El punto tercero de La Habana

 

Sobre el tema de las drogas y el narcotráfico miremos este escenario. Usted necesita inyectarse un ...

Sobre el tema de las drogas y el narcotráfico miremos este escenario. Usted necesita inyectarse un opiaceo para un problema de salud. En un hospital el médico lo ve y le aplica la droga, inclusive en algunos casos lo conectan a una maquina donde, dentro de unos rangos seguros, usted puede automedicarse para disminuir sus síntomas. La droga se produce en grandes plantaciones en la India y varios laboratorios oficiales la distribuyen por todo el mundo. El precio es poco relevante. El mercado ilegal es muy pequeño y el numero de muertos al año por la adicción se puede contar con los dedos de la mano.  ¿Una utopía o el escenario de llegada en la lucha contra las drogas, así llegar a ella nos tome cincuenta años?  Veamos.

La droga anterior es la morfina y su mercado ha estado regulado por lo menos hace 70 años. No necesita un escuadrón de policías para que se la apliquen en el hospital. ¿Puede entonces ser el modelo de llegada? ¿Podemos continuar con el modelo de la Guerra Contra las Drogas, formulado hace treinta años en Estados Unidos con resultados que universalmente se reconocen como totalmente inefectivos para disminuir el tráfico y la adicción?  ¿Cuando el país de turno, que por décadas fue Colombia, se desbarataba creando la materia prima fundamental del narcotráfico: Estados débiles y la ilegalidad? Hoy países como Honduras y ahora Perú, con el efecto balón del desplazamiento de Colombia, claman por una forma alternativa de enfrentar este flagelo. Hay que recordar que la mayoría de las muertes se dan por la guerra y en número mucho menor, por el consumo mismo, especialmente en el caso de la marihuana.

Por esto es necesario definir un escenario de llegada que el caso de la morfina permite avizorar, y que  requiere alternativamente considerar la adicción y el consumo de estas drogas como un problema de Salud Pública. Por eso no nos satisface el reciente estudio de la OEA que finalmente, para reiterar no importa el tiempo ni las dificultades de finalmente implementar, no recomendó ningún escenario porque presenta cuatro y no se comprometió con ninguno. En su informe “El problema de las drogas en las Américas: introducción a los escenarios 2012”, plantea cuatro posibles escenarios para solucionar el problema.  El primero implica fortalecer las capacidades de las instituciones legales y seguridad pública; el segundo, implementar regímenes regulatorios alternativos; el tercero, programas para el fortalecimiento de las comunidades y el cuarto, la legalización.

Ahora bien, dada la construcción cultural que se ha hecho  desde la estrategia de la Guerra contra las Drogas, los pasos que hay que dar necesariamente son graduales mientras la sociedad va digiriendo el nuevo enfoque, especialmente por el terror que produce el consumo de algunas de las drogas más peligrosas, especialmente el “bazuco”  o “crack,” cocaína en su forma más adictiva por la velocidad con que entra y sale del organismo.

La sucesión de eventos que nos lleve al escenario final se puede construir con atisbos que se  tienen ya en el mundo. El primer punto es diferenciar las distintas drogas, comenzando con la legalización de la marihuana. Uno de los ejemplos del enfoque que quisiéramos ver lo tenemos muy cerca en Uruguay con la estrategia del Presidente Mujica, quien dice: “La idea es identificar a los que consumen, sacarlos de la sombra y que tengan una oportunidad regulada para que no tengan que recurrir al narcotráfico (…) queremos arrebatarle el mercado al narcotráfico por la vía de competirle”.

Hay otros ejemplos ya con las drogas mas peligrosas como el régimen en Portugal, y diferentes experimentos como los llevados a cabo en Holanda. Allí, en la década de los noventa se implementó un programa generalizado con los jóvenes con énfasis en el tema del RIESGO y en la detección temprana de alertas para cuando una actividad recreacional se estuviera  convirtiendo en vicio como por ejemplo la adopción de estilos de vida que se construyen  alrededor del consumo. Y por supuesto pedir ayuda disponible para atenuar el riesgo. Pero esto incluía el tabaquismo y el consumo de alcohol los cuales producen al año muertes por la magnitud de cincuenta a cinco millones de muertos en el mundo. Con esta estrategia educativa se logró impedir que la población de morfinómanos no solo no creciera sino que fuera cayendo. Este tipo de estrategias educativas se puede magnificar con el desplazamiento de recursos de la la guerra que  al definirse el problema de drogadicción como de salud publica, permitiría una aprendizaje público de qué tipo de tratamientos funcionan y, por supuesto, invertir en el desarrollo rural que, al sacar la ilegalidad de la producción de la cocaína y otros, haría que cayeran los precios de estos productos cuya prima en el precio es precisamente la ilegalidad.

Todos estos elementos nos deben ilustrar para que en este punto se llegue a propuestas audaces en La Habana, tan audaces como algunas que se han planteado en los puntos ya evacuados.

http://www.kienyke.com/kien-escribe/el-punto-tercero-de-la-habana/

Nuestras historias

Ni izquierda ni derecha

 

Publicado originalmente en www.kienyke.com

La polaridad izquierda-derecha es de las más socorridas en la clasificación de las posiciones políticas y hoy en día en Colombia, de las más inútiles. Por un lado, está la derecha conservadora, tradicionalista, ultramontana que quisiera que todo siguiera igual que a finales del siglo XIX. La otra, la derecha del orden (sin mucha ley) de Álvaro Uribe, buscando afirmar como sea que son el puro centro democrático. Por otro lado, está la izquierda, Estadocéntrica, con un énfasis en que el Estado garantice los derechos sociales irrespectivamente de la sostenibilidad fiscal y sin especificar muy bien, fuera de aumentar los impuestos a los ricos, cómo cubrirían estos gastos del Estado sin desestimular la inversión. Llegan en los casos más delirantes a negar que Colombia se pueda enfrentar en un momento a una crisis fiscal y que sea necesario asegurarse de mantener su sostenibilidad. Toda referencia a estos temas son rotuladas como neoliberales (u oligárquicos) sin tener en su registro la diferencia entre estos últimos y los neoconservadores, que eliminaron la regulación del Estado, premisa de los neoliberales. El neoconservador, Bush, eliminó la regulación y provocó la crisis global del 2008, posición de la cual Álvaro Uribe es ejemplo entre nosotros. Aún hoy, podemos constatar en la Comisión Primera del Senado que la Superintendencia de Vigilancia, que supervisa un sector que representa el 1.1 por ciento del PIB, y ocupa cerca de 200.000 personas, cuenta con 120 empleados y cuatro inspectores para todo el país. Y esto sucedió con la superintendencia de Puertos, el otorgamiento de títulos mineros, el INCO, etc.

La polaridad izquierda-derecha la debemos ver entonces como la base de un triángulo donde lo interesante está en la parte superior del triángulo, una cultura política que enfatice la rendición de cuentas, la acontabilidad, la transparencia y la responsabilidad de los elegidos ante los electores, la responsabilidad fiscal y el involucramiento de los ciudadanos en espacios de participación estructurados para que ellos puedan ejercer el control social sobre la administración y le ayuden a priorizar lo que ella considera importante para resolver sus problemas: una posición sociocéntrica.

Y aquí comienzan a aparecer problemas que ni izquierda o derecha plantean. El problema es el Modelo de Gobernabilidad con que se ha operado en Colombia por largo tiempo. Este se basa en el clientelismo y la corrupción, que no son un vicio de la política sino intrínseca a su práctica en Colombia. Con este modelo, la gobernabilidad la logra el gobierno repartiendo segmentos completos del ejecutivo, especialmente en las regiones, a políticos de la coalición, quienes, para reproducirse y resarcirse de costosas campañas políticas, se apropian del Estado y lo bloquean en su capacidad de implementar (ojo, en esta etapa del clientelismo el problema es de IMPLEMENTACIÓN) las soluciones a los problemas que requieren los colombianos. La última, si no la más dramática de estas instancias, es lo que, nos cuenta la Silla Vacía, sucedió con el Banco Agrario, que quedó en manos del senador Roberto Gerlein para gastarse, según parece, los tres billones asignados al Pacto Agrario – si, Dr. Guillermo Perry, sus temores se confirman. Seguramente veremos votos por el senador Gerlein en todo el país, no solo en Barranquilla, todo esto para garantizar la endeble alianza de gobierno, muy bien aprovechada por partidos con vocación extorsiva. Como podemos ver, el problema no son recursos ni políticas públicas, el área donde la izquierda se concentra, sin ver que los recursos solo alcanzan para problemas prioritarios, que hay que escoger y que se pierden vía el modelo de gobernabilidad. Igualmente, el ejemplo de Samuel Moreno en Bogotá muestra cómo el modelo se reproduce en administraciones de izquierda y derecha. En ese sentido, la izquierda se equivoca al plantear el conflicto entre clases, cuando la clase a combatir es la corrupción y el clientelismo de la clase política.

¿Cual es la alternativa al anterior modelo? Uno donde los congresistas tengan que responsabilizarse ante el colectivo de sus electores en un territorio. No como ahora donde una multiplicidad de congresistas cultivan y prometen alimentar sus clientelas personales que reparten en múltiples territorios. Esta necesidad de rendirle cuentas a sus electores cambiaría la dinámica pues se vería legitimo que, por ejemplo, un representante a la cámara luchara por conseguir recursos colectivos para un territorio de, digamos 420 mil habitantes, donde estos se han organizado a través de una sociedad civil densa, articulada y autónoma, tan gravemente castigada por los gobiernos de Álvaro Uribe. Esta sociedad civil, a través de procesos participativos como los presupuestos y la planeación participativa, que ya tiene un amplio espectro de experiencia en Colombia, priorizarían el gasto en su territorio y ejercería luego el control social sobre un preciso congresista (de lo que se trata es de concentrar la atención del electorado, no ofrecer más información), produciendo además el saldo pedagógico que la deliberación cara a cara produce. Esta propuesta, formulada para reemplazar el sistema electoral actual por un sistema mixto, es el punto de referencia para evaluar la acción de un gobierno -no lo que dice que va a hacer sino lo que hace- en la práctica de la democracia deliberativa. Y es en ese sentido que la administración Petro se raja de arriba a abajo. Estos procesos locales (¿los 420 mil habitantes?) que forman parte de su programa de gobierno, terminaron en que unilateralmente él determinó en qué se gastaban los recursos. Adicionalmente, en el POT, aprobado por decreto, los procesos de estudio por Unidad de Planeación Local (UPZ), se desestimularon. En lugar de los acuerdos se utilizó un mecanismo autócrata, muy leninista, aun teniendo experiencias muy cercanas a su administración en implementaciones exitosas de estos procesos.

Por supuesto que estos son temas centrales de la paz y el posconflicto: cómo crear una estructura institucional para construir capital social, tejer la sociedad civil y la confianza o, por otro lado, con la estructura electoral actual, garantizar que los problemas del clientelismo y sus nefastas consecuencias en corrupción continúen permeando la sociedad colombiana post acuerdo de paz. Este es el problema a resolver y cómo implementar las soluciones que el país requiere. Izquierda y derecha deben pensar en esto, no en su anquilosado discurso para otro país y otra época.

Nuestras historias

Las sorpresas de Cundinamarca

 

La centralidad de Bogotá en la vida nacional opaca a Cundinamarca, un departamento vibrante, con 116 municipios y muy diversas regiones. Se desconoce comparativamente cómo es su cultura política, a la cual solo nos asomamos con los esporádicos encuentros con ella. Por ello se decidió medir, con una muestra suficiente, su capital social en toda la complejidad que arroja el Barómetro de Capital Social (Barcas) (www.funrestrepobarco.org.co. Publicaciones, pp.499-508). La sorpresa fue mayor.  En primer lugar Cundinamarca es la más cercana a la Sociedad Cívica Moderna (SCM) de todas las regiones del país.  Esta cultura combina una visión positiva del individualismo (nLogro, Capacidad Empresarial)  con una densidad de organizaciones voluntarias que, en el estudio clásico sobre capital social de Robert Putnam, predecía el desarrollo económico y la efectividad institucional.  Tiene además el Ksocial más alto del país -el cual se ha perdido considerablemente según la medición del 2011-, una alta Confianza Institucional y un bajo Fenoval (Fe en fuentes de información no validada) que indica que ya se ha entrado al proceso de sinceramiento, requisito para el cambio político según la teoría de cambio hacia la SCM que se desprende de la medición con el Barcas. Al desmenuzar estos elementos se encuentra uno de los departamentos más altos en las participaciones Cívica y Políticas. Sin embargo, desmenuzando de nuevo, al comparar con la nación se encuentra que de las razones que se dan para votar, son más preponderantes las razones clientelistas y la ayuda de las palancas es muy alta, aun si el nivel de clientelismo es más bajo que en el país.

La preponderancia de estos elementos se puede apreciar en la siguiente gráfica.

El significado de los dos elementos mencionados indica un problema central: lo ajustado del patrón del clientelismo; por un lado los ciudadanos votan para que les resuelvan los problemas individualmente y por otro las palancas funcionan relativamente bien.  Existen importantes diferencias por provincia. Pero, con este problema, es obvio que la SCM de Cundinamarca es aún muy distante de la de Turín o Milán según midió Putnam. Y la tendencia hacia ella es frágil, como se pudo observar en el país y en especial en Cali, donde entre el 2005 y el 2011 se reversó el sinceramiento y se elevó de nuevo Fenoval a niveles insospechados. La dependencia de las palancas se vuelve un obstáculo insalvable para avanzar hacia la SCM. Ahí es donde entra a jugar lo que debe ser la acción y la ideología de un partido que intenta transformar la cultura política. Una cultura política alejada del clientelismo, con utilización activa de los mecanismos de participación colectivos y deliberativos tales como la planeación participativa y los presupuestos participativos. Pero no solo como discurso sino como práctica.Esta orientación hacia la SCM tiene muy poco que ver con las polaridad Izquierda y Derecha, y la tendencia de la primera de atribuir el estado de cosas al capitalismo y con ello, a menudo, propender por el antagonismo entre clases y un Estado que lo administre todo en lugar de la mezcla específica de  la capacidad de implementar y la productividad de las soluciones a los problemas de la gente. Igualmente la derecha pretende que todo se resuelve con la libre empresa. La polaridad central hoy en día es entre corrupción y no corrupción. La corrupción  atraviesa todos los partidos y el Estado. La solución a la corrupción no es necesariamente un modelo Estadocéntrico  sino Sociocéntrico,  desterrar a los corruptos y producir la densidad y articulación de la sociedad civil y el control social que los mecanismos de participación hacen efectivos en producir transparencia. Y esto, de nuevo, no es solamente proclamar la participación en los planes de desarrollo sino hacerlos efectivos. Consistencia entre lo que se dice y lo que se hace.

http://www.kienyke.com/kien-escribe/las-sorpresas-de-cundinamarca/

Nuestras historias

El modelo de gobernabilidad y el paro agrario

 

El paro agrario ha puesto en evidencia problemas fundamentales de la democracia colombiana, más allá de los puramente coyunturales. Una sociedad con una sociedad civil fuerte logra procesar los conflictos de una forma institucionalizada, características de lo que se ha llamado la Tercera Ola de la Democracia. En esta los procesos de movilización, que arrasaron con la democracia, léase la República de Weimar y la subida de Hitler, deben encontrar una arquitectura institucional que permita una movilización más ordenada y rutinaria. Sin embargo, a partir de esos hechos en Alemania, se impuso que la voluntad popular terminaba con el voto. En la Constituyente del 91 se introdujo la Democracia Participativa como un objetivo para mejorar la calidad de la democracia, recogiendo estas nuevas corrientes de pensamiento.

Evidentemente el paro agrario no es el modelo de lo que la sociedad debería tener. Pero se explica por el modelo de gobernabilidad que la clase política  ofrece a cambio. Este modelo, vigente desde la constitución del 91 y repetida en el gobierno Santos con la Unidad Nacional, consiste en que la gobernabilidad  se logra repartiendo pedazos del Estado a los diferentes aliados del gobierno, a cambio de su lealtad. Estos son teóricamente partidos políticos pero son de facto individuos con cuotas burocráticas personales a menudo regionales. Esto creó una irracionalidad mayor pues las lealtades no son al gobierno sino a las personas y, como estas no representan colectivamente a nadie sino a su clientela personal, le crean al gobierno enormes dificultades para IMPLEMENTAR  sus políticas, especialmente si son colectivas. Las alternativas paralelas de articulación de intereses, que debían ser los gremios, se encuentran enormemente debilitadas (membrecía total 7%, 1997; 3% 2011), especialmente a partir de los Consejos Comunitarios de Uribe: para qué gremios si vamos a un Consejo y Uribe nos concede lo que queremos.

Nada representa más patéticamente la inoperancia del modelo de gobernabilidad que, por ejemplo, la reacción del Partido Conservador, que ha manejado el Ministerio de Agricultura inmemorablemente, con los resultados que se hicieron evidentes en el Paro Agrario. El presidente le pide a las cabezas institucionales del ministerio su renuncia e inmediatamente se barajan nombres y de quien son cuota política; que tiene tres ministerios pero que no son escogidos por los congresistas, que le den un billón de pesos más al sector para que la bancada siga administrando: más de lo mismo. No me cansaré en insistir que mientras los congresistas no representen colectivamente a los habitantes de un territorio y les tengan que rendir cuentas, nada habrá cambiado. Y la propuesta electoral de las Farc lo único que promete es que ellos sí van a responder a los intereses de los campesinos, como si el problema fuera de la muy cacareada voluntad política y no del sistema electoral.

Nuestras historias

El modelo de gobernabilidad y el paro agrario

 

El paro agrario ha puesto en evidencia problemas fundamentales de la democracia colombiana, más allá de los puramente coyunturales. Una sociedad con una sociedad civil fuerte logra procesar los conflictos de una forma institucionalizada, características de lo que se ha llamado la Tercera Ola de la Democracia. En esta los procesos de movilización, que arrasaron con la democracia, léase la República de Weimar y la subida de Hitler, deben encontrar una arquitectura institucional que permita una movilización más ordenada y rutinaria. Sin embargo, a partir de esos hechos en Alemania, se impuso que la voluntad popular terminaba con el voto. En la Constituyente del 91 se introdujo la Democracia Participativa como un objetivo para mejorar la calidad de la democracia, recogiendo estas nuevas corrientes de pensamiento.

Evidentemente el paro agrario no es el modelo de lo que la sociedad debería tener. Pero se explica por el modelo de gobernabilidad que la clase política  ofrece a cambio. Este modelo, vigente desde la constitución del 91 y repetida en el gobierno Santos con la Unidad Nacional, consiste en que la gobernabilidad  se logra repartiendo pedazos del Estado a los diferentes aliados del gobierno, a cambio de su lealtad. Estos son teóricamente partidos políticos pero son de facto individuos con cuotas burocráticas personales a menudo regionales. Esto creó una irracionalidad mayor pues las lealtades no son al gobierno sino a las personas y, como estas no representan colectivamente a nadie sino a su clientela personal, le crean al gobierno enormes dificultades para IMPLEMENTAR  sus políticas, especialmente si son colectivas. Las alternativas paralelas de articulación de intereses, que debían ser los gremios, se encuentran enormemente debilitadas (membrecía total 7%, 1997; 3% 2011), especialmente a partir de los Consejos Comunitarios de Uribe: para qué gremios si vamos a un Consejo y Uribe nos concede lo que queremos.

Nada representa más patéticamente la inoperancia del modelo de gobernabilidad que, por ejemplo, la reacción del Partido Conservador, que ha manejado el Ministerio de Agricultura inmemorablemente, con los resultados que se hicieron evidentes en el Paro Agrario. El presidente le pide a las cabezas institucionales del ministerio su renuncia e inmediatamente se barajan nombres y de quien son cuota política; que tiene tres ministerios pero que no son escogidos por los congresistas, que le den un billón de pesos más al sector para que la bancada siga administrando: más de lo mismo. No me cansaré en insistir que mientras los congresistas no representen colectivamente a los habitantes de un territorio y les tengan que rendir cuentas, nada habrá cambiado. Y la propuesta electoral de las Farc lo único que promete es que ellos sí van a responder a los intereses de los campesinos, como si el problema fuera de la muy cacareada voluntad política y no del sistema electoral.

Nuestras historias

Sobre la propuesta electoral de las Farc

 

Tomado de Corporación Nuevo Arco Iris

Por: *John Sudarsky

Las Farc presentaron recientemente ante la opinión pública una primera propuesta de reforma electoral, dentro del punto de participación-política que se negocia en la Habana. Es necesario revisar esta y las consecuencias que tendría.

Proponen sustituir la Cámara de Representante por una Cámara Territorial, aunque no sabemos cómo serían estos territorios al interior de los departamentos y Bogotá. Si los territorios siguen siendo los departamentos como se afirma en la propuesta, el cambio de nombre de la Cámara es tan solo nominal. Cada departamento tendría cuatro representantes que pareciera se elegirían de igual forma que hoy en día, con voto preferente de listas de partido, con todos los vicios de clientelismo y corrupción del sistema actual.

La disyuntiva aquí es si se los representantes se elegirían por listas de partido o por candidatos únicos por partido en territorios sub-departamentales, a lo cual he hecho referencia en mi propuesta de un Sistema Electoral Mixto con opción de Distritos Uninominales. Esta alternativa permite que los habitantes del territorio sepan quién es su representante y llamarlo a cuentas (la representación).

En la propuesta de las Farc, la Cámara se compondría de 132 representantes por departamentos, a lo que se agregarían otras 20 curules para tratar de proporcionar la relación entre votos y curules (la proporcionalidad) en aquellos departamentos con mayor población. La propuesta trae otros elementos tales como cinco curules para cada una de las poblaciones especiales, indígenas, campesinos y afrodescendientes, dos para residentes en el exterior y finalmente, una Circunscripción de Paz donde parece ser que las Farc determinaría sus representantes en número y modo que se definirá al momento de la firma de los acuerdos.

Veamos qué sucede con el tema básico de la proporcionalidad: ¿cuántos habitantes se representarían por curul? La población total de Colombia dividida por las 132 curules daría aproximadamente 361.000 habitantes por curul a la Cámara. Como son cuatro por departamento, la población máxima de un departamento para obtener solo cuatro curules sería de 1’444.000 habitantes, lo que cubriría todos los departamentos menos una lista de nueve departamentos y Bogotá. Es a estos a los cuales se les deben repartir las 20 curules para compensar por población que, descontada la de las cuatro curules reglamentarias, arroja un total de 18’325.000 habitantes, o sea 916.000 población adicional para cada curúl. Esto arroja que Bogotá tendría siete curules adicionales, Antioquia cinco, Valle tres y Cundinamarca, Atlántico, Bolívar y Santander tendrían una adicional. ¿Qué significa esto en términos de la proporcionalidad entre los votos depositados en un territorio y las curules obtenidas en ese territorio/departamento? En este caso utilizaremos el potencial electoral del 2014 -31’265.000-, no los efectivamente depositados que son muchos menos.

El promedio nacional arroja que se requerirían 205.693 votos para elegir un representante, pero para marcar los extremos, en Bogotá se requerirían 456.000 votos para elegir una curul a la Cámara y en Vaupés 4.621. Un voto en el Vaupés elegiría cien veces lo que un voto en Bogotá.

En síntesis, lo propuesto agravaría el problema de proporcionalidad que corrigió la introducción de la cifra repartidora al eliminar cocientes y residuos, en una magnitud de cinco veces. Esto sin tomar en consideración la desproporción adicional que introduciría la elección de las curules de afros, indígenas y campesinos, que se contarían dos veces en el territorio y en estas circunscripciones especiales.

Queda el problema de la representación. La suposición básica de la propuesta es que si se aumenta la proporción de representantes de un sector este se beneficiara en la asignación de recursos. Pero la realidad en Colombia es que ya hoy en día existe una sobre-representación del sector rural en el Congreso, sin que haya tenido el efecto que se asume en la propuesta de las Farc ¿Por qué? Porque hoy en día esta es una representación para beneficiar la clientela del elegido, nutrida por la predación que este hace de los recursos del Estado, y no la representación pública y colectiva de los habitantes de un territorio.

En ocho años los candidatos de las Farc van estar en la misma dinámica clientelista. Además de otros efectos adicionales. Imaginémonos el incentivo que se tendría en el Vaupés para comprar votos: los 4.621 votos potenciales se dividen entre nueve partidos, cada uno con una lista de cuatro curules, da 128 votos en promedio, a lo que se suma una abstención promedio de 56%. La imaginación alcanza para entender que seguramente se incentivaría la compra de votos a precios incluso más altos que los hoy existentes, fraccionando políticamente el departamento, en contravía de la construcción de una verdadera representación colectiva en el Vaupés y así en otros departamentos.

No se ve muy bien cómo la propuesta ayuda a transformar las costumbres electorales del país. Si las Farc no tienen en su radar la problemática de la representación, deberían. No sea que esta oportunidad histórica de ayudar a cambiar a Colombia genere propuestas que tan solo beneficien a las Farc.

En www.johnsudarsky.com puede consultar la propuesta de Sistema Electoral Mixto. Clic aquí para consultar el análisis de lo aquí expuesto.

* Senador del Partido Verde. Académico, investigador de Capital Social y empresario.

http://www.arcoiris.com.co/2013/08/sobre-la-propuesta-electoral-de-las-farc/#.Uh9_xbFkJgE.twitter

Nuestras historias

Senador Sudarsky insiste en su propuesta de Sistema Electoral Mixto

 

Ante la Secretaria General de la Cámara de Representantes, con el apoyo de 18 Congresistas de diferentes colectividades fue radicado el proyecto de ley.

El senador John Sudarsky, (Partido Verde), radicó ante la Cámara de Representantes la propuesta de Acto Legislativo 252 de 2013 que busca reformar el sistema con el cual son elegidos los miembros del Congreso.

Una de las principales novedades de la reforma, es la introducción de Distritos Electorales Uninominales (DUN) en todo el territorio nacional por cada cierto número de habitantes, proponiendo que sea de 410.000 para Cámara y 820.000 para Senado aproximadamente, lo que permitirá al ciudadano saber quién lo representa y al Congresista a quién le debe rendir cuentas.

La metodología de la elección será de la siguiente manera: primero, se escogerá el 60% de las curules en el Congreso por medio de los Distritos Electorales Uninominales (DUN), los ciudadanos eligen un Representante y un Senador. Resultará ganador quién obtenga la mayoría de los votos dentro del Distrito. Por cada partido abra sólo un candidato facilitando el uso del tarjetón electoral.

Segundo, utilizando los votos de los no elegidos en los Distritos Electorales Uninominales (DUN) se hará la elección de los miembros del Congreso del tramo proporcional que corresponde al 40% de las Curules. Para lo anterior, cada partido debe inscribir previamente una lista ordenada y cerrada de candidatos regionales para la Cámara o nacional para el Senado.

Esta reforma cambiará la forma de pensar y de hacer las elecciones tanto para partidos, candidatos como para los ciudadanos. La idea es:

1. Promover mayor control y participación política de la ciudadanía.
2. Los Congresistas sean más visibles frente a sus electores facilitando la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión.
3. Sustituir la existencia de clientelas privadas y dispersas por la representación de los intereses y necesidades de la totalidad de los habitantes de un DUN.
4. Reducir los costos de las campañas para los candidatos.
5. Pasar de un logo y un número a una cara y nombre en el tarjetón electoral, reduciendo los votos perdidos o anulados por error al marcar.

Prensa senador Sudarsky


Nuestras historias

Senador Sudarsky organiza seminario internacional sobre Sistemas Electorales

 

El próximo 26 de abril, diferentes actores, entre ellos el presidente Santos, se darán cita para debatir sobre la necesidad de cambiar el sistema electoral que rige al Congreso colombiano.

En el evento se reunirá la academia, representantes del Gobierno, medios de comunicación y diferentes actores de la sociedad civil interesados en discutir sobre las debilidades y problemas del actual sistema electoral, luego se presentará una propuesta que promueva la relación entre los ciudadanos y los representantes.

El seminario se realizará el 26 de abril en el auditorio de la Cámara de Comercio de Bogotá (sede Chapinero), a partir de las 7: 30 a.m., durante el mismo, el senador John Sudarsky (Partido Verde), expondrá su propuesta del sistema electoral mixto para Colombia.

Según Sudarsky, uno de los fines del evento es sensibilizar a la ciudadanía y a los líderes de opinión sobre el impacto que tienen los sistemas electorales en el clientelismo, el comportamiento electoral y la rendición de cuentas, siendo asuntos fundamentales en la democracia del país.

Por su parte, los académicos Susan Stokes y Piero Ignazi, expertos en temas electorales, participarán en el panel junto a Francisco Gutiérrez, Juan Pablo Milanés, Humberto de la Calle, Patricia Muñoz y Antonio Lizarazo, cuyas voces son consideradas autoridades en sistemas electorales nacionales e internacionales.


Mayor información
http://www.sistemaelectoralmixto.com

 

Oficina de Prensa del Senado

Nuestras historias

"Da tristeza el presupuesto para participación ciudadana": senador Sudarsky

 

Según el congresista, el Fondo para la Participación y el Fortalecimiento de la Democracia sólo tiene 1.500 millones de pesos al año.

En la audiencia pública de la ley de participación, realizada en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, el senador John Sudarsky (Partido Verde), manifestó que el Fondo para la Participación y el Fortalecimiento de la Democracia tiene tan sólo 1.500 millones de pesos de presupuesto, los cuales son a insuficientes para generar programas que contribuyan y hagan efectiva la participación ciudadana y el ejercicio de la democracia.

"Un presupuesto anual de 1.500 millones de pesos, apenas alcanzará para alquilar un recinto, comprar algunos refrigerios para un solo evento. Muy poco se puede hacer con estos recursos para establecer un plan de acción que motive a la ciudadanía a que participe", afirmó Sudarsky.

A la escasez de recursos, se suma la ausencia de una oferta articulada de Participación ciudadana en Colombia, lo que termina desmotivando a los ciudadanos que sienten que sus esfuerzos son perdidos. Por estas razones, entre otras, "es urgente avanzar en la Ley de participación en Colombia", dijo.

John Sudarsky señaló que es necesario definir si se desea promover la participación ciudadana, o si sólo es un enunciado de la política pública.

"En Colombia se ha debilitado la participación ciudadana porque no hay una oferta articulada que incentive a los ciudadanos. Cada vez son menos los ciudadanos vinculados a organizaciones o grupos sociales".

El tema presupuestal es muy grave, no se sabe cuál es el monto de los recursos invertidos realmente en promover la participación. "La inoperancia de la política de participación, es tal que no hay una política coherente de inversión de los recursos. Suele suceder las entidades registren muchos gastos a nombre de la participación, convirtiéndose en una caja menor", señaló el senador Sudarsky.

Prensa senador John Sudarsky

Nuestras historias

Senador Sudarsky propone al SENA responder a la demanda del sector productivo

 

Según el congresista, hay déficit de programas en educación técnica y tecnológica, mientras que abundan programas de formación para el trabajo no profesional.

 

En Colombia faltan programas educativos que respondan a la demanda del sector productivo, según denunció el senador John Sudarsky (Partido Verde) al señalar que hay déficit en oferta de formación técnica y tecnológica profesional, mientras que hay sobreoferta de estudiantes de pregrado.

Sudarsky presentó cifras que revelan que las capacidades tecnológicas de Colombia son pobres, según explicó, "existe escasez de personal calificado, poco gasto en desarrollo e investigación, y una baja relación universidad-empresa", en consecuencia, el esfuerzo académico no responde a las necesidades del sector productivo.

Sudarsky enfatizó que en los últimos 9 años los ingresos del SENA han aumentado en un promedio de 12,6% anual y que en un escenario donde la economía sigue creciendo al mismo ritmo que en los últimos años, los ingresos del SENA ascenderían a 2.4 billones para el 2014. Por lo que se debe esperar que estos recursos generen formación para mejorar la productividad.

John Sudarsky señaló que a pesar de la necesidad de tecnificar la formación, en la actualidad hay más crecimiento en los cursos de formación para el trabajo no profesional, a diferencia del crecimiento de cursos de Educación Técnica y Tecnológica Profesional que en promedio son de 2 años y proveen conocimientos y formación relevante para incrementar la actividad productiva.

"Al revisar las tasas de crecimiento por cupos al igual que en horas, la formación para el trabajo es la de mayor crecimiento. Mientras que la educación complementaria y profesional -técnico y tecnólogo- muestran menores tasas de crecimiento en cupos que en horas", señaló el congresista.

De igual manera, explicó que existen dificultades para los egresados del SENA que deseen continuar con la profesionalización en Institutos de Educación Superior, debido a la que las Instituciones de Educación Superior ofrecen reducidos programas para enlazar la cadena de formación de los egresados del Sena, al ser una decisión voluntaria como consecuencia de la Autonomía Universitaria.

Sudarsky le pidió al SENA no dejar de lado la formación para el trabajo no profesional, pero hacer un esfuerzo por aumentar la oferta de programas técnicos y tecnológicos y su proceso de encadenamiento con la educación universitaria, como lo pidió el Informe Nacional de Competitividad 2010.

"El país no tiene un Sistema de Control de Calidad para la educación para el trabajo no profesional. Esto es aún más relevante dado la gran asignación presupuestal de estos programas y la naturaleza de dicha financiación (parafiscales)", afirmó Sudarsky.

"Se necesita un sistema de control de calidad para la educación para el trabajo, que regule la calidad de todas las instituciones a nivel nacional que imparten este tipo de formación, pues en Febrero del 2011, existían 2.787 Instituciones de educación para el trabajo en Colombia con una oferta de 10.096 programas en las diferentes áreas del desempeño laboral", expresó.

Debido a la falta de articulación entre el Sena y el MEN, se encontró que entre 2003-2010 hay 138.183 estudiantes que se reportaron beneficiados de cursos del SENA, pero que no recibieron educación.

La denuncia fue realizada en Comisión Sexta en debate al SENA, donde estuvo presente el director del Sena, padre Camilo Bernal.

 

Prensa senador John Sudarsky

 

Consulte original

 

Nuestras historias

Hacia un sistema electoral mixto

Foto: Humberto Pinto

John Sudarsky, senador de la República

 

Una encuesta realizada por la Corporación Visionarios en febrero del 2010 arrojó un dato preocupante: cerca del 80% de los encuestados votantes no recordaba por quién había votado en el 2006 para la Cámara de Representantes ni para el Senado de la República.

 

¿A qué se debe el nivel de recordación tan bajo? Por un lado, el problema tiene una explicación práctica: el diseño del tarjetón dificulta saber por quién se vota e induce al error. La gente marca el logo de un partido y un número, pero no puede identificar al candidato de su preferencia.

 

De otro lado, existe una explicación política: en Colombia, la relación representante – representado es prácticamente inexistente, a pesar de que, hace 20 años, la Constitución dispuso que una de las formas en las que el pueblo ejerce su soberanía es, precisamente, por medio de sus representantes.

 

Esto se debe a que, en los países latinoamericanos, prevalecen los sistemas de elección proporcionales, que si bien favorecen la representación de todos los sectores sociales, dificultan el proceso de rendición de cuentas, por lo difusa que es esa representación. Por esa razón, es común que una comunidad no tenga claro quién es su representante ni a quién pedirle cuentas de su gestión, y que el representante no pueda identificar quiénes son sus electores ni cuáles son sus necesidades.

 

Para solucionar esta problemática, el senador del Partido Verde John Sudarsky viene impulsando un proyecto de reforma al sistema electoral, que busca fortalecer la relación entre representantes y representados, a través de un sistema mixto de representación. ¿En qué consiste esta iniciativa?

 

Distritos uninominales


Actualmente, la elección de senadores y representantes se realiza en circunscripción nacional, para los primeros, y circunscripciones territoriales, para los segundos. Además, existen circunscripciones especiales para las minorías y una circunscripción internacional.

 

En el caso de la Cámara, cada departamento conforma una circunscripción territorial, que tiene derecho a dos representantes y a uno más por cada 365.000 habitantes o fracción mayor de 182.500. De esta manera, dos o más personas representan los intereses de los habitantes de todo un departamento o, en el caso de Bogotá, del Distrito Capital.

 

La idea de Sudarsky es que esta representación se simplifique, partiendo de distritos electorales más pequeños. Así, cada departamento y el Distrito Capital se dividirían en distritos electorales uninominales (DUN) de aproximadamente 415.000 habitantes (ver documento Ejercicio de simulación de resultados electorales), que elegirían a un solo representante, por mayoría.

 

Además, para aumentar las opciones de las minorías políticas, existiría una circunscripción proporcional, en la que se elegiría otro porcentaje de representantes, de listas cerradas presentadas por los partidos. Para efectuar esa elección, se sumarían todos los votos de los DUN de una región determinada (por ejemplo, la región Caribe), sin contar los del ganador de cada DUN, y se repartirían las curules, aplicando el umbral y la cifra repartidora.

 

De otro lado, los departamentos cuya población no alcance para conformar como mínimo dos DUN (12, en la actualidad) integrarían una circunscripción territorial y tendrían, cada uno, dos representantes.

 

De esta manera, la Cámara quedaría integrada por 109 representantes, elegidos por DUN; 44, por circunscripción proporcional; 24, por circunscripción territorial, y 5, por las circunscripciones especiales (afrodescendientes y colombianos en el exterior), que se mantendrían.

 

En el caso del Senado, el sistema funcionaría de manera similar: cada DUN tendría 813.000 habitantes y elegiría a un senador, de forma mayoritaria (60, en total). La circunscripción proporcional elegiría a los demás senadores (40), de la misma forma que en la Cámara, con la diferencia de que la sumatoria de los votos de los DUN se haría a nivel nacional. Las dos curules correspondientes a las comunidades indígenas se conservarían.

 

Representación más clara


Este sistema, de entrada, solucionaría el inconveniente técnico: existiría un tarjetón para cada DUN, en el que los electores podrían identificar claramente a los candidatos, pues cada partido presentaría un solo candidato por DUN. Así, si existen nueve partidos, habría nueve candidatos por tarjetón, identificados con su respectiva foto y logo.

 

“En las últimas elecciones hubo 2.700.000 tarjetones anulados. No es que la gente no los entienda, es que están diseñados para que no los entienda. ¿Cómo se resuelve eso en la mayoría de países del mundo? Con sistemas uninominales”, comenta Sudarsky.

 

La relación entre representantes y representados también se beneficiaría. Como solo se elegiría un representante por DUN, el electorado podría identificar con claridad quién es su representante y le pediría cuentas sobre su gestión legislativa de una forma más contundente y efectiva.

 

“A esto”, agrega Sudarsky, “se suma un mecanismo de planeación participativa y presupuesto participativo, que vuelve más transparentes los recursos que llegan a las regiones. De esta forma, se sabe cuánta plata hay, y la gente entra en el proceso de reasignar las prioridades de inversión, de tal manera que el representante no solo sabe a quién representa, sino qué es lo que necesita la ciudadanía”.

 

Reducción de la abstención


El hecho de tener una representación más clara y de poder ejercer un control directo sobre la gestión del representante disminuye en los electores la sensación de “voto perdido”, especialmente arraigada entre la población de escasos recursos, y promueve la participación electoral.

 

“Los ricos votan cuatro veces más que los pobres, por los desplantes de los políticos. Esto permitiría que se incrementara su participación”, comenta Sudarsky. De hecho, con la implementación de los DUN, una localidad como Ciudad Bolívar, en Bogotá, tendría la oportunidad de elegir a dos o tres representantes a la Cámara, pues su población es de 1.200.000 habitantes, aproximadamente.

 

Hoy, en cambio, por lo disperso del sistema de representación, una comunidad como esta, de su importancia social y tamaño, tiene pocos incentivos para participar en los procesos electorales. El estudio El capital social de Bogotá, elaborado por Sudarsky en el 2002, muestra cómo la participación electoral del estrato 1 de la capital apenas alcanza el 25% de la votación de los estratos 5 y 6.

 

Partidos fuertes


Los partidos políticos también se beneficiarían con este sistema. En primer lugar, el hecho de que cada partido deba escoger un solo candidato por DUN fortalecería sus organizaciones territoriales y estrecharía su relación con la comunidad. Además, si los procesos de selección de candidatos se realizan de manera transparente y democrática, aumentarían su legitimidad.

 

Un punto importante es que los partidos tendrían que escoger de manera cuidadosa a sus candidatos, asegurándose de que cuenten con respaldo popular. “A los candidatos tiene que conocerlos la gente. Tiene que saber qué carrera han hecho históricamente”, anota Sudarsky.

 

Además, como la escogencia de los candidatos de la circunscripción proporcional debe obedecer a las decisiones internas del partido, se fortalecería su organización nacional y se crearía una especie de escala de méritos intrapartidista.

 

De otro lado, el sistema no castiga a las minorías políticas, pues sus posibilidades de elegir a un representante aumentan con la incorporación de la circunscripción proporcional, en la que todos los votos que no eligieron a un representante en los DUN son rescatados.

 

Disminución de costos de campaña


Y tal vez el mayor atractivo para los partidos y sus candidatos es la disminución de los costos de las campañas. Hoy, a pesar de que los caudales electorales suelen estar concentrados en un territorio, es necesario que la campaña se extienda a otros lugares del departamento o, incluso, del país (en el caso del Senado), con un desgaste de esfuerzos y de recursos.

 

Con el sistema propuesto, la actividad proselitista se limitaría a un territorio más pequeño y a una población identificable, lo que reduciría considerablemente ese desgaste. “Usted hace una actividad política densa y, como no tiene que gastar tanto, se disminuye el riesgo de acudir a estrategias corruptas”, explica Sudarsky.

 

La iniciativa, que cuenta con el visto bueno del presidente Juan Manuel Saltos, sería radicada en el Congreso en la legislatura que empieza el próximo 20 de julio. Sus pormenores ya fueron puestos en conocimiento de las autoridades electorales y de la mesa de unidad nacional, que integran los partidos de La U, Liberal, Conservador y Cambio Radical, en busca del apoyo necesario para que se transforme en acto legislativo.

 

> Proyecto de acto legislativo sistema electoral mixto

 

Consulte original

 

Nuestras historias

Senador Sudarsky presenta primera simulación del Sistema Electoral Mixto

Según el congresista, mediante esta propuesta la votación sería más efectiva, logrando además mayor y mejor rendición de cuentas.

Ante el  presidente del Consejo Nacional Electoral, representantes a la Cámara y senadores fueron presentados los resultados de simulación del funcionamiento en Colombia del Sistema Electoral Mixto, propuesto por el senador John Sudarsky (Partido Verde).

El congresista propone implementar un Sistema Electoral Mixto, vía reforma electoral, para cambiar la forma de elección de senadores y representantes a la Cámara, por medio de Distritos Electorales (60% de las curules), combinado con la elección por circunscripción proporcional (40% de las curules), con umbral y cifra repartidora.

Los partidos propondrán un candidato por cada distrito electoral uninominal, siendo elegido quien mayor número de votos obtenga en cada Distrito, y los candidatos  por circunscripción proporcional  serán elegidos por medio de listas cerradas en regiones (para Cámara de Representantes) y a nivel nacional (para Senado).

Esta reforma cambiará la forma de pensar y de hacer las elecciones tanto para candidatos, ciudadanos y partidos. La idea es tener un mayor control ciudadano, ya que la forma como opera el actual sistema electoral ha desacelerado el proceso de construcción de sociedad civil.

 

El senador John Sudarsky  explicó que, “es necesario avanzar en esta reforma electoral, pues las anteriores se han enfocado en gobernabilidad y fortalecimiento de partidos, pero no asumen la perspectiva ciudadana y de sociedad civil, perdiendo racionalidad colectiva en estos ámbitos”.

Entre las principales conclusiones del ejercicio de simulación de un Sistema Electoral Mixto se encontraron las siguientes:

 

1.   Actualmente son pocos los que deciden por muchos: La cantidad de votos  efectivos que determinan los ganadores en las elecciones de Congreso en Colombia es muy baja. En el caso de Senado de la República elegido en 2010, se presentó una abstención del 56%. Del total de votos depositados, sólo el 78% efectivamente incidió. Esto significa que sólo una tercera parte del Censo Electoral es la que toma decisiones a nombre de la mayoría.

2.   En varios departamentos existe concentración de votación a favor de unos candidatos.  Un alto porcentaje de senadores y representantes a la Cámara son elegidos por la votación obtenida en zonas específicas. Por ejemplo:

 

•Olga Suárez Mira y Liliana Rendón (Partido Conservador), en Antioquia.

•Myriam Paredes (Partido Conservador) en Nariño.

•Eugenio Prieto y Arleth Casado de López (Partido Liberal) en Antioquia y Córdoba,respectivamente.

•Antonio Guerra de la Espriella (Cambio Radical) en Sucre.

•Jorge Eduardo Londoño y Gilma Jiménez (Partido Verde) en Boyacá y Bogotá respectivamente.

•Juan Carlos Rizzetto (PIN) en Valle del Cauca.

•Dilian Francisca Toro (Partido de la U) en Valle del Cauca.

•Juan Lozano (Partido de la U) fue el candidato que más votos obtuvo en la región de      noroccidental de Cundinamarca.

 

La Circunscripción Proporcional permite la representación políticas de personas que no suelen estar agrupadas o concentradas territorialmente, como es el caso del Polo,  el MIRA, y  candidatos que tienen presencia nacional.

De haberse aplicado el Sistema Electoral Mixto en las elecciones de Congreso de 2010, 43 Candidatos a la Cámara de Representantes que no resultaron elegidos estarían en estos momentos representando a determinados territorios y 22 de los actuales Representantes a la Cámara no habrían llegado a obtener la curul. En el mismo sentido, 13 candidatos al Senado, que no resultaron elegidos en 2010, estarían ejerciendo.

La actual propuesta  busca promover la sociedad civil, generar mecanismos de relación entre ciudadano y representante que permita superar problemas persistentes como es el olvido de quién es su representante, la falta de rendición de cuentas y la persistencia del clientelismo como forma de relacionarse entre representantes y representados. 


 

Prensa senador John Sudarsky

Contacto periodístico: 3112123018

 

 

Consulte original

 

 

 

 

Nuestras historias

John Sudarsky denuncia injerencia​s indebidas en el Partido Verde

 

Bogotá, mayo 25, 2011
 
Señor Luis Eduardo Garzón
Presidente Vocero Partido Verde de Colombia

ESD
 
Estimado Sr. Presidente-Vocero:

Quiero expresarle mi más aguda preocupación por los hechos ocurridos en las Direcciones Nacionales (DN) del Partido los días  del día  12 y 19 de mayo, especialmente a la injerencia indebida del Sr. Álvaro Cruz en los temas que son sujetos de deliberación de la DN, y a la filtración de los comentarios que en ella se hacen nada menos que por parte del Copresidente y Precandidato a la alcaldía de Bogotá, Sr. Enrique Peñalosa.

La reunión del 12 de mayo revistió una especial importancia porque se estaban definiendo la dirección que debía tomar el partido, especialmente frente a las alianzas con otras fuerzas políticas. En su momento yo intervine para definir qué era lo que estaba en juego en ese momento en el país,  que a mi entender era la posición contra la corrupción y las señales que se dieran contra ella. Estábamos al filo de la navaja y el país, si se le daban las señales equivocadas, podría irse en la dirección de personas  vinculadas a los escándalos en la Salud, por ejemplo, donde en un email una ex funcionaria celebraba regocijada que "salimos de pobres", señales equivocadas que harían crear una verdadera avalancha hacia el todo se puede.

Anote en esta discusión, abstracta y de principios políticos, que al mencionar en  una reunión de Verdes que había tenido en uno de los municipios aledaños a Bogotá, cuando se mencionaron posibles candidaturas a la gobernación de Cundinamarca, el nombre de Álvaro Cruz  había provocado un desconcierto agudo.  Explícitamente los participantes expresaron su preocupación de que se le diera apoyo a las aspiraciones de tal señor pues había perjudicado directamente al municipio. El tema se tocó, debo reiterar, no para hablar de la probidad del Sr. Álvaro Cruz sino del efecto devastador que tendría una señal equivocada en la ciudadanía y en la viabilidad del estado colombiano.

La discusión prosiguió cubriendo distintos temas, en una reunión llena de debates y posiciones. Cuando yo salía Enrique Peñalosa me comentó que no tenía sentido que me dejara influenciar por los comentarios que se dieran en tal municipios, que finalmente Álvaro Cruz tenía el respaldo a la gobernación de "tres partidos políticos". La conversación terminó allí. Cuál sería mi sorpresa cuando el día miércoles 18 de mayo recibo una llamada del Sr. Álvaro Cruz en la cual me exige  le dé los documentos y el nombre del señor que había expuesto su preocupación, que su único patrimonio era la honra, que si yo sabía de algo debía hacer las denuncias respectivas, en fin, todos lo manidos argumentos que se utilizan para amenazar y coartar el libre debate en un directorio político cuya más importante función es escoltar todas estas opiniones para tomarlas en cuenta en el direccionamiento del partido. El mencionado señor me pidió entonces que yo debía corregir lo dicho, o si no me exponía a que el entablara demandas penales en mi contra. Efectivamente me dijo que él tenía el respaldo de los tres partidos y que había sido Enrique Peñalosa el que le había comentado lo que se dijo en la DN. Mi respuesta fue que yo no tenía nada que comentarle a él, que no iba a rebelar mis fuentes, que esta era una reunión privada de la dirección nacional del partido y que el tema lo iba yo a llevar a la dirección pues consideraba que estas filtraciones eran un atentado a la libre deliberación que debe ser la norma en estas instancias. El señor Cruz me contestó que era conveniente que yo pensara que iba a hacer " con cabeza fría “, que toda conversación entre más de una persona era pública  y me pidió que registrara su celular.
Inmediatamente llame al Sr. Vocero Presidente para expresarle mi indignación con Enrique Peñalosa, por estar sacando de contexto y filtrando esta información a  Álvaro Cruz para que me llamara en el anterior tono, que no entendía como Enrique Peñalosa ponía por encima de su responsabilidad con el Partido sus conocidas relaciones de amistad con Álvaro Cruz y, además, como tergiversaba la naturaleza de mi intervención en el debate de la DN. Le pedí que se llevara el tema a la dirección del día siguiente, lo cual efectivamente se dio el día 19.

En tal debate el Dr. Alfonso Prada reconoció que mi intervención  había sido una valoración política que no involucraba a nadie. “Es una reflexión académica sin la intención de denunciar a nadie”.  Sin embargo advirtió que era necesario tener cuidado con  imputaciones  y que era nuestro deber ciudadano y como funcionarios públicos de denunciar un delito. “Sea contra quien sea. No podemos convertirnos en cómplices”, que el partido no podía permitir que se hicieran afirmaciones que no vinieran acompañadas de las respectivas documentación jurídica. Exprese que en mi entender esta posición  eliminaría la posibilidad del debate político y por personas que no fuéramos abogados. Adicionalmente el representante legal del partido, Carlos Ramón Gonzáles añadió que los debates de la dirección política deberían hacerse inclusive con periodistas presentes en todo momento y que tales deliberaciones eran por definición públicas. El presidente vocero expresó la intención de hablar con Enrique Peñalosa y Álvaro Cruz.
 
Pienso que lo que sucedió es inaceptable, especialmente el comportamiento de Enrique Peñalosa. Me resulta moralmente imposible continuar acompañando su precandidatura a la Alcaldía de Bogotá ya que su comportamiento me ha dejado de generar confianza. 

En cuanto al señor Álvaro Cruz rechazo de manera categórica la manera como busca coartar y maniatar el debate en la Dirección Nacional del Partido Verde y ejercer injerencias indebidas en sus deliberaciones. En ese sentido me opondré categóricamente a cualquier alianza del PV  con su candidatura a la gobernación.  Continuando con el argumento de Carlos Ramón  Gonzalez de que todos estos eventos son públicos, y contrariando lo que ha sido mi costumbre de dilucidar nuestros conflictos internamente, aun aquellos de la mayor intensidad, considero que la violación de esta regla por Enrique Peñalosa me permite hacer esta comunicación pública.
 
Atentamente,
 
 

 

John Sudarsky
Senador del Partido Verde 

Consulte original

 

 

 

Nuestras historias

El patrimonio del agua, derecho de todos los colombianos

 

El senador John Sudarsky (Partido Verde) lideró el trabajo en plenaria del Senado para  que  la gestión de la oferta del recurso hídrico y las funciones de Ordenamiento Territorial continúen siendo  competencias fundamentales del Ministerio de Ambiente,  evitando así que éste ministerio quedara debilitado al entregarle estas facultades de manera exclusiva al nuevo Ministerio de Vivienda.

Acogiendo las inquietudes de expertos ambientales, como el ex ministro de Ambiente Manuel Rodríguez, y de la Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y Desarrollo Sostenible al proyecto de ley número 166 de 2010 senado y 053 de 2010 en Cámara, el senador Sudarsky  presentó  una proposición a la ministra Beatriz Uribe, para evitar que el Ministerio de Ambiente terminara debilitado luego de la escisión de los ministerios, al perder la funciones la regulación tanto del Agua como del Ordenamiento territorial.

La ministra Beatriz Uribe aceptó acoger la propuesta del senador John Sudarsky e  incorporó la proposición, permitiendo así que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible continúe con todas las facultades previstas en la ley 99 de 1993 en el tema de conservación y preservación de los recursos naturales y la ley 388 de 1997 de ordenamiento Territorial, lo que le permitirá mantener todos sus objetivos y funciones, especialmente en lo que se refiere a  las políticas frente al recurso hídrico y el desarrollo territorial

El ministerio de  Ambiente, conserva sus facultades y objetivos de manejo y conservación del recurso hídrico en Colombia, al tiempo que el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio tendrá bajo sus funciones el manejo del agua de la bocatoma a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales y de ésta al hogar.

En cuanto  al ordenamiento territorial, segundo componente del debate,  este va a pertenecer al tema de vivienda sin abandonar el componente ambiental. Como aclaró la ministra Beatriz Uribe: "No hay municipio del país, que haya logrado tomar decisiones en materia de ordenamiento territorial sin incorporar en debida forma la variable ambiental", enfatizó.

A partir de ahora, el Senado y la cámara deben incluir incluir unas instancias de coordinación alrededor de los temas de agua y ordenamiento territorial en los decretos reglamentarios, ya que ambos ministerios compartirán responsabilidades en estas áreas.   

Mientras que el Gobierno Nacional tienen seis meses, a partir de la publicación de la Ley, para estructurar la cartera del ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, así como la de Vivienda, Ciudad y Territorio, y la de los otros ministerios a los que se aprobó la escisión: Protección Social y Salud, y Justicia e Interior.

 

Consulte original

 

Nuestras historias

Propuesta de Reforma del Sistema Electoral llegó a la Mesa de Concertación

 

Con receptividad, la mesa de Concertación de la Unidad Nacional, escuchó la propuesta de reforma al Sistema Electoral liderada por el Senador del Partido Verde John Sudarsky, realizada en el octavo piso del Ministerio del Interior.

El acontecimiento tiene doble importancia, uno, porque por primera vez un senador del partido Verde ( independencia deliberativa) el cual no hace parte de la Coalición de Gobierno, se sienta en la Mesa de Concertación de la Unidad Nacional donde se reúnen los líderes de las bancadas de la coalición de Gobierno. Y en sSegundo lugar, porque es un paso más que se da en el proceso de socializar y promover esta iniciativa que busca reformar el Sistema Electoral en Colombia, para cambiarlo a un Sistema Mixto, como en Alemania, donde los representantes a Senado y Cámara son elegidos por un método que permite que los ciudadanos tengan muy claro quién resultó elegido, y así mismo facilita hacer un seguimiento a su labor parlamentaria y al rendición de cuentas.

Los congresistas presentes en la mesa de Concertación de la Unidad Nacional fueron: José Darío Salazar, Telésforo Pedraza, Álvaro Ashton, Myriam Paredes, Juan Lozano, Guillermo Rivera, Germán Varón, y con la presencia del ministro Germán Vargas Lleras y su equipo de asesores.

Esta reunión es la continuidad de la reunión realizada con el Presidente Juan Manuel Santos quién se comprometió a que las bancadas reunidas en la mesa de Concertación de la Unidad Nacional estudiarían esta propuesta de Acto Legislativo para reformar el sistema electoral en Colombia.

La propuesta introduce el sistema Mixto de Representación el cual requiere una reforma profunda al sistema de representación política en Colombia que parte de respetar la reglamentación vigente a los distritos especiales de indígenas, negritudes y residente en el exterior.

La novedad de la propuesta radica en la creación de Distritos Electorales Uninominales (DUN) por cada 410.000 habitantes en zonas con unidad territorial, social y cultural, cada uno de los cuales debe elegir un (1) un representante a la Cámara. De esta manera, cada elegido está comprometido a trabajar por su Distrito, y a los ciudadanos se les facilitará de esta manera hacer seguimiento a la gestión, exigir rendición de cuentas y participar en los procesos de planeación.

Aquí se conformaría ya el 70 % de la Cámara de Representantes, el restante 30% se elegirá por medio de cifra repartidora de acuerdo al número de votos totales depositados por cada partido.

La reforma plantea también cambios en la forma de representación elección del Senado, al proponer una composición de 40% proporcionales a nivel nacional y 60% por Distritos Electorales
Uninominales

El nuevo sistema de representación política permitirá establecer con mayor claridad la relación entre el ciudadano y el representante elegido, dinamizar procesos de participación y planeación colectiva, aumentar la rendición de cuentas y el control social, y avanzar en la descentralización.

Asesora de Prensa- Sandra Gutiérrez - Cel 311-2123018

Consulte original

 

Nuestras historias

La Evolución del Capital Social en Colombia, 1997-2005

I.                   Introducción

 

Uno de los conceptos más atractivos que han aparecido en las últimas décadas en las ciencias sociales ha sido el del Capital Social. Este cobija algo que intuitivamente todos sospechábamos, que las relaciones entre las personas tenían un valor hasta ahora desconocido, especialmente por la economía, la ciencia social hegemónica contemporánea. Desde distintos espacios el concepto ha sido abrazado especialmente porque reconoce el valor que muy a menudo, de forma romántica, se le atribuye a comunidades premodernas y con ello una riqueza hasta ahora despreciada.  Si bien el concepto del Ksocial  tiene raíces que arrancan con las ciencias sociales[1], son el planteamiento de Coleman (1988)  y especialmente el de Putnam (1993) el que trae el concepto al lugar preponderante que ocupa hoy, tanto que las agencias internacionales, especialmente el Banco Mundial, lo toman en consideración en la evaluación de algunos de sus proyectos.  Coleman da una definición funcional para descubrir donde hay capital social, planteando que cuando lo hay, se presenta un resultado adicional en el logro de objetivos atribuible a las relaciones entre  actores, sean estos personas u organizaciones. Entre los efectos clásicos están la relación entre vecinos que vigilan los niños de un barrio y hace que estos estén mas seguros, la confianza y el buen clima de trabajo que hace que la productividad de la organización sea mayor, en fin, una miriada de ocasiones que hace necesario preguntarse metodológicamente como saber donde existe tal capital y como se hace para medirlo. Coleman mismo define una agenda de investigación donde el concepto se desdoble en dimensiones para comprobar los diferentes efectos de estas en la calidad del Ksocial.

 

Pero es Putnam (1993) quien tratando de explicar las diferencias de desarrollo económico entre las regiones del norte y el sur de Italia bajo una estructura institucional semejante prueba el valor del Ksocial en su famosa ecuación: Sociedad Fuerte, Economía Fuerte; Sociedad Fuerte, Estado Efectivo. En ella prueba como el Ksocial medido como la abundancia de organizaciones voluntarias explica la diferencia entre estas regiones en crecimiento económico y en la efectividad del estado regional.[2] Evidentemente entonces era necesario fijarse en estos aspectos de la sociedad para consideraciones sobre el desarrollo económico y, además, porque producía un estado efectivo, cosa que el solo desarrollo económico previo no hacia.  Igualmente el resultado de Putnam validaba la importancia de la sociedad civil: lo público no estatal, en momentos en que este concepto tenía un gran auge por la caída del muro de Berlín y, entre nosotros, por la Constitución de 1991 que le otorgaba la soberanía al Pueblo.

 

II. El Barcas y los resultados en Colombia

 

Los resultados de Putnam llegaron a Colombia directamente al Consejo Nacional de Planeación que por primera vez se reunía para conceptuar sobre el plan de desarrollo del gobierno Samper (1994-1998), e incorporo al Plan la noción del Capital Cívico- Institucional, el cual debía ahora ser medido, tarea que el Departamento Nacional de Planeación (DNP) le encomendó al autor. 

 

El problema fundamental para el estudio de los componentes del Ksocial es la ausencia de un índice confiable que se convierta en el sujeto de estudio para no repetir un malentendido que hoy en día se da, por ejemplo, al tomar la participación cívica que utilizó Putnam para medir el Ksocial como el todo de este.  La búsqueda de un indicador sintético se ha resuelto anteriormente, por ejemplo en psicología, en los años mil novecientos treintas, en la medición de la Inteligencia, por medio de una técnica estadística llamada Análisis Factorial. Esta técnica de reducción de datos establece para un mundo conceptual empíricamente medido cuales factores independientes y ortogonales entre sí, explican mejor la variedad de resultados que se dan, por ejemplo, al aplicar un test. Al final entonces queda que la Inteligencia tiene componentes de inteligencias espaciales, verbales, numéricas, etc. que después de ya casi un siglo de estudio explican la casi totalidad de la varianza del espacio conceptual medido. El procedimiento además calcula una calificación para cada persona que contesta el test, con lo cual uno tiene un índice de los factores, lo que sería en el caso que nos atañe la cantidad de Ksocial que la persona tiene. Para lo anterior se diseño un instrumento que recogiera los diferentes componentes que la literatura científica  indicaba que podrían contener Ksocial. El Barómetro del Capital Social (Barcas) toma una serie de preguntas, alguna de ellas copiadas de la Encuesta Mundial de Valores (EMV, Inglehart y Welzel, 2007) que permitían referenciar internacionalmente los resultados,  elementos que terminaron agrupados en diez dimensiones. Ya con estas dimensiones medidas en un pretests, la medición de 1997 (Sudarsky, 2001), y destiladas para la medición en el 2005-6, se hace el análisis factorial. Por ser esta última medición fruto de una mayor depuración del instrumento, centraremos esta presentación en lo que arrojó la segunda medición y los cambio frente a la de 1997.  Un requisito importante del instrumento es que tuviera la capacidad de medir el Ksocial en formaciones sociales muy diversas, por ejemplo en una comunidad indígena “primitiva”, en grupos sociales sin lazos comunitarios o en la sociedad cívica moderna (SCM) que encontró Putnam en el norte de Italia y el  arquetipo hacia el cual debemos encontrar nuestra ruta. Las dimensiones medidas son:

 

1. Solidaridad y Mutualidad: El grado de solidaridad (quien puede ayudar a la gente cuando tiene problemas) que se percibe de diferentes fuentes o, en un sentido negativo, su ausencia (Atomización). Junto con Jerarquía y Relaciones Horizontales son la esencia del Tejido Social y el núcleo del Ksocial.

 

2. Participación Política: Se midieron las democracias representativas (eslabonamiento legislativo: qué tanto lo representan los representantes -Sudarsky, 1992-) y ejecutivo, la participativa (conocimiento y uso de mecanismos de participación), la votación, y el ciclo completo de las habilidades políticas, amén de opiniones y membresía en los partidos políticos.

 

3. Participación Cívica: La membresía activa o no activa en Organizaciones Voluntarias (OV) seculares. También llamada densidad organizacional de la sociedad civil.  Incluye entre otros el trabajo voluntario.

 

4. Jerarquía o Articulación Vertical: La vinculación con organizaciones que articulan verticalmente la sociedad (la Iglesia, los gremios, los sindicatos o los partidos políticos). Si bien Olson (1965) las considera un obstáculo para el desarrollo y Putnam las considera marginales para generar capital social, su capacidad para generar Ksocial se hizo evidente desde 1997.

 

5. Relaciones Horizontales: Solidaridad en relaciones horizontales, esto es, la ayuda de personas iguales a uno, de su mismo nivel. Incluye también la solución horizontal a problemas colectivos.

 

6. Medios: Este tiene dos elementos: Actividades con los medios, por ejemplo, llamar a un medio en vivo para participar en él o escribir cartas al editor de un periódico o leer periódico, y, segundo, la confianza en los periódicos, la televisión o la radio.

 

7. Confianza Institucional: La confianza en una gama amplia de instituciones.

 

8. Control Social: el control social de la sociedad sobre el Estado; en contraposición de la noción de la soberanía en la Nación, se refleja la soberanía en el Pueblo. Comprende, primero, la confianza en organismos que controlan el Estado, como el Congreso, la Fiscalía o los Medios; segundo, el conocimiento y uso de los mecanismos de participación que permiten hacer control al Estado, y tercero, la Accountability, mal traducida como la rendición de cuentas y refleja la responsabilidad pública de los elegidos ante sus electores.

 

9. Republicanismo Cívico: El ciudadano responsable de lo público. Confirma la polaridad que Clark (1994) estableció frente al clientelismo y al particularismo no ideológico y orienta a responder: En lugar de clientelismo, ¿Qué?

 

10. Información y Transparencia: La calidad y suficiencia de la información recibida para ejercer la ciudadanía. Gracias a esta dimensión apareció en la medición un factor distinto al capital social.

 

Las anteriores dimensiones se componían de variables y esta a su vez se conformaban con los ítems que efectivamente estaban en el instrumento de medida. Con ello se lograba una precisión muy grande en el análisis de los resultados. El Barcas se aplicó a sendas muestras nacionales de 3.000 personas, con todas las precauciones estadísticas requeridas. Adicionalmente en el 2005 se tomaron muestras más amplias en las grandes ciudades del país de tal manera que se pueden hacer análisis separados, inclusive a nivel de localidades/comunas, para cada una de ellas.

 

 

III. Ksocial, Confíe y Fenoval

Al aplicar el análisis factorial en la medición del 2005 se encontró que lo que pretendíamos medir como Ksocial eran en realidad tres factores, los cuales en su conjunto explicaban 65% de la varianza. El primer factor era evidentemente el Ksocial y se conformaba por las dimensiones de Mutualidad y Reciprocidad, Participación Política, Participación Cívica, Relaciones Horizontales y Jerarquía. El Ksocial describía el estado de la Sociedad. El segundo factor: Confianza y Control Indirecto del Estado (Confíe) se refería entonces mas a la estructura institucional del país y el grado de confianza que la gente sentía respeto a ella (Confianza Institucional). Adicionalmente incluía el Control Social, es decir el control de la sociedad sobre el Estado.  El tercer factor, que ya había aparecido para 1997 era Fe en Fuentes de Información no Validada (Fenoval), el cual como se verá resultó ser muy paradójico. Refleja la percepción de las personas sobre la buena calidad y suficiencia de la información que ciertas fuentes (el Estado, los medios de comunicación, etc.) proveen sin tener los medios sociales (participación cívica o política) para “comprobar” si esta información es valida, en el sentido que se tenga un grupo de referencia que permita juzgar  si esta información es “cierta”. Se parte de la suposición de que la veracidad de una información es socialmente construida sin pretender que esta sea objetivamente cierta como puede serlo en el mundo físico.  En contraposición a los dos factores anteriores, un puntaje alto en Fenoval no es deseable del todo. La dimensión que le da identidad a Fenoval es Información y Transparencia. Sin embargo, Republicanismo Cívico, la noción del ciudadano responsable de lo público, también se situó en este factor, uno de los resultados más preocupantes de la medición pues refleja que este es un mito, algo que los ciudadanos creen sin que en realidad se tome responsabilidad por lo público. Esta responsabilidad solo se asume de forma real cuando se participa política o cívicamente, las dimensiones del Ksocial que se vinculan con la caída de Fenoval. 

 

Las dos participaciones mencionadas ilustran aquellas dimensiones que vinculan dos o más factores, las “bisagras” que permiten, por ejemplo aumentar Ksocial y Confíe -vincular la sociedad con la estructura institucional- o Ksocial y Fenoval – validar socialmente la información: más participaciones menos Fenoval.  ¿Cuáles otras dimensiones tiene estos efectos? Si Relaciones Horizontales crece aumenta Ksocial y disminuye Confíe; sí Medios crece aumenta Confíe y disminuye Ksocial;  sí Información y Transparencia crece aumenta Fenoval y disminuye Ksocial. Ninguna dimensión tiene el efecto de aumentar Confíe y disminuir Fenoval. Sin embargo, dada la importancia de encontrar estas relaciones, se exploraron más en detalle las variables y los ítems que establecen estas relaciones que se presentarán si el espacio disponible aquí lo permite.

 

 

IV. Los cambios en los Factores 1997-2005

 

Contando ya con las calificaciones individuales en cada factor y la relación de las dimensiones (y variables) con los factores, se puede proceder a calcular los cambios en los factores. Para ello  se reconstruyen los de la primera medición por medio de procedimientos estadísticos: una misma regresión no estandarizada del 2005 se aplica al 2005 y a 1997 y sus resultados se restan para identificar el cambio.  Según lo anterior:

 

El Ksocial aumentó un muy importante 106%, más que duplicando el que tenía el país en 1997. Este aumento lo produce principalmente el aumento de la dimensión de Mutualidad y Reciprocidad (su promedio pasa de 2,80 a 13,96) seguida de cerca por la Participación Política y con impacto menor pero positivo de Relaciones Horizontales,  Jerarquía o articulación vertical y Medios (que cae y con ello aumenta el Ksocial). Por otro lado, disminuyen el Ksocial Información y Transparencia (que aumenta y se verá reflejada en Fenoval) y la caída de Participación Cívica cuyo promedio cae un 22%. Este resultado es uno de los más preocupantes de la investigación. Si la Participación Cívica se hubiera mantenido al mismo nivel que en 1997, el Ksocial no hubiera crecido el 106% sino el 143%.

 

Por otro lado es útil referenciar internacionalmente el nivel de Ksocial. Para ello resulta útil el resultado de sobre la Confianza Interpersonal a nivel nacional (En términos generales, diría usted que ¿se puede confiar en la mayoría de las personas o que no se puede ser tan confiado al tratar con la gente?), una proxy del Ksocial a menudo utilizada. Colombia tenía en 1997 un valor de 10,1% en el 2005 un 14,3% con una tasa de crecimiento del 4,48 anual compuesto semejante al 5% que tuvo Italia desde 1959 a 1990 (paso de 8% a 37%). Si bien Colombia continúa en el extremo bajo de los países medidos en la EMV, esta creciendo a un muy buen ritmo, un dato muy esperanzador. Es fundamental no solo registrar donde se estaba,  si no además hasta donde se avanzó y a que velocidad se está creciendo  para apreciar los cambios positivos haciendo públicas  las experiencias exitosas que los producen y así  aprender  de ellas.

 

Confíe cayo un dramático 100%, casi exclusivamente por la caída de la Confianza Institucional y en menor grado por la caída de la confianza y las actividades con los Medios. El efecto negativo  del aumento en Relaciones Horizontales fue marginal. Control Social fue la única dimensión que al aumentar, principalmente sus variables de los mecanismos de participación para controlar el estado[3] y la Accountability, lograron detener en algún grado la despeñada de la Confianza Institucional (el promedio cayo de 121 a 87). Los únicos ítems que se salvaron fueron la Confianza en el Gobierno Nacional que aumento un 13% y Confianza en el Gobierno Municipal que permaneció igual. En Control Social el mecanismo de participación que mayor impacto tiene en el aumento de Confíe son las Veedurías Ciudadanas que además tiene el efecto de aumentar el Ksocial. Con ello encontramos el mecanismo de que el Ksocial se vierta en Confié y liga la sociedad con la estructura institucional. Este efecto de los mecanismos de participación persistía con algún otro mecanismo de participación cuando se excluían de los análisis las Veedurías.   

 

En cuanto Fenoval el resultado es igualmente preocupante: aumentó un 133%. Este se debió principalmente al aumento de Información y Transparencia, el núcleo de Fenoval, y al aumento de la creencia de que los ciudadanos se responsabilizan de lo público. Por otro lado la caída de la Participación Cívica aumento Fenoval pues se perdió la membresía en las organizaciones voluntarias seculares, ámbitos de la sociedad civil donde se puede validar la información. El aumento de la Participación Política apenas compensó el efecto de caída en la Cívica. Como se verá mas adelante, cuando se discutan los resultados en las ciudades colombianas más importantes, la caída de Fenoval es indispensable para la transformación cultural y política de un territorio, y con ello la gente registrar la triste realidad en la cual está inserta, para comenzar a cambiarla. Pero ello no es suficiente.

 

 

V. Las dimensiones en el aumento de Ksocial

 

Evidentemente resultados tan disímiles en las tendencias en los tres factores requiere desmenuzar los resultados vía los cambios en las dimensiones, especialmente tomando en cuenta las que son bisagras. Como se mencionó Mutualidad y Reciprocidad fue la dimensión que mas aportó al aumento del Ksocial. En ella hubo una gran recuperación general en Solidaridad (mas notables las ayudas del Estado y las entidades de caridad/humanitarias) y  Reciprocidad, y la caída de Oportunismo.Sin embargo, aumentó la Atomización, principalmente por personas que no pertenecen a ninguna OV secular o religiosa. Cali fue la única ciudad dónde la dimensión no creció. Bogotá y Barranquilla fueros las ciudades con mayores crecimientos. Sin embargo esta dimensión no liga al Ksocial con los otros dos factores.

 

La Participación Política también hizo un aporte notable al aumento de Ksocial y uno menor a la caída de Fenoval. Tuvo un aumento importante en su medida más convencional, la votación, que aumentó  en todos los territorios medidos. En esta Medellín mostró un avance muy importante, especialmente por la caída del porcentaje de personas que decían no poder votar que paso del 56% en 1997 al 2%.  Igualmente hubo crecimientos en Habilidades Politicas, y en uso y conocimiento de Mecanismos de Participación, la esencia de la democracia participativa. Sin embargo la variable de Eslabonamiento Legislativo, la esencia de la representativa (para cada uno de los cuerpos legislativos: votó, sabe quien hubiera sido su representante, si este salio elegido y cual de todos  considera es el que mejor lo representa) tuvo una caída general, salvo en Medellín que cuenta con presupuesto participativo local anual. Para evaluar el conocimiento y uso de los mecanismos de participación, se usó una escala de 0 a 10. Si no conocía el mecanismo el puntaje era 0, si se conocía pero si no sabía de alguien que lo hubiera usado se le otorgaba 5 puntos y si se cumplían tanto el conocimiento del mecanismo como el conocimiento de alguien que lo haya utilizado la calificación era de 10 puntos. Con respecto al grado de conocimiento y de uso de los mecanismos de participación, se encontró un hecho positivo pues en 1997 el 27,9% de la población no conocía ningún mecanismo de participación, excluida la Tutela, pero en el 2005 esta cifra es del 18,8%. Evidentemente el análisis pormenorizado de la figura 1 no es posible hacerla aquí. Baste decir, por ejemplo, que el mayor cambio se ha dado en los Consejos Territoriales de Planeación (117%) pero aún el 70% de la población los desconoce.

 

En cuanto a la Participación Cívica la variable esencial, la definición operacional de la Sociedad Civil, es la membresía activa (10), inactiva (5) o no pertenencia (0) en organizaciones voluntarias seculares, calificaciones con las cuales se calcula la Densidad de cada organización. El porcentaje de la población que no pertenece a ninguna OVsecular salta de  42% en 1997 a un  58% en el 2005, un crecimiento de un 38%. Este, en los ocho años entre las mediciones arroja un aumento anual compuesto del 4%, un verdadero desangre del Ksocial y la elevación de Fenoval[4]. En Densidad la única que crece son las organizaciones agrarias; la que mas cae son los partidos políticos. El trabajo voluntario, otra índice de la dimensión ha caído también un 25% para llegar a tan solo 36% de la población, del 48% que se registraba en 1997.

 

 

 

Figura 1. Conocimiento y uso de los mecanismos de participación 2005/1997

 

 

Relaciones Horizontales aumento principalmente por Solidaridad Horizontal y en Solución Horizontal a Problemas Colectivos. Jerarquía aumento levemente.  Sin embargo todas las organizaciones que hacen la medicación (iglesia, gremios, sindicatos y partidos) cayeron en densidad y confianza agravando un problema que ya se consideraba crítico en 1997: la gobernabilidad[5].  Las caídas en las iglesias hacen que la poca secularizad comparativa que tenía la sociedad colombiana no se hubiera alterado porque la densidad de tales organizaciones religiosas cayó al unísono con la de las organizaciones seculares.

 

 

VI. Las Implicaciones del Aumento en Fenoval

 

El aumento en Fenoval indica una perdida de instancias de validación de la información y representa un grave problema para la sociedad colombiana.  La gente delega su responsabilidad por lo público y prefiere ir al espacio de las creencias en lugar de comprobar que tan valida es la información que recibe.  En ese sentido la interpretación de Fenoval es contraintuitiva y todo lo que parece deseable, especialmente respecto a las fuentes de información refleja tan solo Fe: Creer lo que no vemos…  Igualmente sucede respecto con el Republicanismo Cívico con su considerable aumento. Esto lleva a pensar que, si bien el mundo que describe un Fenoval alto es un mito, ¿Cuál es el conjunto de realidades que sí son válidas? Estas realidades pueden no ser del todo deseables pero por lo menos detectan una situación mas válida.

 

En el  Republicanismo Cívico, la mayoría de sus variables, incluida Particularismo que debería disminuirlo, aumentan Fenoval. Clientelismo, que aumenta su promedio, baja Fenoval (aporte -7%) y Responsabilidad del Éxito de lo Público que cae en todos sus componentes, efectivamente disminuye Fenoval, la variable que más lo hace (-17%). La caída en esta última variable indica una fuerte desmovilización de la ciudadanía de lo público, donde la menor responsabilidad describe más precisamente la “realidad” que la opinión  contraria.  Es decir, que aquellos que afirman que se responsabilizan de lo público, en sus varias esferas, lo afirman como una opinión o creencia sin que esta se refleje en acciones concretas (más participación cívica y política). Este resultado en conjunto con los de las demás variables de Republicanismo Cívico indica que el conglomerado de afirmaciones implícitas en Republicanismo Cívico pasaron de ser una alternativa real y activa también relacionada en 1997 con Ksocial, para desprenderse de este y convertirse en una ideología, una serie de creencias sobre lo que hacen el conjunto de los ciudadanos. 

 

Volviendo a la pregunta sobre el conjunto de realidades que sí validan, y en ese sentido es más real,  la respuesta es muy preocupante: un mundo donde ni los partidos ni el Estado proveen de información que oriente al ciudadano y le de elementos para guiar su acción, donde la gente no hace esfuerzos para participar y sólo ejerce funciones públicas  si les paga por ello, donde el clientelismo es una solución más realista y más frecuente para resolver los problemas colectivos y las conexiones políticas son más efectivas en proveer ayuda y, finalmente, donde los ciudadanos no se responsabilizan del éxito de lo público, principalmente del Estado. Esta evidencia agregada a la caída de la participación cívica confirma lo que se ha venido sosteniendo: la desmovilización de la ciudadanía de lo público, a partir del nivel de donde estaba en 1997. Sí se ha dado una movilización electoral pero con votar, como se prescribía antes de la Constitución de 1991, la responsabilidad de los ciudadanos termina: recordemos que Votación aumenta Ksocial pero no aumenta Confíe ni disminuye Fenoval.

 

Lo anterior plantea un problema conceptualmente complejo: si bien el conjunto de la “realidad” descrito arriba es un mejor reflejo de ella, esto no quiere decir que sea un mundo deseable. Es un mundo que habría que cambiar pero no sólo con ideología.  Como se verá más adelante la caída de Fenoval es un requisito para iniciar el cambio de cultura política hacia una de ciudadanía activa y rendición de cuentas: el proceso de “sinceramiento”. En Medellín efectivamente se ha dado tal caída pero la realidad que arroja el Barcas indica que allí se mantiene un nivel muy bajo y válido de Responsabilidad de lo Público. Puede que esta carencia sea válida y contribuya a que baje Fenoval pero refleja un obstáculo importante para el desarrollo cívico de la ciudad. El bajo Fenoval no debe ser consuelo para la ausencia de una sociedad cívica moderna. Es tan sólo un consuelo para, por lo menos saber que la ciudadanía no está confundida con una fantasía cívica en las cuales las cosas están bien y con ello quede aliviada.

 

VII. El deterioro de la Sociedad Civil y la carencia de una política Estatal para su Desarrollo y el de la Participación Ciudadana.

 

 Una de las paradojas del desarrollo es que si bien una sociedad civil fuerte predice un desarrollo económico acelerado, este tiende a destruir la sociedad civil (Sudarsky, 2001). Por ello se requiere un esfuerzo sistemático del Estado -especialmente uno que se declara participativo, con la fuente de la soberanía en el Pueblo- en promover la Sociedad Civil. Como se ha visto la definición mas clara de la sociedad civil, la participación de los ciudadanos en organizaciones voluntarias seculares, ha caído, destruyendo Ksocial y eliminando uno de los principales ámbitos de validación que los ciudadanos podrían tener. ¿Es esta caída un fenómeno mundial? La figura No. 2 muestra que la caída en Colombia es una de las más agudas del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2: El cambio en membresía activa en las organizaciones (Iglesia, club deportivo, social, artística, musical y/o educativa, sindicatos, partidos políticos, ecologista, profesional cámara o gremio, caridad, y otras). 2005/1998.  EMV.

 

A decir verdad, India que estaba en un nivel idéntico de las seculares en este indicador en 1997, muestra el mayor avance. Allí las organizaciones voluntarias han servido de redes con las cuales incorporar bastos números de agricultores pobres a una red de crédito y servicios para aumentar su productividad. En el lapso de las dos mediciones la India supera ahora a Colombia en un 140%.

 

La caída del eslabonamiento legislativo, la desmovilización cívica y el desarrollo económico podrían indicar que se trata de un “problema de los ciudadanos”. Sin embargo es responsabilidad del Estado construir ciudadanía y estructurar espacios para su participación en lo público. Lo que se  observa en los resultados de los mecanismos en Educación y en Salud (Figura 1), los únicos con avances menores (educación) o caídas (salud), es lo contrario y muestra una disposición poco clara a promover tales espacios donde los ciudadanos puedan ser convocados, informados y oídos. El efecto de los Consejos Comunitarios no reemplaza una política más estructurada e institucional que invite a la movilización ciudadana. Por ello el desarrollo de la sociedad civil no se puede dejar al garete. El Estado debe hacer lo necesario para promoverla. Esto va en contra de la muy frecuentemente sostenida convicción de que el estado no tiene que hacer en esta esfera. Sin embargo la evidencia histórica indica que el Estado  debe hacer una oferta articulada de participación a la cual concurran de forma instrumental las organizaciones voluntarias. Baste decir que sin sociedad civil organizada el desarrollo produce una sociedad fraccionada de individuos sueltos que no logran articularse al centro ni a sus regiones, solo átomos movilizados por volátiles campañas de corto plazo. Y en ellos hay que enfatizar una voluntad política del Estado de invitar la movilización y estructura la participación, no simplemente aplicar una política de negligencia benigna. Pero esta noción de movilizar ciudadanos resulta problemática, por los resultados de la participación cívica y el mito ciudadano. Es imperativo entender que una parte nuclear de la institucionalización son las organizaciones voluntarias seculares y lo que en ella sucede. La inquieta y volátil atención de los ciudadanos es mínima comparada con  la institucionalizada búsqueda de un objetivo de una organización voluntaria.

 

En cuanto a la política del Gobierno, la evidencia indica que el concepto mismo de Sociedad Civil está ausente del ideario del Gobierno. Ni en su visión del largo plazo (Colombia 2019), ni en su planes de desarrollo (2002-2006, 2006-2010) se encuentran referencias a la sociedad civil, y la estructura institucional que se tenía para coordinar e implantar una política articulada de participación, fue desmantelada en la fusión de los ministerios de Interior y de Justicia.

 

Una política formulada para estimular el desarrollo de la sociedad civil y la articulación con la estructura institucional mediante los mecanismos de participación pasa sobre todo por la oferta de estructuras de participación articulada, que haga que los ciudadanos y sus organizaciones encuentren instrumental utilizarlos, no simples espacios de expresividad cívica o búsqueda de beneficios particulares. En ese sentido es necesario detectar atisbos que hayan cumplido tal objetivo para probar primero que son posibles y segundo hacer pública su dinámica para que el resto de la sociedad pueda aprender de ellos.  Sin embargo, el espacio aquí no hace posible desmenuzar estos (Sudarsky, 2008).  Prefiero presentar la teoría que se ha venido defendiendo para conformar la estructura de los factores que se requiere.

 

 

VIII. Evidencia sobre el cambio en la Sociedad provenientes de los Cambios en las Grandes Ciudades Colombianas (Sudarsky, 2008).

 

Los cambios que la sociedad colombiana posiblemente van a surgir en las grandes ciudades donde el nivel de desarrollo económico y la autonomía del gobierno municipal permitan introducir los cambios que se necesitan. En ese sentido se presentarán de manera resumida, primero, la teoría de transformación de la cultura política hacia una donde sea preponderante aquella que enfatiza el control social y la cultura de la rendición de cuentas. Se hará entonces evidente que una apología resplandeciente del Ksocial (caso Barranquilla) no es suficiente para describir los procesos que se deben dar. Luego se tratará de comprobar si tal teoría es empíricamente válida en Colombia de tal manera que estos ejemplos (Barranquilla, Cali, Bogotá, y Medellín) enriquezcan sobre los requisitos y las secuencias que se deben dar y así se genere una teoría de la acción sobre el cambio de la cultura política en Colombia.

 

Una teoría de transformación de la Cultura Política para la creación de la Sociedad Cívica Moderna

 

Para que se de un cambio de cultura política y de modernización hacia la sociedad cívica moderna de  las ciudades, con el implícito repudio del clientelismo y del manejo corrupto de estas, es necesario que la ciudadanía sufra 1) un proceso de sinceramiento con las realidades con las cuales operan sus ciudades, es decir la caída de Fenoval, la pérdida de fe en fuentes de información y con ello caída de la careta del mito del ciudadano responsable de lo público, para poder asumir así el cambio.

 

La caída de Fenoval puede ser aprovechada por una administración para moverse en la dirección de la SCM. Si este movimiento se da, 2) es necesario construir ámbitos intermedios entre la gran ciudad y los barrios por medio de aglomeración de estos en Comunas y/o Localidades. Estos ámbitos deben construirse social y políticamente para poder delegarles una creciente cantidad de responsabilidades. Un paso fundamental en esta construcción es 3) el generar formalmente procesos participativos locales que van desde la planeación participativa plurianual y en una segunda etapa, procesos de presupuesto participativo anuales. Estos elementos incluyen porcentajes significativos y crecientes de asignación del gasto de libre disposición con que cuenta el municipio.

 

Alrededor de los anteriores procesos entonces es posible 4) movilizar la sociedad civil organizada,  la cual mantendrá su vigencia y con ello su impacto en acrecentar el Ksocial si y solo si 5) el Estado (nacional, departamental, municipal) hace una oferta articulada de participación que estimule a  los ciudadanos a hacerse miembros de las organizaciones voluntarias.

 

Los procesos de planeación y presupuestación participativa deben ser ejercicios de asignación con recursos limitados, ejercicios de suma cero, para no convertirse en ejercicios de alimentar el clientelismo, en asignaciones personales, y efectivamente 6) construir la racionalidad colectiva de estos ámbitos.

 

Por otro lado, en un orden que es especialmente difícil en Ibero América, por su tradición de sistemas de representación sin permitir identificar los representantes, y para aumentar el Eslabonamiento Legislativo y la Accountability 7) éstas unidades deben eventualmente constituirse en distritos electorales unipersonales que les permita a los electores hacerles seguimientos a estos y, de ser necesario, revocarles el mandato. Como esta alternativa es difícil de pasar por la rama legislativa, entonces se pueden ir construyendo y haciendo públicos mapas políticos que acoplen qué tan importante es una localidad, por ejemplo, para un concejal, y qué tan importante es un concejal para la localidad y ligando los dos, establecer un eslabonamiento de facto todo esto en base a la votación efectiva que se da.

 

Resultados en las Cuatro Ciudades Colombianas 1997-2005

 

En esta sección final tomaremos de manera muy resumida los resultados de estas ciudades dentro de la teoría o serie de hipótesis que se esbozaron para validar las hipótesis. Para ello se han presentado en la figura No. 3 los resultados para las ciudades y el país para 1997 y el 2005.

 

 

 

Figura 3: Los Factores 1997-2005 Cuatro Ciudades Principales (Sudarsky, 2008)

 

 

Barranquilla muestra como aún no se ha dado el sinceramiento implícito en una caída de Fenoval. Si bien crece el Ksocial, éste no se vierte a lo público, ni en participación política ni cívica. El Control Social se debilita, especialmente porque la ciudadanía no tiene una concepción del llamado a cuentas. Nunca se han formulado niveles intermedios entre la ciudad y el barrio. Ha habido un  repliegue hacia lo tradicional y religioso. Por otro lado, Cali presenta un sinceramiento con la caída de Fenoval. Sin embargo, el Ksocial crece muy poco, especialmente por la falta de aumento de Solidaridad y Mutualidad. Ha habido un repliegue de lo público con baja Participación Política, con niveles muy bajos de eslabonamiento y una dramática caída de la membresía en OV seculares. Lo que sí ha crecido son las Relaciones Horizontales. Pero la fortaleza de éstas relaciones refleja una drástica caída de Confíe y la separación de la ciudadanía de la estructura institucional, producto de continuos desencantos con mandatos populares y un rechazo de la institucionalidad. La ausencia de  estructuras locales, ahora desmanteladas –los Calis- hace que los mecanismos de control social no se puedan ejercer por carencia de información, así ideológicamente el concepto de llamado a cuentas ya esté incorporado a la cultura.

 

Medellín, por su parte, muestra igualmente el proceso de sinceramiento con un aumento importante del Ksocial del cual aún falta mucho por construir, especialmente el encontrar maneras no oportunistas de resolver los problemas colectivos por medio de ofertas de espacios donde esto se pueda hacer. El mayor crecimiento se dio en la Participación Política, con un surgimiento del eslabonamiento legislativo en el concejo y las Juntas Administradoras Locales, resultado evidente de los procesos de presupuesto participativos por comuna y el crecimiento general de los mecanismos de participación especialmente en educación. Por otro lado, la Participación Cívica tiene una caída importante. Esta refleja un problema muy presente en Medellín donde la ciudadanía delega en la institucionalidad la resolución de lo público, dejando el espacio del barrio aún por llenar de Ksocial. Medellín va en la dirección correcta pero tiene aún mucho recorrido por hacer, especialmente en la dirección de que la ciudadanía adquiera responsabilidad de lo público.

 

Bogotá, a su vez, se sinceró  desde antes de 1997. En el 2001 estableció procesos de planeación local (Acuerdo 13).  Los distintos alcaldes han enfatizado los programas sociales que se hacen evidentes en que la Atomización dejó de caer, excepto en la pertenencia a ninguna OV. Pero para ésta se destacaron atisbos importantes de cambios de la tendencia en la densidad de las OVs seculares, tanto en algunas localidades (Antonio Nariño) como en sectores que recibieron una oferta institucionalizada de participación (Cultura),  resultados que además de tornaron sostenidos. Por otro lado, la planeación local participativa del 2004 no se hizo con un esquema dirigido a generar racionalidad colectiva, con ejercicios de suma cero, sino que “a todos se les dio casi todo lo que pedían”. Aún así en otros sectores adicionales, posteriormente sí se hizo la oferta articulada de participación en otro atisbo a registrar. La falta de aumento en eslabonamiento en las JAL permite contrastar los efectos de la planeación participativa cada cuatro años y los presupuestos participativos anuales en Medellín.

 

 

 

VII. Algunos puntos en la Agenda de la Sociedad Colombiana para la era Post-Conflicto

 

Los elementos que se han identificado a lo largo de esta presentación para moverse en la dirección de la Sociedad Cívica Moderna no pueden terminar sin mencionar los obstáculos políticos que se presentan, partiendo de la voluntad del gobierno de moverse en tal dirección. La generación de una política al respecto es necesaria y la negligencia benigna lo único que hace es producir lo que esta produciendo. Pero hay más.

 

Si bien el gobierno presentó en su Referendo la posibilidad de ampliar la participación de la sociedad civil (Punto Cuarto), sometido a un congreso glotón, la propuesta termino transformada en un intento de este por controlar las decisiones presupuéstales hasta el último renglón, y sojuzgar a la sociedad civil a él, con un ministro del Interior que no parecía enterado de qué estaba en juego. Lo que se necesita entonces es ir creando un sistema tripartito y a la luz pública de mutua validación entre el ejecutivo, el legislativo y la sociedad civil organizada para irnos acercando a la “voluntad popular” detentadora desde 1991 de la Soberanía. Un obstáculo central que debe ser resuelto en una reforma política es la ausencia de los mecanismos y la cultura de rendición de cuentas que le permita a los electores identificar sus representantes, saber que hacen, recibir explicación de ellos y eventualmente reelegirlos o no. En un sistema representativo donde no se resuelva este problema, sin importar qué tan acertadas sean las decisiones que el legislativo tome, la legitimidad nunca podrá ser alcanzada, la sospecha de corrupción nunca develada. Aquí se han ilustrados ejemplos de cómo en Colombia, al comienzo del siglo XXI, se están dando elementos de la construcción de la transparencia y la confianza. Se han planteado además las circunscripciones electorales unipersonales, en Cámara, Asambleas y Concejos, que se constituyan en receptáculos donde se pueda acumular Ksocial, uno a uno, región por región, no a partir de magistrales actos de magia para fortalecer partidos sin enraizamiento en la sociedad, y mayorías construidas sin controles éticos ni restricciones a las peores prácticas,  con umbrales electorales cada vez mas altos para eliminar del juego precisamente a las fuerzas locales y regionales donde se está generando el cambio en la dirección propuesta. El desarrollo constitucional de la democracia participativa está aún por hacerse de tal manera que el proceso sea público y tripartito en lugar de privado, en los recintos del congreso, en un forcejeo privado entre este y el gobierno.

 

REFERENCIAS

 

Clark, T.N. et al.: Political Cultures of the World: An urban Cross-National Project in Progress: Prepared for distribution to RC03, Community Research, World Congress of Sociology, Bielefeld Alemania, Julio 18-23, 1994.

 

Coleman, James S.: "Social Capital in the Creation of Human Capital" American Journal of Sociology, 1988, s96-s120.

 

  Inglehart, R. y Welzel, C.   Cultural Map of the World, 2002 www.worldvaluessurvey.org, 2007.

 

Putnam, R. D.: Making Democracy Work: Civic traditions in modern Italy, Princeton: Princeton University Press, 1993.

 

                           : (Ed.) Democracies in Flux, the evolution of social capital in contemporary society.Oxford, Oxford University Press.2002. En español: El declive del capital social, un estudio internacional sobre las sociedades y el sentido comunitario, Barcelona Galaxia Gutemberg, Círculo de lectores, 2003.

 

Olson, M.: The Logic of Collective Action, Cambridge: Cambridge University Press, 1965.

 

Sudarsky, John:    “El eslabonamiento entre la Sociedad y el Estado en la perspectiva de la Nueve Constitución Colombiana”. Reforma del Estado. Perfiles Latinoamericanos, México, FLACSO, No. 1. Diciembre de 1992.

 

                  El Capital Social de Colombia, Bogotá: Departamento Nacional de Planeación. <http://dnp.gov.co/03_PROD/PUBLIC/Capital_Social.htm, 2001.

 

                  La Evolución del Capital Social en Colombia, 1997-2005. Los cambios en Capital Social (Ksocial), Confianza y Control Indirecto del Estado (Confíe) y Fe en fuentes de información no validadas (Fenoval). Bogotá, Fundación Restrepo Barco, 2007. www.fescol.org.co, www.funrestrepobarco.org.co, www.johnsudarsky.com

 

                  Ksocial, Confíe y Fenoval en cuatro ciudades colombianas, 1997-2005. Las implicaciones para la Tercera Ola de la Democracia y la Construcción de la Sociedad Cívica Moderna. Presentado al Congreso Mundial de Ciudades, Puerto Alegre, Brasil, Febrero 2008.  www.johnsudarsky.com.

 



[1]Putnam (2002) identifica su uso por L.J. Hanifan en 1916, sin que el concepto contara con circulación suficiente y ser redescubierto a finales del siglo XX.

[2]Es lamentable que la sencilla metodología de Putnam para medir la efectividad de los estados regionales no se haya utilizado en Colombia para evaluar la capacidad de estos gobiernos.

[3]De todos los listados en la figura 1 no se incluyen en esta variable los de Tutela,  Referendo, Salud, Educación, Consejos Comunitarios y Consejos Municipales de Desarrollo Rural.

[4]Las regiones donde este índice de la falta de integración de la sociedad civil secular es más alto son Valle, Santander, Tolima, Cali y Barranquilla, todas por encima del 70% de la población.

[5]¿Cuál es entonces el mecanismo de articulación entre centro-periferia? Cuando se concluya sobre el Republicanismo Cívico se encontrará que el Clientelismo es el principal y se ha recrudecido.

Nuestras historias

Reingeniería al sistema de representación Electoral en Colombia

El senador John Sudarsky radicó en la Secretaria General del Congreso la propuesta de Acto Legislativo para reformar el sistema electoral que permita proteger a las minorías, acabar con el clientelismo, fortalecer los partidos, y promover un sistema de representación claro que permita al ciudadano exigirle rendición de cuentas a senadores y representantes a la Cámara.

El proyecto de ley busca hacer una reingeniería al sistema de representación electoral en Colombia. Un proyecto ambicioso para dinamizar los procesos de control social, participación ciudadana.

La propuesta introduce el sistema Mixto de Representación el cual realza el papel de los ciudadanos mediante una reforma profunda al sistema de representación política en Colombia que parte de respetar la reglamentación vigente a los distritos especiales de indígenas, negritudes y residente en el exterior.

La novedad de la propuesta radica en la creación de Distritos Electorales Uninominales (DUN) por cada 410.000 habitantes en zonas con unidad territorial, social y cultural, cada uno de los cuales debe elegir un (1) un representante a la Cámara. De esta manera, cada elegido está comprometido a trabajar por su Distrito, y a los ciudadanos se les facilitará de esta manera hacer seguimiento a la gestión, exigir rendición de cuentas y participar en los procesos de planeación.

Aquí se conformaría ya el 70 % de la Cámara de Representantes, el restante 30% se elegirá por medio de cifra repartidora de acuerdo al número de votos totales depositados por cada partido.

La reforma plantea también cambios en la forma de representación y elección del Senado, al proponer una composición de 40% proporcionales a nivel nacional y 60% por Distritos Electorales Uninominales.

El nuevo sistema de representación política permitirá establecer con mayor claridad la relación entre el ciudadano y el representante elegido, dinamizar procesos de participación y planeación colectiva, aumentar la rendición de cuentas y el control social, y avanzar en la descentralización.

Nuestras historias