuvieron marcadas por las críticas, fueron aprovechadas, presuntamente, para participar en política. Ahora se le permite regresar al Valle en medio de la crisis de legitimidad que enfrenta el gobernador del departamento quien es de su misma corriente política.

La desconfianza es mayor si se tiene presente el caso de la exrepresentante Yidis Medina, quien recibió el mismo beneficio y está siendo procesada por la Fiscalía porque presuntamente incumplió con esa detención.

La situación se agrava si se tiene en cuenta que la Corte Suprema de Justicia en junio del año pasado señaló que no siempre se puede otorgar el beneficio de la casa por cárcel, si el condenado representa un peligro para la sociedad. En ese caso se negó el beneficio a una mujer que comercializaba drogas ilícitas. ¿Acaso la ley sólo se aplica rigurosamente a personas de menor status, poder o influencia?, ¿qué diferencia hay entre los hijos de unos y otros?, ¿la sociedad cree que el asociarse con grupos paramilitares es de menor gravedad que el narcotráfico?

Más vale que el control con el brazalete que anunció el Ministro de Justicia sea eficaz para evitar que se agrave la situación, pero el daño social parece estar hecho en contra de las instituciones y la justicia colombianas.

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Cumbre de Las Américas, ¿para qué?

 

"El tema de la presencia o no de Cuba distrae la atención que debe prestársele a otros temas de la agenda hemisférica": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El tema de la presencia o no de Cuba en la cumbre de las Américas ha ido tomando cada vez más espacio en los medios de comunicación y de alguna manera distrae la atención que debe prestársele a otros temas de la agenda hemisférica, que con el perdón del pueblo cubano, revisten una importancia mayor y más inmediata a los demás países.

Las variaciones en los indicadores de seguridad y convivencia ciudadana en el continente, así como las amenazas provenientes de diferentes tipos de organizaciones mafiosas deben ser el centro del debate y definición de planes de acción cada vez más concretos. No se justifica el esfuerzo logístico y diplomático de una reunión como ésta si de ella sólo se derivan declaraciones en las que se reconoce la gravedad de los problemas y se promete hacer esfuerzos en abstracto para la solución de los mismos.

Un punto de partida es garantizar que no existan trabas legales entre los diferentes Estados para la cooperación, especialmente en materia judicial; así mismo es importante avanzar en la definición de acuerdos para el patrullaje conjunto de las fronteras como el que tiene Colombia con Perú para optimizar los recursos existentes y cerrarle espacio a las organizaciones criminales y terroristas.

Pero la reunión debe permitir avanzar hacia temas nuevos. En la medida que el libre comercio entre los Estados se va convirtiendo en la regla general, debemos establecer condiciones nuevas para que el ejercicio del mismo se haga en condiciones de equidad (comercio justo). En ese sentido es necesario abrir una agenda social y económica continental que impida, por ejemplo, que los países edifiquen sus ventajas comparativas a partir de un deterioro de la calidad del empleo.

Asimismo, en este escenario vale la pena explorar opciones como la creación de un mercado único de medicamentos o agencias regionales para la compra de los mismos, que permita enfrentar la posición dominante que tienen algunos laboratorios multinacionales en ciertos países. O bien crear un holding empresarial continental para el desarrollo de nuevas formas de energía limpia.

Yo he venido insistiendo en que el debate sobre el giro que debe darse en la política antidroga debe abrirse. La forma de hacerlo sin que ningún país vea amenazada su posición actual, es trabajar en un convenio internacional enfocado en la prevención del consumo. Ese es el primer paso que hay que dar.

Estos son los temas que deberían ocupar la agenda de la Cumbre y sus preparativos y no el hacerle el juego a triunfos mediáticos de la diplomacia cubana que rechazó ser parte de la OEA luego de que la mayor parte del continente le dio la bienvenida a pesar de su evidente déficit democrático.

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La soledad Siria

 

"Colombia debe asumir una actitud proactiva desde la ONU, haciendo extensivo nuestro compromiso con las víctimas de toda forma de violencia": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El mundo entero sigue observando la situación dramática que vive el pueblo sirio tras la violenta represión que mantiene el régimen de Bashar Al-Assad en contra de quienes protestan buscando una transición hacia la democracia. En un acto lleno de ironía se celebró un proceso electoral tendiente a la extensión del mandato de Asad mientras la ciudad de Homs era asediada por el ejército. La cifra de muertos que ha dejado este levantamiento desde su inicio, llega a cerca de 7.500 víctimas según fuentes de la ONU.

Esta que ha sido la última de una serie de revueltas en el norte de África y Oriente próximo ha recibido una respuesta más violenta de parte del régimen y una menor cooperación internacional. Al-Assad quizá tenga muy claro que en Túnez, Libia, Yemen y Egipto los gobernantes han caído y en Jordania y Marruecos se anunciaron reformas importantes. Y quizá querrá prevenirse de ser juzgado por los abusos cometidos durante los años de opresión, una lección aprendida también de los países mencionados.

Ante una respuesta de tal magnitud sorprende la menor actividad desplegada por la comunidad internacional y el mayor fraccionamiento de las posturas. ¿Qué habrán aprendido de la intervención en Libia que los lleva a comportarse de una forma poco coherente? ¿qué interés se tiene en Siria para que la acción internacional sea menos eficaz y decidida? Ni siquiera los bloqueos del gobierno sirio a los delegados de la ONU han tenido un impacto suficiente como para justificar acciones de tipo humanitario.

Un cambio en el gobierno sirio puede contribuir a reducir la tensión permanente que se vive en esta zona del mundo por el conflicto palestino–israelí y por la enorme presión que ejerce Siria sobre los gobiernos del Líbano. Sin embargo, un giro pro-occidental parece ser una amenaza para países como Irán, o la misma Rusia que procura mantener a raya la influencia de los Estados Unidos.

Tristemente los ciudadanos sirios que se han lanzado a protestar y todos los demás que viven las consecuencias del bloqueo económico se han convertido en una ficha de la geopolítica mundial. Sólo un cambio en ese contexto podría garantizarles una ayuda más visible y más activa y en este sentido Colombia debe asumir una actitud más proactiva desde el Consejo de Seguridad de la ONU, haciendo extensivo nuestro compromiso con las víctimas de toda forma de violencia.

Esta es una oportunidad para que Colombia muestre a los países de la región la ecuanimidad de sus posiciones. No sobra recordar que se ha dicho que la falta de respaldo de los países árabes a la elección de un colombiano en la Corte Penal Internacional obedeció a la actitud pro-israelí asumida por Colombia frente a la conformación de un Estado palestino.

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Por la seguridad aérea

 

"Nosotros hemos venido observando con preocupación cómo las condiciones laborales de los pilotos y tripulaciones no se rigen por las normas generales": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Los controladores aéreos y la Aerocivil están en medio de una negociación laboral que recae sobre varios temas que van desde la insuficiencia de personal, las horas extras, el descanso remunerado, hasta el pago de sobresueldos y la solicitud de incentivos para la labor sindical y la formación. Paralelamente los medios de comunicación anuncian atrasos y cancelación de vuelos, congestión en los aeropuertos y naturalmente la incomodidad de los usuarios y perjuicios económicos.

Es llamativo que en medio de la discusión algunos afirmen que se está dando un caso de "operación reglamento" o de "operación tortuga", es decir, un cumplimiento estricto de la normatividad. Si el objetivo de la reglamentación aeronáutica es garantizar la seguridad en la prestación del servicio, y cuando aquella se aplica se presentan las cancelaciones etc, se concluye que en Colombia la mayor parte del año estamos volando en condiciones inseguras o bien que hay un exceso de reglamentación que se presta para ser usada como mecanismo de presión o para facilitar la burla de la misma.

Los organismos de control deberían entrar a analizar esta situación pues más allá del conflicto laboral, lo que se observa es una debilidad del sistema que va en detrimento de los usuarios del transporte aéreo y de la economía del país. Cualquier análisis no debe concentrarse en la actividad de la autoridad aeronáutica sino que debe considerar los intereses e incentivos de los funcionarios, los pilotos y las empresas en la perpetuación de un sistema como éste.

Nosotros hemos venido observando con preocupación cómo las condiciones laborales de los pilotos y tripulaciones no se rigen por las normas generales, superando incluso la jornada laboral máxima permitida en Colombia. Esta situación excepcional no tiene una clara justificación y más bien parece una abierta contravención a cualquier norma de prevención de accidentes.

Hay mucho más que garantías laborales detrás de esta discusión. Se trata de saber si el sistema de inspección, control y vigilancia está montado sobre el valor de la expansión de una industria o sobre la seguridad del pasajero que acude a sus servicios.

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Responsabilidad Judicial

 

"El poder judicial en Colombia ha venido experimentando un proceso de fortalecimiento que es muy necesario y urgente": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Algunos sectores de la opinión pública y autoridades de la Rama Judicial han pedido que se respete el fallo del Tribunal de Bogotá, que con votación dividida, ratificó la condena en contra de un oficial retirado del Ejército Nacional por el delito de desaparición forzada de dos personas.

Una turbulencia agravada por la orden judicial al Ejército de pedir perdón a las víctimas en un acto público y solicitar al Fiscal de la Corte Penal Internacional de iniciar una investigación en contra de un ex- Presidente de la República.

La magnitud de lo resuelto, su consecuencia para el funcionamiento de las instituciones, su impacto en las relaciones exteriores, el nuevo equilibrio que genera en la sociedad, la interpretación que trae de la historia reciente del país tienen que generar un debate del que no puede sustraerse la Rama Judicial, ni los jueces y magistrados en particular.

La legitimidad del fallo y la justificación para generar un revuelo como el que hemos vivido deberá provenir de una argumentación rigurosa y exhaustiva. Lamentablemente las explicaciones que se han oído hasta el momento no ofrecen esa seguridad y además acuden a la idea de que toda crítica o desacuerdo es una afrenta a la muy necesaria independencia judicial.

Grave error es creer que en una sociedad democrática puede haber autoridades que no sean objeto del escrutinio público. En tanto más poder tenga dicha autoridad, mayor su responsabilidad ante la sociedad.

El poder judicial en Colombia ha venido experimentando un proceso de fortalecimiento que es muy necesario y urgente. La debilidad estructural de la Rama favoreció la impunidad y la injusticia a pesar de los heroicos esfuerzos de jueces y fiscales. Esta tendencia se ha venido revirtiendo desde la aparición de la acción de tutela y con ello una mayor responsabilidad y visibilidad ante los ciudadanos. La fortaleza de la Justicia se pone en evidencia en el jaque jurídico que enfrenta el gobierno en temas como el estado de cosas inconstitucional y en las múltiples condenas que se han producido dentro del caso de la parapolítica.

Tanto poder exige visibilidad y crítica. Y esto es aún más evidente cuando se observa en los medios de comunicación, compartiendo titulares con la noticia que comentamos, que se investiga a Magistrados por un carrusel pensional o que testigos en procesos judiciales afirman haber sido sobornados por funcionarios judiciales, para declarar en contra de personas objeto de investigación.

La defensa de la autonomía de los jueces, no puede convertir a los despachos judiciales en espacios donde el Estado de Derecho sólo sea defendible por el mismo juez. Si fuera así, cualquier autoridad jurisdiccional podría afirmar que en el marco de sus funciones el "Estado soy yo", frase acuñada por un monarca absolutista. Además, se desconoce que todas las autoridades son en últimas personas comunes y corrientes con cualidades y defectos, con formas de entender el mundo e interpretar el derecho.

En la búsqueda por la credibilidad del Estado, todos los servidores públicos debemos rendir cuentas para garantizar la transparencia de nuestros actos y la coherencia de nuestro obrar con las expectativas sociales y el marco jurídico pertinente. El juez como garante de nuestros derechos debe ser el primero en dar ese paso.

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Falsos Positivos Humanitarios

 

El menú del oportunismo político-humanitario parece manifestarse nuevamente. La receta con los ingredientes de siempre pretende satisfacer el gusto de los consumidores de noticias y de quienes alimentan su esperanza en el ruido de los medios y en un menú conocido que ha resultado en ocasiones exitoso. Sin embargo “más de lo mismo” agota y sobre todo genera desconfianza. Si las FARC van a dar un paso hacia algo nuevo, deben obrar creativamente y nuestra propuesta es: libertad para los secuestrados, para todos, de una vez y sin ningún condicionamiento.

Tanto ruido de las FARCRIM, la algarabía alrededor, y el reencauche de ciertos protagonismos nos hace sospechar que la Fuerza Pública está cerca de alcanzar algún logro militar. De esta manera, las FARC buscan desplazar el conflicto hacia una estrategia mediática, terreno en el que han sido más exitosas que el Estado. Hace varios años denunciábamos en el Senado la gran capacidad de la diplomacia paralela y mediática de las FARC, de la que sigue haciendo gala a pesar de las dificultades que enfrenta esta organización criminal.

El Estado y la sociedad no se pueden dejar arrinconar como si tuvieran la llave de las cadenas que envuelven a los secuestrados. Ella está en poder de las FARCRIM, en las manos del secretariado, los cabecillas y guardianes que indolentes pretenden intimidarnos y deshumanizarnos como personas y como pueblo.

Recuperarnos de los daños que causan la deshumanización y la ruptura del tejido social, debe ser el principal objetivo de la estrategia de consolidación de la presencia del Estado en aquellas regiones antiguamente controladas por grupos armados ilegales. Aquellas heridas conforman una de esas tragedias silenciosas que nos envuelven y que no salen en los medios de comunicación: la de los pueblos que viven aún en medio de la desconfianza con el vecino y el dolor a flor de piel por las humillaciones recibidas. No se publican porque son lo normal.

Para salir de ese letargo toda acción gubernamental, legislativa o judicial debe reconocer y consolidar el valor de cada individuo por el hecho de ser un ser único e irrepetible, titular de múltiples derechos irrenunciables, que para desarrollarse vive en comunidad. Todo el mundo vale, todo el mundo tiene algo que aportar, algo que emprender.

Si bien el Estado juega un papel fundamental en la reconstrucción del tejido social, es menester advertir que su permanencia en el seno de una comunidad solo será posible, si los ciudadanos se apropian de la institucionalidad que se implanta en sus territorios.

El Estado, en la democracia, es sólo un instrumento que no puede sustituir a la sociedad, como lo señalara acertadamente el expresidente brasileño Fernando H. Cardoso. Es ella la que lo nutre con su creatividad y compromiso, en ausencia de estos solo queda la anarquía o la tiranía.

 

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Discusiones bizantinas y tragedias anunciadas

 

"Las FARC deberían indicar dónde están los campos minados, dar las coordenadas para recoger los secuestrados, o a los niños y niñas, y comenzar a reconocer el derecho de las víctimas a la verdad": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Hace un par de semanas manifestamos nuestra opinión sobre cómo reaccionar ante la más reciente carta de alias Timochenko. Resaltamos la necesidad de no salir corriendo tras un espejismo de paz, sin haber reflexionado previamente frente a quién es el que hace las propuestas, su comportamiento en el pasado y sus necesidades actuales.

Nuestra conclusión era sencilla: la propuesta de abrir un diálogo no constituye, ni siquiera es indicio, de una manifestación clara de cese del conflicto. Contrario a lo que hubiéramos querido, un grupo de colombianos ansiosos de alcanzar la paz, antes que exigir hechos por parte de las FARC proponen una especie de tregua para explorar posibilidades de negociación y sugieren que ésta sea de tres meses. Ambas cosas son un exabrupto si se aprendieron las lecciones del pasado.

Si las FARC quieren hablar de paz deben obrar con coherencia y para ello no pueden tener como respaldo a los secuestrados, a menores reclutados o siguiendo con el minado de los campos de Colombia.

Suspender estas actividades criminales de las FARC, no requiere que el Estado haga o deje de hacer. Las FARC deberían indicar dónde están los campos minados, dar las coordenadas para recoger los secuestrados o a los niños y niñas, y comenzar a reconocer el derecho de las víctimas a la verdad. De no ser así, sus acciones nos servirán para confirmar el diagnóstico de que las FARC son una BACRIM mas.

La paz requiere comprensión de la historia, esperanza en el futuro y creatividad al extremo. No aplicar estas máximas, condena a los que trabajan por la paz a ir en contra de su propio y supremo interés. Así mismo, quiero recordar un aspecto que resaltamos recién cayó alias Alfonso Cano: la sociedad debe pensar qué le está ofreciendo a los miles de jóvenes que hacen parte de las bandas criminales para incentivarlos a abandonar las armas y reincorporarse a la vida civil y democrática.

Mientras en Colombia se da la discusión sobre la pertinencia del cese al fuego, los medios de comunicación empiezan a reseñar tímidamente la crisis humanitaria que sufre el continente africano donde se calcula que en 2011 murieron entre 50.000 y 100.000 personas, la mayoría menores de 5 años. Este drama fue anunciado en 2010 por la FAO, pero la alerta temprana poco o nada pudo hacer ante la debilidad institucional de los países de la región y las fallas del sistema internacional de ayuda.

Dos elementos debemos reflexionar a partir de estos hechos: 1) ¿cuál es el papel de países como el nuestro para prevenir tragedias como ésta? Y 2) ¿qué otra realidad similar puede estar aconteciendo a nuestro alrededor que no vemos y que deberíamos estar subsanando?

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FARCRIM

 

Una invitación a retomar los avances alcanzados en el Caguán fue la más reciente propuesta de las FARC, como siempre en medio de incursiones violentas contra diferentes poblaciones, y asesinando a miembros de la Fuerza Pública. Siguiendo su costumbre prometen liberaciones de secuestrados, que saben son siempre bienvenidas y deseadas por la sociedad en su conjunto y por los afligidos familiares.

Se le olvidó a las FARC que hace 14 años llegaba a la mesa de diálogo en una posición fortalecida por acciones de crueldad como la toma de Mitú y los ataques y secuestros en las bases de Patascoy y Miraflores. Esa era la guerrilla con la que el Presidente Pastrana  trató de establecer un diálogo abierto y franco. En ese momento el grupo antes que avanzar en un camino hacia la desmovilización utilizó una vez más el diálogo como estrategia de desgaste e inmovilización del Estado.

Hemos afirmado que las FARC son una modalidad de Bacrim antes que una agrupación con fines políticos. Es en la lógica de los intereses de una banda criminal que debemos interpretar su propuesta y tristemente concluimos que está lejos de ser una iniciativa que nos lleve a una paz duradera.

Las FARC de hoy son una organización criminal que ha perdido comando y control sobre sus estructuras, y que ha sufrido reveses de consideración. Su supervivencia depende de un respiro que le permita reordenarse y unificar criterios. Es evidente que esto es lo que el espacio de diálogo les ofrece y exigirían.

El Estado y la sociedad deben responder con cautela ante esta propuesta. Por un lado sabemos que las FARC han obrado como el pastorcito mentiroso en los diálogos, vemos que nuevas conversaciones responden a sus intereses de supervivencia más a que los de, y nos topamos con un acto de cinismo al ofrecer como muestra de buena voluntad la liberación de secuestrados. 

La cuota inicial de las FARC para sentarse a conversar (en el exterior) es mucho más alta. Deben por lo menos liberar sin condiciones a los secuestrados, dejar de reclutar niños, cesar la siembra de minas anti-personales y devolver los millones de hectáreas de tierra robada. Las FARC tienen que garantizar respeto por el DIH y dar muestras de interés por la verdad y la reparación de sus víctimas.

No es pues momento de correr ciegamente a aceptar estas iniciativas y revivir una faceta de la historia que deberíamos dar por superada. La primera lección aprendida es que nunca más debemos fijarnos en lo que digan las FARC sino en lo que hagan.

 

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Código Electoral ya!

 

Algo falla en el sistema político colombiano cuando algunas personas privadas de la libertad,  logran posesionarse como alcaldes y casi inmediatamente es necesario designar alcaldes encargados. Menos de 48 horas ejercieron sus cargos y lo hicieron desde la cárcel en la que están confinados como medida preventiva mientras se adelantan las investigaciones en su contra.

Resulta inaudito que el régimen electoral, las actuaciones de las autoridades de control y los mismos ciudadanos al votar no hayan logrado evitar la posesión de delincuentes, no deja de empañar aún más la jornada electoral del pasado mes de octubre.

Tanto los partidos, las autoridades electorales, la Fiscalía y la Procuraduría y los habitantes de los municipios afectados deben preguntarse y dar cuenta de si se obró con la diligencia necesaria. Evaluar si la falta obedece a razones imputables a las autoridades o a los ciudadanos y si existió un afán de colaboración con los elegidos y los grupos armados al margen de la ley.

Entre tanto los municipios y sus habitantes han comenzado el calvario de la interinidad. El alcalde encargado obrará a media marcha pues ocupa el puesto de forma temporal. Por lo anterior, tenderá a tomar solamente aquellas decisiones que mantienen en funcionamiento la administración y los programas vigentes. En el momento en que se inicia un periodo de gobierno se agrava el letargo, pues se le daría continuidad a lo que viene de la administración anterior. Los planes de desarrollo quedan en el limbo.

Así mismo, los principales actores políticos municipales se acomodarán bajo la lógica de que ellos permanecerán en el cargo más tiempo que el encargado. Tenderán a exigir más y colaborar menos. Los vinculados al partido ganador presionarán por imponer el programa de gobierno a su gusto y los demás tratarán de evitarlo pues cabe la posibilidad de nuevas elecciones en corto tiempo.

Sin embargo, esta situación resulta de menor gravedad respecto a la de aquellas autoridades elegidas con similares cuestionamientos, que por no estar privadas de la libertad hoy, rigen los destinos de sus departamentos o municipios. En sus manos se está materializando un siniestro de desviación o pérdida de los recursos públicos y de reorientación del desarrollo económico para el servicio de los negocios personales y criminales.

En este momento se requiere con urgencia imparcialidad y celeridad de parte de los investigadores. En mi condición de coordinador ponente del código electoral, trabajaré para que antes del mes de junio el Congreso apruebe una norma integral que le dé más seguridad a nuestras elecciones  y así garantizar que el proceso democrático sea libre, justo y competitivo.

 

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El reto: terminar

 

"Los nuevos alcaldes y gobernadores que conducirán nuestros municipios y departamentos, han de conocerse muy bien si quieren ser exitosos en su gestión": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

La personalidad de cada uno se revela en las fiestas navideñas. Hay quienes las viven privilegiando la nostalgia por el tiempo que se fue, por los que ya no están, preguntándose el por qué de ciertas situaciones, o "qué hubiera pasado si...". Otros viven el momento con gran intensidad, como si no hubiera mañana. Una tercera forma de vivir las fiestas es pensando en lo que el año nuevo traerá o lo que se espera construir en esta nueva etapa.

Quizá sólo algunos puedan adscribirse a una de las categorías que hemos descrito. La mayoría podría experimentar de todo un poco, aunque siempre hay una fuerza dominante que nos dice mucho sobre quiénes somos. Éste puede ser un excelente descubrimiento para comenzar un nuevo año y hacer vida la máxima délfica "conócete a ti mismo".

Los "expertos" en temas de liderazgo insisten en que para poder animar a otros a caminar por senderos desconocidos es indispensable que el líder sepa quién es él mismo, sus fortalezas y sus límites. Los nuevos alcaldes y gobernadores que tendrán la enorme responsabilidad de conducir nuestros municipios y departamentos, han de conocerse muy bien si quieren ser exitosos en su gestión.

Muchos de estos funcionarios, al igual que diputados, concejales y ediles estarán a esta misma hora preparando su discurso inaugural. Para muchos son las palabras más importantes de su carrera, hasta el momento. Estoy casi seguro que las llenarán de optimismo, esperanza, nuevas ideas, invitaciones, compromisos... confiando en que la palabra cumpla un papel transformador, motivador, y sobre todo que cambie a quienes los escuchan.

El éxito en la transmisión del mensaje está en la sinceridad del orador, en la sencillez de la expresión, en enfocar la atención en quien escucha y no en el gusto de oírse hablar cosas grandilocuentes. En no olvidar que la política pierde su majestad cuando abandona su vocación de servicio y se convierte en un negocio particular. Para ello es indispensable conocerse a sí mismo.

Yo sugeriría, respetuosamente, que en esta ocasión escriban el discurso más importante: el del cierre. Un discurso que recoja lo que las nuevas autoridades esperan poder decir al final de su mandato, que les permita recordar que cosas imprevistas suceden, que les haga anticipar que llegarán las críticas, los cuestionamientos, y desencantos propios de la gestión pública.Es necesario advertir desde ya que quienes

aspiraron a estos cargos con el objetivo de alcanzar o incrementar la estimación de la gente han perdido su tiempo. Estas dignidades están hechas para personas que quieren a sus conciudadanos, a su pueblo, a su región, y están dispuestos a entregar una buena parte de su vida y sus fuerzas para servir, no para servirse.

Hoy hay muchos colombianos necesitados de contar con autoridades que no los olviden: las víctimas del conflicto armado; las víctimas de la ola invernal; los desempleados; los jóvenes; los enfermos; los presos...

Les deseamos a todos los colombianos y especialmente a los alcaldes, concejales, ediles, diputados y gobernadores un feliz año 2012 y nuestro deseo de que todas las comunidades se unan al propósito de construir una Colombia más próspera y más pacífica.

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Elecciones al debe

 

"El cambio fundamental estará en la aplicación del voto electrónico. Ha habido dos leyes que avanzaron en crear las condiciones necesarias que logre dicha transformación”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Ha pasado inadvertida en los medios de comunicación la discusión del proyecto de Código Electoral, con excepción de una errada interpretación que trata de equiparar el registro o censo electoral con el llamado empadronamiento.

Es importante que los colombianos vuelquen su atención a esta iniciativa, pues la calidad del proceso electoral es la legitimidad de la democracia. El proceso electoral es el mecanismo a través del cual el voto se transforma en decisiones, elección de funcionarios y aprobación de iniciativas.

En este sentido las campañas, la jornada de votación y sobre todo el escrutinio son procesos que deben ser estructurados, garantizando transparencia e imparcialidad y por lo tanto deben mantener la pureza del voto depositado o marcado por el ciudadano.

Hoy en día el ciudadano vota y se hace un preconteo en la mesa. En ese momento comienza una historia de elaboración de actas y transcripción de textos. Cada mano que interviene en cada paso tiene la capacidad de alterar el resultado. Hay cerca de 29 formularios que se diligencian, algunos de ellos con varias copias como el tristemente celebre E-14.

El sistema electoral debería tener controles para evitar que se presenten desviaciones, en ese sentido el rol de los jurados y de los testigos electorales es fundamental. En el proyecto de Código que hemos venido trabajando, se está facilitando al máximo que los ciudadanos puedan reclamar ante situaciones irregulares y sobre todo que el Estado dé una respuesta efectiva y evitar lo que hoy sucede: la elección de cientos de funcionarios y miles de reclamaciones transformadas en demandas.

El cambio fundamental estará en la aplicación del voto electrónico. Ha habido dos leyes anteriores que avanzaron en crear las condiciones necesarias y una institucionalidad que logre dicha transformación. Estamos dando un paso adicional: hay que hacer del voto electrónico la regla general, para que el tarjetón sólo aplique en circunstancias excepcionales.

El costo de esta iniciativa es muy inferior al que tiene. Seguir desperdiciando toneladas de papel en millones de abstencionistas y perpetuar la vulnerabilidad del sistema democrático, que justifica a muchos en su decisión de no participar.

El status quo no es una opción, el cambio es una necesidad a la que deben responder las altas autoridades de la Organización Electoral. Éstas, algunas reelectas, están al debe con el país luego de un proceso fallido con más de un centenar de asonadas y casos como el de Bogotá, donde pasó más de un mes para que se definiera la composición del concejo en medio de dudas y denuncias.

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¿La llave de la paz?

 

"La justicia requiere reglas claras, estables y seguras para todas las partes que consoliden los resultados logrados en cada etapa": senador Juan Manuel Galan (Partido Liberal).

Abrir o cerrar puertas para la paz, significa escoger entre extender o limitar las formas para alcanzarla. En principio, mantener una amplia gama de posibilidades, parece ser la solución ideal, pues da libertad de elegir la herramienta más adecuada según el contexto particular. No obstante, cierta flexibilidad contribuye a que se presenten inconsistencias temporales en el empleo de los métodos y hace difusa la consecución del objetivo.

El dilema está entre maniobrabilidad y plena coherencia. Sortearlo, requiere el diseño de procedimientos que impidan que los cambios se den de manera irreflexiva y paralelamente, que se anule cualquier posibilidad de ajuste e incluso de renuncia a la estrategia adoptada.

Cualquier mecanismo es insuficiente, si no hay precisión en el objetivo a alcanzar. La ambigüedad del fin permite la elección más o menos arbitraria e incoherente de los caminos de solución. La paz en Colombia enfrenta esta característica, pues oscila entre la neutralización de los grupos armados ilegales y la modificación de algunos aspectos conflictivos de la sociedad, que son interpretados como causas (presuntas) de la violencia o por lo menos su caldo de cultivo.

No es este el espacio para producir definiciones en materia de paz, pero si para reiterar que esta no puede darse, sino en escenarios donde se materialicen adecuadamente la verdad, la justicia y la reparación.

La justicia requiere reglas claras, estables y seguras para todas las partes que consoliden los resultados logrados en cada etapa. Así mismo, es indispensable contar con instituciones, capaces de garantizar que el proceso de justicia transicional se lleve hasta el final y en su desarrollo ofrezca todas las garantías necesarias.

La reforma a la Constitución que se debate en el Congreso, sobre el marco juridico para la paz, debe seguir este camino so pena de condenar la justicia transicional al fracaso.

La justicia transicional debe ser un camino para alcanzar la paz y una respuesta para colombianos como los familiares de los policías y militares asesinados por las FARC, donde se acepta renunciar a parte de la justicia para garantizar toda la verdad posible.

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¿A quién beneficia la prohibición?

 

“A la sociedad colombiana le importa más que no haya traficantes que adictos”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Hay paradojas en la formulación y ejecución de las políticas públicas. Una que vivimos todo el tiempo en Colombia es haber decidido enfrentar el problema de las drogas a través de la persecución de los narcotraficantes y tener hoy unas altas tasas de consumo de sustancias psicoactivas ilícitas. ¿No es este hecho un motivo suficiente para entrar a revisar qué ha pasado? ¿Cómo es posible que luego de tantos esfuerzos cerca de 250.000 colombianos abusen o sean dependientes de la marihuana, 85.000 de la cocaína, 26.000 del basuco? ¿Qué ha pasado para que la mayoría de estas personas sean jóvenes entre los 18 y los 34 años?

Insistir en la política actual de forma acrítica es darle la espalda a unos hechos, que además de evidentes, fueron documentados en el Estudio de Consumo de Sustancias Psicoactivas de 2008. Así mismo, es un indicio de una cierta esquizofrenia política pues da a entender que a la sociedad colombiana le importa más que no haya traficantes que adictos, pero al tiempo ha estado dispuesta a beneficiarse de los dineros ilícitos.

Desde el año 2007 he venido insistiendo en este tema: hay que reabrir el debate, analizar opciones distintas, rescatar lo bueno de lo que se ha hecho, balancear nuestras prioridades, escogiendo medios creativos, y evitando caer en el pernicioso y falso dilema de que si no es prohibición entonces es legalización. Hay que hablar de la droga como enfermedad, de prevención, de reducción del daño, de apoyar al raspachín para que haga un plan de vida lejos de los cultivos ilícitos, y al adicto que vive y sufre el deterioro que produce el consumo.

No existe un camino único para encontrar nuevas alternativas de política. En efecto, en Colombia hemos tratado de avanzar, mediante varios proyectos de ley, hacia una mayor concientización de que la adicción es una enfermedad y como tal el Estado y la sociedad tienen el deber de brindar mecanismos de protección y atención al enfermo y su familia. De igual forma, en escenarios internacionales existen diferentes foros donde llevar el tema y conformar alianzas estratégicas para facilitar que se dé la discusión: hace unos meses sugeríamos que se llevara a la Comunidad Andina, o a la OEA pues México, Perú, Bolivia y Colombia han enfrentado con grandes sacrificios el desafío que les plantea el narcotráfico.

Tenemos un verdadero reto de liderazgo, pues le corresponde a Colombia, impulsar al mundo para que avance por un sendero desconocido, pero con la convicción de que el camino actual solo puede conducirnos al abismo.

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El duelo de las FARC

 

 

"Las FARC requieren una oxigenación para superar las ataduras que no le permiten abandonar las armas": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

No debe uno esperar en el corto plazo grandes cambios en la lógica del conflicto colombiano tras la muerte de Alfonso Cano, máximo dirigente de las FARC. Esta organización debe elaborar el duelo inherente a este golpe que como en toda comunidad tendrá momentos de rabia, desasosiego y negación.

En medio de esta desorganización y de emociones encontradas se darán los reacomodamientos en la dirigencia del grupo. La solidez de la organización quedará al descubierto: ¿habrá una sucesión pacífica?, ¿aflorarán vertientes diferentes a la que personificaba alias Alfonso Cano?, ¿cuáles serán el tipo de pactos internos para darle equilibrio, sentido y posibilidad de supervivencia a las FARC? Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos los colombianos para anticipar la siguiente etapa en la búsqueda de la paz.

En este momento esta organización, tiende a acrecentar su aislamiento de la sociedad, a obrar con impaciencia, a sentirse fatigada, frustrada e impotente tras 50 años de un conflicto inútil y desangrante. Las FARC requieren una oxigenación para superar las ataduras que no le permiten abandonar las armas, siendo una de ellas la radicalidad ideológica que representaba Alfonso Cano. Este proceso requiere de ayuda externa a la organización, por lo que la sociedad colombiana debe preguntarse cuál va a ser su papel en ese proceso.

Me parece que este es el instante en que se requiere una mayor movilización de la sociedad para mostrarle a los miembros de las FARC la voluntad de acoger sinceramente a quienes decidan, de una vez por todas, abandonar individualmente o en grupo una lucha ideologizada y que cada uno de sus miembros recupere el control de su propia vida.

Es paradójico que en los días anteriores a la muerte de Cano se haya dado la elección de Gustavo Petro, exguerrillero, como alcalde de Bogotá, de Roberto Sáenz exmilitante de la UP, y hermano de Cano, como concejal de la ciudad. Son varias opciones de vida: una que abrazó las armas pero que abrazó la paz, otra que con ideologías cercanas a la de Cano hicieron sus caminos basados en la palabra y el quehacer político, y una última opción de quien creyó que a tiros se podía sembrar progreso o justicia.

 

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La reforma a la Justicia

 

"Es evidente que algo falla y lo primero es la rendición de cuentas de la Rama Judicial": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

 Si el país quiere una justicia eficaz debe contar con los recursos necesarios para ello. En los debates de la reforma a la justicia se ha sugerido que es indispensable que se consagre en la Constitución cuál es el porcentaje mínimo del Presupuesto General de la Nación. Incluso, hay quienes han dado a entender que la reforma sería inocua si no incluye este aspecto.

Estas afirmaciones plantean que el problema de la justicia tiene como causa la falta de recursos y de voluntad del Estado, especialmente de los gobiernos, para asignarlos. Este tipo de diagnósticos son frecuentes en Colombia para los más diversos temas como el gasto social y los aportes parafiscales. No obstante implican una mayor inflexibilidad del presupuesto que ya asciende al 95% según un estudio de la Universidad de los Andes.

Si la justicia es ineficaz como consecuencia de la congestión, la respuesta evidente sería que un mayor presupuesto debería destinarse a nombrar más jueces y fiscales. Con más recursos se resolvería el problema. Este razonamiento contrasta con las cifras y la comparación internacional. Por ejemplo, el presupuesto colombiano para la Rama Judicial en 2010 fue del 1.24% del Presupuesto General de la Nación (sin incluir la Fiscalía o Medicina Legal), en el mismo periodo en Chile el monto correspondió al 1.36%. El número de jueces en Chile por cada 100.000 habitantes es de 6.5 (entre 2008 y 2009), por su parte, en Colombia es de 11.72 jueces. No obstante en Chile hacer cumplir un contrato por la vía judicial dura 480 días, en Colombia la duración es de 843.9 días. Por lo anterior, creer que la simple asignación de mayor presupuesto resuelve la crisis es una sobre simplificación de la problemática en la justicia.

Es evidente que algo falla y lo primero es la rendición de cuentas de la Rama Judicial sobre el uso eficiente de los recursos asignados. La Rama tiene que contar con un sistema de información y explicar con mayor claridad por qué sus indicadores son bajos. Dar más recursos sin control político por la sociedad es entregar nuestros impuestos a un hueco negro.

Por otra parte, varios estudios muestran que los principales obstáculos de acceso a la justicia en Colombia son el costo económico, el desconocimiento del derecho, el miedo a las represalias, falta de tiempo y la distancia. Todos estos aspectos evidencian problemas de gestión, por lo que hoy no es claro que sea un problema institucional que deba ser resuelto en un acto legislativo.

Nuestras historias

Porque usted lo ha pedido

 

 

“Si los candidatos elegidos no responden a las expectativas ciudadanas, si no resultan honestos e idóneos es responsabilidad de los partidos y sobretodo de los electores”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Las diferentes comunidades en todo el país han marcado su destino por los próximos cuatro años. Su voto o su abstención permitieron el acceso de algunas personas a los cargos públicos locales. Su decisión demuestra el grado de madurez política que tiene el país; su decisión es el diagnóstico perfecto sobre la existencia o no de la soberanía popular o si aún el poder es un privilegio de ciertas elites, algunas de ellas mafiosas.

En estas elecciones me he convencido de la verdad que subyace a la frase "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen".Colombia debió haber aprendido la lección tras haber visto en los últimos años la tragedia de la contratación pública en Bogotá, los escándalos en programas como Agro Ingreso Seguro, las decenas de sanciones y destituciones de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, condenas a funcionarios de diferentes niveles por parapolítica o colaboración con los grupos armados ilegales.

Así mismo, en estos años hemos visto un poco de eficacia de la justicia pero se ha hecho cada vez más evidente su debilidad y lentitud por lo que hemos debido aprender a ejercer y exigir una responsabilidad política de los candidatos cuestionados que no se confunda, ni se reduzca a la responsabilidad legal y a una presunción de inocencia que resulta a la larga encubridora de graves conductas.

En este contexto, si los candidatos elegidos no responden a las expectativas ciudadanas, si no resultan honestos e idóneos es responsabilidad de los partidos y sobre todo de los electores. Se habría hecho caso omiso de las múltiples advertencias, se habría obrado con una gran dosis de negligencia. Aunque los partidos deberían tener una especie de facultad discrecional a imagen y semejanza de la Fuerza Pública.

No obstante, si estas elecciones no fueron aprovechadas en algunas zonas para cortar con ese pasado oscuro, siniestro y las prácticas corruptas e intimidatorias, debemos insistir y resistir. Debemos comenzar a prepararnos desde ya para las siguientes elecciones, hay que cogerle ventaja a los delincuentes. No se puede empezar 3 o 6 meses antes cuando se trata de enfrentar organizaciones criminales cuya única ley es "plata o plomo".

En este proceso electoral nos queda un último "round": la acción de la justicia y de los organismos de control, frente a denuncias vigentes en contra de algunos candidatos de oscuro pasado que se posesionen e inicien una gestión riesgosa para el interés general y el futuro regional.

 

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El riesgo de ser la nueva Atenas suramericana

 

“El deterioro de la calificación de los bancos españoles, con presencia en Colombia, es una señal de alerta para que la Superintendencia Financiera verifique la solidez de estas entidades en el país”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

 

Es notoria la gravedad de la crisis económica que se vive en Europa. Grecia tiembla todas las semanas entre nuevas medidas de austeridad y una movilización social sin precedentes en contra de recortes en el gasto público. España recibió una baja en la calificación de la deuda del Gobierno central, de 17 de las comunidades autónomas y 2 de los principales bancos del país.

Además de la crisis económica internacional y las críticas sobre el manejo del gasto público, España enfrenta, según varios analistas, el colapso de una burbuja inmobiliaria que desestabiliza su economía. 

Altas tasas de interés, recesión económica y alto desempleo estructural son una trampa de decrecimiento y pobreza. Las recetas tradicionales que se aplican en estos casos parten de la reorientación y reducción del gasto público. Así mismo, se crean paquetes de ayuda al sector financiero para respaldar su capacidad de respuesta. Es una fórmula presuntamente eficiente, que carece de suficiente legitimidad social y que resulta paradójica al auxiliar a uno de los actores principales de la crisis, el sistema financiero, sin que haya una contraprestación clara.

La interdependencia que hemos generado con otras regiones del mundo trae el riesgo de “contagio” de las crisis económicas si no se adoptan medidas preventivas. Así mismo, la emigración colombiana, especialmente a Estados Unidos y España, ha hecho de las remesas una importante fuente de recursos para la economía y las familias.

La crisis española continuará afectando el monto de las remesas que se reciben en el país y con ello compromete el nivel de vida de las comunidades que dependen de este ingreso. En efecto, el 60% de los receptores de remesas no trabajan, un porcentaje equivalente corresponde a cabezas de hogar. Así mismo, el 90% de los ingresos percibidos por las remesas se invierte en gastos como alimentación, vivienda o vestuario, sólo un 10% se traduce en ahorro o inversión de algún tipo.

El deterioro de la calificación de los bancos españoles, con presencia en Colombia, es una señal de alerta para que la Superintendencia Financiera verifique la solidez, gestión, capital e inversiones de estas entidades en el país. Es crucial certificar su situación y la salud del sistema financiero colombiano.

Finalmente, el país debe estar atento para proteger los derechos de los colombianos en el exterior frente a los brotes nacionalistas y xenófobos que surgen con tanta facilidad en épocas de crisis como la presente.

 

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Requiem por el respice polum

 

“La tendencia de Colombia al status quo y a cambios paulatinos y controlados en la relación palestino-israelí, obedece a una confluencia de factores”: senador Juan Manuel Galán.

 

Casi ocho años tuvo que esperar Colombia para que el Congreso de los Estados Unidos aprobara el Tratado de Libre Comercio. Un acuerdo que se convirtió en uno de los dolores de cabeza de la política exterior durante el Gobierno anterior y que demostró la capacidad de cabildeo internacional de algunos grupos de interés colombianos (para bloquearlo).

Es lamentable oír en los medios de comunicación a empresarios y algunas autoridades colombianas diciendo que el país no se encuentra preparado para el TLC. Si eso es cierto se debería investigar desde ya la negligencia de los liderazgos públicos y gremiales en esta materia. 

El hecho de que el tratado haya entrado finalmente en vigencia le da a la política exterior colombiana la posibilidad de desmarcarse de los intereses del Gobierno de los EE.UU. Atrás queda la presión de perder las preferencias arancelarias o de que no se apruebe el acuerdo.

Pendiente la votación del TLC, era perfectamente explicable que el presidente Santos haya decidido no respaldar el reconocimiento de un Estado palestino y lo haya condicionado a un acuerdo entre las autoridades palestinas e israelíes. Posición que coincide con la expresada por el gobierno Obama en diferentes escenarios.

Sin embargo, la tendencia de Colombia al status quo y a cambios paulatinos y controlados en la relación palestino-israelí, obedece a una confluencia de factores que llevan a una gran cautela.

La lucha contra los grupos armados ilegales requiere mantener la presión militar y avances significativos en materia de inteligencia. Es evidente que estos recursos los ha canalizado y potenciado el país gracias a su alianza político-militar con los EE.UU. e Israel.

La oleada de cambios en el norte de África y Oriente Medio, el intento de Turquía de asumir un liderazgo regional tras la crisis egipcia, hacen incierto el tipo de equilibrio que requiere esa zona del mundo para una paz duradera.

 

Colombia tiene interés en fortalecer su relación con Turquía por sus posibilidades comerciales y por varias coincidencias en materia de lucha contra el terrorismo. De igual forma, hacemos parte de la fuerza multinacional que vigila los acuerdos de paz entre Egipto e Israel lo que nos impone una obligación histórica.

Sólo hay un punto que podría desbalancear este equilibrio: si el Gobierno Nacional tiene la voluntad política de esclarecer la tragedia paramilitar del Magdalena Medio, en la que tuvieron mucho que ver mercenarios israelíes.

 

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¡Las BACRIM al poder!

 

"Es claro que algunas de las BACRIM han roto con sus orígenes paramilitares, en el sentido de ser grupos antiguerrilleros": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Mucho se habla de las BACRIM en los medios de comunicación. Hay un millar de nombres de grupos y de "alias" que se entremezclan creando un confuso escenario que lleva a la sobre simplificación de un problema o la indiferencia del mismo.

Mi equipo tuvo la oportunidad de entrar en contacto con algunos miembros de estas organizaciones para preparar el debate que se llevó a cabo el pasado 4 de octubre en la plenaria del senado. En dicho debate, tratamos de hacer claridad sobre estas organizaciones delictivas y advertir del inminente riesgo de captura de las administraciones locales a través de los candidatos que promueven en varias regiones del país.

Afirman en la entrevista que el negocio de estas organizaciones delictivas es prestarles seguridad a los narcotraficantes. Sus ingresos provienen de los pagos que hace el "capo" al que le sirven (quien cubre la nómina de la banda) y de extorsiones, y secuestros que constituyen su caja menor. En su actividad han entrado en contacto con las FARC, con quienes han hecho negocios para facilitarle a esta última el transporte y exportación de la cocaína.

Por lo anterior, es claro que algunas de las BACRIM han roto con sus orígenes paramilitares, en el sentido de ser grupos antiguerrilleros. Igualmente pone en evidencia la desideologización de las FARC confirmando la tesis de su carácter mafioso antes que revolucionario. Las FARC hoy no son más que una BACRIM.

Así mismo, sus declaraciones ponen en alerta sobre el uso de la minería ilegal, el mercado de maderas, y la ganadería como instrumentos para el lavado de activos de su organización.

Respecto a las elecciones, las diferentes BACRIM están financiando candidatos, garantizándoles votos, presionando al electorado, y eliminando a aquellos candidatos que no han mostrado voluntad de colaborar. Para ello han logrado infiltrar hasta las mesas de votación donde los jurados le informan al Jefe de la zona quién votó y quién no.

Su gran objetivo, no parece ser, adueñarse de los recursos públicos, sino tener control del Estado para inutilizarlo: alcaldes que no denuncien, que mantengan quieta la policía, que no lleven desarrollo a las zonas bajo su control.

Finalmente, se les preguntó cuál era una buena forma de combatirlos la respuesta fue sorprendente: "limpien la ley". En efecto, duraron cuatro años eludiendo a las autoridades gracias a la información oportuna de miembros de la Fuerza Pública, fiscales y jueces que les anticiparon la acción de las autoridades.

Si la sociedad y las autoridades, no actuamos de manera coordinada y comprometida frente a este nuevo fenómeno de violencia más que perder el Estado en un conflicto lo estaríamos entregando a los mafiosos.

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El silencio de los presos

 

"Es lamentable pensar que las voces de los sindicados y los presos se ahogan en medio de su tragedia y no llega al oído de las Cortes, ni del Gobierno": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).


Hace unas semanas realicé un debate de control político en la Comisión Primera del Senado sobre la situación del sistema penitenciario y carcelario. En ese debate el Ministro de Justicia afirmaba que aún con los nuevos establecimientos carcelarios que se piensan construir durante esta administración lo máximo que se lograría es impedir que se incremente el índice de hacinamiento.

La dramática situación que viven la mayoría de los colombianos privados de la libertad, ha sido calificada por la Corte Constitucional como un estado de cosas inconstitucional. Esta declaratoria es la misma que hizo la Corte respecto al estado de abandono y violación de los derechos humanos de las familias desplazadas como consecuencia del conflicto armado. Es lamentable pensar que las voces de los sindicados y los presos se ahogan en medio de su tragedia y no llega al oído de las Cortes, ni del Gobierno.

Sin duda en medio de la restricción fiscal que se vive y ante la amenaza del coletazo de la crisis económica internacional el panorama no es alentador. A pesar de los esfuerzos es imposible una salida adecuada a la crisis, sin la participación activa de las diferentes instancias estatales involucradas.

Las fórmulas alternativas que ha asumido el Estado para enfrentar el tema como los beneficios por colaboración, la detención domiciliaria o los brazaletes han sido rechazadas por la sociedad por los abusos que se presentan. Como en otras ocasiones el Estado se hace haraquiri por su falta de capacidad para hacer control eficiente de sus decisiones y a una política criminal de corte simbólico soportado en el aumento de penas.

La problemática carcelaria no se reduce a este hecho. Los actos de corrupción que se presentan y que denunciamos con diversos testimonios y videos, las dudas sobre algunos procesos contractuales terminan por completar un cuadro desolador. La complejidad de este escenario queda en evidencia en que nadie quiso aceptar el cargo de Director del INPEC y le tocó al Gobierno Nacional optar por darle la orden a un general de la Policía Nacional.

En estas condiciones un nuevo Instituto no parece resolver la problemática pues las condiciones en que debería cumplir sus funciones serían las mismas, igual de adversas. Sin embargo, creo que se puede avanzar dándole al INPEC una especie de dirección colegiada, cuyos miembros puedan especializarse en el direccionamiento y seguimiento de ciertos temas, equilibrando así la responsabilidad de la alta dirección con el desafío que enfrenta.

 

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Un país anestesiado

"Colombia enfrenta un típico dilema de relaciones internacionales donde no parece fácil ser coherente", senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Hay semanas en Colombia en que la producción de noticias supera todos los récords. El país parece entretenido con las declaraciones del presidente del Senado que llenan de indignación a un país con altos índices de pobreza y donde la clase media se ve en enormes dificultades para tratar de mantener su nivel socioeconómico.

El país entretenido con los cambios ministeriales y sobre todo indagando por qué no quiso Sandra Bessudo ser ministra. Las cadenas radiales explotando el rifi rafe mediático entre el vicepresidente y el presidente.

Algunos analistas de importancia han resaltado cómo esta semana es crítica para la agenda internacional colombiana, pues la solicitud del gobierno de Palestina de ser reconocido como un Estado de pleno derecho ante la ONU, pone en tensión los intereses colombianos. Colombia enfrenta un típico dilema de relaciones internacionales donde no parece fácil ser coherente pues chocan principios y decisiones que se han defendido en el pasado y que hoy se contradicen.

En medio de este ruido surgió la noticia sobre la comercialización por ex agentes del DAS de las bases de datos con los nombres de los agentes de inteligencia colombianos y sus fuentes a los grupos armados ilegales, grupos de interés y gobiernos extranjeros. Así mismo, se publica que durante el gobierno anterior, se llegó al extremo de considerar infiltrar las Unidades de Trabajo Legislativo de algunos congresistas de oposición.

Es inaudito que esta noticia haya pasado de agache cuando lo que está en juego es la seguridad interior y exterior y la vigencia misma del régimen democrático. Y lo más escandaloso, quienes comprometieron la finalidad misma de la inteligencia fueron ex agentes de inteligencia que sin ningún límite pusieron en riesgo a la nación, la exigua legitimidad de la democracia colombiana y la vida de cientos de sus compañeros e informantes.

Tal y como lo señalé en la plenaria del Senado, el Estado y la sociedad enfrentan ahora serias dificultades para mantener el equilibrio internacional en un vecindario donde existen proyectos geopolíticos contrapuestos. Así mismo, esta filtración de información le da una ventaja estratégica a los grupos armados ilegales en un tipo de conflicto donde la superioridad no proviene solo del equipamiento sino de la información.

¿Qué estarán pensando en Colombia los políticos, los líderes de opinión y los medios de comunicación para estar dispersos en noticias que a la postre resultan irrelevantes frente a la supervivencia del Estado? Hay que salir de la anestesia.

 

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Unidad Liberal ¿para qué?

"Unificar partidos debería ser un proceso diferente que supere uniones temporales entre maquinarias electorales": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Durante los 8 años de Uribe, el Partido Liberal aprendió a hacer oposición. Fueron años de desierto y persecución que le permitieron al partido volver a sus principios fundadores en defensa de la vida, la mujer, los derechos humanos, las libertades individuales, la justicia, las víctimas, la defensa de los despojados campesinos. Los tiempos más creativos en el Partido Liberal han sido aquellos en los que ha tenido que asumir la oposición o afrontar disidencias. Hoy, la primera tarea del partido debe ser rebelarse frente a la pobreza y la desigualdad, y construir reformas que permitan alcanzar la prosperidad democrática.

¿Fueron las disidencias de la última década verdaderas alternativas políticas? La respuesta es evidente: no. Muchos de los que se fueron del liberalismo le apostaron a un adagio en la política colombiana: “uno debe estar con el que va a ganar” y esto es así cuando el voto no se fundamenta en programas, principios o ideología sino en el usufructo de la administración pública a favor de seguidores y regiones (¿le perdonarían los votantes a su elegido perder influencia para llevar recursos a su departamento?).

Los que se fueron, demostraron que el Partido Liberal se había convertido en una confederación de líderes locales cuyo compromiso programático era mínimo. La relación costo beneficio que les planteaba la popularidad del presidente Uribe no se resolvió en una discusión ideológica, sino en una desbandada. El único beneficio de esta situación fue que los escándalos de la narcoparapolítica afectaron poco al partido, pues los antiguos liberales comprometidos con esas conductas habían emigrado mostrando su verdadero talante.

Unificar partidos debería ser un proceso diferente que supere uniones temporales entre maquinarias electorales. Un partido más grande requiere mejores reglas de juego y sobre todo una democratización más profunda. Así mismo, exige una organización más eficiente que haga útil la burocracia del partido para responder a las inquietudes ciudadanas, fortalezca las bancadas y tenga una dirección única capaz de liderar un proceso de semejante envergadura.

El primer paso para la unidad liberal es un Congreso Ideológico en el que los actuales liberales y quienes quieran regresar, nos pongamos de acuerdo sobre una propuesta política y programática que interprete a Colombia. Si no lo hacemos, será un nuevo caso de "los mismos con las mismas", alardeando irresponsablemente el “trapo rojo”, olvidando que su color representa la sangre de quienes entregaron su vida por la causa liberal a lo largo de nuestra historia.

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Una cierta idea de Alberto Zalamea

 

“Alberto Zalamea era en esencia un disidente político, un rebelde intelectual y un aristócrata espiritual”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

 Abrumado escribo esta despedida a un gran amigo y miembro de familia: Alberto Zalamea. Aún recuerdo la imagen de Alberto en su impecable gabardina y sus lágrimas frente al féretro de mi padre. En aquel recinto seguramente se preguntaba él, a sus 63 años, sobre los últimos cincuenta años de su vida en los que había visto caer asesinados a dos caudillos liberales que lo interpretaron en sus rebeldías políticas, sus argumentos y capacidades para oponerse al statu quo. En ese momento tomó la decisión de no asumir un papel pasivo. Participaría en la Constituyente. Era su oportunidad para reivindicar la causa de Gaitán y Galán, la posibilidad de reconciliar al fin el país político con el país nacional.

Alberto Zalamea era en esencia un disidente político, un rebelde intelectual y un aristócrata espiritual. Entendía la participación en la vida pública como un acto ineludible de responsabilidad social. Hoy, cuando las instituciones democráticas se quedaron sin aparentes defensas para soportar la arremetida de mafias criminales, sus palabras representan un camino y un destino moral para reconstruirlas:

"Si la historia marcha en un sentido ético, si se abre hacia confines espirituales, si la humanidad no es un hormiguero más en la infinita serie de transformaciones biológicas, si hay un probable futuro excelso como hubo pasados esplendorosos, cada sociedad humana, cada Nación por pequeña que ella sea, tiene una responsabilidad por asumir, un papel que desempeñar en el establecimiento de la ley moral. Esta visión apocalíptica revela que es la calidad moral de la existencia -personal y colectiva- la que da el tono y su significado a una época, a sus acontecimientos y a su inmediato porvenir".

Al despedirlo, celebrando su legado, obra y trascendencia representada en sus escritos, sus libros editados, su testimonio vital, recuerdo un escrito de Mozart a su padre: "Comprendiendo que la muerte es el fin último de la vida, me he familiarizado con ella y su imagen no tiene para mi nada de aterrador, solo es disolución y consuelo. Y esa bienaventuranza, la comprensión de que la muerte es la clave de nuestra vida, se la deseo a todos mis prójimos. Aunque aún sea joven, nunca me acuesto sin pensar que tal vez a la mañana siguiente haya dejado de existir. Mas a pesar de ello mis amigos confirmarán que en mi trato no hay enojo ni tristeza. Y esa bienaventuranza, la temprana aceptación de la muerte, se la deseo a todos mis prójimos".

*Fragmento de las palabras pronunciadas por el senador Galán en el sepelio del doctor Alberto Zalamea.

 

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Justicia para la historia

“La decisión de la Corte Suprema en el caso del magnicidio de Luis Carlos Galán es un avance contra la impunidad y la lucha contra las organizaciones criminales”: Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia en el caso del magnicidio de Luis Carlos Galán es un gran avance contra la impunidad y la lucha contra las organizaciones criminales ligadas al narcoparamilitarismo.

La histórica decisión no lo es sólo para las víctimas: la familia y quienes conocieron y siguieron a Luis Carlos Galán. Es un aporte fundamental para la comprensión de la historia reciente de Colombia y de una verdad conocida por todos: el narcotráfico y el paramilitarismo unidos, pretenden ser en Colombia un proyecto político. 

Esta alianza siniestra la vislumbró a tiempo Galán hace 30 años y el país lo ignoró. Hoy ese proyecto político criminal tiene partidos políticos propios que en este momento se están robando las elecciones del próximo 30 de octubre, capturando la contratación, adjudicando las concesiones de juegos de azar y repartiendo los cargos de las administraciones locales.

La muerte de Galán refleja las tensiones que permanecen en Colombia. La conspiración para su asesinato atrajo el interés de ambos carteles de la droga, políticos, grupos paramilitares (financiados por narcotraficantes, ganaderos y políticos) y servidores públicos en el DAS y la Fuerza Pública al servicio del proyecto político narcoparamilitar.

Esta lucha de poderes trascendió el ámbito de la confrontación con el Estado desplegándose hacia todos los sectores de la sociedad donde dejó una estela de destrucción, a centenares de policías y militares muertos, familias enteras desplazadas, despojadas de sus tierras y víctimas del terrorismo en todo el país.

Esta decisión debe representar una oportunidad para trascender hacia la justicia en casos que permanecen en la impunidad. Por un lado, debería motivar a las autoridades judiciales para avanzar en la investigación de los delitos, especialmente, de alto impacto. Así mismo, la sentencia constituye un importante precedente judicial cuyas precisiones doctrinales sobre la coautoría y los aparatos de poder permiten destrabar y reorientar otros procesos que hoy permanecen inmóviles.

La justicia colombiana enfrenta el reto de seguir avanzando hasta poner al descubierto el entramado de relaciones que todavía conspiran en contra de la democracia colombiana aprovechando la debilidad institucional del país, identificando a los responsables y sacando al país de una historia basada en el rumor y el anonimato.

 

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¿Qué es reformar la justicia?

 

Reformar la justicia puede convertirse en un asunto cosmético, de equilibrio entre las ramas del poder público, de sostenibilidad fiscal, de eficacia estatal o de garantizar al ciudadano el acceso a un bien público, o todas las anteriores.

Esta multiplicidad de propósitos se ve acompañada de la complejidad derivada de las dificultades que surgen cuando se habla de la reforma  pues ésta recae sobre cinco jurisdicciones (civil, penal, laboral, contencioso-administrativa y constitucional) y cinco órganos de origen constitucional, cada uno con su historia, su estructura, su composición y su entramado de relaciones y arreglos institucionales con el resto del Estado y la sociedad.

No parece conveniente mezclar todo en una misma bolsa como si el rol del Consejo de Estado en la vida del país y el impacto frente al ciudadano se pudiera equiparar de una vez con el Consejo Superior de la Judicatura.

Incluso en las mismas corporaciones y jurisdicciones hay aspectos que comparten el mismo nivel de complejidad que hemos señalado frente a los órganos entre sí. Por ejemplo, los temas electorales a cargo del Consejo de Estado tienen una íntima relación con la función del Consejo Nacional Electoral, y con el proceso político; o la diferencia de perspectivas de los jueces municipales en zonas de violencia con los tribunales y cortes localizadas en grandes centros urbanos.

En este alto grado de complejidad resulta oportuno encontrar criterios que permitan hacer distinciones y/o asumir posturas tendientes a que cualquier decisión general no se convierta en una afectación indebida a una u otra de las jurisdicciones.

En este contexto nos hemos planteado la pregunta básica sobre si todo el servicio de justicia (en todas las áreas) constituye lo que los economistas llaman un bien público o no. En caso afirmativo la respuesta de los modelos imperantes es que el bien debe ser proveído por el Estado, de lo contrario podría dejarse en mayor o menor medida en manos de los privados.

De igual forma, nos inquieta saber qué entiende el ciudadano por justicia y su reforma, pues resulta llamativo que en el documento de la Comisión de Expertos de Reforma la Justicia de octubre de 2010 se señala que la participación ciudadana se manifestó en 40 correos electrónicos, la mayoría de ellos provenientes de personas vinculadas con el ejercicio del derecho.

Reformar la justicia puede convertirse en un asunto cosmético, de equilibrio entre las ramas del poder público, de sostenibilidad fiscal, de eficacia estatal o de garantizar al ciudadano el acceso a un bien público, o todas las anteriores.

Esta multiplicidad de propósitos se ve acompañada de la complejidad derivada de las dificultades que surgen cuando se habla de la reforma  pues ésta recae sobre cinco jurisdicciones (civil, penal, laboral, contencioso-administrativa y constitucional) y cinco órganos de origen constitucional, cada uno con su historia, su estructura, su composición y su entramado de relaciones y arreglos institucionales con el resto del Estado y la sociedad.

No parece conveniente mezclar todo en una misma bolsa como si el rol del Consejo de Estado en la vida del país y el impacto frente al ciudadano se pudiera equiparar de una vez con el Consejo Superior de la Judicatura.

Incluso en las mismas corporaciones y jurisdicciones hay aspectos que comparten el mismo nivel de complejidad que hemos señalado frente a los órganos entre sí. Por ejemplo, los temas electorales a cargo del Consejo de Estado tienen una íntima relación con la función del Consejo Nacional Electoral, y con el proceso político; o la diferencia de perspectivas de los jueces municipales en zonas de violencia con los tribunales y cortes localizadas en grandes centros urbanos.

En este alto grado de complejidad resulta oportuno encontrar criterios que permitan hacer distinciones y/o asumir posturas tendientes a que cualquier decisión general no se convierta en una afectación indebida a una u otra de las jurisdicciones.

En este contexto nos hemos planteado la pregunta básica sobre si todo el servicio de justicia (en todas las áreas) constituye lo que los economistas llaman un bien público o no. En caso afirmativo la respuesta de los modelos imperantes es que el bien debe ser proveído por el Estado, de lo contrario podría dejarse en mayor o menor medida en manos de los privados.

De igual forma, nos inquieta saber qué entiende el ciudadano por justicia y su reforma, pues resulta llamativo que en el documento de la Comisión de Expertos de Reforma la Justicia de octubre de 2010 se señala que la participación ciudadana se manifestó en 40 correos electrónicos, la mayoría de ellos provenientes de personas vinculadas con el ejercicio del derecho.

El debate requiere visiones más allá de lo jurídico y sobre todo más oído a los anhelos de los  ciudadanos en sus diferentes realidades.l debate requiere visiones más allá de lo jurídico y sobre todo más oído a los anhelos de los  ciudadanos en sus diferentes realidades. 

 

Nuestras historias

1 Legado y 22 años de impunidad

Qué de nuevo se puede decir de la muerte de Luis Carlos Galán. Año tras año, hasta cumplirse veintidós de impunidad, hemos tratado de mantener vivo su legado e insistiendo en la necesidad que tiene el país de conocer la verdad de su asesinato. Veintidós años en los que hemos recordado su partida, pero reafirmado que sus ideas están vigentes por lo que sin duda ¡Galán Vive!

Las personas que vivieron alguna etapa de la vida política de Galán quedaron buena parte de ellas atrapadas por su voz arrolladora, la profundidad de sus planteamientos y el coraje de su mensaje. A punta de ideas logró romper las cadenas que el clientelismo había puesto en las manos y los ojos de muchos colombianos.

La toma de conciencia de muchos hombres y mujeres sobre su valor como ser humano, fruto del discurso de Galán, fue un factor emancipador que se tradujo en respaldos de opinión y electorales cada vez mayores que recibió hasta quedar en la puerta de la Presidencia de la República.

Transformar las condiciones materiales es tarea sencilla, frente a la de contribuir al cambio personal de cada persona para encontrarse consigo misma y con su destino. La forma de ser de Luis Carlos Galán tuvo ese efecto. Por eso el duelo de su partida no fue solo familiar, fue nacional, de todos aquellos que se vieron tocados por su vida. Es verdad que algunos celebraron y lo siguen haciendo a la sombra de la ineficacia del Estado en el esclarecimiento del crimen.

Si Galán nos cambió a muchos es justo reconocer que su legado no está solo en cabeza de quienes heredamos su sangre. La herencia le quedó a todos los que aceptaron el reto de transformar este país haciendo política: votando responsablemente, participando en el debate público, acompañando las protestas legítimas, realizando sus actividades con responsabilidad social y algunos aspirando y ejerciendo cargos de elección popular.

Unos y otros debemos rendir cuentas del legado básico de Galán: La política no es la continuación de la guerra, sino la forma natural y civilizada de construir futuro. En política no todo vale, el ejercicio de ella en su sentido más amplio requiere una conducta ética que trascienda lo meramente legal.

Hoy, un amigo me compartió una cita de T. Carlyle que le hizo recordar a mi padre y que hago extensiva a quienes se consideran herederos de su mensaje: "El hombre hace menos de lo que debería, a menos que haga todo lo que puede”.

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Un país bipolar

 

Este es un país extraño donde la responsabilidad política logra ser eficaz en la destitución de un director técnico de fútbol y no para votar la moción de censura a ministros que orientan políticas dudosas. Un país que paralelamente logra una amplia movilización social y de los medios de comunicación para denunciar y exigir responsabilidades por el comportamiento impropio de un director técnico de fútbol y obra con cierta dosis de resignación frente a los centenares de muertos en el Departamento de Córdoba o ante el incremento del número de atentados terroristas.

Es un país aún más extraño en donde en medio de las más duras críticas a un hecho de violencia, en contra de la mujer, una de sus representantes afirma “si mi marido me casca yo me lo gané”. Esta frase que, fue interpretada fuera de contexto según su autora, inundó de comentarios las redes sociales que no dudaron en reprochárselo, comparando la lógica de su razonamiento con la de los grupos armados ilegales.

Es un país extraño que anhela la paz, pero que insiste en resolver sus diferencias cotidianas a punta de golpes y empellones. Según Medicina Legal en el primer semestre de 2011 el 49% de las lesiones no fatales corresponden a casos de violencia interpersonal (62.709 casos) y el 29% a violencia intrafamiliar (36.821 casos). En ambos escenarios las mujeres son ampliamente victimizadas: 21.622 y 28.692 respectivamente. En Bogotá las riñas generan el 21.1% de los homicidios, los conflictos de pareja cerca del 2.6% y las venganzas el 51% (de éstas el 26% corresponde a motivos personales y el 5% a pasionales).

Es un país que olvidó informes como "Cuerpos marcados, crímenes silenciados" de Amnistía Internacional publicado en 2004, en el que se relata la brutalidad en contra de las mujeres en medio del conflicto colombiano: violaciones, mutilaciones, descuartizamientos, empalamientos, desapariciones, en el 53% de estas agresiones se desconocía el responsable. Un país que no olvida sus triunfos futbolísticos y es capaz de narrar los goles ocurridos hace más de 20 años.

Un país que quiere una justicia rápida y efectiva pero que reniega de los procesos judiciales y que ve en el derecho al debido proceso una forma de favorecer delincuentes y no una garantía ciudadana.

El caso de Hernán Darío Gómez no es un simple incidente en un bar. Es una síntesis de una realidad de violencia y amnesia, interpretaciones maniqueas, y justicia mediática en la que en medio del ruido que se genera los más débiles solo, en contadas ocasiones, encuentran respuesta y solución a sus problemas. En este caso las mujeres víctimas de violencia.

Nuestras historias

La ética nos hace "inmunes"

"En la Constitución de 1830 se preveía que los congresistas no podían ser demandados, perseguidos, ni presos por causa criminal”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

  La relación entre los términos inmunidad e impunidad es estrecha, pues ambas se refieren a la ausencia de castigo, en un caso con un fundamento legítimo y en el otro no. El diccionario de la Real Academia señala que la inmunidad se entendía como un privilegio que se concedía a ciertas instituciones e iglesias para evitar que los delincuentes que se acogieran a ellas fueran castigados físicamente, mientras que la impunidad es la falta de sanción (sin ninguna razón para ello).

La inmunidad era uno de los privilegios derivados de la dignidad parlamentaria, destinada, como todos ellos, a facilitar a los congresistas el cumplimiento de las funciones legislativas y de representación ciudadana. Con ella se pretendía evitar la persecución política del congreso por parte del Gobierno, particularmente a los miembros de la oposición.

En la Constitución de 1830 se preveía que los congresistas no podían “ser demandados, perseguidos, ni presos por causa criminal” mientras duraban las sesiones, iban a ellas o regresaban a sus casas. En la de 1843 se exigió la suspensión del Congresista por la cámara respectiva para poder proceder a su detención, norma que se mantuvo con leves modificaciones en la Constitución de 1886 y sus reformas.  Solo el  influjo del narcotráfico justificó que esta tradición constitucional fuera abandonada en 1991, pues se había consolidado en la opinión pública la idea de que ella se prestaba para evitar la acción de la justicia antes que para preservar la libertad del Congreso.

A pesar de las razones que la justifican y de la tradición constitucional que la mantuvo por 160 años, para el ciudadano común la diferencia entre inmunidad e impunidad resulta sutil e irrelevante, pues al final un presunto delincuente logra evadir temporal o definitivamente la responsabilidad de sus delitos.

Intentar superar la asociación entre ambas figuras se muestra inútil en una sociedad hastiada de la corrupción, que desconfía de algunas de sus instituciones, y que por primera vez en muchos años ve un intento serio de combatir el delito de cuello blanco en todos los niveles.

La propuesta de revivir la inmunidad parlamentaria resulta inadecuada y lamentable al desandar parte del camino de relegitimación del Senado, iniciado durante el año anterior y al introducir un elemento perturbador en la discusión de la reforma a la justicia.

Hay que reenfocar la discusión bajo el principio de que la mejor inmunidad es la que proviene de la transparencia en los actos personales y la imparcialidad de la justicia.

 

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Si yo viviera en el Perú, no notaría la diferencia...

"El nuevo gobierno peruano es un aliado para el inmovilismo o bien para replantear la política antidroga regional": senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

"La falta de perspectiva de los jóvenes, ha hecho que vean el delito como una nueva "forma de vida"; "debemos hacer un alto a la impunidad. El Estado debe generar confianza. El pandillaje se ha apoderado de las calles".

"El narcotráfico es una amenaza para la seguridad del país; importantes sectores de la sociedad e instituciones han sido permeadas por la economía y dineros de esta actividad ilícita, así como por la criminalidad organizada asociada".

Este diagnóstico de seguridad parece escrito para Colombia pero no lo es. Es parte de los múltiples problemas que enfrenta el Perú, según lo ha dado a conocer en diferentes reportajes el recién posesionado Presidente Ollanta Humala.

La similitud se extiende incluso a la asociación entre guerrilla y narcotráfico: "No es casualidad que los rezagos senderistas se hayan ubicado precisamente en las zonas donde el narcotráfico campea", dice un diagnóstico de asesores del nuevo gobierno.

Este hecho y la formación militar del Presidente Humala, deberían traducirse en una comprensión de las amenazas que viven ambos países y de las limitaciones de responder con la fuerza.

Sin embargo, no se ve con claridad un giro novedoso en la política peruana en la materia. Esta situación sólo contribuirá a mantener el statu quo regional de la política anti-drogas cuando a todas luces requiere de nuevas perspectivas e instrumentos para enfrentarlas: se calcula que en Perú hay 56100 Ha. sembradas con hoja de coca, a partir de las cuales se producen 302 toneladas métricas de cocaína, 280 de ellas para exportación y con recursos objeto de lavado de activos superiores a los 500 millones de dólares; un país con más de 50.000 adictos y 70.000 campesinos vinculados a la actividad.

Si el Presidente Humala quiere en realidad no ser "indiferente" al incremento del consumo de drogas en el Perú, como lo afirmó en su primera intervención pública, es indispensable un cambio en la política contra las drogas.

El nuevo gobierno peruano es una amenaza y una oportunidad para Colombia: un aliado para el inmovilismo o bien para replantear la política antidroga regional, por ejemplo, a partir de un tratado binacional que fortalezca las acciones y estándares en materia de prevención del consumo.

Lo cierto es que no hacer nada es querer que los dos países se sigan disputando ser o no el primer productor de cocaína del mundo. 

 

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De la Unidad Nacional a la Unidad Liberal

 

Este nuevo periodo de sesiones del Congreso inicia en medio de la expectativa que genera la incorporación del Partido Verde a la coalición de Unidad Nacional y de un discurso Presidencial cada vez más liberal.

Este hecho ha sido ponderado por distintos medios de comunicación señalando que no se presentaba algo parecido desde el Frente Nacional. No obstante lo anterior, los efectos de tal nivel de gobernabilidad deben ser cuidadosamente manejados para evitar que algunos de los vicios de la política colombiana que se acentuaron en el Frente Nacional se hagan presentes de nuevo. En aquella época el amplio consenso partidista degeneró en componendas y cerró el espacio de participación política a otras fuerzas generando inconformidad y violencia.

Este cambio en la relación de fuerzas entre partidos de gobierno y de oposición, naturalmente debilita la oposición en Colombia, situación que es poco deseable en una sociedad más heterogénea de lo que puede notarse en el Congreso. De igual forma,  complejiza la actuación de la coalición de Unidad Nacional que ya sufre el desgaste que ha traído la decadencia en las reuniones de las bancadas partidistas para concertar posiciones, en medio del ambiente pre-electoral.

Confiemos que esta unión facilite la discusión de ciertos proyectos de ley muy necesarios sin que se pierda la calidad del debate legislativo. La discusión y la construcción de acuerdos a partir del debate pueden ser más demorados pero son, sin duda, más duraderos.

Este parece ser un buen momento para ponernos al día con el desarrollo de la Constitución pues leyes que en el pasado vieron truncado su paso hoy podrán ser expedidas con mayor facilidad como por ejemplo el estatuto de la oposición o el estatuto laboral. Una agenda por la Constitución en la legislatura de su vigésimo aniversario no puede ser más oportuna. 

Por ahora los anuncios del Gobierno y los partidos políticos muestran que esta legislatura seguirá marcada por las principales preocupaciones de los colombianos: seguridad, empleo, pobreza y justicia.

El camino de la seguridad requiere avanzar en la formulación de una adecuada política criminal con un fuerte componente preventivo, que complemente la de seguridad y garantice la provisión de los recursos necesarios, para que las acciones de la Fuerza Pública culminen en procesos de judicialización eficaces y transparentes.

La lucha por el empleo requiere una discusión amplia que debe comenzar a superar las fronteras nacionales. Las recetas del pasado no están funcionando y las crisis estadounidense y de la zona euro lo demuestran con creces. La sociedad civil ha encontrado nuevos caminos para generar riqueza social,  dignos de reconocer y apoyar por parte de los Estados.   

 

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Seguridad es cuestión de humanidad

"Nunca antes hemos necesitado más que se haga realidad el carácter democrático de la seguridad": senador Galán Pachón (Partido Liberal).

Esta semana una familia en el occidente de Bogotá ha tenido que dejar apresuradamente su barrio en menos de 24 horas. La razón de esta situación: la amenaza de un grupo de jóvenes que pertenecen a una pandilla y de cuyo jefe se dice en los alrededores que tiene varios antecedentes delincuenciales.

Esta realidad que se está presentando cada vez con mayor frecuencia en nuestras ciudades golpea a los más vulnerables; a aquellos que por sus especiales circunstancias resultan más débiles y por ende más fácilmente extorsionados o amenazados. Nunca antes hemos necesitado más que se haga realidad el carácter democrático de la seguridad, tan resaltado por el Presidente Uribe y por el Presidente Santos.

Mientras esta realidad agobia a muchas familias, la sociedad sigue embarcada en un debate en el que las autoridades insisten en que la seguridad ha aumentado usando datos fácticos y la opinión pública desconfía de ellos por su propia experiencia y como consecuencia de los mensajes que reiteradamente recibe de los medios de comunicación. Unos y otros tratan de convencerse de quién tiene la razón olvidando la tragedia de una familia que enfrenta una situación donde se mezcla el desarraigo, el temor y la invisibilidad.

Insistir en este camino de deshumanizar los problemas para evadirlos en discusiones bizantinas, es una senda de autodestrucción social.

A escala humana la ciudadanía requiere conocer qué hacer en estas circunstancias y poder acceder a mecanismos de protección inmediata que eviten que se consolide la situación a favor de la acción de los violentos. Planes como el llamado Plan Cuadrantes pueden mejorar la capacidad de respuesta de la policía, pero requieren estar acompañados de la acción de otras autoridades que brinden protección física y psicosocial a los involucrados.

La reacción deshumanizante puede hacernos creer que hasta no contar con recursos y grandes estudios no podemos avanzar activamente en esa acción integral. Quienes piensen de este modo desconocen el valioso recurso de la participación ciudadana para aportar soluciones creativas, de bajo costo, eficaces y adaptadas a la realidad e idiosincrasia de las comunidades.

Debemos avanzar y hacerlo pronto, de lo contrario estaríamos abandonando a esta familia y a otras como ella a su suerte y decidiendo que divagar sobre realidad o percepción es más importante que hacernos más humanos.

 

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Relanzar la Constitución de 1991

“Es indispensable superar el carácter de paradigma de la Constitución y relanzarla como propósito nacional”: Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

El 4 de julio se celebró el vigésimo aniversario de la Constitución Política. Fue un aniversario importante que pasó de agache como el Bicentenario de la independencia y en medio de debates entre columnistas sobre las bondades o no de la misma. Yo estoy entre  los que creen que estos últimos veinte años, han sido mejores que los veinte anteriores a 1991, bajo la estricta Constitución de 1886.

 

Entre los grandes efectos de la Constitución, estuvo visibilizar a muchos sectores de nuestra sociedad que estaban ausentes de la agenda pública. Hizo evidentes derechos que se diluían en el formalismo legal de nuestro ordenamiento jurídico y de nuestras sentencias. Dio un mecanismo judicial tan eficaz que hoy se le atribuye buena parte de la congestión del sistema: la tutela. Es un buen balance afirmar que con la sola promulgación se logró voz para muchos, derechos para todos y mecanismos para protegerlos eficazmente.

Le eficacia del texto estuvo en manos de una sociedad que frente a la época de terror que generó en el narcotráfico reaccionó con gran expectativa respecto a los resultados de la Asamblea Nacional Constituyente, se los apropió y comenzó a transformar la sociedad. Fueron las organizaciones civiles, los tutelantes, la Corte Constitucional y el Gobierno y el Congreso (que al principio participaban de la misma euforia).

Como en todo proceso social el ímpetu inicial decayó cuando la velocidad de los cambios se hizo más lenta, más exigente, más difícil por la mayor cantidad de intereses en juego afincados en el status quo. Así mismo, los cuestionamientos posteriores a la Constitución sobre la legitimidad de los gobiernos y la pérdida de gobernabilidad, le fueron quitando a la Constitución su papel de proyecto nacional.

A pesar de ello, la mayor virtud de la Carta es haber superado esta situación y seguir siendo un referente activo de la acción pública y de las organizaciones civiles. Aún hoy, veinte años después, en los enconados debates en el Congreso los partidos políticos, sin importar su tendencia ideológica, se afirman a sí mismos como defensores de la misma, y en la academia surgen tesis relacionadas con constitucionalización del derecho privado.

Sin embargo, es indispensable superar el carácter de paradigma de la Constitución y relanzarla como propósito nacional, es decir, como punto de encuentro, meta alcanzable y medio para continuar con las transformaciones que superen lo que siguiendo a  Ferdinand Lasalle parece ser la constitución real colombiana: un círculo de inequidad y violencia.

 

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No extradición equivale a complicidad

“La condena de Yair Klein es una manifestación del derecho a la justicia. Él puede ayudarnos también a esclarecer la verdad de lo sucedido”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Algunos colombianos salimos a manifestarnos bajo el lema “no extradición = complicidad” para exigir que el Estado de Israel extradite hacia Colombia al mercenario Yair Klein, quien entrenó a los primeros grupos narcoparamilitares, cuyos aventajados alumnos sembraron terror en el país y cometieron un verdadero genocidio que cobró la vida de miles de colombianos.

 

Esta extradición no es como las que vemos a diario en nuestros noticieros cuando un gobierno le solicita a otro con el propósito de juzgar a una persona. En este caso Yair Klein ya fue condenado. El objetivo es que se cumpla la sentencia impuesta por la formación y entrenamiento de grupos armados ilegales. Aquí ya hubo pruebas y debido proceso a favor de Klein, por medio de abogados, jueces y dos instancias. Hay condena en firme, pero no se ha cumplido.

 

El Gobierno colombiano insiste con toda razón en su solicitud de extradición. Esta demanda fue interpuesta primero ante Rusia, luego ante el Tribunal de Derechos Humanos Europeo y ahora ante Israel. A comienzos de este año se depositó la solicitud formal de extradición, pero hasta el momento el gobierno israelí ha guardado absoluto silencio al respecto.

 

Israel demostrará con su decisión si su política contra el terrorismo internacional se fundamenta en principios como no negociar ni encubrir terroristas y en la solidaridad con las víctimas de estos hechos, o bien si se inspira en un pragmatismo tal que es capaz de tolerar la impunidad de lo que algunos hemos llamado el holocausto narcoparamilitar.

 

No nos gustaría creer que las buenas relaciones económicas, políticas e incluso militares sólo son fluidas para desarrollar el fusil Galil, comprar los Kfir, facilitar intercambios culturales o para desplegar el Batallón Colombia en el Sinaí. Creemos que la relación incluye la cooperación judicial, la ayuda humanitaria y el apoyo a la reparación de las víctimas del conflicto colombiano.

 

La condena de Yair Klein es una manifestación del derecho a la justicia. Él puede ayudarnos también a esclarecer la verdad de lo sucedido. Cualquier fórmula que impida el pleno cumplimiento de la sentencia solo puede ser consecuencia de que coopere en la comprensión de estos dolorosos hechos y la determinación de otros responsables del fenómeno narcoparamilitar, particularmente, agentes del Estado cómplices de estas mafias.

 

Pero también creo que a los colombianos nos sigue faltando solidaridad y veo que ello es y será por largo tiempo el primer desafío de la ley de víctimas.

 

 

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Seguridad para la convivencia

 

Ninguna ley resuelve directamente los problemas, con excepción de los exclusivamente relacionados con la coherencia del ordenamiento jurídico. La ley es un instrumento que sirve para orientar la acción del Estado y dotarlo de herramientas para ejercer sus funciones. Ello es la consecuencia necesaria de haber decidido vivir bajo el Estado Social de Derecho donde los funcionarios públicos solo pueden hacer lo que la ley les permite.

El Presidente Santos acaba de sancionar la ley de seguridad ciudadana. Esta legislación advierte a todas las instancias del Estado (de todas las ramas del poder público) la necesidad de trabajar en la solución de la problemática de seguridad ciudadana y la urgencia de contar con una política criminal que hoy no existe.

Esta ley en particular tuvo su origen en la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, quiénes manifestaron sus preocupaciones para hacer más eficiente y eficaz su gestión.

El Congreso cumplió así con su deber de intérprete de las preocupaciones de los ciudadanos, reflejadas en las distintas encuestas de percepción realizadas en el último año.

No obstante lo anterior, es evidente que el impacto de la norma en la vida de los colombianos solo será posible si las autoridades competentes: jueces, fiscales y policías las traducen en acciones. En consecuencia, el siguiente paso que debemos dar es crear las condiciones fácticas necesarias que así lo permitan. En este sentido, es necesario trabajar por el incremento del pie de fuerza policial y de fiscales investigadores en condiciones salariales adecuadas.

Solo en el caso de Cali la ciudad presenta un déficit cercano a los 1.500 efectivos y en el área Metropolitana del Valle de Aburrá de 6.222 policías.

En Cali se cancelaron más del 30% de las audiencias por falta de fiscales. Y algunos policías del nivel ejecutivo presentan retrasos en sus ascensos de 10 años con el impacto salarial correspondiente.

La ley de seguridad ciudadana requiere soporte en una política criminal, cuyo corolario sea la prevención en materia social y cultural. Pensar que la inseguridad ciudadana se resuelve exclusivamente aumentando penas y tipificando nuevos delitos es ingenuo y populista. Es crucial sacar adelante en la próxima legislatura la reforma a la justicia, que permitirá acrecentar las probabilidades de éxito y sostenibilidad para la seguridad ciudadana.

 

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Rendir cuentas para construir confianza

La mayor debilidad del sistema democrático colombiano es la pérdida de confianza de la ciudadanía en la capacidad del Estado para actuar de manera eficaz y transparente en la solución de los problemas sociales. La corrupción, la negligencia, la tramitomanía, el procedimentalismo y la leguleyada hacen del entorno en que se desenvuelve la vida de las personas, un ambiente amenazante, incierto e inseguro.

 

Superar este estado de cosas requiere de parte de todos los servidores públicos, acciones que desarrollen los criterios en los que se funda la confianza entre las personas. Desde esta perspectiva, es indispensable rendir cuentas ante la sociedad sobre el ejercicio de las facultades que nos fueron conferidas gracias al voto ciudadano, bajo los principios de una nueva forma de hacer política fundamentada en la transparencia, el interés general y la concertación.

 

Como coautor y coordinador ponente de la ley estatutaria de inteligencia y de la ley de seguridad ciudadana, trabajamos por responder a los desafíos que en materia de defensa y seguridad enfrenta el país. Con la primera se dota a los servicios de inteligencia de un marco jurídico que para sus actividades en el marco del respeto a los derechos humanos; este proyecto da un norte claro en cuanto al respeto de los derechos fundamentales, especialmente la intimidad personal, y facilita la detección y sanción de conductas indebidas como las llamadas “chuzadas”. El segundo proyecto otorga a las autoridades judiciales y de policía nuevas herramientas que les permitan prevenir, investigar y sancionar eficazmente a la delincuencia.

 

Paralelamente, gracias al apoyo de Senadores en diversos partidos se incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo la obligación del Estado de superar el represamiento de los ascensos del personal del nivel ejecutivo de la Policía Nacional. Así hemos avanzado en mejorar la calidad de vida de este grupo de policías, que exponiendo sus vidas, patrullan diariamente nuestros campos y ciudades.

 

El proyecto de ley encaminado a reconocer como una enfermedad la adicción a sustancias psicoactivas lícitas e ilícitas culminó su debate en el Senado de la República. Con este proyecto avanzamos en romper el estigma que criminaliza al adicto y que lo margina de la sociedad. Su condición de enfermo merece protección y ayuda en su situación, porque la ley no puede ser para perseguir al débil sino para promover su dignidad.

 

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La Soledad de la Impunidad

“No renunciaremos jamás a la verdad y la justicia aunque nos quedemos solos”: senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

Quién y por qué  asesinaron a Luis Carlos Galán, son preguntas que se formularon desde el 18 de agosto de 1989 y que aún permanecen abiertas. Es la justicia colombiana la que debe dar esta respuesta, analizando imparcial y diligentemente los miles de folios de una investigación que como muchas en Colombia, se ha cubierto de polvo y de poderosos intereses que anhelan mantener oculta la verdad.

Las estrategias para que la verdad no salga a la luz y se llegue a la condena de los responsables han pasado desde actos aberrantes como la injusta encarcelación de Jubiz Hasbún, hasta una campaña de muerte que se extendió a los autores materiales del magnicidio y de personas claves para el avance de la investigación. Lo anterior, sin mencionar hechos de corrupción que pagaron por el silencio y la participación activa de agentes del Estado.

Hoy tenemos dos luces de esperanza: la casación de la sentencia de segunda instancia que revocó la condena a Alberto Santofimio y el llamamiento a juicio del General (r) Miguel Maza, quienes, de acuerdo con las pruebas que obran en el proceso, son algunos de los presuntos asesinos de Galán. Ambos casos son una prueba de fuego para la justicia colombiana. Su actuación será un precedente sobre su capacidad para resolver con verdad y justicia imparcial, una de las páginas más dolorosas en la historia nacional.

Las acciones para entorpecer el proceso no se han dejado de presentar. Las argucias y descalificaciones de la defensa del General Maza en contra de la familia Galán, pretenden desviar la atención sobre el hecho de que no menos de 4 funcionarios en la Fiscalía General de la Nación, incluido el Fiscal General, encontraron méritos suficientes para llamarlo a juicio. Paralelamente, insiste en aspectos de procedimiento como la competencia o la prescripción del caso, asuntos que han sido ya resueltos por las autoridades competentes y por lo tanto constituyen cosa juzgada. Ambas conductas merecen nuestro rechazo tajante.

El camino aún es largo. Galán no sólo era un obstáculo para el negocio del narcotráfico, lo era también para su proyecto político mafioso que fue seguido por el paramilitarismo y que tenía aliados en amplios sectores de la sociedad y del poder. Verdad que está esperando aún ser investigada y revelada. Dicho proyecto hizo de la década de los ochentas una época tenebrosa y dejó enquistada en la sociedad colombiana unas máquinas de guerra que condenaron a muerte a líderes políticos y masacraron personas inocentes. No renunciaremos jamás a la verdad y la justicia aunque nos quedemos solos. 

 

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Una semana productiva

El Congreso aprobó el texto definitivo de la ley de víctimas, tierras y de la ley de seguridad ciudadana, iniciativas en las que hemos procurado obrar en adecuada representación de quienes nos confiaron su voz en el Senado.

 

Estas leyes, como productos del consenso de las fuerzas políticas (en nombre de los colombianos) y en algunos casos como consecuencia de la aplicación del principio de mayorías, reflejan los mínimos puntos de acuerdo de la sociedad colombiana en temas de la mayor sensibilidad. Es natural que muchos manifiesten su inconformidad porque el proceso de construir acuerdos significa renunciar a las máximas aspiraciones en un tema.

 

En cuanto a la ley de víctimas y tierras, hemos respaldado la iniciativa sin dejar de señalar las debilidades de la misma, en cuanto a la definición de una fecha que resulta arbitraria frente a la gravedad de las conductas que muchos de nuestros conciudadanos han padecido.

 

En este sentido logramos incorporar que a las víctimas de hechos anteriores a 1985 recibieran el reconocimiento al derecho a la verdad, la reparación simbólica y la garantía de la no repetición. Lamentablemente, en la conciliación este logro tuvo un retroceso importante al señalar que tales derechos serían reconocidos “como parte del conglomerado social y sin necesidad de ser individualizadas”. Semejante redacción deja a aquellas personas que vieron morir a sus familiares en manos de la guerrilla o de los primeros grupos paramilitares y demás, esperando saber la verdad de su caso, y la reparación simbólica de su sufrimiento.

 

La ley de seguridad ciudadana es una respuesta del Congreso a la demanda ciudadana de mayor eficacia en la lucha contra la delincuencia. Los medios de comunicación traen diariamente historias, cada vez más asombrosas, de la acción de los delincuentes. Como ponente de este proyecto logramos construir un consenso para su paso por el Senado procurando el equilibrio entre eficacia de las instituciones, respeto de los derechos y garantías y respuesta a la opinión pública.

 

Los dilemas que genera este proceso se reflejan, por ejemplo, en la presión hacia el populismo penal, que hemos tratado en otras columnas: la tendencia a aumentar penas a pesar de la ineficacia de esta medida.

 

En las próximas semanas se realizará el último debate de la ley de inteligencia que hemos venido liderando desde 2007 para que no repetir los episodios de las chuzadas, ni agentes desprotegidos.

 

Seguiremos trabajando por leyes de consenso beneficiosas para la clase media y las más desprotegidas.

 

Nota: Enviamos nuestro saludo de felicitación a  la Escuela Militar de Cadetes en sus 104 años.

 

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Para romper el status quo: consultas del 29 de mayo

Luis Carlos Galán es reconocido por su enfrentamiento al narcotráfico y a su infiltración en amplios sectores de la sociedad. Sin embargo, no era la lucha contra este fenómeno su meta principal. Su verdadera vocación era la lucha por la democratización del país, por ampliar drásticamente los mecanismos de participación ciudadana: sólo el reconocimiento del individuo como un ciudadano pleno, dueño de su destino podría permitir al país superar la violencia y la pobreza.

 

En ese contexto promovió hasta el cansancio que el Estado abriera sus puertas a la democracia por lo que fue uno de los impulsores de la elección popular de alcaldes. Así mismo, trabajó por recuperar los partidos políticos para sus militantes estimulando la participación en la toma de decisiones internas, especialmente, en la definición de los candidatos a la Presidencia de la República.

 

Esta renovación tuvo un segundo y gran impulso con la Constitución de 1991 que consagró una amplia gama de mecanismos de participación ciudadana y extendió la elección popular a los gobernadores. Sin embargo el cambio al interior de los partidos políticos quedó subordinado a los intereses electorales y a la dificultad de superar las prácticas tradicionales de hacer política.

 

Nuestro anhelo hubiese sido superar tales limitaciones asumiendo el riesgo de hacer elecciones primarias en todo el país para la elección de los candidatos a asambleas, concejos y juntas administradoras locales. Son los cuerpos colegiados los espacios genuinos de la representación política en donde deberían quedar reflejadas las tendencias y aspiraciones de los militantes de los partidos.

 

No obstante lo anterior, hemos logrado dar un paso importante en este camino: la consulta popular para la elección de los candidatos a las Juntas Administradoras Locales en Bogotá. Un ejercicio genuino de participación que logró convocar a más de 500 ciudadanos dispuestos a ser los próximos candidatos liberales a estas corporaciones y que esperamos se extienda en el futuro al resto del país y de partidos políticos.

 

Quienes vivimos en ciudades con grandes problemas, algunos de ellos derivados de una elección inadecuada de las autoridades locales, no podemos pasar por alto oportunidades como ésta. Participar es decidir, participar es manifestarse, participar es afirmar que los ciudadanos queremos un cambio en nuestros partidos; no hacerlo será un triunfo para quienes quieren mantener el status quo que nos mantiene entre la desigualdad, la violencia y la corrupción.

 

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¿Víctimas, sólo de conflicto armado?

 

La inclusión del concepto de conflicto armado interno dentro de la ley de víctimas ha sido polémica. Argumentos van y vienen sobre la conveniencia o no de hacerlo, sobre si ese reconocimiento le otorga o no el llamado estatus de beligerancia a los grupos armados ilegales. Sin embargo, los grandes ausentes de la discusión son nuevamente las víctimas.

Naturalmente para aquellas víctimas que reconocen como su victimario a uno de los grupos armados ilegales, es evidente que su condición es fruto del conflicto armado interno. Sin embargo, no resulta tan claro para quienes el victimario es indeterminado, o son víctimas de situaciones de violencia generalizada en las que se mezclan múltiples actores. Lo mismo le ocurre a quienes lo fueron en el marco de conflictos ya desaparecidos sobre los que no se hizo reconocimiento específico.

Esta incertidumbre en un país de cultura legalista por no decir leguleya, será un factor de perturbación e iniquidad en la aplicación de la norma. Cada funcionario judicial o administrativo determinará según su buen criterio y conocimiento, si los hechos relatados por las víctimas corresponden o no, a una infracción al Derecho Internacional Humanitario o a una violación grave de los derechos humanos. Cual será su interpretación de si la infracción ocurrió en el marco del conflicto armado interno o no?

En este escenario, los perjudicados son las víctimas cuyo acceso queda condicionado a una interpretación del funcionario sobre si el contexto de violencia particular en el que se dio la victimización corresponde o no al conflicto armado interno.

La ambigüedad e incluso la contradicción que deja la norma, frente a la presencia o no del conflicto armado se percibe incluso en la forma en que los centros de investigación abordan el tema. En los boletines “Siguiendo el Conflicto” de  la Fundación Ideas para la Paz y en la Web de Indepaz se incluye a las BACRIM como parte del conflicto, mientras que el proyecto de ley de víctimas las excluye.

Reconocer el conflicto debe servir para dignificar a las víctimas pero no como mecanismo para su exclusión. La norma requiere mantener la redacción aprobada en la Comisión Primera del Senado o bien aclarar que se aplica a víctimas de la violencia política, las mafias, y a situaciones como las reconocidas en la ley 387 de 1997 sobre desplazamiento forzado.


 

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La responsabilidad política es cuestión de chistes

 

"En Colombia hay una gran confusión entre la responsabilidad política y la jurídica, aspecto que hemos señalado en el pasado". senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal).

 

El Procurador General de la Nación suspendió al Alcalde de Bogotá por su presunta omisión frente a los graves problemas en la contratación pública de la ciudad. Ha sido un largo camino, desde que la opinión pública comenzó a cuestionar la capacidad de la administración distrital para enfrentar los problemas de la capital hasta llegar al inicio de investigaciones por parte de los entes de control y medidas como la mencionada.

 

Las peticiones de renuncia y tímidos intentos ciudadanos encaminados a la revocatoria del mandato fueron pasados por alto por la Administración, que alegaba la inexistencia de responsabilidad bajo el amparo de la presunción de inocencia y exigiendo que se esperara a los resultados de las investigaciones de los organismos de control.

 

Paralelamente la gestión pública seguía brillando por su ausencia o quedaba ahogada por la crítica y la creciente desconfianza ciudadana. El control político que se ejerció a través del Concejo de la ciudad tuvo efecto en los medios de comunicación y en la percepción ciudadana pero no logró traducirse en la asunción de responsabilidad por parte de las autoridades distritales. Al final, nos encontramos con funcionarios atornillados amparándose en el Estado de Derecho y ciudadanos al borde de perder el último tornillo.

 

Esta situación pone de manifiesto que en Colombia hay una gran confusión entre la responsabilidad política y la jurídica, aspecto que hemos señalado en el pasado. Esta modalidad de responsabilidad no se mide bajo los parámetros del derecho sino del grado de credibilidad que tiene un funcionario ante la ciudadanía. Cuando tal credibilidad se resquebraja es momento de apartarse del cargo.

 

La falta de mecanismos que faciliten la exigencia de responsabilidad política condena a la comunidad a un dilema entre dos males: si exige responsabilidad política debilitando la legitimidad del funcionario y no logra hacerla valer, se queda con un servidor público a merced de los grupos de interés; si no la exige debe padecer una administración incompetente.
 
Hasta hoy la vía de escape ciudadana ha sido el sentido del humor. Innumerables fueron los chistes que circularon por Internet y los teléfonos celulares, convirtiéndose en el indicador del grado de legitimidad de las autoridades bogotanas. 
 
Aprender de este fracaso es indispensable para la sociedad colombiana. En el futuro debemos canalizar esta energía hacia movilizaciones sociales más constructivas y exigir hoy de las autoridades de control una revisión de si se presentaron casos de concesión de prebendas. De lo contrario la responsabilidad de los políticos no será sino cuestión de chistes.

 

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Lecciones Bogotanas

Los caminos de libertad comenzaron en Santander con la marcha comunera. En el siglo XXI las circunstancias que vive el país le exigen a nuestro Departamento dar los pasos hacia el gobierno transparente y participativo: una revolución para la activa transformación de las costumbres políticas y el fortalecimiento de la democracia.

Todo cambio requiere liderazgo, conocimiento y voluntad. Los recientes escándalos en Bogotá y el retroceso que ha experimentado esa ciudad en su desarrollo nos deja una lección sobre la importancia de estos aspectos  y cómo ellos se van delineando desde el momento en que se definen los candidatos de los partidos políticos.

Paralelamente, las lecciones bogotanas nos señalan la importancia de modificar los criterios con los que elegimos a nuestras autoridades enfatizando en las cualidades mencionadas sumadas a la transparencia. Así mismo, son un llamado a exigir a los servidores públicos la asunción de responsabilidades jurídicas y políticas y de diseñar mecanismos que permitan el control e impidan la existencia de administraciones débiles frente a poderosos intereses, cazadores de prebendas.

Bucaramanga tiene una opción seria de avanzar en esta dirección y de demostrar que aprende de los errores de los demás, respaldando la aspiración de personas como Consuelo Ordóñez a la alcaldía de la ciudad.

Consuelo cuenta con un amplio conocimiento de la administración pública y experiencia en cargos directivos y en gestión de proyectos. Ambas calidades reconocidas con premios y menciones, el último de ellos el reconocimiento al mejor plan de desarrollo de país que fue otorgado al Departamento de Santander, siendo Consuelo la responsable de coordinar su formulación.

Su programa nos ha persuadido y creo que vale la pena levantar con ella “la mano por Bucaramanga”.

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Avianca HK- 1803

 

El atentado del avión de Avianca HK 1803 ocurrido el 27 de noviembre de 1989 es una de las acciones más despiadadas del Cartel de Medellín. 107 pasajeros y 6 tripulantes, personas comunes y corrientes que por diferentes motivos tomaron un vuelo que no pudo llegar a su destino.

La complejidad del caso, la debilidad estructural de la justicia, y los intereses que afectaba, no permitieron que prosperara la investigación manteniéndola archivada dos décadas.

En 2009 la Fiscalía General de la Nación calificó este crimen como delito de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptible.  Esta decisión obedeció en buena parte a su nexo directo con el exterminio del Nuevo Liberalismo, cumpliendo con las condiciones de sistematicidad y masividad, pues Cesar Gaviria Trujillo candidato presidencial galanista estuvo a punto de abordar el avión.

Este fue un triunfo de la justicia y un camino hacia la verdad al sacar del olvido una tragedia que hasta hace pocos años era un dato estadístico y una herida abierta para más de un centenar de familias.

Recientemente se filtró a los medios de comunicación, un informe del CTI en el que se pone en entredicho que la explosión haya sido consecuencia de una bomba y se reabre la posibilidad de que haya sido un trágico accidente aéreo. La nota periodística señala que hay algunas contradicciones en las pruebas recogidas que hacen dudar de que fuera un atentado.

El informe parece desconocer o minimizar la presencia en el lugar de algunos compuestos químicos propios de los explosivos, así como la actividad realizada por los servicios de investigación colombianos y el personal del FBI (pues había ciudadanos estadounidenses abordo) en el momento que reconoce como causa una bomba.

Ante esta evidencia y la confianza que genera el reconocimiento de crimen de lesa humanidad la noticia resulta un baldado de agua fría, despierta sentimientos encontrados y la pregunta sobre si hay algo más. No podemos olvidar que el narcotráfico se mezcló con diferentes sectores de la sociedad que buscan impedir que se hagan públicos tales vínculos.

La intervención de la Fiscal General se hace indispensable para evaluar el informe y garantizar que todas las actuaciones se cumplan con la mayor transparencia y celeridad. Descuidar estos dos principios solo contribuirá a generalizar un estado de sospecha sobre la justicia colombiana, deslegitimando sus decisiones, quitándole la posibilidad de ser fuente de verdad, justicia y reparación y revictimizando a una nación entera.


 

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El General en su laberinto

 

El retiro del General Gustavo Matamoros Camacho ha sido una noticia que ha logrado mantenerse en los titulares de los medios de comunicación, compartiendo el espacio con el impacto de la ola invernal y la visita del ex Primer Ministro británico Tony Blair. ¿Por qué no sucedió lo mismo que con otros oficiales generales que fueron llamados a calificar servicios a lo largo de esta década?

En primer lugar los retiros que se han dado en el pasado, han sido en medio de coyunturas que por si mismas explican el retiro y que dan claridad a la opinión pública sobre el por qué de la decisión: se llegan las fechas tradicionales para cambios como el 7 de agosto, o se han presentado escándalos que culminan en estos retiros (justos e injustos). En esta ocasión el contexto no ofreció ninguna justificación y tomó a todo el mundo por sorpresa, incluso al propio General.

En segundo lugar, los medios de comunicación, dieron a conocer ciertos detalles que contribuyeron a hacer aún más notoria la decisión: la presunta solicitud de retiro al General y su negativa; la afirmación del Ministro Rodrigo Rivera “el relevo se produce dentro de ‘la discrecionalidad que tiene el gobierno para procurar la consolidación de todos los esfuerzos que se vienen haciendo al interior de las Fuerzas Militares para procurar mayor seguridad para los colombianos.’”

De ambas situaciones se deduce algo sorprendente y es que un General de reconocido prestigio no está contribuyendo a dicha consolidación.

En tercer lugar, se presentó una difusión de correos electrónicos, mensajes en las redes sociales y noticias en las que se afirmaba que circulaban documentos al interior del Ejército manifestando el rechazo al retiro del General y la inconformidad con el Alto Mando y se comenzaron a hacer afirmaciones sobre desacuerdos sobre la conducción de las FF.MM., y sobre la pertinencia y transparencia de ciertos procesos contractuales.

Las nuevas tecnologías impactan estas decisiones transformándolas de actos internos a actos objeto de control ciudadano. Así mismo, las redes sociales etc., dan voz pública a muchas personas que institucionalmente no podrían hacerlo.

 Finalmente, las explicaciones que ha dado el Gobierno Nacional y el mismo General no han cerrado el interrogante original y menos aún las nuevas inquietudes que surgieron a través de las reacciones a la noticia. Los ciudadanos y los miembros de la Fuerza Pública esperan tales respuestas, mientras con la ayuda de militares y policías enfrentan las inclemencias de la violencia y el invierno.

 

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Respuesta estructural: ordenamiento territorial

 

"Lo que nos corresponde hoy, nuevamente, es abrir los ojos y extender la mano a quienes hoy ven en la lluvia o en el vivir cerca de un cauce un motivo de preocupación o de angustia": Juan Manuel Galán. 

 

La Semana Santa llega y encuentra al 90% del país en emergencia invernal. Sin haber podido superar los efectos de la ola invernal del año anterior y que ameritó la declaratoria del estado de emergencia, el país ha comenzado a sentir ya el impacto de esta nueva temporada de lluvias que amenaza por extenderse buena parte del año.

 

Los reportes que se hacen no dejan de ser alarmantes: varios puentes caídos, vías cerradas, zonas urbanas bajo el agua y un creciente número de damnificados son un llamado a la vigilancia por parte de las autoridades y a la solidaridad ciudadana en el suministro de información para evitar calamidades. Se requiere ayuda para quienes hoy son víctimas del invierno y para prevenir desastres como los que vivimos en diciembre.

 

La reacción de las autoridades y de los ciudadanos muestra que se perdió el impulso y la conciencia que se tenía en diciembre y enero sobre los estragos de la ola invernal de 2010 y la que se avecinaba este año. No solo se olvidó este hecho sino que los damnificados dejaron de ocupar las primeras planas de nuestros medios de comunicación y con ello se redujo la sensibilidad que tanto bien hizo al principio para aportar ayudas en dinero y en especie. Lo que nos corresponde hoy, nuevamente, es abrir los ojos y extender la mano a quienes hoy ven en la lluvia o en el vivir cerca de un cauce un motivo de preocupación o de angustia.

 

En esta ocasión debemos perseverar hasta que los damnificados hayan sido reparados. En este sentido debemos exigir que todos los programas de los candidatos a las próximas elecciones locales se estructuren sobre la base de la existencia de más de dos millones de personas que se han visto afectadas patrimonial y moralmente por el invierno. El Congreso por su parte debe agilizar el estudio de la ley de ordenamiento territorial, no hacerlo sería una irresponsabilidad histórica y condenar inmerecida e innecesariamente a muchos colombianos a la pobreza.

 

Por otra parte, las sentencias de la Corte Constitucional sobre la declaratoria de la emergencia y los decretos expedidos nos debe llevar a un debate público, sobre si el texto constitucional responde a las situaciones de crisis como la que hoy enfrentamos. Resulta llamativo pensar que no es posible prorrogar la declaratoria de emergencia o bien que no se puedan expedir normas como la que facilitaba la creación de empleo de emergencia. Garantizar un ingreso es una de las primeras necesidades de las víctimas de desastres naturales.

 

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LEY PARA TODAS LAS VÍCTIMAS

Colombia ha vivido pocos momentos de paz en el territorio nacional desde el surgimiento de la República. La guerra de independencia, las guerras civiles, la violencia política, la lucha contra los grupos armados ilegales y las mafias de todo orden ha generado un sin número de muertos, mutilados, abusados, amenazados, intimidados, silenciados, secuestrados, desaparecidos, desplazados, desposeídos, refugiados, exiliados, empobrecidos.

Adicionalmente, la justicia en Colombia no solo perpetuó las condiciones mencionadas, sino que agregó a todas estas personas la etiqueta de víctimas de la impunidad, garantizando así que la única vía institucional para visibilizar a estas personas haya quedado anulada.

En los pocos casos en que hubo respuesta de la justicia ésta se deslegitimó por la tardanza en los fallos, por los beneficios penales, por la incapacidad de hacer efectivas reparaciones integrales y oportunas y por la deficiencia en las garantías de no repetición.

Esto significa que la condición de víctima que tienen algunas personas fue consecuencia directamente de la acción violenta de los actores del conflicto, de la acción y omisión estatal y de los conductores políticos del momento; e indirectamente por aquella parte de la sociedad que permaneció indiferente.

Colombia lleva cinco décadas o más sembrando su territorio de víctimas, lo muestran los indicadores de victimización y sobre todo los indicadores de salud mental. Es increíble que nos haya tomado todo ese tiempo verlos y comenzar la reparación.

Las restricciones fiscales y el hecho de tratar de reparar en medio del conflicto han motivado a muchos Congresistas y al Gobierno a insistir en una fecha límite para los hechos objeto de reparación. Sin embargo, la fecha se convierte en una forma de silenciar de nuevo a un grupo de víctimas con el agravante de que sería el Estado el que lo haría. Los únicos beneficiarios de ese olvido serían los victimarios que habrían logrado consolidar sus objetivos violentos.

Comprometidos como estamos con la causa de las víctimas logramos la aprobación de un parágrafo que señala que las víctimas por hechos ocurridos antes de 1985 tienen derecho a la verdad, la justicia, a la reparación simbólica y a las garantías de no restitución. Con el respeto de estos derechos se evita el silencio cómplice que corrompe a una sociedad.

Vamos por el buen camino pero hay que insistir. Invito a todas las personas que han sido víctimas a que se vinculen o creen organizaciones de víctimas, son ellas las que resistieron el paso del tiempo y la falta de memoria.

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Venciendo el “qué dirán”

 

El pasado lunes 4 de abril, se celebró el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal. Con el fin de crear conciencia y condenar el uso de estos artefactos de guerra se creó la campaña “remángate” por un día, pongámonos en su zapato.

“Remángate” buscaba visibilizar las víctimas de esta práctica de guerra, remangando nuestros pantalones por un día y así sentir un poco su vivencia. La instalación de minas antipersonas es utilizada por los grupos armados ilegales y no sólo ha cobrado como víctimas a  integrantes de las Fuerzas Armadas, sino población civil entre ellos niños, niñas que deberían estar al margen de este conflicto sin fin de nuestro país.

La problemática de las minas antipersonales cada día es más preocupante no sólo por los daños físicos causados en las víctimas, sino por el riesgo latente en varias zonas rurales y productivas del país.

En este día muchos tomamos la decisión de remangarnos y salir orgullosos por la calle y demostrar que estamos comprometidos con todas las víctimas, que de alguna u otra forma queremos compartir su dolor y hacer eco para que cese su utilización en los campos, llanuras y selvas del territorio nacional.

Movilizaciones como estas no sólo deben crear compromiso y sensibilidad, deben trascender y generar acciones reales para que todas las víctimas sin discriminación alguna, recuperen parte de los derechos que les fueron violentados, para que sientan que tienen respaldo, reconocimiento y ayuda no sólo por parte de las instituciones estatales, sino de todos los colombianos que sentimos la realidad del país y queremos aportar en la construcción de una Colombia diferente, sin más víctimas, con justicia, con garantías y con derechos.

En este sentido, un primer logro de “remángate” fue que el proyecto de ley 32 de 2010 Senado, el cual establece normas para la rehabilitación integral para miembros de la Fuerza Pública, fue priorizado por la plenaria del Senado, votado y aprobado. El proyecto, antes de esta campaña estaba en el puesto 38 en el orden de proyectos por votar. Es un pequeño avance pero se ha dado un primer paso.

Expreso mi reconocimiento a todos aquellos que vencieron el “qué dirán” y la indiferencia, a los que se comprometieron con esta causa y a los demás ¿Cuándo se remangarán?

 

 

 

 

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Una voz para los que fueron silenciados por las armas

 

“Nuestra visita era a un fantasma, a una ciudad estigmatizada por las sombras de la violencia”: Juan Manuel Galán 

 

El pasado 31 de marzo acudimos a una cita con el pasado y el futuro en Puerto Boyacá. Llegamos principalmente víctimas de la acción criminal de los grupos narcoparamilitares, algunos somos hijos de líderes políticos colombianos de la década de los 80 y los 90, otros campesinos víctimas de aquellos grupos, de la acción guerrillera, y en ocasiones de la acción de miembros de organismos del Estado.

 

Para todas las víctimas, sin importar quien nos llevó a esa condición, fue una jornada para abrir espacios hacia la reconciliación con nuestro pasado, con este país al que uno quiere y sirve, al que nuestros familiares amaron, pero que a veces responde con indiferencia. Recordar causa pena, pero sana, olvidar evita el dolor pero mantiene el germen del conflicto vivo.

 

Nuestra visita era a un fantasma, a una ciudad estigmatizada por las sombras de la violencia. Nos encontramos con gente como nosotros, victimizada por los actores del conflicto.

Los padres y familiares de algunos de nosotros fueron asesinados por los paramilitares y se presume, en algunos casos hubo participación de miembros de la Fuerza Pública. Hoy el Ejército y la Policía Nacional no solo nos acompañaron sino que nos hicieron sentir seguros.

 

Las personas que viven en la región aún guardan silencio de muchas cosas que allí pasaron. Lentamente, con espacios como éste, se va generando la confianza necesaria para que la verdad vaya saliendo a flote. A quienes participaron hablando o con su sola asistencia les reconocemos su valentía moral y en nombre de mis hijos y su generación, agradecemos los riesgos que asumen para que el país del mañana sea otro.
 
Nuestra cita con el futuro se concretó además en tratar de construir en conjunto una ley de víctimas “para ellas”.
 
Aún falta mucho que recorrer pero ayer gracias a uno de los promotores de derechos humanos del municipio sabemos cómo debemos andarlo: tenacidad, convicción y realismo.


En memoria de las víctimas recordemos aquellos casos más antiguos, más olvidados:
 
19-10-1981: 4 campesinos y el Inspector de Policía de la vereda Guanegro, fueron fusilados presuntamente por las FARC. 
25-10-1981: 4 campesinos de la vereda Puerto Guevara murieron por el lanzamiento de una granada contra una casa, los heridos fueron rematados, presuntamente por miembros de la Fuerza Pública. 
4-06-1982: 14 campesinos fueron asesinados presuntamente por grupos paramilitares. 
15-07-1982: En la Hacienda El Delirio 6 personas fueron asesinadas a bala y machete. Se desconocen los autores. 
13-07-1982: 6 campesinos asesinados.

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Más falsos positivos: ¿quién responde?

 

“Las instituciones y la sociedad son responsables de que estos hechos no se hubieran prevenido y castigado severamente”: senador Juan Manuel Galán.

 

En marzo de 2008 cité un debate de control político en Soacha (Cundinamarca) con el propósito de darle a los familiares de las víctimas de las ejecuciones extrajudiciales un espacio de reconocimiento y al Estado la oportunidad de responder sobre lo sucedido.

En ese debate mostramos que enfrentábamos un problema estructural y que como tal requiere soluciones profundas y no medidas coyunturales. Si bien fuimos críticos del Gobierno anterior propusimos caminos que permitieran abandonar la retórica y pasar a acciones creíbles: Romper la impunidad,  promover cambios culturales, establecer medidas de prevención y control y  mitigar los efectos negativos en la política exterior y de cooperación. 

Además, reclamamos de todas las entidades estatales y de la sociedad asumir su responsabilidad. Los problemas estructurales tienen múltiples causas y en ese contexto las instituciones y la sociedad son de una u otra forma responsables de que estos hechos no se hubieran prevenido y castigado severamente.

Resulta preocupante que el más reciente informe de la ONU señale que se han presentado nuevos casos y que hay retrocesos en el juzgamiento de estas conductas, especialmente en cuanto a la independencia y celeridad de los procesos.


¿Cómo explicar esta situación? Hay al menos tres hipótesis que no son excluyentes: las autoridades no han tomado las medidas necesarias, el fenómeno comienza a asumir una dinámica propia que se desprende de los factores estructurales que lo posibilitaron o, en el peor de los casos, se ha convertido en un arma del conflicto para minar la legitimidad de una de las partes o encubrir el accionar de alguna de ellas.


Por lo anterior, es absolutamente necesario traer nuevamente el tema a la agenda pública.

No quisiera terminar sin recordarles a los actores algunas de las acciones que se esperaba de ellos:

·         Al Gobierno Nacional le correspondía estudiar a fondo esta problemática y crear un sistema de información que permitiera tener datos confiables.

·         El Congreso, en concurso con el Gobierno debía analizar la viabilidad de tipificar la conducta o ajustar la normatividad a esta realidad.

·         La Fuerza Pública debía iniciar un trabajo profundo y sistemático de capacitación y de definición de los incentivos para su personal. Así mismo, debía incrementar sus controles sobre los resultados operacionales.

·         La Fiscalía debía reforzar las unidades responsables de la investigación, y adoptar las medidas necesarias para evitar que la presión social y mediática se traduzca en “falsos positivos judiciales”. 

 La sociedad debía, ante todo, solidarizarse activamente con las víctimas.      

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Ley de víctimas: empezando por el final

Los derechos de las víctimas y las organizaciones de víctimas no son nada nuevo, son la actualización de un principio básico del derecho y la justicia a través de la historia: nadie puede hacer daño a otro y de ser así debe repararlo. En 1982 se fundó ASFADDES quizá la primera organización de víctimas de la desaparición forzada en Colombia y en 1991 surgió el Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla. Una y otra llevan décadas luchando por el reconocimiento de sus casos y exigiendo del Estado y la sociedad verdad, justicia y reparación.

La ley de víctimas debería ser un primer acto para reestablecer el vínculo entre la sociedad y las víctimas al reconocerlas y extender nuestra mano para dignificarlas, aliviar su situación y reparar el daño causado.

Hay dos daños que requieren ser compensados de alguna manera: por un lado el hecho en sí que hizo de la persona víctima: la masacre, el atentado terrorista, el reclutamiento forzado, la mina antipersonal, el desplazamiento, la desaparición, el secuestro, el despojo… y por el otro la indiferencia de la sociedad y de los gobiernos que la representaban.

No obstante lo anterior, la ley está desenfocada del meollo del asunto: la verdad, la justicia y la atención psicosocial. Las organizaciones de víctimas que hemos consultado coinciden en que el proyecto se concentró en la reparación material, bien sea como indemnización o mediante la materialización de algunos derechos sociales y deja en segundo lugar la memoria y lo simbólico.

¿De qué sirve una suma de dinero o el acceso a la educación si no es posible establecer la verdad sobre los hechos y responsables que hicieron de alguien una víctima? ¿En qué proyecto de vida puede invertir alguien unos recursos cuando le han robado la esperanza o la ilusión?

El objetivo debe ser la verdad, la sanación y con ella la justicia. Esta es una verdad colectiva. Todos tenemos nuestra visión de lo que pasó y por qué. Una memoria que no recoja los testimonios de todas las partes, una verdad sesgada, una verdad estratégica para alcanzar beneficios, ni es verdad, ni contribuye a la reconciliación. Todas las organizaciones de víctimas tienen por lo tanto el derecho y el deber de participar en este proceso.

Una ley de víctimas que no responda a estos puntos sale coja y con altas posibilidades de ser ineficaz.

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Corrupción y pobreza: construcción de confianza

 

Esta semana se llevó a cabo en México la 4ª conferencia de  la Organización Mundial de Parlamentarios contra la corrupción (GOPAC, por sus siglas en inglés) cuyo tema central es la relación entre pobreza y corrupción. No es un tema nuevo en los debates sobre la corrupción y por momentos parece un lugar común al que se acude, quizá, para sensibilizar a la sociedad y los gobiernos. Es una estrategia para hacer visible la corrupción, para poner sus efectos en la calle.

A pesar de este esfuerzo de concientización y acciones de diferente naturaleza, ni la pobreza ni la corrupción han cedido, en el mejor de los casos se ha frenado su crecimiento. Los indicadores de la ONG Transparencia Internacional muestran, que la percepción de corrupción sobre la mayoría de los países de América Latina es de alto riesgo y que ésta no ha cambiado desde 2006.

A partir de la evidencia empírica, se podría afirmar que existe una correlación directa entre pobreza y corrupción. Ésta contribuye a un círculo vicioso de limitar el desarrollo, afectar el crecimiento de un país y mantener la miseria.

Para avanzar en la solución de ambos problemas hay que trabajar en su consecuencia silenciosa y más destructiva: la pérdida de confianza entre la sociedad y de ésta con el Estado.

Construir confianza se convierte como un objetivo en sí mismo, lo que obliga al Estado a cambios en la gestión pública teniendo  en cuenta por lo menos tres aspectos claves: 1. Articular los tiempos y expectativas entre el Gobierno y la sociedad civil, 2. Distribuir previamente la información disponible, y 3. Repensar el rol de la prensa en la implementación participación de políticas públicas.

Si el ciudadano no es el centro de la acción pública, ésta estará al servicio de intereses particulares: eso es corrupción y trae pobreza.

 

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POP: ¨Plata o Plomo

La conquista española de América y la colonización posterior estuvo vinculada a la explotación de los metales preciosos, especialmente el oro. Oro quería la Corona, oro los conquistadores, oro tenían las comunidades indígenas en mayor o menor proporción y así quedó planteado un conflicto que se tradujo en explotación y uso de la violencia. Una primera guerra con el oro como premio.

El anunciado “boom” minero en Colombia recae en buena medida en la explotación de oro. La crisis económica del norte ha disparado la cotización del oro en el mundo, por lo que se convierte en una gran oportunidad para grandes o pequeños inversionistas. Por ello, en nuestro país encontramos a grandes compañías mineras internacionales gestionando proyectos y paralelamente un crecimiento de la minería a pequeña escala legal, informal e ilegal (sin autorización).

Toda oportunidad tiene oportunistas que valiéndose de conductas ilegítimas tratarán no solo de aprovecharla sino de extraerle hasta el último centavo.  Las FARC, las Bacrim de urabeños y rastrojos han encontrado en este negocio la posibilidad de abandonar, mientras dure la fiebre, el riesgoso y costoso narcotráfico, para remplazarlo por la explotación ilegal de oro.  Esto no es más, que el enriquecimiento salvaje, sin contemplación alguna con el medio ambiente y con la población a la que someten con su acostumbrado POP (plata o plomo).

Mientras los narcotraficantes de toda calaña (FARC, BACRIM y otros) y otras mafias ven en el oro no sólo la oportunidad de obtener rentas sino, una magnífica ocasión para lavar sus activos bañando en oro sus fortunas para dar la apariencia de la anhelada legalidad, INGEOMINAS se queda impávida, complaciente o es cómplice en muchos casos de esta criminal depredación.  Existe un cartel de tierras entronizado en el INCODER, el IGAC y las oficinas de instrumentos públicos y registro, en la minería también lo tenemos infiltrado en INGEOMINAS.

¿Cómo evitar que a punta de pistola o de dinero logren estos grupos capturar para sí parte de este negocio?

Los empresarios del crimen obran con la lógica del costo beneficio, la minería ilegal ofrece un espacio importante de beneficios a bajo costo pues no se pagan regalías, ni se hacen inversiones en seguridad, protección social del minero o mitigación del daño ambiental.

Combatir la minería ilegal parece ser el camino evidente, sin embargo, podemos cometer dos errores: 1) perseguir mineros, gente extorsionada por la fuerza y la pobreza y no a los criminales y 2) olvidar que también detrás de lo legal se esconden los señores de la guerra. 

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El Medio Oriente en Transición

 

En menos de un mes cayeron los gobiernos tunecino y egipcio. Los líderes de Marruecos, Bahrein, Jordania e incluso Arabia Saudita, han comenzado a introducir reformas políticas para evitar que el huracán democrático los arrastre completamente. En Yemen y Argelia hay manifestaciones de violencia y Libia hoy vive prácticamente, una guerra civil.

La represión de las protestas ha agregado un nuevo grupo de mártires de la libertad y la democracia. En esta ocasión, el llamado surge de una región del mundo en la que algunos creían imposible la expresión democrática. Eso sucede cuando se cree que la libertad es una idea y no una condición de la naturaleza humana que la busca insaciablemente.

 Sin embargo, lograr el derribamiento del régimen o cambios constitucionales o legislativos no son sino el primer paso de un camino arduo, que para ser exitoso,  requiere que los amantes de la libertad lo sean así mismo de la democracia. En los momentos de incertidumbre, que seguramente vivirán estos países en los próximos meses, muchos tendrán la tentación de soluciones rápidas y eficientes que van en detrimento del diálogo y de la búsqueda de consensos propios de la democracia.

España es un buen ejemplo de esa reacción. Precisamente el pasado 23 de febrero se conmemoraron 30 años de la intentona golpista de 1981.  Solo el compromiso democrático de la sociedad española, con el Rey a la cabeza, pudo desvertebrarlo. El empuje posterior de España demuestra que a pesar de la crisis socio-económica que vivía el país en 1981,  el sistema democrático es capaz de hacerle frente si está respaldado por la comunidad.

Por lo anterior, insistimos nuevamente en la necesidad de que la comunidad internacional se manifieste con una solidaridad activa y eficaz para ayudar a que la semilla democrática fructifique. Sin duda, el primer llamado es la contribución a la construcción de acuerdos de largo plazo que se plasmen en nuevos textos constitucionales. Si bien la elaboración de una Constitución,  es un proceso interno y soberano de cada Estado,  un acompañamiento internacional enfocado en ayudar a crear condiciones adecuadas de diálogo y protección de las minorías sería deseable.


 

 

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Lo bueno, lo malo y lo feo del paro camionero

 

Vivir en sociedad implica conflictos. Estos se dan entre personas que de buena fe piensan distinto y cuyas visiones chocan frente a un hecho o una decisión, por lo anterior no es algo que implique necesariamente la presencia de facciones donde unas son de los buenos y otras de los malos.

La democracia acepta en todo caso que se presenten unas y otras pues el modelo no prejuzga los conflictos, ni a las personas. La democracia ofrece instrumentos de carácter legal y político para que sean visibles las diferencias, canalizarlas e impedir que la solución sea a través de la violencia física o mediante acciones ilegítimas.

El derecho al paro y a realizar protestas, es uno de esos mecanismos para que se manifiesten quienes se sienten afectados por la actuación de otras personas o del mismo Gobierno. Bienvenida la protesta para esos fines. Esto es lo bueno del paro: construye y reafirma la democracia.

Surge el debate sobre la legitimidad de los medios empleados. El paro de por sí afecta a la sociedad, limita la provisión de bienes con efectos en los precios y reduce los recaudos de peajes y el consumo que realizan los camioneros a lo largo del país. Ese es el gran costo social admisible para la comunidad en aras de proteger y permitir que se de efectivamente el derecho a la protesta.

El bloqueo de las rutas y de las ciudades, especialmente de Bogotá, supera con creces dicho costo social, los perjuicios del paro, que estaban distribuidos a lo largo de la sociedad, comienzan a concentrarse en ciertas poblaciones y a tocar grupos vulnerables que deben ser protegidos preferentemente por las autoridades: trabajadores, niños y niñas en edad escolar.

La estrategia adoptada es comprensible, pero es propia de quien quiere “vencer” y no encontrar una solución. Acorralar a la contraparte es un acto imprudente pues limita los caminos y vuelve al uso de la fuerza una opción. 

No cuestionamos la legitimidad de los motivos de protesta, sino de los medios empleados para expresar la inconformidad y eso es definitivamente lo malo de este paro.

Finalmente, lo feo es el cuestionable manejo dado por algunas autoridades locales a los bloqueos, y en el caso bogotano con plena advertencia. Su acción creó un desbalance en el proceso en detrimento del interés general. Queda demostrada la ingobernabilidad en la que está sumida la ciudad. 

 

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Gabriel Turbay y una nueva generación liberal

 

¿Cómo reformar la política si ésta permanece en las manos de quienes quisieran que siga siendo igual? ¿Cómo evitar que las decisiones de las autoridades vayan en contra de nuestros intereses y aspiraciones si no nos manifestamos al respecto? ¿Cómo transformar una sociedad si creemos que es responsabilidad de los otros?

 

La respuesta a estas preguntas está en cada uno de nosotros y el medio que se nos ofrece este año es la activa participación en las elecciones de octubre para gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles. Cada elección es una oportunidad para asumir el control de nuestro futuro, el cual depende de la calidad de nuestro voto.

 

Si queremos un país sin corrupción, no podemos tolerar prácticas corruptas en las elecciones. Si queremos un país en el que se tomen decisiones bien pensadas, hay que elegir gente sensata que comprenda nuestros problemas y que sea capaz de orientar la acción del Estado. Si queremos que nuestras voces tengan eco, debemos fortalecer los partidos y movimientos políticos exigiendo de ellos programas, ideología y participación.

 

Yo me he hecho estas preguntas y me he propuesto darles respuesta. Por ello, al interior del Directorio Liberal de Bogotá aprobamos la creación de una cátedra de formación dirigida a todos los ciudadanos, especialmente de aquellos que aspiren a ser candidatos por el Partido en las próximas elecciones. Esperamos que esta idea que empieza en Bogotá el 16 de febrero, se extienda al resto del país durante el semestre.

 

Extender el conocimiento es un paso importante para democratizar los partidos políticos y la sociedad. Candidatos y electores formados, son un requisito para mejorar la calidad de las políticas públicas, el control ciudadano y el debate público.

 

Hemos escogido para la cátedra el nombre de Gabriel Turbay, un importante estadista colombiano cuya memoria ha quedado en el olvido, y quien en palabras de Juan Lozano y Lozano, “ejemplarizó la democracia colombiana, en su vida, en su ideal y en su obra… Ninguno como él vino a la sociedad más desposeído de privilegios y facilidades. Ninguno como él llegó a la cima más alta del aprecio público, sin haber recurrido a los baratos expedientes que usualmente conquistan la popularidad”.

 

Que el ejemplo de Gabriel Turbay se convierta hoy, en una fuente de inspiración para formar en política una nueva generación liberal.

 

Nota: Enviamos nuestro saludo de condolencia a la familia del escritor David Sánchez Juliao, y de la deportista Olga Lucía de Angulo. Así mismo manifestamos nuestra satisfacción por el regreso a la libertad del Concejal Marcos Baquero.

 

 

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Democracia en el mundo árabe

Me ha llamado profundamente la atención los vientos de cambio democrático que soplan en el norte de África y el Medio Oriente. Tras la inmolación de un joven tunecino hace dos semanas, se inició una ola de protestas ciudadanas exigiendo cambios en los regímenes vigentes de corte totalitario y mejores condiciones de vida. 

Las protestas han obligado al líder tunecino Ben Alí a retirarse del poder, el Presidente egipcio Mubarak recibió un ultimátum para retirarse del poder. En Jordania se cambió el gobierno para iniciar procesos de reforma, en Yemen el Presidente afirmó que no se presentará a la reelección y en Marruecos y Argelia se han anunciado medidas económicas para subvencionar productos de primera necesidad. 

Quienes creemos en la democracia vemos con agrado que se den estas transformaciones aunque siempre quisiéramos que fueran pacíficas. Los hechos, al menos en Egipto, muestran que éste no fue el caso y cómo la conformación de un nuevo equilibrio político genera enormes resistencias.

Todo cambio genera temor para los involucrados, incluso para quienes lo anhelan. En este contexto la pregunta que la comunidad internacional debe hacerse es cómo vamos a apoyar las transiciones que se presentan y contribuir a que los miedos, fuente de violencia, sean calmados y canalizados constructivamente.

Las aspiraciones de los protestantes van más allá del reclamo democrático. Su anhelo está en encontrar trabajo (en países como Túnez el desempleo llega al 35%) y tener mejores condiciones de vida. Unas y otras requieren tiempo, esfuerzo y recursos: el desafío es inmenso, por lo que sin un compromiso pro-democrático internacional es inviable la estabilidad de las nuevas instituciones que van surgiendo.

Por otra parte, la incertidumbre sobre el futuro y la enorme expectativa que crea la llegada de la democracia, se vuelven caldo de cultivo para alternativas políticas de corte populistas o fundamentalista con fuerte impacto en la estabilidad regional.

Estos hechos deben llamar la atención de los Estados y de los organismos multilaterales. En primer lugar, se requiere diseñar nuevos mecanismos que coadyuven a estos procesos y sobre todo realizar un ejercicio de autocrítica, pues varios analistas coinciden en afirmar que parte del descontento popular tiene relación con la aplicación de las fórmulas de desarrollo propuestas por dichos organismos.

Esta realidad abre para Colombia una oportunidad de contribuir en la consolidación de la democracia y de dejar atrás la indiferencia histórica hacia esta región en la cual también tenemos raíces.

 

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Bautizo de fuego para la Fiscal

En las pocas semanas que lleva posesionada la nueva Fiscal General de la Nación ya ha tenido oportunidad para probar su talante y dar muestras de cómo orientará su gestión, pues en Colombia todos los días hay noticias que reclaman la atención de su Despacho.

La gravedad de las denuncias que ha hecho el Auditor General de la República sobre los presuntos gastos suntuarios realizados por el entonces Contralor Julio César Turbay Quintero, serán un reto singular frente a la lucha contra la corrupción.

Es evidente que esta será una investigación difícil por los intereses que se verán afectados, por la importancia del cargo y del personaje y por el enorme despliegue mediático que ha recibido la noticia. En ese mar turbulento deberá navegar la Fiscalía garantizando efectividad en la investigación (sin consideración al resultado), independencia de los poderes e intereses involucrados y transparencia.

Este asunto no solo tiene implicaciones institucionales sobre qué clase de Fiscal y Fiscalía tendremos en los próximos años. Su manejo reflejará la actitud de las autoridades judiciales en la lucha contra la corrupción.

El Gobierno y el Congreso han aportado su trabajo en el control de la corrupción con la expedición de normas con ese propósito, pero la efectividad de buena parte de ellas depende exclusivamente de la Rama Judicial.

Finalmente, quiero advertir que es necesario mejorar los mecanismos de control y prevención pues solo tras la salida del Contralor Turbay, se conocieron en los medios de comunicación las denuncias. Es obvio que algo falló en el sistema al no advertirse antes del monto de los gastos y su presunto carácter excesivo y suntuario.

 

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Elecciones y Bacrim: para no tener más de lo mismo...

Es preocupante la existencia de las llamadas bandas criminales emergentes, sobre todo tras los consabidos resultados de la política de seguridad democrática contra otros grupos armados ilegales y habiéndose dado un proceso de desmovilización de miembros de grupos de autodefensa.

Este hecho cuestiona el carácter disuasivo de la acción de la Fuerza Pública y de la Justicia colombiana y la función preventiva de las normas penales colombianas. En la realidad parecen subsistir factores que resultan favorables para la conformación de mafias o grupos de delincuencia organizada, que tienen mayor impacto que la respuesta estatal.

La debilidad de la democracia colombiana, especialmente a nivel local es uno de esos factores determinantes. La necesidad de los grupos ilegales de tener control territorial, la posibilidad de lograrlo mediante la captura o debilitamiento de la autoridad local y el clientelismo, son los ingredientes para una receta infalible a la que se le puede sumar ahora el oportunismo derivado de la emergencia invernal.

En este contexto es imperativo definir y comenzar a ejecutar las acciones necesarias para procurar la mayor transparencia posible en las elecciones. La Registraduría, el DAS, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional deben presentar a la ciudadanía un plan de acción a la mayor brevedad, que contemple labores de capacitación, inteligencia, investigación y judicialización.

Si no se obra pronto, estaremos facilitando  la conformación del poder político local a la fuerza de los cañones y el dinero.

 

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La atención del invierno definirá el tipo de futuro que queremos

El país que recibió el Presidente Santos el pasado 7 de agosto y el que hoy debe orientar es sustancialmente diferente. El cambio no lo ha traído el debate político, ni el conflicto armado, ni las relaciones exteriores. Fue “La Niña” la que con el pertinaz invierno ha dejado a buena parte del país necesitado de reconstrucción.

Es evidente, por lo tanto, que el Plan Nacional de Desarrollo deberá cambiar sus prioridades, estrategias y las metas a las que el país puede aspirar en los próximos tres años y medio. Las locomotoras de la economía deberán adaptarse a ser las locomotoras de la reconstrucción, y la política de consolidación de la seguridad deberá priorizar su intervención incorporando variables más allá de las asociadas al conflicto y la delincuencia organizada.

Si bien el Gobierno designó como Gerente para la reconstrucción a Jorge Londoño Saldarriaga, se requiere una acción coordinada del Estado que sólo la puede establecer adecuadamente el Plan Nacional de Desarrollo. La discusión del mismo, será un buen termómetro para medir el riesgo de la politiquería y el regionalismo que deberá enfrentar la gerencia.

El debate sobre cómo superar la crisis y orientar los recursos, cuantiosos pero limitados, suscitará discusiones y dilemas similares a los que se dieron en el debate de las víctimas de la violencia, entre ellos, si el objetivo es procurar a las víctimas un nivel de vida igual o superior al que tenían antes de verse afectados por la ola invernal.

La forma de superar este dilema y otros similares es transformando esta difícil situación, en una oportunidad para el desarrollo del país donde el objetivo no se limite a la atención del damnificado, sino a generar caminos ciertos de prosperidad para los colombianos.

Una visión integral como ésta, debe considerar además que la reconstrucción no es solo un tema de ayuda humanitaria o de infraestructuras, sino que debe atender al fortalecimiento del tejido social. Las demostraciones de plena solidaridad entre vecinos para lograr sortear esta tragedia que se han observado en estos meses, y que muestran la calidad humana del colombiano, deben ser destacadas, promovidas y  canalizadas para que se mantengan más allá de esta época de emergencia.

Es indispensable avanzar en hacer de la reconstrucción un propósito nacional, genuinamente colectivo, donde todos y cada uno de los colombianos deben formularse diariamente la pregunta sobre si sus acciones están contribuyendo o no a superar la crisis y a tender la mano a nuestros compatriotas. La respuesta que demos es la medida del futuro que tendremos y que estamos construyendo.

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El giro fundamental de la oposición venezolana

 

Esta semana tomó posesión el nuevo Congreso venezolano, que a diferencia del anterior, cuenta con la representación de los partidos de oposición. No cabe duda de la importancia de este hecho aunque, el número de curules obtenidas hace que su participación sea inferior a la que podría tener derecho en un sistema electoral más proporcional.

Los partidos de oposición al régimen chavista, pagaron con creces su retiro de las elecciones parlamentarias anteriores y que llevó a que la Asamblea venezolana estuviera compuesta exclusivamente de partidarios del gobierno y de la llamada "revolución bolivariana".

Su ausencia del principal escenario político, no sensibilizó ni capturó el interés de la comunidad internacional, especialmente en el continente, sobre las dificultades de la democracia venezolana.

De igual forma se aprobaron leyes, cuyo contenido democrático es discutible, como las llamadas leyes habilitantes, a través de las cuales, el Congreso autorizó al Gobierno a legislar en múltiples temas de alta sensibilidad.

Al hacerlo, la asamblea restringió abiertamente su capacidad política y se adhirió a la voluntad del Gobierno. La ausencia de la Oposición no permitió dejar esa constancia histórica, tan necesaria en la vida institucional de un país.

Finalmente, la lucha política se tuvo que realizar mediante la protesta ciudadana y en los medios de comunicación.

Hoy la Oposición corrige su rumbo. Su accionar será fundamental para crear una alternativa de gobierno en Venezuela, profundizando los consensos que hoy la aglutinan y ampliando a nuevos sectores. Al final el propósito de unidad debe ser el interés supremo de Venezuela y los venezolanos y no el cambio de un Gobierno o de un programa.

El tratamiento que reciban los diputados de la Oposición, demostrará o no,  la verdadera vocación democrática del actual Gobierno de Venezuela. En el papel de garante y observador que algunos partidos me han pedido, estaré atento a este hecho, que creo es el primer indicador para reconocer si estamos o no ante un régimen democrático

 

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Unidad Nacional: el primer balance

Finalizó el primer periodo de la legislatura 2010 - 2011 cerrándose el primer capítulo del gobierno de unidad nacional. Es un momento propicio para analizar en qué va el gobierno de coalición que cualquier observador prevenido calificaría de unanimidad.

Hablar de la necesidad de una coalición de gobierno implica reconocer la existencia de pluralidad de intereses, la insuficiencia de las "mayorías propias", que obran mas como alianza que como grupo.

La pluralidad e insuficiencia mencionadas, requieren de un contexto favorable, donde sea más costoso no estar en la coalición que estar en ella. Ese contexto es el proceso de construcción de consensos.

La demanda social de una actividad política centrada en el bien común, reduciendo los niveles de polarización alcanzados en los ocho años anteriores, la significativa votación alcanzada por el hoy Presidente y el equilibrio creado por él en la agenda y en la representación política,  son factores que permitieron aglutinar en la mesa de unidad nacional a un amplio número de partidos.

El Congreso es el campo de pruebas de la coalición, qué tanta unidad hay, es directamente proporcional a la forma como se debatieron los proyectos y las características de los debates.

El balance legislativo permite afirmar que el consenso de unidad nacional ha dado sus frutos: ley de primer empleo, ley de reforma a la salud, estatuto anticorrupción, ley de reforma política, reforma tributaria, etc.

Lo anterior sin haber caído en el eficientismo abrumador que desprecia el diálogo y el disenso, pues buena parte del Congreso ha mantenido su sentido crítico y propositivo.

El reto que sigue para el Gobierno y el Congreso, es preservar la unidad en un entorno menos propicio en 201,  por la elecciones regionales y la monotonía.

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Wikileaks: En río revuelto…

 

Bastantes dificultades hay en Colombia con el invierno, que el desarrollo de las revelaciones de cables del Departamento de Estado de los Estados Unidos, han pasado casi inadvertidas.

Hay varias cosas que creo conveniente comentar para efectos de analizar los contenidos de tales revelaciones. En primer lugar, si bien son documentos de funcionarios diplomáticos estadounidenses, no constituyen posiciones oficiales, hasta el momento, que yo sepa, no hay “cables” de la Secretaria de Estado Hillary Clinton o de sus antecesores.

Lo que si descubrimos es de qué se habla en tales correos y qué cosas parecen relevantes para ser informadas al superior. A parte de hechos como la presunta compra de material antiaéreo por Venezuela, o la percepción brasileña sobre el rol de Colombia (durante el pasado gobierno), hay una gran cantidad de análisis sobre la personalidad y las actitudes de los líderes políticos del mundo entero.

Esto, que puede parecer trivial tiene al final un impacto significativo en la comprensión de las relaciones internacionales. Todo parece reducirse a relaciones entre individuos con incidencia en los intereses de la contra parte. Ello implica que en el futuro hay que formar diplomáticos, hábiles en comprender las relaciones entre los Estados, y que tengan competencias para percibir y comprender los rasgos más importantes de la personalidad de los principales actores de las relaciones entre dos países.

Otro aspecto llamativo es la necesidad de los Estados de mantener agendas ocultas. Todos lo sabíamos, finalmente encontramos la prueba. La pregunta que surge es cómo avanzar realmente en procesos de integración y de diálogo internacional. El llamado, implícito de la revelación de Wikileaks, es a dar pasos en la construcción de confianza entre los Estados y sobre todo entre los Estados y la ciudadanía.

EE.UU quiere frenar el mensaje y detener al señor Assange. En el otro costado, el periodismo internacional trata de expandir el mensaje. Esto en medio de acusaciones mutuas, que ocultan problemáticas de primer orden: ¿Cuál es el grado de seguridad con que se maneja este tipo de información? ¿hay un mercado de compra de información confidencial? En caso afirmativo ¿cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación que participan de él? ¿cuál es alcance de la libertad de prensa como mecanismo de protección de la ciudadanía frente al Estado? ¿son las divulgaciones neutrales o sirven a intereses afectando la transparencia del mensaje? Esta es la discusión que creemos debería darse y pronto.

 

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Habemus Fiscal

 

La elección de  la Dra. Vivian Morales como Fiscal General de la Nación cierra un engorroso capítulo de desajuste institucional, choque de trenes y de una extensa interinidad en la Fiscalía perjudicial para la eficiencia de la entidad.

Como no hay mal que por bien no venga, el veto de la Corte Suprema de Justicia a las ternas presentadas por el Gobierno anterior terminó en la elección, por primera vez, de una mujer como Fiscal General de la Nación.  Este hecho no solo es un reconocimiento a la carrera de la Dra. Morales, sino a la mujer, especialmente de aquella que trabaja en la justicia.

Es un hecho notorio que la nueva Fiscal General enfrentará grandes desafíos: el desborde de la criminalidad urbana, la percepción de impunidad a todo nivel, los escándalos de corrupción en el Estado, las dudas sobre la imparcialidad de la rama judicial, la tensión entre la autonomía de los fiscales y su carácter delegado, la necesidad de capacitación y recursos, la investigaciones rezagadas y otras, cuyo exceso de velocidad sorprende.

Así mismo, deberá afrontar el reto de balancear en el corto plazo el equilibrio de poderes pues dados los 16 meses de interinidad, los periodos del Fiscal General y del Presidente de la República son casi coincidentes. 

Todas estas problemáticas requieren una altísima dosis de gerencia pública, y gestión ante las demás ramas del poder público. El conocimiento que tiene Vivian Morales de la rama ejecutiva y su experiencia en el Congreso la califican para ello.

Ojalá antes de que quede imbuida por la mecánica institucional y agobiada por el sin número de problemas que llegarán a su Despacho, adopte las medidas necesarias para revertir la difícil situación de la entidad. 

 

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Klein y Hurtado: la desconfianza internacional a la justicia colombiana

 

La justicia colombiana enfrenta hoy un nuevo reto internacional, tras la decisión de Panamá de conceder el derecho de asilo por motivos de seguridad a María del Pilar Hurtado, ex Directora de DAS.

No es fácil saber qué pasó por la mente de la señora Hurtado para acudir a esta figura. Naturalmente, la respuesta depende y oscila en si uno cree o no en sus afirmaciones, en si uno confía o no en la justicia colombiana, en si uno cree o no en la vinculación del alto gobierno, en el escándalo de las interceptaciones ilegales y si uno cree o no que ella posee información sensible capaz de orientar o desorientar la investigación por acción u omisión.

Las respuestas a estas inquietudes podrán basarse en hechos o en deseos, pero finalmente son ellas las que definen en qué realidad creemos vivir. Lo único que tienen en común las dos visiones antagónicas es el color con el que perciben el mundo: en blanco y negro.

En medio de este cúmulo de percepciones y prejuicios, creo que los grandes damnificados son  la justicia colombiana, no la corte x o y, o el fiscal a o b, sino el sistema completo y las autoridades responsables de la seguridad.

Tanto en este caso como en el de Yair Klein, se hace palpable que a nivel internacional se desconfía del sistema judicial colombiano, incapaz de brindar garantías a la vida y al debido proceso de los sindicados y sancionados.

Poner en duda la justicia y considerar que el Estado es ineficaz en la protección de sus habitantes nos acerca peligrosamente a caminos que esperábamos haber dejado atrás, como el señalamiento de  ser un Estado fallido.

Este hecho amerita una estrategia diplomática y de comunicaciones y también una actitud autocrítica de las autoridades, para evitar que un espíritu de solidaridad institucional, nos deje en la senda hacia los falsos positivos judiciales.

Por otra parte, parece un contrasentido que un ex presidente que gobernó 8 años y "nos saco de despeñadero" considere que en el país no hay garantías. Esperemos que el "juez natural" que hoy lo investiga, muestre la independencia que con tanto ahínco se le exige al resto de la justicia. 

 

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“Lo mejor es enemigo de lo bueno”: la inconstitucionalidad de la ley de inteligencia

 

Es impresionante el nivel de desinformación de algunos medios de comunicación que al conocer la noticia de la inconstitucionalidad de la ley de inteligencia, concluyeron que era la “ley de chuzadas” del Gobierno anterior y que era absolutamente contraria a los derechos humanos.

Si así se construye opinión pública en un tema tan sensible como los es la acción de los servicios de inteligencia estatal, sin duda, estamos condenados a un círculo vicioso de desinformación, irracionalidad y desconfianza.

Vale la pena aclarar que la ley de inteligencia fue una respuesta a las chuzadas y a la infiltración de grupos armados ilegales en las instituciones. Esta ley fue liderada por el Partido Liberal (que estaba en oposición) y aprobada por todos los partidos políticos incluyendo el Polo Democrático, víctimas de las interceptaciones ilegales.

La Corte Constitucional en ejercicio de sus facultades tomó una decisión que, según la información conocida, se refiere exclusivamente a un error de procedimiento en el trámite de la ley, pues no se hizo conforme a los parámetros exigidos para la ley estatutaria. Los demandantes, en ejercicio de sus derechos emplearon la acción pública de constitucionalidad (que por cierto cumple 100 años) y manifestaron legítimamente sus razones para considerar que la norma era contraria a la Constitución.

Estas dos actuaciones fueron ejercidas atendiendo a la finalidad para la cual fueron creadas: la protección de los derechos humanos. Lamentablemente, “lo mejor es enemigo de lo bueno” y en esta ocasión la búsqueda de la constitucionalidad abstracta, dejó al ordenamiento jurídico, con un vacío legal más peligroso para los derechos humanos de los ciudadanos y de los servidores públicos que ejercen las funciones de inteligencia: se cayeron los controles, las finalidades y los criterios de decisión para adelantar o no actividades de inteligencia, y la protección de datos.

Afortunadamente, buena parte de la ley se construyó con criterios de buena gestión pública, por lo que las autoridades podrán seguir actuando amparadas por la Constitución y las normas administrativas, específicamente en la creación de centros de protección de datos y en el diseño de procedimientos y protocolos que faciliten la gestión y el control por parte las autoridades.

Naturalmente hay temas que sólo pueden ser objeto de regulación legal, por lo que oportunamente, radicaremos las iniciativas respectivas y esperamos contar nuevamente, con el concurso de las fuerzas políticas representadas en el Congreso.

Quienes hoy se sientan satisfechos de lo acontecido simplemente desconocen la problemática. 

 

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Estado delirante: esquizofrenia de la política criminal

 

La inseguridad nos persigue a todos. A una cuadra de mi residencia en Bogotá hay un parque con árboles no muy altos pero frondosos. Ocultos entre las ramas, se esconden jóvenes que al paso de los peatones saltan y los atracan llevándose consigo carteras, celulares o billeteras. Casos como éste, que parecen de novela, le acontecen a cientos de colombianos, algunos acompañados por la tragedia.

La grave situación de inseguridad que se vive en las ciudades colombianas, motivó que el Gobierno Nacional haya radicado un proyecto de ley sobre seguridad ciudadana, que está siendo debatido hoy en el Senado de la República.

El proyecto trae varias disposiciones que recogen muchas de las críticas que habitualmente hacen los ciudadanos al sistema de justicia y que han contribuido a su desprestigio y a la desconfianza ciudadana en el Estado. Es común escuchar en los medios de comunicación, en tono de escándalo: la excarcelación de presuntos delincuentes, las rebajas de pena que perciben los presuntos delincuentes por aceptar cargos o cooperar con la justicia.

Estas críticas, tienen como común denominador que los ciudadanos ven que el sistema judicial es benigno con el delincuente; cuando una pena se reduce por confesión o por cooperación, la gente y especialmente las víctimas, sienten como si se les quedara debiendo la parte conmutada.

Estos hechos constituyen una tensión enorme para el legislador que por un lado debe representar al voz de sus electores que exigen penas severas, cero beneficios, prontitud de la justicia y que perciben las garantías procesales como tecnicismos; por el otro, los Congresistas nos encontramos con la ineficacia de la estrategia de incremento de penas para reducir el delito, el estado de hacinamiento y violación de los derecho humanos de la población carcelaria y las bondades del proceso penal acusatorio (que supone que la mayoría de los casos deben ser resueltos mediante acuerdos entre la Fiscalía y la defensa) .

Este conflicto de posiciones es el causante de una especie de esquizofrenia en la política criminal y en la legislación penal. El tratamiento de esta enfermedad requiere revisar los vínculos entre ciudadanía, academia, Congreso y Gobierno a la hora de comprender la realidad y definir las acciones del Estado. Por lo anterior, en los próximos días haremos un foro para que estos actores tengan un espacio de diálogo constructivo con el fin de sensibilizarse mutuamente y pasar de ser un Estado delirante a uno deliberante.

 

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Senador Galán propone crear Comisión de Fiscales para ir a Rusia a interrogar a Yahir Klein

 

En Plenaria del Senado, el Senador Juan Manuel Galán, presentó proposición para que el Fiscal General de la Nación (e)  designe una comisión de fiscales para desplazarse a territorio ruso y tomar una declaración de los hechos que el señor Klein, a través de su apoderado, dice conocer del surgimiento de los grupos de autodefensa ilegal en Colombia.

De igual forma, Galán puso en conocimiento de la Unión Interparlamentaria este caso, para que por su intermedio, se hagan los contactos necesarios con el parlamento ruso con el propósito de trabajar coordinadamente en la solución de este incidente.

Finalmente, propuso  se cite al Ministro del Interior y de Justicia y a la Ministra de Relaciones Exteriores para que respondan el siguiente cuestionario:

1.   ¿Qué acciones emprenderá el Estado colombiano para lograr la extradición del señor Yair Klein y lograr el cumplimiento de la sentencia judicial proferida en su contra?

2.  ¿Qué implicaciones nacionales e internacionales tiene la aceptación por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de los argumentos que cuestionan la capacidad e interés del Estado en proteger la vida de Yair Klein una vez sea recluido?

 

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Senador Galán, inicia ponencia del Proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana

Hoy en Comisión Primera y con la asistencia del Ministro del Interior, Germán Vargas Lleras,  el Senador Juan Manuel Galán, en su condición de coordinador ponente, iniciará primer debate  del proyecto de Ley 164 de 2010. El proyecto busca reformar el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal, el Código de Infancia y Adolescencia, las reglas sobre extinción de dominio y se dictan, además, otras disposiciones en materia de seguridad, a lo largo de cinco capítulos y 80 artículos.

En dicho proyecto, se hacen varios ajustes a la legislación penal y de extinción de dominio, con el propósito de enfrentar eficazmente la creciente inseguridad que se vive en las ciudades de Colombia.

La exposición de motivos que respalda al proyecto, tiene como argumento central para su aprobación la necesidad de prevenir y enfrentar el terrorismo y la criminalidad organizada. Para ello el Estado se ha propuesto alcanzar cuatro objetivos, previstos en la política de seguridad adoptada por el Gobierno Nacional: 1. eliminar la impunidad; 2. luchar contra la criminalidad organizada y el terrorismo; 3. incrementar la efectividad del proceso penal, la extinción del dominio y la responsabilidad juvenil; y 4. vincular a la comunidad en la prevención del delito en condiciones de seguridad y con pleno respeto de sus derechos fundamentales.

Galán, manifestó la necesidad de socializar la iniciativa y conocer los comentarios de la ciudadanía, para lo cual, de común acuerdo con el Ministerio del Interior y de Justicia, se realizará un foro en  Bogotá, el próximo 25 de noviembre. 

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De los reyes sin Corte a las Corte sin Rey

Elección de Fiscal y Pesos y contrapesos.

El pulso que se planteó entre el Gobierno Nacional y la Corte Suprema de Justicia tiene un nuevo capítulo con el cambio de terna propuesto por el Presidente Santos. El evidente conflicto político, tiene ahora un principio de solución amparado bajo el ropaje del derecho, dada la consulta realizada al Consejo de Estado sobre la viabilidad o no de la presentación de una nueva lista de candidatos.

El concepto favorable le permite al Gobierno, encontrar un opción que no hiere profundamente las toldas uribistas y legitima la actuación, o la falta de ella, de la Corte (cuya constitucionalidad algún día deberá ser analizada por expertos). Vencidos estos obstáculos el Gobierno le devuelve el balón a la Corte con tres nombres de renombre público, sin cuestionamientos y con una carrera pública lejos de favorecimientos partidistas.

En estas condiciones se rompe el que presumiblemente ha sido  el principal argumento para que la Corte Suprema no haya podido elegir Fiscal: la cercanía de los candidatos al ex- Presidente Uribe. Este tipo de sospechas del favorecimiento del Fiscal al Presidente que lo postula no son nuevas, sólo que esta vez logró producir un efecto institucional.

Una razón para este cambio, la encuentro en que durante los dos mandatos del Presidente Uribe se presentó casi una fusión entre el Gobierno y las mayorías del Congreso, creando un incentivo para que el control del poder político, recayera con mayor vigor en la Rama Judicial. La desconfianza que tal unión produce hace de la Justicia el mecanismo de contrapeso, garante de la división de los poderes públicos.

Este rol político que cumple la Rama Judicial, es una de las tensiones que existe en su interior y que justifica la reflexión sobre la reforma a la justicia y el rol del juez dentro del sistema, particularmente sobre si existen límites a su capacidad de decisión.

Confiamos que las calidades de los candidatos, le permitirán a la Corte Suprema llegar a una decisión. Sin embargo, el alto tribunal está en el deber de revisar sus procedimientos internos que resultan inadecuados, como lo demuestra que no ha habido acuerdo en la designación de un Presidente en propiedad del mismo.

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Senador Galán cita a debate de control político para que expongan la política antidrogas del gobierno de la Unidad Nacional

 

En Plenaria del Senador, Galán se refirió  al referendo sobre legalización de la marihuana en California (EEUU), poniendo sobre el tapete la urgencia  de abrir rápida y eficazmente la discusión sobre hacia dónde va la política en contra de las drogas ilícitas en el mundo.

Colombia, víctima del narcotráfico y del consumo, tiene el deber internacional de llevar a las instancias internacionales este diálogo e impedir que caigamos en el falso dilema entre prohibir y legalizar olvidando la prevención, la salud pública y el futuro de las nuevas generaciones.

El Senador Galán, ha venido insistiendo, en la necesidad de reiterar una convención internacional sobre prevención y atención al consumidor. Así mismo, solicitó el apoyo de los miembros del Senado, al proyecto de ley que busca que el Estado asuma su responsabilidad en el tratamiento de la adicción y que está siendo debatido en la Comisión VII del Senado.

Algunas de las preguntas que tendrá que responder el Gobierno en dicho debate son:

- ¿Cuál es la política del Estado colombiano frente al consumo de sustancias psicoactivas ilícitas?

- Luego de la última reunión bilateral con el gobierno de los Estados Unidos, ¿ha identificado el Gobierno Nacional algún cambio en la política antidroga de los Estados Unidos?

- En el Plan Nacional para la Reducción del Consumo de sustancias psicoactivas se había previsto para 2010 la inclusión en el POS del tratamiento de la adicción. Esto no se ha realizado. ¿Cuál es la posición del Gobierno Nacional sobre el tema?

 

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California: en el falso dilema de prohibir o legalizar

La decisión del Estado de California de realizar un referendo encaminado a que los ciudadanos aprueben mediante el voto la legalización (producción y consumo con usos personales y recreativos), no solo reabre el debate, sino que le da un giro inusitado al tener una iniciativa de modificación legal, de amplia envergadura, en el corazón mismo del prohibicionismo: Estados Unidos.

Este es un llamado a revisar atentamente la política que se ha venido ejecutando y que nos ha hecho caer en la trampa del prohibicionismo y la represión;  y que nos hizo perder de vista que el objetivo de las primeras legislaciones era la preservación de la salud pública. Hoy, el mundo se dedicó a combatir las mafias y el tráfico dejando en un muy lamentable segundo lugar al consumidor y sus familias.

Los Presientes Santos y Obama han mencionado la necesidad de replantear la discusión. Sin embargo, advertimos que no se puede caer en una segunda trampa: el falso dilema entre prohibir o legalizar. El tema central es la salud pública, por lo que resulta lamentable que la iniciativa californiana, haya caído en uno de los extremos y no hagan explícitos los compromisos de la sociedad y del Estado en favor de la salud pública.

Hoy el mundo se gasta cuarenta mil millones de dólares en lucha contra las drogas. De estos, sólo dos mil se destinan a la prevención, los otros treinta y ocho mil corresponden a la represión de la conducta. Caer en el falso dilema implica, como dicen algunos analistas, que las cifras que hoy invierten en reprimir se vayan a cubrir otras políticas públicas y la víctima una vez más, son los consumidores y sus familias.

Por lo anterior, nuestra propuesta insistente es crear una política de prevención en todo el sentido de la palabra. Un paso decisivo es llevar al escenario internacional esta discusión y proponer una convención internacional en materia de prevención del consumo, como centro del acuerdo que de un mínimo común a la actuación de los Estados y sobre todo garantice la cooperación en esta materia.

Es doble moral reprimir y no ofrecer alternativas para la atención integral del consumidor y su familia. El Presidente Santos tiene la oportunidad de propiciar un giro positivo en la política internacional sobre drogas ilícitas y sacarnos de la condición de victimarios y víctimas del narcotráfico. 

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El DAS está en cuidados intensivos y requiere de una cirugía plástica que lo transforme

En el debate del Proyecto de Ley 166, El Senador Galán, votó a favor e hizo público su respaldo a la posición de la bancada liberal que durante varios años ha venido insistiendo en la necesidad de volver a crear los Ministerios de Justicia, Trabajo, Salud y Medio Ambiente.

Su intervención se enfocó en el tema del DAS. Galán es autor de la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia que aprobó el Congreso con el aval de todos los partidos políticos y por medio de la cual, se estableció un marco jurídico para organizar un tema delicado,  en donde los organismos de seguridad del estado no sabían en qué momento traspasaban la frontera de lo ilegal en sus actividades propias al servicio de la seguridad del estado.

El Senador propone una cirugía profunda y una transformación radical para el DAS, los problemas del DAS vienen desde hace más de 20 años, “tal vez yo estaría impedido para hablar del DAS  porque en el DAS se planeó, se ejecutó y se encubrió el asesinato de mi padre, pero no sólo el asesinato de mi padre sino también el de Bernardo Jaramillo Osa, Carlos Pizarro y de tantos colombianos que fueron objeto de seguimientos y persecuciones”, afirmó. Aunque de manera irónica y paradójica, personas como Luis Carlos Galán  entregaron su vida por defender unas instituciones desde la cuales se plagió su propia muerte.

Así mismo, Galán compara al  DAS de hoy con la KGB soviética o con la Gestapo de la Alemania nazi, en el sentido que no existe  una institución en ningún  estado democrático en el mundo  que concentre, en un sólo organismo, las funciones de  policía judicial, protección de escoltas de altos funcionarios del estado, imigración e inteligencia, como lo hace el DAS, “ninguna de las instituciones en las democracias occidentales concentran esas funciones en una misma institución””, dijo.

El Senador, afirma que el DAS debe perder las facultades de policía judicial, para  concentrarse exclusivamente  en su tarea original, que es la inteligencia estratégica al servicio del estado colombiano. Existe una diferencia entre inteligencia táctica que es propia de las fuerzas armadas, el ejército y la policía. En este sentido, lo que tiene que hacer el DAS como única institución civil de inteligencia estratégica, es precisamente ver en perspectiva las amenazas que tiene el estado colombiano.

Por tanto, Galán propone al gobierno nacional, que las funciones de policía judicial las asuma el CTI o  la DIJIN de la Policía, que las funciones de migración las asuma una dirección de migraciones en la Cancillería y que la función de protección a altos dignatarios del estado las asuma el Ministerio del Interior, con una dirección similar al servicio secreto americano; lo cual permite fortalecer dicho ministerio y por supuesto, resolverle a los casi 6.000 empleados del  DAS su situación laboral, pues serían asignados en las instituciones que asuman dichas tareas.

El DAS, debe convertirse entonces, en una institución de altísimo perfil en formación de analistas al servicio de la inteligencia estratégica del estado, con posibilidades de capacitarse en el exterior, aprovechando la buena cooperación existente con organismos de inteligencia como el británico.

El Senador Galán, dejó puesto en el tapete un reto muy alto para el Ministro del Interior Germán Vargas Lleras, “esta reforma no da espera y es uno de los puntos neurálgicos de este proyecto de ley y es aquí donde no les puede temblar la mano al Ministro del Interior a la hora de liderar una verdadera reforma que permita reestructurar esa institución que en el ocasiones pasadas se ha convertido un verdadero concierto para delinquir”, concluyó.

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Lucha contra la corrupción e iniciativa ciudadana

El pasado 6 de octubre el señor Ricardo de León Campos, nos dirigió una comunicación a los Senadores, relacionadas con los mecanismos de participación ciudadana y la lucha contra la corrupción. He creído que estas inquietudes y la respuesta resultan de interés general, por lo que quiero compartirlas aprovechando el espacio de esta columna.

La primera pregunta es por qué los Congresistas no elaboramos leyes verdaderamente drásticas para castigar la corrupción. Naturalmente no es posible para mí, responder por  los demás Senadores y Representantes.

Sin embargo, en un reciente diagnóstico sobre el problema de la corrupción, que presenté en el marco de la reunión de la GOPAC – Organización Mundial de Parlamentarios en contra de la Corrupción (www.gopacnetwork.org), identificamos que en Colombia se presentan una serie de incentivos que favorecen la realización de actos de corrupción.

Si la problemática es de incentivos, las normas de tipo sancionatorio resultan ineficientes. Por lo anterior, el esfuerzo legislativo debe concentrarse en leyes que reduzcan la complejidad de la administración pública y la hagan accesible al ciudadano. De manera complementaria, se requiere el fortalecimiento de los mecanismos de control.  

Los recientes escándalos de corrupción demuestran que la existencia de penas por delitos contra la administración pública no es disuasiva. Un reciente estudio del Ministerio del Interior y de Justicia en colaboración con la Unión Europea, establece que para 2008 en Colombia existía impunidad absoluta y alto riesgo de impunidad en el 43% de los procesos penales.

En segundo lugar, el peticionario manifiesta cierta inconformidad por la obligación constitucional de lograr un número significativo de firmas para que los proyectos de iniciativa ciudadana sean analizados obligatoriamente por el Congreso. En este contexto se pregunta cuál es la forma más rápida para que los ciudadanos puedan participar directamente en los problemas de nuestro país? 

Sobre el punto hay que resaltar que los Congresistas tenemos la facultad para presentar proyectos de ley tras haber llegado a esta dignidad, por lo que todas nuestras actuaciones se hacen en representación de un número plural y significativo de ciudadanos.

En cuanto a otras opciones para que el Congreso conozca iniciativas legislativas de origen ciudadano, están la posibilidad de acceder al Congresista de su preferencia, ante aquel que ha manifestado interés en el tema objeto de la iniciativa, o ante algún miembro de la Comisión Constitucional Permanente que la estudiaría.

En todos estos casos nuestros equipos deben evaluar la solidez argumentativa, pertinencia, conveniencia del proyecto y capacidad para defenderlo, para efectos de considerar su presentación como de iniciativa congresional.

 

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Reformar la justicia: estructural y constituyente

Uno de los principales temas de la agenda pública colombiana es la reforma estructural a la justicia. Buena parte de la discusión, se relaciona con la estructura de la Rama Judicial, como consecuencia de los choques de trenes de la última década y ante la percepción de impunidad de los delincuentes.

Estos puntos son la cabeza de un iceberg de grandes dimensiones que esconde, entre otros temas, la deficiente política en materia de administración de justicia y la concepción misma de la tradicional división de los poderes públicos.

El debate debe responder inicialmente estas inquietudes ocultas, so pena que las causas estructurales del mal funcionamiento de la Rama Judicial persistan y frustren este nuevo intento de reforma.

La deficiente política pública se expresa en la insuficiencia de recursos que permita un funcionamiento adecuado, en el uso ineficiente de los recursos disponibles, y sobre todo en una concepción penalista de la justicia, olvidando la importancia que para la paz social tiene el correcto funcionamiento de la justicia en otras jurisdicciones como la civil, la laboral o la contencioso administrativa.

El reequilibrio de poderes implica poder superar la confusión que se presenta entre la responsabilidad política y la penal de los altos funcionarios del Estado, especialmente de los Congresistas. La dinámica que ha vivido el país en los últimos años nos ha conducido a una judicialización de la política y una indeseable politización de la justicia.

El reto en esta materia nos obligará a analizar los sistemas de elección de magistrados para garantizar la meritocracia y la imparcialidad de los jueces. De igual forma habrá que reconsiderar mecanismos como el antejuicio político y el diseño de formas de ejercicio de control político a la justicia que obliguen a la rendición de cuentas sin comprometer la independencia.

La complejidad y envergadura de estas reformas cuestionan que las reformas a través del Congreso sean suficientes y posibles, por lo que se abre paso, a nuestro juicio, la necesidad de evaluar la pertinencia de convocar a una Asamblea Constituyente que pueda con un mandato popular específico lograr la tan anhelada reforma.

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Apoyo internacional frente al desdén por la justicia

Esta semana radiqué ante la Unión Interparlamentaria (www.ipu.org) una denuncia sobre las interceptaciones y seguimientos ilegales por parte del Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, que sufrimos varios congresistas del Partido Liberal durante los últimos años. Con ella se pretende que el Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios haga seguimiento a las investigaciones que se adelanten y vele por su pronta y adecuada realización.

Algunos pueden considerar innecesario elevar esta queja ante un organismo internacional, dadas las recientes decisiones de la Procuraduría General de la Nación respecto a hechos como los señalados en la denuncia. Sin embargo, considero que la voluntad demostrada por esta entidad por esclarecer estos casos es algo excepcional; ha sido una lección bien aprendida en Colombia que en general, el Estado sólo se mueve a investigar ciertas conductas que le resultan particularmente incómodas cuando hay presión internacional.

Esa forma de actuar del Estado, refleja la política de desdén que ha existido históricamente frente a la solución de los conflictos internos a través de los sistemas judicial, de control disciplinario y fiscal; pareciera que “el dejar así” se hubiera institucionalizado bajo el supuesto de la presunta falta de memoria los colombianos.

En este escenario, el acompañamiento externo resulta esencial para romper las talanqueras que se crean por la ineficiencia de la rama judicial o de los organismos de control, por la captura de estos por parte de grupos de interés de todas las vertientes políticas, económicas, sociales e incluso delincuenciales, y por la cultura de la “leguleyadas” para argumentar decisiones contrarias al derecho sustantivo a la verdad.

 Acudir a  la Unión Interparlamentaria, persigue resaltar que las maniobras ilegales de inteligencia realizadas eran motivadas por la condición de congresistas, que ostentábamos las víctimas de estos hechos. Si bien, la denuncia no señala presuntos responsables, es claro que los voceros del Partido Liberal en el Senado fuimos objeto de estas actividades; lo que insinúa que consideraban “blanco de inteligencia” a quienes ejercíamos legítimamente el derecho a la oposición política.

Con ello no sólo se vulneraron nuestros derechos humanos, sino que se puso en entredicho la democracia y el Estado de Derecho. 

La próxima semana, el Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios vendrá al país. Esta visita reviste una gran importancia para el Estado colombiano, en especial para el Ejecutivo y la Rama Judicial que deberán acreditar fehacientemente su compromiso con el esclarecimiento y sanción de estos hechos.

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Optimismo político o políticas exitosas

Recientemente hemos visto el valor de la discusión parlamentaria demostrando la importancia de la deliberación pública de los temas de importancia social. En esta ocasión el Senador John Sudarsky, miembro del Partido Verde, planteó un punto clave para el análisis de la política y del proyecto de ley de restitución de tierras y de otras iniciativas similares: ¿Qué debería entenderse como una política exitosa en la materia? ¿cómo evitar que una meta demasiado optimista sea un factor de deslegitimación del Estado al no poder alcanzarla?

La experiencia profesional y académica del Senador lo llevan a mirar con cierta desconfianza la meta del Gobierno de restituir cerca de dos millones de hectáreas.

El punto es de cuidado pues en Colombia todo proyecto de ley y toda política que implique la provisión de bienes y servicios de manera progresiva, especialmente a población vulnerable, es un mecanismo para la reconstrucción del tejido social y la relegitimación del Estado y del sistema democrático. Todo fracaso en esta materia genera, por lo tanto, efectos perversos respecto a la capacidad del Estado de cumplir con sus funciones creando incentivos para el surgimiento de formas de organización o de resistencia social que comprometen su existencia y operatividad.

En el caso de la restitución de tierras ¿será que en Colombia se podría considerar como un gran logro, restituir menos de los dos millones de hectáreas, conociendo la compleja realidad y la  debilidad institucional de las entidades responsables del Sector de Agricultura y Desarrollo Rural y de la justicia? ¿Cuál sería esa cifra?

Un primer esfuerzo de consenso nacional debe ser definir esta meta básica e identificar los incentivos adecuados para impulsar la superación de la misma en el cuatrienio.

El gran ausente en estos consensos es siempre la Rama Judicial. Ello afecta cualquier pretensión de establecer políticas de Estado, pues se margina o automargina a una de las ramas del poder público que juega un papel esencial. La restitución de tierras tal y como ha sido planteada en el proyecto radicado en el Congreso estará en manos de los jueces; la calidad, oportunidad e imparcialidad de sus decisiones será uno de los indicadores para medir el logro de esta política.

La Rama Judicial, a través de una vocería adecuada, debe involucrarse en la discusión para garantizar una implementación coherente de la voluntad que le asiste al Congreso y al Ejecutivo.

 

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Riesgos para Colombia de la no extradición de Yair Klein

 

En abril de este año, tuvimos el respaldo de 80 Senadores de todas las fuerzas políticas elevando nuestra voz de protesta por la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de impedir la extradición del ciudadano israelí Yair Klein.

En esa ocasión denunciamos la doble moral de los gobiernos europeos en materia de Derechos Humanos, pues por una parte presionan al Estado colombiano por su protección, pero impiden el cumplimiento de una sentencia judicial que condena a uno de los principales responsables de la conformación de los grupos de autodefensas ilegales.

En este mismo sentido, la Comisión Segunda Constitucional Permanente de la Cámara de Representantes, a instancias del HR Iván Cepeda C. aprobó una proposición solicitando al Gobierno Nacional insistir en la extradición ante el Tribunal Europeo.

La extradición y el cumplimiento efectivo de la sentencia por Yair Klein debe ser una prioridad tanto para el Ministerio de Relaciones Exteriores como para el Ministerio del Interior y de Justicia.

En primer lugar esta condena constituye una respuesta a la demanda legítima de justicia y verdad de las víctimas del paramilitarismo. No hacerlo sería desoír flagrantemente la voz de quienes perdieron sus seres queridos, sus bienes y su proyecto de vida a manos de estos grupos.

En segundo lugar es necesario hacerlo como una expresión de respaldo a la Rama Judicial que afrontando los riesgos inherentes a la investigación y juzgamiento de este tipo de casos cumplió cabalmente con su deber. El esfuerzo realizado en este proceso debe convertirse en estímulo para jueces, fiscales e investigadores que hoy adelantan procesos en contra de los victimarios sin distingo de grupos o motivaciones.

Este caso y otros similares son el único recurso para prevenir que la Corte Penal Internacional - CPI asuma competencia en Colombia. Como se sabe la CPI obra, si considera que la justicia nacional no está en condiciones de adelantar estos procesos.

Yair Klein y Jorge Briceño alias "Mono Jojoy" son responsables de buena parte de la crisis humanitaria que vive Colombia. El cumplimento de la pena y su persecución son en cierta forma un pago por el daño que han causado en la sociedad colombiana y en todas sus estructuras.

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Saludo.

Quiero extender mis felicitaciones a las Fuerzas Armadas colombianas, por los recientes resultados operativos en La Macarena (Meta) y animarlos a continuar con el cumplimiento de sus funciones constitucionales, manteniendo siempre presente que el centro de gravedad de su actividad es la legitimidad de sus acciones.

 

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La tierra prometida vs. los jinetes del Apocalipsis

El Senador Juan Manuel Galán realizó un debate de control político al Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo Salazar,  denunciando a los 4 grandes enemigos de una política de tierras con visión de desarrollo social, que obran como los famosos jinetes del Apocalipsis trayendo guerra, hambre y muerte.

La reforma agraria y el desarrollo rural son parte de las promesas no cumplidas de la sociedad colombiana desde la independencia. En Colombia se puede afirmar que la tierra es… prometida.

El primer jinete es el tenedor de tierra improductivo, especialmente el de grandes extensiones, a quien le conviene el statu quo que le permite mantener lotes de engorde, degradar el medio ambiente mediante usos contrarios a la vocación de la tierra y preservar tarifas inequitativas y absurdamente bajas del impuesto predial.

El segundo jinete son los grupos armados ilegales (guerrilla y paramilitares). El Senador Galán presentó casos en los que la guerrilla, al igual que los paramilitares, realizaron despojos y asignaron tierras a sus militantes o creando una relación feudal con los pobladores. Estos grupos no querrán perder el control político-económico que les da la tenencia de la tierra. En el caso de la guerrilla existe el interés adicional del fracaso de la política para reencauchar su supuesto discurso social anti-estatal.

El tercer jinete es el narcotráfico que lava activos gracias a la acumulación de la tierra y garantiza con ello además la producción de cultivos ilícitos.

Finalmente el Senador, advirtió que estos tres jinetes se valdrán del cuarto jinete: los políticos para evitar una política de restitución de tierras contraria a sus intereses mezquinos. Galán a partir de estudios y noticias mostró como a lo largo de la historia de Colombia los políticos han tenido alianzas con terratenientes, paramilitares, guerrilla y narcotráfico para realizar la agenda política de aquellos.

Por otra parte se hicieron dos denuncias sobre formas de despojo o de obstrucción: el despojo a través de sentencias judiciales proferidas por jueces civiles, e incluso de jueces de tutela; y la destrucción de documentos en regionales del Incoder para esconder despojos que se hicieron a través de resoluciones de la entidad.

Con este panorama entonces, es indispensable un control social exhaustivo, especialmente por los medios de comunicación, para quitarle el oxígeno a los Jinetes del Apocalipsis y pasara de la tierra prometida a la entrega de efectiva de las tierras.

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Regalías: entre la solidaridad y la autonomía

 

Si usted se encontrara un tesoro en su casa ¿querría compartirlo con sus familiares o amigos, especialmente aquellos con mayores necesidades? ¿si usted se ganara el Baloto dejaría de trabajar o reduciría su jornada laboral? ¿remodelaría su casa, viajaría, se daría algunos gustos le parecían lujos antes de ganarse el premio o de encontrar el tesoro? ¿qué opinaría de que su padre quisiera administrar todo o parte del premio o el tesoro y le exigiera ahorrar para el futuro de sus hijos?

Estas preguntas son una analogía de las inquietudes que se plantean las entidades territoriales - ET respecto a la administración de las regalías derivadas de la explotación de recursos naturales no renovables. Las respuestas variarán según la personalidad de los participantes padres e hijos (dirigencias políticas y la sociedad civil).

Es evidente que el tesoro, el premio o la regalía generan una enorme tensión entre los actores que creen tener derecho a los recursos por razones (o principios constitucionales) diferentes: “son míos” (el Estado es propietario del subsuelo), “es mi casa” (las ET son beneficiarias de las regalías derivadas de los recursos de su jurisdicción), “yo hago lo que quiera con mis cosas” (autonomía territorial), “usted debe ayudar” (principios de solidaridad y complementariedad del gasto público) “hay que prever” (el principio de planeación; el deber Estatal de garantizar el acceso a las oportunidades a las personas y el desarrollo armónico regional).

Unos y otros son argumentos persuasivos que requieren del debate público y de una visión de largo plazo en cuanto al futuro de la familia del ejemplo (el Estado colombiano) y la relación entre sus miembros (Nación y las ET).

Las ventajas que ofrece el proyecto de reforma a las regalías están asociadas con el impulso que se le da a la solidaridad interregional, aspecto que encuentra acogida en el Senado. Sin embargo, el costo principal es poner a medio camino el modelo de descentralización, lo que resulta particularmente gravoso para regiones que tienen una institucionalidad fuerte, visión más cercana a la de la Cámara de Representantes.

A este roce se suman los intereses derivados de la inequidad intra-regional, los daños ambientales por la explotación minero-energética y la debilidad institucional de muchas de las ET.

La necesidad de un régimen de transición es evidente, y sobre todo la de analizar esta iniciativa paralelamente con el proyecto de ordenamiento territorial, para compensar el impacto para la autonomía regional.

 

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Alianzas público – privadas: Suma o Resta

 

Hace un par de meses se presentó en la televisión un documental sobre el abuso de los esteroides en los Estados Unidos. Uno de los casos mencionados se relaciona con la utilización de esteroides por pilotos de la Fuerza Aérea estadounidense en Afganistán, con el fin de lograr mayores niveles de rendimiento, superando la fatiga y el estrés. Una de estas tripulaciones, bajo el efecto de esteroides, hizo una apreciación incorrecta de un blanco y causó la muerte de soldados canadienses.

El cansancio físico y mental que viven los pilotos militares no es solo consecuencia de ejercer su actividad en medio de un conflicto. Múltiples accidentes en los diferentes modos de transporte, tienen como común denominador la fatiga del responsable de su operación o de quien presta las ayudas correspondientes como los controladores aéreos.

El cansancio de las tripulaciones y de los conductores no es simplemente un problema individual. Algunas condiciones del entorno en las que se presta el servicio de transporte contribuyen a él y crean incentivos para que los operadores asuman riesgos que terminan en saldos mortales o pérdidas materiales.

Por ejemplo, en días pasados tuvimos información de que las autoridades aeronáuticas colombianas consideran viable que se deban periodos de vacaciones a los pilotos y “hasta” dos meses de sueldo; de igual forma se tolera la extensión de la jornada laboral, bajo el entendido de que las tripulaciones deben colaborar con el buen desempeño de las compañías en un mercado de alta competencia. En el caso del transporte terrestre de pasajeros son bien conocidas las causas y consecuencias de la llamada “guerra del centavo”.

En estas circunstancias no es difícil considerar que vivimos bajo una altísima probabilidad de de sufrir un accidente en el transporte y que ésta tiene, en parte, como causa las conductas asumidas por empresas y autoridades. Colombia tiene, por lo tanto, la necesidad de contar con un sistema de seguridad en el transporte que impida que criterios errados como los mencionados permanezcan ocultos e impunes.

Para evitar esta indeseable alianza público – privada el Congreso aprobó en la ley 336 de 1996, la creación del Consejo de Seguridad del Transporte, figura que para bien de la alianza no entró en funcionamiento. Por lo anterior insistiremos ante el Gobierno Nacional para que valiéndose de las facultades extraordinarias para reestructurar algunas entidades, le de vía a este Consejo y recupere para los colombianos la seguridad en el transporte.

 

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Me DAS o no me DAS: una conspiración contra el erario

 

El pasado 1 de septiembre se llevó a cabo un debate en la Comisión Primera del Senado de la República en la que se cuestionó la transparencia de un contrato celebrado por el Departamento Administrativo de Seguridad – DAS para la adquisición de varios equipos de inteligencia móvil por un valor aproximado de 3.2 millones de dólares (sin incluir el IVA).

El DAS informó que se habían presentado dificultades con la empresa contratista que no cumplió con las especificaciones técnicas requeridas y con el plazo previsto en el contrato. En aplicación de las fórmulas alternativas para la resolución de conflictos, previstas en la ley, el DAS y el contratista han llegado a un preacuerdo de conciliación pendiente de ser aprobado por la Procuraduría General de la Nación.

Lo sorprendente de esta historia es que detrás de este contrato fallido se pudo establecer la existencia de una presunta conspiración destinada a defraudar al Estado colombiano y compromete la seguridad  ciudadana por la incertidumbre que genera la tenencia y custodia de los equipos mencionados.

De acuerdo con información que hicimos pública en el debate exfuncionarios del DAS, no vinculados con la actual administración, obligaron al proveedor de los equipos a incorporar una firma intermediaria (que figura como el contratista) y solicitaron un incremento en los valores de la propuesta inicial para cubrir presuntamente algunos gastos tributarios y arancelarios no previstos desde el inicio.

Esta maniobra abiertamente sospechosa, implica sobrecostos cercanos a los 800 mil dólares y permitió que una firma particular, sin experiencia previa en la materia, administrara y custodiara equipos para la interceptación de comunicaciones y la realización de seguimientos. Dónde se encuentran tales equipos y su funcionalidad son un interrogante aún no resuelto y que requiere explicaciones prontas de parte de los organismos de seguridad y de control del Estado.

Así mismo, este caso es un llamado de alerta para los miembros del DAS sobre la permanencia e interés de algunos funcionarios y de personas ajenas a la entidad de mantener redes de corrupción y desinformación. De igual forma el Estado colombiano debe poner en ejecución las medidas de cooperación internacional previstas en la Convención Interamericana de Lucha contra la Corrupción, entre otras.

Finalmente, el exiguo cubrimiento de esta noticia por parte de los principales medios de comunicación nacional hacen pensar que existen intereses oscuros deseosos de que el resurgimiento de la corrupción y del DAS o no me DAS pase inadvertido. 

 

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