LA CORRUPCIÓN ADMINISTRATIVA SIGUE SIENDO LA RESPONSABLE DE LA GRAN INEQUIDAD QUE HOY SE VIVE EN MATERIA DE SALUD
Nuestras historias
Abandono del Estado a la educación, deja sin futuro a nuestros niños y jóvenes
"ANTIOQUIA NO PUEDE SER LA MAS EDUCADA, SI TENEMOS NIÑOS HACINADOS"
Medellín, 18 de Febrero de 2014 ......Así lo denunció la Médica Marta Cecilia Ramírez aspirante al Senado con el número 98 en el tarjetón, quien en un periplo maratónico visitó municipios de Córdoba,Antioquia, Cundinamarca, Atlántico, Chocó y Bajo Cáuca antioqueño, lugares a los que permanentemente asiste para tener contacto con la comunidad y su problemática.
Nuestras historias
Seguiré hablando con honestidad, sueño con ser ministra y no es un pecado aspirar al Senado
MARTA RAMIREZ NO TEME A CAMPAÑAS DE DESPRESTIGIO NI QUE QUIEREN DESVIRTUAR MI TRABAJO POLITICO
Medellín, 21 de Febrero de 2014 ......Así lo denunció hoy la Médica Marta Cecilia Ramírez aspirante al Senado con el número 98 en el tarjetón por el partido conservador, quien ha sido de diversos comentarios y acusaciones, que apuntan a que existe la intención de demeritar su trabajo político y desprestigiar la forma en que hace campaña.
Nuestras historias
Conminan a Gobierno a acompañar a mineros artesanales en la obtención de títulos para legalizar su actividad
Mineros artesanales no deben ser metidos en el mismo costal de la minería criminal.
Preocupada por la situación de Buriticá y por todas las poblaciones mineras de Antioquia y del país, la médica y representante conservadora Marta Cecilia Ramírez, se comprometió a buscar el acompañamiento del Gobierno Nacional a los mineros artesanales, en la obtención expedita de los títulos de las tierras, para la legalización de su actividad.
Advirtió que, indudablemente es necesario perseguir cualquier hecho de índole criminal, pero en el caso de la minería, hay que identificar y proteger al minero artesanal que hoy aparece como ilegal debido a las grandes dificultades que tienen para legalizar su actividad ya que no han podido obtener los títulos," La tenencia de la tierra debe ser revisada con una mirada social, por el gobierno nacional y no se puede meter en el mismo costal a los mineros artesanales junto a los criminales".
Dijo no entender por qué, si es un clamor del país, de la gente buena, de los mineros que están dispuestos a organizarse y legalizarse; el gobierno no hace el debido acompañamiento y coopere para que el minero artesanal, pueda legalizarse y pueda jalonar el desarrollo económico del país, hay que encontrar el equilibrio, la armonía entre el desarrollo económico y el desarrollo del tejido social.
"El ejemplo del municipio El Bagre debería ser tenido en cuenta para implementarlo, allí el gobierno municipal, los sindicatos y una multinacional, decidieron apoyarse y de esa manera beneficiar a la población y desde allí al país".
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Históricamente los presupuestos del Agro no se compadecen con la realidad del campo.
Retomando los graves problemas de inclusión social que ha enfrentado el país en materia
de apoyo al campo, preocupa la incursión de los campesinos y sus asuntos en el
escenario de lo político y establece de forma muy negativa que está totalmente
invisible y carece de reconocimiento, es un claro desfase histórico, cultural y
social que afecta las garantías que merece.
La
Constitución colombiana de 1991 presenta una falla de reconocimiento de los
campesinos como sujetos de derechos (o sujeto que tiene derecho a tener
derechos). Los artículos que se refieren a la población rural la consideran
beneficiaria de algunos servicios estatales o como un sector de trabajadores,
pero no le reconoce la ciudadanía plena, es decir, se presentan, entonces,
situaciones en donde se viola a los campesinos y las campesinas su derecho de
igualdad ante la ley y la garantía de los mismos derechos, libertades y
oportunidades del resto de ciudadanos del Estado colombiano.
Es alarmante
que los asuntos que afectan a los campesinos como ejes elementales de la
sociedad, carecen de reconocimiento de sus derechos fundamentales como sector,
es decir, La ausencia de un
reconocimiento político reporta invisibilidad del actor en las políticas
públicas, la poca atención por parte del Estado y la absoluta precariedad en la
institucionalidad que vela por sus asuntos y muy serias distorsiones en los
mecanismos de participación y representación política.
La
fuerte crisis que se enfrenta actualmente en Colombia alrededor del Agro ha
tenido bases negativas, incluso desde la migración rural a las ciudades en los
años de la violencia partidista en 1940 y la cruenta guerra del narcotráfico en
los años 80, asuntos que hacen más neurálgico la situación actual debido a que
el paramilitarismo, la guerrilla y las mafias
abusan de la crisis direccionando las intenciones sanas de los
campesinos a reclamaciones políticas injustificadas.
Realizando
un concreto análisis a la crisis actual y a las demandas de los campesinos es
evidente que el campo necesita una mirada global se su problemática teniendo en
cuenta que es necesario fomentar la generación de empleo, no solo en las actividades
propiamente agropecuarias, sino en todas las complementarias relacionadas con
construcción de infraestructura y suministro de servicios sociales básicos,
todo esto exige del gobierno nacional la adecuación de un capital económico y
social que adopte medidas cautelares en pro de la solución concreta de sus
reclamaciones.
Es
necesario entender que cuando los campesinos reclaman, con todo derecho, el
fortalecimiento de un presupuesto general de la Nación que beneficie el agro,
lo hacen con conocimiento de causa y expone claramente las necesidades
primarias a las cuales se enfrentan cuando están por fuera de políticas
públicas que refuercen su importancia para la economía nacional, mucho más,
cuando el gobierno pretende disminuir entre el 2013 al 2014 un 38% el
presupuesto pactado para las actividades agrarias, es decir, de 2.93 billones
de pesos a 1.8 billones de pesos, el cual es inferior al presupuesto del año
2011 que fue de 1.85 billones.
Es
hora de replantear el modelo de desarrollo económico del país y generar
oportunidades para el campo, proporcionando dignidad y libertad a nuestros
campesinos, mejorando su calidad de vida y permitiendo que se cierre esa brecha
de inequidad tan amplia que afecta nuestra preciada despensa, el campo.
El
replanteamiento del modelo de desarrollo en Colombia tiene en su centro la
solución al problema agrario que se vincula muy fuertemente con las
posibilidades de las negociaciones de Paz en la Habana, Cuba.
Es
imperante la necesidad de buscar la paz y su vigencia en la agenda Nacional, logrando
esto, es posible detener la persistencia del problema agrario y la
incompetencia del Estado para garantizar la inclusión política de los
campesinos.
El
trabajo productivo de los campesinos tiene un potencial enorme y una gran
capacidad de generar ingresos por encima de muchas otras actividades.
En
consecuencia, la sociedad colombiana debe proveer al sector agrario el acceso a
los recursos, la correcta utilización de los territorios y el uso de la tierra,
vinculándolos a los procesos de
apropiación de capital a partir de modelos de agricultura sostenible que
solucionen los problemas que enfrentan los campesinos en el paro actual.
Estos
procesos serán viables si son el resultado de la concertación entre el Estado y
los campesinos organizados en torno a la solución de los problemas del campo,
logrando una simetría entre las políticas públicas por parte del Estado y la
cadena de producción y distribución de sus mercados.
Debemos
promover el fortalecimiento del campo, incrementando el apoyo a los campesinos
y sus necesidades, creyendo fielmente en la premisa “nadie es mejor que todos
juntos” logrando un trabajo mancomunado entre comunidad y gobierno afianzando políticas
agrarias que ayuden a un trabajo digno, responsable e incluyente.
Es
necesario impulsar políticas de verdad (con capacidades y oportunidades) para
salvar el aparato productivo nacional; es necesario tener una visión muy amplia
del desarrollo rural, que pasa por la producción agroalimentaria, pero también
de mejorar niveles de ingresos en la zona rural, de elevar calidad de vida: con
servicios públicos básicos, salud, educación, caminos vecinales, material de
siembras, preparación de terrenos, disponer de créditos agropecuarios,
organizar y apoyar técnica y financieramente pequeñas unidades y convertirlas
en empresas rentables, asistencia técnica, una política de subsidios y
facilidades a la producción agropecuaria.
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Ley Estatutaria, primer paso para la salud
Bogotá, junio 25 de 2013.-Fortalecidos en principios de transparencia y con la ética que debemos proveer a la sociedad somos consientes de la importancia que rodea la ultima normatividad en salud pactada y rigurosamente estudiada en el Congreso de la República, manifestamos la apremiante necesidad de regulación de los medicamentos, insumos médicos, dispositivos y tecnologías al servicio de la salud que conforman y estructuran la protección del Derecho Fundamental a la Salud y conforman una justa equidad para todos los colombianos y colombianas.
Producto de lo anterior es la Política Nacional Farmacéutica expedida en el año 2012 por medio de la cual se pudo establecer una regulación en más de 100 principios activos con sus respectivas presentaciones farmacéuticas permitiendo un seguimiento a lo concerniente a los medicamentos y demás insumos a la salud.
La proposición aprobada al Articulo 25 referente a la regulación de los medicamentos, aunque no es objeto de Ley Estatutaria es sin duda un mecanismo que permite la función de regular esta materia y es congruente y pertinente con lo que se pretende en esta misma ley.
Este trabajo que ha sido conformado con dedicación y diligencia, es la muestra clave de que se esta aportando con congruencia un real ajuste a las terribles irregularidades que han desangrado y denigrado nuestro Sistema en Salud.
La tarea es aún un principio para todo lo que hay que fortalecer, pero es nuestra tarea velar por los intereses de los colombianos que confían en una correcta adecuación de la salud y que estamos cansados de la permeabilidad de la corrupción y el maltrato que rodea todos los asuntos en salud, sea este el momento de fortalecer el trabajo y presentar resultados loables y bien desarrollados.
Oficina de prensa
H.R. MARTA CECILIA RAMÍREZ ORREGO
Departamento de Antioquia.
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Proyecto de ley busca ampliar posibilidad de acceso a programas de doctorado en Colombia
La representante a la Cámara, Martha Cecilia Ramírez, radicó un proyecto de Ley con el cual busca ampliar el número de institutos, centros de investigaciones y academias, que desarrollen programas académicos de doctorado en Colombia, teniendo en cuenta la baja oferta que existe en Colombia.
Según la congresista Ramírez, “Son apenas 7 las instituciones que ofrecen programas de Doctorado en el País. Con la iniciativa, pretendemos aumentar en promedio a 20 instituciones, además de bajar los costos hasta en un 75 por ciento, teniendo en cuenta que un programa cuesta alrededor de 100 millones de pesos y con la aprobación del proyecto no superaría los 30 millones”.
Los programas académicos de doctorado son un escenario privilegiado para obtener logros en materia de investigación científica y en esa dirección, los institutos o centros de investigaciones, que se dedican a la investigación científica, serían los convocados en este esfuerzo por mejorar la tasa de investigadores preparados con título de doctor y el número de programas de doctorado.
Según Colciencias, en 2012, Colombia graduará 1.8 doctores al año por cada millón de habitantes, mientras que Chile tendrá 15, México 18 y Brasil 50 doctores.
El proyecto inicia su trámite con el primer debate en la Comisión Sexta de la Cámara de representantes.
FUENTE: OFICINA HR. MARTHA RAMÍREZ